por-que-preservar-la-montana.jpgCazarabet conversa con...   Eduardo Viñuales, autor de “Por qué preservar la montaña. Guía natural de la A a la Z” (Sua Edizioak)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Excelente libro didáctico y que despertará nuestras curiosidades, editado por Sua, que piensa y repiensa la montaña en más de una dirección y desde más de una perspectiva desde la pluma y la sensibilidad de Eduardo Viñuales…

El libro en forma de “cuaderno” más bien guía, realiza un repaso a los términos y recónditos nombres que rodean a nuestras montañas…hasta el más minucioso vínculo hacia sus habitantes y ecosistemas, trata “lo geográfico” para que nos entendamos, pero también “lo biológico”;se trata como de un manual “de humanidades” sobre la montaña

Eduardo Viñuales concibe una Guía Natural de la A a la Z de todos los interrogantes que rodean al concepto de “montaña”

Como os decíamos este libro lo edita Sua desde el País Vasco y viene a abrir una colección, El Mundo de los Pirineos… nombre que toman de la prestigiosa revista que ya hace años vista quiosco y no pocas curiosas miradas…

La sinopsis del libro:

Este es primer libro de la nueva colección El mundo de los Pirineos. Pero no es el número uno, es el 133 porque carga a las espaldas con la herencia de veinte años de trabajo, experiencias, conocimientos y artículos de la revista El mundo de los Pirineos, de cuya marca es heredera en las formas y los contenidos esta colección de libros. "Es por ello que, de la mano de un experto como Eduardo Viñuales, hemos preparado esta gran guía natural de la A a la Z. Es un viaje desde el respeto a los aspectos importantes de los Pirineos, un laborioso repaso a las características y personalidad del mundo natural, a las curiosidades, un paso más en nuestra necesaria labor de ampliar nuestro conocimiento sobre todos los actores y escenarios de los Pirineos." Porque conocerlos es protegerlos y cuidarlos.

 

 

 

Cazarabet conversa con Eduardo Viñuales:

DSC7689.jpg-Eduardo, amigo, ¿qué es lo que te ha hecho escribir y publicar Por qué preservar la montaña? ¿qué es lo que te ha llevado a ello?

-Desde que era un niño empecé a descubrir la Naturaleza de Aragón y, especialmente, el medio natural de sus montañas. Primero fueron los pájaros, luego los árboles, las flores, los mamíferos, los anfibios… la geología y el suelo, el clima… todo un sistema ecológico en perfecto equilibrio, un medio frágil muy bien conservado que cuando uno empieza a conocerlo comprende que cada día que pasa es más escaso, pues no tiene voz… y que por lo tanto uno debe de hacer algo para que ese patrimonio natural de primer orden se conserve y se proteja. Por eso a los 14 años fundé un grupo ecologista o naturalista. Y desde allí comencé a escribir de lo bello y valioso que es todo ese mundo exterior al que cada día parece que somos más ajenos y que es vital no sólo para el resto de vida salvaje, sino también para nosotros.

-Te mueve cierto “aire didáctico versus divulgativo”, ¿no?

-Siempre he creído en la máxima de que “conocer es querer” y de que “querer es conservar o proteger”. Yo he llegado a esa conclusión y la lanzo a los demás. Si la gente conoce un Parque Nacional, aprecia de cerca la belleza de un insecto o siente el panorama que se contempla desde una cumbre de montaña, esa experiencia muy posiblemente le llevará entender algo más, a tener un apego especial, una empatía con ese lugar, animal o árbol. También pienso que la Naturaleza no es un museo que deba ser siempre guardado en una vitrina de cristal, y que por lo tanto –salvo casos puntuales- podemos verla, tocarla, olerla… aunque siempre con respeto y con educación… entiendo cuando hay normas o prohibiciones, haciéndolo sin sobrepasar líneas rojas que pongan en peligro eso tan hermoso.

-¿Qué te atrae, amigo de los Pirineos para ser considerado un especialista en esta cordillera?

