Cazarabet conversa con... Pepe Sedano Moreno, autor de “De la
Axarquía a Mauthausen. El largo viaje de Juan Gutiérrez Perea (1909-1941)”
(Círculo Rojo)
Pepe Sedano se ha
especializado en escribir sobre exiliados y deportados en campos de deportación
nazis, desde este último libro De la Axarquía a Mauthausen. El largo viaje de
Juan Gutiérrez Perea 1906-1941 para ir estirando los hilos de estas historias
que esconden muchas más historias atrás…las del exilio de los que no existían
para un dictador y un régimen que los abandonó al infierno nazi…
La sinopsis del
libro:
Juan Gutiérrez Perea, nacido en Benamargosa (Málaga), uno de esos pueblos que conforman la
Axarquía malagueña; hizo la guerra de España, pasó por el campo de refugiados
francés de Septfonds, pasó por tres Stalags antes de
llegar al campo de concentración de Mauthausen (Austria), donde no saldría
jamás. Pero fue Mariana, su esposa, la que más sufrió. En las páginas de este
libro puede comprobar el porqué. Es un libro diferente que hay que leer por
éstas y por muchas razones más que irás descubriendo. Asómate a su interior y
lo comprobarás.
“…estamos
ante una nueva contribución al tema del exilio y la deportación andaluza y
española, en la línea de producción intelectual de Pepe Sedano: a través de
personas sencillas e íntegras, cuyas vidas estaban abocadas a perderse por los
sumideros de la historia. Por suerte, el entrañable tesón de una nieta y la
admirable labor de un investigador lo han evitado”. (Ángel del Río Sánchez,
autor del prólogo).
“Lo que ha hecho Pepe con este libro
es justamente eso, un acto de justicia histórica, un acto de humanidad
fraternal, un remedio terapéutico para esa familia que tanto lloró y que nunca
quiso olvidar. Ya nadie podrá reparar el daño infligido, sirva este libro para
atenuarlo”. (Manuel
Torres Cañete).
“Nos escribe esto Pepe Sedano: ‘Mi
madre estuvo toda la vida de luto’… Este luto, esta acción contra los
perdedores de la guerra estuvo programada…” (Jaume Talens
Rodríguez, autor del epílogo).
El autor: Pepe
Sedano Moreno (Berja, 1954), funcionario del Ayuntamiento de Berja (Almería)
desde 1981 hasta febrero de 20219 que ha pasado a clases pasivas; escritor e
investigador de la deportación española a los campos de concentración nazis
durante la II Guerra Mundial en general, y de los almerienses en particular.
Terminó sus estudios de Magisterio en 1977 pero no ha ejercido como tal, fruto
de una decisión personal tomada al año siguiente.
Miembro fundador,
en 1997, del Centro Virgitano de Estudios Históricos (CVEH), y miembro de pleno
derecho del Instituto de Estudios Almerienses (IEA) –departamento de Historia
Contemporánea-; simultaneaba su trabajo diario con la investigación sobre la
deportación española. Ésta comenzó en 1981 cuando tuvo conocimiento que vecinos
de Berja habían muerto en el campo de concentración nazi de Mauthausen (Austria).
Ha sido uno de los investigadores pioneros del fenómeno “deportación” en
España, cuando no había información en este país sobre este tema. A base de
escribir cartas a media Europa y de recibir correspondencia en varios idiomas
pudo, al fin, obtener los libros de entrada al campo de concentración de
Mauthausen –donde estuvo la mayoría de los deportados españoles-,
microfilmados, y empezar a ver los nombres de aquellos almerienses que dejaron
su vida tan lejos de su hogar.
Comprometido con
la Memoria Histórica, ha dado conferencias a alumnos en el Colegio “Ntra. Sra.
de Gádor”, así como en el IES “Sierra de Gádor”, ambos en Berja, en más de una
ocasión y en los IES que siguen: “Carmen de Burgos”, en Huércal de Almería
(Almería), “Cástulo” y “Santa Engracia”, en Linares (Jaén), “Les Foies”, en Benigamin (Valencia),
“Arabista Ribera”, en Carcaixent (Valencia), “José de Ribera” y “Dr. Lluis Simarro”, en Xátiva (Valencia), “Turaniana”, en Roquetas de Mar
(Almería), “El Yelmo”, en Cortijos Nuevos (Jaén), en el Aula de Cultura de la
Excma. Diputación Provincial de Jaén, en las sedes del PSOE de Berja y de El
Ejido, así como en la de CC.OO. en Almería.
Ha publicado artículos
en programas de la Feria de Berja, en la revista “Ecos de la Ermita” (revista
del Colegio Ntra. Sra. de Gádor), en “El Virgi”
(revista del IES “Sierra de Gádor”), en la revista “Abuxarra”
de La Alpujarra, con sección propia, ininterrumpidamente desde 1990; en
“Revista Velezana” de la comarca de Los Vélez (Almería), así como varios
extensos artículos en “Farua” (la revista del CVEH);
en “Memoria e Sentimento”, cuaderno de opinión de
‘Levada Libre’, colectivo de opinión de Túi
(Pontevedra), un artículo bajo el título de “Mercedes Núñez Targa.
Historia de una carta” (deportada española en el campo de concentración de Revensbrück –Alemania-). Desde diciembre de 2022 publica
mensualmente en la revista on line NR (Nueva
Revolución, Sección: Voces).
Publicaciones
anteriores: “El Infierno y sus puertas”, “Sin misericordia con José Serrano”,
“José Barón, ‘Muerto por Francia’ “, “Imagínate La Alpujarra. Otro mundo”,
“Bajo la sombra de cuatro banderas”, “Deportado a Dachau… y sobrevivió” y
“Boceto en gris sobre fondo azul”.
