Cazarabet conversa con...   Alfredo Carralero, autor de “Aragón rebelde y republicano” (El Garaje)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Alfredo Carralero se fija en el Aragón, casi a modo de nostalgia, “aquel rebelde y republicano” que fue “punta de lanza” en tiempos de la II República y aún antes con la Sublevación de Jaca...

El autor “hace memoria” de algunos de los episodios más emblemáticos que se dieron cita en Aragón como en el resto de Estado, pero, quizás en Aragón con más protagonismo y como muestra la citada Sublevación de Jaca o el Consejo de Aragón, ya en tiempos de la Guerra Civil o las colectividades....

Índice del libro: “Aragón rebelde y republicano”

Índice
Introducción: .............................................................................  11
Capítulo 1. La sublevación de Jaca. Antecedentes ....................15
Capítulo 2. La ciudad de Jaca .................................................…19
Capítulo 3. Fermín Galán hasta Jaca.......................................…25
Capítulo 4. Jaca la conspiración..............................................… 45
Capítulo 5. Jaca la sublevación ...............................................… 75
Capítulo 6. La Huesca de Ramón Acín .................................…   107
Capítulo 7. El honor de UGT. Las Cinco Villas ........................…133
Capítulo 8. Derrota desbandada y Consejos
de Guerra en Jaca ..............................................…                     143
Capítulo 9. La República que vino ........................................…   167
Capítulo 10. Algunos aragoneses destacados ......................…   175
Capítulo 11. Las colectivizaciones en Aragón........................…  205
Capítulo 12. El final del sueño en Aragón: la Bolsa de Bielsa .... 225
Capítulo 13. Canfranc y el canfranero...................................…   243
Capítulo I4. A modo de precipitado colofón .........................…    251
Anexo Capítulo 3. La guerra de Marruecos en la literatura ..… 255
Anexo Capítulo 9. La república que vino:
la canción y la música .............................…                                259
Anexo Capítulo 10. Algunos aragoneses destacados .........…. 271
Apéndice. Política y militares desde la Restauración
a la II República...................................................…                   .275
Anexo fotográfico ................................................................…    291

 

Lista en Spotify: canción y música de la época

https://open.spotify.com/playlist/6GSulZnDgKNrIpqsxX1Dh1

 

La sinopsis a modo de introducción desde la propia firma del autor Alfredo Carralero :

Amigo lector, tienes entre tus manos este libro, o quizás lo lees en la pantalla de cualquier dispositivo electrónico, y deseo contarte lo que vas a encontrar en él y por qué. Comencé el libro con la idea de describir el hecho casi olvidado, pero crucial para la historia de España, que fue la sublevación de los capitanes Fermín Galán y García Hernández, y profundizar en lo que Tuñón de Lara denominó “el enigma Jaca”. Así investigando, llegué a saber que Galán era muy amigo de un hombre al que descubro (si, muchas veces uno se avergüenza de no haber conocido antes a tal o cual gran hombre), Ramón Acín, artista plástico con mayúsculas, líder libertario y hombre comprometido con los avatares de su tiempo y con la sublevación de Jaca. Lo mismo puedo decir de los zaragozanos Rafael Sánchez Ventura, gran investigador del arte, o del médico y diputado socialista José Algora Gorbea, y de otros tantos que desfilan por estas páginas.

Y si se habla de Aragón, no se puede dejar de hablar del Regeneracionismo de Costa y sus discípulos y dar un paseo por los lugares que los vieron trabajar y luchar. Y también recordar la estación de Canfranc -una especie de Casablanca, en los Pirineos en los años 40-, el desvanecido sueño del “canfranero”, y a algunas de las personas que como sombras lucharon por la libertad contra el nazi-fascismo a ambos lados de los Pirineos. Como Francisco Ponzán, director de una red de espionaje y de evasión de pilotos aliados, fue asesinado por la policía política nazi, la Gestapo, poco antes de la liberación de Francia. Pero mientras iba desgranando las diversas historias que ocurren en tierras de Aragón me asaltó una duda: ¿Por qué nadie habla de esa otra memoria histórica, de los liberales radicales del siglo XIX? Es otra memoria casi perdida de unos hombres y mujeres a los que debemos mucho: la lucha contra el absolutismo y la creación de la nación española tal y como la conocemos hoy. Y así decido meter en el libro a un liberal “casi” olvidado, Isidoro de Antillón insigne geógrafo y político doceañista, nacido y muerto en un pequeño pueblito de Teruel, Santa Eulalia del Campo, víctima de la represión absolutista de Fernando VII.