-Nuestras montañas, a pesar de estar domesticadas por ciertas actividades humanas, son muy posiblemente último y mejor refugio para la biodiversidad y para el paisaje poco intervenido por el hombre, lugares realmente inaccesibles y hostiles. Aquí arriba no pintamos nada, y somos vulnerables a cualquier cambio de tiempo o imprevisto. Las alturas son reino del silencio, la soledad, la belleza más pura, el vacío antrópico… para muchas civilizaciones han sido un lugar sagrado y hoy aquí se refugian los mejores bosques o animales como el oso pardo, el lobo, el quebrantahuesos… o plantas únicas en el mundo de distribución muy limitada.

-¿Por qué te lo planteas como un libro-guía (casi como un vocabulario estructurado por tres grandes temas) y no otra manera de aproximarse a la montaña, en este caso la montaña o la cordillera de los Pirineos?

-Este libro surge como una propuesta a la revista El mundo de los Pirineos de hacer un artículo que presentara las claves para entender el mundo silvestre de la cordillera de una manera diferente: haciendo un juego de palabras de la A a la Z. El proyecto se torna más ambicioso y se propone ampliarlo para realizar, más que un artículo, un monográfico de muchas más páginas que se convirtiera en un pequeño diccionario de na Naturaleza pirenaica. Y ello coincide, a finales de 2019, con la reconversión de esta revista bimestral –con 132 números anteriores ya publicados- en la versión de libro estacional, el primero de la colección –que lleva por número 133, por que no se pierde la cabecera- de 175 páginas. Finalmente, para no hacerlo tan aburrido o tan académico, dicha “guía natural” que lleva por título “¿Por qué preservar la montaña?” se restructura en cinco capítulos: El nacimiento de las montañas, la teoría de los cuatro humores –nieve, sol, viento y agua-, el origen de las especies o las especies en el origen, la huella del ser humano y preservar la vida y los espacios naturales.

eduardo-vinuales.jpg-Bueno y es que hay, ya –por desgracia--, por imperativo vital, que es preservar la montaña pirenaica, ¿no?; ¿por qué?...más allá de que la estimemos, la amemos…aunque, amigo, aquello que no se conoce es muy difícil de amar y si no se ama también es difícil de defender de las muchas amenazas a las que está sometida, ¿verdad?…

-Hay muchos motivos. Podríamos decir que por egoísmo: porque ellas son las mejores fuentes de agua limpia, de oxígeno, de materias primas o de recursos que necesitamos para nuestra supervivencia… Porque son sinónimo de deporte y de salud. Por causas turísticas para un medio rural en declive que busca nuevas formas de prosperidad. Hay quienes las protegen por motivos religiosos, espirituales... como sucede en el Himalaya o en los Andes donde son la morada de dioses o divinidades. También por amor a las montañas, a sus panoramas emocionantes, a su contenido vivo, sus hielos y nieves, a sus formas que han sido inspiración de artistas de toda clase y condición… Evidentemente por cultura, civismo y educación. O, como diría George Mallory, “simplemente, porque están ahí”. Al fin y al cabo, ellas nos protegen a nosotros. ¿Por qué no les íbamos a devolver el favor?

-Pero hay que preservar la montaña por mucho más, ¿verdad?... por ella misma y por cada uno de sus habitantes, por puro respeto a la vida, la nuestra, también y la del resto de seres del planeta, ¿sean humanos o no?

-Nos estamos cargando el mundo, nuestro mundo. Además de esta pandemia sanitaria, no olvidemos que vivimos inmersos en una gran crisis climática debido a la acción insostenible de las actividades humanas modernas que dañan la tierra, contaminan las aguas y perturban la atmósfera, el aire que respiramos y que nos cubre. Cada año se talan 15 millones de árboles. Unos 3 millones de personas mueren anualmente por enfermedades respiratorias. El cambio climático está provocando sequías, inundaciones, incendios, y todo tipo de catástrofes naturales magnificadas. Pero sin embargo las montañas del mundo –aún las de la Vieja Europa- todavía siguen siendo grandes y salvajes, están vivas… y eso en algunos de nosotros, como bien han descrito Eduardo Martínez de Pisón y Sebastián Álvaro, provoca un sentimiento muy especial, el de la alta montaña, el que genera ese santuario propicio para algo tan intangible como es la poesía.

