edition-86877.jpgCazarabet conversa con...   Xavier Andreu Miralles, editor del libroVivir la nación. Nuevos debates sobre el nacionalismo español” (Comares)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Editorial Comares publica un libro, con Xavier Andreu Miralles al cuidado de la edición, participando expertas firmas que reflexionan sobre “los nuevos debates sobre el nacionalismo español”.

La sinopsis del libro:

Los trabajos centrados en el estudio del nacionalismo español contemporáneo se han multiplicado en las últimas décadas, al tiempo que nuevas preguntas y perspectivas teóricas han permitido ampliar sus fronteras. Los diez trabajos que recoge este volumen, firmados por destacados especialistas en la historia contemporánea de España, trazan una panorámica de algunos de los principales debates hacia los que pivotan los estudios del nacionalismo español. La mudanza hacia perspectivas teóricas que sitúan su foco de análisis en las experiencias y acciones de los sujetos históricos, el interés en las diversas esferas y “escalas espaciales” en las que tienen lugar los procesos de nacionalización, las múltiples conexiones que se producen entre las mismas, la crítica hacia un nacionalismo metodológico que no permite mensurar la relevancia de las dinámicas transnacionales en los procesos de construcción nacional, la necesidad de analizar de qué modo la identidad nacional se articula siempre en relación con otras identidades (de género, raciales, sexuales, políticas, religiosas o de clase), los interrogantes introducidos en el estudio del nacionalismo contemporáneo tras la crisis del paradigma modernizador y secularizador o la necesidad de atender a las diversas formas de nacionalismo cultural que posibilitan trenzar constantemente el relato nacional, son algunas de estas nuevas perspectivas de fondo en las que se enmarca este volumen. En conjunto, nos permiten entender mejor un nacionalismo español que sigue siendo un objeto de análisis de relevancia incontestable para comprender los procesos históricos de la España contemporánea, así como un elemento fundamental para entender las más recientes dinámicas sociales, políticas y culturales del mundo que nos rodea.

La pluma que guarda cuidado de esta edición, Xavier Andreu Miralles:

Es profesor ayudante doctor en Historia Contemporánea en la Universitat de València. Ha dedicado numerosos trabajos al estudio de la historia cultural del nacionalismo español del siglo XIX. Ha analizado, especialmente, cómo influyó el llamado “mito romántico de España” en la configuración del imaginario nacional español decimonónico, centrándose en las diversas maneras en que fue discutido o negociado desde el mundo literario, y en relación con las diversas culturas políticas liberales y antiliberales de dicho periodo. Asimismo, se ha interrogado por la relación entre el proceso de construcción nacional y la conformación de otras identidades sociales, particularmente las de género. Es autor de El descubrimiento de España. Mito romántico e identidad nacional (Taurus, 2016).

 

 

 

Cazarabet conversa con Xavier Andreu Miralles:

 

1101521_1.jpg-Amigo, ¿nos puedes explicar el por qué de esta reflexión que toma forma de libro?
-En las últimas décadas, los estudios sobre el nacionalismo español han ocupado centralmente a los historiadores. De ser un tema muy poco trabajado ha pasado a convertirse en uno de los que más interés suscitan en la profesión. Ahora conocemos mucho mejor que hace diez o veinte años las diversas modulaciones del nacionalismo español contemporáneo, los procesos de nacionalización, la relación del nacionalismo español con otras identidades territoriales (no necesariamente conflictivas, sino a menudo complementarias, como ocurre con las identidades regionales o las locales), el proceso de construcción de los símbolos nacionales y la disputa por su significado, etc. En el libro queríamos hacer a la vez un ejercicio retrospectivo y prospectivo. A partir de lo mucho trabajado sobre el nacionalismo español en las últimas décadas, plantear otros debates que van surgiendo y se van configurando de cara al futuro, como las formas complejas a través de las cuáles los sujetos aprenden y "viven" la nación o la relación que se establece entre la nacional y otras identidades (como la de clase, género, raza, etc.).

-¿Cómo es guardar cuidado de esta edición  en la que para reflexionar sobre la nación, los nacionalismos convergen bastantes reflexiones desde diferentes firmas? -¿Cómo es coordinar todas estas plumas, teniendo en cuanta que, seguramente, cada una de ellas nos aporte un capítulo y/o participación desde donde se es especialista?
-Lo que ha sido el trabajo de edición, realmente, no ha sido difícil, porque los colaboradores son grandes especialistas en los temas que trabajan y han completado trabajos estupendos. Lo más complicado ha sido dar una cierta unidad a un libro planteado, precisamente, para subrayar la disparidad de problemas y perspectivas desde los que puede abordarse en la actualidad el estudio del nacionalismo español. El horizonte que da unidad al texto es esa preocupación por el nacionalismo español contemporáneo y por abordarlo a partir de una serie de debates o problemas teóricos más amplios y recientes, que van mucho más allá del caso español.

