La Librería de El Sueño Igualitario

9788484655237.jpgCazarabet conversa con...   Ángel Luis Serrano, autor de “Los silencios de un amanecer” (Mira)

 

 

 

 

 

 

 

 

Mira editores  se acerca de manera, casi exquisita, a la profesión médica de una manera en la que hasta el lector o lectora, directa o indirectamente, se verá reflejado.

El libro, la narrativa,  de Ángel Luis Serrano  realiza guiños todo el rato a una ficción disfrazada….o dicho de otra manera a una realidad casi pintarrajeada de rasgos que al autor le divierten y que nos lo muestra para que el libro no se convierta en una “honda reflexión” o en algo incluso más profundo.

Ángel Luis Serrano va más allá y, de alguna manera, como escritor se fija en plumas tan hábiles como sobresalientes como son la de Philip Roth.

La pluma de este médico, metido a escritor, es franca, sincera, pero elegante a la vez….no recarga, demasiado, las tintas sino que va al grano con todo y por todo.

No es un libro de memorias al uso, pero tiene algo de “contar lo vivido”…

El libro narra cómo fueron los silencios y cómo transcurrieron desde la perspectiva de él, como persona, pero también, más bien sobretodo,  como médico. Leyéndolo te das cuenta de que su deambular por la vida era la de un médico de pies a cabeza, desde la raíz, porque notas que sentía la profesión valorando mucho los silencios, pausas, lenguaje no verbal de todos los que “desfilaron” por su consulta.

El prólogo del libro se lo ha hecho Jesús García Sánchez.

 

Lo que nos dice la editorial Mira del libro, su sinopsis:

https://www.miraeditores.com/Los-silencios-de-un-amanecer.libro

Nos encontramos ante el volumen de recuerdos y confidencias de un médico. No es un libro de memorias, sino que, sirviéndose de una extensa memoria, apuntalada por una dilatada carrera profesional y un amplio conocimiento de Freud, proyecta sus vaivenes anímicos a través de las vivencias acumuladas con el andar del tiempo.

Gran admirador de los escritores americanos Philip y Henry Roth, relata con la habilidad de un narrador los acontecimientos de su vida en un texto realista, franco y persuasivo, con voz íntima y apasionada. Así va descubriendo los secretos de su memoria y la disyuntiva de alejarse de las sombras no olvidadas, liberándolo de las ataduras del ayer, expuesto en capítulos emocionantes y conmovedores.

En una infancia de privaciones, contempla otra vida de desánimo, derrota, esperanza y dignidad, rememorando las estrecheces económicas y la difícil convivencia en un truculento barrio del sur del Madrid de la posguerra, donde al hilo del sonido solemne de las palabras se le quedan grabados valores perennes, como la amistad, las convicciones sociales y los principios ideológicos.

La confluencia de sus dos almas, entregadas a la medicina y a la política, es una fuente permanente de conflictos internos, y, en un intento loable, el autor desclasifica sus documentos, en los que afloran sentimientos amargos y dolorosos, éxitos y frustraciones, consciente de ser la letra irreversible por la fascinación del tiempo vivido.

El autor, Ángel Luis Serrano:

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, Ángel Luis Serrano (Madrid, 1948) ha desarrollado su carrera profesional en el Centro Nacional de Parapléjicos de Toledo, en el hospital de La Paz de Madrid como MIR, donde obtuvo el título de especialista en Neurofisiología, médico adjunto en el hospital de Salamanca y en el Hospital General de Castellón como jefe de Servicio. Realizó los cursos de doctorado en la Universidad de Salamanca y fue colaborador docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Pontificia de la misma ciudad. Asimismo, participó, previa selección, en el estudio europeo COO302 para evaluar la seguridad y tolerancia en la práctica clínica de un medicamento específico para pacientes en tratamiento con la enfermedad de narcolepsia.

Vocal de la Comisión Nacional de la especialidad de Neurofisiología, ha sido ponente y moderador en varios congresos nacionales, y ha asistido a simposios internacionales sobre el sueño, la epilepsia y los trastornos del movimiento. Tiene numerosas publicaciones en revistas nacionales e internacionales (Neurología, Sleep Medicine, Neurology, Brain Research y Sleep and Breathing).

