Cazarabet conversa con... David
Ferrer Revull, autor del libro
“Recuerda. Españoles en la masacre
de Oradour-sur-Glane”
Un libro de David Ferrer Revull
que homenajea a las familias españolas que se vieron inmersas en la tragedia de
Oradour-Sur-Glane…
Tragedia que tuvo lugar cuando los alemanes se
retiraban frustrados, impotentes y enrabietados de territorio francés,
perdiendo terreno ante el avance aliado…durante esa retirada cometieron muchos
desmanes, pero sobresale en la memoria la tragedia, en forma de matanza y demás
que ocasionaron en este pueblo francés..
David Ferrer Revull
se aproxima a las familias españolas vinculadas a este pueblo y que, o bien se
vieron implicadas o bien se salvaron por bien poco...
El libro está apoyado por el Ateneo
Republicano du Limousin; Département
Haute Vienne y Centre de la Mémoire Oradour-sur-Glane, Village Martyr
Lo que nos encontraremos en el libro: El 10 de
junio de 1944 los habitantes de la población francesa de Oradour-sur-Glane fueron asesinados indiscriminadamente por tropas de
las SS alemanas en lo que fue uno de los peores crímenes de guerra nazis en la
Francia ocupada.
Entre las 643 víctimas, en su mayoría mujeres
y niños, se contaron 19 refugiados republicanos españoles: 11 niños y niñas, 6
mujeres y 2 hombres.
La memoria de estas familias recupera su voz
75 años después.
El autor nos dice del libro: “Espero que el
libro os parezca útil ya que, hasta hace un tiempo, era poco conocimiento de
los republicanos muertos en Oradour. Más que nada es una recopilación de la
información que he conseguido, muy fragmentaria, intentando presentarla con
cierto hilo conductor por un lector genera
El sumario de este libro:
Prefacio
Introducción
Refugiados españoles en Oradour-sur-Glane
Oradour, 10 de junio de 1944
Los nombres
Españoles muertos en la masacre de Oradour
Familia Gil-Espinosa
Carme Juanós Sampé
Familia Lorente-Pardo
Familia Serrano-Pardo
Familia Masachs-Borruel
Familia Téllez-Domènech
Otras víctimas
Epílogo
Mapas
Créditos de las imágenes
Informantes
Archivos consultados
Bibliografía consultada
El autor, David Ferrer se presenta a sí mismo:
“Nací en Sabadell en 1969, soy licenciado en Filología Inglesa por la UNED, he
trabajado en la industria textil, en la universidad, y actualmente como
profesor de enseñanza secundaria. Miembro del Ateneo Republicano du Limousin y del Amicale des Anciens Guérilleros Espagnols en France-FFI. Hago investigación y autoedición
por activismo militante”.
El autor nos invita a descubrir: https://sites.google.com/view/ef1939/inici
Enlaces:
https://www.cartv.es/aragonsostenible/canal-ods/oradour-sur-glane-10-de-junio-de-1944-i
https://www.cartv.es/aragonnoticias/noticias/domingo-objetivo-exiliados
https://www.youtube.com/watch?v=LybrrYsouVA
https://www.lrp.cat/lrp-arts/article/1762004-la-tragedia-te-nom-de-dona.html
https://www.elpuntavui.cat/societat/article/5-societat/1916174-els-catalans-d-orador.html
https://denikn.cz/538779/francouzske-lidice-po-temer-80-letech-uznaly-zapomenutou-zahranicni-obet/
https://www.rtve.es/play/audios/mujeres-malditas/mujeres-malditas-ramona-dominguez-09-12-20/5734158/
Cazarabet conversa con David Ferrer Revull:
-Amigo, ¿qué es lo que os llevó a investigar sobre los
diecinueve, si no me he descontado, ¿republicanos españoles que murieron en la
masacre nazi sobre la población civil d´Oradour-sur-Glane en la retirada de estos…? ¿Hubo algún incentivo qué
te ha hecho investigar sobre esto?
