51x0eG87NiL.jpgCazarabet conversa con...   Sonia Lasa, autora de “Verano del 36” (Egales)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sonia Lasa nos plantea desde una valiente narrativa, un ejercicio de memoria histórica, con  una novela que cuenta una historia normal la búsqueda, casi escarbando, acerca de la Guerra Civil… yendo a hablar con los testimonios que vivieron la contienda en primera persona.

Unas vivencias, las que describe Sonia Lasa, que hubiesen podido ser cotidianas en tiempos que esa cotidianidad no palpitaba ni existía…los coletazos de la dictadura todavía invadían el ambiente y la sensación de que la transición no había impartido justicia se palpaba todos los días con aquellos testimonios impregnados de silencios, miedos y calladas como respuesta.

La protagonista que es Amaia intentará adentrarse en ese mundo de la manera más sutil, pero a la vez más incisiva posible… por eso, también puede ser ,y lo es, una historia humana, de compromiso en tiempos en los que cada una y uno intentaba buscar arrimarse y buscar el calor del egoísmo, sin más…

La sinopsis del libro:

Amaia estudia Periodismo y, por sugerencia de su profesor de Historia, debe ampliar el trabajo que está realizando acerca de la Guerra Civil. Este hecho marcará el comienzo de un de un viaje, en el que la acompañaremos, a través del testimonio de quienes vivieron sus consecuencias en primera persona. Gracias al empeño de Amaia por saber de lo que todos callan, nos sumergiremos en los días grises de la contienda. Ane, su abuela, tuvo que quedarse sola a cargo del caserío familiar y nunca antes había querido hablar sobre lo sucedido entonces, hasta que Amaia descubre una vieja fotografía donde aparece una misteriosa mujer, por lo que acabará desvelando su secreto mejor guardado, regalándole a su nieta una expresión de sí misma que desconocía hasta ese momento.
 
El buen trabajo siempre se ve recompensado, y ninguna de estas dos mujeres fuertes y luchadoras volverá a ser la misma ahora que el pasado se ha hecho presente en sus vidas.

La autora, Sonia Lasa:

Vasca de nacimiento (Beasáin, 1979) y andaluza de adopción. Estudió Periodismo y ha trabajado en varios medios. Debutó como novelista con "Una receta inesperada" (2016), obra que autopublicó. "No me olvides" fue su primera novela publicada con Egales, en 2017 y ahora le sigue "Verano del 36"…

Ya en Egales ha publicado otra obra, “No me olvides”. Os dejamos la sinopsis para que os hagáis una idea: Marta, de treinta dos años, trabaja como editora en una modesta editorial. Un día se ve obligada a acudir a la presentación de un libro y allí se encuentra con Sofía, un fantasma del pasado. Desde ese momento, todo lo que había tratado de enterrar y olvidar, vuelve con más fuerza que nunca dispuesto a quedarse. Por fin, va a conocer la respuesta a la pregunta que lleva atormentándola durante diez años; esta contendrá el futuro que siempre había soñado hasta empañar el recuerdo del pasado. 
Por otro lado, su presente también se ve alterado ante la aparición de otra mujer, Estela, una joven pintora que irrumpe en su vida y que se propondrá conquistar su corazón. A partir de ahí, Marta tendrá que decidir si quiere volver al pasado aceptando así un futuro incierto o lanzarse a vivir el presente dejando de lado las normas que se ha impuesto durante años.

 

 

Cazarabet conversa con Sonia Lasa:

sonialasa.jpg-Sonia, amiga, ¿qué te hizo escribir esta novela?; ¿qué “te inspiró” o “te empujó” a ello?

-Quería hacer un homenaje a la mujer en general y me incliné por esa época, la de la Guerra Civil, porque mi abuelo sufrió los pormenores de la contienda. Él tenía 6 años cuando estalló la guerra y tuvo que refugiarse de las bombas y abandonar el País Vasco en un barco a Francia. He crecido escuchando todas esas vivencias y quería plasmarlas en mi novela.

-Escarbar en la Memoria Histórica con ese viaje que busca testimonios sobre la Guerra Civil Española, ¿qué ha supuesto para ti como escritora, más allá de cómo creadora…?

-Ha supuesto el descubrimiento de muchos datos que desconocía y me ha llegado a emocionar en varias ocasiones. Por ejemplo, cuando leía y escuchaba los testimonios de las mujeres que estuvieron presas en la cárcel de Saturrarán no podía contener las lágrimas. Lágrimas de rabia y dolor porque es incompresible lo que aquellas mujeres llegaron a sufrir.

-Seguramente que la investigación ha sido y ha supuesto  un período importante, ¿nos puedes explicar algo?

