Cazarabet conversa con...   Héctor Vicente Sánchez, autor de “Las vidas de un republicano. Sebastián Banzo y su entorno (1883-1956)” (Rolde de Estudios Aragoneses)

 

 

 

 

 

 

 

 

Héctor Vicente Sánchez mira de acerca y nos escribe sobre la vida de Sebastián Banzo y su entorno (1883-1956).

Edita el libro, Rolde de Estudios Aragoneses.

El prólogo del libro lo escribe José Luis Melero y se encuentra dentro de la colección Aragón Contemporáneo y se explica desde Rolde: “Dirigida por Julián Casanova, en esta colección, Rolde de Estudios Aragoneses pone al alcance de los lectores elementos de análisis y debate sobre los acontecimientos que han marcado nuestra historia en los dos últimos siglos. Investigaciones novedosas que aúnan rigor científico y voluntad divulgativa… textos, en suma, que hacen valer la idea de que la Historia, más allá de su consideración de estudio del pasado para la comprensión del presente, es también un arma cargada de futuro”.

La sinopsis del libro:

Este libro, prologado por José Luis Melero, nos sumerge en la biografía de una de las figuras más destacadas de la escena política de las primeras décadas del siglo XX en Aragón. Sus valores progresistas llevaron a Sebastián Banzo (Zaragoza, 1883 – Rennes, 1956) a secundar iniciativas en defensa del laicismo y el librepensamiento y a militar desde muy joven en organizaciones republicanas. También se inició en la Masonería y participó en diversas aventuras periodísticas. En el Ayuntamiento de Zaragoza fue concejal y más tarde, recién proclamada la República, desempeñó la alcaldía. Obtuvo también el acta de diputado en las Cortes Constituyentes.

Tras la guerra civil, vivió exiliado en Francia. Ahí, Banzo sufrió la desaparición de su hijo Fernando, miembro de la Resistencia víctima del nazismo. A esa pérdida seguirán otras (su esposa Ascensión y su hija Aurora) que teñirán de amargura sus últimos años de vida en Rennes. Quedará, al menos, un reconocimiento póstumo a su figura que, aun tardío, ha ido desvelándose. Esta obra forma parte de ello.

El autor: Héctor Vicente Sánchez es doctor en Historia por la Universidad de Zaragoza y miembro del Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española. Sus principales ámbitos de estudio son las instituciones locales y la educación primaria durante la Segunda República, así como la represión durante la Guerra Civil y la Dictadura. Sobre estos temas ha publicado diversos trabajos en revistas especializadas y en obras colectivas.

-Quiere este libro rendir como una especie de homenaje de reconocimiento a este republicano y demócrata que lo intentó todo, pero que todo quedó como dentro de un olvido…

 

 

 

 

Cazarabet conversa con Héctor Vicente Sánchez:

-Amigo Héctor, ¿qué es lo que te llevó a investigar sobre la figura de Sebastián Banzo y como bien dice el subtítulo del libro, “su entorno” ?, ¿qué es lo que te llamó la atención de este republicano con ideas librepensadoras que llegó a ser concejal y alcalde de Zaragoza, diputado a las Cortes Constituyentes?; preguntado de otra manera, Héctor, ¿hay o hubo algún incentivo que te ha hecho os ha hecho investigar sobre esto?

 