-De entre las 643
víctimas mortales de la masacre en Oradour-sur-Glane
se encuentran 19 españoles, de los cuales 11 niños y niñas, 6 mujeres y 2
hombres. No te descuentas, pero es que hasta ahora ni siquiera se habían
contabilizado bien. A diferencia de las víctimas de otros orígenes, y a pesar
de que no era un dato desconocido el que se encontraran españoles entre los
allí asesinados, no se había realizado prácticamente ningún esfuerzo en nuestro
país para, como mínimo, realizar su identificación. Esta desidia me resultaba
completamente incomprensible y me causaba vergüenza. El incentivo para iniciar
la investigación era poner un poco de remedio a esta situación dentro de lo que
me fuera posible.
-En Oradour-sur-Glane, ¿qué pasó aquel
día en el que los nazis, de retirada, como que enloquecieron y se ensañaron con
la población civil, matando a más seiscientas personas, diecinueve de ellas de
origen español exiliados por la guerra?
-Las tropas causantes de
esta masacre y de muchas otras (la misma unidad ahorcó el día anterior en
Tulle, a pocos kilómetros, a cien hombres de balcones y farolas) simplemente
aplicaron un modo de operar cotidiano en el Este de Europa, y que no habían
practicado tan abiertamente en la Francia ocupada. Cuatro días antes los
aliados habían empezado su desembarco en Normandía y en su desplazamiento al
norte los alemanes marcaron el terreno con terror.
-¿Hay identificados o están identificados los responsables de
aquella masacre, pero respondieron ante la justicia? -- 3.ª Compañía del 1.er
Batallón del Regimiento Der Führer, de la División SS Das Reich del Waffen-SS del Reich---, me refiero a los autores
intelectuales como a los más directos sobre el terreno
-Sí, los responsables
necesarios, como son los mandos de esa unidad militar, son conocidos, e incluso
la totalidad de los individuos participantes; estos desde hace unos pocos años
al desclasificarse documentación de archivos militares. Un juicio en Burdeos en
1953 acabó con todos los condenados amnistiados por la Asamblea Nacional
francesa en aras de la reconciliación nacional (se juzgaba a alsacianos
incorporados al ejército alemán) y en 1983 un militar alemán es condenado a
cadena perpetua en la RDA, aunque será excarcelado en 1997.
En mi investigación he
obviado la identificación de los criminales, que están documentadas
perfectamente en otras obras. Historiográficamente se me puede reprochar, pero
mi opción fue rescatar la memoria de las víctimas y no dedicar espacio a los
verdugos. No mencionar sus nombres ni para mal. Tampoco hay ninguna fotografía
con imaginario nazi. Además, por desgracia, su actuación no se puede considerar
particular, ya iba incorporada con el uniforme.
Respecto a la acción de
la justicia, al dolor local por la matanza se une un insulto posterior por la
falta absoluta de depuración de responsabilidades. Es más, se ha llegado a
enjuiciar a uno de los supervivientes de la masacre por publicar que los
soldados alsacianos en las SS fueron “supuestamente” alistados a la fuerza. Por
ese “supuestamente”. Imagínate…
-¿Crees que fue fruto esta reacción por parte de los nazis en
retirada por la invasión en Normandía, entre la venganza, la impotencia y la
frustración?;¿Por qué eligen Oradour-sur-Glane?, se
comenta que mataron a un Capitán SS por parte de la Resistencia y que lo
tomaron como represalia…
-Se debe entender como
una de las muchas acciones de violencia extrema e indiscriminada de un ejército
que practica la guerra de este modo. Y las acciones de resistencia armada en
toda Francia que facilitan el éxito del desembarco de Normandía son contestadas
así. Pero una cosa es describir su modo de operar y reaccionar y otra intentar
hallar consecuencia. Supongo que tenemos una necesidad de comprender y para
ello buscamos una explicación a hechos como estos. Así, pensar, por ejemplo, en
términos de represalia nos consuela en cierto modo. O intentar saber por qué
ese pueblo y no otro. O concebir la locura repentina de un oficial nazi. Pero
sería apoyarse en muletas que no existen. No puede entenderse un crimen sobre
cientos de niños y mujeres que serán calcinados vivos como una represalia. Ni
por proporción, ni por relación, ni por agencia, ni por nada. Querríamos
aplicar una lógica próxima a nuestro pensamiento donde solo hay terror por el
terror. Sin explicación todo es más terrible. Pero no podemos escapar a la
realidad de una ideología que llevó a la muerte a más de un millón y medio de
niños. No hay muletas.
