La Librería de El Sueño Igualitario

Cazarabet conversa con...   Francisco Gracia Alonso y Gloria Munilla, autores de "El tesoro del "Vita". La protección y el expolio del patrimonio histórico-arqueológico durante la Guerra Civil" (Universitat de Barcelona).

 

gview.jpgFrancisco Gracia Alonso y Gloria Munilla escriben un libro muy, muy recomendable para los que sois seguidores de la Memoria Histórica, en concreto de la Guerra Civil y de los diferentes “efectos colaterales” desde publicaciones de  la Universidad de Barcelona…Estos dos historiadores se acercan a la odisea por la que tuvo que pasar el patrimonio histórico –arqueológico para librarle de cualquier bombardeo y demás…tanto voluntario como involuntario…tanto directo como indirecto……Este libro desgrana la historia del Tesoro Artístico desde su salida de la República Española hasta su desembarco en México , desde el Vita, el barco utilizado, desde puerto francés para salvar aquello que no por material y artístico debía de ser como menospreciado….Las autoridades pusieron mucho empeño en resguardar las obras de arte que venían de todo el Estado: desde la Catedral de Toledo hasta la de Tortosa pasando por el palacio Real de Madrid, los tesoros que aportó la Generalitat Catalana en forma de depósitos monetarios, o el tesoro arqueológico y monetario desde el Museo Arqueológico de Madrid.

Después estuvo el viaje propiamente del “Vita” , seguramente, que siempre con el miedo en el cuerpo de los principales responsables: desde Azaña a Prieto pasando por Negrín en lo político , pero los hubo  de mucho más anónimos que estuvieron detrás de recuperar este tesoro.


¿Qué nos dice Publicacions de la Universitat de Barcelona de este libro?

¿Qué tienen en común Juan Negrín, Indalecio Prieto, Lázaro Cárdenas, Camilo José Cela, Marlon Brando y David Ben Gurion? Todos ellos, de formas diversas, están relacionados con el Vita, un yate en el que, a principios de 1939, se transportó en dirección a México una parte del tesoro de guerra de la República española. La importancia del conocido «Tesoro del Vita» radica en el hecho de que reunía objetos y colecciones pertenecientes al patrimonio histórico-arqueológico español que fueron requisados por el gobierno de la República en las catedrales de Toledo y Tortosa, el Palacio Real de Madrid y los monetarios del Museo Arqueológico Nacional y de la Casa de la Moneda, así como una parte de las reservas económicas de la Generalitat de Catalunya y materiales controlados por la Caja General de Reparaciones. Este libro estudia la composición de ese patrimonio, las luchas entre las diferentes facciones del exilio por controlarlo, su posterior conversión en dinero con ayuda de las autoridades mexicanas y la gestión que se hizo de dichos fondos. En él los autores proponen una sorprendente y rigurosa reflexión sobre la protección del patrimonio en tiempos de guerra.

Índice y algunas páginas:
http://www.publicacions.ub.edu/hojear.aspx?fichero=07979.pdf

 

Los autores:

Francisco Gracia Alonso es catedrático de Prehistoria de la Universidad de Barcelona y autor de Arqueologia i política. La gestió de Martín Almagro Basch al capdavant del Museu Arqueològic Provinciual de Barcelona(1939-1962); Pere Bosch Gimpera. Universidad, política, exilio; La arqueología durante el primer franquismo 1939-1956; y El sueño de una generación.El crucero universitario por el Mediterráneo de 1993( con J.M Fullola). Tiene , además, otras publicaciones en su haber.

Gloria Munilla es profesora de la Universitat Oberta de Catalunya y ha publicado, entre otros libros, The influence os Nationalism in the Origins of Classical Archaeology in Catalonia 1875-1907; Salvem l´art. La protección del patrimoni cultural català durant la Guerra Civil ;  El Instituto Arqueológico Nacional e Imperial y Un intento fallido de reorganización de la protección y estudio del patrimonio arqueológico en 1938…estos tres últimos libros con F Gracia.

