Cazarabet conversa con... Noemi Guillermo, autora de “Prefiero
M y otras pasiones cinéfilas” (Reino de Cordelia)
Noemi Guillermo una dermatóloga apasionada del
cine que escribe un delicioso y delicado libro, sin caer en la “ñoñería” como
si estuviese escribiendo una película sobre su paso por el cine desde la butaca
y la contemplación de lo que fotograma a fotograma se iba proyectando ante el
cine al que su abuela Julia y su abuelo Francisco loa acompañaban como un poco
de pigmaliones al principio, como compañeros más
tarde y como aconsejados y bajo casi el mandato de una inquieta muchacha con
ideas claras y la mirada alta…tan alta que se ponía a soñar con las estrellas
del firmamento…esas estrellas que delatan un mañana plagado de los sueños
imperecederos que nos deja el cine.
El libro lo edita, con su delicadeza habitual,
la editorial Reino de Cordelia y es que pocas editoriales le ponen a lo que
eligen editar tanto mimo, pasión y amor.
Según el editor con Jesús Egido
a la cabeza la define así:” Una magnífica guía para invitar a disfrutar de
grandes títulos cinematográficos que la fragilidad de la memoria ha ido
difuminando con el paso del tiempo”.
Lo que nos cuenta este libro: En una secuencia
de El desprecio, de Jean-Luc Godard, el actor Michel Piccoli
presenta al director alemán Fritz Lang a Brigitte Bardot, que en la película
interpreta el papel de mujer del actor francés. La Bardot le felicita por un
western que acaba de ver con su marido. «A mí me gustó más M», contesta Lang,
refiriéndose a la historia del vampiro de Düsseldorf que él llevó a la gran
pantalla con Peter Lorre de protagonista. La anécdota le sirve a Noemí
Guillermo para hilar más de una docena de capítulos sobre una de sus grandes
pasiones, el cine. Deliciosamente escritos, en cada uno de ellos rinde homenaje
a una película, algunas tan famosas como El mago de Oz, y otras hoy
prácticamente olvidadas, como Desengaño (Dodsworth),
de William Wyler. Se trata, por tanto, de una guía
para invitar a disfrutar de grandes títulos cinematográficos que la fragilidad
de la memoria ha ido difuminando con el paso del tiempo.
La autora, Noemi Guillermo: (Reus, 1980) Es
dermatóloga y filóloga. Actualmente desarrolla su actividad médico-quirúrgica
en Las Palmas de Gran Canaria. Licenciada en Medicina por la Universidad Rovira
i Virgili de Tarragona y especialista en Dermatología y Venereología, también
se graduó en Lenguas Modernas, con Máster en Cultura Audiovisual y Literaria
por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Miembro de la Academia
Española de Dermatología y Venereología, ha sido ponente en múltiples congresos
y ha publicado varios artículos en revistas científicas a nivel nacional e
internacional. Es autora del libro Mabuse.
El eterno retorno y colaboradora habitual en la editorial Notorius con textos para títulos como Fritz Lang Universvm, E-motion Pictures: Las películas de José Luis Garci, El
universo de Ingmar Bergman, El mago de Oz, Adictos a «El crack» y El
universo de Luis García Berlanga.
Cazarabet conversa con Noemi Guillermo:
-Noemi, no puedo realizarte una entrevista “al uso” porque
comparto, me estoy dando cuenta mientras leo tu libro Prefiero M,
muchas de “tus pasiones”… así que si te parece
conversaremos sobre la pasión del cine que es un claro síntoma de sentir
verdadera pasión por la vida y por sus ingredientes: las personas con sus emociones, emotividades, tramas,
suspenses…porque la vida es también eso y mucho más…¿Pero hay algo más aparte
del cine? ¿Este libro es un compendio de causalidades y casualidades desde la
pasión del cine… desde esa pasión te aproximas, te conoces, reconoces en gentes
y en otras y otros y esto te lleva a escribir Prefiero M —Luis Alberto de
Cuenca, los editores de Notorious, Jesús Egido el editor de Reino de Cordelia, José Luis Garci…- ?
-La pasión por el cine
es algo que nos une. Tengo la suerte de que todas las personas que mencionas
son, además de increíbles conversadores, grandes amigos. Hay pocas cosas que
disfrute más que charlar con ellos durante una comida. Cuando lo hago, siempre
pienso que soy una privilegiada.
-Mencionas a muchas gente vinculada al cine y que nos lo han aproximado
de una manera casi mentora, con José Luis Garci hemos crecido como a manera de maestro---recuerdo pegarme a
la pantalla con aquellas tertulias y pases de películas lunes y creo martes en
La 2 con ¡Qué grande es el cine!, cuánto aprendimos ¿verdad?, además de él y con él también hablas dentro
del libro…con su película, en ese blanco y negro que todo lo hace como con más
contraste, Una historia de entonces-- You´re the One---
-A Garci le debo todo. Gran
parte de lo que sé de cine lo aprendí, como tú bien mencionas, con los
coloquios de ¡Qué grande es el cine!
y con nuestros queridos Cowboys de Medianoche. Mabuse y Prefiero M salieron adelante porque él insistió. Y ha sido él quien
me ha llevado a Classics.