Este autor ya
estuvo con nosotros:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/infiernopuertas.htm
Enlaces que te
pueden ir bien:
Campos de
internamiento franceses:
https://es.wikipedia.org/wiki/Campos_de_internamiento_en_Francia
Una entrevista
con José Antonio Vidal-Castaño sobre Septfons:
http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/septfonds.htm
Stalags: https://es.wikipedia.org/wiki/Stalag
Campo de
Concentración de Mauthausen- Campo de Gusen: https://es.wikipedia.org/wiki/Campo_de_concentraci%C3%B3n_de_Mauthausen-Gusen
Castillo de Hartheim : https://es.wikipedia.org/wiki/Castillo_de_Hartheim
Operación
Relámpago:
https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/article/blitzkrieg-lightning-war
; https://es.wikipedia.org/wiki/Heinz_Guderian
Cazarabet
conversa con Pepe Sedano Moreno:
Pepe,
amigo, ¿qué es lo que te ha llevado a ir investigando sobre la vida y el
devenir de much@s exiliad@s
que después de cruzar los Pirineos se vieron atrapados en la ratonera en la que
se transformó Francia bajo la ocupación nazi?
-En realidad,
desde los 10 u 11 años de edad ya me interesó la II Guerra Mundial por unos
fascículos en color que se publicaron en el diario ABC. Un tío mío era barbero
y lo recibía a diario. Cuando vi el primero le dije que me los guardara y… así
lo hizo. Todavía están en mi pequeña biblioteca encuadernados. Conforme fui
estudiando descubrí que miles de españoles republicanos tuvieron que exiliarse
en Francia tras perder la guerra de España. Fue con 27 años cuando descubrí que
había habido españoles y, sobre todo, paisanos míos que habían muerto en el
campo de concentración nazi de Mauthausen cuando me puse a investigar y… hasta
hoy.
-Pero tampoco se estaba mucho más
tranquilo en la Francia, digamos, “no ocupada”, la del régimen de Vichy que,
claramente, era cómplice…
-Cuando te
introduces en el tema y lees lo que han escrito especialistas en este tema, vas
descubriendo una terrible realidad. Efectivamente, las autoridades españolas
hicieron lo imposible para que el gobierno de Petain
les devolviera a significados personajes republicanos que, de alguna manera,
estaban en “busca y captura” por el gobierno de Franco. La Gestapo se encargó
de ello y, desde luego, algunos de ellos regresaron a España custodiados,
sometidos a juicio sumarísimo y, como se esperaba, condenados a muerte. Las
sentencias se cumplieron.
-Recordemos que los Campos Franceses
estaban ubicados en “esa Francia de Petain”, ¿cómo
vivían?
-Sería muy
tedioso enumerar uno por uno todos los campos de refugiados o de concentración
–como les denominan algunos historiadores-, que se erigieron desde la costa
mediterránea hasta la costa atlántica y hacia el centro del país galo. No
obstante, citaré los más importantes: Argeles-sur-Mer, Septfonds, Saint
Cyprien, Le Vernet d’Ariege, Noè,
Bram, Gurs, Rivesaltes… En todos
y cada uno de estos campos, al principio, no hacían nada salvo esporádicos
trabajos de arreglar esto o aquello pero, en realidad,
desde que amanecía hasta que era la hora de dormir, en los campos no se hacía
nada. Alguno, por propia voluntad, tuvo la oportunidad de trabajar en fincas
junto al campo ayudando en labores agrícolas u otros trabajos menores. Pero
fueron muy pocos comparados con el resto de la población concentrada.
-¿Qué
te lleva a centrarte en este libro, (ya llevas otros ocho y me parece que dices
que habrá más entregas) en la figura de Juan Gutiérrez Perea natural de La
Axarquía malagueña, en concreto de un pueblo llamado la Benamargosa?,
¿qué te llama la atención de él?
-En realidad la
culpa la tuvo el impostor Enric Marco. Recordad la polvareda que levantó este
caso en el año 2005. Era, en aquel momento, el presidente de la Amical de
Mauthausen en España, con sede en Barcelona. Se había preparado el viaje anual
conmemorativo de la liberación de este campo, el 5 de mayo, en el que iba a
participar –por primera vez- el Presidente del
Gobierno de España que, en aquel momento era José Luis Rodríguez Zapatero. Pero
mi querido y recordado amigo Benito Bermejo, experto historiador en Mauthausen,
había estado investigando la figura de este personaje que “presumía” de haber
estado deportado en el campo de concentración nazi de Flossenburg,
en Alemania cuando -en realidad-, lo que había hecho era irse a Alemania a
trabajar en las fábricas de producción bélica para el Tercer Reich, es decir,
se había ido a trabajar a favor de Hitler. Dos días antes de ese 5 de mayo
Benito dio a conocer la realidad, tanto a la propia Amical de Mauthausen como
al resto de los españoles. Tuvo que dimitir y, desde luego, no intervino en los
actos que se celebraron en dicho campo. No recuerdo si llegó a ir o no a Viena.
Si fue tuvo que volverse a España sin hacer nado en nombre de la Amical. Javier
Cercas tiene un libro publicado sobre este tema titulado “El impostor”.
En aquellas
circunstancias el azar quiso que me encontrase en las redes sociales un correo
electrónico en el que una chica –más tarde me enteré que era malagueña-, rogaba
que si alguien conociese algún dato sobre su abuelo que se lo hiciera saber; la
familia había perdido su rastro en 1940 precisamente en un campo de refugiados
en Francia. Le pregunté, por el mismo conducto que si me decía el nombre y
apellidos de su abuelo, quizá pudiera decirle algo. A vuelta de correo me dio
lo que yo le pedía: Juan Gutiérrez Perea. Miré en mi base de datos sobre los españoles
en Mauthausen y allí me lo encontré, muerto en el subcampo de Gusen. Le informé
de momento sobre el particular. Más tarde me enteré que fue un gran shock para
la familia porque se enteraron por mí que su familiar había muerto en un campo
de concentración nazi.
-¿Cómo
era la vida de Juan Gutiérrez Perea antes de la guerra porque era sindicalista,
en concreto de la UGT y afiliado a la Agrupación Socialista de Benamargosa?