Fue consultor del Banco Mundial en materia sanitaria en Guinea Ecuatorial.

Detenido y expedientado académicamente en 1968, su trayectoria política corre paralela a su carrera profesional. Militante del PSP en 1976, tomó parte en el Congreso de Torremolinos, donde se decidió la integración en el PSOE, en el que ha ocupado diversos cargos políticos orgánicos desde entonces.

Gobernador civil de Zaragoza y primer delegado del Gobierno en Aragón, visitó Estados Unidos invitado por el Departamento de Estado del Gobierno estadounidense.

Ha sido colaborador en el diario El Adelanto de Salamanca y comentarista en el Periódico Mediterráneo, Levante - El Mercantil Valenciano.

 

 

Cazarabet conversa con Ángel Luis Serrano:

xwfGyma.jpg-¿Cómo definirías este tu libro, amigo Ángel?, ¿por qué lo escribiste, tal como lo has hecho…como si se tratara de unas memorias, aún sin serlo, pero sí que hay atisbo de este género?

-Los silencios de un amanecer es un libro autobiográfico de muchos recuerdos y confidencias, escrito para volver a encontrarme a mí mismo en el discurrir del tiempo vivido.

-Amigo Ángel, hay demasiados silencios en nuestra sociedad, ¿no crees?

-Somos una sociedad lastrada por el largo tiempo del túnel del silencio. Por tanto hay muchos silencios, olvidos e ignorancia de nuestra historia. Se nos ha educado para olvidar, no para recordar. Así, lastrados por nuestro pasado, difícilmente podemos conocernos como pueblo.

-Pero tú no tiemblas, y “le dedicas” un libro, no al silencio sino “a los silencios”. Cada persona atesoramos los nuestros propios ¿verdad?

-Cada uno de nosotros atesoramos nuestros recuerdos, en muchas ocasiones dormidos, pero no silenciados. A veces, analizando un hecho aislado o fortuito, nos conduce a una evocación aparentemente dormida, pero siempre presente en el baúl de nuestra memoria. Solo falta querer abrirlo y nos encontraremos con él. 

-Tan íntimos como personales ¿verdad?

-Por supuesto, íntimos y personales. Si se vence la timidez de hablar, o de expresarse a través de la escritura sobre uno mismo, afloran a la superficie con mayor facilidad los sentimientos.

-¿Qué es lo que te ha hecho escribir este libro o que te ha, cómo diría, cómo “inspirado”?

-Una vez vencido el pudor de escribir sobre mí mismo, y sobre todo, sobre el pasado, me pregunté: ¿cómo lo plasmo en el papel en blanco? En mi caso fue la lectura de los escritores judeo americanos Henry y Phillip Roth. Sus libros, su forma de enfrentase a sus propios fantasmas del pasado, su visión de la realidad a través de sus propias experiencias, giros literarios, vaivenes anímicos, si, “inspirado” por ellos. También me apoyé en los pilares de mi memoria y en mis conocimientos del método psicoanalítico de la asociación de ideas y de las palabras. Soy un admirador de Freud y de los Roth.

-No es un libro o no pretendes que sea un libro de memorias, pero entonces, ¿cómo lo definirías?

-No, no es un libro de memorias. Insisto en los recuerdos, no solo como hechos acaecidos, sino en las circunstancias personales y el tiempo en que se produjeron, en el entorno social que me ha tocado vivir, y en el turbulento vaivén y contradicciones personales que he vivido cuando he tenido que tomar muchas de las decisiones importantes que me han marcado con el paso del tiempo. Recuerdos de una infancia de carencias en un truculento barrio del Sur del Madrid de la postguerra, de la vida rural en un pueblo agrícola toledano. Recuerdos de una Universidad madrileña minoritariamente contestataria. Recuerdos imborrables, narrados con reflexión, de los días en los que estuve detenido. Rememoro con gozo mis inicios como militante socialista y mis compromisos políticos. Y sobre todo, muchas experiencias vividas en mi carrera profesional como médico hospitalario. Todo este bagaje acumulado con la voz propia de la pasión, la franqueza y sobre todo el realismo, sin personajes ficticios ni interpuestos, definen el libro.  

