Cazarabet conversa con... Héctor Vicente Sánchez, autor de
“Las vidas de un republicano. Sebastián Banzo y su entorno (1883-1956)” (Rolde
de Estudios Aragoneses)
Héctor Vicente Sánchez
mira de acerca y nos escribe sobre la vida de Sebastián Banzo y su entorno
(1883-1956).
Edita el libro,
Rolde de Estudios Aragoneses.
El prólogo del
libro lo escribe José Luis Melero y se encuentra dentro de la colección Aragón
Contemporáneo y se explica desde Rolde: “Dirigida por
Julián Casanova, en esta colección, Rolde de Estudios Aragoneses pone al
alcance de los lectores elementos de análisis y debate sobre los
acontecimientos que han marcado nuestra historia en los dos últimos siglos.
Investigaciones novedosas que aúnan rigor científico y voluntad divulgativa…
textos, en suma, que hacen valer la idea de que la Historia, más allá de su
consideración de estudio del pasado para la comprensión del presente, es
también un arma cargada de futuro”.
La sinopsis del
libro:
Este
libro, prologado por José Luis Melero, nos sumerge en la biografía de una de
las figuras más destacadas de la escena política de las primeras décadas del
siglo XX en Aragón. Sus valores progresistas llevaron a Sebastián Banzo (Zaragoza,
1883 – Rennes, 1956) a secundar iniciativas en defensa del laicismo y el
librepensamiento y a militar desde muy joven en organizaciones republicanas.
También se inició en la Masonería y participó en diversas aventuras
periodísticas. En el Ayuntamiento de Zaragoza fue concejal y más tarde, recién
proclamada la República, desempeñó la alcaldía. Obtuvo también el acta de
diputado en las Cortes Constituyentes.
Tras
la guerra civil, vivió exiliado en Francia. Ahí, Banzo sufrió la desaparición
de su hijo Fernando, miembro de la Resistencia víctima del nazismo. A esa
pérdida seguirán otras (su esposa Ascensión y su hija Aurora) que teñirán de
amargura sus últimos años de vida en Rennes. Quedará, al menos, un
reconocimiento póstumo a su figura que, aun tardío, ha ido desvelándose. Esta
obra forma parte de ello.
El autor: Héctor Vicente Sánchez es doctor en Historia por la
Universidad de Zaragoza y miembro del Centro de Estudios Históricos de la
Masonería Española. Sus principales ámbitos de estudio son las instituciones
locales y la educación primaria durante la Segunda República, así como la
represión durante la Guerra Civil y la Dictadura. Sobre estos temas ha
publicado diversos trabajos en revistas especializadas y en obras colectivas.
-Quiere
este libro rendir como una especie de homenaje de reconocimiento a este
republicano y demócrata que lo intentó todo, pero que todo quedó como dentro de
un olvido…
Cazarabet conversa con Héctor Vicente Sánchez:
-Amigo Héctor,
¿qué es lo que te llevó a investigar sobre la figura de Sebastián Banzo y como
bien dice el subtítulo del libro, “su entorno” ?, ¿qué es lo que te llamó la
atención de este republicano con ideas librepensadoras que llegó a ser concejal
y alcalde de Zaragoza, diputado a las Cortes Constituyentes?; preguntado de
otra manera, Héctor, ¿hay o hubo algún incentivo que te ha hecho os ha hecho
investigar sobre esto?
