Unatierracongente_portada_3.jpgCazarabet conversa con...   Sofía Caamaño y Sònia Bajona, autoras de “Una tierra con gente. Voces de Palestina” (Descontrol)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Descontrol Ediciones edita un libro de testimonios, “voces de Palestina” coordinado por Sofía Caamaño y Sònia Bajona.

Lo que nos explica Descontrol del libro:

 “Una tierra sin gente para una gente sin una tierra” es una de las frases más citadas en la literatura sionista. Con ella, Israel justificó muchas de las acciones que llevó a cabo a lo largo del último siglo sobre los seres humanos que este eslogan invisibiliza. Palestina no era un desierto, sino que estaba habitada por millones de personas que fueron asesinadas, desplazadas forzosamente y obligadas a vivir en condiciones infrahumanas durante décadas. Estas páginas recogen las historias de algunas de ellas. Los doce relatos que conforman este libro son una ventana al interior de los campos de personas refugiadas, las ciudades palestinas, las cárceles, los movimientos de resistencia y el mundo interno de quienes viven en primera persona la ocupación israelí. 

Enlaces que os pueden ir más que bien:

https://www.elsaltodiario.com/autor/sofia-caamano

 

 

 

Cazarabet conversa con Sofía Caamaño y Sònia Bajona:

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Amigas, ¿nos podéis presentar este libro que mira, con empatía, al pueblo Palestino y que viene bajo el título Una tierra con gente….un libro de testimonios, doce..?

-Una tierra con gente es un libro con el que pretendemos adentrarnos en las subjetividades de quienes viven en primera persona las consecuencias de la ocupación israelí.

 

El libro está compuesto por los relatos de seis mujeres y seis hombres de distintas generaciones, donde se entremezcla la explicación más teórica de cuáles son los mecanismos de la ocupación con las vivencias y emociones de quienes lo explican. Las historias están introducidas por retratos de los protagonistas e imágenes ilustrativas de cada uno de los temas que se tocan, hechas por el fotoperiodista Pablo Santiago.

 

Respecto al contenido, se tratan temas muy diversos; cada narrativa se centra en una faceta distinta de la realidad palestina. Entre otras temáticas, hablamos de la historia de la ocupación israelí del territorio palestino, de la vida los campos de personas refugiadas y en las cárceles, de las demoliciones y los arrestos, de los movimientos de resistencia, etc.

 

Aunque cada uno de los temas tratados daría por un libro entero, lo que pretendemos es dar una imagen general de lo que pasa ahí a través de historias particulares, de manera que si la gente se interesa pueda tirar del hilo y seguir informándose.

 

-Yo diría que hay alguna cosa más que empatía….el libro, mediante la recopilación de relatos testimoniales es un canto a la justicia, la libertad, la fraternidad…denunciando justamente todo lo contrario: esa injusticia, esa falta de libertad, esa falta de fraternidad entre “lo humano”…resalta como las amapolas en un campo de cereal, ¿lo veis así?

-Sí, la verdad es que el contraste entre la solidaridad y la fraternidad que se ve entre los habitantes de los campos y la ausencia de humanidad en el trato que reciben por parte del ejército de ocupación da que pensar. Es una muy buena muestra de cómo los rasgos más loables de lo humano afloran en los contextos más hostiles.

Respecto a la fraternidad dentro de la comunidad, queremos resaltar algo que nos llamó mucho la atención. En los tres meses que pasamos en Palestina, no vimos ni una sola persona sin hogar. A pesar de que el nivel socioeconómico de ahí es muy inferior al de muchos países occidentales, como comunidad no conciben que ninguno de sus miembros se quede atrás; los lazos familiares y vecinales son muy fuertes. Uno de los entrevistados nos explicaba que si un día apareciera una persona viviendo en la calle, no duraría ni unas horas, todo el mundo la estaría invitando a su casa. Nos pareció fascinante cómo de integrada está la ayuda mutua incluso en las zonas más damnificadas de Palestina, y creemos que las sociedades de corte más individualista tenemos mucho que aprender de sus formas de cuidado social.