Y ya lanzados por  esta pendiente me apeteció hablar de lugares por los que pasear por el Alto Aragón: el Camino de Santiago aragonés, la franquista Línea P, la arquitectura defensiva en estas tierras y, ya puestos,  hacer una incursión a Francia  que, siguiendo el viejo recorrido  del “canfranero” nos lleva primero al fuerte del Portalet,  lugar  en el que encerraron  tras de la Segunda Guerra Mundial al traidor Pétain, y siguiendo más para arriba llegaremos a un lugar que representa como pocos la infamia a la que sometió una parte de  Francia a los refugiados españoles me refiero al hoy borrado campo de concentración de  Gurs, a unos 17 km. de Oloron.

Si el libro comienza por una de las situaciones que traen el rápido advenimiento de la II República, terminamos el libro con el epílogo del sueño libertador en tierras aragonesas: con la gesta de la Bolsa de Bielsa, heroico episodio y canto de cisne de la República y, cómo no, de uno de los protagonistas de ese suceso, Antonio Beltrán Casañas “el Esquinazau” y su peripecia vital.

Por acabar, decir que me pareció oportuno hacer un análisis del proceso en virtud del cual una parte del ejército español se convierte en un ejército al servicio de las clases dirigentes y básicamente golpista. Y por terminar esta introducción y no aburrirte, paciente lector, decir que me parecía de interés poner la época de la sublevación de Jaca en su contexto cultural e histórico, y por ello he añadido todo un capítulo sobre música, cine, teatro de la época y cómo se vieron reflejados los hechos de Jaca en el arte. Espero que ustedes lo disfruten leyendo tanto como yo lo hice escribiéndolo.

Como muestra, “un botón”:

Capítulo I

La sublevación de Jaca. Antecedentes

La mayoría de los historiadores concuerdan en la importancia de la sublevación de Jaca del 12 de diciembre de 1930 por la resonancia que tuvo la muerte violenta de sus promotores, los capitanes de Infantería Fermín Galán y García Hernández. Estas muertes fueron percibidas por muchas gentes como una cruel venganza de la monarquía de Alfonso XIII, lo que creó un foso más profundo si cabe entre las clases populares e ilustradas y la vieja y parcheada monarquía de la Restauración, no viendo aquellas más salidas ante el dique que suponía el régimen monárquico que su destrucción y la proclamación de la República, por los métodos que fueran necesarios.

Existe aún otra sublevación castrense a favor de la República pocos días después, exactamente el 15 de diciembre, la conocida sublevación de Cuatro Vientos (esta era y es, a día de hoy, una base del Ejército del Aire en el oeste de Madrid). Dirigen y protagonizan la misma el comandante Ramón Franco[1][1] (el heroico aviador, hermano del futuro dictador) y el general Queipo del Llano (si, el que después sería un psicópata asesino en la Sevilla del comienzo de la Guerra Civil). Esta sublevación tiene el fin de instaurar la República y reivindicar a los capitanes Fermín Galán y García Hernández, hacía pocos días ejecutados en unas dependencias del ejército cercanas a la ciudad de Huesca.

La punta de lanza de esta sublevación serían los aviones de la base aérea de Cuatro Vientos, las tropas de la Aeronáutica Militar allí acuarteladas, más los paisanos que se fueran uniendo a la sublevación. Además, se estaba negociando con los socialistas la realización de una huelga general, que tendría que acompañar al movimiento castrense. La huelga general no se lleva a cabo, los artilleros que se debieran haber unido al golpe no lo hacen, porque el gobierno, sabedor de la situación, ha concedido a las Juntas de Artillería[2][2] sus reivindicaciones. Finalmente despegan los aviones cargados de bombas y proclamas, lanzan estas últimas, pero cuando van a bombardear el Palacio de Oriente, Ramón Franco ve que hay niños jugando en la Plaza de Oriente y tomando una decisión que le honra, decide no lanzar las bombas para no poner en peligro a los niños; eso sí, tienen que poner proa los aviones al exilio portugués.