- Por favor, ¿nos puedes explicar por qué te planteas  dividir “esta presentación de la montaña” en tres bloques: el nacimiento de las montañas; teoría de los cuatro humores: nieves, sol, viento y agua;  y ¿el origen de las especies o las especies en el origen?

-Tras veinte años de trayectoria editorial con Sua Edizioak, la cabecera El mundo de los Pirineos ha querido hacer -como se ha dicho-, un juego de palabras y de contenidos especial que ayudara a conocer mejor el entorno natural y social de dichas montañas, hablando de orogenias, de ríos y de lagos, de especies de fauna y flora, de cumbres, de condiciones atmosféricas, de parques y reservas naturales… temas de los que se va a seguir hablando en esta publicación que continúa caminando con la misma ilusión que cuando nació.

eduardo-viñuales-cobos-foto.jpg-Geológicamente, el Pirineo, ¿qué nos desvela que no lo hace cualquier otra montaña de nuestro alrededor más inmediato?

El Pirineo se ha levantado dos veces, se ha creado en dos ocasiones, hace 500 millones de años y hace 65 millones de años. Fue un mar, y por eso en la cumbre del Monte Perdido se pueden hallar incrustado en las piedras algunos fósiles marinos. Pero también tuvo volcanes, como lo delata la observación de las rocas diferentes del Midi d’Ossau, del pico Anayet o de la comarca de la Garrotxa. En sus suelos y relieves uno puede distinguir múltiples minerales, pero sobre todo pizarras, granitos, areniscas y calizas con un fuerte proceso erosivo propio de las regiones kársticas –con cañones, simas, dolinas, lapiaces-… sin olvidarnos de esos circos y los lagos de origen glaciar que forman parte de la impronta de épocas mucho más gélidas y no tan lejanas en el tiempo del reloj natural.

- Sí, como dices y muestras, mediante las imágenes fotográficas, el Pirineo tiene un poco de todo: vientos, sol quebradizo, aguas que fluyen y desbordan, nieves ingentes…todo un microcosmos a estudiar, a mostrar, a divulgar y enseñar para ser venerado, pero ¿no crees que a veces “estiramos” demasiado de estos lugares y que se les explota a toda costa…?; ¿a la montaña, a las montañas hay que apreciarlas poco a poco y sin masificaciones…cómo lo ves; qué nos puedes reflexionar?

-Por eso digo que a la Naturaleza hay que ir con respeto y entender cuando se ponen normas o limitaciones a ciertas actividades de ocio, como el cierre de pistas forestales a vehículos privados. Los espacios naturales tienen una “capacidad de acogida” estimada de visitantes que no se debe de superar para evitar así que el ecosistema se deteriore y se estropee, al igual que una viga puede tener una “capacidad de carga” que no se debe de sobrepasar en kilos, porque si no la viga se rompe y la casa entera se puede caer. Es una pena cuando suceden casos como los del Salto de Bierge –en Guara- o lo que está pasando en el Ibón de Plan o de la Basa de la Mora –donde los vehículos llegan a cerca, a tan sólo 15 ó 20 min de andada de poco esfuerzo-, pero si hay voluntad todo se soluciona. En Ordesa el sistema de autobuses de Torla a la Pradera de Ordesa funciona perfectamente. Hace años los vecinos se opusieron a limitar el acceso al aparcamiento de arriba, y arrancaron las vallas… pero hoy ese sistema de autobuses -que es rentable económicamente- ha pasado a manos del ayuntamiento y genera unos ingresos en las arcas municipales.

- Eduardo, ¿el Pirineo presenta microclimas o condiciones especiales en algunos de sus lares que le hacen acreedor de retener especies que no se dan o casi no se dan en otros lugares?, ¿puede ser, además un lugar idóneo para que algunas especies recobren el latido en la naturaleza?

