Cazarabet conversa con...   Isabel Barceló Chico, autora de “Lucrecia Borgia (1840-1519). Bajo una nueva luz” (Sargantana)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Editorial Sargantana se acerca a la vida de este personaje fundamental en el devenir de “la saga Borgia” con la pluma, muy dinámica, intuitiva y minuciosa, que es Isabel Barceló Chico. El libro está ilustrado con más de 50 imágenes.

Se encuentra dentro de la colección, Personajes Ilustres de Sargantana con otros títulos como Mujeres de Roma; Mujeres en la historia de Madrid; Rafael Ferrer i Bigné; Benito Pérez Galdós y Juan Luis Vives.

La sinopsis: Ninguna mujer de la Edad Moderna ha sido tan maltratada por la historia como Lucrecia Borgia, hija del papa valenciano Alejandro VI. El retrato que ha calado en el imaginario popular es el de una libertina, incestuosa y madre desalmada que envenenaba a sus amantes una vez satisfecha su pasión. Esta imagen tan infamante y alejada de la realidad histórica se debe en gran parte al escritor francés Victor Hugo y su drama romántico Lucrecia Borgia, que inspiró la ópera del mismo título de Donizzeti. El impacto de ambas obras sobre el público fue enorme y penetró de tal manera que el nombre de Lucrecia Borgia sigue siendo sinónimo de depravación.
La vida de Lucrecia está llena de luces y sombras, de enigmas indescifrables, pues la suya fue una personalidad compleja, como complejo fue el tiempo y el espacio en los que le tocó vivir. Y, sin embargo, a distancia de 500 años de su muerte, todavía es posible «oír su voz», oír las voces de sus coetáneos y aproximarnos a su vida con respeto y con voluntad de comprender. Y lo que se vislumbra no es, en absoluto, el estereotipo de cartón-piedra forjado por la leyenda negra, sino una mujer solar, sorprendente y humana.

La autora, Isabel Barceló Chico: (Sax, Alicante), es licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de Valencia. Desde hace años está empeñada en recuperar y dignificar la memoria de las mujeres. Ha publicado las novelas Las flechas de Eros, La ira de Medea, La fundación de Roma y Orfeo desciende a los infiernos (todos ellos en Editorial Gredos, 2017); Perseo y la mirada de Medusa (Editorial Gredos, 2016); La muchacha de Catulo (Ediciones Evohé, 2013), finalista de los premios Hislibris en las categorías de mejor novela histórica y mejor escritor; Dido, reina de Cartago (ES Ediciones, 2009, y Punto de Vista Editores, 2017, en formato digital), finalista en los premios de la crítica de la Comunidad Valenciana, y Tope secreto. El secuestro de la luna, novela juvenil publicada en Amazon.
Autora de numerosos relatos cortos y artículos en diferentes medios y conferenciante.
Residió en la Real Academia de España en Roma con una beca de Literatura Valle-Inclán, concedida por el Ministerio de Asuntos Exteriores, a fin de documentar este libro.
Autora del blog Mujeres de Roma, que ha superado ya las 1.420.000 páginas vistas.
http://mujeresderoma.blogspot.com

Isabel Barceló Chico ya ha estado con nosotros:

Hablándonos de las mujeres de Roma:

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/mujeresderoma.htm

 

 

 

 

Cazarabet conversa con Isabel Barceló Chico:

-Isabel, amiga, ¿qué te llama la atención de Lucrecia Borgia para haberte acercado a ella, tratando de indagar en su vida...?

-Leí por primera vez una novela sobre ella cuando era una adolescente. De algún modo que no acierto a explicar, me sentí próxima a ella y tuve la intuición de que las cosas no habían ocurrido como se contaban en ese libro. No me olvidé nunca de ella. En mi obra «Mujeres de Roma. Heroísmo, intrigas y pasiones» ya le dediqué algunas páginas.

-Por qué digo “tratando de indagar”, ya que presumo que no habrá sido nada, nada fácil escribir esta biografía...era una mujer muy compleja, teniendo en cuenta, además, las muchas perspectivas que nos ofrece como mujer, ¿no?

-La personalidad de Lucrecia es compleja, sí. Se forjó en un contexto dificilísimo, cuando la sociedad transitaba entre el final de la Edad Media y el comienzo de la Edad Moderna: un mundo en transformación, sumido en la incertidumbre y en las guerras, donde coexistía un profundo amor por la belleza en todas sus formas de expresión y una realidad de gran violencia. Ella hubo de nadar en esas aguas, luchar para construirse un lugar propio. Tuvo una vida apasionante y nada fácil. Es un diamante de muchas facetas.

-Además, siempre se ha dicho que el género biográfico es el más difícil de escribir, ¿qué nos puedes decir?

-No me atrevería a afirmar que sea el más difícil de escribir, pero sí que es muy exigente. Hay un compromiso de quien escribe con respecto a la persona biografiada. En mi caso, un compromiso de respeto hacia Lucrecia, de voluntad de comprenderla a ella y a su época, de honestidad a la hora de trazar ese retrato. Y hay también un compromiso hacia el lector: el de utilizar documentación fiable y de primera calidad y el propósito de aproximarlo a Lucrecia y de hacerle comprensible una vida que concluyó hace 500 años.

