Cazarabet conversa con... Miguel
Ortega Martínez, coautor de “El lector de árboles” (Prames)
Un paseo por
el mundo de los árboles que nos brindan Miguel Ortega Martínez y Jesús Julio
Camarero Martínez brindado por la exquisita edición a cargo de Prames.
Este libro,
magnífico, se encuentra en la colección, Guías de la naturaleza.
Un libro,
sencillamente extraordinario para llevarlo de la mano mientras nos brindamos un
“baño por la naturaleza”.
La sinopsis
del libro:
Las plantas
son un buen indicador de las condiciones ambientales del lugar donde viven. Los
árboles además conservan esta información a lo largo de toda su vida en su
porte y en su madera, donde los anillos de crecimiento nos permiten poner
fechas a los momentos más cruciales de su vida. Esta publicación está pensada
para personas con tiempo y curiosidad, que disfrutan observando y comprendiendo
la naturaleza.
Cazarabet
conversa con Miguel Ortega Martínez:
-Miguel, detrás de El lector de
árboles, ¿qué hay… solamente el amor a los árboles que se va más allá y que
decides transmitir a difundir entre la gente que disfruta con las andadas y
demás que se sumergen bajo las copas o las ramas de los árboles?
-La verdad es
todo más sencillo, nos parece importante la divulgación y la ciencia puede
explicar mucho de cómo es un árbol, conociéndolos mejor los podemos valorar aún
más y disfrutar con su contemplación.
-Pero ¿qué es
lo que te decidió a dar el paso final de escribir este libro de paseo por los
árboles y saber qué nos dicen porque tú los lees, pero ellos nos hablan…?
-Los árboles
no hablan, pero podemos interpretar su forma de crecer, no por nuestras
creencias o ideas sino por la información que podemos obtener de ellos y que
queda registrada en la madera que forman según crecen.
-¿Cómo ha sido la colaboración con Jesús Julio
Camarero Martínez? ¿Qué ha aportado al trabajo?
-La base del
contenido del libro es su trabajo, pues se dedica a las investigaciones de
dendrocronología, que podríamos traducir por el estudio través de su madera de
cómo han crecido los árboles. Mi parte ha sido hacer los contenidos más
accesibles y atractivos, la divulgación antes de nada tiene que llamar la
atención y sorprender, luego viene el resto, la información.
-La verdad es
que sin la colaboración de Jesús Julio Camarero este libro no nos contaría esos
secretos que tan solo los árboles saben, ¿verdad?
-Jesús
trabaja con unos testigos de madera que obtiene de los árboles vivos con una
barrena especial que no los daña, necesita un mínimo de 10 de la misma especies
y mismo lugar para que los datos sean consistentes, a partir de esos datos que
de ahí elabora la información que yo utilizo. Para hacerlo más atractivo, yo
busco rodajas de árboles en los cuales poder aplicar la información y lo
completo con dibujos de los árboles que complementen la información.
Es un trabajo
de equipo y cada uno tenemos nuestra parcela.
-Y qué nos
cuentan los árboles, además de brindarnos sombra, belleza, ese silencio que es
tranquilizador…
-Nos cuentan
cómo han vivido, si han sido un buen año o malo a través del ancho de los
anillos de crecimiento, a partir de ahí hay que deducir las causas para el
lugar donde viven. Esa información nos ayuda a conocer las condiciones
ambientales del lugar.
-En este
libro, las fotos, ilustraciones son más que importantes, ¿no? ¿qué nos puedes
decir?
-Las imágenes
sin el texto solo sería decoración, pero es cierto que nos ayudan a entender
que lo que se cuenta es real. Hemos tenido suerte, y los digo en plural por las
personas que: nos avisan de árboles caídos, nos ayudan a cortar y transportar
las piezas, así podemos mostrar ejemplos de todo lo que queríamos contar:
efecto de aludes, riadas, incendios, competencia entre árboles, plagas,
trasmochos, incluso árboles milenarios en este caso datados con carbono 14.
-¿Qué pretendíais con la publicación
de este libro: que la gente amase, aún más a los árboles, pero sabiendo todo lo
que ellos comparten con nosotros?
-La idea es
que se comprenda como viven y como crecen sin interpretaciones personales, y
como ellos nos proporcionan la información, eso hacen que sean todavía más
maravillosos, a veces cuentan cosas increíbles relacionadas con su
supervivencia.
-¿Cómo ha ido la colaboración entre ambos?
-Colaboramos
juntos desde hace años y nos ayudamos en los proyectos de cada uno, siempre es
enriquecedor otra perspectiva.