4550-Sofia-Caamano.jpg-¿Qué os ha llevado a vosotras dos a escribir este libro de testimonios, doce…. tan enlazados con Palestina---este país y sus ciudadanos son, en realidad, los protagonistas, a la par…--, siendo parte de este país porque se alimentan y retroalimentan en él?

-Lo que nos llevó a llevar a cabo este proyecto fue la voluntad de contribuir en la difusión de la realidad palestina a nivel internacional. Todo empezó con el encuentro con Laylac, -organización autogestionada por personas refugiadas del campo de Dheisheh-, que conocimos por casualidad en nuestro primer viaje a Palestina.

Volvimos a nuestras casas con ganas de colaborar con Laylac, y más adelante solicitamos una beca de cooperación para poder ir a trabajar con ellos. Cuando les preguntamos cómo podíamos ser útiles, nos dijeron que la mejor manera de contribuir a su causa era darle visibilidad. Discutimos conjuntamente el formato, y teniendo en cuenta que ya contaban con poco material de sensibilización en formato papel, llegamos a la conclusión de que un libro era la mejor opción.

Una vez decidido el formato, se nos planteó el dilema de quién somos nosotras para escribir un libro sobre Palestina, siendo un par de recién llegadas que acababan de empezar indagar en la historia y la situación del país. Nos pareció que la única forma que nos legitimaba a hablar sobre Palestina era no hacerlo nosotras, sino que lo hicieran sus habitantes, y convertirnos en un mero puente o canal entre los testimonios en primera persona y los lectores de aquí. Fue así como decidimos hacer esta recopilación de narrativas.

 

-Es muy triste pensar que Palestina siempre tendrá tierra, aunque se la arranque con violencia de ella, mientras que lo que le están quitando rotundamente es la vida a esa tierra…porque, amigas, sin ciudadanos y ciudadanas de qué sirve un trozo de tierra con nombre…?

Evidentemente, lo que conforma una nación son sus habitantes (su cultura, su lengua, sus rasgos particulares). Palestina ha sido despojada de la mitad de las personas que le daban ese carácter y cultura propios. Respondiendo a vuestra pregunta, si los desplazamientos forzados no cesaran y el territorio que hoy llamamos Palestina en un futuro no fuera habitado por los ciudadanos y ciudadanas que la reclaman, Palestina dejaría de existir y ese trozo de tierra del que habláis llevaría el nombre de Israel.

-¿Cómo fue dar o conectarse con esos doce testimonios…con esas doce voces?-¿Por qué esos testimonios y no otros?

-Por un lado, queríamos tratar temas muy diversos en el libro. Para seleccionarlos, estuvimos preguntando a diversos habitantes del campo de Dheisheh cuáles pensaban que eran las principales cuestiones a tratar/difundir respecto a la situación Palestina. Hicimos una lista y buscamos personas que nos pudieran hablar en profundidad de cada uno de ellos (por ejemplo, cuando hablábamos de cárceles buscábamos a alguien que hubiera sido prisionero, o si hablábamos de demoliciones de casas buscábamos a alguien que hubiera vivido en primera persona la experiencia de la destrucción de su hogar). Encontramos a los protagonistas con la ayuda de las personas voluntarias de Laylac, que nos conectaron con ellos. Por otro lado, al elegir los narradores y narradoras, tuvimos en cuenta que hubiera paridad de género y un rango de edades amplio, para que las distintas generaciones estuvieran representadas.

 

-¿Qué denominadores comunes tienen esos testimonios?, además de su vinculación con Palestina

-Básicamente lo que tienen en común es que todas ellas son personas refugiadas del área cercana a Belén y  que han vivido en propia carne las consecuencias de la ocupación israelí. Por ello, comparten el  enojo y la impotencia con el régimen de ocupación israelí, y también son grandes defensores del derecho al retorno y a la vida digna de las personas palestinas.

Por supuesto, también tienen en común la voluntad de participar en este proyecto, la actitud colaborativa y las ganas de hablar y de explicar su situación al mundo.