-Mi primera
toma de contacto con la figura de Sebastián Banzo Urrea se produjo en el marco
de la realización de mi tesina sobre el Ayuntamiento de Zaragoza durante la
Segunda República que a la postre sería el tema de mi posterior tesis. A la par
que iba recopilando información sobre el consistorio zaragozano lo iba haciendo
de los concejales que hubo durante el periodo republicano. Y empecé a descubrir
que Sebastián Banzo antes de proclamarse la Segunda República ya había tenido
una destacada militancia en el mundo republicano. El azar también jugó un papel
importante en la posibilidad de profundizar en su figura. En mis largas
estancias en el Archivo Municipal del Palacio de Montemuzo
tuve la ocasión de conocer a Luís Serrano Pardo, cuyas obras conocía por
haberlas utilizado, así que un día decidí interrumpirlo en sus quehaceres para
mostrarle un documento que acaba de enviarme la Fundación Pablo Iglesias allá
por septiembre de 2012. A partir de ese momento forjamos una bonita amistad,
que dura hasta hoy en día, y nos fuimos contando en que trabajaba cada uno.
Luís Serrano me comentó que, también por azar, había conocido, también en el
Archivo Municipal, a Aurora Arruego Banzo, nieta de Sebastián Banzo. Aurora
venía todos los veranos desde su Rennes natal a Zaragoza a investigar sobre la
figura de su abuelo. En el verano de 2013 coincidimos un día en el Archivo
Municipal Luís, Aurora y yo y ahí podríamos decir que se inicia, de manera
inconsciente, la historia de este libro que ahora acaba de ser publicado. Entre
las informaciones que daba la prensa sobre él, los documentos custodiados en
diferentes archivos y el propio testimonio de Aurora empecé a vislumbrar que
era un personaje que había jugado un papel destacado en el movimiento
republicano de la Zaragoza de las tres primeras décadas del siglo XX. Fue
concejal hasta en tres ocasiones, llegó a ser alcalde de la ciudad, diputado en
las Cortes Constituyentes, masón, dirigió un periódico, fue encarcelado varias
veces y durante la Dictadura de Primo de Rivera tuvo que exiliarse por primera
vez a Francia. Y lo más sorprendente de todo es que a penas
se sabía nada de él. Como destacaban Gabriela Sierra y Francisco García en el
perfil biográfico que trazaron sobre Sebastián Banzo en su obra de 2012
«sorprende a los autores lo poco que sabemos de quien fue el primer alcalde
republicano de Zaragoza [...] del que creemos se merece una investigación de mayor
profundidad».
¿Qué
destacarías de sus y de esos valores que le llevaron a compaginar el
republicanismo librepensador?; ¿cómo lo transmitía y de qué manera? …tenía vocación
de trasladar su humanismo a trabajar para con el común de la ciudadanía?
-La principal
dificultad que tenemos para conocer el pensamiento de Sebastián Banzo es que
toda su militancia en los movimientos republicanos, laicos, librepensadores y
educativos la conocemos a través de la prensa. No tenemos documentación escrita
por él donde se recoja su concepción a cerca de estos temas. Pero esas mismas
fuentes nos permiten trazar el perfil de una persona que estuvo vinculada desde
muy joven al republicanismo. Tenemos constancia de su participación en varios
mítines donde defendió estas ideas, pero donde mejor se aprecia como puso sus
ideales a favor de la ciudadanía fue durante sus diferentes etapas como
concejal. Revisando las actas municipales se puede ver como siempre hizo una
defensa de la mejora de la educación pública, trató de llevar a cabo todas las
propuestas laicistas que el movimiento republicano defendía o trató de mejorar
beneficencia municipal entre otras cosas.
-Cuando más
actividad desarrolla es entre 1910 y 1923… cuando, digamos, estaba todo por
conseguir, ¿no?