Nunca podré agradecerle todo lo que ha hecho por mí.
-¿Cómo has hecho la selección de las pelis de las que hablas en
Prefiero M…se me hace harto imposible…la verdad?----a mi
me habría dado un ataque de ansiedad solo de pensar qué pondría y qué dejaría---¿Qué
priorizaste?
-En realidad los escogió
Guillermo Balmori, editor de Notorious. Desde 2018
colaboro en sus libros colectivos, y ya tenía más de treinta textos publicados
en diferentes volúmenes. Lo que hice fue seleccionar los que me parecían más
interesantes y creía que estaban mejor escritos. No descarto escribir una
segunda parte, pero esta vez eligiendo yo los títulos. Ya tengo algunos
pensados, de hecho. Y todos con un denominador común: son obras que me
fascinan.
-¿Qué tenía aquel cine de sábana, aquel cinexin,
el cine de butaca de siempre o los de madera que saltaban con sus “clics,
clics, clics” cuando te levantabas…que hoy casi ya nunca encuentras porque las
grandes salas de cine han perdido parte o casi toda aquella esencia?;¿Qué nos
puedes comentar?
-Te respondo con una
palabra: magia. Para mí, entrar al Palace de Reus era como entrar en una
catedral, en un lugar sagrado. Y el momento en que se apagaban las luces y
empezaba a sonar la música era algo incomparable, una puerta que se abría a
otro mundo, a otra vida. Y cuando salías, algo de esa vida se había quedado
dentro de ti.
-¿Tú sientes este libro como una especie de cuadernos de
comentarios sobre películas que te marcaron, que te impresionaron, que te
dejaron una huella inquebrantable…?
-Es una buena
definición. M, por ejemplo, me cambió
la vida. La descubrí a raíz de un trabajo para la universidad, y me impactó
tanto que acabé devorando toda la filmografía de Fritz Lang. De ahí nació mi
fascinación por el cineasta. Y luego llegaron los libros, Mabuse y Prefiero M. Y después de los libros llegaron la radio, la tele…
-Parte de “ese gen cinéfilo” lo llevamos dentro clavado y, más
pronto que tarde, sale, pero si además en nuestro alrededor
en el que crecemos, jugamos, nos criamos, educamos lo alimenta y lo
retroalimenta, pues entonces todo un abanico de mundo en blanco y negro al
color pasando por lo coloreado y por el cinemascope o aquellas gafas de tres
dimensiones se nos abre para jugar con nuestra imaginación y emociones, ¿verdad?
-Estoy de acuerdo
contigo. En mi caso, creo que la cinefilia es hereditaria. Mi abuelo Francisco
era proyeccionista en su pueblo, antes de que yo naciera. A mi abuela Julia le
encantaban las películas, sobre todo las de suspense, y mi madre es muy fan del
cine clásico. Creciendo en ese ambiente, lo normal es que se me pegara algo.
-Veo que tus referentes vienen, beben, se alimentan de “esa
cultura centroeuropea”, muy diversificada, muy como de todos y todas… un
espacio de creatividad, libertad… muy de, no sé, la República de
Weimar… y son como respiradores entre atmósferas siempre muy
cargadas desde lo político a lo social…
-Es que estamos hablando
de una generación de directores excepcionales. Wilder, Lang, Lubitsch, Siodmak, Zinnemann, Ulmer… Hay algo
fascinante en todos esos cineastas que tuvieron que huir de Europa en los años
30. Las sombras, el fatalismo y la destrucción de la segunda guerra mundial se
fue a Hollywood con ellos. Fue lo único bueno que trajo el Nazismo. Sin él, hoy
no existiría el cine negro.
-¿En muchas de estas películas de las que hablas de las
sensaciones que te produjeron, de las emociones y emotividades… se desgranan muchas
de tus sutilidades de lo que eres, piensas, sientes… porque el cine es como las lecturas son parte de nosotros desde
nuestro pensamiento, nuestra racionalidad…?
-Bueno, aunque no lo
pretendo, cuando escribes siempre acabas dejando entrever algo de ti mismo,
creo que es algo común en todos los escritores. Intento no usar demasiado el
“yo”, pero creo que no siempre lo consigo.