Las sublevaciones de Jaca y la posterior de Cuatro Vientos se efectúan a la sombra de lo que se vino en llamar el Pacto de San Sebastián[3][3]. Este pacto había sido signado en agosto de 1930 por todas las fuerzas políticas antidinásticas, a las que posteriormente se unirían los socialistas. El Pacto crea un comité militar dirigido por Queipo de Llano, encargado de coordinar la sublevación que prepararían.

Desde diciembre de 1875, fecha del golpe de Estado propiciado por el general Martínez Campos, que acaba formalmente con la I República Española y en el que se lleva a cabo la Restauración monárquica, y hasta el año 1930 del que estamos hablando, ningún gobierno había perdido nunca las elecciones planteadas por esos mismos gobiernos. El modelo político es el caciquismo, que impera por doquier y anega con su corrupción la vida social. Por todo esto una gran parte de los republicanos vieron como única salida las movilizaciones sociales e incluso un golpe militar, en lugar de los procesos electorales, de los cuales desconfiaban.

Los intelectuales son otro grupo destacado que trabaja por la República. Se venía produciendo en España un fenómeno del mayor interés y es la irrupción de una clase media burguesa e ilustrada que, desde comienzos del siglo XX, está preparándose para intervenir en la política de este país, los intelectuales, profesores y profesionales que diseñan un régimen político, el de la II República Española, que tuvo en su momento las más innovadoras propuestas políticas, sociales y económicas. Una parte de estos científicos, sabios y literatos están ligados al republicanismo político, el caso más paradigmático es el de Manuel Azaña, y otros militan en el PSOE: Besteiro, Luis Jiménez de Asúa o Fernando de los Ríos; pero casi todos tienen en común la adscripción en mayor o menor medida a la Institución Libre de Enseñanza.

La realidad es que, dentro del PSOE, partido hegemónico de la izquierda entonces, existe una marcada hostilidad hacia los intelectuales. En aquel momento, dentro del PSOE existe una línea dominante obrerista y contraria a la república burguesa. A los intelectuales se les considera en esas circunstancias partidarios del reformismo y de propugnar la modernización mediante la república burguesa. Ambas posiciones en el PSOE crearían unas tendencias que, a la larga, y ya durante la guerra civil, contribuirían al dinamitado, sin duda interesado del partido.

El autor, Alfredo Carralero Vázquez: escritor tardío, es un investigador y divulgador histórico de diferentes hechos orillados por la historiografía dominante y acrítica, pero que guardan una íntima relación con el destino de las clases populares en nuestro país.

Su primer libro, “Paseos por el Madrid rebelde”, es un intento de mostrar Madrid desde sus clases populares y más allá del tópico zarzuelero y de vírgenes de las palomas.

 

 

 

 

Cazarabet conversa con Alfredo Carralero:

-Alfredo, ¿qué te ha llevado a escribir “Aragón, rebelde y republicano”?

-El libro “Aragón, rebelde y republicano?, es un intento de exponer algunos de los avatares y deseos fuertemente sentidos en el transcurso de la historia de Aragón, también más allá del tópico de lo jotero y de las diversas vírgenes. Este libro se inició con la idea de relatar el hecho casi olvidado, pero crucial para la historia de España, que fue la sublevación de Jaca de los capitanes Fermín Galán y García Hernández,

-Porque Aragón hubo un tiempo en que fue “rebelde y republicano”, ¿verdad? ¿Desde qué perspectiva y /o dimensión?

-Así es, el republicanismo primero y después la expansión del sindicalismo agrario de la UGT en las Cinco Villas y Zaragoza convertida en plaza fuerte de los libertarios, desde los años 20, conforman el Aragón rebelde, con una cultura propia de la emancipación de las clases populares

-Todo esto fue quedando “barrido” tal como los alzados se fueron haciendo con el poder, ¿no? y claro, después con la dictadura...

-Por supuesto en el verano de 1936 Zaragoza, las Cinco Villas y todo Aragón fue anegado en sangre de las clases populares

-Por qué te fijas, de manera diferencial, en este Aragón que reconoces como “rebelde y republicano”, ¿no?

