Cazarabet conversa con...   Rubén Uceda, autor de “La huerta y el origen de las coses” (Akal)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un libro de Akal desde la pluma ilustrativa y la idea de Rubén Uceda.

El libro se encuentra en la colección La palabra ilustrada de Akal Ediciones

Es una fábula sobre lo que somos, lo que fuimos y lo que podríamos ser. Una mirada al campo como un espacio en lucha por un mañana diferente, ecológico, respetuoso y en armonía con el medioambiente.

La sinopsis del libro: La Huerta es la historia de un colectivo que decide poner en práctica las ideas de la agroecología y la autogestión. El autor trabajó como agricultor en un colectivo similar durante años; basándose en sus propias vivencias y en numerosas charlas y entrevistas con otros agricultores y consumidores, nos recrea acciones, debates, sucesos y atmósferas que caracterizan a este movimiento, con profundidad, amor y humor. También es la historia de la intensa lucha de los vecinos de un pueblo, donde el colectivo tiene su huerta, por evitar que la especulación inmobiliaria destruya su dehesa.

El autor, Rubén Uceda: trabaja por y desde el mundo rural, y crea cómics contra la desmemoria y por la construcción de un imaginario anticapitalista. Sus otros títulos dan buena cuenta de ello: Vahídos (2008), El Decapital. Tratado sobre el divino consumo (2013), El corazón del sueño. Verano y otoño de 1936 (2014) y Versoñetas (2015).

Visita su web:

http://rubenuceda.wixsite.com/dfdfdsdf/home

 

 

 

Cazarabet conversa con Rubén Uceda:

-Rubén, amigo que te llevó a escribir esta especie de fábula ilustrada más allá de las palabras, pero diría más allá de las ilustraciones?

-Este cómic es producto de la combinación de varias grandes pasiones: la agroecología y la agricultura autogestionaria y la vocación comunicadora a través del cómic.

-¿Ilustras más allá de las palabras  y de la ilustración misma para también ejercer un derecho y un deber a protestar sobre lo que somos o fuimos para poder mirar de ser , aunque solamente sea por un momento,  un poco mejores?

-Dibujo y narro con la idea de contribuir a crear nuevos paradigmas que superen las estrechas miras en las que nos ha formado el capitalismo.

-Mejorar empezando desde la raíz, siguiendo por las hojas, la flor y el fruto... y para eso hay que retrotraerse, rescatando muchas cosas que dejamos de practicar, de hacer, de componer...

-Esos órganos de las plantas, los que admiramos, los que nos comemos, de uno a otro, todos y cada uno de ellos, nos pueden enseñar más de nosotros mismos y del mundo que el más supuestamente complejo de nuestros artefactos tecnológicos. Hay que volver a mirar el mundo con otras gafas.

-La agricultura, la ganadería, incluso cualquier trabajo artesanal ¿nos pueden enseñar mucho más de lo que pensamos? -Saber cómo hacíamos para ver cómo hacemos y para, desde mañana, ya, poder hacer un poco mejor, ¿es así?

-Seguro que sí. Yo cuanto más estoy en el monte, trabajando o paseando; cuanto más más labro y cultivo mi pequeña huerta, más quiero al mundo y a mi vida.

-Si siguiésemos la premisa de “Somos lo que comemos”, ¿qué seríamos?, te lo pregunto, hoy y ahora, en tiempo real...

- Detritóvoros sin duda alguna, consumidores compulsivos e inconscientes de los combustibles fósiles que usamos para la producción, transporte y consumo en la agricultura y ganadería actuales.

-¿Ha cambiado algo desde la pandemia?;me pregunto:¿comemos y consumimos igual?

-El capitalismo necesita mover mercancías y personas (fuerzas de trabajo) rápidamente por todo el planeta con el menor daño o erosión posible. La pandemia ha venido a profundizar en esta situación, debido a un aumento de la distancia estructural entre las personas para evitar el contagio. Por tanto: consumimos igual, producimos igual, distribuimos igual, o en todo caso a peor.

- ¿Cómo cultivamos lo que consumimos?; ¿crees que se han producido grandes cambios desde la pandemia de la Covid-19?

-El covid 19 pareciera decirnos: coméis de macrogranjas, desforestáis a lo macrobestia para producir pienso para vuestras macrogranjas, para devorar comida en macrociudades, mientras generáis mutaciones víricas en estas superficies macrodestructoras para macroesconderos de lo que vosotros mismos habéis macrocreado.

-¿Las macroexplotaciones de cultivos o de granjas como los grandes supermercados de las grandes cadenas son hijos de un mismo hilo conductor que nos convierte en esclavos, explotados y consumidores víctimas de un fraude ambiental, social y económico?

-No es un fraude, es un algo más, una evolución lógica, un desarrollo esperable del único objetivo que alienta a nuestro sistema productivo llamado capitalismo: el lucro.