Para saber más de los autores:

Francisco  Gracia Alonso: http://ub.academia.edu/FRANCISCOGRACIAALONSO

Gloria Munilla: http://transfer.rdi.uoc.edu/es/investigador/munilla-cabrillana-gloria



780_0008_5082244_e1daa76c306b2361d90dfb0a68c1a725.jpgCazarabet conversa con Francisco Gracia Alonso y Gloria Munilla:

 

-Amigos, contadnos, ¿qué tenía de especial el tesoro del “Vita”? ¿De qué principales y más llamativas piezas estaba formado?

-El denominado “Tesoro del Vita” se formó a partir de diversos tipos de materiales incautados por el Gobierno de la República con destino a la Caja General de Reparaciones. Durante la retirada del gobierno republicano y los restos del ejército a Francia desde Cataluña en enero y febrero de 1939, una parte de los materiales reunidos en el castillo de Figueres fue trasladada a la embajada de España en París para constituir una reserva económica con la que sufragar el exilio. Aunque no se ha podido localizar una lista completa del cargamento del barco, en el mismo se incluyeron, al menos, las colecciones numismáticas del Museo Arqueológico Nacional y la Casa de la Moneda de Madrid; partes de los tesoros de las catedrales de Toledo y Tortosa; una parte del tesoro de guerra de la Generalitat de Catalunya entregado al gobierno de Negrín a finales de enero de 1939 y objetos procedentes de las cajas de seguridad del Banco de España en sus sedes de Madrid y Barcelona, así como joyas procedentes de los depósitos de los Montes de Piedad de Madrid, Barcelona y Valencia.

-Cuando estalla la guerra y los diferentes tesoros, riquezas artísticas, arqueológicas y demás empiezan a correr demasiados riesgos: ¿cómo se pone a funcionar lo que podíamos llamar como verdadera Junta de Incautación y Protección del tesoro Artístico?

-Debe dividirse el problema en dos partes. La legislación española había conferido a la Generalitat de Catalunya las competencias sobre el patrimonio histórico-artístico y arqueológico en Cataluña en aplicación del estatuto de autonomía de 1932, competencias desarrolladas y estructuradas posteriormente por el Parlament de Catalunya en dos leyes de 1934 y 1936. Al estallar la sublevación militar en Barcelona el 19 de julio de 1936, la consejería de Cultura dirigida por Ventura Gassol, con el apoyo de los jefes de servicio de las diferentes secciones: Agustí Duran i Sanpere, Pere Bosch Gimpera, Joaquim Folch i Torres, Jordi Rubió i Balaguer y Jeroni Martorell, dirigieron el salvamento de gran parte del tesoro artístico catalán, aunque otra parte significativa –especialmente arte religioso- fue robada o destruida. Durante la guerra, el gobierno catalán llevó a cabo diversas acciones de protección como el traslado de fondos museográficos y documentales a diversos depósitos situados en Olot, Darnius, Perelada, Agullana y Viladrau, así como acciones de propaganda como la exposición “Arte Catalán” celebrada en París en 1937.

Por su parte, el Gobierno de la República inició rápidamente una política de protección creando una primera Junta de Incautación el 23 de julio de 1936, que sería substituida por la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico el 1 de agosto. Dicha Junta podía, en nombre del Estado, llevar a cabo la incautación de todos los bienes artísticos para su salvaguarda. La tarea será inmensa centrándose en bibliotecas, fondos documentales, archivos y bibliotecas privadas, materiales que se acumularán en diversos depósitos establecidos en la Biblioteca Nacional, el Museo Arqueológico Nacional, el Museo del Prado o la Iglesia de San Francisco el Grande. La estructura de la Junta se dividirá en otras “delegadas” con autoridad en las provincias controladas por la República. De ellas, la Junta Delegada de Madrid será la que lleve a cabo una tarea más exhaustiva, protegiendo e inventariando un gran número de piezas y colecciones de la región central.

16.jpg-Contadnos, ¿se quedaron atrás piezas como imprescindibles que no pudieron trasladarse  y embarcarse por ser materiales de difícil traslado o demás?- Y en el bando que, de primeras ganaron los alzados, ¿qué se dejó atrás, especialmente trascendente?