-Mi primera toma de contacto con la figura de Sebastián Banzo Urrea se produjo en el marco de la realización de mi tesina sobre el Ayuntamiento de Zaragoza durante la Segunda República que a la postre sería el tema de mi posterior tesis. A la par que iba recopilando información sobre el consistorio zaragozano lo iba haciendo de los concejales que hubo durante el periodo republicano. Y empecé a descubrir que Sebastián Banzo antes de proclamarse la Segunda República ya había tenido una destacada militancia en el mundo republicano. El azar también jugó un papel importante en la posibilidad de profundizar en su figura. En mis largas estancias en el Archivo Municipal del Palacio de Montemuzo tuve la ocasión de conocer a Luís Serrano Pardo, cuyas obras conocía por haberlas utilizado, así que un día decidí interrumpirlo en sus quehaceres para mostrarle un documento que acaba de enviarme la Fundación Pablo Iglesias allá por septiembre de 2012. A partir de ese momento forjamos una bonita amistad, que dura hasta hoy en día, y nos fuimos contando en que trabajaba cada uno. Luís Serrano me comentó que, también por azar, había conocido, también en el Archivo Municipal, a Aurora Arruego Banzo, nieta de Sebastián Banzo. Aurora venía todos los veranos desde su Rennes natal a Zaragoza a investigar sobre la figura de su abuelo. En el verano de 2013 coincidimos un día en el Archivo Municipal Luís, Aurora y yo y ahí podríamos decir que se inicia, de manera inconsciente, la historia de este libro que ahora acaba de ser publicado. Entre las informaciones que daba la prensa sobre él, los documentos custodiados en diferentes archivos y el propio testimonio de Aurora empecé a vislumbrar que era un personaje que había jugado un papel destacado en el movimiento republicano de la Zaragoza de las tres primeras décadas del siglo XX. Fue concejal hasta en tres ocasiones, llegó a ser alcalde de la ciudad, diputado en las Cortes Constituyentes, masón, dirigió un periódico, fue encarcelado varias veces y durante la Dictadura de Primo de Rivera tuvo que exiliarse por primera vez a Francia. Y lo más sorprendente de todo es que a penas se sabía nada de él. Como destacaban Gabriela Sierra y Francisco García en el perfil biográfico que trazaron sobre Sebastián Banzo en su obra de 2012 «sorprende a los autores lo poco que sabemos de quien fue el primer alcalde republicano de Zaragoza [...] del que creemos se merece una investigación de mayor profundidad».

 

¿Qué destacarías de sus y de esos valores que le llevaron a compaginar el republicanismo librepensador?; ¿cómo lo transmitía y de qué manera? …tenía vocación de trasladar su humanismo a trabajar para con el común de la ciudadanía?

 

-La principal dificultad que tenemos para conocer el pensamiento de Sebastián Banzo es que toda su militancia en los movimientos republicanos, laicos, librepensadores y educativos la conocemos a través de la prensa. No tenemos documentación escrita por él donde se recoja su concepción a cerca de estos temas. Pero esas mismas fuentes nos permiten trazar el perfil de una persona que estuvo vinculada desde muy joven al republicanismo. Tenemos constancia de su participación en varios mítines donde defendió estas ideas, pero donde mejor se aprecia como puso sus ideales a favor de la ciudadanía fue durante sus diferentes etapas como concejal. Revisando las actas municipales se puede ver como siempre hizo una defensa de la mejora de la educación pública, trató de llevar a cabo todas las propuestas laicistas que el movimiento republicano defendía o trató de mejorar beneficencia municipal entre otras cosas.

 

-Cuando más actividad desarrolla es entre 1910 y 1923… cuando, digamos, estaba todo por conseguir, ¿no?

 

-Son también los años de su juventud. Cuando comienza la segunda década del siglo XX Sebastián Banzo tenía 27 años y una fuerza desbordante como demuestra la cantidad de iniciativas en las que estuvo implicado. Se involucró en el mundo obrero interviniendo en la convocatoria de la primera huelga general llevada a cabo en Zaragoza y participando en diferentes huelgas, consiguió el acta de concejal, formó parte de diferentes iniciativas periodísticas de la ciudad, estuvo al frente de varias entidades del Partido Republicano Radical, estuvo vinculado a entidades en defensa de la escuela laica. En un país de tradición Monárquica y con una fuerte presencia de la Iglesia en la sociedad, el campo de acción de quienes promovían una sociedad alternativa era muy grande. Aunque también conseguir esas mejoras en un contexto tan complicado era difícil. Sirva como ejemplo sus dos primera etapas en el consistorio, 1 de enero de 1914 - 30 de julio de 1917 y 1 de abril de 1922 a 1 de octubre de 1923, cuando la mayoría municipal la conformaban munícipes monárquicos. Ello no le impidió plantear iniciativas secularizadoras o votar en contra de acuerdos que iban en contra de sus ideas. Sabía perfectamente que las primeras no iban a salir adelante y que su oposición era estéril. Pero ahí estaba siempre defendiendo sus ideas.

 

-¿Todos esos valores, él, los transmitió a su familia y entorno?

 

-Nueva debemos destacar que conocer su vida más personal es más complicado pues el único testimonio con el que contamos es con el de su nieta Aurora Arruego que nació en enero de 1941 en Rennes. Pero creo que podemos afirmar que, sin miedo a equivocarnos, que si que lo hizo. Y prueba de ello es que durante la Segunda República tanto su hijo Fernando como su hija Aurora formaron parte de diferentes secciones del Partido Republicano Radical en Zaragoza. Es más, en 1933 las tres secciones del partido en Zaragoza las preside el apellido Banzo. Sebastián la sección del Partido Radical en Zaragoza, Fernando la Juventud del partido y Aurora la Sección Femenina.   

