Cazarabet conversa con... Alfredo
Carralero, autor de “Aragón rebelde y republicano” (El Garaje)
Alfredo Carralero
se fija en el Aragón, casi a modo de nostalgia, “aquel rebelde y republicano”
que fue “punta de lanza” en tiempos de la II República y aún antes con la
Sublevación de Jaca...
El autor “hace
memoria” de algunos de los episodios más emblemáticos que se dieron cita en
Aragón como en el resto de Estado, pero, quizás en Aragón con más protagonismo
y como muestra la citada Sublevación de Jaca o el Consejo de Aragón, ya en
tiempos de la Guerra Civil o las colectividades....
Índice del libro: “Aragón rebelde y republicano”
Índice
Introducción:
............................................................................. 11
Capítulo 1. La sublevación de Jaca. Antecedentes ....................15
Capítulo 2. La ciudad de Jaca .................................................…19
Capítulo 3. Fermín Galán hasta Jaca.......................................…25
Capítulo 4. Jaca la conspiración..............................................…
45
Capítulo 5. Jaca la sublevación
...............................................… 75
Capítulo 6. La Huesca de Ramón Acín .................................… 107
Capítulo 7. El honor de UGT. Las Cinco Villas ........................…133
Capítulo 8. Derrota desbandada y Consejos
de Guerra en Jaca ..............................................… 143
Capítulo 9. La República que vino
........................................…
167
Capítulo 10. Algunos aragoneses destacados ......................… 175
Capítulo 11. Las colectivizaciones en Aragón........................… 205
Capítulo 12. El final del sueño en Aragón: la Bolsa de Bielsa .... 225
Capítulo 13. Canfranc y el canfranero...................................… 243
Capítulo I4. A modo de precipitado colofón .........................… 251
Anexo Capítulo 3. La guerra de Marruecos en la literatura ..…
255
Anexo Capítulo 9. La república que vino:
la canción y la música .............................… 259
Anexo Capítulo 10. Algunos aragoneses destacados .........…. 271
Apéndice. Política y militares desde la Restauración
a la II República...................................................… .275
Anexo fotográfico
................................................................… 291
Lista en Spotify: canción y música de la época
https://open.spotify.com/playlist/6GSulZnDgKNrIpqsxX1Dh1
La sinopsis a modo de introducción
desde la propia firma del
autor Alfredo Carralero :
Amigo lector, tienes
entre tus manos este libro, o quizás lo lees en la pantalla de cualquier
dispositivo electrónico, y deseo contarte lo que vas a encontrar en él y por
qué. Comencé el libro con la idea de describir el hecho casi olvidado, pero
crucial para la historia de España, que fue la sublevación de los capitanes
Fermín Galán y García Hernández, y profundizar en lo que Tuñón de Lara denominó
“el enigma Jaca”. Así investigando, llegué a saber que Galán era muy amigo de
un hombre al que descubro (si, muchas veces uno se avergüenza de no haber
conocido antes a tal o cual gran hombre), Ramón Acín, artista plástico con
mayúsculas, líder libertario y hombre comprometido con los avatares de su
tiempo y con la sublevación de Jaca. Lo mismo puedo decir de los zaragozanos Rafael
Sánchez Ventura, gran investigador del arte, o del médico y diputado socialista
José Algora Gorbea, y de otros tantos que desfilan
por estas páginas.
Y si se habla de
Aragón, no se puede dejar de hablar del Regeneracionismo de Costa y sus
discípulos y dar un paseo por los lugares que los vieron trabajar y luchar. Y
también recordar la estación de Canfranc -una especie de Casablanca, en los
Pirineos en los años 40-, el desvanecido sueño del “canfranero”, y a algunas de
las personas que como sombras lucharon por la libertad contra el nazi-fascismo
a ambos lados de los Pirineos. Como Francisco Ponzán, director de una red de
espionaje y de evasión de pilotos aliados, fue asesinado por la policía
política nazi, la Gestapo, poco antes de la liberación de Francia. Pero
mientras iba desgranando las diversas historias que ocurren en tierras de
Aragón me asaltó una duda: ¿Por qué nadie habla de esa otra memoria histórica,
de los liberales radicales del siglo XIX? Es otra memoria casi perdida de unos
hombres y mujeres a los que debemos mucho: la lucha contra el absolutismo y la
creación de la nación española tal y como la conocemos hoy. Y así decido meter
en el libro a un liberal “casi” olvidado, Isidoro de Antillón insigne geógrafo
y político doceañista, nacido y muerto en un pequeño pueblito de Teruel, Santa
Eulalia del Campo, víctima de la represión absolutista de Fernando VII.
