La
Librería de Cazarabet Indignado
Un libro, desde la pluma de Joan Ramon Sanchis Palacio sobre si es
posible un Sí a este interrogante, teniendo en cuanta que, desde hace unos pocos
tiempos, se ha producido una auténtica revolución en torno a las finanzas
éticas y solidarias.
Nunca mejor dicho, un libro sobre la
“casta de la casta” del dinero, el neoliberalismo más voraz y todas las zarpas
que nos agarran en su particular telaraña….
Lo que nos dice y explica El Viejo Topo
sobre este imprescindible ensayo:
La casta bancaria española (altos
directivos y consejeros) es la que mayores sueldos cobre de toda Europa,
con un salario medio anual aproximado que supera los dos millones y medio de
euros. Una práctica que premia la mala gestión y la corrupción a precio de oro
mientras la mayoría de los ciudadanos vemos cómo, año tras año, perdemos poder
adquisitivo y calidad de vida.
Por ese motivo, el dilema que plantea
el catedrático Joan Ramon Sanchis
Palacios en este libro no es si debería haber bancos o no, sino cómo
deberían funcionar dichas entidades, quién debería controlarlas, y si es
posible una banca socialmente responsable basada en unos valores y principios
éticos. ¿Existen otras alternativas posibles frente a los bancos
convencionales? ¿Puede ser capaz la sociedad civil de ejercer el protagonismo
de una revolución financiera silenciosa?
Todas esas preguntas y respuestas
pretenden abordar este libro escrito por Joan Ramon
Sanchis Palacios, Catedrático de Organización de
Empresas y Director del Instituto Universitario de Investigación en Economía
Social, Cooperativismo y Emprendimiento IUDESCOOP y Director del Máster
Universitario en Economía Social (Cooperativas y Entidades no lucrativas) de la
Universitat de València.
Doctor además en Economía de la Empresa y premio extraordinario de doctorado.
Consultor estratégico y especialista en banca cooperativa y banca ética.
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El autor, Joan Ramon
Sanchis Palacio: Joan Ramon
Sanchis Palacio es Doctor en Economía de la Empresa,
Catedrático de Organización de Empresas, Director del Instituto Universitario
de Economía Social, Cooperativismo y Emprendimiento (IUDESCOOP) y Director del Máster
Universitario en Economía Social de la Universitat de
València. Autor de los libros “La banca que
necesitamos” y “Las cooperativas de crédito en España” y coautor de “El Modelo Consum”.
Como mejor podemos conocer a este
ensayista es acercándonos a escritos, artículos:
http://elpais.com/autor/joan_ramon_sanchis_palacio/a/
http://www.eldiario.es/autores/joan_ramon_sanchis_palacio/
Entrevista sobre un libro anterior,
entre tantos, pero que nos parece interesante:
Cazarabet conversa con Joan Ramon Sanchis Palacio:
- Querido amigo, yo creo que sí es posible un mundo con
vulneraciones lacerantes, cada segundo de la existencia, de los Derechos
Humanos… ¿Puede ser más posible un mundo sin bancos, con la actual concepción
que hay de la banca tal como está establecida?
-La búsqueda de mecanismos alternativos
a los bancos convencionales que permitan realizar las funciones financieras sin
tanta agresividad especulativa y oportunista está siendo protagonizada por la
sociedad civil. Son los propios ciudadanos, ante la incompetencia y/o
impotencia de los Estados y los gobiernos, los que se están movilizando para
conseguir alternativas bancarias con valores sociales. Cada vez son más las
personas que han encontrado la manera de salir de la exclusión financiera y,
por tanto, derivado de ello de la exclusión social y de la pobreza, a través de
nuevas formas de hacer banca más acordes a las necesidades reales de las personas.
La banca convencional seguirá poniendo obstáculos para impedirlo pero la
cooperación y la solidaridad pueden mover montañas.
