91NAgy4jxgL.jpgCazarabet conversa con...   Antonio Penadés, autor de “Tras las huellas de Heródoto. Crónicas de un viaje histórico por Asia Menor” (Almuzara)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Antonio Penadés emprende y nos hace emprender un viaje histórico por Asia Menor.

El prólogo, excelente, para esta colección Sotavento de Almuzara, viene desde la pluma de Gisbert Haefs.

La sinopsis del libro:

Tras las huellas de Heródoto es la crónica de un viaje que parte de Halicarnaso, precioso rincón del suroeste de la actual Turquía donde el «padre de la historia» vivió su infancia, y discurre por las antiguas ciudades de Mileto, Priene, Samos, Éfeso, Afrodisias, Hierápolis, Sardes, Esmirna, Focea, Pérgamo, Assos, Troya y Bizancio. El autor va siguiendo el itinerario del ejército del rey persa Jerjes en su expedición a Grecia mientras ahonda en la vida y el pensamiento de Heródoto —un ejemplo por su amplitud de miras y su respeto al otro— y describe el impresionante legado de los griegos antiguos, clave para comprender nuestra civilización actual. Además de adentrarse a fondo en la historia de Grecia y en la obra de Heródoto, este «viaje íntimo e intenso» recorre toda la ribera oriental del mar Egeo, desde el suroeste de Turquía hasta Estambul. La antigua Jonia, en la costa mediterránea de la actual Turquía, fue la región donde se forjó la esencia de nuestra civilización occidental; un proceso que nació en los llamados «siglos oscuros», allá por el año 1000 a.C., cuando grupos de hombres que huían del hambre que azotaba Grecia cruzaron el Egeo en sus naves, acompañados por sus mujeres y niños, y desembarcaron en las costas que recorre nuestro itinerario. El viaje incluye una incursión a las regiones del interior de Asia Menor, así como un salto a la isla griega de Samos, donde Heródoto vivió durante una etapa de su juventud, con el fin de completar la experiencia de este impresionante camino histórico.

«Como único equipaje opté por una mochila con algo de ropa, una cámara de fotos, una buena novela y varias guías arqueológicas; y, ante todo, resolví dejarme llevar por el firme propósito de acercarme en lo posible al autor de la Historia, esa obra singular, tan repleta de épica y a la vez de magia, que me asombró y me alumbró cuando era joven.»

El autor: Antonio Penadés Chust (Valencia, 1970) es historiador, periodista y abogado. Coautor de «Cinco miradas sobre la novela histórica» (Evohé). Autor de la novela «El hombre de Esparta» (Edhasa), de los ensayos «El declive de Atenas» (RBA) y «La gesta de las Termópilas» (Gredos) y de la crónica de viajes «Tras las huellas de Heródoto» (Almuzara). Desde 2005 dirige el curso de Narrativa del Museo L’Iber. Premio Hislibris de honor 2012. Colaborador del diario El País y de las revistas Historia National Geographic y Descubrir el Arte. Preside Acción Cívica (accion-civica.org), entidad de la sociedad civil dedicada a la lucha contra la corrupción política y a la defensa de las humanidades. www.antoniopenades.es

Ya hemos conversado con este autor: http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/viajegreciaclasica.htm

 

 

 

Cazarabet conversa con Antonio Penadés:

Sin-título-2.jpg-Amigo Antonio, en este libro Tras la huellas de Heródoto tomas el hilo conductor vital de la vida de este historiador y geógrafo griego que muchos consideran “padre de la Historia occidental” para llevarnos de viaje por “sus lugares” desde los que marcaron su infancia hasta los que le recibieron a él en una vida llena de aprendizaje, ¿no?

-Sí, siendo yo un adolescente descubrí la obra de Heródoto y decidí que, en cuanto pudiera, haría un viaje para aproximarme lo máximo a él. Aún no sabía que ese proyecto se traduciría después en un libro.

-¿Qué te llama la atención del historiador y geógrafo  Heródoto para haberlo seguido a él?

-Su amplitud de miras, su buen rollo, su modernidad, su respeto hacia el otro y su capacidad de asombro. Le conozco bien y le admiro.

-¿Qué legado nos dejó este “sabio” griego?;¿en qué destacarías a Heródoto?, ¿por qué?