Y ya lanzados
por esta pendiente me apeteció hablar de
lugares por los que pasear por el Alto Aragón: el Camino de Santiago aragonés,
la franquista Línea P, la arquitectura defensiva en estas tierras y, ya
puestos, hacer una incursión a
Francia que, siguiendo el viejo
recorrido del “canfranero” nos lleva
primero al fuerte del Portalet, lugar
en el que encerraron tras de la
Segunda Guerra Mundial al traidor Pétain, y siguiendo más para arriba
llegaremos a un lugar que representa como pocos la infamia a la que sometió una
parte de Francia a los refugiados
españoles me refiero al hoy borrado campo de concentración de Gurs, a unos 17 km.
de Oloron.
Si el libro
comienza por una de las situaciones que traen el rápido advenimiento de la II
República, terminamos el libro con el epílogo del sueño libertador en tierras
aragonesas: con la gesta de la Bolsa de Bielsa, heroico episodio y canto de
cisne de la República y, cómo no, de uno de los protagonistas de ese suceso,
Antonio Beltrán Casañas “el Esquinazau” y su peripecia vital.
Por acabar, decir
que me pareció oportuno hacer un análisis del proceso en virtud del cual una
parte del ejército español se convierte en un ejército al servicio de las
clases dirigentes y básicamente golpista. Y por terminar esta introducción y no
aburrirte, paciente lector, decir que me parecía de interés poner la época de
la sublevación de Jaca en su contexto cultural e histórico, y por ello he
añadido todo un capítulo sobre música, cine, teatro de la época y cómo se
vieron reflejados los hechos de Jaca en el arte. Espero que ustedes lo
disfruten leyendo tanto como yo lo hice escribiéndolo.
Como
muestra, “un botón”:
Capítulo I
La sublevación de Jaca. Antecedentes
La mayoría de los historiadores concuerdan en la importancia de la
sublevación de Jaca del 12 de diciembre de 1930 por la resonancia que tuvo la
muerte violenta de sus promotores, los capitanes de Infantería Fermín Galán y
García Hernández. Estas muertes fueron percibidas por muchas gentes como una
cruel venganza de la monarquía de Alfonso XIII, lo que creó un foso más
profundo si cabe entre las clases populares e ilustradas y la vieja y parcheada
monarquía de la Restauración, no viendo aquellas más salidas ante el dique que
suponía el régimen monárquico que su destrucción y la proclamación de la
República, por los métodos que fueran necesarios.
Existe aún otra sublevación castrense a favor de la República pocos días
después, exactamente el 15 de diciembre, la conocida sublevación de Cuatro
Vientos (esta era y es, a día de hoy, una base del Ejército del Aire en el
oeste de Madrid). Dirigen y protagonizan la misma el comandante Ramón Franco[1][1] (el heroico aviador, hermano del futuro dictador) y el
general Queipo del Llano (si, el que después sería un
psicópata asesino en la Sevilla del comienzo de la Guerra Civil). Esta
sublevación tiene el fin de instaurar la República y reivindicar a los
capitanes Fermín Galán y García Hernández, hacía pocos días ejecutados en unas
dependencias del ejército cercanas a la ciudad de Huesca.
La punta de lanza de esta sublevación serían los aviones de la base aérea
de Cuatro Vientos, las tropas de la Aeronáutica Militar allí acuarteladas, más
los paisanos que se fueran uniendo a la sublevación. Además, se estaba
negociando con los socialistas la realización de una huelga general, que
tendría que acompañar al movimiento castrense. La huelga general no se lleva a
cabo, los artilleros que se debieran haber unido al golpe no lo hacen, porque
el gobierno, sabedor de la situación, ha concedido a las Juntas de Artillería[2][2] sus reivindicaciones. Finalmente despegan los aviones
cargados de bombas y proclamas, lanzan estas últimas, pero cuando van a
bombardear el Palacio de Oriente, Ramón Franco ve que hay niños jugando en la
Plaza de Oriente y tomando una decisión que le honra, decide no lanzar las
bombas para no poner en peligro a los niños; eso sí, tienen que poner proa los
aviones al exilio portugués.