-Sí, en lugares como el fondo de las foces o los cañones hay especies relícticas de épocas tropicales –como la oreja de oso o la Borderea chouardii-, mientras que en las cumbres de cerca de tres mil metros, por el contrario, perviven plantas y especies animales propias de épocas muy frías, glaciares. Ese es un legado que debemos conservar preservando en buen estado de conservación sus hábitats naturales, aún a pesar de factores de afección global como el cambio climático. Son especies bandera, indicadoras de que los Pirineos son uno de los mejores enclaves de Europa para la biodiversidad.

_DSC8797.jpg- ¿Cómo está afectando, amigo, el calentamiento global al comportamiento y a la vida en la montaña?

-Es muy visible en el retroceso de los últimos reductos de hielo glaciar en los macizos de las Maladetas, Monte Perdido, o de Vignemale, Infiernos o Perdiguero donde pasan de ser un glaciar a nevero y a veces a desaparecer por completo. Pero también eso está incidiendo en la pluviometría y en el caudal de los cursos de agua. Todo ello va a tener fuerte incidencia en la generación de energía, en el aprovechamiento de los pastos a través de la ganadería, en la productividad de los bosques, en el turismo… amén de cambios en el paisaje, la biodiversidad o la inseguridad frente a los riesgos naturales crecientes.

- La aportación de documentos gráficos en forma de fotos es imprescindible para conseguir un trabajo tan redondo y, a la vez, fácil de leer…creo que es fácil de leer porque es atractivo visualmente hablando y esto es gracias a que hay un buen equilibrio entre lo que nos enseñan tus aportaciones y lo que nos muestran las fotos e imágenes, ¿qué nos puedes decir?

-La imagen, una buena fotografía, siempre ha sido importante para el equipo de dirección y diseño de El mundo de los Pirineos. Es el escaparate de una publicación y es importante que el trabajo bien hecho entre primeramente por los ojos para seguir leyendo. Aquí contamos con la suerte de disponer una buena materia prima, una Naturaleza colorida, sorprendente y magnífica que es la de las montañas pirenaicas. ¿Sería igual de atractiva la publicación si la cordillera estuviese llena de líneas eléctricas, bosques masacrados y cumbres ocupadas por estaciones de esquí o urbanizaciones? Desde luego que no. Pero como autor sé que hay que esforzarse en captar las mejores luces del día, los momentos especiales del año, en tratar de capturar el vuelo elegante del quebrantahuesos o del águila real…por eso siempre levo encima y mano la cámara de fotos. Es inseparable. Por otra parte, los textos -sin perder su rigor- pienso deben ser amenos y divulgativos, comprensibles para todos los públicos. Pero también trato de recoger en ellos mis impresiones, percepciones o lecturas personales que ayudan a construir un contenido más poético. Comunicar es tratar de seducir para atrapar la atención y el cariño del público hacia la Naturaleza y la montaña.

38b.jpg- En esta clase de libros-guía, ¿lograr que sean entretenidos es lo más importante… porque detrás de todo trabajo de divulgación, el  despertar la curiosidad de curiosidades es el objetivo más importante?

-En efecto, volvemos a lo mismo. Conocer para querer y querer para conservar… y si lo pasamos bien o tenemos una experiencia inolvidable, pues mejor que mejor. Un naturalista siempre digo que tiene los ojos de un niño que quiere descubrir el mundo paso a paso, poco a poco, un mundo tan amplio que nunca lo acaba uno de conocer o de entender bien del todo. Nos fascina ver la floración de una saxífraga o de una linaria entre las rocas y la nieve, el tratar de entender cómo es el ciclo vital de una mariposa tan compleja e interesante como la hormiguera de lunares de los prados de montaña, o de contemplar el fenómeno barrera de las nubes que quedan retenidas en la vertiente norte por el llamado Efecto Foëhn. Todo nos gusta y nos emociona… nos hace felices y tratamos así de compartirlo.