- “Soñar” con un banco como el de la película “¡Qué bello es
vivir!" es casi imposible, ¿no?
-Hemos de convertir los sueños en
realidad, las quimeras en utopías y las utopías en realidades. Los ciudadanos
tenemos más fuerza de la que pensamos. No hay nada perfecto, pero las
imperfecciones son la clave de la felicidad, también en el mundo económico y
financiero. El dinero es un simple instrumento de cambio y así es como hay que
entenderlo, como una herramienta al servicio de las personas. Mientras el
dinero sigua siendo un símbolo de poder y esté controlado por unos pocos
poderosos que se dedican a la especulación, no podremos alcanzar los sueños. Es
difícil pero no imposible. Cuantos más seamos los que nos unamos a la
revolución financiera silenciosa que planteo en el libro, más cerca estaremos
de alcanzar los sueños. Conocimiento, Conciencia y Consumo financiero
responsable son las tres claves de esa revolución financiera. Los contenidos de
estos tres conceptos se explican con detalle en el libro, pero básicamente se
trata de facilitar que las personas adquieran conciencia a través del
conocimiento para que finalmente puedan tomar la decisión de consumir en base a
patrones éticos y sociales.
-Yo creo que se trata, sobre todo, más bien un tema de
“ética”...
-Se trata de un tema de ética pero
también de un tema de responsabilidad social. Por una parte, los valores éticos
como la transparencia, el buen gobierno o la democracia pueden ayudar a hacer
las cosas bien, a cambiar la manera de actuar sustituyendo el fraude fiscal, el
blanqueo de dinero, la evasión de capitales, la especulación financiera, los
abusos con los consumidores (comisiones abusivas, clausulas suelo, desahucios,
estafas bancarias como las preferentes…) y todas las malas prácticas bancarias
por un comportamiento ético y social. Pero también es importante que todos
seamos capaces de actuar con responsabilidad social. Todos nuestros actos
tienen repercusión sobre el medio ambiente, sobre el entorno, sobre la
sociedad, por lo que hemos de procurar que nuestras acciones se reflejen en
efectos positivos y no negativos. Los bancos no pueden seguir actuando en contra
de la sociedad y de las personas que la forman, han de cambiar su manera de
actuar, sacrificar una parte de sus beneficios económicos (una parte, no todo)
por beneficios sociales. No es verdad que la ética sea incompatible con las
finanzas ni con el beneficio económico. Los bancos éticos son rentables también
financieramente.
-¿Por eso surge la
“banca ética” como alternativa a “la banca convencional”?
-La banca ética nace para resolver las
injusticias que provoca las acciones de la banca convencional y sobre todo para
solucionar la exclusión financiera a la que la banca convencional somete a
millones de ciudadanos en todo el mundo. Los primeros bancos éticos, el Grameen Bank en Bangladesh por ejemplo, surgen primero para
que las personas más pobres puedan acceder al crédito y poder así emprender
negocios con el fin de salir de la pobreza. Por eso los primeros bancos éticos
iban dirigidos a las mujeres y las personas de raza negra, es decir, a los
colectivos más discriminados. Con el tiempo, la banca ética ha ido ampliando su
ámbito de actuación pero siempre conservando sus principios y valores sociales
basados en la transparencia y la inversión socialmente responsable. La banca
ética centra sus acciones en la inversión de proyectos de fuerte impacto social y medioambiental, es decir, la banca ética
hace lo que no hace la banca convencional.
-En parte, es un problema de avaricia, una necrosis humana.