-Los pocos que lograron escapar lo hicieron porque consiguieron
alcanzar la Abadía de Munch y allí los monjes les
indicaron cómo salir por el desagüe de más de seiscientos cincuenta metros,
completamente a oscuras… ¿fue así?;¿recibieron represalias los monjes?
-Esa referencia a esos
supuestos monasterios y huida subterránea solo la he encontrado en fuentes en
español, no le daría veracidad. Los testimonios del puñado de supervivientes
narran cómo huyeron pudiendo esquivar el fuego alemán y se cobijaron en
caseríos vecinos. Algunos fueron llevados al hospital. Días después de la
masacre aún fueron perseguidos, en este caso por la Milicia (cuerpo de
paramilitares fascistas franceses), pero contaron con la complicidad de
personal médico que facilitó su traslado a hospitales más lejanos, dificultando
su identificación.
-¿Qué pasó después de aquel día en Oradour-sur-Glane
en el pueblo y alrededores?
-La desolación absoluta.
Oradour y los caseríos dentro del perímetro de la redada nazi había sido
saqueado e incendiado. Sus habitantes, muertos, y sus cuerpos, calcinados y
ultrajados. Piensa que de las 643 víctimas apenas unas 50 pudieron ser
reconocidas y enterradas. Algo sabemos en España de esa manera de no poder
cerrar el duelo por no poder ni siquiera enterrar a los nuestros. Los familiares
que ese día no se encontraban en Oradour, o que vivían más allá de la zona
atacada fueron testigos de ese terror innombrable. La proporción de mujeres y
niños entre las víctimas es muy alta. El pueblo, inhabitable.
-¿Gracias a los supervivientes se pudo ir reconstruyendo la
historia de lo acontecido en Oradour-sur-Glane?
-Conocer el desarrollo
de la masacre solo fue posible gracias a los testimonios de los supervivientes
y por el hecho de que la ocupación alemana de Francia terminaría pocas semanas
después. Sin ningún testigo y con una victoria alemana la interpretación de lo
ocurrido habría sido completamente distinta, sin duda. Pensemos que algo
principal era no dejar testigos. En Oradour se aniquilaba a toda una población,
ni destacarse como colaboracionista salvó a nadie.
-Allí murieron diecinueve españoles republicanos que escaparon
de la guerra de aquí y se refugiaron allí, ¿cómo llegas a sus historias y a ir
reconstruirlas?
-La liberación de
Francia en ese verano de 1944 facilita que las nuevas autoridades intenten
identificar a las víctimas y honrar su memoria. En diversos procedimientos
legales se establecen listas de las víctimas en Oradour, con mayor o menor
precisión en el caso de los españoles. Pensemos que eran allí refugiados
extranjeros, que en la mayoría de casos fallecieron familias enteras, que nos
encontramos además al final de la Segunda Guerra Mundial. De cualquier modo,
esta identificación se ha traducido luego en diferentes homenajes epigráficos en
el cementerio de Oradour, donde los nombres españoles entre las víctimas se
hacen muy aparentes. También se hace evidente que los nombres y apellidos no
eran del todo correctos.
Mi primer objetivo fue
confirmar o corregir todos esos nombres de españoles. No solo “mal escritos”,
sino que, a la manera francesa, podían tomar el apellido del marido para la
mujer, o el segundo apellido como apellido principal (y único), etc. Las
supuestas fechas de nacimiento, o los lugares de origen tampoco eran
fidedignos. En principio, contar con datos tan erróneos debería impedir la
identificación de estas personas. Sin embargo, el hecho de estar emparentados,
de que hablamos de niños muertos con sus padres, por ejemplo, hace que si es
posible identificar a uno de ellos podamos llegar a hacerlo con sus familiares.