- Eduardo, ¿Cómo te planteaste este trabajo de aproximación e incursión en torno a la montaña… háblanos del proceso de documentación y de la metodología de trabajo…? ¿Cómo ha sido editar con Sua Edizioak?

-Desde que era un chaval siento pasión por la Naturaleza y por las montañas. Primero por las aves a través de un amigo del colegio, con 13 años. A los 20 años publiqué mi primera Ecoguía del Pirineo Aragonés con Anaya Touring, y cuando el director editorial de Madrid me conoció me dijo “que era insultantemente joven”. Con mis amigos hemos salido al campo a fotografiar pájaros, animales, plantas… Y llevo casi toda la vida en ello. Cada día aprendo algo a través de mi experiencia o vivencia saliendo al monte, leyendo un libro o con alguien que me acompaña. Con la editorial vasca Sua llevó también media vida. Empecé ya en el año 1998 con la publicación del número 0. Fui una de las primeras personas en saber de este proyecto, gracias a mi amigo Txusma Pérez, impulsor de la idea y coordinador hasta su reciente retiro laboral de dicha revista. Con Sua he hecho mapas y libros como “Excursiones a pueblos con encanto de Aragón, “Rutas con niños por el Pirineo Aragonés” o “Los bosques más bellos de Aragón”. Me encuentro a gusto, en familia. Han hecho una gran labor de promoción de la montaña y el mundo rural aragonés.

_EVC2107.jpg- El libro –guía abre como una nueva colección desde Sua, El Mundo de los Pirineos… bueno avalado ya vienes por esa publicación, en formato revista, que nos acerca a los Pirineos…¿qué nos puedes decir?

-Ha sido el primero libro de la colección, aunque sea el número 133 porque sigue esa estela dejada por la revista con la misma cabecera de “El mundo de los Pirineos”. Ahora mismo ya han salidos dos nuevos títulos en estos meses de verano: “Los últimos glaciares” y “Océanos de piedra”. En estos 22 años de trayectoria con la revista he ido publicado muchas fotos y he abordado muchos reportajes con mi firma y con un entretenido trabajo previo de consulta, viaje y aprendizaje. Recuerdo algunos artículos con especial cariño como el dedicado al macizo de Cotiella, a los lugares recónditos, a las plantas tóxicas… o el de las playas pirenaicas.

- ¿El libro-guía es una invitación a saber más sobre todo lo que significa y nos aporta la montaña pirenaica? —en este caso tomando el pulso a los Pirineos-.

-Especialmente a lo que es su Naturaleza salvaje. Aquí los protagonistas son, por ejemplo, la Foz de Arbaiun con sus casi seis kilómetros de impresionantes paredes talladas por el río Salazar, las plantas alpinas que crecen desafiando al frío, la viene y al viento… o los abundantes sarrios que corren y saltan por los peñascales de parques y reservas protegidas. El pulso es bueno. La montaña está sana, y esperemos que salva pese a algunos proyectos que hay que revisar como el de la ampliación de Cerler hacia Castanesa.

- Conocerla, preguntarse sobre ella…se traduce visitándola mucho—me refiero a la cordillera del Pirineo--, ¿verdad?; pero ¿cómo hacerlo de la mejor manera posible para que la montaña no sufra del impacto humano o sufra lo menos posible? ¿Corremos mucho a la hora de acercarnos a la montaña de los Pirineos? Danos algunos consejos para disfrutar de ella sin que ella sufra por nosotros.

La montaña merece un respeto por su bien, y por el nuestro. Tanto en temas de conservación, como de seguridad personas. Con respecto a lo primero, a evitar impactos, yo aconsejo en la montaña dejar el coche aparcado y echar a caminar. Se tiende a querer llegar a golpe de motor al fin del mundo, y nos perdemos el viaje, el tránsito, los pequeños detalles grandiosos que hay al borde de cualquier camino. Paso a paso es cómo mejor se descubren, humildemente, los parajes más bellos e inolvidables. Ello propicia un encuentro íntimo con los vivos. Las prisas no son buenas. De esta manera evitamos humos, ruidos, masificaciones.

 

 

 

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