-La vida de Juan
no variaba con respecto a la de cualquier hombre en La Axarquía de principios
de los años 30. En su caso, además de las labores propias agrícolas de la zona,
también le dedicaba cuando disponía de tiempo, a la política. Recordemos que
acaba de instaurarse la Segunda República. La política está en ebullición en esos
momentos. Al ser sindicalista de la UGT, casi que lleva implícito el ser
socialista. Estaban viviendo una nueva sociedad, un cambio de vida, de estar
bajo una dictadura, la de Primo de Rivera, apoyada por la Monarquía, a ese
cambio tan drástico en el que la familia real hubo de abandonar España exiliada
a Roma. España dejaba de ser monárquica y pasaba a ser republicana. Juan vivía
la política, el día a día de la República y los logros que se estaban
consiguiendo con este cambio de régimen.
-Pero
también, nuestro protagonista, ¿era o lo cogió la contienda pretendiendo
afianzarse como carabinero un cuerpo policial militarizado que se encargaba,
desde su fundación en 1829 a su integración en la Guardia Civil –después de la
guerra- a patrullar las fronteras y las costas…cómo fue?—el
cuerpo de Carabineros donde se formaba nuestro protagonista fue integrado en la
Brigada Mixta-.
-Juan, como
tantas personas en aquella época, tenía fija una idea. Quería pertenecer al
Cuerpo de Carabineros. No veía la manera de irse de Benamargosa
y acceder a este Cuerpo. Cuando estalla la guerra de España tenía ya mujer y un
hijo muy pequeño y no solo eso. Mariana, su esposa, estaba en cinta de una niña
que no llegaría a conocer. El desarrollo inicial de las acciones de guerra en
Andalucía todos lo conocemos: el avance del general Queipo de Llano fue muy
rápido. Las provincias de Cádiz, Huelva y Sevilla fueron, desde los primeros
días, afines al golpe de estado que habían dado algunos militares. Éste no
salió bien y las consecuencias del mismo fue el comienzo de una guerra que, en
principio, prometía ser civil pero que al poco tiempo se internacionalizó
porque a unos y a otros apoyaron otros países con material bélico y con
soldados y miles de voluntarios que llegaron desde decenas de países a apoyar a
la República. El resultado final también lo conocemos.
Juan sabe que si
permanece junto a su familia será detenido por sus ideas de izquierdas, por lo tanto tiene que abandonar Benamargosa,
a su esposa embarazada y a su hijo pequeño y se dirige hacia Málaga desde donde
se ha iniciado una gran marcha hacia Almería capital, por la carretera de la
costa, la N-340, la mal llamada “Desbandá de Málaga”
(una desbandá la producen los animales cuando tratan
de huir en manada. En el caso de las personas se debería de haber tildado como
“huía”, en andaluz, o huida, tratando de salvar sus vidas de los cañones de la
Armada de Franco que día a día machacaban aquella columna que intentaba salvar
sus vidas, con los pocos enseres que había cogido de casa, a cuestas. Igual
hacía la aviación sublevada, bombardear aquella larga fila de mujeres, de
niños, ancianos, enfermos, heridos y algunos milicianos). Se une a estos miles
de personas que huyen. Llega a Almería, pero no se queda allí. Opta, como
otros, y se marcha hacia Castellón donde él sabía que estaba el Instituto de
los Carabineros. Y es aceptado, aprueba y se hace carabinero. Es asignado a una
Brigada Mixta, la 222ª, formada por batallones de carabineros.
-Explícanos, dónde lo coge a Juan la
contienda porque creo que fue, allá por “La Terreta”,
participando en la Campaña de Levante, formando parte de la Brigada Mixta …
-Sí, Juan formará
parte de uno de los batallones de una Brigada Mixta creada expresamente por
carabineros. Es asignado a la 222ª BM. Esta unidad de Infantería será
encuadrada en la 40ª División del Ejército Popular de la República. Su
actividad estuvo comprendida entre el año 1937 y 1939 interviniendo en la
Campaña de Levante.
-Él en el frente o, más bien, atrapado
en la guerra, encaminándose hacia el exilio francés y su familia: su mujer
Mariana, su suegro José y sus cuñados Juan y José—hermanos de
Mariana--…sufriendo las represalias, ¿cómo les fue en esa retaguardia que se
convirtió para muchos y muchas, también, en la ratonera, sobre todo si eran
afines a los vencidos?
-Sí, desde luego.
Él no participó en batallas decisivas, a pesar que su unidad había sido
incorporada al XIX Cuerpo de Ejército en el Frente de Teruel, pero cuando las
tropas golpistas llegan al Mediterráneo, Juan, como otros, vio que esa guerra
la tenían perdida y no se lo pensó dos veces. Puso rumbo a la frontera
francesa. Mientras tanto él no conocía qué estaba pasando en su pueblo, en Banamargosa. Mariana se había quedado sin su esposo, pero
de un tiempo a esta parte se le estaba poniendo muy cuesta arriba la vida a
esta mujer. Su hermano mayor había sido detenido, sometido a juicio sumarísimo
y fusilado. Al poco tiempo vinieron a por su otro hermano menor. Un comentario
de su padre, en el momento del arresto de su hermano menor, fue motivo más que
suficiente para que también él fuese detenido. Pocas semanas después, tanto su
padre como su hermano menor fueron, igualmente, fusilados. Pero lo peor estaba
aún por llegar al finalizar la guerra.
-La
familia a Mariana se le hundió literal y no tan literalmente hablando, ¿verdad?
-Así, de un
golpe, esta mujer se ha quedado sin padre, sin sus dos hermanos, sin su marido,
con un hijo pequeño y esperando otro –que sería una niña-. No quiero imaginarme
cómo se quedaría esa familia a la que habían destrozado su vida en tan poco
tiempo. Es inimaginable lo que tuvo que pasar.
