Cazarabet conversa con... María García Zambrano, autora de “Esta ira” (Vaso Roto)
María García Zambrano
nos acerca a este libro que nos habla de esta emoción que está tan aquí
presente como deambulando entre nosotr@s.
Vaso Roto tiene
la generosidad de compartir este enlace con nosotr@s:
https://emea.vasoroto.com/products/esta-ira?_pos=1&_sid=fe2e2def0&_ss=r
Si miráis, ya de
entrada, el grabado de la portada, de Víctor Ramírez, encontraréis el “mejor
prólogo” para entender Esta ira.
La sinopsis:
Explica la poeta Julieta Valero en el epílogo de Esta
ira que las mujeres estamos «desentrenadas para mostrar la
ira». «Entonces» —se pregunta— «¿cómo decir?, ¿cómo articular una ira que no
responde estrictamente a los hombres, sino a la vida misma, a su designio duro?
¿Y cómo ser capaz de hacer de su objeto precisamente a las hermanas, a las
mujeres?»
A esta
dificilísima prueba del lenguaje se enfrenta María García Zambrano en su nuevo
poemario. Una obra potente que reclama el derecho a expresar la ira y el dolor
censurado de las maternidades no hegemónicas.
Como antídoto a
la ira, Zambrano recurre al principio budista de que todo está en continuo
cambio, que atraviesa la obra como un bálsamo y alcanza su máximo poder sanador
en la cuarta y última parte: un canto esperanzador a la belleza que podemos
encontrar incluso en los lugares más dolorosos.
La autora, María
García Zambrano: Nació en Elda, Alicante, en 1973. Es autora de los poemarios: El sentido de este viaje, Menos miedo (Premio
Carmen Conde y semifinalista del Premio Ausiàs March al mejor poemario de
2012), La hija y Diarios de la alegría.
Sus versos aparecen en antologías y publicaciones españolas y latinoamericanas
y han sido traducidos al rumano, portugués e italiano. En la actualidad trabaja
como profesora de literatura en Madrid, colabora como crítica literaria e
imparte seminarios de poesía en distintas instituciones. Forma parte de la
Asociación Genialogías, que trabaja para la visibilización de las poetas.
Su blog.- https://partirdeahora.blogspot.com/?fbclid=IwAR0yq9iUMtIyOjDGOhhbCksAeTbK52Vi-FMAoFXSoaqZflW_1YZzeAL2sTU.
Más que interesante
Cazarabet
conversa con María García Zambrano:
-María, como mujer, porque creo que
esto aquí en este poemario es importante, ¿qué te llevó a escribir Esta ira?
-La anécdota, la
experiencia real que desata el primer poema de este libro es un acontecimiento
muy concreto. Después del nacimiento de mi hija Martina y en su segundo verano,
la llevé a hacer terapia a la piscina cubierta de un centro de parálisis
cerebral en Jerez de la Frontera, donde vive mi familia. El impacto que causó
en mí entrar en ese lugar, el hecho de ir con mi madre, la abuela de Martina,
la soledad de ese verano… me llevan a empezar a escribir este libro. Después
llega el rechazo, el miedo de los otros y, sobre todo, las otras… Como mujer, y
metida como estaba en grupos feministas, no podía entender la soledad en la que
me encontraba y me dolía que mis hermanas del feminismo no estuviesen más cerca
de mí…
-¿Y cómo poeta qué no te retuvo con la
composición de esos versos con tanta fuerza?
-Como poeta me
dejo escribir con toda la libertad, no hay autocensura. Es verdad que después,
a la hora de la publicación, me sobreviene la duda de si lo que he escrito va a
tener una acogida amable, de si debo o no publicarlo... pero son
consideraciones a posteriori. La poesía es el lugar donde una puede ser en la
libertad femenina que tenemos, ser en la libertad de pensamiento…
-Pero
Esta ira es un poemario compuesto de varios cuadernos de poemarios, ¿no?