-Y yo creía que los silencios, los más pesados eran los que se acumulaban durante el día y surgían en el atardecer o anochecer…esos silencios cargados de “no silencios” que, a veces, hacen que no podamos conciliar el sueño. ¿Qué nos puedes comentar?

-Los silencios no son un lastre en sí para conciliar el sueño. Podemos recordar, enfatizar, magnificar, analizar esos silencios, pero no alteran el ritmo vigilia-sueño. El sueño, como actividad cerebral, tiene una función reparadora y depende fundamentalmente de una buena higiene del sueño y del correcto funcionamiento hormonal de una parte de nuestro cerebro, el hipotálamo principalmente. 

-Aunque, es verdad, hay dudas que lo que más cuesta es “arrancar el día”, ponerse en pie y poder ir haciendo.

-Si no hemos dormido bien o un número inadecuado de horas de sueño, posiblemente nos cueste ponernos de pie y comenzar el día con las energías suficientes para afrontar los retos habituales de nuestra vida cotidiana.

-Como médico te habrán ido más de una vez con el comentario “es que me levanto cansado/a”…

-Si, es un comentario bastante habitual, no sólo como síntoma expresado por multitud de factores ante un galeno en su práctica clínica, sino también como una simple glosa que oímos con frecuencia a amigos, en el trabajo, o en anónimas conversaciones de personas desconocidas en el metro o en el autobús.

-Algo no funciona es esta sociedad tan acelerada en la que si no “va acelerado” el mundo parece que no lo valoramos y en la que nos empeñamos por “acelerarnos” y al final eso repercute en “el todo”.

-Creo que hay muchas cosas que no funcionan en la sociedad actual. Aceleración y vértigo son algunas de ellas. La inmediatez y la ansiedad individual y colectiva serían otras. El ritmo trepidante de cómo y dónde se producen los hechos visualizados al instante y en directo marcan nuestros sentimientos ante el horror, el escalofrío o la desazón que nos produce al contemplar una noticia. Otro aspecto importante es la inmediatez con la que se quiere obtener resultados ya sean individuales o colectivos, olvidándose de valores perennes como el esfuerzo, el sacrificio, el trabajo, la responsabilidad, la dimensión del tiempo o la solidaridad.

-Sobre todo si partimos desde una manera de ser el mundo desde lo holístico. ¿Es así?

-En este mundo globalizado en que nos ha tocado vivir, el todo está anulando la voluntad creativa de cada una de las partes, dígase el individuo. El análisis de la realidad no nos debe de alejar de la iniciativa individual, por que al final, somos la suma de los individuos, y a pesar de esta globalización, las decisiones trascendentales en nuestra vida las toman individuos. Creo en el equilibrio individual y en la energía vital colectiva.

-Como médico ¿partes de ese concepto a la hora de “estar” y “departir” con un paciente?

-Cuando estás delante de un paciente, siempre he tenido presente que estoy ante una persona que necesita ayuda. Me enseñaron a preguntar, a observar, a valorar las respuestas y a pensar con rapidez. Por tanto, hay que “estar” con esa persona y hay que hablar con ella. Cuanto más mejor.

¿Qué buscamos detrás de esa “aceleración”, el éxito, la recompensa, los cumplidos? ¿Tan vanidosos somos?

-Todos tenemos un halo de vanidad. Todos queremos tener una recompensa por nuestro trabajo realizado, por nuestro esfuerzo, y en una sociedad materialista, el cumplido o la palmadita en la espalda, se queda corto. Queremos algo más. ¿Éxito? Esto es más discutible, pues depende de lo que entendamos por éxito, y de las expectativas creadas para conseguirlo. Si no depende exclusivamente de ti, y no alcanzas a conseguirlo, puedes estar abocado a la frustración, y esto genera un profundo malestar psicofísico.

-Quizás tan sólo seamos necesitados de “cierto reconocimiento”. La gente a menudo, somos muy poco agradecidos, con el esfuerzo ajeno, por cercanos que éste esté….Te diría más, a veces como más cercano es el esfuerzo menos lo vemos, lo sabemos ver o lo queremos ver, ¿no?. Es triste, es real.

