Cazarabet conversa con... Jaime Rosal,
autor de “Ruido de sables” (Laertes)
Editorial Laertes, desde la pluma descarada de Jaime Rosal, nos
brinda este conjunto de narraciones que retrata situaciones de lo más variadas,
haciendo que de ellas emerjan los personajes más “chocantes”, dispares y
frenéticos…
Tienen
estas narraciones algo de clásico, casi añejo…de literatura de la buena, de
aquella que todas y todas leímos o seguimos leyendo y que tenía y sigue teniendo y reteniendo hasta” un aire”
de la crónica llevada al cuento o narración corta.
Lo
que nos cuenta Laertes:
Ruido
de sables, es un conjunto de narraciones en las que asistimos a las diversas
historias que abarcan desde las tribulaciones de un vetusto bebedor, hasta las
desventuras eróticas de un aprendiz de arquitecto; o el desquite del pasante de
un mísero abogado, a quien le ha sonreído inesperadamente la fortuna, pasando
por los infortunios de un escritor novel con ínfulas, las dudas de un joven
obligado por una promesa, la sutil venganza de un chico despechado por su
prima, para desembocar, entre otras, en aquel desgraciado acontecimiento que
hizo que nuestro país, surgido de cuatro décadas de dictadura, contuviese el
aliento durante aquella larga noche de febrero de 1981, ante el temor de
regresar a su reciente pasado, o la misteriosa presencia de la elegante Maila.
A lo largo de estas doce narraciones, el autor destaca nuevamente en el
oficio de relato en el que se mueve con soltura con su afilado sentido del
humor, instrumento del que se vale para diseccionar a sus personajes, víctimas
de sus propias ensoñaciones.
El
autor, Jaime Rosal:
El
barcelonés Jaime Rosal del Castillo es autor de las novelas Sisabana
y Severina, o el turno de la sepia, varios libros de
cuentos —Las falsas ceremonias, Estampas urbanas, Boleros y Trama nocturna—, y
Estampas mitológicas, un libro a caballo entre al aforismo y el microrrelato. También ha compilado una antología de
relatos, bajo el título Homenaje a Casanova, y un libro sobre el célebre
aventurero veneciano; Casanova, máximas y anécdotas. A su vez ha colaborado en
varias revistas como Nueva Dimensión, Playboy, Star,
Turia, Grandes Relatos o La Aventura de la Historia. Durante los últimos cinco
lustros ha dirigido CD Compact, una de las más prestigiosas revistas europeas
de música clásica. Recientemente ha aparecido su libro Pensamientos de Michel
de Montaigne.
Es
autor, también de una noche en Las Vegas.
https://es.wikipedia.org/wiki/Jaime_Rosal
Cazarabet conversa
con Jaime Rosal:
-Jaime,
amigo, ¿qué te llevó a recoger y componer esta obra, "Ruido de
sables" que es el conjunto de varias narraciones -doce en total- muy diversas y, también diferentes?
-Cada narración
obedece a situaciones inconexas, pero, en concreto, "Ruido de sables"
-que da título al volumen- surgió de la pregunta ¿Dónde te pilló la noche del
23F? Se me ocurrió especular con que alguien podía haberse quedado atrapado en
un burdel, de ahí la narración. El resto, escritos a lo largo de un par de
años, obedece a diversas cuestiones; la venganza, el engaño, la mediocridad,
-¿“Ruido de sables” obedece, como título
que evoca un golpe de estado militar, a “ese miedo” a que se produzca un
susurro al desenvainar un sable…?,con lo bien que se
está sin utilizar las armas…
-El miedo al
golpe en los momentos en que se produjo la intentona resultaba palpable, el
ambiente estaba muy caldeado ¿no? La casta militar no quería renunciar a sus
privilegios que la democracia iba a quitarles. Como vencedores de la
contienda civil, Estaban acostumbrados a un cierto status social al que no
querían renunciar. La democracia para ellos era el coco. Además, gracias a
ella, se había legalizado el partido comunista, sus eternos enemigos que
campaban por el congreso con toda impunidad. Vamos, para ellos un total
desastre que había que remediar.
-Aunque,
es verdad, a no poca gente le agradan y hasta le atraen los uniformes, el orden
de los botones alineados, abrillantados, la raya exquisitamente planchada, el
cepillo que quita la última mota de polvo y ese aire altivo que le aporta al o
a la uniformado/a… y ya no digo nada si del cinto cuelga un sable… con el miedo
a que éste pueda resplandecer bajo el sol… ¿Verdad?. Tus relatos crean cierta
impaciencia, nada es tan perfecto y que las más de las veces nos mecemos en un
constante debate con nosotros mismos y eso se traslada en tus narraciones, ¿qué
nos puedes explicar?
-En mi caso
escribo sin advertir las consecuencias, no soy un escritor
"didáctico", ni un moralista. Tal vez, como dijo William Burroughs, mi misión es la de una cinta magnetofónica.
Grabar y reproducir. El combate con uno mismo siempre es positivo, ayuda a
madurar, a reafirmarte en tus principios.