-Es la avaricia de los más ricos y
poderosos que nunca tienen bastante. Los bancos se han convertido en la
herramienta de los poderosos para conservar su poder mediante el control del
dinero. Los bancos acumulan suculentos beneficios económicos mientras la
población padece los sacrificios derivados de los recortes en educación,
sanidad y servicios sociales. Bankia, por ejemplo, el
mayor engaño de la historia de la banca en España, está obteniendo millones de
beneficios económicos mientras despide a sus trabajadores y engaña a sus
clientes y ahorradores. Esto además es una aberración si tenemos en cuenta que
se trata de un banco que nos ha costado a todos los españoles más de 22 mil
millones de euros y está participado con capital público. Frente a la avaricia
hay que imponen la solidaridad. Las finanzas solidarias son la antítesis de los
bancos convencionales
-¿Se puede encontrar salida a esto…
Hay solución para hacer frente a los “abusos”, a las "extorsiones vestidas
de legalidad” (o no tan legales) de la banca?
-La hay pero ya no puede venir de las
Administraciones Públicas ni de los Estados ni de los políticos. Los Estados y
los políticos están al servicio de los banqueros, gobiernan para beneficiar a
los grandes bancos y las oligarquías financieras porque están sometidos a
través de la dependencia financiera que tienen con ellos. Los órganos que regulan
y supervisan los bancos están totalmente politizados, no actúan con criterios
profesionales y responsables si no que siguen los dictados de los grandes
bancos que los controlan. Lo hemos visto durante esta última crisis financiera
a través de la conducta que han seguido el Banco de España y la Comisión
Nacional del Mercado de Valores permitiendo la colocación de productos
financieros tóxicos como las participaciones preferentes y lo volveremos a ver
durante los próximos años porque no se ha hecho absolutamente nada por resolver
este problema. Lo único que se ha hecho ha sido fusionar bancos para hacerlos
más grandes y, por tanto, más poderosos. Están creando una bomba de relojería
cada vez más gorda. La salida, la solución ha de venir de la mano de la sociedad
civil, somos los ciudadanos los que hemos de hacer frente al poder de los
bancos buscando otras alternativas. Ahí está la clave. Por supuesto que también
hemos de exigir a las autoridades que sean más rigurosas, que hagan cumplir la
ley también a los poderosos, por lo que hay que pedir que se cambie la
regulación, pero sobre todo que se cumpla la legislación que ya existe.
-Yo siempre miro la
educación desde la perspectiva pública de todas y para todas, ¿Es ahí dónde
estará parte de la solución? (Aunque ya se la ha “pervertido” bastante para que
“obedezca” a esa banca que queremos cambiar).
-La educación financiera es un elemento
muy importante en el proceso de cambio hacia un sistema bancario ético y
solidario. Pero cuidado porque esto es peligroso. Tampoco podemos caer en
exigir toda la responsabilidad a los consumidores. Un cliente puede tener unos
conocimientos básicos de economía y de finanzas que le permita discernir
determinados aspectos ante la negociación con un banco pero no le podemos pedir
al ciudadano que comprenda y sepa valorar todo el riesgo asociado a los
complejos y sofisticados productos bancarios que genera la ingeniería
financiera. Los propios empleados bancarios son incapaces de comprender los
productos que ellos mismos están vendiendo a sus clientes, aunque eso tampoco
les exime de su responsabilidad. Dicho esto, es necesario un programa de
educación financiera público que comience en edades tempranas (ESO,
Bachillerato), pero que sea un programa independiente de los bancos, diseñado e
impartido por profesionales autónomos de las finanzas. Los planes de educación
financiera que ha lanzado últimamente el Ministerio de Economía son un
auténtico engaño para la población. Los ciudadanos han de conocer otras
alternativas diferentes a la de la banca convencional, han de adquirir
capacidad para poder diferenciar y tomar decisiones por sí mismos y esto no se
contempla en dichos programas.