-A veces, las familias sufrían el
dolor de las guerras, el de los que estaban en la guerra combatiendo y el suyo
propio… además de esa constante incertidumbre. - No puedo imaginarme cómo fue
el sufrimiento de Mariana…
-Por si no tuvo
suficiente con las muertes de su familia y la desaparición de su marido, sin
saber si estaba vivo o muerto –así estuvo hasta el último de sus días-, Mariana
tuvo –además-, que pasar por la terrible represión franquista que llegó al
mismo momento de finalizar la guerra con los familiares de los desafectos al
régimen. Mariana era hija, hermana y esposa de desafectos. A su marido no
habían podido matarlo porque no estaba en el pueblo. De haber sido así, poco
hubieran tardado en llevarlo al alba contra la tapia de un cementerio y
fusilarlo. Pero ahora le tocaba a ella, a Mariana. Sabemos, por la propia
familia, que Mariana fue, públicamente, rapada al cero, obligada a tomar
purgantes (ya sabemos los efectos del aceite de ricino) y sufrió el escarnio y
la humillación pública al ser paseada por las calles de Benamargosa
de esta manera. Pero no solamente fue eso. También les fueron requisadas, tanto
a ella como a su familia, sus tierras y sus pertenencias. La única salida que
vio Mariana fue abandonar todo en Benamargosa y
marchar a vivir con sus dos hijos pequeños –Juan y Antonia-, a otra localidad.
Se instaló en Vélez Málaga para buscar nuevos horizontes para ellos.
-Es un libro de libros o mejor dicho
es un libro en el que vas descifrando, a partir de la figura de Juan Gutiérrez
, a esas vidas ,esas otras vidas que pasaron por las de Juan…vidas directas o
indirectas….porque él conoció a muchos más “Juan Gutiérrez” que vivieron la
guerra, que la hicieron, la sufrieron, que tuvieron que marchar al exilio, que
estuvieron en campos de internamiento franceses y que después fueron apresados
por los nazis y trasladados, previo paso por algún que otro “Stalag” a algún Campo de Concentración , más que
nada el Campo de Concentración de Mauthausen…
-Sí, cuando estás
en un campo de refugiados, todos hablan entre sí. Sus historias, si no son
iguales, son parecidas. Todos han dejado atrás a familia, amigos, conocidos.
Sus sentimientos son los mismos. Se inscribirán juntos a una CTE, serán hechos
prisioneros juntos, pasarán por los mismos stalags
–casi siempre, hubo excepciones-, y llegarán en el mismo convoy a una estación
de tren desde donde se dirigirán a un campo de concentración nazi donde su
futuro será incierto. Las historias son las mismas y dependiendo de la forma
física que cada uno llevara al campo eso le marcaría su esperanza de vida
dentro de él.
-Juan Gutiérrez estuvo preso, en
Francia, en Septfonds, ¿no?, por favor, ¿nos puedes resumir cómo fue su
estancia en este campo y cómo llegó a él?
-Sí, Juan estuvo
en el campo de Septfonds. Podía haber llegado a otro, pero su sino lo llevó a
éste que estaba en el interior del país, cerca de la localidad gala de Montauban, en el departamento de Tarn-et-Garonne, por
encima de Toulouse. Fue uno de los más grandes campos erigidos para albergar a
los “indeseables” –como les llamaron los franceses-, que les llegaban desde
España. Un libro, “Republicanos españoles
en Septfonds”, de mi querido y recordado amigo José Antonio Vidal Castaño
–recientemente fallecido-, narra perfectamente cómo era la vida en este campo
que puede diferir muy poco con respecto a otros. Él llega a este campo huyendo
de las tropas insurgentes en España. Cruza la frontera, como cerca de los
500.000 españoles que lo hicieron, y dependiendo a la altura que la cruzaran
así eran dirigidos a un campo o a otro. Juan lo hizo desde Cataluña, pero pudo
estar en alguno de los que aparecen cerca de la frontera, como Argelès-sur-Mer, o Vernet y pudo ser enviado a este último
campo de Septfonds –no sería el primero que fue trasladado de campo.
-¿Cómo era el
día a día en el Campo de Internamiento Francés de Septfonds?.-Hubo
unos 29.000 republicanos allí, ¿no?; ¿cómo se organizaron?
-La vida en este
campo transcurría sin pena ni gloria, abandonados a su suerte a esperar que
llegara otro día. Se hacían trabajos esporádicos, dentro y fuera del campo. Algunos
estaban encargados de los servicios diarios del mantenimiento del campo, hacer
las comidas y el reparto de las mismas… lo propio. Alguno se evadió, de este y
otros campos y fueron capturados, unos pocos ya que la mayoría fue a
incrementar los destacamentos del maquis que se habían ocultado en las montañas
cercanas o en los bosques próximos. Juan, cuando los españoles dejaron de ser
“indeseables” y pasaron a ser “necesarios”, se alistó en una de las varias
CCTTEE que se formaron en ese y otros campos. Él estuvo en la 101ª CTE. Como
decía en la única carta que guardaba su familia de él de su estancia en
Septfonds “101 Compañía de Trabajadores, 3ª Sección, TMOE, Sector Postal 311.
Francia”. Fue José Antonio Vidal quien me informó lo que significaba TMOE:
Tirador de Mano de Obra Extranjera. Dice que procedía –este término-, de las
antiguas MOI, o Mano de Obra Inmigrada. En esta ocasión para no usar el término
“inmigrado” lo cambiaban por extranjero. Las CCTTEE se formaron con voluntarios
-Juan lo fue-, para ir a trabajar en la defensa de la frontera de Francia con
Alemania, temiendo una nueva invasión alemana –como realmente pasó-, y querían
reforzar la Línea Maginot que construyeron tras finalizar la Gran Guerra. El
22-12-1939, Juan salió, con la 101ª CTE, en dirección a Compiegne
para, desde allí, desplazarse a algún lugar próximo a la frontera con Alemania
para construir una trinchera antitanque.