-En el bando de los sublevados la tarea de protección del patrimonio artístico tardó más en organizarse que en el leal a la República. La Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado continuará aplicando la legislación republicana en materia de protección del patrimonio, en especial la Ley de Patrimonio  de 1933. Se apoyarán en las Comisiones Provinciales de Monumentos y en la labor de los miembros del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. En enero de 1937 se organizará el Servicio Artístico de Vanguardia con la misión de proteger y recuperar el patrimonio próximo a los frentes de guerra; se establecerán disposiciones para impedir el tráfico de obras de arte –no siempre efectivas-; y, por último, en abril de 1938 se organizará en SDPAN (Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional) organismo que velará por la identificación, recuperación y protección del patrimonio siguiendo el avance franquista. Finalizada la guerra, será el SDPAN, con el apoyo del la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Educación Nacional, quien se encargue de la devolución de los materiales a sus propietarios en el caso de que pudieran ser identificados.

En el bando republicano, la selección de piezas a proteger y trasladar no siguió un patrón concreto. Es conocido el periplo de los fondos del Museo del Prado desde Madrid a Valencia, luego a Barcelona y Agullana-Perelada y por último a Ginebra bajo la protección de la Sociedad de Naciones. El mismo camino seguirán las colecciones, por ejemplo, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y parte de los bienes del Patrimonio de la República (Palacio real de Madrid, El Escorial, Fábrica de Tapices, etc.). En otros casos, parte de las colecciones del Prado quedaron abandonadas en algunos puntos de la provincia de Alicante o en el castillo de Figueras. Y, por último, una gran parte de los fondos de las colecciones madrileñas, como el conjunto de instrumentos de música de Stradivarius del Palacio real, no llegarán a salir de Madrid y se preservarán en el depósito del Museo del Prado.

13.jpg-¿Con qué medios se hizo la República para salvar los diferentes tesoros, piezas, etc.?

-El Gobierno de la República empleó básicamente el poder derivado de la acción política, posibilitando, mediante decretos reservados (no comunicados a las Cortes ni publicitados) la definición de una serie de disposiciones legales que permitieron la incautación de bienes y su posterior traslado fuera de España. La Caja General de Reparaciones sería el ejemplo más visible de ello, aunque también la Generalitat de Catalunya llevó a cabo requisas amparadas por la Comisión de Responsabilidades y en la legalidad vigente para nutrir la Oficina de Recepción y Clasificación de Metales. Los medios logísticos empleados para la protección de los fondos fueron cuantiosos, como muestran la adecuación de las Torres de Serrano y el Colegio del Patriarca en Valencia como depósitos y posteriormente la mina de talco de La Vajol (Agullana). La organización incluyó técnicos de la Junta como Timoteo Pérez Rubio y José Tudela de la Orden, y tropas del cuerpo de Carabineros.

-¿Hay algunos conjuntos artísticos y arqueológicos que, por lo que sea, os hayan llamado la atención?

-Todas las piezas incluidas en el “Tesoro del Vita” tienen su historia particular. Sin embargo, por lo que supuso su pérdida y por el valor histórico, la colección numismática del Museo Arqueológico Nacional, considerada en 1936 como una de las más importantes del mundo, destaca en nuestro estudio. Es además el ejemplo perfecto de cómo en buena medida el Gobierno de la República –en este caso Juan Negrín como ministro de Hacienda en el gabinete de Largo Caballero desde septiembre de 1936- planeó la requisa y conversión (que no la protección) de todos los materiales susceptibles de ser transformados en recursos económicos para sustentar el esfuerzo de guerra. Las vicisitudes de dicha colección numismática, así como de los materiales del Palacio real de Madrid son esclarecedoras en este sentido debido a la documentación conservada que hemos podido localizar. Cuando un gobierno decide poner a salvo antes la vajilla de plata que los cuadros de Goya o Tiziano que se encuentran en un edificio situado en la línea de frente, es evidente que algo pasa.

-¿El viaje del “Vita” puede calificarse como una epopeya?