Una vez llegados a esta
identificación, que ya me parecía un deber de dignidad de todos nosotros hacia
ellos, el hecho de investigar sus biografías por lo que se hallara en archivos,
o el intentar contactar con sus familiares actuales, ya era más posible y me plantée ampliar mi investigación en este sentido. Además,
en la mayoría de casos a ese nombre correcto, a esa pequeña semblanza vital, se
han podido añadir los rostros de esas personas gracias a alguna fotografía. El
aspecto gráfico me parecía también un acercamiento muy necesario.
-¿Sobrevivió algún refugiado español que son los que pudieron dar
cuenta de todos los refugiados españoles que allí estaban, de cómo habían
llegado, del por qué…?;¿qué pudieron aportar esos dos refugiados españoles que
por no estar en Oradour-sur-Glane Millán Bielsa
,Raimundo Tejedor, Josep Busó Pons “Pitu”, pudieron relatar muchas cosas, aunque les debió
costar porque se debieron de quedar bastante impactados?
-Los testimonios de Bielsa,
Tejedor o Busó corresponden a refugiados republicanos
que pasaron por Oradour, pero que años antes de 1944 ya no se encontraban ahí.
Conocieron personalmente a los que fallecieron ahí, vivieron una peripecia
similar a la suya, pero no la experiencia directa de la masacre. En esta mueren
prácticamente todos los españoles que en la época vivían en Oradour. De seis
familias involucradas, solo sobreviven tres padres y una madre, normalmente por
habitar en caseríos que no formaron parte del perímetro de la redada nazi. Es
una experiencia común a muchas aldeas cercanas a Oradour: aldeas donde muchos
padres sobrevivieron a sus hijos, que se encontraban en las escuelas de
Oradour.
-¿Cómo fue el proceso y la tarea ardua de investigación que,
además tiene mucho a ver con el proceso de documentación?, hablas en tu libro
de las aportaciones de las familias Lorente Pardo y Serrano Pardo; de la tesis
doctoral de Éva Léger que
estudió el exilio republicano español en Lemosín, artículos de prensa,, del
documental “Fugir de l´oblit” del realizar catalán
Abel Moreno…
-En efecto, intenté
reunir todo dato publicado anteriormente y componer una base sobre la que
trabajar, ampliar y documentar. También vacié exhaustivamente la bibliografía
existente sobre Oradour. A partir de aquí fueron cientos de consultas a
archivos franceses y españoles, intentar localizar a las familias actuales, y
contar en especial con la colaboración, por no decir complicidad, de los
archivos del Centre de la Mémoire en Oradour y los
Departamentales en Limoges. Durante todo el proceso, por cierto, siempre puse
en común con Oradour y Limoges, y con los familiares, todo aquello que se
incorporaba como nueva información o documentación.
La investigación no
tenía por objetivo editar un libro, pero fue casi una demanda en la que se me
insistió, como por parte del Ateneo Republicano du Limousin.
Creo que, en efecto, es la mejor forma de dar accesibilidad y permanencia a lo
investigado. Y era algo, por fin tangible en muchos sentidos, a poder ofrecer a
los familiares de las víctimas.
Por cierto, los cientos
de documentos a través de los cuales he podido obtener información sobre los
republicanos en Oradour están cedidos de forma digital a los archivos del
Centre de la Mémoire. El libro está redactado para un
lector general, pero todos los datos parten de documentación, ahora disponible
en Oradour.
-Los españoles que estaban allí por qué y desde dónde
venían---está claro que la génesis fue el escapar de la Dictadura
Franquista---, pero unos venían de primeros de la derrota y del exilio y otros
para los Grupos de Trabajo Forzosos….
-El visitante de las
ruinas de Oradour, como lo he sido yo, observa unos nombres españoles entre las
víctimas y se pregunta lo mismo. Ahora podemos confirmar que todas esas
familias se exiliaron en 1939 huyendo de la represión fascista. Su periplo en
el exilio es también común (e igualmente común a miles de familias españolas):
paso por los campos de concentración del Rosellón, hombres empleados para
construcciones de defensa o industria bélica, éxodo ante la entrada de los
alemanes en Francia en el verano de 1940 (con el consecuente peligro de
deportación a los campos de concentración nazis), establecimiento en la huida
en la Zona Libre de Vichy, y encuadramiento de los hombres en GTE (Grupos de
Trabajadores Extranjeros). En Oradour se estableció el 643º GTE, y ello explica
la presencia de estos españoles y sus familias.
