La
Librería de El Sueño Igualitario
Una novela narrativa de Tomás Martín Tamayo
que pone su mirada, casi reposada, en la posguerra en Extremadura y en los
entramados que se escondían ante la protesta ciudadana, el ansia de poder, los
silencios….esos silencios, callados y socorridos, que esconden tanto antes de
que alguien se acerca a destaparlos.
Tomás Martín Tamayo, a la vez que se adentra
en la posguerra de una tierra necesitada hasta sus raíces… lo hace también
despertando fantasmas y desempolvando la historia de un suicidio convirtiéndolo
todo en una especie de novela narrativa negra.
Consigue un más que notable retrato de los
diferentes personajes que se dan cita en la novela.
El libro lo edita el Departamento de Edición
de la Diputación de Badajoz
La sinopsis del libro:
En la Extremadura de la postguerra, los
terratenientes locales lograron que una presa se construyera al margen del
proyecto inundando a un pueblo, Pajar de los Encinares. Un maestro exiliado
capitaneó la protesta pero, aparentemente, se suicida con lo que la
contestación a la presa desaparece. Treinta años después, un hijo del maestro
coge el testigo. Aclarar la muerte de su padre será su objetivo más importante,
pero no el único. Costumbrismos, intrigas, venganzas y asesinatos se dan cita
en esta novela, que aporta una visión en pasado/presente del mundo rural con
todas sus glorias y miserias.
El autor, Tomás Martín Tamayo:
Este escritor es natural de Campillo de Llecena en la
provincia de Badajoz. Además de escritor ha sido, también maestro y fue
Consejero de Cultura, Educación y Deportes de la Junta de Extremadura. Fue,
también desde la esfera política, cofundador del CDS ,
junto a Adolfo Suárez y diputado autonómico independiente en dos legislaturas.
Cuenta, ya, con catorce libros publicados y
una decena de premios literarios. Ha participado en antologías nacionales e
hispanoamericanas. De su antología Cuentos del día a día tiene, ya, tres
ediciones y de El enigma de Poncio Pilates ya ha agotado cinco ediciones, las
tres últimas con Planeta. Colabora, además con El Mundo, ABC, Público y
eldiario.es/Extremadura. Es crítico literario de El Confidencial y tiene
columna fija en el diario HOY.
Cazarabet
conversa con Tomás Martín Tamayo:
-Amigo Tomás, ¿qué te la inspirado este libro? (en el
que un hijo quiere como hacer justicia sobre la muerte de su padre)
-La historia de la
literatura está llena de reivindicaciones filio-paternas. Lo que cuento es
ficción, pero basada en una realidad concreta.
-Pero en el
libro, en la trama, se ve mucho de motivación por el arraigo con lo nuestro, lo
que nos rodea…como esos pueblos anegados, con sus gentes que han tenido que
dejar atrás todo lo suyo…
-Efectivamente, ahí está el
problema de la emigración y el desarraigo, la mirada nostálgica hacia nuestras
raíces, nuestros olores y paisajes. Todo aquello que impregnó nuestra retina y
que permanece en nosotros como una aspiración constante.
-Un padre, el
que protestó contra la presa, el que plantó cara al poder de los pantanos en la
España de la dictadura y del franquismo, la España del desarrollismo en la que
los pantanos se convirtieron en una especie de símbolo…Ahora es más fácil
protestar, realizar acciones desde la constitución de plataformas—aunque no nos
hagan caso----pero en aquellos años era un ejercicio que requería de algo más
que valor, valentía…
-En el tiempo que relato, la postguerra civil
española, era casi un suicidio porque el control de vidas y haciendas era muy
fuerte y los poderes fácticos eran muy corporativistas. Se imponía el “hoy por
ti y mañana por mi” y había
pocos frenos. Ahora se protesta por casi todo, pero en aquellos momentos lo que
se imponía era el silencio y la sumisión.
-Quizás, no sé
mientras lo estoy leyendo, he creído o he llegado a pensar que el padre,
maestro en aquellos años, lo único que buscaba, anhelaba y necesitaba era
encontrar una causa para gritar libertad…y casi no importaba cuál fuese esta…(creo que hay personas ligadas a esto). ¿Qué nos puedes
reflexionar?
-El personaje de Antonio Godoy tiene mucho de
realidad. Miré permanentemente a mi abuelo y a mi padre, represaliado durante
el largo franquismo por el delito de ser republicanos. Creo que
inconscientemente .Puede que haya escrito una historia de rebeldía, es muy
posible.
-En aquellos
años (bueno también en días muchísimo más próximos) detrás del hormigón, de las
presas, de los pueblos anegados en un presunto propósito de
desarrollo se encuentra una dosis de cinismo que le era letal a toda la sociedad ….porque, ésta—me refiero a la sociedad—entra o
entraba en un bucle de chantaje emocional…y terminaba justificando
lo injustificable. Bucle de los que es casi imposible salir porque la sociedad
crece encima de él… ¿qué nos puedes comentar?