-Inicialmente el libro
se iba a llamar El amor y la ira porque creo que hay dos partes en este
poemario y son justamente esas, la parte del amor hacia mi hija, y la parte de
la ira. Esta división se ve pero de una forma más
interna. La división externa sí sigue una estructura en partes que se presentan
con distinta forma. Quizás la parte más separada sea la que lleva por título
Las hermanas, con esos poemas más largos y donde radica quizás, el meollo del
libro, los primeros poemas que escribí…
-Como
poeta, me da, que aplicas un poco la contundencia directa y aquello de “lo
bueno si breve, dos veces buenos” en lo que verdaderamente quieres transmitir,
¿no?
-Como poeta me
tomo muy en serio el trabajo sobre la materia con la que estoy trabajando, que
es el lenguaje, las palabras. Mi formación en talleres literarios, y mi
profesión como profesora de literatura acostumbrada a comentar obras, reseñar
libros… me lleva a pulir mucho el poema. A veces caigo en la obsesión por
encontrar las palabras exactas, y cuando sucede, como en este caso, que la
publicación se demora en el tiempo, corrijo y vuelvo a corregir los textos una
y mil veces, hasta que me quedo medianamente satisfecha. Creo que la poesía
requiere de contundencia, o por lo menos cierta poesía, que quizás sea la que
más me interesa. Y cuando escribo un poema lo doy todo, intento no ser
condescendiente, me arriesgo, llevo el lenguaje hasta su máxima tensión… Esa
poesía complaciente, sobre todo cuando se trata de una experiencia tan brutal
como es hablar de la muerte, de la enfermedad de una hija, de los vínculos… no
me interesa. Prefiero una poesía que no sea tan perfecta formalmente
pero atraviese al lector o lectora y se arriesgue…
-¿Es este poemario como una hoja de ruta de cómo
vivir, convivir con la emoción y la emotividad que se desgrana a través de la
ira?
-Yo practico la
religión budista desde hace veinte años, budismo Nichiren
dentro de una organización japonesa que se llama Soka
Gakkai, y he estudiado mucho sobre los estados vitales. La ira es un estado más
por el que transitamos junto a otros como el sufrimiento, el de aprendizaje,
comprensión, o el de iluminación… El budismo te muestra cómo vivir, cualquier
religión supone un aprendizaje, y yo he aprendido que la ira es transformadora,
que te lleva a la acción y que está en constante flujo con otras emociones…
Como se puede ver en el poemario, no solo se manifiesta la ira, también creo
que hay compasión, amor, benevolencia… Es un constante fluir de emociones y
pensamientos que hay que saber gestionar y acoger como parte de la vida.
-Pero la ira como las otras emociones
que nos pueblan, repueblan, conquistan y reconquistan…no deja de ser una
emoción más, ¿a la que ganar?
-O es tanto o más importante dejarla ir
entre nosotr@s para domarla porque conocerla la vamos
a conocer sí o sí…otra cosa es si sabemos o no reciclarla…si sabemos o no darle
la vuelta…, ¿no? - Ganar o perder es lo menos importante, lo más importante es
mirarla los ojos y adelantarse a s sus efectos secundarios y a su viscosidad
que está, está y que viene y lo que hay que conseguir que no nos sustituya…
Eso es. La vida
es pura lucha contra esos estados inferiores que nos hacen sufrir pero que son
inevitables, porque en la vida hay situaciones de dolor, enfermedad,
dificultades de tantos tipos… En la lucha está la propia victoria, en
mantenerse firme y no ser derrotada por la situación. Así he vivido todos estos
años la enfermedad de mi pequeña. Aun con todo lo que hemos atravesado, he
intentado no olvidar lo afortunada que soy por tener la sanidad que tenemos,
porque mi hija siga en mi vida, por verla sonreír, por poderla cuidar… Desde
que nació, con una enfermedad rara de origen genético que le provoca una
discapacidad profunda y muchas dificultades respiratorias, su estado es grave.
