Cazarabet conversa con... Irene Baños y Judit Alonso, coautores
de “Accionistas del cambio.
¡Apuesta por la naturaleza
y nuestro futuro!” (Boldletters)
Irene Baños y
Judit Alonso coordinan toda una serie de conversaciones con expertos y expertas
en el futuro de la madre naturaleza…
El denominador
común de tod@s los que conversan con Irene Baños y
Judit Alonso es “su apuesta por la naturaleza y nuestro futuro”.
Los participantes
de las conversaciones con Irene Baños y Judit Alonso son: Fernando Valladares / Rebelión
Científica; Juan Carlos del Olmo / WWF; Juantxo
López de Uralde / Alianza Verde; Miriam Campos Leirós / Teachers for
Future; Eva
Saldaña / Greenpeace; Erika Martínez Lizarraga
/ GoiEner; Javier Peña / Hope! En pie por el planeta;
Odile Rodríguez de la Fuente.
La sinopsis del
libro:
La ciencia no deja lugar a dudas: la crisis climática y medioambiental
nos sitúa en un punto de inflexión
histórico en el que debemos actuar de forma firme y rápida. Estamos
sobreexplotando la naturaleza y viviendo por encima de nuestras posibilidades,
es decir, a crédito: en los primeros siete meses de 2022 hemos consumido ya
los recursos naturales que la Tierra es capaz de regenerar durante todo el año.
Y, sin embargo, el planeta nos sobrevivirá… Es nuestro bienestar y el de otras
muchas especies lo que está en juego.
Necesitamos estar plenamente concienciados de la urgencia para emprender
una transformación de paradigma socioeconómico y cimentar este cambio a través
de una adecuada educación ambiental y aportando soluciones. Debemos, además,
abordarlo de forma colectiva, desde la ciudadanía, las políticas públicas y las
prácticas empresariales, porque solo colaborando lograremos salir adelante. No
es una cuestión ideológica, es puramente existencial: no puede haber nada
más transversal porque nos va la vida en ello.
Estas son las líneas básicas que nuestros protagonistas, algunos de los
actores más destacados de nuestro país en la acción por el clima y el
medioambiente, nos exponen en este libro, aportando datos y opiniones. Su ejemplo
y tenacidad nos motivan y nos indican cómo podemos pasar a la acción. Unámonos
a esa comunidad de accionistas del cambio que ya está en marcha para asegurar
nuestro futuro, que es, en definitiva, el mayor activo que nos jugamos.
Los y las expertas:
Fernando Valladares - Doctor en Ciencias Biológicas.
Investigador del CSIC, donde dirige el grupo de Ecología y Cambio Global en el
Museo Nacional de Ciencias Naturales. Profesor asociado en la Universidad Rey
Juan Carlos, Madrid. Rebelión Científica. https://www.rebelioncientifica.es/
Juan Carlos del Olmo - Biólogo.
Naturalista y realizador de documentales. Secretario General de WWW España.
Presidente de la Fundación Doñana. WWF .-
https://colabora.wwf.es/
Juantxo López de Uralde - Ex
director de Greenpeace España. Fundador del primer partido verde español, Equo-
https://verdesequo.es/ . Coordinador Federal del
partido Alianza Verde. Diputado independiente por Álava en el Congreso (grupo
de Unidas Podemos). Alianza Verde. https://alianzaverde.es/
Miriam Campos Leirós - Docente. Experta en gestión social
del hábitat y diseño participativo. Coordinadora nacional de Teachers for Future Spain. Teachers for Future .- https://teachersforfuturespain.org/
Eva Saldaña - Bióloga. Cooperadora
internacional con comunidades indígenas. Directora Ejecutiva de Greenpeace
España. Greenpeace. https://es.greenpeace.org/es/
Erika Martínez Lizarraga - Experta en comunicación y publicidad.
Presidenta de GoiEner (cooperativa energética con
sede en Euskadi). GoiEner. https://www.goiener.com/es/
Javier Peña - Amante de la naturaleza. Comunicador e influencer. Fundador de la plataforma Hope!
Hope! En pie por el planeta. https://hoperevolution.earth/
Odile Rodríguez de la Fuente - Bióloga. Experta en medios y cine.
Escritora y divulgadora científica. Orgullosa hija de un visionario.