-De todas formas, los ciudadanos también tenemos parte de
culpa… Cuando nos dejamos llevar, cuando quizás nos fiamos demasiado del
director del turno, deberíamos exigirnos a formularnos más dudas sobre todo
aquello qué es y sobre todo aquello que nos ofrecen los bancos…
-Más que culpas, lo que sí que hay son
responsabilidades en diferentes niveles. El ciudadano es responsable de sus
actos y la firma de un contrato con un banco aunque no se sepa lo que se firma
es sin duda un acto al que va unido una responsabilidad. Pero la mayor
responsabilidad es de quien ha diseñado esos productos financieros tan dañinos
pensando en el lucro del banco y no en las consecuencias que puede tener en el
cliente, la responsabilidad es también de los banqueros y directivos bancarios
que toman la decisión de lanzar esos productos, la responsabilidad es también
del empleado bancario que vende ese producto a su cliente aprovechándose de la
confianza y la responsabilidad es también de los supervisores bancarios que han
consentido que esos productos se comercializaran. Está claro que el mejor
consejo que le podemos dar a un ciudadano es que no se fíe de los bancos, que
antes de firmar cualquier documento se asegure de saber exactamente qué es lo
que está firmando. Existen asociaciones de consumidores bancarios que están al
servicio de estos y que actualmente están haciendo una labor encomiable.
Durante estos años de crisis financiera y de fraudes y estafas bancarias han
estado al lado del consumidor asesorándolo y apoyándolo en los procesos
judiciales para intentar que recuperen su dinero. Pero la mejor medida es la
prevención y ello se consigue siendo comedidos y adquiriendo un mínimo de
conocimientos.
-Bien, dado que “la
banca convencional” cada vez más genera dudas o incluso un sentimiento de
estafa cada vez que te personas allí o realizas operaciones… ¿Qué podemos
hacer, por ejemplo, para salir de esa especie de círculo vicioso cuando todo
gira en torno a ellos? (Se pagan las nóminas por ahí, pagamos los servicios de
luz, agua, teléfono y demás…).
-Las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación ofrece enormes posibilidades para crear
alternativas a los bancos convencionales. Existen plataformas de Internet que
permiten financiar cualquier proyecto a través del crowdfunding, como por
ejemplo la publicación de un libro. La economía colaborativa ha llegado también
al campo de las finanzas, con enormes posibilidades de expansión. También se
están creando sistemas de pagos independientes de los bancos, muchos de ellos a
través de monedas virtuales como es el caso del bitcoin
o incluso de monedas sociales locales. En Europa, las personas inmigrantes
están creando las denominadas comunidades autofinanciadas mediante las cuales
un grupo de personas crean un fondo común con la finalidad de prestarse dinero
mutuamente. En España existen desde hace ya años los llamados bancos de tiempo,
de manera que las personas pueden intercambiar productos y servicios entre
ellos sin necesidad de utilizar el dinero o utilizando monedas sociales. Todas
estas iniciativas y muchas más son explicadas en mi libro. Como puedes ver,
existe una gran cantidad de posibilidades para realizar transacciones
financieras sin necesidad de utilizar los bancos convencionales.
-Para cualquiera que lea esta entrevista o se interese por
el libro o, simplemente, quiera ir a más y deshacerse de la “banca convencional”.
¿Cómo debe hacerlo para acercarse a lo que es “banca ética”?
-Los bancos éticos funcionan igual que
un banco convencional en términos operativos, es decir, ofrecen los mismos tipos
de productos y de servicios financieros. No es verdad que la banca ética no sea
competitiva como creen algunos. Sí que es verdad que tienen menos oficinas
bancarias y en muchos casos se hace necesario operar por Internet; y esto puede
ser un handicap para las personas más mayores, pero
no para la gente joven que se ha criado ya con las nuevas tecnologías. No
obstante, existe una alternativa que sin ser banca ética en sentido estricto,
sí que es banca social, que son las cooperativas de crédito. Estas entidades
financieras operan generalmente a nivel local, abriendo oficinas en municipios
pequeños, generalmente allí donde la banca convencional no tiene oficinas
porque no le resulta suficientemente rentable. Los bancos cooperativos son
bancos de proximidad muy arraigados al territorio que trabajan de tú a tú con
sus clientes y generalmente cobran comisiones más bajas que la banca
convencional. Hay que documentarse sobre las ofertas de bancos y tomar la
decisión que más nos interese. El libro ofrece mucha información sobre todas
estas opciones.