-La nación y los nacionalismos se abren camino en  todas las épocas de entre la recién  historia de España, es así, ¿no?.- Y cuando "se abre camino", que genera debate, quizás más debate que reflexión.
-Desde luego, existe un cierto consenso entre los especialistas en que las naciones y los nacionalismos son fenómenos históricos y, de hecho, relativamente recientes. De lo que no cabe duda es de que han sido uno de los actores y de las categorías fundamentales que explican la historia contemporánea y, obviamente, también la española. La nación ha sido una categoría que ha estado constantemente en debate, en discusión. Los diversos actores políticos se han disputado su significado y han intentado apropiársela, de formas diversas y en relación con diversos proyectos sociales y políticos. La nación funcionó como un referente fundamental, por ejemplo, para quienes defendían la soberanía popular frente a los monarcas absolutos en el siglo XIX, o para aquellos movimientos anticoloniales que trataban de deshacerse del yugo imperial en la segunda mitad del XX. Al mismo tiempo, ha sido utilizada también por regímenes dictatoriales que la han utilizado para legitimar las formas más terribles de barbarie. Lo que debemos de hacer como historiadores, a mi entender, es analizar dicha categoría y ver cómo es utilizada y dotada de sentido por los diversos actores históricos en diferentes contextos, evitando lecturas o apreciaciones apriorísticas y, desde luego, siempre de forma reflexiva.

-Los términos "nación" y "nacionalismo" también llevan el debate y la reflexión  desde el ámbito geográfico de lo local hasta digamos el más cosmopolita, por qué siempre nos parece que en el local a principios del XX y hasta mediados de ese siglo es donde más mella hacían las emociones que emergían de estos debates en torno a nación y a nacionalismo?
-Uno de los objetivos fundamentales del libro es, precisamente, analizar de qué modo la nación se articula a través del espacio de formas diversas. Desde lo local, que puede ser investido de un significado nacional y, por tanto, funcionar como mecanismo fundamental de nacionalización, como estudia Alejandro Quiroga a propósito de la ciudad de Alagón para el periodo de la dictadura de Primo de Rivera, hasta lo transnacional, como por ejemplo se evidencia en los trabajos de Eric Storm sobre la "cultura del regionalismo" de la Europa de finales del siglo XIX. Lo que ponen de relieve los estudios más recientes es que ha sido un error plantear la relación entre, por ejemplo, nacionalismo y cosmopolitismo en términos antagónicos. Lo que debería analizarse es de qué forma se articula, desde el nacionalismo, la relación entre lo particular y lo universal.

unnamed.jpg-¿Se ha hablado y reflexionado mucho en torno a la nación y a los nacionalismos en detrimento de la bienestar en el ámbito de "lo social"? -¿o es que a "la masa social" cada vez se ha ido identificando más con los términos nación, nacionalismo y el sentirse más "de una nación"?..--También puede ser que sí debatir de nación y nacionalismo hasta en la sopa y "lo social" no entra ni en los postres. ¿Se preocupa demasiado la historiografía en torno a estas reflexiones? ¿O lo hace porque realmente refleja lo que pasa?
-Uno de los debates fundamentales en los estudios sobre las naciones y los nacionalismos ha sido, efectivamente, el proceso a través del cual, a lo largo de la época contemporánea, un nombre cada vez mayor de individuos se ha ido sintiendo identificado con la nación. Es decir, ha interesado especialmente analizar los procesos de nacionalización. Si interesa esta cuestión a la historiografía es porque ha sido uno de los procesos fundamentales del mundo contemporáneo, como ya he señalado más arriba. Este estudio se ha llevado a cabo en gran medida desde la historia social y/o sociocultural. De hecho, creo que es una de las grandes cuestiones que debe responder la historia social. Analizar cómo se produjo ese proceso de nacionalización, cómo influyó en la acción de los sujetos del pasado y cómo se conjugó con otras identidades sociales resulta fundamental. Lo hace Albert Garcia Balañà, por ejemplo, en su estudio sobre cómo "experimentaban" la nación y la conjugaban con otras identidades sociales los soldados españoles durante la Guerra de Cuba.

-¿Qué os planteabais a dejar claro y como en "punto final" desde este libro? ¿Se parte desde un guión de pretensiones al que vais dando respuesta?.- ¿Trabajáis teniendo en cuenta como un guión de cuestiones a ir contestando, a ir dando respuesta?
-No. Como te señalaba lo que buscábamos era más bien establecer una especie de mapa sobre cuáles son algunos de los debates teóricos más relevantes e innovadores en el estudio de los nacionalismos y aplicar esos debates al caso concreto del nacionalismo español. Por ello, aunque en última instancia están conectados por esta preocupación teórica de fondo y este mismo objeto de análisis, el nacionalismo español, los capítulos del libro pueden leerse de forma independiente.