Las autoras del
libro:
Irene Baños Ruiz. Periodista multimedia especializada en
medioambiente y cambio climático. Colabora de forma habitual con Deutsche
Welle, el servicio de radiodifusión internacional de Alemania. Es coautora del
libro Che cosa è la bioeconomia (Edizioni Ambiente, 2019) y autora de Ecoansias
(Ariel, 2020).
Judit Alonso Gonzálbez. Periodista freelance, trabaja desde
2016 con temas vinculados al medioambiente y cambio climático, principalmente
para Deutsche Welle Español. En 2015, fue consultora para ONU Cambio Climático,
en el marco de la COP21 donde se adoptó el «Acuerdo de París».
Los y las expertas dicen:
«Hace diez o veinte años nos ignoraban; ahora sabemos que nos escuchan,
pero lo más difícil es cómo lograr una acción política que sea proporcional a
la gravedad de la crisis ambiental». Fernando Valladares Ros
«La biodiversidad… es la red de la vida que sostiene todo… nuestra
economía, nuestra salud, nuestra vida. Y de eso es de lo que nos hemos
olvidado». Juan Carlos del Olmo
«Las acciones individuales, que ahora se promueven mucho, no bastan para
cambiar realmente las cosas. Actuar colectivamente tiene un efecto
multiplicador, un efecto realmente expansivo de las acciones que se llevan a
cabo». Juantxo López de Uralde
«Una acción que parte de la escuela (…) tiene la capacidad de involucrar
a las familias y alcanzar a ese público general adulto, probablemente menos
informado y/o concienciado». Miriam Campos Leirós
«Greenpeace, que nació de un pequeño grupo de personas, generó un efecto
mariposa, que con un diminuto aleteo provocó consecuencias imprevisibles en
otros lugares del mundo».
Eva Saldaña
«Las cooperativas nacen para intentar cambiar una realidad social o
laboral que no responde a las necesidades de la gente o que, directamente,
expulsa a gente del sistema energético». Erika Martínez
«Podemos ser la generación más irresponsable, la que destruyó, a
conciencia, los mimbres de la vida en la Tierra o la que protagonizó una
transformación transversal de nuestro sistema económico, la mayor evolución
social de la historia, y dejó un planeta infinitamente mejor que el que recibió
de sus padres». Javier Peña
«La naturaleza es un laboratorio de prueba y error de cerca de cuatro mil
millones de años; por eso, lo mejor que podemos hacer es comprenderla e
imitarla». Odile Rodríguez de la Fuente
Cazarabet
conversa con Irene Baños y Judit Alonso:
JUDIT ALONSO
-Amigas, ¿qué
es lo que os llevó a pensar en escribir este libro en el que conversáis con
expertos sobre el medio ambiente y el cambio climático…cuestiones más que
trascendentales hoy por hoy desde el presente y para el futuro y, ya, de manera
urgentísima para el presente?
La iniciativa surge de la mano de nuestro compañero periodista Carlos
Fresneda, corresponsal en Londres del diario ‘El Mundo’ y con una larga
trayectoria en el periodismo ambiental, que nos pone en contacto con la
editorial Boldletters.
La editorial, que cuenta entre su catálogo la colección ‘Las Aventuras de
Félix’, dirigida al público infantil y juvenil para acercar la figura de uno de
los ‘Accionistas del cambio’ pioneros nuestro país en materia medioambiental,
Félix Rodríguez de la Fuente, quiere dar un paso adelante y poner el foco en
los ‘Accionistas del cambio’ de nuestros tiempos.
Personalmente, y después de seis años dedicándome al periodismo
medioambiental diario, considero que esta publicación es una buena oportunidad
de sacudir conciencias más allá de un clic y proporcionar información duradera
en el tiempo (y no efímera como las noticias) que sea una fuente de inspiración
para la acción.
-¿Por qué
elegisteis del formato de entrevistas/conversaciones con estos expertos que
aportan diferentes miradas sobre la problemática del cambio climático y la
salud medioambiental del planeta?
La editorial nos plantea hacer este recopilatorio de figuras destacadas en
el sector ambiental español en el que cada uno, desde su rama, rema para
empujar la acción climática. De este modo, además de las grandes organizaciones
ambientales, como Greenpeace y WWF, se da voz a ‘Accionistas’ del mundo de la
educación, la ciencia, la política, la comunicación y la economía, tomando en
cuenta, en este último ámbito, el caso de una cooperativa, para mostrar
alternativas al sistema capitalista actual que explota al máximo los recursos
naturales.