Mirar las dificultades de frente y verlas como una oportunidad para
transformarte es la enseñanza del budismo…
-A
veces, y me pasa en tus poemas, me da que es una emoción, la de la ira que
está, pero como que no está… que sabe camuflarse para salir en el peor momento,
¿verdad?
-Por eso digo lo
de irreal… Porque a veces es la mente la que crea los sentimientos y hay que
aprender a dominar la mente… En mi caso es una cuestión de expectativas, de
esperar demasiado… Ahora es distinto. Saber agradecer lo poco o mucho que te
dan los y las demás. El agradecimiento como punto de partida. Y la compasión.
-¿Cada ira es diferente en cada sombra humana
que la habita?
-Cada persona
siente y vive las situaciones de forma distinta, claro que sí. Pero me interesa
más lo que hay en común en eso que se vive…
-¿Quizás parte del truco para saber mirarla con
dignidad sea el solaparse a su sombra…?
-O en ponerse de
su lado, en decirle “está bien, te acepto, te acojo, no me rebelo contra ti,
eres parte de mí.”
-Hay
que aprender a trabajarla para conocerla y a partir de ahí nos vemos con ella,
¿verdad?
-Así es. El
autoconocimiento, mirarse en lo profundo y aceptar eso que no nos gusta de lo
que vemos…
-Leer
poemas camuflarse entre la poesía es una manera de aprender de la ira,
camuflarnos nosotros entre sus sombras y hacer que “esta ira”…
que estar, está, no nos atasque en el latir diario?
-La poesía es una
forma de exorcismo también, de preguntarnos una y otra vez ¿qué haré con la
ira? Aunque la respuesta no llega nunca, la calidad de la pregunta cambia… Y
cambia la forma de encarar la situación.
-Amiga
María, ¿tú cómo y de qué manera concibes la ira?
-Como una aliada
para mi transformación humana.
-Todos
los géneros literarios te ofrecen libertad, pero me da que la poesía esconde
muchas libertades entre la libertad que te deja jugar mucho a esquivar incluso
a los que no quieren dejar que el aire se disponga por allá donde quiera…
o es como el agua que quieres atrapar con las manos…
-La poesía es un
suceso, a veces es un descenso, casi siempre, otras veces te eleva, otras veces
te resguarda en un lugar y no sabes bien cómo vas a salir de ahí… La poesía es
lo que queda en la grieta entre lo que sabes y lo que desconoces totalmente pero sales a buscar…
-¿Cómo acercar la poesía al público de
hoy en día tan pegado a la narrativa en novela….?
-La poesía está
más presente de lo que pensamos, porque está en las letras de las canciones,
por ejemplo… Pero cuando preguntas por ella la gente piensa en la tradición… El
otro día hice la prueba en un taller, llevé la letra de una canción de Bob
Dylan traducida y sin nombre y les encantó. Cuando se enteraron de que era de
Dylan se quedaron sorprendidos.
Y bueno, la
poesía requiere un tiempo, una escucha interior y una disposición del ánimo que
no todo el mundo tiene… La narrativa se lee más, es cierto, pero a veces no la
mejor narrativa… No soy de medir la salud de la cultura al peso.
-Me
imagino, aquí, que la educación juega un papel aparte, ¿no?, más que
importante….
Sí, pero la
educación empieza en casa…Y hay hogares donde no hay un solo libro de poesía…
-En
tus poemas qué es aquello que, para bien, crees que te acompaña siempre. Verso
a verso...
-No sabría decirte…
Quizás quien me lea lo puede ver mejor… El miedo es un leitmotiv que me
acompaña… pero también la esperanza…
-¿Sientes fantasmas entre tus poemas, entre tus
versos?;pero los fantasmas que nos habitan también se pueden y deben combatirse
como la ira, ¿verdad?