 

-Coméntanos: ¿cómo le fue con la II República? ¿Cómo le fue siendo el primer alcalde de la II República en Zaragoza?

 

-Las expectativas cuando fue proclamado el régimen republicano eran muy altas, y el propio Sebastián Banzo lo dejó claro cuando fue entrevistado en el semanario República. A pregunta del entrevistador de cuál había sido la emoción más grande de su vida política, respondía que «la confirmación de que la República que nosotros habíamos proclamado en las urnas el 12 de abril y en el Ayuntamiento y en las calles de la ciudad los días siguientes a esta fecha se había proclamado oficialmente en España; es un momento que vale toda una vida». La proclamación de la Segunda República lo llevó a obtener, por tercera vez, el acta de concejal siendo en esta ocasión elegido por aclamación de sus compañeros como alcalde de la ciudad en reconocimiento a su dilatada militancia en las filas de republicanismo. Durante su etapa al frente del consistorio, entre el 14 de abril de 1931 y el 10 de junio de 1932, en Zaragoza fueron inaugurados un buen número de centros escolares, se adoptaron medidas secularizadoras tan importantes como el derribo de las tapias que separaban las distintas confesiones dentro del cementerio de Torrero o la retirada de la Imagen de la Virgen del Salón de Plenos Municipales, y se produjo la mejora de las instalaciones de diversos centros benéficos de la ciudad, obtuvo el acta de diputado para las Cortes Constituyentes y fue objeto de numerosos homenajes. Incluso su nombre fue dado a una de las calles de la ciudad. También hubo gestiones como el cierre de la Academia General Militar o la aprobación del plan de ensanche de la ciudad a los que no pudo dar solución. El desgaste propio de la gestión, así como la propia evolución política del país, le hizo que sus compañeros de coalición, principalmente el Partido Republicano Radical Socialista y el Partido Socialista, le retiraran su confianza para continuar al frente del Ayuntamiento. Como el propio Sebastián Banzo manifestó en su escrito de dimisión su intención era que “mientras contase con la conformidad y confianza de la mayoría izquierdista permanecería al frente del Ayuntamiento, pero ni un momento más de aquel en que se manifestase la falta de aquella confianza por la referida mayoría”. Tras su paso por la alcaldía fue objeto de nuevos homenajes como los que le tributaron el Comité Central del Partido Republicano Radical y la Juventud Radical organizan un banquete de homenaje a Sebastián Banzo por haber sido el primer alcalde de la República en la ciudad y los obreros y empleados municipales. Los vecinos de la ciudad también quisieron agradecerle su labor y le dieron el nombre de Banzo al barrio que hasta entonces llevaba por nombre el de la Ortilla 

 

-Para una persona como él, tener que ver que la II República que tanto tardó en conseguirse fue derrocada por un Golpe Militar debió de ser un shock, ¿no?

 

-Aunque nunca lo expresó, no es disparatado pensar que la propia evolución de la República le hiciera desencantarse con el régimen en el que tantas expectativas había depositado. No tuvo que ser fácil para alguien de la trayectoria de Sebastián Banzo ver como Miguel López de Gera, compañero de partido, conseguía mantenerse al frente de la alcaldía en agosto de 1934 gracias al apoyo de los sectores monárquicos. Y mucho menos compartir equipo de gobierno con ediles como Mariano Baselga un católico recalcitrante. Cuando en julio de 1936 se produjo el golpe de Estado, Sebastián Banzo ya había abandonado, de manera sigilosa, su carrera política pero no por ello debió ser menos doloroso el desenlace final al que fue sometido un régimen político que había sido elegido democráticamente en las urnas. La sublevación militar trajo aparejada un espiral represiva especialmente cruel en Zaragoza que provocó que un buen número de sus antiguos compañeros del ayuntamiento y hermanos de las logias zaragozanas fueran ejecutados.

 

-¿Dónde le coge el golpe de Estado y cómo pasa la guerra;  cuándo decide marchar al exilio? 