-Además, es
un libro que nos puede venir acompañando en los paseos por la naturaleza y sus
bosques, ¿no?
-La idea es
que cualquiera de nosotros al entender cómo viven los árboles, en cualquier
paseo por el campo podamos disfrutar más, no es necesario ir a un bosque
fantástico, un árbol de aspecto poco agradecido nos puede indicar como vive.
-Estaría bien
ver a excursiones que en vez de ir a ver quién llega primero combinase el
ejercicio con el pararse, de vez en cuando y el compartir conocimientos de
manos de libros como el presente…
-Si vas muy
rápido no te enteras de cómo es el lugar por donde pasas, pero ahora la moda es
ir a muchos sitos, rápido, estar poco tiempo y que todo el mundo sepa que
también hemos estado ahí, aunque podamos decir bien poco del lugar. Yo soy de
los de moverse lento y repetir los lugares hasta que sientes que los conoces.
-Porque desde
este libro aprendemos, entre otras cosas, a cuántos años llevan entre
nosotros…pero también nos pueden enseñar cómo y bajo qué circunstancias los han
vivido, ¿verdad?
-Los
animales, los humanos lo somos, cuando no estamos bien en un lugar nos vamos de
ahí, los árboles como el resto de plantas se han de quedar y sufrir las
condiciones ambientales, se amoldan a ellas con su crecimiento que influirá en
su aspecto. Para una misma especie no tiene el mismo aspecto un árbol que crece
dentro de un bosque que otra que vive solitario, o que ha sobrevivido un
incendio o tiene excesiva presión de los herbívoros.
-Pero los
árboles y su analítica nos pueden contar muchas cosas del pasado, más o menos
inmediato, ¿verdad?
-La
información la alacena solo mientras están en periodo vegetativo es decir
creciendo, y lo hacen desde el momento en que germina de la semilla, por eso
cuanto mayor es la edad del árbol más valioso a nivel de información.
-También de
tiempos muy, muy lejanos, así como ayudarnos a entender el futuro, ¿es así?
Entender el
pasado nos ayuda a afrontar el futuro, sabiendo que especies y de qué forma los
organismos superaron las crisis del pasado, nos puede ayudar a que la actual
crisis sea menos dañina.
-Además, los árboles nos hablan de
todos los elementos de la naturaleza que interaccionan con él, ¿no? viento,
agua, fuego, sol o el resto de inclemencias climáticas…
-Son un
reflejo del clima, en nuestra zona las variaciones de humedad, en especial los
años de sequía, aunque también de las primaveras frías. Además, registran
eventos climáticos como riadas, incendios, aludes de nieve, vientos… y con los
anillos de crecimiento nos permite ubicarlas en el tiempo, en una fecha, esto
es muy valioso por las zonas donde no hay registros escritos con esta
información, y ayuda a conocer las zonas y la frecuencia de los riesgos
climáticos.
-O la
interacción con los animales y el resto de flora….
-También
pueden registra defoliaciones de las copas por efecto de plagas, o aún más
llamativos la competencia por la luz entre los árboles.
-Por cierto,
¿cómo ha sido trabajar con Prames?
-La verdad es
que muy bien, desde el principio se han comprometido con esta publicación y eso
que es un tanto especial, no hay guías sobre como crecen los árboles, ni sobre
la información que nos dan las secciones de los troncos, en ese ámbito es algo
nuevo.
-Cada vez los
árboles y los bosques me enamoran más, pero, a la vez, me crean como una
sensación de ansiedad porque la sequía, los incendios---intencionados,
malintencionados o demás---me hace temer por ellos y es que son seres vivos que
sufren…están de otro color cuando deberían de estar verdes, se les caen las
hojas a destiempo…
-Hay especies
muy resistentes y muy resilientes, pero si las condiciones ambientales superan
su capacidad serán sustituidas por otras especies, si el cambio es progresivo
no habría problema. Si el cambio es demasiado brusco, como ocurre ahora, ahí
surge el problema.
-Son, los
árboles, un factor de ansiedad, pero a la vez de serenidad, ¿verdad?
-Si estamos
en un bosque denso y desorientados ese es un factor de ansiedad, pero por lo
demás el color, los sonidos y los compuestos químicos que exhalan los árboles
nos ayudan estar serenos e incluso nos pueden mejora la salud, los humanos
seguimos formando parte de la naturaleza, a pesar de la tecnología.
Pero para los
propios árboles y plantas un bosque es un lugar de lucha por un bien, la luz,
que a nosotros nos parece abundante, pero para ellos es vital, y por el cual
compiten árboles de diferentes especies, de la misma especie e incluso las
ramas del propio árbol.
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Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)