-El que tenía y el que tiene el dinero
suele tener el poder, de forma directa o indirecta, porque la compra/venta no
es un invento de nuestros días. ¿Acaso no vemos hoy, como ayer, la reticencia
de la Justicia para que ciertos apellidos pasen el umbral de la cárcel?
-Y aquí entra en escena la hipocresía humana o el
comportamiento de ver lo que se quiere ver, en oír lo que se quiere oír…
-El tiempo muerde el acero más templado y acaba
consolidando los vicios con normalidad. A nadie le extraña que el poderoso
pueda llegar con facilidad a instancias muy limitadas para el hombre de la
calle. El “sí mi amo” sigue presente porque acostumbrados a comulgar con
ruedas, nada nos parece extraño y aceptamos las mayores injusticias con
naturalidad.
-Me da, amigo
Tomás, que en torno a todo esto “retratas” a tus personajes de esta
novela, esta narrativa…
-En la novela hay mucho desahogo emocional, situaciones
y personajes que llevaba dentro y que llamaban para salir. Yo suelo escribir de
lo que me indigna y en toda mi producción literaria hay una denuncia de base,
aunque la envuelva en el papel de la naturalidad.
-Siempre se
dice que cuando un escritor se acerca a la trama, personajes y demás…en
realidad se aproxima a algo, a alguien que , de manera
más o menos directa, conoce y reconoce. Dicho de otra manera, en toda ficción
hay algo de no ficción…¿qué nos puedes reflexionar en
general y con respecto a tu novela, El Secreto del Agua?
-Efectivamente, eso es así, nada
se inventa, todo se recrea. En una ocasión le pregunté a Cela por Pascual
Duarte y me dijo eso mismo, que era un personaje que le roía y al que él vistió
con ropajes de otros muchos. En todo lo que escribimos hay mucha autobiografía.
-Una novela
que bebe algo del género negro…cuando el hijo en el presente va a desenmarañar
todo lo que pesa encima de la muerte de su padre.
-En este caso el hijo se ve
empujado por la propia madre, por su familia, sus hermanas muertas, que le
hacen llamadas para que se incorpore a la causa de la reparación de la memoria
de su padre. Hay más de un muerto en el secreto de las aguas, aunque el central
sea solo el maestro.
-Con el desarraigo que todo este tipo de desarrollismo
versus especulación conllevaba para el conjunto de una sociedad….
-En el protagonista de
mi novela había un desarraigo emocional que salió a superficie conforme se
enfrentó a sus ancestros. Los recuerdos, sus vivencias, el olor y el color del
paisaje, la memoria y la necesidad de hacer una justicia de reparación, aunque
fuera tardía. La especulación y el caciquismo no son sinónimos, pero los dos
términos van en nuestro ADN.
-Los secretos,
casi en su totalidad, están hechos o construidos de silencios , de falta en la
comunicación o comunicaciones y como de falta de flexibilidad en los
pensamientos …en todas las historias hay tantos silencios que, a
veces, todo puede explosionar, ¿no? y eso lo demuestras en esta novela
…cuéntanos..
-En mi novela el secreto es más
literal, aunque guarda 30 años de silencio y mansedumbre. Al final el agua
descubre su misterio y eso tiene algo de gratificante, porque aunque sea tarde,
se vislumbra que hay una justicia pública y otra privada y que no siempre la
primera es la más justa.
-Novela que
desarrollas y basas en torno a esto: un pueblo presa de un pantano, un hombre
que en plena dictadura lanza un grito de libertad tomando la protesta del
pantano.
-Es como una parábola, cuento una
historia, pero en el fondo cuento otras muchas, porque nada de todo eso nos es
novedoso y todo el mundo conoce y reconoce situaciones parecidas a las que
relato.
-Amigo Tomás , ¿por qué los pueblos anegados por un pantano, una
presa…tienen algo de especial?
-Yo creo que por la añoranza,
porque en las aguas queda todo como en exposición. De todos modos en toda
mi obra hay mucha agua. Es como un recurso para tener lo que no veía. Yo soy de
un pueblo9 de secano, Campillo de Llerena, un pueblo amarillo y, como mi
pueblo, amarillo es el color de mis recuerdos. El agua es un recurso literario
al que siempre he acudido.
24862
El secreto del agua. Tomás Martín Tamayo
432 páginas 19 x 14 cms.
15.00 euros
Diputación de Badajoz
En la Extremadura de la
postguerra, los terratenientes locales lograron que una presa se construyera al
margen del proyecto inundando a un pueblo, Pajar de los Encinares. Un maestro
exiliado capitaneó la protesta pero, aparentemente, se suicida con lo que la
contestación a la presa desaparece. Treinta años después, un hijo del maestro
coge el testigo. Aclarar la muerte de su padre será su objetivo más importante,
pero no el único. Costumbrismos, intrigas, venganzas y asesinatos se dan cita
en esta novela, que aporta una visión en pasado/presente del mundo rural con
todas sus glorias y miserias.
_____________________________________________________________________
Cazarabet
c/ Santa Lucía, 53
44564 - Mas de las Matas (Teruel)
Tlfs. 978849970 - 686110069