La Librería de El Sueño Igualitario

silencio_del_cazador9395.jpgCazarabet conversa con...   Luis Garde Iriarte, autor de “El silencio del cazador” (Pamiela)

 

 

 

 

 

Narrativa desde la pluma de Luis Garde para Ediciones Pamiela.

Narrativa inspirada y pensada en hechos reales.

Lo que nos dice la editorial del libro:

Ezkaba, 22 de mayo de 1938.
Un grupo de presos abre las puertas del Fuerte de San Cristóbal. La fuga de casi ochocientos republicanos es el principio de una cacería emprendida por militares, falangistas y requetés. Dos de los fugados buscan el camino de la libertad por los montes y valles cercanos a Pamplona.

Donemartie, a orillas del Bidasoa.
Un escritor de poemas con escasa repercusión aborda una novela donde narrará la fuga de Ezkaba. Documentos y testimonios harán aflorar sus recuerdos. La memoria histórica deja paso a la historia oculta en su memoria. El escritor es un cazador furtivo; el pasado es un perseguidor tramposo.

Novela-puzle, acuarela, híbrido, mosaico… una reflexión, a veces irónica y a veces ácida, sobre la destrucción de la memoria y la construcción del olvido; la literatura y el poder; el silencio de los perseguidos y el de los perseguidores; la historia pasada y reciente de los vascos.

El autor, Luis Garde Iriarte: es un escritor  pamplonica que estudió filología, actualmente vive en Doneztebe. Ha publicado siete libros de poemas en euskera y la novela Ehiztarriearen isilaldia , cuya traducción es la presente crónica.

 

 

Cazarabet conversa con Luis Garde:

luis-garde.jpg-Amigo, en la historia, por desgracia, demasiados de sus episodios están teñidos por el silencio. Uno de los peores enemigos de los historiadores, escritores, pero también de cualquier ciudadano o ciudadana, ¿no?

-Efectivamente, en nuestras sociedades modernas y occidentales cada vez es más abrumadora la presencia del ruido. Ruido creciente que llena nuestras mentes, proveniente de los medios de comunicación propiedad de las oligarquías, y que va acompañado de silencio en las cuestiones que de verdad importan, en todo aquello que pueda cuestionar su perpetuación en el poder.

-Este libro está repleto de toda la gama de silencios… es como si los silencios fuesen colores y el silencio fuese, por ejemplo, el azul y lo pudiésemos mirar en todas sus tonalidades: desde el silencio contenido, al enterrado, al callado, al atemorizado, al amedrentado, al sufrido, al que mira y se contiene, al del miedo, al temeroso…

-Claro, hay muchas formas de silencio, y la labor del escritor es poner nombre a todas ellas. Desde el silencio bueno, el que acompaña la lectura y reflexión, e incluso al diálogo, a todas esas variedades de silencios que abarcan al de los perseguidores, el silencio y la destrucción de las pruebas de sus crímenes, el silencio que imponen a los perseguidos... A su vez, por parte de estos últimos, el silencio obligado que se convierte en compañero de vida, incluso el silencio avergonzado de quienes han sido derrotados. Otro silencio es el de los descendientes de unos y de otros, los que tenemos la obligación ética de investigarlo, de llenarlo de palabras.

-La Fuga del Fuerte de San Cristóbal desenvolvió y desentrañó muchas historias verídicas, pero también ayuda a inspirar otras, ¿no? (me refiero que la no-ficción puede inspirar a la ficción)

-Yo creo que la literatura puede hacer también aquí su propia aportación, desde su terreno. Puede llegar, mediante la reconstrucción no sólo de acontecimientos, sino también de sentimientos y de circunstancias de los individuos, allá donde la historia como ciencia ya no puede llegar, entre otras cosas por la desaparición física de las víctimas y de sus familiares más próximos. La literatura debe servir también para profundizar y ahondar en la realidad de una sociedad, no me gusta la simple evasión.

-¿Cómo fue para ti, como poeta, abordar esta novela inspirada en un hecho real y dramático?

-A veces fue un poco duro, yo mismo intenté sumergirme en esa situación infrahumana que vivían los presos, quería expresar lo que ellos pudieron sentir entonces. También la actitud autocrítica del narrador, lejano a la autocomplacencia en que muchas veces caemos, fue un enfoque difícil de abordar.

garde-k9lH-U203664822234gIE.jpg-Me da la impresión que en este libro los prisioneros, por supuesto, ya no son los que han escapado del Fuerte San Cristóbal, ellos son más que nunca libres. Los prisioneros  son, más bien, los que los persiguen: requetés, falangistas, militares  porque, me da, que estos están en prisión, en su propia prisión. ¿Cómo lo ves?

-Algo de eso hay; los dos prisioneros no son todavía libres, pero ellos saben que están en camino de recuperar su libertad y su dignidad, de volver a ser quienes un día fueron. Están en un territorio intermedio, moviéndose hacia esa libertad, por eso saborean sus palabras como si fueran nuevas, mientras hablan y se relacionan van descubriendo o reinaugurando un mundo nuevo. Los perseguidores, al contrario, están presos de su propia ignorancia, de su fanatismo, de su bestialidad. Ellos, los que han intentando arrebatar a otros su dignidad y su humanidad, son los que realmente las han perdido y ya no las recuperarán.

-¿Qué se siente hoy al pasar, acercarse al Fuerte San Cristóbal?