Teniendo en cuenta la crisis energética que estamos atravesando desde la
guerra de Ucrania consideramos fundamental tratar este ámbito. Igualmente, hay
que recordar que la acción puede empezar con el simple gesto de pulsar el
interruptor para encender la luz y que la energía que consumimos provenga de
energías renovables, en lugar de la quema de combustibles fósiles, culpables
del aumento de temperaturas y el escenario emergencia climática en el que nos
encontramos actualmente.
El formato entrevista permite tener ese “diálogo directo” con los
‘Accionistas del cambio’ y acercar el tema de tal manera como si se tratara de
una conversación con una amistad y/o familiar.
-¿Qué criterios
seguisteis para realizar esta selección de expertos y no otra?
Además de abordar distintos campos (educación, la ciencia, la política, la
comunicación y la economía…) la selección tiene en cuenta criterios de
representatividad y de género, pues queríamos asegurarnos que había un balance
en este último punto. No obstante, si contamos a todas las personas implicadas,
es decir, autoras y editoras, la balanza se inclina a nuestro lado. Igualmente,
la idea parte de combinar expertos conocidos con más desconocidos. También
hemos tratado de descentralizar, es decir, incorporar otras visiones que salgan
de la capital, ya que la mayor parte de ‘Accionistas del cambio’ se concentran
en la capital, no obstante, también incorporar realidades de otras comunidades
del país como Galicia y País Vasco, con Miriam Leirós
y Erika, respectivamente.
Lamentablemente, por cuestiones de tiempo y espacio, no hemos podido
abordar ‘Accionistas del cambio’ que están trabajando en ámbitos como la
alimentación, el transporte, la banca… o incorporar el papel de las nuevas
generaciones en el activismo climático. Igualmente, hay muchos ‘Accionistas del
cambio’ anónimos que, desde sus parcelas, están promoviendo cambios en sus
comunidades y que también merecen reconocimiento. Por ese motivo, decimos que
no están todos los que son, se trata de un elenco.
-Todas y todos son más o menos conocidos e influyentes
en un área más que en otra, ¿verdad?
En efecto, hay figuras que son conocidas por el gran público, como es el
caso del científico Fernando Valladares o el comunicador Javier Peña de HOPE en
Pie por el Planeta, que cuentan con un gran número de seguidores en las redes
sociales. No obstante, en el caso de los máximos representantes de las
organizaciones medioambientales tradicionales, el público conoce las organizaciones pero no las personas que las lideran, es
decir, quien hay detrás y los motivos de su implicación en la causa
medioambiental. Son personas que cuentan una gran trayectoria en ambas
organizaciones que se escapa del conocimiento del público general.
-¿Hay alguna
conversación que os haya llamado más la atención sobre otro?
Cada conversación es un mundo y una manera distinta de atacar el problema
desde diferentes ámbitos y, precisamente, esto es lo enriquecedor de esta
publicación que, a pesar de los paralelismos existentes, la diversidad de enfoques
complementa dichas visiones. Personalmente, el testimonio de Odile Rodríguez de
la Fuente, que nos muestra lo desconectados que estamos de la naturaleza, pero
a la vez la relación necesaria que tenemos con ella, es la mejor manera de
terminar la serie de ‘Accionistas del cambio’. En una época que vivimos
marcados por el reloj y a la constante conexión digital, se hace más necesaria
que nunca una reconexión con nosotros mismos como personas y con la naturaleza.
-¿En las
conversaciones habéis recogido la sensación de que todavía estamos a tiempo de
parar la desarticulación del planeta?
La ciencia nos advierte del crudo panorama en el que nos encontramos y las
consecuencias de la falta de acción. Todo ello queda recogido en la primera
parte del libro que da un panorama sobre la situación en la que nos encontramos
el día de hoy. Seguidamente, los ‘Accionistas del cambio’ nos van desgranando,
cómo, a pesar de estos datos alarmantes, la acción es más necesaria que nunca y
no podemos ni debemos dejarnos arrastrar por el pesimismo que, sin duda, es el
camino más fácil. La experiencia de los ‘Accionistas del cambio’ y sus relatos
inspiradores nos muestran que las acciones dan sus frutos. Un buen ejemplo de
ello, es la recuperación del lince ibérico, un trabajo que lleva haciendo desde
hace dos décadas WWF España. Hace 20 años, estaba al borde la extinción con 100
ejemplares, no obstante, actualmente esta especie, que sigue estando en peligro
de extinción, supera al millar de ejemplares.