 

-El 19 de julio de 1935 Sebastián Banzo asistió a su último pleno municipal y durante la segunda mitad de dicho año se trasladó con el resto de su familia, su Esposa Ascensión, su hijo Fernando, su hija Aurora, su suegra Paulina, Carmen, la hermana gemela de Paulina, y su nieto Fernando recién nacido, a Barcelona. Allí la familia regentó una Administración de Loterías y una Expendeduría de Tabaco. Este cambio de residencia hizo que la guerra civil les sorprendiera en una ciudad que consiguió permanecer leal a la República y no en una, como Zaragoza, donde las fuerzas sublevadas triunfaron y ejercieron una feroz represión. Cuando se inicia la guerra civil Sebastián Banzo acaba de cumplir 53 años edad que lo imposibilitaba para desempeñar cualquier cargo militar. El 1 de octubre de 1936 se afilió a la Federación Expendedora de Tabaco y Timbre, perteneciente a la UGT, en calidad de estanquero. Filiación más práctica que ideológica, puesto que para poder conservar el trabajo, la vivienda, asistencia sanitaria y otra serie de beneficios había que tener un carnet de afiliado. Quienes tuvieron una participación más activa en el conflicto bélico fueron José Arruego, marido de su hija Aurora, y su hijo Fernando. El primero realizó su inscripción militar en el Consejo de Defensa de Cataluña en octubre de 1936 y en enero de 1939 se incorporó al cuerpo de Carabineros. El segundo llegó a ser teniente en el Ejército del Este. Es a finales de enero de 1936, cuando la guerra parece definitivamente decantada hacia el bando de los sublevados, la familia Banzo-Agulló inician el cambio rumbo al exilio y cruzarían la frontera, de forma separada, en los primeros días de febrero. Sebastián Banzo, Ascensión Agulló, Aurora Banzo, Paulina Monzón, Fernando Banzo Monzón y Carmen Monzón cruzaron la frontera a través de Port-Bou el 2 de febrero. José Arruego el 6 de febrero por un lugar que no podemos precisar. Fernando Banzo Agulló cruzó la frontera por Prats de Mollo dos días después.

 

-¿Cómo lo hace y cómo es acogido en Francia?, porque en principio pasa con su familia hasta que son separados….

 

-Uno de los traumas por los que pasaron las familias que tuvieron que partir rumbo al exilio fue la separación de sus miembros, y la familia Banzo-Agulló no fue una excepción. La parte de la familia que primero cruzó la frontera fue llevada a centros de acogida y a casas particulares. Aunque la prensa francesa de la época destacaba el entusiasmo por dar la bienvenida a los exiliados españoles la realidad fue que su instalación se produjo en todo tipo de establecimientos, algunos de los cuales no reunían las condiciones más idóneas. La peor parte se la llevaron Fernando Banzo y José Arruego quienes fueron sometidos a una ruta “turística” por diferentes campos de concentración franceses. No sería hasta noviembre de 1942 cuando la familia consiguió reunirse por completo en Rennes tras no pocos esfuerzos y gestiones, casi cuatro años después de que hubieran cruzado la frontera.

 

-Un exilio que le deparó mucho dolor… por la separación familiar, la detención y desaparición de su hijo Fernando por parte de las tropas de ocupación nazis---ya en la II Guerra Mundial--, la de su mujer Ascensión y su hija Aurora…

 

-Los años de exilio no le ahorraron a Sebastián Banzo ningún sufrimiento posible. Después de casi cuatro años separados, la reunificación familiar fue “breve”. En marzo de 1944 Fernando Banzo, miembro de la Resistencia, fue detenido y encarcelado en Rennes en la prisión Jacques Cartier para terminar, finalmente, enviado al Lager de Sachsenhausen de donde fue dado por desaparecido en abril de 1945 cuando las tropas soviéticas lo liberaron. Ascensión Agulló, la mujer con la que llevaba casada más de 40 años, falleció en agosto de 1949. Y el golpe del que ya no se repondría sería del fallecimiento de su hija Aurora, de forma repentina, el 3 de junio de 1955. Justo cuando se cumplía el primer aniversario de este deceso, Sebastián Banzo decidía poner fin a su vida arrojándose a las aguas del canal de Rennes.

 

-¿Todo lo anterior cómo lo puede “reciclar” una persona?

 

-Pienso que nadie es capaz de “reciclar” la pérdida paulatina de todos sus seres queridos más cercanos.  Y a Sebastián Banzo le tocó vivir con esa pesada losa, pero le pasó factura. Las últimas fotos que se conservan de él, y que la familia en una decisión totalmente comprensible ha preferido que no fueran incluidas en el libro, muestran a un Sebastián Banzo bastante deteriorado por el paso del tiempo. En esas fotos se puede apreciar en su rostro el inexorable paso del tiempo y el sufrimiento que le había tocado vivir desde que cruzó la frontera francesa en febrero de 1939. 