-¿Cómo se instalan y cómo se van “acomodando” y haciéndose a la
vida de este pueblo?; ¿son “bienvenidos” o “de todo hubo”?;¿puede decir que
pudieron hacer vida de pueblo y de que hubo integración?
-Si los hombres están
integrados en ese GTE, donde desarrollarán desde trabajo forzado en una cantera
a trabajos agrícolas y forestales para pequeños exploradores de la región, nada
está previsto para sus familias. Las condiciones mejorarán con el tiempo. De
tener que pasar las noches de invierno a la intemperie en 1940, la mayoría de
familias vivirán en 1944 ya en el mismo pueblo, en casas de los habitantes
locales. Las mujeres empleadas en confección, restauración, por ejemplo. Hay
indicios evidentes de una acogida fraternal. Y también de lo contrario, por
supuesto. En todo caso, esas familias, esos niños, van a pasar cuatro años en
Oradour, y dentro de sus cortas vidas va a ser un periodo relativamente estable
y, creo, placentero, después de lo vivido en la guerra y en los primeros años
de exilio. Muchos de los niños habrán pasado la mayor parte de sus vidas en
Oradour.
Una parte final de mi
investigación fue intentar contextualizar en base a los últimos domicilios de
los españoles en Oradour su relación con anfitriones y vecinos. Dar información
también sobre estos integrando sus vidas en lo local como en lo personal.
-Pueblo que como tal no albergaba ni a 400 habitantes, los casi
mil también habitantes de Oradour eran de aldeas, caseríos, pero no habitaban
el propio pueblo…
-Así es, y en el pueblo
de Oradour propiamente es donde por desgracia se ubicaban cuatro escuelas donde
asistían los niños de la comarca, y también los principales comercios a visitar
un sábado como aquel.
-¿Qué les pasó a los habitantes de las aldeas y de los caseríos?,
¿debieron de ser los que en aquel momento no estaban en otro lugar o en
Oradour-- por alguna gestión --los primeros que se enteraron o que “se
encontraron “ con la masacre?
-Cierto. Durante horas
los alemanes permitieron a las personas que se acercaron preocupadas a Oradour
traspasar el cordón militar, para ser posteriormente abatidas. Algo parecido
sucedió con el tren eléctrico regional que tenía parada en Oradour, con su
pasaje asesinado.
Luego hay mil historias
de quienes ese día en principio no tenían que estar en Oradour y finalmente se
desplazaron ahí. Y viceversa. Y de inexistentes responsabilidades y
culpabilizaciones que los supervivientes no podrían evitar autoinfligirse.
Imagina secuelas como el suicidio.
-Charles De Gaulle, después de la guerra quiere convertir
Oradour-Sur-Glane en un símbolo de la barbarie
nazi…un símbolo de la matanza, de la masacre y del incendio de todo el
pueblo…creo que logró lo que quería, “su efecto”, ¿no?
-Lidice
era una población checa donde los nazis perpetraron la misma acción que en
Oradour. Ahí tuvieron además de arrasar las ruinas del pueblo. No quedó rastro,
ya no solo de sus habitantes, sino de la misma existencia de la población. Es
evidente que recorrer las calles de Oradour, incluso cuando los indicios de
fuego y ceniza han sido borrados por el tiempo y la hierba crece entre los
escombros, es una experiencia que nos acerca a un entendimiento mínimo de lo
sucedido mucho más que una simple descripción, o una ubicación no reconocible.
Al mismo tiempo, con el
emplazamiento de un pueblo de nueva planta justo en las inmediaciones se
constituye una memoria local tan constante y evidente que habrá marcado quizás
aún más a sus habitantes, con un peso muy difícil de llevar. Pero la memoria no
es cómoda, es solo más íntegra que el olvido.