-¿Fue
víctima de la llamada “guerra relámpago” que sobre el terreno llevó a cabo el
general alemán Heinz Guderian y que atrapó a muchos
españoles en la ratonera de los campos de internamiento franceses?
-Estando con su
CTE construyendo esa trinchera antitanque se enteraron que los alemanes habían
invadido Francia –al mando de Guderian-, por el
bosque de Las Ardenas –por un lado-, y desde las playas de Dunkerque –por el
otro-, en forma de pinza. Todas las CCTTEE dispersas a lo largo de la frontera
con Alemania iban a ser capturadas por el ejército alemán. Después de cuatro
días de una desordenada retirada, Juan es capturado junto a sus compañeros de
CTE, el día 20 de mayo de 1940, como prisioneros de guerra en las cercanías de
la ciudad francesa de Amiens. La ratonera no fueron los campos de internamiento
franceses, lo fueron todas y cada una de las decenas de Compañías de
Trabajadores Extranjeros que estaban desplazadas a lo largo de la frontera de
Francia con Alemania. La mayoría eran civiles bajo mando militar francés, pero
también había otras Compañías que sus componentes estaban militarizados y
vestían el uniforme de guerra francés, compuestas -de la misma manera- por
españoles.
-¿Cuánto
tiempo estuvo allí y cómo se encamina su destino hacia varios “stalags”, ya supongo que en Alemania…?
-Todos los
prisioneros son recluidos, en principio en los llamados Frontlag,
o campos de prisioneros de guerra en el frente. Aquí debían pasar todos la llamada “cuarentena”. No es que estuviesen los 40
días reglamentarios a que hace alusión lo de cuarentena. Pero sí los
suficientes para comprobar que no existían enfermos que pudieran transmitir
alguna epidemia una vez que fuesen enviados a otro lugar donde iban a convivir
miles de prisioneros.
Desde el Frontlag situado en algún lugar próximo a Amiens, son enviados
andando hacia la frontera con Luxemburgo tardando alrededor de una semana en
hacer este trayecto. Desde aquí, en una estación de tren, son embarcados en un
tren de mercancías junto con soldados franceses, ingleses, belgas y llegan a la
ciudad alemana de Trier donde estuvieron algo más de
una semana en una especie de campo donde seleccionaban a los prisioneros de
guerra. Éste era el Stalag XII-D, en Trier de Pretisberg (Alemania).
Allí estuvieron hasta algún día de la primera quincena del mes de junio de 1940
que fueron enviados a un nuevo Stalag. En esta
ocasión fue al XIII-A, que estaba situado en lo localidad alemana de Nürenberg, concretamente en una localidad próxima a ésta,
denominada Sulzbach. Aquí aparece, por primera vez
para Juan y para otros españoles, la Gestapo. Seleccionó a todos los españoles
y los ubican en barracones independientes, aislados completamente del resto de
prisioneros de otras nacionalidades. A estos españoles no se les iba a aplicar
lo dispuesto en la Convención de Ginebra sobre lo que era un prisionero de
guerra. En este Stalag apenas estuvieron un mes. Otro
les estaba esperando. En esta ocasión sería el VII-A, que estaba situado
próximo a la localidad alemana de Moosburg an der Isar. En este Stalag, dicho por otro prisionero español –en esta ocasión
se trata de Amadeo Sinca Vendrell-, fueron
maltratados y apaleados al principio. Más tarde comprobó que fue uno de los
mejores campos donde estuvo en lo que respecta a la comida y al trabajo.
-¿Cómo
era la vida en los “stalags” porque las estancias
eran más bien cortas, ¿no?. Los “stalags” estaban
como para clasificar a los presos y de allí los iban sacando para deportarlos a
los Campos de Concentración, ¿no?
-La vida en un Stalag no difería mucho de lo que era la vida en un campo
de refugiados francés. La diferencia estaba en los guardianes. Lo era lo mismo
estar bajo la vigilancia de soldados franceses que alemanes. Trabajar, claro
que tenían que trabajar en el mantenimiento del campo y en los quehaceres
propios de cada día. Limpieza de barracones, higiene de los mismos y del propio
prisionero, realización de pequeños trabajos en el interior y en los
alrededores (corte y transporte de leña, por ejemplo) del campo. Hemos visto,
igualmente, que lo más normal era que después de pasar por un Stalag, les enviaran a un campo de
concentración como tal. En esta ocasión hemos comprobado como Juan pasó por
tres Stalags diferentes, eso sí, cada vez acercándose
más a ese temido viaje hacia un campo como tal. Y ese día llegó. Juan se vio
dentro de un vagón de mercancías que echó a andar pero
desconocía el final del trayecto. Éste no era otro que el campo de
concentración nazi, de Categoría III –muerte por el trabajo-, situado a unos 20
km de la ciudad austríaca de Linz, en el norte de Austria, situado sobre una
colina donde se divisaba el pueblo y la estación de trenes: Mauthausen.
-Y
la gran mayoría de republicanos españoles iban al Campo de Mauthausen en suelo
austríaco, ¿no?
-Sí, desconocemos
el por qué las autoridades nazis enviaron a Mauthausen a la mayoría de
españoles. Además, con el inri de que en ese campo llevaron cosido en el pecho
un triángulo azul, que significaba que cada uno que lo llevaba era apátrida, es
decir, que no tenían una patria reconocida (recordemos que Serrano Suñer unos,
que Franco otros, habían dicho que “fuera de España no hay españoles”),
mientras que en el resto de los campos donde también hubo españoles su
triángulo fue rojo que significaba que era un prisionero/a político/a
(recordemos que también hubo españoles prisioneras en el campo de mujeres de
Ravensbrück).