Las sublevaciones de Jaca y la posterior de Cuatro Vientos se efectúan a la
sombra de lo que se vino en llamar el Pacto de San Sebastián[3][3]. Este pacto había sido signado en agosto de 1930 por
todas las fuerzas políticas antidinásticas, a las que posteriormente se unirían
los socialistas. El Pacto crea un comité militar dirigido por Queipo de Llano,
encargado de coordinar la sublevación que prepararían.
Desde diciembre de 1875, fecha del golpe de Estado propiciado por el
general Martínez Campos, que acaba formalmente con la I República Española y en
el que se lleva a cabo la Restauración monárquica, y hasta el año 1930 del que
estamos hablando, ningún gobierno había perdido nunca las elecciones planteadas
por esos mismos gobiernos. El modelo político es el caciquismo, que impera por
doquier y anega con su corrupción la vida social. Por todo esto una gran parte
de los republicanos vieron como única salida las movilizaciones sociales e
incluso un golpe militar, en lugar de los procesos electorales, de los cuales
desconfiaban.
Los intelectuales son otro grupo destacado que trabaja por la República. Se
venía produciendo en España un fenómeno del mayor interés y es la irrupción de
una clase media burguesa e ilustrada que, desde comienzos del siglo XX, está
preparándose para intervenir en la política de este país, los intelectuales,
profesores y profesionales que diseñan un régimen político, el de la II
República Española, que tuvo en su momento las más innovadoras propuestas
políticas, sociales y económicas. Una parte de estos científicos, sabios y
literatos están ligados al republicanismo político, el caso más paradigmático
es el de Manuel Azaña, y otros militan en el PSOE: Besteiro, Luis Jiménez de
Asúa o Fernando de los Ríos; pero casi todos tienen en común la adscripción en
mayor o menor medida a la Institución Libre de Enseñanza.
La realidad es que, dentro del PSOE, partido hegemónico de la izquierda
entonces, existe una marcada hostilidad hacia los intelectuales. En aquel
momento, dentro del PSOE existe una línea dominante obrerista y contraria a la
república burguesa. A los intelectuales se les considera en esas circunstancias
partidarios del reformismo y de propugnar la modernización mediante la
república burguesa. Ambas posiciones en el PSOE crearían unas tendencias que, a
la larga, y ya durante la guerra civil, contribuirían al dinamitado, sin duda interesado
del partido.
El autor, Alfredo
Carralero Vázquez: escritor tardío, es un investigador y divulgador histórico
de diferentes hechos orillados por la historiografía dominante y acrítica, pero
que guardan una íntima relación con el destino de las clases populares en
nuestro país.
Su primer libro,
“Paseos por el Madrid rebelde”, es un intento de mostrar Madrid desde sus
clases populares y más allá del tópico zarzuelero y de vírgenes de las palomas.
Cazarabet conversa con Alfredo Carralero:
-Alfredo, ¿qué te ha llevado a escribir “Aragón, rebelde y republicano”?
-El libro “Aragón, rebelde y
republicano?, es un intento de exponer algunos de los avatares y deseos
fuertemente sentidos en el transcurso de la historia de Aragón, también más
allá del tópico de lo jotero y de las diversas vírgenes. Este libro se inició
con la idea de relatar el hecho casi olvidado, pero crucial para la historia de
España, que fue la sublevación de Jaca de los capitanes Fermín Galán y García
Hernández,
-Porque Aragón hubo un tiempo en que fue “rebelde y republicano”, ¿verdad?
¿Desde qué perspectiva y /o dimensión?
-Así es, el republicanismo primero y después la expansión del sindicalismo
agrario de la UGT en las Cinco Villas y Zaragoza convertida en plaza fuerte de
los libertarios, desde los años 20, conforman el Aragón rebelde, con una
cultura propia de la emancipación de las clases populares
-Todo esto fue quedando “barrido” tal como los alzados se fueron haciendo
con el poder, ¿no? y claro, después con la dictadura...
-Por supuesto en el verano de 1936 Zaragoza, las Cinco Villas y todo Aragón
fue anegado en sangre de las clases populares
-Por qué te fijas, de manera diferencial, en este Aragón que reconoces
como “rebelde y republicano”, ¿no?