-La historia del Vita es apasionante, tanto  por lo que respecta a la formación y gestión del cargamento como por el propio barco que se prolongará durante la Segunda Guerra Mundial, la emigración judía a Palestina y la primera guerra árabe-israelí. Pero el viaje en sí mismo no reviste caracteres heroicos. La carga se embarcó en los puertos de Rouen y El Havre y, aunque hubo de superar una tempestad en el Canal, la travesía fue bastante plácida.

30 copia.jpg-Explicadnos, acercadnos a cómo fue el intento del gobierno Vasco de hacerse con el “Vita”.

-El Vita fue adquirido por orden del ministro de Hacienda de la República Francisco Méndez Aspe, estrecho colaborador de Negrín. El propósito no oculto era disponer de un buque con el que trasladar a lugar seguro el tesoro de guerra de la República para hacer frente a las necesidades personales de los exiliados y refugiados y continuar la lucha política en caso de que la guerra se perdiera. El encargado de realizar la compra fue Mariano Manresa, un hombre de Méndez Aspe, con el apoyo del embajador español en Gran Bretaña, Pablo de Azcárate. Ambos escogieron como capitán a un marino vasco de Lequeitio, José Ordorika Ruiz de Asúa, quien reclutó una tripulación entre los marinos vascos internados en Gran Bretaña con la que substituyó a la original británica. Ordorika y el armador del barco, Marino Gamboa, un español de origen filipino con nacionalidad norteamericana eran próximos ideológicamente al Partido Nacionalista Vasco. Durante los meses de febrero y marzo de 1939 se produjeron disensiones entre el Gobierno de Euzkadi en el exilio y el Gobierno de la República por el control de los bienes disponibles que, según un acuerdo conocido como el “pacto de los cinco presidentes” debían ser supervisados por un comité formado por los presidentes de la República, Euskadi, Catalunya, las Cortes y el Consejo de Ministros, pero no se cumpliría el acuerdo y Negrín quiso hacerse con el control absoluto de la gestión entregando las cantidades que considerara convenientes en función de la disponibilidad. Las negociaciones entre del consejero vasco Eliodoro de la Torre y Méndez Aspe se encallaron, y el gobierno de Euzkadi, y el EBB del PNV concibieron la idea de apoderarse de la carga del Vita aprovechando que la tripulación era vasca. Sin embargo, el telegrama que se remitió desde Paris a Ordorika llegó demasiado tarde. Además, Méndez Aspe había colocado en el barco una escolta armada de carabineros mandada por Enrique Puente Abuin, lo que hubiera dificultado el proceso.

-Hubo también luchas políticas…bueno esto en la II República y entre políticos que deberían haber remado todos a una por la República no me ha sorprendido, pero contadnos , por favor, acercarnos a cómo fue esa lucha entre Prieto y Negrín por el tesoro del “Vita”…

-Es un tema largo. Cuando el cargamento llega a México, el enviado de Negrín José Puche no ha llegado todavía, e Indalecio Prieto, que se encuentra en el país invitado por el presidente Lázaro Cárdenas, llega a un acuerdo con éste para hacerse con el control del cargamento, convertirlo e invertirlo en México para ayudar a los refugiados. Negrín intentará recuperar el control, pero Prieto, que maniobrará con habilidad y conseguirá el apoyo de la Diputación Permanente de las Cortes, se lo impedirá. Prieto y Negrín dirimirán así un nuevo asalto de su pugna personal que les enfrentaba desde 1938 cuando Prieto fue cesado como ministro de Defensa Nacional.  En julio y agosto de 1939, en París, primero la ejecutiva del PSOE y posteriormente la Diputación Permanente de las Cortes se posicionaron a favor de Prieto por motivos políticos –críticas a la gestión de Negrín durante la guerra- y pragmáticos por cuanto Prieto controlaba el cargamento y de él dependía en buena medida su propia supervivencia. La ruptura ocasionará la creación de dos organismos de ayuda a los exiliados el SERE, controlado por Negrín, y la JARE controlada por la Diputación Permanente desde París bajo la presidencia de Luis Nicolau d’Olwer y, en la práctica por la Junta delegada en México que pilotarán Prieto, Josep Andreu i Abelló y Carlos Esplá. Los problemas en la conversión de la carga y la gestión de los fondos se prolongarán, tras la intervención del Gobierno Mexicano en 1942, con duros enfrentamientos entre los miembros de la Junta y el reconstituido Gobierno de la República en el exilio presidido por José Giral.

foto_gloria-e1332423669473.jpg-¿Cómo se postularon personas como Azaña?