-Un lugar que era un infierno en vida
con su cantera donde el trabajo era extenuante, donde te esperaba, si se les
veía un poco flojos, la muerte segura de Gusen o el infierno de infiernos donde
se experimentaba con los presos que era el Castillo de Hartheim…
-Mauthausen, como
hemos visto, fue clasificado de III categoría. En lo que se llamó el “Protocolo
de Wansee”, o lo que es lo mismo, las normas a tener
en cuenta a la hora de poner en práctica la llamada “Solución final”, es decir,
la matanza de todos los judíos de Europa hasta su exterminación, contemplaba
esta categoría para aquellos campos dedicados, exclusivamente, a la eliminación
de estos judíos, tanto de los propios alemanes como los de cualquier país
ocupado por la Alemania nazi. Mauthausen ya estaba construido, pero se
erigieron otros tantos como Birkenau (Auschwitz II), Treblinka, Majdanek, Sobibor, Belzec con la
misma categoría. La diferencia estribaba en que en el primero la muerte los
llegaría por el trabajo mientras que en los demás sería la muerte directamente
desde el mismo momento que atravesaran sus puertas.
En Mauthausen el
peor destino que le podían dar a un prisionero era trabajar en la cantera,
próxima al campo, denominada Wiernergraben. Era un
trabajo extenuante un día tras otro, subiendo y bajando esa denominada
“escalera de la muerte” con sus 186 peldaños irregulares. Faltos de calorías,
enfermos, con la fatiga de un día a otro acumulada, la esperanza de vida en ese
lugar apenas llegaba a los seis meses, en algunos a menos tiempo.
Si te enviaban al
kommando Gusen, a 5 km. de Mauthausen, allí también
tenían cantera de granito, la Karstelhofen. Allí es
donde más españoles murieron –la mayor parte del total de muertos españoles-.
El invierno de 1941 y 1942 fue terrible. El frío, la falta de comida y, por
tanto, de calorías, hicieron el resto. Si no era suficiente Mauthausen, ni
Gusen, allí estaba el castillo de Hartheim, donde
eran llevados expresamente los prisioneros para ser asesinados, bien con las
inyecciones de gasolina o benceno directamente al corazón, bien fusilados, bien
ahorcados… Hubo otros kommandos exteriores,
dependientes de Mauthausen, donde también había españoles como Ternberg –donde estuvo el famoso kommando
César que tenía bajo su mando (un kapo español
llamado Cesar Orquín, a más de 400 prisioneros
españoles y solo murieron 4)-, Steyr, Melk, Ebensee… etc.
-¿Qué
suerte le esperó a Juan Gutiérrez?
-Juan llegó a
Mauthausen el 6 de agosto de 1940. Con fecha 24 de enero de 1941 es traslado al
subcampo o kommando de Gusen y el 15 de octubre de
dicho año, o sea, de 1941 fallece en ese lugar. Es decir que, desde agosto de
1940 hasta octubre de 1941, Juan permanece 14 meses en aquel infierno. Primero
en la cantera Wienergraben, después en la de Karstelhofen. Solamente pudo aguantar nueve meses de
trabajos forzados, extenuantes, sin apenas comida.
La causa de la
muerte de Juan, según la documentación que reza sobre él en el Archivo de Arolsen (Alemania), a través del ITS (International Tracing Service), dice que fue
por “Lobärpneumonie”, o sea, neumonía lobular. Ésta
es una forma morfológica de neumonía en la que la inflamación del tejido
pulmonar afecta a los lóbulos enteros del pulmón. Pero no nos engañemos. Los
alemanes los asignaban una enfermedad eufemísticamente que no correspondía con
la realidad de la causa de la muerte. Las autoridades SS en los campos de
concentración tenían una lista de alrededor 15 causas de muerte que se les iba
asignando a cada uno de los muertos por el mismo orden en el que aparecían en
esa lista, desde el primero hasta el último, y vuelta a empezar… y así uno tras
otro. A Juan le correspondió esa –que es oficialmente la causa de su muerte-,
pero le podía haber tocado otra completamente distinta.
-¿Cómo
conseguiste, amigo, seguirle la pista a Juan Gutiérrez?¿Cómo te documentaste y
cómo fuiste investigando la huella o las huellas de Juan Gutiérrez?
-La pista de
Juan, como hemos visto en alguna pregunta anterior, me la dio su nieta Mari
Ángeles a través de internet. La mayor parte de la misma me la envió Mari
Ángeles, la nieta de Juan que había escrito aquel desesperado correo
electrónico en la “nube” y que yo tuve la suerte de encontrar y contestar.
Copia de fotografías familiares, copia del expediente sumarísimo del suegro de
Juan, copia de la carta enviada por Juan desde el campo de Septfonds. También
me han llegado datos de Juan desde Alemania, como hemos visto anteriormente
(del ITS), así también como de los listados de prisioneros alemanes del año
1940, a través de una web francesa y del libro memorial francés, igualmente on line. Lo más sencillo fue seguir la vida de Juan a
través de las secuencias espacio temporales, o lo que es lo mismo, el
desarrollo de los acontecimientos de los que Juan fue testigo y que corrían
paralelos a su vida.
-¿Las
pistas de los presos “se disipan” una vez cruzan las puertas del Campo de
Concentración de Mauthausen con su puerta de hierro, robada –por decirlo de
alguna manera—de Dachau Arbeit macht frei (El trabajo te hace
libre)?
-Al contrario, es
donde más pistas hay puesto que los alemanes todo lo dejaban por escrito. Paso
que deba un prisionero de un lugar a otro, paso que anotaban. Estos “pasos” no
eran solo de una persona. Eran varias y, por lo tanto, siempre estaban
confeccionando listas. En esas listas donde aparecen estos nombres son los que
sirven para seguir sus pasos dentro o fuera del campo, caso de ser trasladados
a un subcampo dependiente del principal. Efectivamente, en la puerta de Dachau,
como en la de otros campos como el de Auschwitz I, aparece el lema al que te
refieres de “Arbeit macht frei” –“El trabajo te hace libre”, pero en Mauthausen la
puerta no es de hierro, es de madera, grande pero de
madera, y sobre su umbral no aparece rótulo alguno como en otros campos como
los nombrados anteriormente o como aparecen en el campo de Gross-Rosen (en
Polonia) o, incluso, en el de Terezin (próximo a
Praga, hoy en Chequia).