-Quizás porque en el principio del libro, me llamaba la atención la figura
del capitán Galán. Es una estampa romántica un militar valiente que se subleva,
fracasa y arrostra la muerte lleno de vida y juventud,
pero se enfrenta al pelotón de ejecución con gallardía y valentía
-¿De qué hilos
empiezas a tirar para fijarte en ese “Aragón rebelde y republicano”?
-En el transcurso de documentar el libro llegué a saber que el capitán
Galán impulsor del alzamiento republicano era muy amigo de Ramón Acín, artista
plástico con mayúsculas, líder libertario y hombre comprometido con los
avatares de su tiempo. Lo mismo puedo decir de los zaragozanos Rafael Sánchez
Ventura, gran investigador del arte, o del médico y diputado socialista José Algora Gorbea, y de otros tantos que desfilan por el libro.
-¿Qué te llama la atención de la “sublevación de
Jaca”, protagonizada por Fermín Galán y García Hernández?
-Pues realmente “lo poliédrico” diríamos
hoy, de la personalidad de su principal impulsor. El capitán Galán es un
aguerrido militar, pero que hace un análisis político impecable de la guerra de
Marruecos, novela sus recuerdos de esa guerra y a la vez hace un ensayo teórico
sobre la sociedad venidera. Y no se queda solo en eso, sino que se pone manos a
la obra para hacer llegar los cambios.
-¿Por qué fracasó esta sublevación?
-Pues primero de todo por lo que Tuñón de Lara definió
como el “enigma Jaca”, que es la descoordinación de fechas con el Comité
Militar Nacional. En segundo lugar, por la ridícula actuación de Casares
Quiroga que llega a Jaca con tiempo y autoridad que le daba el ser emisario directo del Comité Revolucionario para
abortar el inminente pronunciamiento, y que traía ordenes de posponer hasta el
lunes día 15 de diciembre. También, el retraso de un día en la
proclamación de la huelga general en Aragón pudo deberse tanto al confusionismo
creado por las ejecutivas nacionales del PSOE y de la UGT como al fracaso del
apoyo militar en Huesca y Zaragoza. Al
respecto del fracaso del movimiento se han dado varias explicaciones para casi
todos los gustos y sin pruebas, algunas más alambicadas y tenebrosas que otras.
No es ningún secreto que existía un abismo entre la ideología de Galán y la de
otros dirigentes de la conspiración. La República que propugnaba Fermín Galán y
que él describe en su libro Nueva Creación, es cercana a un ideario
pudiéramos decir anarco comunista; de igual forma sus amistades: republicanos
radicales, socialistas de izquierdas y anarcosindicalistas. Por el contrario,
una parte de los políticos que están en la conspiración son republicanos
moderados, algunos de ellos procedentes incluso del campo monárquico, tras
entender que la monarquía alfonsina no tiene solución. En suma, pretenden traer
una república moderada, que solucione parte de los problemas existentes.
Incluso algunos pretendían una república muy moderada, es el caso de Alcalá
Zamora y seguramente también de Casares Quiroga, republicano y galleguista y
que está en el Pacto de San Sebastián, representando a un conglomerado de
fuerzas republicanas gallegas.
-Y conoces y me da que te reconoces con Ramón
Acín, intelectual libertario oscense que, además era un activista político
comprometido y amigo de García Hernández… ¿qué descubres en este oscense que
quisieras destacar y compartir con nosotros?
-En el transcurso de la conspiración Galán, conoce
al artista plástico y líder de la CNT de Huesca Ramón Acín. Este es un ejemplo
de artista comprometido con las clases populares, además en él se unen las
ideas de la Institución Libre de Enseñanza, de la Escuela Racionalista de
Ferrer. En suma, en él existe una síntesis muy poderosa del Regeneracionismo, y
del pensamiento libertario.
-¿Hasta qué punto o no se comprometió Ramón Acín con
la sublevación de Jaca coméntanos…?
-Pues de una forma total, está en el combate de
Cillas y dado su conocido pacifismo desarmado. Después puede escapar y vive
exilado en el Paris del año 30.