 

-¿Cómo fueron sus últimos días en Rennes?

 

-En la última etapa de su vida vivía junto a su hija Aurora, su yerno José Arruego y sus dos nietos, Aurora y Luís Arruego Banzo. Como nos contó su nieta, Sebastián ayudaba a José Arruego en un pequeño taller que este tenía en Rennes, no hablaba mucho y pasaba mucho tiempo encerrado leyendo. Tras la muerte de Aurora Banzo quedó sumido en una honda depresión de la que ya no se recuperaría y decidiría poner fin a su vida suicidándose. Un triste epílogo para una persona que había luchado denodadamente por conseguir implantar los valores republicanos.

 

-Cómo ha sido el proceso y la tarea ardua de investigación que, además tiene mucho a ver con el proceso de documentación?

 

-Como ya he comentado anteriormente, la recopilación de información sobre Sebastián Banzo comenzó de manera simultánea a la realización de mi Tesina y posterior Tesis Doctoral. El factor que nos hizo plantearnos abordar un trabajo monográfico sobre Sebastián Banzo fue conocer a su nieta. Sin ella hubiera sido prácticamente imposible conocer los años del exilio. Aurora Arruego me facilitó mucha información de los años del exilio y yo le facilité otra relativa a la actividad política de su abuelo en Zaragoza. Desde el verano del 2013 en que nos conocimos conseguimos publicar un primer acercamiento a la figura de Sebastián Banzo en la revista Rolde de Cultura Aragonesa: “Sebastián Banzo Urrea. (1883–1956). Primer alcalde de la II República”, Rolde. Revista de Cultura aragonesa, 148-150 (2014), pp. 46-59. En el marco del Symposium Internacional de Historia de la Masonería Española celebrado en octubre de 2018 en Lisboa presentamos un nuevo acercamiento a la figura de Sebastián Banzo centrándonos en su faceta como masón y que vería la luz en las actas publicadas posteriormente bajo el título de “Sebastián Banzo (1883-1956). Republicano, masón y exiliado”, en Leonardo RUIZ SÁNCHEZ, Yván POZUELO ANDRÉS, Antonio VENTURA PILRES y José Eduardo FRANCO (coord.), La Masonería. Mito e historia. En el III Centenario de la Fundación de la Masonería moderna, Zaragoza, Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española, Universidad de Sevilla, 2020, pp. 907-919. El paso definitivo para embarcarnos a realizar la monografía publicada por Rolde fue el viaje que hice a Rennes en julio de 2021 a casa de Aurora. Allí la nieta de Sebastián Banzo me mostró toda la documentación, fotos y objetos que conservaba sobre su abuelo. Entendimos que había llegado el momento de abordar la idea que llevábamos sopesando durante algunos años: hacer un libro Sobre Sebastián Banzo. Así que a comienzos de 2022 empecé el proceso de redacción del libro una vez finalizada mi Tesis Doctoral solo pendiente de la pertinente defensa. En los últimos meses de 2022 el trabajo estaba terminado y editado.

 

-La investigación, la recopilación de documentación, el contrastar todo ello… el aproximarse a testimonios más o menos directos sobre Sebastián Banzo… es un trabajo que requiere de mucho tiempo y dedicación, de minuciosidad, pero también de mucha gratificación… ¿qué nos puedes decir?

 

-El proceso de recopilación de información ha sido arduo. Trabajar sobre un personaje sobre el que apenas se había escrito nos ha hecho ir a ciegas en muchos momentos y no saber dónde poder encontrar información sobre él. Finalmente hemos obtenido información en catorce archivos diferentes, entre los que se incluyen el archivo personal de la familia Banzo, los existentes en diversas ciudades españolas y otros tantos en territorio francés. Hemos contactado con seis registros civiles diferentes, tanto españoles como franceses, para conseguir certificar de manera exacta las fechas de nacimiento y defunción de los miembros de la familia. La prensa también ha sido una fuente importante, siendo 28 las cabeceras que hemos utilizado para documentarnos. Los testimonios orales han sido también muy importantes, principalmente el de Aurora Arruego pues es quien custodia todo el legado de la familia y lleva años investigado sobre su abuelo. Pero también han sido de gran importancia para los años del exilio los testimonios de Claudine Allende Santa Cruz y Gabrielle García, ambas hijas de exiliados españoles. Me llevo también muy buenos momentos de todo este trabajo. El primero haber podido conocer a la nieta de Sebastián Banzo, Aurora Banzo, el viaje a Rennes donde el propio Sebastián Banzo pasó sus últimos días, la ayuda que me han prestado muchas personas en mi proceso investigador y, por último, haber podido rescatar del olvido a un personaje tan importante para nuestra ciudad.  