-¿En
algún momento pierdes algún hilo de hilos?
-Afortunadamente
no, porque el problema estaba en no saber por dónde fue pasando desde el mismo
momento que fue capturado por los alemanes. Gracias a un libro, “Amanece en
París. El testimonio de un español que volvió a la vida después de pasar cinco
años en Mauthausen”, de Paloma Sanz, que se publicó en Madrid, en 2010, por
Planeta, que narra la peripecia que siguió Ramiro Santisteban –que fue un Poschacher en Mauthausen-, desde que fue hecho prisionero
hasta su liberación. Resulta que Ramiro también aparece en el mismo listado
donde está Juan, en la 101ª CTE que marchan juntos a los tres Stalags por los que pasó Juan, que aparecen en el mismo
listado del tren que les lleva a Mauthausen ingresando
en el campo el mismo día y con números de matrícula muy próximos. Este libro va
siguiendo los pasos de Ramiro que, sin pretenderlo, también son los mismos que
Juan. Él era más joven y sobrevivió a la deportación. Juan no tuvo esa suerte.
-¿Cómo has podido
investigar de cómo le fue allí en Mauthausen porque fue de los que
entró pronto, pero también murió pronto…no? ¿Cómo fueron sus días allí?
-Hemos visto en
una pregunta anterior que Juan llega a Mauthausen en agosto de 1940 y muere en
Gusen en octubre de 1941. Había permanecido poco tiempo en el campo principal,
apenas dos meses. Estuvo seguramente –donde estaban la mayoría de los
prisioneros-, trabajando en la cantera. Al poco tiempo fue trasladado a Gusen
donde a los nueve meses de llegar a este subcampo es cuando fallece. En este
lugar también había otra cantera en explotación y es donde mayor número de
españoles fallecieron. Él, lamentablemente, también.
-Quien no pierde nunca el hilo porque
quiere saber es su mujer Mariana, luchadora…
Mariana anduvo,
cielo y tierra, por querer saber qué había sido de su marido, del padre de sus
hijos. Tuvo la mala suerte que al abandonar Benamargosa
no conoció a nadie en su situación en Vélez Málaga, donde fijó su residencia.
Si hubiera quedado en su pueblo hubiera sido asesorada por otras vecinas que sí
supieron dónde dirigirse para recabar la información precisa y, de esta manera,
tener acceso a las indemnizaciones que el gobierno alemán dio a las familias de
los deportados españoles muertos en los campos de concentración nazis durante
la II Guerra Mundial. Pero, al igual que Mariana, tampoco fueron todas las
familias. El gobierno francés había enviado Certificados de Defunción de todos
los españoles, a través del Ministerio de Asuntos Exteriores español, para que
fuesen notificadas todas las familias que habían perdido a algún ser querido en
la deportación. La mayor parte de esas notificaciones quedaron en algún cajón
del Ministerio y no llegaron a sus destinatarios, como fue el caso de Mariana.
De haber cumplido con su obligación el gobierno español, Mariana hubiera tenido
acceso a esa indemnización que no le hubiera venido mal en aquellos tiempos y
en las circunstancias en las que se había quedado.
-Pero hay muchas investigaciones,
historiadores, documentos, o tu propio trabajo, metódico y minucioso, que te
ayudan y no poco….
-De un tiempo a
esta parte se han publicado una miríada de libros que hablan y tratan este
tema. En 1981, cuando yo empecé, apenas estaba publicado el libro de Montserrat
Roig, “Els catalans als camps nazis”, esa fue mi
primera toma de contacto con el fenómeno deportación. Con ese libro y con un
diccionario de catalán al lado para enterarme de algo, claro. Poco a poco fui
investigando, recibí testimonios –a través de la Amical de Mauthausen en
Barcelona-, de deportados españoles que habían estado en diferentes campos y el
de una mujer, como hemos visto en alguna pregunta anterior. Esos testimonios
formaron el corpus principal para la publicación de mi primer libro: “El
Infierno y sus puertas. Mis conversaciones con el deportado Amadeo Sinca y con Dante Alighieri” que Cazabaret
también se hizo eco de esa publicación en su momento. Lo que no sé yo es hasta
qué punto fui metódico y minucioso. No era un investigador profesional cuando
empecé y creo que, por eso mismo, me costó algo más. Una vez que tenía toda la
documentación… permaneció oculta en una carpeta más de 30 años. Sentía aquello
del qué dirán –en el supuesto que publicara algo-. Y estuvieron durmiendo todo
ese tiempo hasta que un día llegó el momento, sin pensarlo, y me puse a
escribir.
-¿Qué
metodología de trabajo utilizas, amigo?
-Siempre han sido
fuentes primarias. Cuando he comenzado a investigar algo es porque tenía algún
documento o varios de ellos relacionados con una persona o con un tema del que
me gustaría investigar. Más tarde fueron llegando las fuentes secundarias. Los
archivos están para consultarlos. La mayoría de las veces te dan información.
En otros casos no tanto, bien porque no han querido hacerlo, bien por falta de
personal, o bien porque tienes que ir tú en persona a consultarlos. Pero en la
mayoría de ocasiones siempre ha habido una respuesta. Unas veces tienen más
información de una persona que de otra pero... algo es
algo.
-Sabemos que no paras, ¿en qué estás
trabajando ahora, nos puedes poner sobre alguna pista?