-Fue el primero que compone una obra extensa en prosa, un gran paso pues hasta entonces el prestigio y el arte estaban en la epopeya y en la poesía lírica. Heródoto descubrió que la escritura en prosa se adapta mejor a la explicación racional de las cosas, alejándose unos pasos de los dioses y de las justificaciones religiosas.

-Para ti, en particular, ¿qué te supone Heródoto… qué destacarías de sus estudios en torno a la geografía y a la historia?

-Recorrió el mundo conocido con un fin muy determinado: alcanzar la preparación suficiente para narrar con propiedad las guerras médicas, los grandes enfrentamientos entre griegos y persas del siglo V a.C. Para ello, decidió que debía conocer de primera mano las naciones y las sociedades que forman parte del Imperio persa. Fue por tanto el padre de la historia, pero también el primero en escribir una gran crónica de viajes.

-Su obra, ¿cómo la podríamos conocer para acercarnos adecuadamente a la misma?

-Leyéndola de principio a fin, preferentemente en la edición de Gredos. La traducción y los pies de nota del profesor Carlos Schrader, fallecido hace poco, son excepcionales. El lector se dará cuenta de que los clásicos griegos y romanos suelen ser muy accesibles. En general no escribían sus contenidos sino que los dictaban a un escriba, con lo que parece que estén hablándote. Además, en el caso de Heródoto, algunos de sus pasajes corresponden a conferencias que él impartía por distintas ciudades.

5ZFFEHYXD63EFCFJMQAUO4LWTM.jpg-En realidad, el viaje, tu viaje, el de tu libro, transcurre por el camino que el rey persa Jerjes siguió en su trayecto hacia Grecia, visitando: Mileto, Priene, Samos, Éfeso, Afrodisias, Hierápolis, Sardes, Esmirna, Focea, Pérgamo, Assos, Troya y Bizancio…. ya que el propio Heródoto estudió las luchas entre los persas y los griegos, ¿no?

-Mi viaje comienza en la ciudad natal de Heródoto –Halicarnaso, la actual ciudad turca de Bodrum– y continúa recorriendo Jonia y la isla de Samos, que son los lugares donde transcurrió su juventud tras su forzada huida. Luego, a partir de Sardes, la capital de Lidia, voy acompañando al ejército persa de Jerjes en su expedición contra Grecia por los mismos lugares que se describen en la Historia de Heródoto.

- Pero aun siendo el objeto del viaje el narrar y encontrar respuestas a estas luchas… Heródoto acaba encontrando mucho más por el hecho de realizar ese trayecto de trayectos… ese viaje… ese conocer lugares, gentes… ¿qué nos puedes decir?

-En sus viajes, Heródoto fue a la caza del detalle, de la anécdota, de las leyendas divertidas, de curiosidades y de costumbres exóticas. Conversa con todo el mundo y a menudo abre digresiones para contarlas con toda comodidad. En un contexto de helenocentrismo predominante, él trasladó a sus coetáneos que había fuera otras formas de hacer las cosas y de ver el mundo, siendo todas ellas son igualmente respetables.

- El camino de visita y seguimiento a estas ciudades, tu libro lo hace paralelamente, a presentarnos y profundizar en el pensamiento y formas entender y transmitir del historiador y geógrafo griego, ¿es así?

-Sí, voy narrando mi viaje y cada ocho o diez páginas me retrotraigo 2.500 años atrás para contar cómo era aquel mismo lugar, ya sea una ciudad, una región o un paisaje, en plena época clásica. Trato de aprovechar las sinergias que se desatan con la unión de la historia, de la literatura y del propio viaje. Y además se tienden puentes entre los griegos antiguos y nosotros a través de cuestiones que nos preocupan -ahora y siempre- al guardar relación con la condición humana.

-Al margen de lo que nos dejó en su obra… ¿qué había en su pensamiento que ha dejado huella?

-Fue el primero en utilizar la empatía para explicar los fenómenos históricos y para comprender por qué cada uno de los protagonistas actúan de la manera en que lo hicieron. Nunca juzga. En su honestidad intelectual no nos ofrece un juego de extremos, de buenos y malos, sino un compendio de matices, de grises y de cuestiones a relativizar.