-El planeta
nos sobrevivirá, aunque nosotros no a él… ¿encontrará el planeta la forma de
superar sus propias heridas, pero muchas especies, incluida la nuestra, corremos
la “suerte” de sucumbir?
El planeta no nos necesita a nosotros, nosotros necesitamos el planeta.
Esto quedó claro durante la pandemia sanitaria mundial del coronavirus, cuando
en muchos lugares del mundo, la naturaleza empezó a librarse de la mano de la
actividad humana y la contaminación del aire y del agua despareció durante los
meses que estuvimos de ‘cuarentena’ debido al parón de muchas actividades
económicas, que no eran esenciales y el descenso de las emisiones de dióxido de
carbono (CO2).
-Hay negacionistas sobre el cambio climático, pero
también veo a mucha gente concienciada…que se habla, más que nunca, en la
prensa, en las aulas, en las conversaciones…pero ¿hacemos todo lo que
deberíamos hacer para paliar este gran problema de problemas?
El primer paso es hablar, tener conciencia del problema para a
continuación, pasar a la acción. Si echamos la vista atrás nos encontraremos
que hace años el cambio climático era un tema que únicamente se hablaba en los
círculos científicos. Desde la COP21, donde se gestó el ‘Acuerdo de París’, ha
dejado de ser un asunto del que solo se habla en las esferas científicas y
políticas para convertirse en un tema de masas. Aquí ha sido fundamental el
papel de los medios de comunicación que han incrementado la información
dedicada a este tema. También han surgido nuevos medios que se han creado para
suplir la carencia informativa, como Climática, el primer medio español
dedicado exclusivamente a esta temática.
A pesar de estos avances, haciendo autocrítica, desde los propios medios de
comunicación podemos hacer aún más y no limitar la cobertura climática a las
cumbres anuales o las consecuencias de los fenómenos meteorológicos extremos.
Necesitamos que este asunto sea transversal al resto de áreas y que se informe
del mismo diariamente, no solo abordando las consecuencias, sino también de sus
causas y las soluciones.
-Me da la impresión de que tienen lugar muchas
jornadas, encuentros, cumbres, pero todo queda en “papel mojado” ….
Los espacios de discusión son necesarios ya que se trata del mayor reto
global al que se enfrenta la humanidad y hay que tener en cuenta su
complejidad. El problema es que a veces en estos espacios, como las cumbres de
cambio climático, se dan pasos de hormiga que quedan muy por detrás de la
urgencia en la que nos encontramos. No obstante, también es cierto que, a día
de hoy, con sus más y sus menos, estas cumbres son el único espacio de
encuentro para poder acordar decisiones a nivel mundial.
Por este motivo, es sumamente importante el papel de la sociedad civil en
dichos eventos ya que es la encargada de crear presión para que se generen
dichos avances y de velar porque dichos acuerdos se cumplan y denunciar en el
caso que no sea así. Asimismo, dicha sociedad civil también necesita de esos
encuentros y jornadas para inspirarse, retroalimentarse y trabajar en red. Las
soluciones a la crisis climática se están llevando a cabo en muchos lugares del
mundo y las buenas prácticas pueden ser replicables y el conocerlas es un
primer paso para poder ponerlas posteriormente en práctica.
IRENE BAÑOS
-¿Por qué los políticos no
dejan de meterse en el papel que únicamente deberían de ejecutar los expertos?
Hoy en día el partidismo prima por
encima del bienestar de la ciudadanía, la preocupación por ganar las elecciones
cada cuatro años no permite implantar medidas a largo plazo como las que se requiere
en base a la evidencia científica. Aunque absolutamente necesarias, muchas de
las medidas que la sociedad requiere despiertan resistencia por parte de los
votantes porque amenazan su estilo de vida, y más si no se presentan
alternativas de apoyo viables. Es decir, son medidas en general que pueden
generar la pérdida de votos y casi ningún representante político se atreve a
correr ese riesgo.