-Un gran desasosiego. Es como un enorme fantasma muerto. Un lugar de referencia en nuestra infancia, que parecía salido de una película de aventuras, y del que mucho más tarde supimos que fue un infierno de sufrimientos, privaciones, torturas, asesinatos. Lo triste es saber que buena parte de la sociedad aún no es consciente de ello, que ese silencio sigue habitando en sus galerías vacías. Un lugar que debería estar recuperado para la memoria.

-¿En este libro que hay más: odio o miedo? (Lo pregunto porque si intento meterme  en la piel del cazador (que ya me cuesta) veo, noto y siento mucho miedo supongo que odio también, sí claro, pero creo que mucho miedo…) ¿Qué nos puedes reflexionar?

-Tal vez haya más miedo que odio. El odio, con ser intenso (el odio al rojo, al vasco, que lleva a la cacería humana) no es sino inducido por el medio social, por los poderes, es un odio que se ha inyectado mediante la ignorancia y al fin y al cabo hunde sus raíces, como tantas pasiones humanas, en el miedo. El miedo de esos cazadores es el miedo a no obedecer a la autoridad política y religiosa, el miedo a quedarse solo ante el bárbaro (el rojo, el vasco) que va a destruir el orden reinante, que va a venir a llevarse lo que uno tiene.

-Por eso debe de haber más silencio porque el silencio creo que aquí está más asociado al miedo, a una persecución casi a ciegas más que al odio, porque odio a… ¿quién en concreto, a qué a un prisionero que casi no puede ni escapar?

-Esa es la idea que quería dar del odio que inoculan a esa gente, no sólo a soldados y voluntarios, también a la población civil. Un odio estúpido e irracional, basado en la ignorancia y en la manipulación, en la caza del enemigo exterior que amenaza lo que uno es y lo que tiene. Se basa, como también ocurrió con los judíos, por poner otro ejemplo, en la animalización, en la cosificación del contrario. Es cierto que mucha gente realmente creía que los comunistas tenían rabo y cuernos, ya que así los caricaturizaban en periódicos y revistas.

Luis_Garde.jpg-Lo siento, no hablo euskera y, por lo tanto no lo leo este libro fue pensado, entramado y “parido” en Euskera y es ahora, con Pamiela  y gracias a Pamiela cuando ve la luz en lengua castellana. ¿Cómo lo ves?; ¿cómo ves esta historia en lengua castellana?

-Habitualmente escribo poesía en euskera. Desde el principio pensé que este libro podía tener un recorrido también en castellano, ya que podía interesar a muchas personas que no saben o no leen en euskera, empezando también por la propia Navarra y resto del País Vasco. Para la versión en castellano intenté, más que hacer una traducción literal, repensar cada frase como si estuviera originariamente pensado en castellano. Veo, por respuestas como la vuestra, que el esfuerzo mereció la pena.

-Nos puedes hablar, amigo, de cómo construyes a los personajes, los retratas…

-Parto de una forma intuitiva, no soy muy de hacer fichas o esquemas, intento pensar quiénes son, cómo son, por qué están ahí, qué expectativa tienen en el desarrollo de la novela. Sobre todo intento que sean reales, con sus zonas oscuras, como todos las tenemos, no soporto los personajes planos; aunque te decantes por una causa justa en la vida no por ello tienes por qué ser un bendito, un santo, y eso se ve demasiado en las novelas que tratan estos temas. Tampoco una persona con una ideología totalmente definida y clara, que le ayude sin desfallecer en cada recodo de la vida. No me parece real, creo que plantear personajes así es un engaño.

-Amigo, ¿nos puedes dar alguna pista sobre lo que estás trabajando en la actualidad?

-Sigo a la vez por mis dos caminos literarios. Estoy esbozando otra especie de novela; veremos si llega a buen puerto. También recalo a diario en la poesía; es como volver a la casa de uno todos los días.

 

 

 

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El silencio del cazador. Luis Garde Iriarte
480 páginas
23,00 euros
Pamiela



Ezkaba, 22 de mayo de 1938.
Un grupo de presos abre las puertas del Fuerte de San Cristóbal. La fuga de casi ochocientos republicanos es el principio de una cacería emprendida por militares, falangistas y requetés. Dos de los fugados buscan el camino de la libertad por los montes y valles cercanos a Pamplona.

Donemartie, a orillas del Bidasoa.
Un escritor de poemas con escasa repercusión aborda una novela donde narrará la fuga de Ezkaba. Documentos y testimonios harán aflorar sus recuerdos. La memoria histórica deja paso a la historia oculta en su memoria. El escritor es un cazador furtivo; el pasado es un perseguidor tramposo.

Novela-puzle, acuarela, híbrido, mosaico… una reflexión, a veces irónica y a veces ácida, sobre la destrucción de la memoria y la construcción del olvido; la literatura y el poder; el silencio de los perseguidos y el de los perseguidores; la historia pasada y reciente de los vascos.


Luis Garde Iriarte (Iruñea, 1961)
Estudió Filología. Vive en Doneztebe/Santesteban.
Ha publicado siete libros de poemas en euskera:
- Oihan nabarra (2004, BBK-Euskaltzaindia)
- Haize hegoaren aroak (2007, Pamiela);
- Gertakarien urtzea (2008, Alberdania);
- Unplugged (2009, Kutxa Fundazioa);
- Maizter arrotza (2013, Erein);
- Trenen abiadura (2014, Pamiela);
- Eremuen birkalifikatzea (2014, Pamiela)
También es autor de Ehiztariaren isilaldia (2015, Premio de Literatura Euskadi 2016) y de su traducción al castellano El silencio del cazador (2016), ambos editados por Pamiela.

 

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