-¿Qué ofrece, “de
entrada” la banca ética que nunca encontrarías en la “convencional”?
-La banca ética se caracteriza
principalmente por dos aspectos: la transparencia y la inversión socialmente
responsable. Son bancos que se dedican exclusivamente a financiar proyectos
sociales y medioambientales; tienen prohibido financiar proyectos relacionados
con la fabricación de armamento, el blanqueo de dinero, la explotación de mano
de obra infantil o cualquier otro tipo de actividad que sea dañina para la
sociedad. Tienen unas líneas rojas que no pueden sobrepasar nunca. Pero además,
todas sus inversiones las hacen públicas, están a la disposición de cualquier
ciudadano que quiera consultarlo. Por tanto, la banca ética es una banca con
valores sociales. Por eso es tan importante adquirir la conciencia de
consumidor responsable. Hay también otros aspectos relevantes en su
funcionamiento como por ejemplo el tema de las diferencias salariales de sus
trabajadores. Mientras los bancos que cotizan en el IBEX35 tienen escalas
salariales de 1 a 150 (el director general cobra 150 veces más que el
asalariado con menos sueldo), los bancos éticos funcionan con escalas
salariales de 1 a 10. Algunas cooperativas de crédito trabajan con escalas
salariales de 1 a 3. Por lo tanto, ser cliente de un banco ético es ser un
consumidor socialmente responsable y contribuir así a un mundo más justo,
equitativo y sostenible.
-Quizá las empresas pequeñas y medianas y las que estén un
poco más concienciadas deberían, ya, dar este salto… ¿Habría un “efecto de
arrastre”?
-Hay ya muchas empresas y ciudadanos
que trabajan con bancos éticos. En España, que nunca ha existido tradición de
banca ética, desde el comienzo de la crisis financiera en el 2007, la cartera
de clientes bancarios de banca ética se ha disparado. En Europa, la banca ética
tiene mucha más tradición y está mucho más implantada. Sin embargo, aún queda
mucho camino por recorrer. La banca convencional sigue dominando el mercado
bancario con gran diferencia, por lo que es necesario que muchas más personas
se sumen al proyecto de la banca ética. La Economía del Bien Común plantea como
uno de sus principales elementos que las empresas trabajen con bancos éticos.
Algunas Administraciones Públicas, principalmente ayuntamientos, están
comenzando a firmar convenios de colaboración con bancos éticos y con bancos
cooperativos. Hay ya un movimiento importante que está actuando en esta línea
pero hace falta sumar a muchas más personas y empresas para que tenga un efecto
real en la economía. De momento, el impacto es muy bajo porque las cifras de la
banca ética siguen siendo muy pequeñas en comparación con la banca
convencional. Precisamente el libro pretende concienciar para que más personas
se apunten a este proyecto que es ya una realidad.
-La banca ética lleva hermanado el sello de la solidaridad
.Nos lo puede explicar un poco para nuestro lector… ¿Cómo se hace, cómo se
lleva a cabo...?
-No es lo mismo banca ética que banca
solidaria. En muchos casos van unidas, pero no son exactamente lo mismo. La
banca ética es una banca en valores sociales pero que cobra por sus servicios
como cualquier otro banco, porque ha de ser rentable para sobrevivir en el
mercado. Las finanzas solidarias ofrecen financiación a particulares y a
proyectos sociales sin coste alguno, sin cobro de intereses. Pueden hacerlo
porque detrás tienen entidades no lucrativas que apoyan el proyecto y que
obtienen fondos de donativos. Hay bancos éticos que no cobran intereses por sus
préstamos como es el caso del Banco Jak en Suecia y
hay bancos sociales, como Caixa Popular en la
Comunidad Valenciana, que destinan parte de sus beneficios obtenidos por los
intereses cobrados a sus clientes a financiar gratuitamente determinados
proyectos sociales. Después existen otras entidades no bancarias pero que se
dedican a financiar proyectos con criterios solidarios como son las
cooperativas de servicios financieros y las cooperativas integrales. La base de
estas iniciativas es la solidaridad de los socios que las hacen posibles. Todas
estas organizaciones funcionan a través de la democracia participativa y en
muchos casos también a través de la autogestión, principios que garantizan la
solidaridad.