-Rubén he vivido casi siempre en pueblos de entre mil doscientos a dos mil habitantes. En mi anterior pueblo vi desaparecer a las pequeñas tiendas de comestibles, verdulerías, fruterías y demás porque los grandes supermercados estaban a escasos siete u ocho kilómetros. En mi actual lugar de residencia en Mas de las Matas todavía sobrevive el comercio en el que vas y conoces a la tendera/o porque es una vecina/o de la propia localidad con la que hablas, preguntas, encargas y logras encontrar productos de proximidad para ir de Supermercados hay bastante más distancia—aun así---...yo no tengo necesidad de ir a grandes superficies. Además,  algunos productos vienen a cadenas que no sabes por quién están participadas....-Enlazo con la “entradilla” de  la pregunta anterior porque aún con lo que te argumentaba que aquí todavía sobrevive la tienda en la que conoces al tendero; observé, durante la pandemia y el confinamiento,  mucha más gente en los comercios, gentes que no había visto nunca y ,de veras, que me sorprendí—pensaba que antes también iban--- porque, después, una vez levantado el confinamiento todo volvió a ser como antes---esto me lo han comentado las propias tenderas y tenderos—en la tienda del pueblo va quien va y los Grandes Supermercados ,situados a unos 35 km, van todas y todos los que, además, deben desplazarse, casi a la fuerza, porque los servicios sanitarios, administrativas… etc. ...están donde están y la gente tiene el tiempo vital que tiene...-Hay que ir al producto km0,pero no siempre es tan fácil ¿verdad?, porque a veces nuestro modo de vida como infectado por las prisas, los agobios ,los horarios y la excesiva comodidad nos hace hacer cosas que no son las normales o más bien, las más lógicas, ¿verdad?...

-Yo participo en redes de productores agroecológicos asociados, que me dan de comer lo que no produzco. También productos de limpieza, higiene y cien cosas más. A mí me alimenta esto dos veces, porque hacer lo que crees justo y de forma justa llena el espíritu también. Pero también compro a las cuatro tiendas de mi pueblo de mil habitantes, porque me hace vecino y porque comprar en mi pueblo me alimenta también dos veces. Dicho esto, decir también que no hay nada comparable para el espíritu como producir tus propios alimentos.

-¿Qué papel debería jugar aquí la educación?

-La cultura es lo esencial. La clave de bóveda de todo lo que nos podamos plantear para cambiar el mundo.

-Como consumidores, ¿qué debemos o qué podemos exigir?, desde un mundo alterado por el consumismo que, a menudo, piensa demasiado pronto y, de manera, enfermiza o compulsiva en las ganancias antes de en cómo y en qué condiciones se van a basar esos dividendos...

-Dejar de ser siervos del mercado, súbditos de la dictadura del capital. Empezar a tomar decisiones sobre cómo y qué consumimos, producimos y distribuimos.

-La globalización consumista, pero también cultural que nos bombardea constantemente y que nos preparó incluso antes que nos desbordase el consumismo más neocapitalista, en qué momento está ahora porque el planeta está al límite, estamos en plena crisis de suministros, intentando levantar cabeza del hachazo de la pandemia Covid-19…

-Los escenarios futuros van a conllevar una reducción de la complejidad de nuestra civilización. Es algo que ya está ocurriendo, aunque aún no nos percatemos del todo. Y esto es así por nuestra dependencia energética de los combustibles fósiles, sobre todo del petróleo, gas, carbón, uranio, fosfatos, etc. que tienen un giro declinante en su proceso extractivo, puesto que ya estamos o hemos superado su pico de máximo rendimiento extractivo. Esto supondrá la inviabilidad del capitalismo global neoliberal por falta del flujo sanguíneo que lo alimenta. Esperemos que esto no suponga también nuestra autodestrucción como especie, y podamos empezar a transitar a otros modelos sociales. En este sentido yo soy ecologista y libertario, aunque me hablo hasta con los fachas de mi pueblo, no tengo problemas en este sentido.

-Amigo Rubén este libro no sería el mismo si no trabajases en un medio rural, ¿verdad?; además de trabajar “por ese medio rural”, ¿verdad?

- Cuento la historia reciente de un movimiento social que yo mismo he vivenciado. Eso es lo que puede tener de especial un libro como este. No es lo mismo, y lo sé por experiencia también, que hablar de unos hechos históricos que ocurrieron 60 años antes de que yo naciera. Esto último aporta desde lo libresco. Pero lo vivenciado tiene de añadido que también lo hace desde el crisol de lo emocional.

-Porque muchos se aprovechan de ese entorno rural para extraer, pero no invertir en él y eso es menospreciar al medio rural...a mí, me da la impresión que es lo que se hace con las macrogranjas, las sobreexplotaciones agrarias que se dan o se han dado en muchos monocultivos controlados por glifosato... o lo que se pretenden hacer con macroproyectos energéticos—plantas fotovoltaicas, instalaciones de aerogeneradores, las líneas de Alta Tensión o de Muy Alta Tensión...---

-La narrativa de qué es lo rural, qué es lo que tiene que ser lo rural y qué es lo que ha sido lo rural, está y ha estado siempre narrada desde las ciudades. ¿Qué podemos esperar a mejor en este sentido? Pues empezar desde el mundo rural a contar lo que somos, lo que queremos, y empezar a decidir por nosotros mismos.

-Rubén, amigo, ¿en qué estás trabajando ahora; nos puedes dar alguna pista?

-En un cómic sobre los desaparecidos de la represión franquista. Otro que recientemente he acabado sobre el colapso de la civilización. Y un tercero, que está a punto de salir en un crowdfunding con Verkami, sobre las colectividades en la España antifascista de 1936 a 1939.

 

 

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