-El libro es una especie de “repaso” por los
episodios más destacados de la historia y cómo le fueron “como sentando” a
Aragón, ¿verdad?, pero tomando el pulso, también a los protagonistas, los que
desde estas tierras aragonesas removieron el avispero de la historia…
-Nunca mejor dicho, lo de remover el “avispero
histórico” y se empieza a remover con la sublevación de Jaca, continua con un
republicanismo muy radical, cristaliza en la Revolución Social de las
colectivizaciones libertarias y el Consejo de Defensa de Aragón. Declina con la
disolución “manu militari” de este y tiene su fin en la defensa de la
Bolsa de Bielsa
-¿Qué te ha sorprendido más desde el punto de vista
de los episodios históricos por cómo han acontecido en estas tierras?
-Sin duda las Colectivizaciones suponen un episodio
histórico en que las clases populares toman su vida y su futuro en sus manos,
equivalente e incluso superior a la Comuna de Paris
-¿Y qué personajes te han sorprendido, más o menos
gratamente …?
-Como he dicho el ir descubriendo poco a poco la
personalidad del capitán Galán, la talla artística y política de Acín, la
perspectiva científica de Odón de Buen o de Sánchez Ventura o el dolor del gran
escritor Ramón J. Sender
Y desde luego la figura de Antillón, miembro de las
Cortes de Cádiz, creador con los restantes doceañistas del moderno estado
español. Él es, a comienzos del siglo XIX un decidido defensor de la abolición
de la esclavitud, sobre todo en las entonces colonias americanas
- ¿Crees que Aragón fue de las tierras que mejor
acogió a la II República? ¿Había mucha “masa social republicana” que la quería
y eso se notó?
-Creo que el movimiento republicano en Aragón, veía
el advenimiento de la república no como un mero cambio de régimen, sino como la
posibilidad de abordar y solucionar los problemas del Aragón de ese tiempo un
país eminentemente agrario y en algunos casos con ribetes del medievo
-Después de la guerra vino o se vieron los
resultados de un Aragón que vivió y pareció mucho la represión. ¿Crees que los
lugares que más sufrieron aquella represión han quedado “como tocados”?
-Sin duda, en Aragón como en los restantes lugares
de España la brutalidad de la represión heló con un miedo espeso, por varias
décadas cualquier movimiento de las clases populares
-Pones aquí también a Canfranc y a su estación; al
“sueño del canfranero”, a cómo se vivieron desde esos Pirineos la II Guerra
Mundial con la lucha antifascista y antinazi con la red Ponzán luchando contra
los nazis y por salvar a gente de sus garras…
-Canfranc lo referencio de dos modos. El
primero reivindicativo, Aragón exige y tiene derecho a una salida propia a
Europa que dinamice su economía. Para la sociedad aragonesa es una invariante
histórica presionar al gobierno de la nación para que se lleve a cabo. El
segundo recuerdo de Canfranc es para recordar a los hombres y mujeres de la Red
Ponzán, de Le Ley que lucharon contra el nazismo, contra los fascismos español
y francés y contra todo pronóstico vencieron … aunque no en España
-Explicas que mientras estás escribiendo todo esto
te surgen dudas sobre por qué no se cuentan ciertas aristas de la historia y
por tanto eso afecta en el ejercicio en torno a la memoria histórica, ¿qué nos
puedes explicar de “esa dudad de dudas” y de cómo afecta a tu trabajo?
-Pues sí, no entiendo como el estado democrático
español no honra a sus predecesores a los liberales radicales que crean el
actual estado español -con sus virtudes y defectos – pero que luchan
denodadamente contra el absolutismo, contra la teocracia carlista. Con Antillón
uno de los liberales, que recordamos en el libro, se produce algo terrible su
cadáver es profanado, por una partida carlista, sus restos son quemados y
aventados.
-La Línea P que estableció Franco, ¿en qué
consistía…tanto miedo tenía?
-Sin duda cuando ve cómo va evolucionando la II
Guerra Mundial, la posibilidad cierta de la derrota de los nazis fascistas y la
estrecha vinculación que el régimen franquista había tenido con ellos, lo
primero que se les ocurre es que serían invadidos por los aliados victoriosos.
Ahora todos sabemos que desgraciadamente no fue así. La línea P era una línea defensiva que
aprovechando lo abrupto de los Pirineos pretendía defender el régimen
franquista de un eventual ataque terrestre. En un país en que se moría la gente
de hambre se llenó de fortificaciones toda la frontera norte; los Pirineos
navarros, aragonés y catalán.