-Aunque luego ellos y ellas, me
refiero a los y las políticos, deben escuchar a los expertos y expertas para legislar
y ejecutar políticas de convivencia con el planeta y todas las especies que lo
habitamos….
Efectivamente, por mucho que se
retrasen esas medidas, al final se acabarán imponiendo de una forma u otra.
Cuanto más se tarde en actuar, más duras serán las consecuencias y más
restrictivas y abruptas las medidas de emergencia que tome implementar, como
estamos viendo en estos momentos de crisis energética agravada por la guerra en
Ucrania.
-Supongo que habéis seguido la
última Cumbre del Clima cuyos resultados, personalmente, me ha parecido
patéticos…os pillaría con el libro cerrado, pero ¿cómo lo habéis vivido?
Ambas hemos cubierto unas cuantas COPs y, en general, los resultados siempre suelen
decepcionar. Así ha sido desde que se firmó el Acuerdo de París, con el que
todavía no está cumpliendo ningún país. Es cierto que la acción que se toma en
dichas cumbres no es la que la situación requiere, pero también es verdad que
sin ellas estaríamos en una situación mucho peor. Cada una de estas cumbres
sirve para ejercer presión y control sobre los gobiernos. Sin embargo, el hecho
de que no existan sanciones por incumplir las promesas debilita muchísimo el
propio mecanismo.
Lo que más me preocupa es cómo
comunicamos sobre estas cumbres, si seguimos perpetuándolas como un fracaso
tras otro, pero sin ofrecer herramientas para que dejen de serlo, esa narrativa
se puede convertir en un enemigo para la propia acción climática. Engrandece
los discursos políticos que se escudan en una “élite climática” que se
aprovecha de la sociedad para evitar tomar las medidas políticas necesarias e,
incluso, para negar la evidencia científica. Es necesario criticar la inacción
de las cumbres climáticas, pero de forma constructiva.
-Que haya países como la India y
otros en vías de desarrollo que con ciertos “buenos argumentos” te digan:”
Bueno, está bien se contamina…sí contaminamos, pero ahora venís vosotros—se lo
dijeron cara a cara al propio Al Gore cuando éste estaba rodando y en plana
campaña por lo del Cambio Climático—a decirnos dejad
de producir y emitir tantas “X” toneladas de CO2 al planeta cuando nos
estamos desarrollando…ahora que vosotros lo habéis contaminado todo durante
décadas, ¿a qué venís?…sufriendo como sufrimos, los más pobres, siempre, las
peores consecuencias…” . En cierta manera, se entiende esa postura,
aunque no se comparta ni nada, pero hasta el propio Al Gore se quedó
descolocado…
Por supuesto, es importante echar
la mirada atrás y ver quiénes son los responsables históricos de la crisis
climática, no son China ni India, es Estados Unidos y Europa. Además, tengamos
en cuenta que gran parte del desarrollo (y las emisiones) de esos países se da
gracias a la producción de materiales y productos que usamos en Europa, por
ejemplo. Por tanto, en sus emisiones también tiene mucho que ver nuestro
consumo. Eso sí, que tenga que haber justicia climática y que los países
industrializados deban apoyar la transición de los que están en vías de
desarrollo no quiere decir que puedan eludir su responsabilidad. China, de hecho,
está liderando la transformación de sectores como la energía renovable.
Ahora bien, al final por mucho que
esos países se escuden en dichos discursos para evitar reducir sus emisiones,
es importante destacar que, justamente, son estos países los más vulnerables a
los impactos de la crisis climática. A un país como India le conviene frenar la
crisis climática por su propio bien, porque su desarrollo no va a ser posible
por las inclemencias climáticas a las que se van a ver sometidos con cada vez
mayor frecuencia e intensidad. Podemos discutir el tiempo que quieran sobre
responsabilidad, pero lo cierto es que los países que menos han contribuido
históricamente a la crisis climática van a ser los más afectados, y por tanto
deberían ser los primeros interesados en frenar sus impactos.