-Reconocimiento o recompensa todos estamos necesitados de ello. Sí, estoy totalmente de acuerdo de que cuanto más cercano tenemos el esfuerzo ajeno menos lo valoramos. Llegamos al extremo de considerarlo como algo normal, no lo damos tanto valor. Aunque lo vemos, no lo calibramos en su justa medida. Por muy real que sea es un tremendo error, y de los errores se aprende más que de los aciertos. Una máxima que tengo muy presente.

-¿Cuánto de “visión clínica” tiene este libro. Hombre “el guiño” es constante, pero hay “tanto giro” reflexivo que si me dijeran que lo ha escrito un filósofo, psicólogo o sociólogo, me lo creería….

-He leído en varias ocasiones esta pregunta y cada vez que lo he hecho me ha aparecido una sonrisa. Estoy de acuerdo en “los giros”, más literarios que reflexivos, aunque no me olvido de las reflexiones. Quizás sea debido a mi formación psiquiátrica y mis “conocimientos psicoanalíticos”. He dicho con anterioridad que soy un admirador de Freud, y añadiría más, de la escuela vienesa, de Erich Fromm, de Lacan y hasta de los “médicos locos” que llamaba Freud, sin olvidarme de filósofos marxistas como Lukács, Adorno o Marcuse. De esas lecturas, reflexiones y enseñanzas hablo en mi libro. Por tanto, SÍ, te lo puedes creer.

-Y como diría aquel. “Cada loco con su tema, yo con el mío”…jugar, en este caso y fruto de tu libro con “los silencios, más negativos que positivos –si se pudieran comparar- pero a veces es necesario el silencio como arma de sosiego, de pacificación….aunque sigo sosteniendo que el silencio es un parapeto donde se pudren nuestros miedos y frustraciones y eso es malo. Lo mejor es hablar, compartir, escuchar (saber hacerlo), pedir ayuda para que lo que tenemos preso salga, aunque eso menoscabe nuestro orgullo de orgullos..¿Que nos puedes decir?

-Para mí, los silencios son interpretativos, en mi caso, trascendentales, más positivos, que negativos. Como político, siendo Delegado del Gobierno en Aragón y Gobernador Civil de Zaragoza, más de un periodista me dijo: “Es una biografía intimista, la que nos ha remitido el gabinete de prensa” ¿Intimista por ser sincera? Fue mi respuesta. El que estuvieran silenciados durante bastante tiempo muchos aspectos de mi vida personal y profesional, no lo considero una barricada ante miedos o frustraciones, es el pudor el que me condicionó a traspasar la barrera de aflorar los sentimientos y experiencias. Aún así, todavía guardo recuerdos en silencio Por respeto, responsabilidad, y como no soy amigo de los escándalos seguirán vivos pero en el baúl de mi memoria..

-Creo que uno de los pilares básicos de nuestra sociedad, sino el más básico es la educación. Se habla mucho en los últimos tiempos, de “tratar y hablar, así como reflexionar sobre las emociones en las aulas” Particularmente lo veo muy positivo. ¿Cómo lo ves? Además, como creo que todos y todas somos o debemos ser partícipes de “la educación” –que no acaba nunca-, ni cuando dejamos las aulas. ¿Cómo crees que debería abordarse este tema, teniendo en cuenta que las emociones y los silencios se retroalimentan…?

-Es necesario educar en las emociones por parte de padres y profesores, esto favorece la interacción entre alumnos, el compañerismo y a su vez disminuye el acoso escolar. Favorece la autoestima, el aprendizaje y el trabajo en equipo. Si, lo veo muy positivo. El futuro de los escolares va a depender y mucho de su capacidad emocional. En el engranaje de la educación cívica todos debemos de participar y ser responsables de nuestros actos, y de nuestra capacidad de reconocer los sentimientos propios y ajenos como individuos integrantes de una sociedad. Si somos hábiles en el manejo de nuestras emociones, procesaremos y dirigiremos mejor nuestras actuaciones individuales y colectivas.El silencio también es comunicación. Los silencios nos trasmiten información, especialmente nos susurran sobre nuestras emociones, que son las que nos mueven a realizar una acción, a tomar decisiones.

-Amigo, ¿nos puedes dar alguna pista de los que estás trabajando ahora?

-Colaboro en la Revista del Colegio de Médicos de Castellón y actualmente estoy escribiendo un libro de ficción, una novela histórica.

 

 

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