-El fantasma de
lo inaprensible, de lo inefable de lo real y de los límites del lenguaje… Y
esto es más difícil de combatir que la ira…
-Últimamente
estoy muy encaprichada, si se puede llamar así, en encontrar en
nuestro trabajo, en cualquier trabajo, un encuentro con la filosofía y me da que la poesía , de entrada, es el género que, de
primeras, más atesora y acaricia desde su concepción a la filosofía,
¿no?; ¿cómo lo ves?
-Totalmente. La
unión de la filosofía y la poesía la trató magistralmente María Zambrano y la
nombró como Razón poética, y a ella acudo siempre que puedo.
-A
ti qué te motiva, ¿qué te hacer ser poeta, expresarte mediante la poesía …ser
parte de los versos y que tus versos sean parte de ti?
-Yo soy poeta por
necesidad, porque no lo puedo evitar, aunque alguna vez lo haya intentado…
Empecé a escribir muy jovencita como forma de expresión, durante mis estudios
de doctorado intenté dejarlo, sobre todo cuando leí a grandísimos poetas, pero
es algo vital. La poesía me acompaña, más la lectura que la escritura… Y cuando
la vida se me atraviesa y no puedo metabolizar lo que sucede, tengo que
escribir.
-¿Qué libro, qué lectura, qué escritor o
escritora ”te dijo”· seré poeta?
-Yo empecé porque
Cernuda me dejó boquiabierta. Después fue Alejandra Pizarnik cuando llegué a la
universidad y me hacía demasiadas preguntas. Cuando viví una temporada en
Buenos Aires, una profesora de un taller me dijo por primera vez que yo era
poeta… Y desde entonces escribo y escribo.
-Como
profesora de literatura, ¿cómo intentas que los chavales y chavales se inicien
en la lectura?, ¿cómo ves y notas que perciben la poesía…?
-Soy muy tenaz y
no me desanimo. Empiezo por las letras de canciones, poemas de Gloria Fuertes,
por ejemplo. Leo mucho en clase, les hago escribir poemas… Cuando se acerca el
día de la poesía recitan por otras aulas y les encanta… Y consigo que escriban
haikus preciosos… La verdad es que le dedico tiempo en clase, leo con mis
alumnos y alumnas, sobre todo con los más pequeños, y me sorprenden.
-Yo
creo que somos de enchufarnos a todo o a casi todo lo que nos da la vida, según
el momento vital en que estamos…por ejemplo, para mí no es lo mismo algunas
lecturas en determinada edad, en determinados días que en otros y eso, tú, creo
en perspectiva y como docente lo debes de ver mucho mejor retratado, ¿no?
-Sí. Yo intento
adaptar las lecturas a su momento evolutivo y busco temas y textos con los que
se puedan sentir identificados… Que la poesía sea para ellos y ellas una vía de
expresión de emociones, que sea algo cercano a sus vidas… En este sentido, los
docentes tenemos una asignatura pendiente y es aprender bien a leer poesía para
saber transmitirla, y no a veces te encuentras en los departamentos de los
institutos de secundaria que hay profesores que afirman no leer poesía.
-Por cierto, cada vez estoy viendo
como que la narrativa o la prosa poética está como más presente, ¿qué te
parece?... es para celebrarlo…
-Ya las
vanguardias rompieron los límites entre los géneros y, personalmente, me resultan
atractivos esos textos que mezclan lo poético y lo narrativo, que son
inclasificables…
-Se
edita muchísimo, es abrumador, pero se lee poco, ¿cómo lo explicas?
-Es triste porque
eso significa que ni siquiera los escritores leen… Quizás falte un trabajo
editorial que seleccione mejor lo que se edita, aunque es paradójico que a
veces lo que más se vende es lo de peor calidad…
-¿Cómo escribes poesía, coméntanos un poco sobre
tu metodología de trabajo…sobre si un@ poeta se documenta a la hora de escribir
poemas…?