-Lo que parece que es que hay posiciones, me temo muchas de ellas irreconciliables, y las seguirá habiendo porque unos parten de la postura de que España es una Nación -"una grande y libre"-y otros parten de la composición de que España es una Nación compuesta de otras Naciones ¿cómo lo veis?---eso siendo breves y muy concisos---
-Lo que pone de manifiesto el debate sobre esos dos modelos de nación que señalas (aunque no hay solo dos, sino muchos más) es la vitalidad y la relevancia que sigue teniendo la nación y la pugna por definirla en la España (o en el mundo) actual. Lo señala también Ferran Archilés en su trabajo, centrado la España de las últimas décadas. Como subraya también en su trabajo, ese debate no es exclusivo de España, sino propio del mundo en el que vivimos. Como ya he señalado, la relevancia de ese debate es enorme. De la hegemonía de uno u otro modelo de nación se derivará en gran medida el tipo de sociedad o el proyecto político que acabe imponiéndose, y eso nos afectará a todos y a todas. La idea de España que se defendía desde el agrarismo gallego que estudian Lourenzo Fernández Prieto y Miguel Cabo, por ejemplo, era muy diferente de la que utilizaban como referente los anarquistas españoles de la década de 1930, que estudia Pilar Salomón. En cualquier caso, a lo que nos impele ese debate sobre el significado de la nación es a analizarlo precisamente para entender las formas diversas que ha adoptado el nacionalismo español en la época contemporánea y cuáles han sido sus consecuencias.


-Y esa división, ya te digo en la raíz del debate, ya hace que no entremos en otros debates porque ya en el punto de partida de las denominaciones ya no nos ponemos de acuerdo, ¿cómo lo veis? -Entre la denominación de Nación Española y Estado Español..entre la utilización de un término de términos u el otro ya "se dice" mucho, ¿no?...hay personas que apenas utilizan el término España, siempre buscan el giro Estado Español porque entienden que "Estado" puede englobar de manera menos central a todas las "sensibilidades nacionalistas".
-Como te he comentado más arriba, el debate sobre el significado de la nación no es ninguna anormalidad, sino más bien lo contrario. Es consustancial a un mundo contemporáneo construido en buena medida sobre la idea de nación. Hay formas muy diversas de imaginar o pensar una nación, y cada una de ellas se asocia a modelos sociales y políticos diferentes. El debate sobre cómo es o debe ser la nación es, en gran medida, el debate sobre cómo es o debe ser nuestra sociedad o nuestras formas de organización política. Por ejemplo, Nerea Aresti, en su estudio sobre el debate en torno al significado y la representatividad de la figura del Don Juan de las primeras décadas del siglo XX, está planteando cómo un determinado modelo de nación implicaba aceptar como normativa una u otra manera de entender la relación entre los sexos.
En España ha habido y hay formas muy diversas de entender la nación española, y existen planteamientos que no se reconocen con la nación española, sino con otra identidad nacional distinta. Creo que el objetivo no debería ser alcanzar un consenso (por otro lado, imposible, por la propia naturaleza de los fenómenos nacionales), sino ser capaces de reconocer y de escuchar todas las voces siempre que se pronuncien respetando el marco democrático. En todo caso, esta es una opinión personal.

-¿La Iglesia y las devociones entran a sacudir más este avispero de emociones en  torno a Nación y Nacionalismo? y allí donde entra la Iglesia.las posiciones "se polarizan" más las posturas, ¿no es así?
-El estudio de la relación entre la nación y la religión ha sido uno de los más renovadores para el estudio del nacionalismo (también del español) en las últimas décadas. En principio se consideraba que existía una animadversión cuasi absoluta entre ambos. Que el nacionalismo sería una ideología "moderna" que habría llegado con la modernidad para sustituir a los "tradicionales" sentimientos religiosos. En las últimas décadas, y en relación con la discusión de la llamada "tesis de la secularización", se ha podido comprobar que la relación entre nación y religión fue mucho más compleja desde el principio. Lo trabaja muy bien Francisco Javier Ramón en su texto sobre la nacionalización de las devociones marianas en el largo siglo XIX.

