Cazarabet conversa con... Sonia Lasa,
autora de “Verano del 36” (Egales)
Sonia Lasa nos plantea desde una valiente
narrativa, un ejercicio de memoria histórica, con una novela que cuenta una historia normal la
búsqueda, casi escarbando, acerca de la Guerra Civil… yendo a hablar con los
testimonios que vivieron la contienda en primera persona.
Unas vivencias, las que describe Sonia Lasa,
que hubiesen podido ser cotidianas en tiempos que esa cotidianidad no palpitaba
ni existía…los coletazos de la dictadura todavía invadían el ambiente y la
sensación de que la transición no había impartido justicia se palpaba todos los
días con aquellos testimonios impregnados de silencios, miedos y calladas como
respuesta.
La protagonista que es Amaia intentará
adentrarse en ese mundo de la manera más sutil, pero a la vez más incisiva
posible… por eso, también puede ser ,y lo es, una historia humana, de
compromiso en tiempos en los que cada una y uno intentaba buscar arrimarse y
buscar el calor del egoísmo, sin más…
La sinopsis del libro:
Amaia estudia Periodismo y, por sugerencia de
su profesor de Historia, debe ampliar el trabajo que está realizando acerca de
la Guerra Civil. Este hecho marcará el comienzo de un de un viaje, en el que la
acompañaremos, a través del testimonio de quienes vivieron sus consecuencias en
primera persona. Gracias al empeño de Amaia por saber de lo que todos callan,
nos sumergiremos en los días grises de la contienda. Ane, su abuela, tuvo que quedarse
sola a cargo del caserío familiar y nunca antes había querido hablar sobre lo
sucedido entonces, hasta que Amaia descubre una vieja fotografía donde aparece
una misteriosa mujer, por lo que acabará desvelando su secreto mejor guardado,
regalándole a su nieta una expresión de sí misma que desconocía hasta ese
momento.
El buen trabajo siempre se ve recompensado, y ninguna de estas dos mujeres
fuertes y luchadoras volverá a ser la misma ahora que el pasado se ha hecho
presente en sus vidas.
La autora, Sonia Lasa:
Vasca de nacimiento (Beasáin,
1979) y andaluza de adopción. Estudió Periodismo y ha trabajado en varios
medios. Debutó como novelista con "Una receta inesperada" (2016),
obra que autopublicó. "No me olvides" fue
su primera novela publicada con Egales, en 2017 y
ahora le sigue "Verano del 36"…
Ya en Egales ha
publicado otra obra, “No me olvides”. Os dejamos la sinopsis para que os hagáis
una idea: Marta, de treinta dos años, trabaja como editora en una modesta
editorial. Un día se ve obligada a acudir a la presentación de un libro y allí
se encuentra con Sofía, un fantasma del pasado. Desde ese momento, todo lo que
había tratado de enterrar y olvidar, vuelve con más fuerza que nunca dispuesto
a quedarse. Por fin, va a conocer la respuesta a la pregunta que lleva
atormentándola durante diez años; esta contendrá el futuro que siempre había
soñado hasta empañar el recuerdo del pasado.
Por otro lado, su presente también se ve alterado ante la aparición de otra
mujer, Estela, una joven pintora que irrumpe en su vida y que se propondrá
conquistar su corazón. A partir de ahí, Marta tendrá que decidir si quiere
volver al pasado aceptando así un futuro incierto o lanzarse a vivir el
presente dejando de lado las normas que se ha impuesto durante años.
Cazarabet conversa con
Sonia Lasa:
-Sonia, amiga, ¿qué te
hizo escribir esta novela?; ¿qué “te inspiró” o “te empujó” a ello?
-Quería hacer un homenaje a la
mujer en general y me incliné por esa época, la de la Guerra Civil, porque mi
abuelo sufrió los pormenores de la contienda. Él tenía 6 años cuando estalló la
guerra y tuvo que refugiarse de las bombas y abandonar el País Vasco en un
barco a Francia. He crecido escuchando todas esas vivencias y quería plasmarlas en mi novela.
-Escarbar
en la Memoria Histórica con ese viaje que busca testimonios sobre la Guerra
Civil Española, ¿qué ha supuesto para ti como escritora, más allá de cómo
creadora…?
-Ha supuesto el descubrimiento
de muchos datos que desconocía y me ha llegado a emocionar en varias ocasiones.
Por ejemplo, cuando leía y escuchaba los testimonios de las mujeres que
estuvieron presas en la cárcel de Saturrarán no podía
contener las lágrimas. Lágrimas de rabia y dolor porque es incompresible lo que
aquellas mujeres llegaron a sufrir.
-Seguramente
que la investigación ha sido y ha supuesto un período importante,
¿nos puedes explicar algo?
