La
Librería de El Sueño Igualitario
Cazarabet conversa con... Javier Maqua, autor de "La sombra" (Piel de Zapa)
El sello
Piel de Zapa vuelve con otro libro de narrativa de una contundencia ferviente.
Javier Maqua narra una historia que nos arrebatará parte de
nuestras ensoñaciones…porque su contundencia y manera de plantear las
situaciones hace que hasta el lector se plantee algo más que interrogantes,
quizás una forma de vivir y afrontar todos los tiempos verbales…
El
narrador, esa pluma contundente, a la vez, que exquisita de Javier Maqua: es hijo
de la posguerra, nacido en Madrid en 1945. Maqua,
Obtiene la licenciatura en Biológicas por la Universidad de Madrid en
1970….pero pronto la literatura y la narrativa le pone en la brecha. Así en
1978 publica la que es su primera obra, de la que es coautor con José Luis
Téllez: Aventuras de Percy en Oceanía. Escribe,
también, teatro ,San Eulogio, Mártir
—Los mártires jactanciosos— ; La soledad del guardaespaldas; Triste
animal ; La venganza de la señorita de Trévelez, conocida como Papel de lija ; El
banquero anarquista, (versión del texto de Pessoa) ;Off Hamlet ; Coches
abandonados ; Ejercicios espirituales para un actor ; El
cuerpo de Ignacio de Loyola ; Caput
Mortuum ; Doble garganta ; Dice
y digo se miran el ombligo; ¿Quién se ríe? y Franco .
Como narrador ha escrito las novelas y anteriormente a esta novela corta editada
pro Lengua de Zapa ha publicado: Las condiciones objetivas , Invierno
sin pretexto , Uso de razón , Padre e hija , La
mosca sin atributos , Amor africano Y un par de huevos
fritos , además de relatos breves.
En cine, nuestro protagonista de hoy, ha dirigido Tú estás loco, Briones , Chevrolet y Carne de gallina ;
también ha trabajado para la televisión,
realizando diez capítulos de la
serie Vivir cada día, entre los que cabe destacar Una nueva
vida para Cándida ; dirigió la teleserie Muerte a destiempo
y escribió el guión de Condenado a vivir . En radio colaboró
en el programa Encuentros de Radio Nacional de España,
dirigió Para vosotros jóvenes de R.N.E.; también formó parte, en su día, del equipo fundador
de Radio 3.Maqua ha obtenido numerosos galardones: el Premio Café Gijón, de
novela ; el Falla L’Antiga y el accésit de Lope de Vega de 1984 en
teatro; el Ondas, de televisión de 1982 y el Nacional de Radiodifusión del año
1977.
Aquello
que nos dice Piel de Zapa sobre el libro La sombra:
Un
paisaje de posguerra, de supervivientes; de oscuros secretos, de silencio a
voces, de fatalidad y de distintos modos de convivir con ella.
Fue una
infancia de monstruos reales y cuentos monstruosos; un moribundo eterno nos
acechaba por todas partes, clavado a una cruz o con el pecho abierto y el
corazón sangrante atravesado de puñales; crecimos rodeados de ballenas, de
piratas tuertos, de manos de pato, de mendigos ciegos, de barquilleros mancos,
de patas de palo, de muñones, de carencias, de tarados, de minusválidos, de
asientos reservados para caballeros mutilados. Un paisaje de posguerra, de
supervivientes; de oscuros secretos, de silencio a voces, de fatalidad y de
distintos modos de convivir con ella. Era el tiempo de la hipocresía, todos
actores de la misma farsa, nada es lo que parece. ¿Qué otra cosa podíamos
hacer, entre las medias palabras, las luces, las sombras y los fuertes
contrastes, sino fabricar con el fango de la realidad cuentos maravillosos,
turbios folletines, relatos de misterio, un mundo imaginario poblado de
monstruos alegres y ogros sentimentales?
Tenían
que ser, lo fueron, los mejores años de nuestra vida.