-Son también
los años de su juventud. Cuando comienza la segunda década del siglo XX Sebastián
Banzo tenía 27 años y una fuerza desbordante como demuestra la cantidad de
iniciativas en las que estuvo implicado. Se involucró en el mundo obrero
interviniendo en la convocatoria de la primera huelga general llevada a cabo en
Zaragoza y participando en diferentes huelgas, consiguió el acta de concejal,
formó parte de diferentes iniciativas periodísticas de la ciudad, estuvo al
frente de varias entidades del Partido Republicano Radical, estuvo vinculado a
entidades en defensa de la escuela laica. En un país de tradición Monárquica y
con una fuerte presencia de la Iglesia en la sociedad, el campo de acción de
quienes promovían una sociedad alternativa era muy grande. Aunque también
conseguir esas mejoras en un contexto tan complicado era difícil. Sirva como
ejemplo sus dos primera etapas en el consistorio, 1 de enero de 1914 - 30 de
julio de 1917 y 1 de abril de 1922 a 1 de octubre de 1923, cuando la mayoría
municipal la conformaban munícipes monárquicos. Ello no le impidió plantear
iniciativas secularizadoras o votar en contra de acuerdos que iban en contra de
sus ideas. Sabía perfectamente que las primeras no iban a salir adelante y que
su oposición era estéril. Pero ahí estaba siempre defendiendo sus ideas.
-¿Todos esos valores, él, los transmitió a su familia
y entorno?
-Nueva debemos
destacar que conocer su vida más personal es más complicado pues el único
testimonio con el que contamos es con el de su nieta Aurora Arruego que nació
en enero de 1941 en Rennes. Pero creo que podemos afirmar que, sin miedo a
equivocarnos, que si que lo hizo. Y prueba de ello es
que durante la Segunda República tanto su hijo Fernando como su hija Aurora
formaron parte de diferentes secciones del Partido Republicano Radical en
Zaragoza. Es más, en 1933 las tres secciones del partido en Zaragoza las
preside el apellido Banzo. Sebastián la sección del Partido Radical en
Zaragoza, Fernando la Juventud del partido y Aurora la Sección Femenina.
-Coméntanos: ¿cómo le fue con la II República? ¿Cómo le fue siendo el primer
alcalde de la II República en Zaragoza?
-Las expectativas cuando fue proclamado el régimen republicano eran muy
altas, y el propio Sebastián Banzo lo dejó claro cuando fue entrevistado en el
semanario República. A pregunta del entrevistador de cuál había sido la
emoción más grande de su vida política, respondía que «la confirmación de que
la República que nosotros habíamos proclamado en las urnas el 12 de abril y en
el Ayuntamiento y en las calles de la ciudad los días siguientes a esta fecha
se había proclamado oficialmente en España; es un momento que vale toda una
vida». La proclamación de la Segunda República lo llevó a obtener, por tercera
vez, el acta de concejal siendo en esta ocasión elegido por aclamación de sus
compañeros como alcalde de la ciudad en reconocimiento a su dilatada militancia
en las filas de republicanismo. Durante su etapa al frente del consistorio,
entre el 14 de abril de 1931 y el 10 de junio de 1932, en Zaragoza fueron
inaugurados un buen número de centros escolares, se adoptaron medidas
secularizadoras tan importantes como el derribo de las tapias que separaban las
distintas confesiones dentro del cementerio de Torrero o la retirada de la
Imagen de la Virgen del Salón de Plenos Municipales, y se produjo la mejora de
las instalaciones de diversos centros benéficos de la ciudad, obtuvo el acta de
diputado para las Cortes Constituyentes y fue objeto de numerosos homenajes.
Incluso su nombre fue dado a una de las calles de la ciudad. También hubo
gestiones como el cierre de la Academia General Militar o la aprobación del
plan de ensanche de la ciudad a los que no pudo dar solución. El desgaste
propio de la gestión, así como la propia evolución política del país, le hizo
que sus compañeros de coalición, principalmente el Partido Republicano Radical
Socialista y el Partido Socialista, le retiraran su confianza para continuar al
frente del Ayuntamiento. Como el propio Sebastián Banzo manifestó en su escrito
de dimisión su intención era que “mientras contase con la conformidad y confianza
de la mayoría izquierdista permanecería al frente del Ayuntamiento, pero ni un
momento más de aquel en que se manifestase la falta de aquella confianza por la
referida mayoría”. Tras su paso por la alcaldía fue objeto de nuevos homenajes
como los que le tributaron el Comité Central del Partido Republicano Radical y
la Juventud Radical organizan un banquete de homenaje a Sebastián Banzo por
haber sido el primer alcalde de la República en la ciudad y los obreros y
empleados municipales. Los vecinos de la ciudad también quisieron agradecerle
su labor y le dieron el nombre de Banzo al barrio que hasta entonces llevaba
por nombre el de la Ortilla
-Para una persona como él, tener que ver que la II República que tanto
tardó en conseguirse fue derrocada por un Golpe Militar debió de ser un shock,
¿no?