-La parte de ficción del libro la tuve clara desde un primer momento pero lo que más tiempo me ha llevado ha sido la parte de documentación. He leído varias tesis, he visto varios documentales, he tirado de hemeroteca y he recogido testimonios de vecinos de mi pueblo, Beasáin, para saber más de cerca lo que ocurrió en aquellos días.

-Y ¿cómo ha sido tu metodología de trabajo en torno al material creado y al investigado…?

-He intentando mantener la cronología real del transcurso de la guerra y lo he intercalado con los hechos que son puramente ficción. Digamos que el momento histórico es real pero la mayoría de los hechos que acontecen son ficticios.

-Los personajes tienen, también mucha carga porque son, además, los personajes y sus circunstancias, marcadas también por ese tupido velo del silencio, ¿verdad?

-Los personajes lo son todo en esta historia. Tanto Ane como Amaia nos van a llevar de la mano y a través de sus miedos y secretos, nos van a mostrar las distintas épocas. Ane va a desnudarse ante su nieta y Amaia va a ser la voz de muchas otras mujeres gracias a las entrevistas que va a ir realizando.

-En aquel lejano 1981, ¿cómo se miraba atrás; qué se entendía cómo pasado… el tiempo más inmediato porque ir más atrás suponía meterse en una especie de lodazal en la que una o uno se quedaban imposibilitados de todo movimiento y encima “descararse” y retratarte desde los tuyos a todo el entorno social?

-Eso es, creo que en el libro lo dejo bastante claro. En la parte de las entrevistas a las mujeres republicanas, todas ellas coinciden en el silencio y en el olvido que sufren en ese momento. Tras finalizar la dictadura franquista todo lo ocurrido parece quedar en el olvido y no se quiere ni hablar de ello. Yo personalmente creo que la historia hay que tenerla siempre presente, para que no vuelva a repetirse. Por ello creo que es importante no olvidar y recordar.

-Buscando entre “su propia memoria histórica”, la de su familia y la de su abuela Ane…Amaia da con cosas que no sabía, ni sospechaba… (de todas formas mientras leo tu novela me doy cuenta que hay muchas “Amaias” y tantas otras “Anes”?

-Supongo que sí. Imagino que hay muchas Anes silenciadas. Por eso es tan importante el personaje de Amaia, porque va a poner voz a todos esos silencios que merecen conocerse.

-Amiga, ¿qué lugar o qué protagonismo ocupa el miedo en esta novela…?

-Ocupa un lugar importante además de ser muy variado. Se muestran muchos miedos, el miedo a amar, el miedo a ser feliz, el miedo a las personas, el miedo a no ser aceptada,… Pero al final, todos esos miedos se superan.

-La guerra, los tiempos convulsos son épocas en las que tienden a sobresalir todas las mezquindades humanas con más facilidad, pero, seguramente también todo lo mejor, ¿no?

-Claro que sí. En la novela intento hacer un reflejo de ello. Hay personas que abusan de su poder y son realmente malvadas y hay otras que asumen todo tipo de riesgos para ayudar a los demás.

-Su abuela Ane había tenido que callar, siempre, demasiadas cosas que invaden su propia expresividad…su libertad…

-Y gracias a su nieta, consigue liberar esa carga que tantos años lleva a cuestas.

-Porque una o uno ante sus ideas, querencias, expresiones lo que quiere, si le da la gana, es airearlas, darlas a conocer, gritarlas…hacer uso de su libertad de expresión…y eso habrá sido siempre…

-Sí pero dependiendo de cuales fueran esas ideas, en aquella época, quien las gritaba se exponía a que lo juzgaran o incluso fusilaran. Es comprensible que Ane jamás le refiriera nada a su padre porque este, a pesar de ser un buen hombre, no lo habría entendido. Por el contrario Amaia sí lo comparte con sus padres y aunque en un primer momento su padre no lo acepta, al final acaba dándose cuenta de que lo importante es la felicidad de su hija. El paso del tiempo también cambia a la sociedad.

-El poder del recuerdo bien guardado, quieto, nunca quebrado y la querencia cobra aquí, desde tu narrativa,  mucha fuerza, ¿no?

-Es uno de los hilos conductores de la novela. Descubrir qué es eso que la amona Ane protege tanto y es lo que va a ayudar a Amaia en parte, a descubrirse a ella misma.

-Y Amaia descubre, creo que redescubriendo, que la empatía es un instrumento, en el periodismo, imprescindible..

-Sí que lo es. Yo estudié periodismo y tras trabajar en varios programas de televisión creo que la empatía es fundamental. Para entender, hay que intentar ponerse en la piel del otro. También hay que tener presente la objetividad pero sobre todo, no hay que perder jamás la ética.

 

 

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