Cazarabet conversa con Javier Maqua:
-Javier, un hombre como tú ya acostumbrado a escribir libros, de ficción de no ficción, narraciones
cortas, pero de una precisión, de colaborar y de trabajar para otros medios
como la TV y la Radio… ¿Qué pretendes, ahora con La Sombra, cuando la vista
hacia atrás puede viajar de forma un poco más relajada?
-En los
80, publiqué en Alfaguara, dos novelas, Invierno sin pretexto y Uso de Razón,
que querían ser las primeras entregas de una trilogía, Madrid, a ciegas, que
debía recorrer el siglo XX con los mismos personajes (ahí están ya Cándido Uhagón, su tía Lucía, Benigno y todos los personajes que
aparecen en el primer capítulo de La sombra). Continué escribiéndola, pero
pronto me di cuenta de que no bastaba con una trilogía. Llené –y sigo llenando-
páginas y páginas-, pero los personajes se desviaban por una u otra rama y no
parecían muy dispuestos a ir en línea recta a través del siglo. Hay relatos
acabados y cuatro o cinco novelas inéditas, no sé, a estas alturas vaya usted a
saber lo que hay en el disco duro. La sombra es uno de ellos. Decidí escribirla
cuando, hace un par de años, apareció en los periódicos la foto de Billy el
Niño, el torturador de la Brigada Político Social.
-La infancia puede ser, en un alto porcentaje y
creo que para muchas generaciones, los mejores años de nuestras vidas…pero no
siempre es así hay guerras, hambre, injusticias que no podemos ni imaginarnos y
si te toca vivirlo en la infancia…creo que la opinión cambia…
-Después
de todo, tuvimos suerte los niños de posguerra: no la habíamos conocido y
seguimos –toca madera-, sin conocerla. Lo que conocimos los niños de clase
media fueron la tristeza, la hipocresía, los silencios, la tontería y, por
todas partes, un señor crucificado agonizando eternamente: oscuridad, secretos
ocultos, misterios, miedo….Las consecuencias de la guerra, sí. La guerra es
peor. Es el horror.
-De todas formas sí estoy de acuerdo en que solemos
mirar a nuestra infancia con cierta nostalgia…por ejemplo tú eres hijo de la
posguerra y te has podido fijar mucho en aquellos años, creo que lo has hecho
para escribir La sombra que ya es impactante en el primer capítulo…el retrato
de todos los personajes…Supongo que a alguno de ellos de esos personajes imaginativos,
pero que rebosan tanta realidad lo has conocido de manera directa o indirecta…
-Todos
esos personajes se inspiran en personas reales, que tengo muy presentes cuando
escribo. Pero, en la novela, viven situaciones y hacen cosas que en la vida no
hicieron y quizá no harían en ningún caso. Un personaje empieza a ser
interesante cuando se despega de la persona que lo inspiró y deja de
comportarse como esperábamos que lo hiciera.
-Pero ¿Qué es lo que
te lleva a construir y te motiva una
historia que pone a la infancia en el “punto de mira”?
-En La
sombra no sólo está la infancia, sino la adolescencia y la juventud. Y el
“punto de mira” está desviado. Parece que estamos leyendo el relato de la
educación sentimental de Uhagón, pero interrumpido
por las apariciones de Benigno en sus diferentes disfraces…
-Se dice que la inocencia está más que
nada presente en la infancia… bien, no voy a entrar en valoraciones, pero yo
creo que la infancia es tiempo de construcción y en toda construcción humana
hay tiempo para la inocencia, pero también para la crueldad… ¿qué nos puedes
decir?
-Desde luego.
-Las posguerras y más si se conjugan
con las dictaduras son tiempos tristes, como de encontrarse bajo una losa y de
un silencio…me lo imagino todo como en blanco y negro, con humedades y mugres
disimuladas que se quieren, pero que no se pueden disimular…
-La mugre puede ser extremadamente
luminosa.