1474016771_015938_1474021337_noticia_normal.jpg-Toda esta amalgama de emotividades que surgen en torno a vivir la nación desde diferentes perspectivas y sentires después todavía somos capaces de volcarlas en nuestras manifestaciones artísticas-con todo el abanico que aquí se abre---,¿no?
-En general, las artes o la literatura no han sido simplemente espacios que expresan o reflejan el sentir nacional. Lo han sido, efectivamente, pero más interesante aún es subrayar que han sido elementos fundamentales en su generación. El nacionalismo se basa en el principio fundamental de que a una determinada comunidad histórico-cultural le corresponde alguna forma de autogobierno o soberanía política. En este sentido, la cultura nunca es un elemento secundario o instrumental para los nacionalismos, sino que es parte fundamental de los mismos. Además, ha sido a través de toda una serie de productos culturales no sólo canónicos, sino también de lo que llamamos "cultura popular" (como el cine, que analiza Marta García Carrión en su trabajo; o la zarzuela decimonónica, de la que me ocupo yo en otro capítulo), como se ha difundido y construido en la época contemporánea ese sentir nacional.

-¿En el ámbito de "lo doméstico" es donde todas estas reflexiones explosionan más?, ¿de qué manera?
-Entiendo que te refieres al texto de Eric Storm. Lo que subraya Storm en su texto es de qué modo durante la Restauración los referentes nacionales (y las formas de identificación nacional) penetran incluso en ámbitos de lo doméstico como la cocina o el hogar. Lo que nos encontraríamos es ante una progresiva "naturalización" de la identidad nacional, su conversión en algo cotidiano o, como lo llamó el teórico inglés Michael Billig, pensando en las sociedades de la información del siglo XX, "banal". Precisamente lo que señala este teórico es que en las sociedades actuales se habría producido una naturalización o banalización de las identidades nacionales tan grande que esas mismas identidades pasen desapercibidas incluso para quienes son portadores de las mismas. Eso es lo que explica que, en una sociedad aparentemente no nacionalista, esa identidad nacional que ha sido naturalizada y reproducida de forma sistemática a través de toda una serie de mecanismos formales e informales "explosione" en un momento determinado. Creo que hemos visto un ejemplo claro de esto en España en la reacción que ha producido en la mayor parte del territorio el proceso soberanista en Cataluña.

-Háblanos, por favor, del proceso de investigación.de esa tarea tan ardua, de búsqueda, mucha lectura, poner orden..
El proceso de investigación es siempre, a la vez, solitario y multitudinario. Solitario porque se pasan muchas horas de soledad, leyendo o trabajando con las fuentes. Pero a la vez multitudinario, porque en realidad los historiadores no hacemos sino establecer un diálogo continuo con nuestros objetos de estudio y con otros historiadores que nos han precedido o que nos rodean.

-Una vez recopilado todo, ¿cómo es la metodología de trabajo que habéis  utilizado?; ¿cómo le ponéis orden a todo?
-La metodología de trabajo del historiador viene marcada por las preguntas históricas que se formula. Son ellas las que nos van dirigiendo al tipo de fuentes que necesitamos consultar o al tipo de preguntas con las que interrogamos a esas fuentes. El orden lo ponemos al dirigirnos a quienes nos van a leer. Al fin y al cabo, la historia no puede prescindir de su carácter narrativo.

-Desde los trabajos, estudios, investigaciones y reflexiones en torno al nacionalismo español..¿hay algún rincón que quede por reflexionar?...quizás, vamos a ponernos un "poco socarrones" deberíamos de ponerle un poco de racionalidad, de equilibrio, de más humanidad y menos emotividad visceral.?
-Como ya te he comentado el nacionalismo español ha sido analizado desde muy diversas perspectivas por los especialistas en los últimos años. Hoy en día contamos con muy buenos trabajos publicados sobre este objeto de estudio. Sin embargo, siguen quedando cuestiones por abordar. En todo caso, aquello que nos preocupará en el futuro cambiará como cambiará el mundo que nos rodea. Siempre surgirán nuevas preguntas y nuevos interrogantes; nuevas formas de abordar este objeto de estudio.
Otra cuestión es hasta qué punto todos estos trabajos son capaces de trascender a un público amplio, o incluso si, cuando lo hacen, son capaces de aportar la reflexividad necesaria con la que deberíamos afrontar esos problemas que señalas. En este mundo de naciones, tenemos tan asumidas y naturalizadas nuestras identidades nacionales que nos resulta muy difícil (también a los historiadores, incluidos los especialistas en nacionalismo) alejarnos lo suficiente como para analizar los fenómenos nacionales con racionalidad y con sosiego.

-¿Vivir, convivimos y sufrimos la nación ya  los nacionalismos?
-Me temo que, por el momento, sí. Vivimos en un mundo de naciones y de nacionalismos, que siguen siendo categorías fundamentales a través de las que organizamos nuestro mundo a todos los niveles. Otra cuestión es que estemos abocados fatalmente a ello. Como ya he señalado, las naciones y los nacionalismos son fenómenos históricos (y bastante recientes). El futuro puede depararnos otras formas de organización social y política, o de entender y estructurar el mundo.

 

 

 

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