-Si la misma mujer, es un ejercicio hipotético, (pero me apetece hacerte esta pregunta) si esta misma mujer no hubiese llevado este apellido igual hubiese dejado su huella imperecedera, de alguna manera, ¿verdad?, en otro contexto, pero de manera igualmente fuerte porque tenía una “fuerza” descomunal...

-Tu hipótesis me parece acertada: habría brillado en cualquier sitio. Quiero señalar, sin embargo, una paradoja: la leyenda negra que se tejió en torno a la familia Borgia y que tanto y tan negativamente afectó a la fama de ella, ha tenido el efecto de mantener vivo su recuerdo. Mucho me temo que, de no haber sido manchada por la infamia, habría caído en el olvido. La prueba de ello es que solo se habla de los aspectos más oscuros y confusos de su biografía y se obvia todo lo demás. La memoria de cuanto hizo de positivo tiene solo un alcance local —los territorios que ella gobernó y poco más—, mientras que la cultura popular y cierta historiografía triunfan y tienen un alcance casi universal ofreciéndonos una pobre máscara, un estereotipo de cartón - piedra que ocultan al ser humano que fue Lucrecia.

-Digo yo en la presentación del libro que “pones” de una buena dosis de “intuición” ... no sé, me da que para remontarte entre sus vivencias has ido tirando de ese sexto sentido, ¿verdad?

-Se necesita la intuición para todo: para la vida cotidiana, para las investigaciones científicas, para cualquier trabajo que realicemos. Las intuiciones proceden de la experiencia. Hay suficientes documentos sobre las cosas que hizo Lucrecia, sobre lo que opinaban las personas que la conocieron y trataron, también sus propias y valiosísimas cartas (las 727 cartas escritas por ella que se conservan), para tener la certeza de que fue una persona muy inteligente, responsable y sensible. A partir del conocimiento que nos proporcionan esos documentos se puede deducir/intuir cómo debió vivir ella los momentos alegres y los momentos difíciles de su vida, que fue corta pero intensa.

-Amiga, ¿cómo les presentarías a nuestros lectores a Lucrecia Borgia?

-Como una persona singular a la cual la vida colocó, inesperadamente, en un lugar muy alto. Hija de un cardenal de origen valenciano, Rodrigo de Borja (Borgia en italiano), sus perspectivas de presente y de futuro dieron un giro radical cuando su padre fue elegido papa, con el nombre de Alejandro VI, en 1492. Casó tres veces, la última de las cuales la llevaría a ser duquesa reinante de Ferrara, Módena y Reggio y a ejercer funciones de gobierno casi monárquicas durante la mitad de su vida. Como señalabas antes, su personalidad tiene muchas facetas: gobernante, madre, mecenas, musa de la literatura y las artes, diplomática, creadora de la corte más famosa y refinada de la Europa de su tiempo. Es una mujer a descubrir, sorprendente, solar.

-A qué podemos atribuir que haya sido una de las mujeres peor tratada por la historia...

-El hecho de que los Borgia no fueran italianos (el padre de Lucrecia y casi toda su familia nacieron en el reino de Valencia) suscitó las iras de las familias italianas nobles, acostumbradas a ser «las dueñas» del papado. Por otra parte, los gravísimos conflictos políticos de la época, incluidas cruentas guerras, procuraron muchos enemigos a los Borgia. La maledicencia, las difamaciones y las exageraciones dieron lugar a una oscura leyenda negra que afectó a toda la familia. Hay que señalar que también Lucrecia y los suyos cometieron errores y, aunque ella no fuera merecedora de tan mala fama, su honor quedó muy manchado por las acusaciones de incesto con su padre y sus hermanos. 

-¿Por qué Víctor Hugo crees que escribió un drama que “puso en la picota” a Lucrecia Borgia?

-Este gran escritor francés del Romanticismo escribió varios dramas históricos. En su época las mujeres empezaban producir cierto temor entre los varones, así que surgió entonces el estereotipo de la «mujer fatal», la mujer que arrastraba a los hombres a la perdición. Conociendo la leyenda negra, debió pensar que Lucrecia podía encarnar ese tipo imaginario de mujer, así que la retrató como una seductora, adúltera, incestuosa y envenenadora de sus amantes. Y lo hizo con gran eficacia, pues fue la única de sus obras teatrales que obtuvo un extraordinario éxito. Lo terrible es que esa invención suya caló en el imaginario popular y se convirtió en la idea predominante acerca de Lucrecia.

-Aquello fue un drama sobre una mujer importantísima de la Edad Moderna y es que no siguió, el escritor francés, ningún canon que tuviese a ver con, digamos la verdad... tanto “lo bueno como lo malo”

-Él era un literato, un artista y, como tal, escribió lo que su imaginación le sugería, aunque no se ajustase en nada a la verdad histórica. Lo suyo era ficción, una invención literaria.  Lo que para mí resulta doloroso es que, al haber elegido como protagonista de su drama a Lucrecia y haberla retratado como una mujer envenenadora y perversa, ha causado un daño extraordinario a su memoria. Aún hoy el nombre de Lucrecia Borgia sigue siendo sinónimo de depravación.