-Este tipo de narrativa, este tipo de
lenguaje me recuerda que eres hombre que ha estado construyendo historias en otros campos: el lenguaje audiovisual de
televisión, el que se compromete en contarnos las cosas más a “modo documental,
pero siempre se trata de ir a por el tema y entrando casi como “de golpe”…
Dime, amigo, tu narrativa ¿cuánto tiene, aún contando historias tan
firmes como ésta, de poética porque detrás de toda narrativa, la que se fija en
tema tan de dentro del ser humano, hay algo del poeta que todos llevamos
dentro?
-Lo
visual es muy importante. Mientras escribo, lo estoy viendo.
- Parece incluso una obra coral con
tantos personajes y demás…con tanto retrato de personajes…creo que la
construcción de los mismos debe ser de lo más complicado…
-Los
personajes principales ya estaban construidos en las novelas anteriores y sus
secuelas. Los conozco muy bien. Me fue fácil volverlos a poner en marcha.
20402
La sombra. Javier Maqua
116 páginas 14 x 21,5 cms.
15.00 euros
Piel de Zapa
Un paisaje de posguerra, de
supervivientes; de oscuros secretos, de silencio a voces, de fatalidad y de
distintos modos de convivir con ella.
Fue una infancia de monstruos reales y cuentos monstruosos; un moribundo eterno
nos acechaba por todas partes, clavado a una cruz o con el pecho abierto y el
corazón sangrante atravesado de puñales; crecimos rodeados de ballenas, de
piratas tuertos, de manos de pato, de mendigos ciegos, de barquilleros mancos,
de patas de palo, de muñones, de carencias, de tarados, de minusválidos, de
asientos reservados para caballeros mutilados. Un paisaje de posguerra, de
supervivientes; de oscuros secretos, de silencio a voces, de fatalidad y de
distintos modos de convivir con ella. Era el tiempo de la hipocresía, todos
actores de la misma farsa, nada es lo que parece. ¿Qué otra cosa podíamos
hacer, entre las medias palabras, las luces, las sombras y los fuertes
contrastes, sino fabricar con el fango de la realidad cuentos maravillosos,
turbios folletines, relatos de misterio, un mundo imaginario poblado de
monstruos alegres y ogros sentimentales?
Tenían que ser, lo fueron, los mejores años de nuestra vida.
Javier Maqua nace en 1945 en Madrid. Obtiene
la licenciatura en Biológicas por la Universidad de Madrid en 1970. Su primer
texto literario lo publica en 1978, Aventuras de Percy
en Oceanía, novela textual a dos manos, cuyo coautor es José Luis Téllez. Es
autor de los textos teatrales San Eulogio, Mártir —Los mártires jactanciosos—
(1973); La soledad del guardaespaldas (1984-2001); Triste animal (1985); La
venganza de la señorita de Trévelez, también conocida
como Papel de lija (1990); El banquero anarquista, versión del texto de Pessoa
(1991);Off Hamlet (1992); Coches abandonados (1992); Ejercicios espirituales
para un actor (1993); El cuerpo de Ignacio de Loyola (1993); Caput Mortuum (1993); Doble
garganta (1993); Dice y digo se miran el ombligo(1993); ¿Quién se ríe? (1999) y
Franco (2000).
Como narrador ha escrito las novelas Las condiciones objetivas (1982), Invierno
sin pretexto (1992), Uso de razón (1993), Padre e hija (1995), La mosca sin
atributos (1995), Amor africano (1998) Y un par de huevos fritos (1995),
relatos breves y La sombra (2015).
En cine ha dirigido Tú estás loco, Briones (1980), Chevrolet
(1997) y Carne de gallina (2001). En televisión realizó diez capítulos de la
serie Vivir cada día, entre los que cabe destacar Una nueva vida para Cándida
(1982); dirigió la teleserie Muerte a destiempo (1989) y escribió el guión de
Condenado a vivir (2000). En radio colaboró en el programa Encuentros de Radio
Nacional de España (1977), dirigió Para vosotros jóvenes de R.N.E. y formó
parte del equipo fundador de Radio 3.
Ha obtenido el Premio Café Gijón, de novela (1992); el Falla L’Antiga (1991) y el accésit del Lope de Vega (1984), de
teatro; el Ondas, de televisión (1982) y el Nacional de Radiodifusión (1977).
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