-Quizás porque en el principio del libro, me llamaba la atención la figura del capitán Galán. Es una estampa romántica un militar valiente que se subleva, fracasa y arrostra la muerte lleno de vida y juventud, pero se enfrenta al pelotón de ejecución con gallardía y valentía

-¿De qué hilos empiezas a tirar para fijarte en ese “Aragón rebelde y republicano”?

-En el transcurso de documentar el libro llegué a saber que el capitán Galán impulsor del alzamiento republicano era muy amigo de Ramón Acín, artista plástico con mayúsculas, líder libertario y hombre comprometido con los avatares de su tiempo. Lo mismo puedo decir de los zaragozanos Rafael Sánchez Ventura, gran investigador del arte, o del médico y diputado socialista José Algora Gorbea, y de otros tantos que desfilan por el libro.

-¿Qué te llama la atención de la “sublevación de Jaca”, protagonizada por Fermín Galán y García Hernández?

-Pues realmente “lo poliédrico” diríamos hoy, de la personalidad de su principal impulsor. El capitán Galán es un aguerrido militar, pero que hace un análisis político impecable de la guerra de Marruecos, novela sus recuerdos de esa guerra y a la vez hace un ensayo teórico sobre la sociedad venidera. Y no se queda solo en eso, sino que se pone manos a la obra para hacer llegar los cambios.

-¿Por qué fracasó esta sublevación?

-Pues primero de todo por lo que Tuñón de Lara definió como el “enigma Jaca”, que es la descoordinación de fechas con el Comité Militar Nacional. En segundo lugar, por la ridícula actuación de Casares Quiroga que llega a Jaca con tiempo y autoridad que le daba el ser emisario directo del Comité Revolucionario para abortar el inminente pronunciamiento, y que traía ordenes de posponer hasta el lunes día 15 de diciembre. También, el retraso de un día en la proclamación de la huelga general en Aragón pudo deberse tanto al confusionismo creado por las ejecutivas nacionales del PSOE y de la UGT como al fracaso del apoyo militar en Huesca y Zaragoza. Al respecto del fracaso del movimiento se han dado varias explicaciones para casi todos los gustos y sin pruebas, algunas más alambicadas y tenebrosas que otras. No es ningún secreto que existía un abismo entre la ideología de Galán y la de otros dirigentes de la conspiración. La República que propugnaba Fermín Galán y que él describe en su libro Nueva Creación, es cercana a un ideario pudiéramos decir anarco comunista; de igual forma sus amistades: republicanos radicales, socialistas de izquierdas y anarcosindicalistas. Por el contrario, una parte de los políticos que están en la conspiración son republicanos moderados, algunos de ellos procedentes incluso del campo monárquico, tras entender que la monarquía alfonsina no tiene solución. En suma, pretenden traer una república moderada, que solucione parte de los problemas existentes. Incluso algunos pretendían una república muy moderada, es el caso de Alcalá Zamora y seguramente también de Casares Quiroga, republicano y galleguista y que está en el Pacto de San Sebastián, representando a un conglomerado de fuerzas republicanas gallegas.

-Y conoces y me da que te reconoces con Ramón Acín, intelectual libertario oscense que, además era un activista político comprometido y amigo de García Hernández… ¿qué descubres en este oscense que quisieras destacar y compartir con nosotros?

-En el transcurso de la conspiración Galán, conoce al artista plástico y líder de la CNT de Huesca Ramón Acín. Este es un ejemplo de artista comprometido con las clases populares, además en él se unen las ideas de la Institución Libre de Enseñanza, de la Escuela Racionalista de Ferrer. En suma, en él existe una síntesis muy poderosa del Regeneracionismo, y del pensamiento libertario.

-¿Hasta qué punto o no se comprometió Ramón Acín con la sublevación de Jaca coméntanos…?

-Pues de una forma total, está en el combate de Cillas y dado su conocido pacifismo desarmado. Después puede escapar y vive exilado en el Paris del año 30.