 

-¿Y qué metodología de trabajo sueles seguir? ¿Trabajas sobre un guion de cuestiones y/o preguntas sobre las que ir encontrando respuestas?

 

-Normalmente antes de abordar un trabajo de investigación trato de recopilar las fuentes que hay sobre el tema, tanto primarias como secundarias, elaboro un esquema previo sobre el que desarrollar el trabajo, aunque luego puede variar, y planteo una serie de hipótesis sobre la cuestión central del trabajo. Con este trabajo sobre Sebastián Banzo el proceso ha sido similar pero bastante dilatado a lo largo del tiempo. Al no existir prácticamente información sobre nuestro protagonista era la consulta de unas fuentes la que nos hacían que posteriormente nos dirigiéramos hacia otras. E informaciones que no les encontrábamos sentido en un primer momento, lo cobraban cuando posteriormente consultábamos otras fuentes. Otro factor que ha hecho más compleja la investigación ha sido el tracto cronológico que aborda el trabajo, desde la España de las tres primeras décadas del siglo XX a la Francia de 1939 hasta el fallecimiento de Sebastián Banzo. Hasta casi los últimos momentos de la redacción del libro hemos estado incorporando fuentes que hemos ido descubriendo. Es por ello que si bien habíamos trazado un esquema general lo hemos tenido que ir variando sobre la marcha para adaptarlo a los nuevos datos obtenidos.

 

-Amigo Héctor, ¿qué has aprendido de tu inmersión en la vida de vidas de este republicano, Sebastián Banzo?.

 

-Su vida fue un ejemplo de lucha, de superación de constancia, de nunca rendirse. De sobreponerse a situaciones complicadas como detenciones, exilios, pérdida de familiares cercanos. Pero también es el reflejo de como la lucha y los valores que defendieron tanto Sebastián Banzo como miles de españoles fueron relegados al olvido tras la sublevación militar y como recuperar sus figuras hoy en día es tremendamente complicado. Su nieta tuvo que sufragar el cuadro que hoy figura junto al de los otros alcaldes en el ayuntamiento de Zaragoza, se le dedicó una calle sin saber poco más que había sido alcalde durante la Segunda República, situaciones que dejan un regusto amargo entre quienes queremos recuperar la historia y a sus protagonistas.

 

Héctor, ¿cómo ha sido trabajar con Rolde de Estudios Aragoneses?

 

-Pues trabajar con Rolde se Estudios Aragoneses siempre es un placer. Ya tuve la oportunidad de trabajar con ellos en 2014 cuando publicaron mi primer trabajo sobre Sebastián Banzo en su revista. Cuando hablé con ellos y me plantearon la posibilidad de publicar con ellos este libro no me lo pensé dos veces. Tener a Carlos Serrano como editor es un lujazo y que puedo decir de José Luis Melero. Nos conocemos hace muchos años, lo he leído mucho y tenerlo como prologuista del libro y compañero en la presentación del libro ha sido todo un honor.

 

-¿Nos puedes dar alguna pista de aquello en que estás trabajando ahora?

 

-Bueno pues actualmente tengo dos trabajos que, si todo va bien, verán la luz a corto y medio plazo. El primero es un trabajo colectivo que estamos coordinando entre Santiago de Miguel Salanova de la Universidad Complutense de Madrid, Jon Penche González de la Universidad del País Vasco y yo mismo sobre poderes locales durante la Segunda República. Incluirá diez trabajos en los que hemos contado tanto con historiadores de reconocido prestigio como con otros cuyas carreras están en un estado más incipiente y que vienen desarrollando destacados trabajos de investigación. Un poco más a medio plazo tendrá que salir la monografía sobre mi tesis doctoral sobre el Ayuntamiento de Zaragoza durante la Segunda a la que aun ando dando forma y buscando editorial para que sea publicada.

 

 

 

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