-Heródoto, ¿no hubiese sido el pensador que fue si no hubiese tenido el privilegio y la necesidad de realizar estos viajes para sus estudios?

-Se sabe muy poco acerca de su vida ya que jamás habla de sí mismo. Mi teoría es que, adquirida su condición de apátrida tras su huida de Halicarnaso a los 17 años para salvar el pellejo tras una revuelta contra el tirano pro-persa, se enroló en diferentes expediciones marítimas y caravanas comerciales que le sirvieron para ganarse la vida y para recabar toda la información que necesitaba para su gran proyecto historiográfico.

-Lo que certifica que los viajes son enriquecedores mucho más allá de cualquier consideración…

-Este tipo de viajes, con contenido histórico, artístico y/o arqueológico, son en sí un inmenso aprendizaje. En especial si se emprenden en solitario, algo muy recomendable cuando hay por medio un proyecto literario o vital. Además, fijan en la mente las lecturas previas y permiten una visión mucho más amplia. Con el viaje, no solo trabaja la parte racional de nuestra mente sino que también se pone en marcha la parte sensible, procesando la información de forma óptima. 

-Este libro tuyo que nunca mejor dicho va o transita tras las huellas de Heródoto: ¿a los lectores, a qué nos acerca además de a esa Grecia, al camino de Jerjes y a lo que con tanta sutileza como sagacidad logra extraer Heródoto del entorno del viaje?

-Hago coincidir el trayecto con el de la expedición de Jerjes, aunque ese recorrido no es más que el hilo de un collar. Un hilo sujeta las perlas, que son cada una de las facetas en la que los griegos antiguos alcanzaron la excelencia: pensamiento, arte, teatro, oratoria, derecho, organización social, sistemas políticos, tácticas bélicas, navegaciones marítimas, artesanía, actividad comercial…

Antonio-Penadés.jpg-Amigo, ¿cómo te documentaste tú para realizar “tu propio viaje” tras esa senda que dejó Heródoto y que seguía, a la vez, los pasos de Jerjes? Seguramente te debiste de aproximar a no pocas lecturas, al propio Heródoto, también a Jerjes…

-En los cursos de doctorado de historia antigua hice un trabajo de investigación sobre el pensamiento y la obra de Heródoto, con lo que tenía ese asunto resuelto. Luego, durante el viaje, sabía cuál era el punto de partida y el de llegada pero todo lo demás lo dejé al azar.

-El trabajo que hay detrás de la planificación, documentación, estudio y demás es siempre tan azaroso como gratificante al final, ¿verdad?; aunque a uno le parezca que siempre puedan quedar cabos sueltos sobre los que retornar para comenzar a estirar y empezar a componer otro libro, ¿verdad?

-Tal como hizo Heródoto, voy abriendo digresiones para hablar de todo aquello que me encuentro en el viaje y que me llama especialmente la atención. Son temas que guardan relación con la condición humana, por lo que sí, podría continuar tratando de ellos durante más tiempo. Si no lo hago es porque todo en el libro queda supeditado al ritmo y a la tensión narrativa.

-Con este libro, Antonio, ¿cómo fue tu metodología de trabajo?

-Acababa cada jornada en una taberna, bebiendo cerveza y tomando apuntes de todo lo vivido. Es importante dejar plasmados los topónimos, los nombres de las personas y todos los demás datos con el recuerdo aún fresco y cuando la emoción por lo que acababa de visitar está presente. Para conmover al lector es muy importante que uno mismo esté conmovido. Tras el regreso, ese diario se convertirá en la columna vertebral de la crónica de viajes.

-Amigo, ¿nos puedes explicar en qué estás trabajando ahora; nos puedes dar alguna pista?

-Después de “Tras las huellas de Heródoto” publiqué “Viaje a la Grecia clásica”, que es su continuación y que acaba de ganar el Premio de la Crítica Literaria Valenciana. Ahora mismo estoy preparando un ensayo divulgativo sobre un periodo cercano.

 

 

_____________________________________________________________________

Cazarabet

c/ Santa Lucía, 53

44564 - Mas de las Matas (Teruel)

Tlfs. 978849970 - 686110069

http://www.cazarabet.com

libreria@cazarabet.com