-El libro es una especie de “repaso” por los episodios más destacados de la historia y cómo le fueron “como sentando” a Aragón, ¿verdad?, pero tomando el pulso, también a los protagonistas, los que desde estas tierras aragonesas removieron el avispero de la historia…

-Nunca mejor dicho, lo de remover el “avispero histórico” y se empieza a remover con la sublevación de Jaca, continua con un republicanismo muy radical, cristaliza en la Revolución Social de las colectivizaciones libertarias y el Consejo de Defensa de Aragón. Declina con la disolución “manu militari” de este y tiene su fin en la defensa de la Bolsa de Bielsa

-¿Qué te ha sorprendido más desde el punto de vista de los episodios históricos por cómo han acontecido en estas tierras?

-Sin duda las Colectivizaciones suponen un episodio histórico en que las clases populares toman su vida y su futuro en sus manos, equivalente e incluso superior a la Comuna de Paris

-¿Y qué personajes te han sorprendido, más o menos gratamente …?

-Como he dicho el ir descubriendo poco a poco la personalidad del capitán Galán, la talla artística y política de Acín, la perspectiva científica de Odón de Buen o de Sánchez Ventura o el dolor del gran escritor Ramón J. Sender

Y desde luego la figura de Antillón, miembro de las Cortes de Cádiz, creador con los restantes doceañistas del moderno estado español. Él es, a comienzos del siglo XIX un decidido defensor de la abolición de la esclavitud, sobre todo en las entonces colonias americanas

- ¿Crees que Aragón fue de las tierras que mejor acogió a la II República? ¿Había mucha “masa social republicana” que la quería y eso se notó?

-Creo que el movimiento republicano en Aragón, veía el advenimiento de la república no como un mero cambio de régimen, sino como la posibilidad de abordar y solucionar los problemas del Aragón de ese tiempo un país eminentemente agrario y en algunos casos con ribetes del medievo

-Después de la guerra vino o se vieron los resultados de un Aragón que vivió y pareció mucho la represión. ¿Crees que los lugares que más sufrieron aquella represión han quedado “como tocados”?

-Sin duda, en Aragón como en los restantes lugares de España la brutalidad de la represión heló con un miedo espeso, por varias décadas cualquier movimiento de las clases populares

-Pones aquí también a Canfranc y a su estación; al “sueño del canfranero”, a cómo se vivieron desde esos Pirineos la II Guerra Mundial con la lucha antifascista y antinazi con la red Ponzán luchando contra los nazis y por salvar a gente de sus garras…

-Canfranc lo referencio de dos modos. El primero reivindicativo, Aragón exige y tiene derecho a una salida propia a Europa que dinamice su economía. Para la sociedad aragonesa es una invariante histórica presionar al gobierno de la nación para que se lleve a cabo. El segundo recuerdo de Canfranc es para recordar a los hombres y mujeres de la Red Ponzán, de Le Ley que lucharon contra el nazismo, contra los fascismos español y francés y contra todo pronóstico vencieron … aunque no en España

-Explicas que mientras estás escribiendo todo esto te surgen dudas sobre por qué no se cuentan ciertas aristas de la historia y por tanto eso afecta en el ejercicio en torno a la memoria histórica, ¿qué nos puedes explicar de “esa dudad de dudas” y de cómo afecta a tu trabajo?

-Pues sí, no entiendo como el estado democrático español no honra a sus predecesores a los liberales radicales que crean el actual estado español -con sus virtudes y defectos – pero que luchan denodadamente contra el absolutismo, contra la teocracia carlista. Con Antillón uno de los liberales, que recordamos en el libro, se produce algo terrible su cadáver es profanado, por una partida carlista, sus restos son quemados y aventados.

-La Línea P que estableció Franco, ¿en qué consistía…tanto miedo tenía?

-Sin duda cuando ve cómo va evolucionando la II Guerra Mundial, la posibilidad cierta de la derrota de los nazis fascistas y la estrecha vinculación que el régimen franquista había tenido con ellos, lo primero que se les ocurre es que serían invadidos por los aliados victoriosos. Ahora todos sabemos que desgraciadamente no fue así. La línea P era una línea defensiva que aprovechando lo abrupto de los Pirineos pretendía defender el régimen franquista de un eventual ataque terrestre. En un país en que se moría la gente de hambre se llenó de fortificaciones toda la frontera norte; los Pirineos navarros, aragonés y catalán.