-Matan a los hombres en la plaza y encierran a mujeres, ancianos
y niños en la Iglesia….desde allí debieron oírlo todo o casi todo…los saqueos,
el cómo iban incendiando casa a casa—previamente despojada y desbalijada—y
luego debieron ver, ya no quiero pensar qué sintieron, cómo aquel artefacto era
introducido en la Iglesia….después sienten la asfixia por las bombas de humo,
se agolpan sobre la puerta de la sacristía, ésta cede y los alemanes abren
fuego…debieron morir o caer muy mal heridos todas y todos….los que no, fueron
presas del fuego..
-Y algunos niños
muriendo de esta manera atroz sin sus madres. No podemos cambiar nada de eso,
pero sí podemos cambiar el olvido que se cierne sobre ellos. ¿Cómo puedo
sentirme sabiendo que dos niñas de mi ciudad, Sabadell, murieron así sin
intentar reivindicar su memoria?
-Todo esto lo sabemos, tan minuciosamente, gracias al testimonio
de una sobreviviente Margaritte Rouffanche
que logra salir por una ventana rota y esconderse en unas zarzas donde es
encontrada al día siguiente…
-Los supervivientes de
Oradour salen del terreno de lo improbable. Entre cientos de personas, unos
logran escapar al no haber sido herido mortalmente en un fusilamiento, la Sra. Rouffanche pasando por muerta, …No hay agradecimiento
suficiente para su labor de testimonio después de lo sucedido a ellos y a sus
familias. Ese compromiso cívico que todos deberíamos aplicarnos. Porque tomar
como deber revivir la tragedia y hacerla conocer hasta el día de hoy, como hace
el Sr. Hebras, no debe ser nada fácil.
-Del pueblo solo queda en pie una casa donde hacen noche algunos
alemanes que se quedan como “de guardia” … pero después vuelven tropas alemanas
a esconder la masacre, ¿se sabe si fueron los mismos que la realizaron?
-En principio, después
de la masacre quedó un retén para deshacerse de los restos humanos en fosas con
cal viva.
-Entre medias algunos moradores de Oradour, de aldeas y
alrededores, ya se encontraron con la masacre…
-Sí, muy pronto ya
intentaron acceder a las ruinas. Hay que pensar que no sabían lo que iban a
encontrar. La desesperación debe haber sido inenarrable.
-Y los buscan, los alemanes y los paramilitares fascistas
franceses, buscan a los que escaparon, a los que sobrevivieron…es como querer
poner clavos en los ataúdes de la historia de Oradour…-Por cierto, ¿qué les
pasa a los paramilitares franceses?, encubridores y, de muchas maneras,
copartícipes sino directos sí indirectos…
-Alguno acaba trabajando
para L’Oréal en España, por ejemplo. La depuración de
responsabilidades al final de la guerra en Francia no fue probablemente
ejemplar. Aunque dependerá de con qué otro país lo comparemos.
-Las consecuencias para los que sobrevivieron, fueron
testimonios más o menos directos o familia directa de los que perecieron
debieron ser bestiales… el trauma emocional y el duelo debe ser muy, muy duro….
-Imagina solo familias
que por Navidad ponían bajo el árbol de Navidad juguetes medio calcinados de
los pequeños que ya no estaban. O que cualquier visita al cementerio de Orador
sea atravesando las calles en ruinas del viejo pueblo. Y seguro que ninguna
familia quedó indemne. Un dolor colectivo muy evidente y presente.
-¿Cómo logras, tú, hacerte con las biografías de las víctimas
españolas que cayeron en Oradour-sur-Glane?-¿Qué
pocos y pocas de ellas pensarían que después de sobrevivir a una guerra en
España, pasar el exilio, librarse de los Campos de Concentración Nazis,
intentar hacerse un hueco en la “nueva sociedad” ,empezando una nueva vida en
un pequeño pueblo francés…ir sobreviviendo a la invasión alemana….quién iba a
pensar que una mañana de junio, cuatro días después del desembarco de Normandía,
les esperaría este final…¿qué nos puedes comentar?
-Es una historia muy
triste de, especialmente, niños y niñas que se encontraron entre la tenaza
formada por el fascismo en España y en Europa. Más tristeza añadimos al
constatar que en su país no se guarda su recuerdo. A mí me parece que les
debemos algo, así como a sus padres y madres (morir o sobrevivir en Oradour,
uno puede preguntarse qué sería peor). Al final, combatir el fascismo es
mostrarse mejor que los fascistas. Han pasado 87 años. La mayoría en
democracia.