-El panorama es del todo desolador….y desmotiva en creer en “lo humano” porque no aprendemos…leyendo estos testimonios te das cuenta que la humanidad no avanza en el plano humano y de empatía contra las injusticias, desigualdades y demás…más bien al contrario. ¿Qué nos podéis decir?

-Creemos que la percepción respecto a este asunto depende de dónde pongas el foco. A nivel macroestructural, es cierto que los intereses económicos y geopolíticos priman sobre los derechos humanos. El hecho de que el comercio de armas sea el negocio más lucrativo del mundo es una buena prueba de ello.

Sin embargo, y centrándonos en el tema de Palestina, la situación del territorio ha generado un gran resueno mediático, y una gran cantidad de movimientos sociales y campañas de solidaridad se han organizado por esta causa alrededor del mundo. Por otro lado, la fraternidad y cuidado mutuo dentro de la comunidad del que hablábamos más arriba dice mucho, también, de la capacidad de resiliencia y empatía del ser humano. Quizás hace falta mirar de vez en cuando hacia el lado amable de lo humano para no caer en generalizaciones de ese tipo ni en actitudes impotentes o cínicas.

-No querría molestar a nadie porque aborrezco de las comparaciones y/o paralelismos, pero amigas, ¿no os parece que parte del discurso israelí…quizás más bien del sionista no para de  estirar del drama que les ha tocado vivir en este caso a los judíos europeos, sobretodo del holocausto y que lo hace a costa de impartir otro holocausto sobre el pueblo palestino?…

-Sí, el movimiento sionista ha usado el sufrimiento de la población judía alrededor del mundo, y especialmente en Europa, para reforzar su narrativa sobre la necesidad de tener un Estado donde las personas judías estén protegidas de los ataques antisemitas. Este razonamiento, a través del cual han justificado las atrocidades cometidas contra el pueblo palestino, se vio reforzado después de la Segunda Guerra Mundial: ¿quién se iba a atrever a oponerse a un Estado judío después del Holocausto?

Sonia-Bajona-espa-¦ola-1024.jpg-Amigas, a vosotras ¿qué os vincula con Palestina a sus habitantes o no hace falta que haya ningún vínculo para ver todas estas injusticias…?

-Ahora mismo, y después de los meses que pasamos en Dheisheh, el vínculo con Palestina se ha vuelto muy personal a través de las amistades que entablamos ahí. Pero antes de irnos ya partíamos de cierto conocimiento de la situación en el país, y de cierta sensibilidad con las injusticias globales, y especialmente con la problemática de los desplazamientos forzados y el asilo, con la que ambas habíamos trabajado previamente.

-Ni a la mayoría de países europeos ni mucho menos Estados Unidos, les interesa que se arregle “ese como muy elaborado conflicto” porque, en realidad, se trata de algo más de que el pueblo israelí “tenga tierras”…esto tiene que ver con “juegos de geopolítica y geopolítica”… habladnos de “los réditos que sacan éstos” y de cómo se le contrarresta a Israel…

-Sí, claro. Estados Unidos es un gran apoyo del plan colonialista del sionismo. Durante una entrevista, uno de los chicos nos dijo que al fin y al cabo, a Occidente le interesa contar con un aliado blanco en Oriente Medio. Es una forma más de marcar la diferencia nosotros (los blancos, en este caso israelíes, civilizados)  y ellos (los árabes salvajes).

Analizar los réditos que saca Occidente del apoyo a Israel sería prácticamente otro libro. En este artículo de Público aportan buenas pinceladas.

-De la misma manera, ni Europa ni la Unión Europea tampoco hacen nada para salvar a los miles de miles de africanos, sirios, iraquíes, afganos o palestinos---también de otros países…--- que se dejan la vida en esa  inmensa tumba de mar salada que es el Mediterráneo…

-Sí, al final la indiferencia y el racismo se extienden, como bien decís, a muchos otros ámbitos. La llamada Europa Fortaleza, que invierte mucho más dinero en pagar a empresas privadas y países vecinos para fortalecer sus fronteras que en crear vías legales y seguras de entrada, es responsable de las muertes en el Mediterráneo, así como de las condiciones de vida indignas de todas las personas desplazadas forzosamente atrapadas en Grecia, Bosnia, Serbia, etc.