-Recoges también episodios en donde se reúnen la tragedia de la guerra y la heroicidad de unos hombres llenos de ideas y activismo…es el caso de la Bolsa de Bielsa y de la hazaña de “el Esquinazau” … ¿qué nos puedes decir; qué conclusiones sacas de todo ello?

-La verdad, escribir sobre la Bolsa de Bielsa es algo reconfortante, porque esa hazaña nos viene a decir, que lo material es sin duda muy importante, pero por encima de ella está la voluntad de luchar y resistir por lo que con firmeza se cree

-¿Qué pretendías desde la escritura de este libro que analiza la historia contemporánea de Aragón parándose en diversos episodios y fijándose en aristas de la historia poliédrica en la que ,quizás pocos, se fijen...?

-Para mí es fundamental poner de manifiesto que el pensamiento progresista español le debe mucho al pensamiento progresista aragonés, que creo es un crisol de regeneracionismo, Institución Libre de Enseñanza y de un poderoso pensamiento libertario

-¿Crees que lo has conseguido?

-Creo honestamente que si

-¿En qué estás trabajando ahora, nos puedes dar alguna pista?; ¿cómo ha sido trabajar con El Garaje Ediciones?

-Estoy trabajando en una novela histórica que en parte tiene como marco el Aragón del siglo XVII. El trabajar con El Garaje Ediciones, os diré que ha sido una experiencia reconfortante, me han ayudado a realizar un libro mejor sin duda.


 

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Cazarabet

Mas de las Matas (Teruel)

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[1][1]  Hay una anécdota, profusamente contada sobre lo mal que llevaba Franco las actividades de su hermano Ramón. Ocurrió que el ministro del ejército del Aire (durante los años 1962-69)  y acendrado franquista José Larraga Lacalle se presenta ante Franco en 1964 y ofrece su dimisión, pues la policía política del régimen había detenido a su hijo Daniel que con 25 años formaba parte de la oposición clandestina al franquismo. Franco no se la acepto y cuentan que añadió: “Larraga, todos hemos pasado por circunstancias así, mire yo lo que pasé con mi hermano Ramón. Y   lo que son los sarcasmos de la vida y la historia, el abuelo del detenido había sido el guerrillero navarro republicano  José Lacalle alias “el cojo de Cirauqui”, que combatió en las guerras carlistas. Por otro lado otro Lacalle Fernández  es actualmente un guru neoliberal y un referente para la nueva derecha.

 

 

 

 

[2][2]        En el ejército español de los años 20 y 30 y entre sus mandos, existía el grave problema de los ascensos por méritos de guerra. Esta había sido la forma en que los militares conocidos como “africanistas”, habían conseguido arrancar todo tipo de ascensos y medallas pensionadas, por hechos de armas unas veces reales y otros distorsionados y desfigurados o simplemente inexistentes. Ejemplos claros de “africanistas”, eran Francisco Franco, Millán Astray   creadores del Tercio de Extranjeros, pero también otros muchos adscritos a las tropas indígenas. De todas formas el término “africanista”, puede llamar a error pues una gran cantidad de oficiales del ejército pasaron por las guerras de África, pero no se adscribieron al militarismo de los “africanistas”.

                       Por simplificar el tema, decir, que en la Península el ejército organizado en Juntas, de las diversas Armas, era partidario de que los ascensos se produjeran por antigüedad y no por méritos de guerra, porque eran conscientes de la manipulación a la que estaban siendo sometidos los diversos Gobiernos por los “africanistas” y por el Palacio Real. Alfonso XIII, era un rey con una ideología anclada en el medieval concepto de que sus derechos eran de origen divino y quienes mantenían esas prerrogativas eran sin duda  el ejército. Por ello el que  hubiera deseado ser recordado con el nombre de Alfonso XIII, “el africano”, concedía todo tipo de mercedes a esos militares, que defendería sus intereses.

[3][3]        El Pacto de San Sebastián tuvo el precedente de un manifiesto aparecido en Barcelona en marzo de 1930. En  él se aboga por el establecimiento de una república federal y la aplicación de políticas sociales. El pacto entre republicanos se firma en agosto de 1930. Posteriormente, en el mes de octubre, los socialistas, que están divididos al respecto, firman también el pacto. Los anarcosindicalistas de la CNT  no lo firman, pero  indican que no se opondrían a las movilizaciones que se realizasen.