-Aunque nunca
lo expresó, no es disparatado pensar que la propia evolución de la República le
hiciera desencantarse con el régimen en el que tantas expectativas había
depositado. No tuvo que ser fácil para alguien de la trayectoria de Sebastián
Banzo ver como Miguel López de Gera, compañero de partido, conseguía mantenerse
al frente de la alcaldía en agosto de 1934 gracias al apoyo de los sectores
monárquicos. Y mucho menos compartir equipo de gobierno con ediles como Mariano
Baselga un católico recalcitrante. Cuando en julio de
1936 se produjo el golpe de Estado, Sebastián Banzo ya había abandonado, de
manera sigilosa, su carrera política pero no por ello debió ser menos doloroso
el desenlace final al que fue sometido un régimen político que había sido
elegido democráticamente en las urnas. La sublevación militar trajo aparejada
un espiral represiva especialmente cruel en Zaragoza que provocó que un buen
número de sus antiguos compañeros del ayuntamiento y hermanos de las logias
zaragozanas fueran ejecutados.
-¿Dónde le coge el golpe de Estado y cómo pasa la
guerra; cuándo decide marchar al exilio?
-El 19 de
julio de 1935 Sebastián Banzo asistió a su último pleno municipal y durante la
segunda mitad de dicho año se trasladó con el resto de su familia, su Esposa
Ascensión, su hijo Fernando, su hija Aurora, su suegra Paulina, Carmen, la
hermana gemela de Paulina, y su nieto Fernando recién nacido, a Barcelona. Allí
la familia regentó una Administración de Loterías y una Expendeduría de Tabaco.
Este cambio de residencia hizo que la guerra civil les sorprendiera en una
ciudad que consiguió permanecer leal a la República y no en una, como Zaragoza,
donde las fuerzas sublevadas triunfaron y ejercieron una feroz represión.
Cuando se inicia la guerra civil Sebastián Banzo acaba de cumplir 53 años edad
que lo imposibilitaba para desempeñar cualquier cargo militar. El 1 de octubre
de 1936 se afilió a la Federación Expendedora de Tabaco y Timbre, perteneciente
a la UGT, en calidad de estanquero. Filiación más práctica que ideológica,
puesto que para poder conservar el trabajo, la vivienda, asistencia sanitaria y
otra serie de beneficios había que tener un carnet de afiliado. Quienes
tuvieron una participación más activa en el conflicto bélico fueron José
Arruego, marido de su hija Aurora, y su hijo Fernando. El primero realizó su
inscripción militar en el Consejo de Defensa de Cataluña en octubre de 1936 y
en enero de 1939 se incorporó al cuerpo de Carabineros. El segundo llegó a ser
teniente en el Ejército del Este. Es a finales de enero de 1936, cuando la
guerra parece definitivamente decantada hacia el bando de los sublevados, la
familia Banzo-Agulló inician el cambio rumbo al exilio y cruzarían la frontera,
de forma separada, en los primeros días de febrero. Sebastián Banzo, Ascensión
Agulló, Aurora Banzo, Paulina Monzón, Fernando Banzo Monzón y Carmen Monzón
cruzaron la frontera a través de Port-Bou el 2
de febrero. José Arruego el 6 de febrero por un lugar que no podemos precisar.
Fernando Banzo Agulló cruzó la frontera por Prats de Mollo
dos días después.
