Cazarabet conversa con...   Antonio Orihuela, autor de “Diles que dije no” (La Isla de Siltolá)

 

 

 

 

 

 



 

Antonio Orihuela nos presenta un poemario valiente y rompedor desde la premisa de aprender, asumiendo, a decir, casi gritar, “No”.

Lo edita una de las editoriales que guarda, tiene y retiene más gusto por la poesía, editorial La Isla de Siltolá.

Aquello que nos explica Montserrat Villar González de este libro de poesía: Antonio Orihuela nos propone con este libro lo más difícil, decir NO, conquistar la inocencia, recuperar la mirada del niño que aún vive en algún recóndito lugar del nosotros, abrazar de corazón, vivirnos juntos y decrecer juntos. Es hora de decir NO al inmundo, si de verdad queremos dejar de ser parte de lo que queremos evitar.

El autor, Antonio Orihuela: Antonio Orihuela (Moguer, 1965), arqueólogo del presente y escritor a destiempo de la modernidad liberal, viene elaborando desde comienzos de los noventa un discurso crítico sobre la vida dañada y las resistencias cotidianas en las sociedades del capitalismo tardío. En todos sus libros, desde el ya lejano "La ciudad de las croquetas congeladas" hasta "El amor en los tiempos del despido libre", pasando por "Salirse de la fila", "Pelar cebolla" o este "Diles que dije no", late un mismo objetivo: cambiar el futuro.

 

 

 

 

Cazarabet conversa con Antonio Orihuela:

-Después de leer Diles que dije no, una descubre que sus tres partes tienen mucho sentido. La primera, es la “que más camina de la mano con la actualidad”.  Después viene la parte dos con un filtro más social y también, casi diría, de “corte más intimista”. Con la primera me he divertido mucho por el descaro, la naturalidad, el “atrevimiento”… Con la segunda, no sé si por el calentamiento neuronal y sensorial o por qué, me has llegado muy adentro… Y si nos vamos a la tercera parte nos encontramos con una poesía como más metafórica, como deslumbrada para coger un punto de velocidad y saltar, saltar hacia certezas que solo la verdad esconde y, seguramente, encuentra, a veces a modo de ráfagas, pensamientos rápidos, miradas inquisitivas que son y serán porque ya han quedado escritas…pero, si lo pienso, toda tu poesía tiene ese corte. Antonio, Diles que dije no, ¿es un poemario de poemarios que reivindica la poesía realista y de “lo social”?

-Toda poesía es realista y social, estos términos no deberían restringirse exclusivamente a la que muestra y habla de realidades que habitualmente quedan fuera de la poesía.

- Diles que dije no, ¿dirías que sale de las tripas de un ciudadano con derecho a indignarse a pleno pulmón y que “ama” a la poesía por encima de todo?

-Es el libro de un poeta que no olvida que escribe poesía bajo el capitalismo.

 -Cada un@ tiene su válvula de escape para mostrar que el mundo está más para aprender, urgentemente, a decir que no… que no a malgastar ni un segundo más siguiendo la manada como si fuésemos corder@s?

-Más que válvulas de escape lo que percibo es que el capitalismo está construido sobre válvulas de admisión. Nadie quiere escapar, desentonar, quedar fuera del rebaño. Nadie quiere salir del capitalismo, única realidad, horizonte final, cerrado imaginario. Tal vez este libro contenga algunas instrucciones para construir esas válvulas de escape, el curioso lector, el necesitado desertor, nos dirá si es así.

-¿Aprender a decir que no y ser consecuente con un “No” bien alto es una manera de ser más libre?

-En cada NO dicho, en cada NO puesto en práctica, hay un trocito de libertad y de autonomía ganadas, pero también un precio pagado. La cuestión es, en el debe y el haber de la vida, cuántos NO estamos dispuestos a decir, a materializar, a sentirnos satisfechos con esa elección. Todos ellos darán, sin duda, la medida exacta de nuestra libertad.

-En el libro hay poemas directos, que casi diría prosaicos. A mí me encantan por la naturalidad…por ese puñetazo directo que te deja casi sin aliento…que, quizás, nos despierte, a modo de: ¡despertad e indignaos! Luego estás los sutiles que igualmente nos ponen casi, casi los pelos de punta, menciono uno Badajoz.

-Badajoz es un poema, pero podría leerle también como un manual de Historia reciente de España. Lo transcribo:

BADAJOZ

 

Empiezas haciendo desaparecer los cadáveres,

después impones el silencio en nombre de la paz,

luego borras la historia y niegas la memoria

en nombre de la reconciliación,

de paso siembras la ignorancia

para que crezca el olvido,

 

y terminas montando un museo al carnaval.

-Decíamos, al respecto de la pandemia, hasta yo que, a veces, soy de una ingenuidad insultante, que saldríamos mejor…pero de eso nada…la sociedad se ha acabado de deshacer como un barquillo...

-Hemos salido como entramos, en el mejor de los casos ahora localizamos con más facilidad el estante del papel higiénico en los supermercados.

-Tienes razón… tampoco nunca ha habido tant@s ciudadan@s que nos enseñan su nacionalidad desde el balcón, la pulsera…pero lo peor viene cuando les oyes hablar, y después juzgan a los que simplemente querían decidir si irse o quedarse en el club…

-Vienen tiempos recios, de mucha incertidumbre, ciclos económicos depresivos cada vez más frecuentes, inflación galopante, colapsos energéticos, emergencia climática, un biocidio en ciernes… La gente tiene miedo, el Estado del bienestar y el universo de consumo abundante y barato en el que hemos vivido desaparecen, y enfrente solo tenemos el discurso de un antihumanismo que promete seguridad en nombre de la nacencia, la sangre, la tierra, la bandera o la lengua, que no son más que metáforas de quienes, en el fondo, creen que tienen más derechos que el vecino en participar en el expolio del mundo y a ser salvados del genocidio en marcha.

-Por qué en nombre del Estado y del sistema, (ay y perdona de la Corona, también) se puede todo o lo puede todo.

-Se puede lo que puede la violencia. El Estado tiene el uso legítimo de la violencia, un uso que, paradójicamente, se legitima por la violencia. 

-Estoy muy de acuerdo con que las guerras, en parte, se pueden parar o intentar parar con el “no envío de armas”, pero ¿qué hacer con los agresores, invasores y demás (sean quienes sean) …?

-Mientras los de abajo se crean rusos, ucranianos, catalanes, españoles o marroquíes habrá guerras. Todos los discursos de poder dicen eres ruso, ucraniano, etc. El discurso de la poesía dice: Eres un mamífero vulnerable e indefenso, necesitado de amor y consuelo. Tienes que decidir, y está claro que desde este segundo aserto podríamos crecer como humanos en otra dirección.

-Las citas arropan al libro de una manera que va más allá de la exquisitez, invitan al pensamiento, ¿verdad?

-Las citas y dedicatorias en mis libros las entiendo como una forma de dar las gracias a aquellas personas de las que sigo aprendiendo y me acompañan en esta aventura poética y política de decir NO.

 

 

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Cazarabet

Mas de las Matas (Teruel)

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