-¿Por qué fue tan difícil la identificación y el poner los nombres
y apellidos de los caídos en Oradour-sur Glane?
-Hay que pensar que
estamos a finales de la ocupación alemana en Francia, con todas las
dificultades que esto ya añade. ¿Cómo distinguimos verazmente desaparecidos de
muertos cuando los restos mortales son inidentificables? Oradour es saqueado y
quemado, no quedan prácticamente vestigios personales, todos los archivos
públicos se pierden. Añádele que tratamos de refugiados extranjeros, por
definición mal conocidos, que no pueden comunicarse con normalidad con su
familia en España por temor a represalias, que van a morir familias enteras sin
que quede el testimonio de nadie cercano. Además, en la documentación hay
muchos equívocos en sus mismos nombres. Así, la información que hasta hace poco
existía llegaba a confundir el sexo de algún niño, los parentescos entre las
víctimas, o a no incluir a Ramona Domínguez, “nueva” víctima oficial de Oradour
desde 2021.
-Pero tu investigación, la recopilación de documentación, el
contrastar todo ello…el aproximarse a testimonios más o menos directos sobre
vuestro trabajo…es un trabajo que requiere de trabajo, minuciosidad, pero
también de mucha gratificación… ¿qué nos puedes decir?
El trabajo hecho
demuestra que se podía hacer. En mi opinión, si se podía hacer, debía hacerse,
pasa a ser un deber. Si es un deber, más que una gratificación es un
cumplimiento. Creo que todos tenemos una deuda hacia los que nos precedieron y
este puede ser un modo de responder a una obligación colectiva. Dicho esto, lo
compartido estos años con los familiares actuales de las víctimas es participar
de una fraternidad muy intensa.
-¿Y qué metodología de trabajo sueles seguir? -¿Trabajas sobre un guion
de cuestiones y/o preguntas sobre las que ir encontrando respuestas?
-No he tenido un plan
original. Como comentaba, el punto de partida era identificar a las víctimas
con sus nombres y dos apellidos, lugar y fecha de nacimiento. No era evidente
ni poder completar esa parte; de hecho, aunque haga prueba de obstinación y de
cierta perspicacia, hubo mucha fortuna ya en ese momento. Nuevas informaciones
llevan a nuevas preguntas, y eso ha llevado a un mínimo de complejidad en poder
aportar información sobre esas personas, que naturalmente sigue siendo muy
fragmentaria y que se apoya especialmente en lo que registran los archivos. Por
ejemplo, es a veces muy poca la información que he obtenido sobre los niños.
Mucho más fácil es poder conocer, por ejemplo, el oficio o el expediente
militar de un hombre. Aun así, al tratarse de familias, cualquier dato nos
informa sobre lo vivido por todos sus miembros. Creo que, aunque de manera
necesariamente parcial, el libro consigue devolver cierta personalización e
individualización a todas las víctimas y contestar a las preguntas básicas que
nos haríamos sobre ellas.
-Amigo, ¿nos puedes explicar qué finalidades estaban detrás de
este minucioso y esmerado trabajo?; ¿y en qué estás trabajando en estos
momentos?
-Faltos hasta ahora de
un conocimiento mínimo sobre las víctimas españolas en Oradour, creo que este
ya queda presentado y al alcance del público en general, gracias a la
repercusión que el tema ha tenido en los medios, y de las autoridades públicas
a las que he hecho llegar mi libro (ayuntamientos y archivos de lugares de
procedencia, instituciones memorialistas autonómicas, etc.). Con el
conocimiento puesto en esas manos, creo que debería llegar el reconocimiento.
El objetivo final es que, si hasta ahora las dudas sobre la identidad, origen,
etc. … de estas personas imposibilitaba cualquier ejercicio de memoria hacia
ellos en su país (en Francia siempre han contado con ello), el tener
documentada ahora sin ningún tipo de duda esa información permita una actuación
en consecuencia. Poner remedio a la doble tristeza de la tragedia y de su
olvido en su país. Como se realizan esfuerzos para
recordar a los deportados a los campos de concentración, pongo a vuestra
consideración si víctimas de los nazis quemadas vivas, y en su mayoría niños y
niñas, forman un episodio sobre el que deberíamos pasar de puntillas.