-Enlazo, ahora, un poco con la primera
pregunta; haciendo el ejercicio de buscar ese denominador común en…. ¿siempre
esa fuerza como descomunal que resurge de cada personaje tuyo? , esas personas
cuyas acciones y/o personalidad mueven y remueven la trama?
-Me alegro de
que mis personajes tengan fuerza, como dices. Eso los convierte en seres
humanos que son en su mayoría imprevisibles.
-Además tanto las personas como las tramas
tienen sus propias cámaras secretas o muñecas rusas…todo se encaja,
precisamente para desencajarse…
-Sí, has dado
en el clavo. El cuento "Los adioses" es un buen ejemplo de ese
encaje-desencaje.
-Para
encontrar las más de las veces es lo más sencillo, lo más redondo, lo más
fascinante de nosotros, aunque eso nos delate como seres amargados, cobardes,
tristes y con muchos miedos…
-Así es la
naturaleza humana que no alcanza a comprender qué demonios hacemos en este
mundo. Ello le provoca un miedo ancestral que hay que combatir con un poco de
humor.
-¿Buscas
cosas o resultados diferentes en tus diferentes historias, sea cual sea el
instrumento que utilices para la expresión?
-Por
descontado. No soy unitemático.
-Si hay
“Ruido de sables” es porque se avecina un silencio o porque lo ha habido antes?
-Porque lo ha
habido antes y de ahí el empeño de regresar a él por parte de algunos.
-Me da que, aún con sigilo y sin
aspavientos, pretendes llegar a cuantos más lectores y lectoras posibles… sino
es que no publicarías, pero esperas sacudirles porque es difícil no identificarse
o reconocerse y /o reconocer más de una historia… qué buscas… sacudirnos…
provocarnos un poco…
-La verdad es
que no me lo he planteado. Si el lector se siente sacudido, pues qué bien. Me
alegro que mis modestas elucubraciones lleven al lector a reflexionar, pero no
lo hago adrede, más bien mi tono general resulta bastante satírico. En la
sátira, en general, se ven reflejados no pocos y quizá no les guste lo que ven,
pero de ahí a enmendarse hay un buen trecho. No soy un moralista.
-Amigo,
¿por qué escribes?; se te ve muy cómodo en las historias cortas… y llevas, ya,
más de cuarenta años…
-Escribo como
una forma de liberación para exorcizar mis manías. Lo he dicho muchas veces y
lo voy a repetir: Julio Cortázar decía que en la novela has de ganarte al
lector a los puntos, pero que en el cuento has de ganar por KO. Siempre lo he
tenido muy presente. El cuento no es en modo alguno un género menor. Hoy en día
el público en general desprecia el cuento, la narración breve, parece que les
guste la literatura -si la hubiera- "a peso". Te has parado a pensar
la razón de que las series de televisión tengan tanto éxito, un atavismo
producto de las novelas por entregas en las que, por cierto, florecieron
grandes escritores en la mente de todos. Sin embargo, eran otras épocas, no
existía la inmediatez de la radio o la televisión los lectores aguardaban en
ascuas la entrega de cada semana. Sin embargo, ahora, exprimir una idea de una
manera innecesaria hasta límites insospechados es lo que impera. Inflar, inflar
un texto, un argumento, me parece algo innecesario, un fraude, en suma.
-¿Cómo
ha sido la experiencia de publicar con Laertes?
-Bueno, pues me
parece que bastante buena ¿no? Llevo siete libros editados por Laertes. Resulta reconfortante comprobar que un editor
deposita en uno su confianza. Al confiar en mí, Eduardo Suárez, su director, me
encarriló en el mundo de las letras. Aún recuerdo como si fuera ayer el día en
que me comunicó que iba a publicar mi primera novela, "Sisabana",
llegué a casa literalmente envuelto en una nube de
satisfacción, contento como unas castañuelas.
-Háblanos, amigo, un poco de esa faceta
tuya que cultiva la edición….
-Hace
años codirigí la colección Star-Books, una apuesta
por la literatura en su vertiente contestataria, Ginsberg,
Kerouac, Burroughs -padre e
hijo- e incluso Voltaire del que publiqué su imprescindible "Tratado sobre
la tolerancia", que despertó mi interés por la Ilustración. Siempre me ha
interesado el siglo XVIII y me he dado cuenta que frente a esos monumentos
gigantescos existen obras menores desconocidas por el gran público que hay que
exhumar. De ahí surge la idea de la colección El Siglo de las
Luces, donde, por ejemplo, he publicado los breves opúsculos de Voltaire que
para el gran Fernando Savater son incluso mejores
que sus grandes obras. También "El arte de trepar a la usanza de los
cortesanos" un divertido texto del barón d'Holbach.
El "Preservativo contra los ingleses" de Fougeret
de Montbron, un texto de inexcusable lectura en estos
días. También textos de Rétif de la Bretonne, Diderot, Louis Sébastien Mercier y así hasta
doce volúmenes.
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