-Quizás deberíamos de tener en cuenta que un drama y después la ópera de Donizetti, se pueden inspirar en el personaje, pero nada más...

-El libretista de la ópera «Lucrecia Borgia» de Donizetti copió su libreto de la obra de Victor Hugo. Estuvieron en pleitos. No creo que se inspirase en otra cosa.

-¿Cómo y de qué manera oscurecieron a Lucrecia Borgia?

-Ofreciendo de ella una imagen inventada y falsa. ¿Envenenadora de sus amantes? Ni siquiera los pasajes más oscuros de las difamaciones que sufrió Lucrecia en vida le atribuyeron semejante maldad.

-¿Decidiste tú, en parte y a partir de esto, restaurar a esa mujer?, pero ¿cómo te lo planteaste ?.-Por eso le pones de subtítulo: “Bajo una nueva luz”

-Recuperar la memoria de las mujeres y colocarlas en el lugar de respeto y dignidad que les corresponde ha sido un empeño constante en mi obra literaria. Reivindicar a la Lucrecia Borgia histórica frente a las difamaciones e invenciones era muy importante para mí, más todavía por el hecho de que ella fuera de origen valenciano y los españoles aún nos creyéramos las patrañas sobre ella.

El subtítulo «Bajo una nueva luz» alude al hecho de que he tenido acceso a documentación que hasta ahora era casi imposible consultar, como son las 727 cartas que quedan escritas por ella, los inventarios de sus bienes, y otras muchas investigaciones sobre su figura que se han llevado a cabo en Italia en los últimos 20 años. Y de todo eso emerge una Lucrecia inesperada, sorprendente.

-No he leído la obra de Víctor Hugo y así muchos lectores de esta entrevista ¿en qué se sorprenderán?

-La Lucrecia histórica cuya vida yo relato en este libro no tiene nada que ver con la inventada por Victor Hugo. Quizá lo que más les sorprenda sea descubrir que Lucrecia gozó de un extraordinario prestigio en su época, que era conocida y alabada en todas las cortes de Europa.

-¿Cómo ha sido el proceso de documentación ,de investigación  en torno a este libro?;¿qué ha sido lo más fácil y lo más difícil?

-Desde hace muchísimos años vengo recopilando información relevante sobre Lucrecia. He leído muchas biografías excelentes y textos sobre ella, pero las novedades de la mía proceden, básicamente, de fuentes italianas, pues es donde más profundamente se ha investigado sobre ella. La sorpresa fue la publicación de sus cartas por parte del Archivio di Stato di Modena cuando estaba ya con mi trabajo iniciado. Lo más difícil y laborioso ha sido justamente la lectura de esos documentos, por estar escritos en la lengua vulgar de la época. Pero la dificultad se ha visto más que compensada por la alegría de poder leerlos, de «escuchar» la propia voz de Lucrecia y descubrirla como ser humano.

-¿Cómo le pusiste orden a todo?;¿cuál es tu metodología de trabajo? ¿trabajas sobre un guion de preguntas o temas a tratar?

-La ventaja de una biografía es que se ha de relatar de manera cronológica. Hice una relación de los acontecimientos significativos en la vida de Lucrecia y he trabajado sobre ellos para discernir cómo los vivió, qué significaron para ella, de qué modo fueron cambiando el horizonte y las perspectivas de su vida. Voy directamente al grano, sin separarme en ningún momento de ella. Y la he inscrito en el ambiente de su época de manera natural y literaria, de modo que, casi sin darse cuenta, el lector pueda comprender el contexto cultural, económico, artístico, político en el cual ella vivió, experimentar una inmersión en esa época fascinante del Renacimiento pleno. Todos los vestidos, joyas, libros, y todos los objetos de Lucrecia que de los que hablo en el libro o bien fueron descritos en su época o figuran en sus inventarios.

-Qué te sorprendió más de esta mujer de la Edad Moderna?

-Cómo supo equilibrar e integrar en su vida dos aspectos muy distintos: la importancia enorme que para ella tenían los afectos, y la racionalidad que presidía sus acciones.

-Una mujer con personalidad propia rodeada de un entorno, podríamos decir casi, casi depredador...

-Lucrecia, como todo ser humano, tuvo que aprender a vivir/sobrevivir en su contexto. Su vida fue brillantísima y también llena de experiencias oscuras, dramáticas algunas. Pero salió victoriosa de ellas. A lo largo de este libro la vemos madurar, hacerse una persona cada vez más sólida.

-Destacas su componente humano, ¿qué nos puedes decir?

-Quizá uno de los aspectos más sorprendentes es que disponía de lo que hoy llamaríamos inteligencia emocional, sabía cómo relacionarse con los demás de manera positiva. Por otra parte, era muy empática, se colocaba en el lugar del otro, y eso era desconocido en su época: ni existía esa palabra ni esa actitud se daba entre las personas de su rango.  Quizá por eso todos decían de ella que era «humanísima». Lucrecia fue una persona muy amada.

 

 

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