-¿Cómo lo hace y cómo es acogido en Francia?, porque
en principio pasa con su familia hasta que son separados….
-Uno de los traumas
por los que pasaron las familias que tuvieron que partir rumbo al exilio fue la
separación de sus miembros, y la familia Banzo-Agulló no fue una excepción. La
parte de la familia que primero cruzó la frontera fue llevada a centros de
acogida y a casas particulares. Aunque la prensa francesa de la época destacaba
el entusiasmo por dar la bienvenida a los exiliados españoles la realidad fue
que su instalación se produjo en todo tipo de establecimientos, algunos de los
cuales no reunían las condiciones más idóneas. La peor parte se la llevaron
Fernando Banzo y José Arruego quienes fueron sometidos a una ruta “turística”
por diferentes campos de concentración franceses. No sería hasta noviembre de
1942 cuando la familia consiguió reunirse por completo en Rennes tras no pocos
esfuerzos y gestiones, casi cuatro años después de que hubieran cruzado la
frontera.
-Un exilio que
le deparó mucho dolor… por la separación familiar, la detención y desaparición
de su hijo Fernando por parte de las tropas de ocupación nazis---ya en la II
Guerra Mundial--, la de su mujer Ascensión y su hija Aurora…
-Los años de
exilio no le ahorraron a Sebastián Banzo ningún sufrimiento posible. Después de
casi cuatro años separados, la reunificación familiar fue “breve”. En marzo de
1944 Fernando Banzo, miembro de la Resistencia, fue detenido y encarcelado en
Rennes en la prisión Jacques Cartier para terminar, finalmente, enviado al
Lager de Sachsenhausen de donde fue dado por desaparecido en abril de 1945
cuando las tropas soviéticas lo liberaron. Ascensión Agulló, la mujer con la
que llevaba casada más de 40 años, falleció en agosto de 1949. Y el golpe del
que ya no se repondría sería del fallecimiento de su hija Aurora, de forma
repentina, el 3 de junio de 1955. Justo cuando se cumplía el primer aniversario
de este deceso, Sebastián Banzo decidía poner fin a su vida arrojándose a las
aguas del canal de Rennes.
-¿Todo lo anterior cómo lo puede “reciclar” una
persona?
-Pienso que
nadie es capaz de “reciclar” la pérdida paulatina de todos sus seres queridos
más cercanos. Y a Sebastián Banzo le
tocó vivir con esa pesada losa, pero le pasó factura. Las últimas fotos que se
conservan de él, y que la familia en una decisión totalmente comprensible ha
preferido que no fueran incluidas en el libro, muestran a un Sebastián Banzo
bastante deteriorado por el paso del tiempo. En esas fotos se puede apreciar en
su rostro el inexorable paso del tiempo y el sufrimiento que le había tocado
vivir desde que cruzó la frontera francesa en febrero de 1939.
-¿Cómo fueron sus últimos días en Rennes?
-En la última
etapa de su vida vivía junto a su hija Aurora, su yerno José Arruego y sus dos
nietos, Aurora y Luís Arruego Banzo. Como nos contó su nieta, Sebastián ayudaba
a José Arruego en un pequeño taller que este tenía en Rennes, no hablaba mucho
y pasaba mucho tiempo encerrado leyendo. Tras la muerte de Aurora Banzo quedó
sumido en una honda depresión de la que ya no se recuperaría y decidiría poner
fin a su vida suicidándose. Un triste epílogo para una persona que había
luchado denodadamente por conseguir implantar los valores republicanos.
-Cómo ha sido
el proceso y la tarea ardua de investigación que, además tiene mucho a ver con
el proceso de documentación?