-Claro, ahora
mismo se está maquetando el que será mi décimo libro que trata de un caso de un
vecino de mi pueblo: Berja (Almería), que fue dado por desaparecido durante la
guerra de España (1936-1939), tras la batalla de Alfambra, en Teruel. Realmente
no había muerto y apareció en su casa tres años después de haber finalizado la
guerra. Él era barrilero y tuvo la suerte de ser adscrito a la 96ª Brigada
Mixta –apenas intervinieron en acciones bélicas durante la guerra-, que, por
otro lado, fue denominada la “Brigada torera” porque gran parte de sus mandos
pertenecían al mundo taurino. Se titula “‘Haciendo la luna’ en la 96 Brigada
Mixta. ‘Largas cambiadas’ y ‘A porta gayola’ de Manuel Campos Padilla”. Es una
metáfora vital entre el mundo taurino y los “pases” que tuvo que dar él a la
vida para poder sobrevivir a una guerra y poder sacar su casa adelante junto a
su esposa y dos hijos –niño y niña-. Murió joven, con 68 años. Es una historia
real llena de sentimiento.
-Háblanos un poco de los libros
escritos hasta ahora, de tus trabajos, de ese viaje que presumo que te dejó
huella a Mauthausen….
-Hasta ahora he
escrito ocho libros. El primero que ya os he comentado, sobre los testimonios
de cuatro españoles deportados a los campos de concentración de Mauthausen,
Sachsenhausen, Treblinka y Ravensbrück. El segundo fue el primer libro que se
ha escrito en España sobre la masacre que cometieron los componentes de la 2ª
División Panzer de las Waffen
SS, la denominada “Das Reich”, en el pueblo francés de Oradour-sur-Glane, el día 10 de agosto de 1944, lugar donde residían 21
españoles. Uno de ellos era almeriense de Purchena, José Serrano Robles, casado
con una murciana y con tres hijos: Armonía, de 3 años y los gemelos Asther y Paquito de solo 11 meses. Todos murieron. Se
titula “Sin misericordia con José Serrano”. El tercero trata la vida de un
almeriense nacido en Gérgal y criado en Melilla que
llegó a ser jefe de todos los grupos de la Resistencia francesa en el norte de
Francia en los momentos de la toma de París por los aliados. Fue la primera
víctima por la conquista de Paris el 19 de agosto de 1944. Se titula “José
Barón, ‘Muerto por Francia’. Gérgal lo vio nacer,
Melilla forjó al héroe”. El cuarto es un compendio de relatos cortos que he
escrito, a lo largo de más de 30 años para la revista “Abuxarra”
de la comarca de La Alpujarra –es una revista anual-. Empecé en 1990 y hasta el
pasado año 2022 no he fallado. El relato de este año ya lo escribí y se ha
remitido a los responsables de la revista para su impresión. Este libro ha recogido
todos y ya están juntos en una publicación, no en treinta y tantas revistas que
todo el mundo no las tendrá todas. Se titula “Imagínate La Alpujarra. Otro
mundo. Mil y una historias alpujarreñas”. El quinto libro se titula “Bajo la
sombra de cuatro banderas. Francisco Más Pérez, un virgitano en la tormenta”.
Se trata de un vecino de Berja que empezó la guerra de España con la República,
se pasó al enemigo en el Ebro, se escapó de un campo de trabajo cercano a la
frontera con Francia y huyó a este país. Aquí se enroló en la Legión Extranjera
firmando hasta el final de la guerra (la II Guerra Mundial), pero a los pocos
meses deshacen esta unidad (el 4º Regimiento de Infantería) para hacer una
nueva. Él no se alista y se va desde Argelia a Marruecos. Allí forma parte de
la tripulación de un barco que iba hacia Cardiff, en el País de Gales. En una
escala en Gibraltar se baja de este barco, el “Storaa”
y se queda en la roca. El barco prosigue y es hundido en el Canal de la Mancha.
En Gibraltar al año se alista en otro barco con bandera inglesa, el “SS Alex” y
estará hasta el final de la guerra, que le coge en Malta el 29 de junio de
1945, en éste y en otro barco –ambos artillados- llevando material de guerra
desde Cardiff hasta Malta. Una historia de película. El sexto se titula
“Deportado a Dachau… y sobrevivió. Lorenzo González Salmerón, desde Berja hacia
el Infierno”, que trata de otro vecino de Berja que fue deportado al campo de
concentración nazi de Dachau y tuvo la suerte de sobrevivir. En 1981 me fue a
Francia a hacerle una entrevista. Este libro es el resultado de su testimonio
en aquella entrevista y en la correspondencia que mantuve con él hasta su
muerte. El octavo fue “Boceto en gris sobre fondo azul. Emilio Cañadas Rendón,
de Roquetas (de Mar, Almería), muerto con 21 años en Mauthausen” que, como el
título indica trata de la vida de este joven roqueteño
que murió, con esa edad, en Gusen, subcampo de Mauthausen y toda la
documentación que generó su paso hasta su muerte en aquel infierno. Es, hasta
ahora, el más documentado que me he encontrado en el ITS. El noveno ha sido “De
la Axarquía a Mauthausen. El largo viaje de Juan Gutiérrez Perea”, que es del
que hemos estado hablando hasta ahora. El décimo es el que os he comentado que
ahora está en fase de maquetación.
Los próximos
serán uno sobre la Azucarera de Adra (Almería) –terminado-, otro sobre la
Inquisición en La Alpujarra –terminado-, otro sobre diversos aspectos en los
campos de concentración –fruto de mis publicaciones en la revista on line NR (Nueva Revolución, Sección: Voces). Otro que
está en fase documental sobre los virgitanos –topónimo de los habitantes de
Berja, mi pueblo-, que fueron deportados a campos de concentración nazis, tanto
de los que murieron como de los que lograron sobrevivir y alguna colaboración
con otros amigos que me han ofrecido la posibilidad de escribir algo
conjuntamente. Como habréis podido comprobar, tengo ahora más trabajo que
cuando estaba realmente trabajando. Desde 2019 estoy jubilado, pero es verdad
que le dedico muchas horas de mis días a este tema. No puedo dejarlo. Es como
una droga. A ver hasta cuándo me dura.
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Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)