-Lecciones de la historia haberlas, las  hay y no pocas…sin ir más lejos de la misma manera que se giran las espaldas a esta realidad que sufre de acoso y derribo respecto al pueblo palestino y a su tierra…anteriormente se negaban y/o  las atrocidades en Bosnia, Croacia, el apartheid en Sudáfrica o los hay que niegan hasta el holocausto judío…o sea que todo sufrimiento, aprovechando que de esos ya quedan pocos o que los muertos no pueden hablar, se aprovechan todos…

-Claro. Aunque sí es cierto que algo que hemos constatado y nos han contado durante el tiempo que estuvimos en Palestina, es que existe una gran red de memoria histórica. La gente joven no olvida lo que les ocurrió a sus abuelos y abuelas en 1948. Además, ellos/as mismas continúan sufriendo la ocupación en su día a día.

-¿Tenéis la percepción que con Palestina se está gestando un genocidio?

-El uso de este término es bastante controvertido, y daría para una respuesta muy dilatada. Nuestra postura al respecto queda bastante reflejada en un libro de Ilan Pallé que se titula “La limpieza étnica de Palestina”. En el libro, el autor aporta muchos datos y crea un relato muy interesante sobre lo que aconteció en Palestina en 1948: una limpieza étnica planificada por el movimiento Sionista.

-De desplazados en campos de refugiados, a presos en cárceles, a personas que han intentado alcanzar Europa cruzando el Mediterráneo y que encuentran allí la peor de sus pesadillas, o a ciudadanos y ciudadanas que viven y conviven en ciudades destartaladas por una guerra sin fin…bajo una mano que aprieta y aprieta la garganta  o los y las ciudadanas y ciudadanos palestinos que formando parte de la resistencia que luchan por deshacerse de esa mano que aprieta y aprieta…-Lo que nos cuentan estas doce voces es desgarrador y es el testimonio como una gota en un mar de injusticias y de constante vulneración de los derechos humanos… y esta vez el resto de ciudadanos y ciudadanas del mundo no podremos decir que no lo sabíamos….

-Pues sí, por eso nos parece importante que la gente sea consciente de la situación. La sensibilización y el conocimiento de lo que pasa en Palestina es importante para que crezca el movimiento de boicot, sanciones y desinversiones a Israel, y para que los gobiernos reciban presión para actuar al respecto y posicionarse a favor de Palestina. Nuestro objetivo al escribir este libro es informar desde una perspectiva personal y humana para que sea más fácil generar empatía e indignación, y para remover conciencias y potenciar que las personas se organicen para respaldar esta causa.

-¿Es la mujer palestina doblemente, otra vez, como maltratada tomando el pulso a la situación actual…lo pregunto porque la mujer siempre parece que, según que situaciones, las sufra como dos veces…?

-Desde luego. A la hora de escribir los libros y elegir las historias, siempre tuvimos muy presente la necesidad de que los testimonios de las mujeres fueran protagonistas de este libro. Todo el mundo en Palestina sufre la ocupación, pero las mujeres pasan por una doble opresión: la israelí y la patriarcal. Esto ocurre en todos los ámbitos; la perspectiva interseccional es muy importante a la hora de leer cualquier situación de discriminación.