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¿Es posible un mundo
sin bancos? La revolución de las finanzas éticas y solidarias. Joan Ramon
Sanchis Palacio
218 páginas 15 x 21,5 cms.
17,00 euros
El Viejo Topo
¿Es posible un mundo sin
bancos? Esta es la pregunta que seguramente muchos de nosotros nos hemos hecho
durante estos últimos años de crisis financiera, o que podríamos ha cernos si
nos detenemos un momento y reflexionamos acerca de cuál ha sido el
comportamiento de los bancos durante todo este período. Unos bancos que, con
sus prácticas abusivas hacia sus clientes y ahorradores, a través de
operaciones escandalosas como las participaciones preferentes y los desahucios,
y con sus comportamientos especulativos y oportunistas en los mercados
financieros e inmobiliarios, se han ganado a pulso la mala reputación que
tienen en la actualidad.
Los ciudadanos no podemos entender que la casta bancaria española (altos
directivos y consejeros) sea la que mayores sueldos cobre de toda Europa, con
un salario medio anual aproximado que supera los dos millones y medio de euros.
De esta forma se está premiando la mala gestión y la corrupción a precio de oro
mientras la mayoría de los ciudadanos vemos cómo, año tras año, vamos perdiendo
poder adquisitivo y calidad de vida.
El dilema no reside en si debería haber bancos o no,
sino en cómo deberían funcionar los bancos, quién debería controlarlos, si es
posible una banca socialmente responsable basada en unos valores y principios
éticos, si existen otras alternativas posibles frente a los bancos
convencionales, si la sociedad civil puede ser capaz de ejercer el protagonismo
de una revolución financiera silenciosa. Estos y otros interrogantes son los
que se quiere plantear y resolver a lo largo de este libro, aportando
información sobre la manera de comportarse y de actuar de la banca ética, la
banca cooperativa, las finanzas colaborativas y las finanzas solidarias.
¿Es posible un mundo sin bancos? La revolución de las finanzas éticas y
solidarias
Joan Ramon Sanchis Palacios
La casta bancaria española (altos directivos y consejeros) es la que mayores
sueldos cobre de toda Europa, con un salario medio anual aproximado que supera
los dos millones y medio de euros. Una práctica que premia la mala gestión y la
corrupción a precio de oro mientras la mayoría de los ciudadanos vemos cómo,
año tras año, perdemos poder adquisitivo y calidad de vida.
Por ese motivo, el dilema que plantea el catedrático Joan Ramon
Sanchis Palacios en este libro no es si debería haber
bancos o no, sino cómo deberían funcionar dichas entidades, quién
debería controlarlas, y si es posible una banca socialmente responsable basada
en unos valores y principios éticos. ¿Existen otras alternativas posibles
frente a los bancos convencionales? ¿Puede ser capaz la sociedad civil de
ejercer el protagonismo de una revolución financiera silenciosa?
Todas esas preguntas y respuestas pretenden abordar este libro escrito por Joan
Ramon Sanchis Palacios,
Catedrático de Organización de Empresas y Director del Instituto Universitario
de Investigación en Economía Social, Cooperativismo y Emprendimiento IUDESCOOP
y Director del Máster Universitario en Economía Social (Cooperativas y
Entidades no lucrativas) de la Universitat de València. Doctor además en Economía de la Empresa y premio
extraordinario de doctorado. Consultor estratégico y especialista en banca
cooperativa y banca ética.
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