-El presidente de la República, Manuel Azaña, no participó directamente en la organización del cargamento del Vita y su posterior gestión. Como es sabido, dimitió tras pasar a Francia y expresó de forma patente sus desavenencias con Negrín. Azaña sí fue informado del contenido de los decretos reservados en los que se basó la gestión de los fondos económicos de la República y las incautaciones. Preocupado por el destino del Tesoro histórico-artístico, discutirá en varias ocasiones con Negrín por ello.

-Después, ¿cómo se fue “recuperado” el Tesoro del “Vita”?. ¿Cómo y de qué manera estuvo compuesta la comisión de Recuperación que operó en el extranjero?

-El “Tesoro del Vita” no se recuperó nunca. Los objetos artísticos y arqueológicos, además de las joyas procedentes de las cajas del Banco de España y del los montes de piedad, fueron desmontados y fundidos en México bajo la supervisión de la Delegación de la JARE encabezada por Prieto. El metal se vendió al Banco de México con la ayuda del presidente Lázaro Cárdenas y las piedras preciosas lo fueron a dos intermediarios y joyeros estadounidenses. Isidoro Lipschutz y Víctor  Urbach, quienes comerciaron con ella en los Estados Unidos. Los importes resultado de la transformación y venta de las piezas fueron utilizados para mantener la estructura de la JARE; crear diversos negocios y empresas en México –todos ellos ruinosos-; organizar centros educativos y asistenciales como el Colegio Madrid; y ayudar al mantenimiento de los exiliados en Francia, el norte de África y América latina. En el primer caso se empleará la cobertura diplomática mexicana para trasladar dinero a Francia, que será administrado por la JARE presidida por Nicolau d’Olwer. El problema de la forma en que se repartieron dichos fondos en México (obviando esencialmente a comunistas y anarquistas) y el sesgo ideológico o personal de las ayudas concedidas ocasionó duros enfrentamientos entre los exiliados, hasta el extremo de provocar la intervención del Gobierno Mexicano de Ávila Camacho. La liquidación de los fondos de la JARE (y también la del SERE controlada por Negrín) no se realizó nunca puesto que los responsables del Gobierno Giral tuvieron acceso a la contabilidad de gastos pero no a los inventarios de piezas ni a los totales de ingresos. En 1945 la información indica que aún quedaban materiales procedentes del cargamento en poder de Prieto, quien no quiso entregarlos al Gobierno de la República. Prieto administrará dichos fondos de forma privada contribuyendo al sustento de las organizaciones de mutilados en Francia y, tras su muerte, los remanentes pasarán a manos del PSOE-Histórico. Se trata de una historia, larga, compleja y llena de matices.

Imagen Quay (66987282)--644x362.jpg-¿Con qué principales escollos se encontró esta Comisión de Recuperación a la hora de hacer su trabajo?

-Cuando nos referimos a la Comisión de Recuperación estamos hablando de los intentos franquistas por hacerse con los bienes llevados al exilio por los republicanos. En el caso del Vita se intentó obtener información mediante los representantes diplomáticos españoles en Guatemala, Panamá y Estados Unidos, así como a través de los miembros de la colonia española en México partidarios del régimen de Franco. Se llegarán a presentar algunas reclamaciones a través de la embajada de Portugal por cuanto España y México no mantenían relaciones diplomáticas. En el caso de la Comisión en Francia, su responsable, Barroso, y el embajador Lequerica contarán con el apoyo de las autoridades de ocupación nazis tras la derrota de Francia en 1940, y con el de la administración de la Francia No Ocupada en Vichy. Pese a ello las recuperaciones serán escasas (destaca la pátera de plata del Tesoro de la Catedral de Toledo atribuida a Benvenuto Cellini devuelta por el embajador alemán en París Otto Abetz) debido a la ocultación y cambios de manos de muchas piezas, algunas desaparecidas durante las requisas a comerciantes y coleccionistas judíos. El caso más relevante fue el de la detención del presidente de la JARE, Nicolau d’Olwer por las autoridades francesas a petición de las españolas. D’Olwer será liberado tras entregar los bienes propios y los fondos de la JARE que custodiaba al gobierno de Madrid, pero lo más importante es que la documentación de la JARE con el detalle de las operaciones en México fue copiada por los agentes franquistas con el beneplácito de las autoridades de Vichy, con lo que se supo ya en 1940 el destino del cargamento.