-Si por el pueblo palestino hubiese sido –así como por otras causas justas—me da por afirmar que “el instrumento” de la globalización—más dañino y letal que nada—no hubiese existido porque éste al mismo tiempo que nos muestra la peor cara del neoliberalismo, el neocapitalismo y neo consumismo ,también nos enseña que al pueblo palestino lo machaca la injusticia más atroz…es más, se ensañan con ella y que todas y todos asistimos a ese ensañamiento como temblorosos telespectadores, mal que nos pese…

-Sí, al fin y al cabo, lo que pasa en Palestina es la cara más oscura de ciertas dinámicas globales de las que todas y todos formamos parte. En uno de los capítulos del libro, Naji Owdah, director de Laylac, habla de que el plan colonial de Israel no se puede entender desvinculado del sistema capitalista y patriarcal en el que vivimos.  En Laylac esta perspectiva está muy presente en todas las acciones y alianzas que se llevan a cabo, y por eso para la entidad es tan importante dar apoyo a otros movimientos (el feminista, el anticapitalista, el indígena, etc.), y tienen una amplia red a nivel internacional de otras personas y organizaciones que trabajan por mejorar las condiciones en sus territorios. Para ellos, todas estas luchas son la misma lucha y hay que unir fuerzas.

-Amigas, ¿vais a colaborar en otros proyectos porque el resultado es muy bueno y nos hace pensar y no poco en Palestina y en sus ciudadanas y ciudadanos?

-La verdad es que desde que nos fuimos de Palestina estuvimos bastante centradas en terminar y editar el libro, así que aún no hemos tenido demasiado tiempo para empezar otros proyectos en este sentido. Por ahora aun nos queda bastante trabajo difundiendo el libro, y acabando con las traducciones al árabe, inglés, francés y castellano.  En un tiempo nos gustaría poder traducirlo también al catalán y al gallego, nuestros idiomas maternos.

Aun así, las dos hemos seguido colaborando en proyectos relacionados con el tema de las migraciones y los derechos humanos. Sofía está trabajando en un colectivo para mujeres migrantes en Londres, y Sònia en la Comisión Española de Ayuda al Refugiado y próximamente colaborará con la corrección de un libro de relatos hechos por mujeres extranjeras en Barcelona.

-¿Cómo ha sido la manera de trabajar para llevar a cabo este libro, cómo os las habéis apañado entre las dos---cómo os habéis documentado, llevado a cabo las entrevistas, repartido el trabajo…

-En cuanto a la documentación, las dos leímos mucho y compartimos los recursos y fuentes de información. Para realizar las entrevistas, siempre las preparábamos conjuntamente, informándonos sobre la temática a trabajar y preparando las preguntas en base a la información que teníamos de la persona. Las entrevistas las hicimos en inglés, y a cuando no era posible íbamos acompañadas de un intérprete voluntario. Siempre grabábamos y transcribíamos las entrevistas, para conservar al máximo el relato original, y una vez teníamos el discurso literal en papel lo reordenábamos y le dábamos forma para que quedase leíble y ameno. 

 

Quizás lo más complicado -aunque al final nos organizamos bastante bien- fue reescribir los relatos a cuatro manos. Para esto creamos un documento de google drive desde dónde podíamos ver al momento lo que la otra estaba escribiendo. En general, discutíamos el orden de los temas a tratar en cada narrativa, nos repartíamos la reescritura de los distintos párrafos y lo revisábamos conjuntamente repetidas veces, haciéndonos sugerencias y correcciones. Al final nos acostumbramos a trabajar así y perdimos miedo a corregirnos mutuamente. La verdad es que trabajar a cuatro manos fue una muy buena experiencia; ser dos nos ayudó mucho a superar los bloqueos de cada una en la escritura y a ver fallos que a la otra se le pasaban por alto.

 

Por otro lado, nos ayudó mucho tener la visión de personas externas. Para empezar, de las propias protagonistas del libro, a quienes pasamos los relatos traducidos para que pudieran hacer modificaciones, ya que al fin y al cabo son sus voces y para nosotras era muy importante que se sintieran plenamente identificadas con su relato. Del otro lado, varias amistades que colaboraron con la corrección y traducción del libro nos hicieron aportes muy necesarios.

 

Respecto a los tiempos, la verdad es que tres meses es poco tiempo escribir un libro de estas características, lo nos llevó a hacer jornadas muy largas e intensas para poder terminar a tiempo. Aun así, valoramos mucho el espacio de aprendizaje y autogestión que nos dio esa experiencia.

 

 

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