-Yo para escribir
lo que siempre he hecho es leer, leer y leer. Por ejemplo, cuando empecé con la
escritura de mi libro La hija y con el tema de la maternidad leí y busqué todo
lo que había escrito sobre maternidad para empaparme y saber qué habían hecho
otras poetas, sobre todo mujeres… Después de una primera escritura dejo reposar
los textos y corrijo, reviso, pulo, tiro poemas, borro palabras, vuelvo a
corregir… Pocas veces me quedo satisfecha con el resultado, así que hasta que
el libro se publica estoy revisando…
-Me
ha gustado mucho la portada de este poemario con un Grabado de cubierta de
Víctor Ramírez… ¿has sentido esta conjunción?; ¿expresa bien “esta ira” , la “ira” de Víctor al grabado?
-El grabado de
Víctor Ramírez me pareció perfecto para mi texto, me fascinó nada más verlo.
Fue un flechazo y no tuve ninguna duda. Creo que refleja muy bien la ira y su
profundidad.
-Por
cierto, ¿cómo ha sido trabajar con Vaso Roto Ediciones?
-Conocía bien al
equipo porque antes de editar ya había trabajado con algunas de sus obras en
mis talleres y seminarios, (tienen un catálogo excepcional) y entrar a formar
parte de la editorial ha sido un sueño cumplido. Además, nos hemos entendido
muy bien, me encanta la filosofía y la forma que tienen de entender la poesía,
la escritura. Admiro a Jeannette L. Clariond, su
fundadora, como poeta y traductora, y creo que está haciendo una labor muy
importante.
Cazarabet
estrena test rápido:
-¿Qué encuentras en la literatura que no
encuentres no sé, por ejemplo en hacer ganchillo, jugar al voleibol….?
-Encuentro que
hay algo místico en las palabras, algo sagrado en el lenguaje que hay que
extraer y esa es la tarea. Las palabras, además te llevan a otras realidades y
con ellas puedes crear mundos, escapar a otros mundos…
-¿Quién te enseñó a leer?
-No lo recuerdo.
Imagino que me enseñarían en la escuela… Lo que sí recuerdo es que mi padre incentivó
la lectura de poesía trayendo a casa libros de Miguel Hernández, Lorca…
-¿Qué lecturas primeras encuentras en tu
infancia o desde que tienes consciencia de recordar y quién recuerdas que te
leía?
-Recuerdo los
cuentos tradicionales de Perrault, las fábulas, los cuentos infantiles…
Colecciones que compraban en casa de Círculo de lectores. Y no recuerdo que me leyesen de pequeña… Sí
que me recuerdo leyendo, siempre, a veces a escondidas…
-Un
Libro.
-¿Sólo uno? Los hermanos Karamazov.
-Un
escritor/a.-
-Virginia Woolf.
-Un
libro de poesía.
– La obra
completa de Alejandra Pizarnik.
-Un/a
poeta.
– ¿Sólo una? La primera que me deslumbró,
Alejandra Pizarnik.
-Un
libro que nos aconsejarías si somos lectores poco dados a la poesía para
adentrarnos más en este género.
– Una antología de Gloria Fuertes.
-Una
narrativa que acaba acercándote a la poesía.
- Clarice Lispector.
-¿Dentro de la historia en el devenir de los
tiempos qué etapa o etapas han marcado un antes y un después en la poesía?
-Las Vanguardias,
porque se incorporaron las mujeres. Pero el Renacimiento supuso una ruptura
fuerte, también el Romanticismo…
-La
poesía la degustas con y cómo…
-En silencio.
Pero también en recitales y encuentros con otros y otras poetas…
-¿Qué horas sueles utilizar para
componer/escribir poesía?
-La noche.
-La
acompañas con algo de fondo: música, el eco del silencio, los sonidos del día
allá donde estés…
-Me gusta
escribir con música de fondo…
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Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)