-Parémonos, también a pensar en
qué hemos convertido a algunos países europeos …. países de la hipocresía en
los que sí puede que se recicle casi a la perfección, que se puedan comer sopas
en el suelo…y luego contenedores y contenedores llenan de basura a países de la
costa de África en donde muchos chavales y chavalas acaban por rebuscar entre
los escombros de basuras altamente contaminantes y dejados de cualquier manera…
Sin duda, toca revisar todos los comportamientos
colonialistas que seguimos perpetuando desde el Norte global hacia el Sur
global. Países europeos con etiquetas de “ecológicos”, como Alemania, lideran
las listas de exportadores de basura, principalmente a Asia, países que carecen
de sistemas de reciclaje adecuados. Otro caso interesante es el de los coches
viejos que ya no se pueden utilizar en Europa por ser demasiado contaminantes,
¿dónde terminan? En las calles de Europa del Este o de África, entre otros,
donde las regulaciones ambientales son mucho menos estrictas, hay estudios que
muestran con claridad estos flujos. Es hora de entender que la crisis climática
y ecológica es un problema global y no vale con apartarlo de nuestra vista, las
regulaciones deberían ser mucho más estrictas e impedir estos ejercicios de
hipocresía.
-Cuando no y sin salir del
“apaleado” continente africano otros niños y niñas extraen de minas
infrahumanas tierras raras y metales con los que el primer mundo hace los
mejores dispositivos tecnológicos para meternos, otra vez, dentro de la
rueda…una rueda que lleva a la perdición del planeta…
Al fin y al cabo, el cambio no se
sustenta en cambiar un material por otro, por ejemplo, los coches de combustión
por los coches eléctricos, sino por cambiar las bases del sistema. Debemos
alejarnos de un sistema de consumo de usar y tirar y apostar por una transición
ecológica, que no solo energética, que apueste por modelos menos dañinos de
movilidad, de alimentación, de trabajo…
-En todo esto la educación tiene
un papel más que fundamental, pero ¿utilizamos bien el aula? ¿cómo la
deberíamos de utilizar para que todo rodase con un poco más de regularidad
versus dignidad?
El aula cobra mucha importancia
para educar a las generaciones más jóvenes mostrando la emergencia, pero aportando
también esperanza, dándoles herramientas para incidir en la transformación que
nuestras sociedades requieren. Sin embargo, me gustaría incidir en la
importancia de la educación más allá de la escuela, la educación ambiental para
quienes toman las decisiones, dirigen las empresas y
ostentan poder para conseguir cambios ahora. No podemos delegar la
responsabilidad en una generación que ya de por sí va a cargar con demasiados
retos por nuestra ineptitud, y que, además, tan solo tendrá capacidad de realmente
incidir en la deriva política (y por tanto ecológica) del país dentro de muchos
años, cuando será ya realmente tarde. Todavía más tarde de lo que ya vamos, no
nos podemos permitir esperar hasta entonces.
-Si nos va la vida en ello, ¿por
qué no ponemos más empeño en salir de esta…porque tenemos un egoísmo
desorbitado y aplicamos esto de: “por lo que nos queda en el Convento…” o por
lo de “mientras ande yo caliente…”?
Necesitamos más y mejor educación
e información ambiental. Mensajes que nos permitan entender la emergencia en la
que nos encontramos, pero también las herramientas con las que contamos y que
nos demuestren que la transformación que necesitamos no tiene por qué suponer
un sufrimiento o una renuncia, sino un paso hacia un mayor bienestar. Es
importante comunicar los beneficios de la transición ecológica que requieren
nuestras sociedades y que la inacción solo nos traerá mayor sufrimiento, tanto
a nivel económico como en términos de salud.
-¿Qué conclusiones habéis
tenido una vez reunidas todas estas conversaciones/ entrevistas?
Me quedaría con
tres mensajes que desprende el libro. Estamos llegando muy tarde a la acción,
pero no es demasiado tarde; cuanto antes se actúe, menores serán los impactos
que sufriremos. Cualquier persona, desde cualquier ámbito, puede contribuir a
la acción; por ejemplo, hablando sobre el tema con sus personas cercanas y
generando interés. Y, por último, los cambios deben empezar por lo individual,
es fundamental sembrar la semilla desde lo más pequeño, pero la transformación
llega desde lo colectivo, solo en unión puede dar frutos la semilla de lo
individual. Lo individual es fundamental, lo colectivo es transformador.
_____________________________________________________________________
Cazarabet
Mas de las Matas
(Teruel)