-Como ya he comentado
anteriormente, la recopilación de información sobre Sebastián Banzo comenzó de
manera simultánea a la realización de mi Tesina y posterior Tesis Doctoral. El
factor que nos hizo plantearnos abordar un trabajo monográfico sobre Sebastián
Banzo fue conocer a su nieta. Sin ella hubiera sido prácticamente imposible
conocer los años del exilio. Aurora Arruego me facilitó mucha información de
los años del exilio y yo le facilité otra relativa a la actividad política de
su abuelo en Zaragoza. Desde el verano del 2013 en que nos conocimos
conseguimos publicar un primer acercamiento a la figura de Sebastián Banzo en
la revista Rolde de Cultura Aragonesa: “Sebastián
Banzo Urrea. (1883–1956). Primer alcalde de la II República”, Rolde. Revista de Cultura aragonesa,
148-150 (2014), pp. 46-59. En el marco del Symposium
Internacional de Historia de la Masonería Española celebrado en octubre de 2018
en Lisboa presentamos un nuevo acercamiento a la figura de Sebastián Banzo
centrándonos en su faceta como masón y que vería la luz en las actas publicadas
posteriormente bajo el título de “Sebastián Banzo (1883-1956). Republicano,
masón y exiliado”, en Leonardo RUIZ SÁNCHEZ, Yván
POZUELO ANDRÉS, Antonio VENTURA PILRES y José Eduardo FRANCO (coord.), La
Masonería. Mito e historia. En el III Centenario de la Fundación de la
Masonería moderna, Zaragoza, Centro de Estudios Históricos de la Masonería
Española, Universidad de Sevilla, 2020, pp. 907-919. El paso definitivo para
embarcarnos a realizar la monografía publicada por Rolde fue el viaje
que hice a Rennes en julio de 2021 a casa de Aurora. Allí la nieta de Sebastián
Banzo me mostró toda la documentación, fotos y objetos que conservaba sobre su
abuelo. Entendimos que había llegado el momento de abordar la idea que llevábamos
sopesando durante algunos años: hacer un libro Sobre Sebastián Banzo. Así que a
comienzos de 2022 empecé el proceso de redacción del libro una vez finalizada
mi Tesis Doctoral solo pendiente de la pertinente defensa. En los últimos meses
de 2022 el trabajo estaba terminado y editado.
-La
investigación, la recopilación de documentación, el contrastar todo ello… el
aproximarse a testimonios más o menos directos sobre Sebastián Banzo… es un
trabajo que requiere de mucho tiempo y dedicación, de minuciosidad, pero
también de mucha gratificación… ¿qué nos puedes decir?
-El proceso de
recopilación de información ha sido arduo. Trabajar sobre un personaje sobre el
que apenas se había escrito nos ha hecho ir a ciegas en muchos momentos y no
saber dónde poder encontrar información sobre él. Finalmente hemos obtenido
información en catorce archivos diferentes, entre los que se incluyen el
archivo personal de la familia Banzo, los existentes en diversas ciudades
españolas y otros tantos en territorio francés. Hemos contactado con seis
registros civiles diferentes, tanto españoles como franceses, para conseguir
certificar de manera exacta las fechas de nacimiento y defunción de los
miembros de la familia. La prensa también ha sido una fuente importante, siendo
28 las cabeceras que hemos utilizado para documentarnos. Los testimonios orales
han sido también muy importantes, principalmente el de Aurora Arruego pues es
quien custodia todo el legado de la familia y lleva años investigado sobre su
abuelo. Pero también han sido de gran importancia para los años del exilio los
testimonios de Claudine Allende Santa Cruz y Gabrielle García, ambas hijas de
exiliados españoles. Me llevo también muy buenos momentos de todo este trabajo.
El primero haber podido conocer a la nieta de Sebastián Banzo, Aurora Banzo, el
viaje a Rennes donde el propio Sebastián Banzo pasó sus últimos días, la ayuda
que me han prestado muchas personas en mi proceso investigador y, por último,
haber podido rescatar del olvido a un personaje tan importante para nuestra
ciudad.