-Amigos, ¿cuántos “otros Vitas” pudieron dar cobijo a diferentes tesoros artísticos, arqueológicos e históricos que empezaron a tambalearse desde el estallido de la Guerra Civil?

-No hubo otros Vita, pero sí la salida de España de múltiples obras de arte, como las de los fondos asturiano y vasco. En muchos casos se obtuvo su repatriación, pero en otros pasaron a formar parte de los mercados legal e ilegal de obras de arte. El saqueo fue amplio en ambas zonas, llevado a cabo  en la republicana por orden del gobierno o en beneficio de partidos y otras organizaciones. La historia detallada de dicho proceso está aún por finalizar…vamos, que estamos en ello. En 2011 publicamos: Salvem l’Art. La protecció del patrimoni cultural català durant la Guerra Civil” (RBA-LaMagrana, Barcelona), y, tras el libro sobre el Vita trabajamos en otro que llevará por título “Arte Robado” en el que analizamos lo desaparecido. La documentación es ingente y sigue siempre la misma línea: la conversión de bienes públicos y privados en beneficio del Estado o particular.

-¿Cuántos hombres y mujeres hay detrás de “estas salvaciones”?

-Cabe indicar que muchas personas arriesgaron su vida para salvar el patrimonio histórico-arqueológico y que muchos también lo pagaron con el exilio o con procesos de depuración tras la Guerra Civil. Es evidente que en el otro platillo de la balanza figuran aquellos que por diversas causas acabaron lucrándose mediante sustracción de obras o joyas. El análisis, por ejemplo, de los archivos militares es muy significativo en este sentido.

-Seguro que estudiando este “caso del Vita” os habéis topado con no pocos tesoros que nunca aparecieron o testimonios que hablan de cosas ya perdidas y que, de alguna manera, se lloran…¿nos podéis decir algo?

-En efecto, pese a que han transcurrido 75 años desde el final de la Guerra Civil hay piezas que no han aparecido, manteniéndose la memoria viva en muchos casos de cuándo y quién llevo a cabo tal requisa o expolio. Trabajamos en ello.

 

 


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El tesoro del "Vita". La protección y el expolio del patrimonio histórico-arqueológico durante la Guerra Civil. Francisco Gracia Alonso y Gloria Munilla
500 páginas        17 x 24 cms.
32,00 euros
Universitat Barcelona



¿Qué tienen en común Juan Negrín, Indalecio Prieto, Lázaro Cárdenas, Camilo José Cela, Marlon Brando y David Ben Gurion? Todos ellos, de formas diversas, están relacionados con el Vita, un yate en el que, a principios de 1939, se transportó en dirección a México una parte del tesoro de guerra de la República española. La importancia del conocido «Tesoro del Vita» radica en el hecho de que reunía objetos y colecciones pertenecientes al patrimonio histórico-arqueológico español que fueron requisados por el gobierno de la República en las catedrales de Toledo y Tortosa, el Palacio Real de Madrid y los monetarios del Museo Arqueológico Nacional y de la Casa de la Moneda, así como una parte de las reservas económicas de la Generalitat de Catalunya y materiales controlados por la Caja General de Reparaciones. Este libro estudia la composición de ese patrimonio, las luchas entre las diferentes facciones del exilio por controlarlo, su posterior conversión en dinero con ayuda de las autoridades mexicanas y la gestión que se hizo de dichos fondos. En él los autores proponen una sorprendente y rigurosa reflexión sobre la protección del patrimonio en tiempos de guerra.

Índice y alguna páginas: http://www.publicacions.ub.edu/hojear.aspx?fichero=07979.pdf


 

 

 

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