-Recoges también episodios en donde se reúnen la tragedia
de la guerra y la heroicidad de unos hombres llenos de ideas y activismo…es el
caso de la Bolsa de Bielsa y de la hazaña de “el Esquinazau” … ¿qué nos puedes decir; qué
conclusiones sacas de todo ello?
-La verdad, escribir sobre la Bolsa de Bielsa es
algo reconfortante, porque esa hazaña nos viene a decir, que lo material es sin
duda muy importante, pero por encima de ella está la voluntad de luchar y
resistir por lo que con firmeza se cree
-¿Qué pretendías
desde la escritura de este libro que analiza la historia contemporánea de
Aragón parándose en diversos episodios y fijándose en aristas de la historia
poliédrica en la que ,quizás pocos, se fijen...?
-Para mí es fundamental poner de manifiesto que el pensamiento progresista
español le debe mucho al pensamiento progresista aragonés, que creo es un
crisol de regeneracionismo, Institución Libre de Enseñanza y de un poderoso
pensamiento libertario
-¿Crees que lo has
conseguido?
-Creo honestamente que si
-¿En qué estás
trabajando ahora, nos puedes dar alguna pista?; ¿cómo ha sido trabajar con El
Garaje Ediciones?
-Estoy trabajando en una
novela histórica que en parte tiene como marco el Aragón del siglo XVII. El
trabajar con El Garaje Ediciones, os diré que ha sido una experiencia
reconfortante, me han ayudado a realizar un libro mejor sin duda.
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Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)
[1][1] Hay una anécdota, profusamente contada sobre lo mal que llevaba Franco las actividades de su hermano Ramón. Ocurrió que el ministro del ejército del Aire (durante los años 1962-69) y acendrado franquista José Larraga Lacalle se presenta ante Franco en 1964 y ofrece su dimisión, pues la policía política del régimen había detenido a su hijo Daniel que con 25 años formaba parte de la oposición clandestina al franquismo. Franco no se la acepto y cuentan que añadió: “Larraga, todos hemos pasado por circunstancias así, mire yo lo que pasé con mi hermano Ramón. Y lo que son los sarcasmos de la vida y la historia, el abuelo del detenido había sido el guerrillero navarro republicano José Lacalle alias “el cojo de Cirauqui”, que combatió en las guerras carlistas. Por otro lado otro Lacalle Fernández es actualmente un guru neoliberal y un referente para la nueva derecha.
[2][2] En el ejército español de los años 20 y 30 y entre sus mandos, existía el grave problema de los ascensos por méritos de guerra. Esta había sido la forma en que los militares conocidos como “africanistas”, habían conseguido arrancar todo tipo de ascensos y medallas pensionadas, por hechos de armas unas veces reales y otros distorsionados y desfigurados o simplemente inexistentes. Ejemplos claros de “africanistas”, eran Francisco Franco, Millán Astray creadores del Tercio de Extranjeros, pero también otros muchos adscritos a las tropas indígenas. De todas formas el término “africanista”, puede llamar a error pues una gran cantidad de oficiales del ejército pasaron por las guerras de África, pero no se adscribieron al militarismo de los “africanistas”.
Por simplificar el tema, decir, que en la Península el ejército organizado en Juntas, de las diversas Armas, era partidario de que los ascensos se produjeran por antigüedad y no por méritos de guerra, porque eran conscientes de la manipulación a la que estaban siendo sometidos los diversos Gobiernos por los “africanistas” y por el Palacio Real. Alfonso XIII, era un rey con una ideología anclada en el medieval concepto de que sus derechos eran de origen divino y quienes mantenían esas prerrogativas eran sin duda el ejército. Por ello el que hubiera deseado ser recordado con el nombre de Alfonso XIII, “el africano”, concedía todo tipo de mercedes a esos militares, que defendería sus intereses.
[3][3] El Pacto de San Sebastián tuvo el precedente de un manifiesto aparecido en Barcelona en marzo de 1930. En él se aboga por el establecimiento de una república federal y la aplicación de políticas sociales. El pacto entre republicanos se firma en agosto de 1930. Posteriormente, en el mes de octubre, los socialistas, que están divididos al respecto, firman también el pacto. Los anarcosindicalistas de la CNT no lo firman, pero indican que no se opondrían a las movilizaciones que se realizasen.