-¿Y qué metodología de trabajo sueles
seguir? ¿Trabajas sobre un guion de cuestiones y/o preguntas sobre las que
ir encontrando respuestas?
-Normalmente
antes de abordar un trabajo de investigación trato de recopilar las fuentes que
hay sobre el tema, tanto primarias como secundarias, elaboro un esquema previo
sobre el que desarrollar el trabajo, aunque luego puede variar, y planteo una
serie de hipótesis sobre la cuestión central del trabajo. Con este trabajo
sobre Sebastián Banzo el proceso ha sido similar pero bastante dilatado a lo
largo del tiempo. Al no existir prácticamente información sobre nuestro
protagonista era la consulta de unas fuentes la que nos hacían que
posteriormente nos dirigiéramos hacia otras. E informaciones que no les
encontrábamos sentido en un primer momento, lo cobraban cuando posteriormente
consultábamos otras fuentes. Otro factor que ha hecho más compleja la
investigación ha sido el tracto cronológico que aborda el trabajo, desde la
España de las tres primeras décadas del siglo XX a la Francia de 1939 hasta el
fallecimiento de Sebastián Banzo. Hasta casi los últimos momentos de la
redacción del libro hemos estado incorporando fuentes que hemos ido
descubriendo. Es por ello que si bien habíamos trazado un esquema general lo
hemos tenido que ir variando sobre la marcha para adaptarlo a los nuevos datos
obtenidos.
-Amigo Héctor,
¿qué has aprendido de tu inmersión en la vida de vidas de este republicano,
Sebastián Banzo?.
-Su vida fue un
ejemplo de lucha, de superación de constancia, de nunca rendirse. De
sobreponerse a situaciones complicadas como detenciones, exilios, pérdida de
familiares cercanos. Pero también es el reflejo de como la lucha y los valores
que defendieron tanto Sebastián Banzo como miles de españoles fueron relegados
al olvido tras la sublevación militar y como recuperar sus figuras hoy en día
es tremendamente complicado. Su nieta tuvo que sufragar el cuadro que hoy
figura junto al de los otros alcaldes en el ayuntamiento de Zaragoza, se le
dedicó una calle sin saber poco más que había sido alcalde durante la Segunda
República, situaciones que dejan un regusto amargo entre quienes queremos
recuperar la historia y a sus protagonistas.
Héctor, ¿cómo ha sido trabajar con Rolde de Estudios Aragoneses?
-Pues trabajar con Rolde se Estudios Aragoneses siempre es un placer. Ya
tuve la oportunidad de trabajar con ellos en 2014 cuando publicaron mi primer
trabajo sobre Sebastián Banzo en su revista. Cuando hablé con ellos y me
plantearon la posibilidad de publicar con ellos este libro no me lo pensé dos
veces. Tener a Carlos Serrano como editor es un lujazo
y que puedo decir de José Luis Melero. Nos conocemos hace muchos años, lo he
leído mucho y tenerlo como prologuista del libro y compañero en la presentación
del libro ha sido todo un honor.
-¿Nos puedes dar
alguna pista de aquello en que estás trabajando ahora?
-Bueno pues
actualmente tengo dos trabajos que, si todo va bien, verán la luz a corto y
medio plazo. El primero es un trabajo colectivo que estamos coordinando entre
Santiago de Miguel Salanova de la Universidad
Complutense de Madrid, Jon Penche González de la
Universidad del País Vasco y yo mismo sobre poderes locales durante la Segunda
República. Incluirá diez trabajos en los que hemos contado tanto con
historiadores de reconocido prestigio como con otros cuyas carreras están en un
estado más incipiente y que vienen desarrollando destacados trabajos de
investigación. Un poco más a medio plazo tendrá que salir la monografía sobre
mi tesis doctoral sobre el Ayuntamiento de Zaragoza durante la Segunda a
la que aun ando dando forma y buscando editorial para que sea publicada.
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Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)