La repercusión en
Francia ha sido considerable. Y todos los nombres de los españoles en los
nuevos espacios de homenaje en el Centre de la Mémoire
han sido corregidos y actualizados. Aquí, hasta el momento, solo las niñas Emília y Angelina Masachs Borruel
han gozado de actos de reparación de este olvido por parte de los municipios
donde pasaron sus primeros años, Sabadell y Barberà del Vallès, donde incluso
se les ha dedicado un espacio público y un monumento a
su memoria. Se suma un homenaje a José Serrano Robles en su localidad natal de
Purchena (Almería), con anterioridad a mi libro.
Podríamos decir que, en
algún sentido, mi trabajo es un intento de aportar conocimiento nuevo y que este
deje sin excusas lo que yo entiendo como una deuda hacia esas familias. Y que
el Estado y las autoridades, ciudadanos y asociaciones de poblaciones como
Alcañiz, Murcia, Barcelona, Sant Feliu de Llobregat, Montcada i Reixac, etc… contemplen los gestos simbólicos que les competen. Yo
he hecho mi parte y espero que a quienes corresponda se sientan interpelados.
Mi actividad profesional
no tiene nada que ver con la historia, así que mi disponibilidad para nuevos
proyectos en mi tiempo libre es bastante limitada. Además, afortunadamente, aún
debo realizar con cierta periodicidad presentaciones sobre los españoles en
Oradour en diferentes municipios. Es una tarea que sigo llevando adelante.
También intenté incorporar un proyecto para presentaciones en institutos de
secundaria en mi comunidad, Cataluña, aunque no se ha confirmado ningún
interés.
-David , cuando el mundo vive tragedias como la de los
refugiados Sirios, Afganos—que han convertido en Grecia en un gran Campo de
Concentración en condiciones infrahumanas--- al Mediterráneo en un cementerio
en el día adía; al paso desde la costa occidental africana y hacia las Islas
Canarias en el corredor a mar abierto más peligroso de los que quieren huir de
las diferentes y dificilísimas situaciones en sus países ; al paso hacia
Marruecos, Ceuta y Melilla en un “atrapa al ladrón” con la valla, los cortes,
los policías o los guardias de un lado y otro…. Cuando este verano se ha
abandonado a los Afganos y sobre todo Afganas a manos de los talibanes,
dándoles la espalda y cuando ahora se abre otra crisis de refugiados por la
invasión de la Rusia de Putin a Ucrania…uno se da cuenta que esto es un libro
más que necesario, preciso e indispensable para aprender lo que pasó, a no
olvidar y a no dejar de pensar que somos frágiles humanos…tan frágiles que
vamos cayendo en la misma piedra, qué poco nos acordamos de los sufrimientos ni
propios ni ajenos…¿qué nos puedes comentar?
-Opino que el pasado nos
ayuda a comprender el presente. Y el presente nos ayuda a comprender el pasado.
Mi familia no creo que tenga nada de particular, pero conoció, como miles de
otras, muertes en bombardeos y pasos por campos de concentración. No estoy
seguro de que conocer la historia evite que se repita, pero sí de que nos ayuda
a comprenderla y a intentar que no todo se desarrolle en el peor extremo. Creo
que existen unos valores compartidos, como la fraternidad, que en algo nos
vacunan contra el individualismo imperante. Habrá que ponerlos en práctica de
modo efectivo.
Me preocupa que la
superioridad moral que se nos supone a demócratas frente al fascismo, incluso
de baja intensidad (ahí donde se dificulta la participación, la transparencia,
o la rendición de cuentas en nuestros puestos de trabajo, en nuestras escuelas,
en nuestros municipios, etc. …) debe ejercerse, demostrarse y exigirse, no solo
proclamarse. Nada está menos asegurado que la democracia, la libertad y la paz.
La mala calidad democrática nos envuelve y da alas a “lo otro”.
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Cazarabet
c/ Santa Lucía, 53
44564 - Mas de las
Matas (Teruel)
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