-La parte de ficción del libro
la tuve clara desde un primer momento pero lo que más tiempo me ha llevado ha
sido la parte de documentación. He leído varias tesis, he visto varios
documentales, he tirado de hemeroteca y he recogido testimonios de vecinos de
mi pueblo, Beasáin, para saber más de cerca lo que
ocurrió en aquellos días.
-Y
¿cómo ha sido tu metodología de trabajo en torno al material creado y al
investigado…?
-He intentando mantener la
cronología real del transcurso de la guerra y lo he intercalado con los hechos
que son puramente ficción. Digamos que el momento histórico es real pero la
mayoría de los hechos que acontecen son ficticios.
-Los
personajes tienen, también mucha carga porque son, además, los personajes y sus
circunstancias, marcadas también por ese tupido velo del silencio, ¿verdad?
-Los personajes lo son todo en
esta historia. Tanto Ane como Amaia nos van a llevar de la mano y a través de
sus miedos y secretos, nos van a mostrar las distintas épocas. Ane va a
desnudarse ante su nieta y Amaia va a ser la voz de muchas otras mujeres
gracias a las entrevistas que va a ir realizando.
-En
aquel lejano 1981, ¿cómo se miraba atrás; qué se entendía cómo pasado… el
tiempo más inmediato porque ir más atrás suponía meterse en una especie de
lodazal en la que una o uno se quedaban imposibilitados de todo movimiento y
encima “descararse” y retratarte desde los tuyos a todo el entorno social?
-Eso es, creo que en el libro lo
dejo bastante claro. En la parte de las entrevistas a las mujeres republicanas,
todas ellas coinciden en el silencio y en el olvido que sufren en ese momento.
Tras finalizar la dictadura franquista todo lo ocurrido parece quedar en el
olvido y no se quiere ni hablar de ello. Yo personalmente creo que la historia
hay que tenerla siempre presente, para que no vuelva a repetirse. Por ello creo
que es importante no olvidar y recordar.
-Buscando
entre “su propia memoria histórica”, la de su familia y la de su abuela
Ane…Amaia da con cosas que no sabía, ni sospechaba… (de
todas formas mientras leo tu novela me doy cuenta que hay muchas “Amaias” y tantas otras “Anes”?
-Supongo que sí. Imagino que hay
muchas Anes silenciadas. Por eso es tan importante el
personaje de Amaia, porque va a poner voz a todos esos silencios que merecen
conocerse.
-Amiga,
¿qué lugar o qué protagonismo ocupa el miedo en esta novela…?
-Ocupa un lugar importante
además de ser muy variado. Se muestran muchos miedos, el miedo a amar, el miedo
a ser feliz, el miedo a las personas, el miedo a no ser aceptada,… Pero al
final, todos esos miedos se superan.
-La
guerra, los tiempos convulsos son épocas en las que tienden a sobresalir todas
las mezquindades humanas con más facilidad, pero, seguramente también todo lo
mejor, ¿no?
-Claro que sí. En la novela
intento hacer un reflejo de ello. Hay personas que abusan de su poder y son
realmente malvadas y hay otras que asumen todo tipo de riesgos para ayudar a
los demás.
-Su
abuela Ane había tenido que callar, siempre, demasiadas cosas que invaden su
propia expresividad…su libertad…
-Y gracias a su nieta, consigue
liberar esa carga que tantos años lleva a cuestas.
-Porque
una o uno ante sus ideas, querencias, expresiones lo que quiere, si le da la
gana, es airearlas, darlas a conocer, gritarlas…hacer uso de su libertad de
expresión…y eso habrá sido siempre…
-Sí pero dependiendo de cuales
fueran esas ideas, en aquella época, quien las gritaba se exponía a que lo
juzgaran o incluso fusilaran. Es comprensible que Ane jamás le refiriera nada a
su padre porque este, a pesar de ser un buen hombre, no lo habría entendido.
Por el contrario Amaia sí lo comparte con sus padres y aunque en un primer
momento su padre no lo acepta, al final acaba dándose cuenta de que lo
importante es la felicidad de su hija. El paso del tiempo también cambia a la
sociedad.
-El
poder del recuerdo bien guardado, quieto, nunca quebrado y la querencia cobra
aquí, desde tu narrativa, mucha fuerza, ¿no?
-Es uno de los hilos conductores
de la novela. Descubrir qué es eso que la amona Ane protege tanto y es lo que
va a ayudar a Amaia en parte, a descubrirse a ella misma.
-Y
Amaia descubre, creo que redescubriendo, que la empatía es un instrumento, en
el periodismo, imprescindible..
-Sí que lo es. Yo estudié
periodismo y tras trabajar en varios programas de televisión creo que la
empatía es fundamental. Para entender, hay que intentar ponerse en la piel del
otro. También hay que tener presente la objetividad pero sobre todo, no hay que
perder jamás la ética.
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