-¿El cine en blanco y negro, amiga, crees que es como “más nítido, más honesto” desde el
posicionamiento de la cámara, la fotografía, el sonido, los recursos…? , es que
no me imagino, por ejemplo, películas contemporáneas de hoy que se hubiesen
podido hacer en color como La lista de Schindler, La cinta blanca…
-Es una pregunta difícil
de responder. No sé si tiene que ver con la honestidad, quizá más bien con el
recuerdo. Yo, y creo que tú también, asocio el blanco y negro con el tipo de
cine que me gusta. Plan 9 del espacio
exterior, por ejemplo, tiene una versión en color, pero a mí me gusta más
en blanco y negro porque tiene más encanto. La
cinta blanca es una película excepcional, por cierto.
-En cambio, en El Pianista de Roman
Polanski que bien hubiese podido estar filmado en blanco y negro… puede que en
el fondo necesitase de color, aunque es de las pelis que siempre me hubiese
gustado ver en blanco y negro… quizás porque esas atmósferas tan opresivas, tan
tristes y decadentes solo las perciba con dos colores…
-En eso te doy la razón.
La tristeza siempre es en blanco y negro.
-¿Crees que somos como herederos de aquellas atmósferas de esas
primeras películas que nos marcaron cuando poniéndonos delante de ciertos films
como Lost in translation
…el corazón nos late de una manera especial…sintiendo el amor de una manera
diferente, pero tan intensa que lo sientes como un pálpito de ternura en el
estómago…?
-Sin duda. Yo no sé si a
ti te pasa, a mí, por ejemplo, cuando vivo una historia de amor siempre me
viene a la mente una película. Pienso: “Me está mirando como Fredric March mira
a Janet Gaynor en Ha
nacido una estrella”.
-Y lo importantes que son, amiga, las novelas en las que están
adaptadas muchas de estas películas…de aquí la importancia de la labor del
adaptador de la novela o de un guion original…y lo desapercibido que ha pasado…
-Es fundamental. Servidumbre humana, por ejemplo, el
magnífico novelón de Somerset Maugham, ha sido
llevada a la pantalla en tres ocasiones, y ninguna de ellas ha logrado capturar
su esencia.
-La verdad es que la elegancia de un Cari Grant paseando por el
patio de su abuela del brazo y tendida la mirada enamorada de Deborah Kerr en An Affair to
Remember –aquí traducida como “Tú
y yo”-- es incuestionable e inmensa la escena… te
sacude y sabes que quieres ver más cine, formar parte de las historias, estar
entre bambalinas…
-¿Sabes que siempre tengo
dudas sobre cuál de las dos versiones prefiero? A veces me quedo con la de
1939, otras me decanto por la de 1957. Ambas son maravillosas.
-Añado esta vez pelis y propuestas a tu lista que nos brindas…el
“Recuerda” de Alfred Hitchcock
con Gregory Peck e Ingrid Bergman o el “Matar a un ruiseñor” de Robert Mulligan,
otra vez con el mismo protagonista y que es, creo, de las obras con “esa causa
justa” que necesitas ver de vez en cuando para recargarte en humanidad, en
razón de razones por el vivir, en valores….
-Me vas a matar, pero
hace unos días dije en una entrevista que me hicieron en el periódico que
Gregory Peck en Matar a un ruiseñor me
aburre porque es demasiado bueno. A mí en el cine me gustan los malos, siento
debilidad por los villanos. Son más interesantes. Más complejos. Más
divertidos.
-Aunque inquietante por inquietante hasta un suspense que te
quiebra te diría que es La noche del cazador de Charles
Laugthon—que no sé si hacía mejor de director o de
autor porque era magnífico--- con esa dirección artística y el montaje brutales
, con esa fotografía bestial de Stanley Cortez o el realismo que nos encontramos con Las uvas de la
ira de John Ford o Doce hombres de Sidney Lumet sin piedad ambas
protagonizadas por un autor que se ha manejado ,como pocos, dentro del realismo
cotidiano como Henry Fonda…
-Hombre, es que estás
hablando de obras maestras. En mi caso, la película que más inquietud me ha
causado es El cebo, de Ladislao
Vajda. La vi de pequeña con mi abuela, y el dibujo del gigante, la niña y el
globo se me quedó grabado en el subconsciente. Cuando ya de mayor vi M, esas mismas imágenes volvieron de
golpe y sentí un escalofrío tremendo.
-Tu viste tres veces seguidas Peter Pan con la paciencia de una
abuela que ese día sí se ganó el cielo y la luna ---risas---, ¿cómo lo
recuerdas…qué es lo que nos hace ver y ver un film, aunque sea casi seguidos—yo
en VHS vi Arde Mississippi de Alan Parker siete veces en un fin de semana, creo
que devolví la cinta rayada---y me fui recargando en las razones de rechazo al
racismo y en la realidad…admirando las escenas, diálogos, el cómo movía la
cámara ..
-Mi abuela Julia era una
santa. Supongo que esas películas de las que hablas tienen algo que conecta con
nosotros en algún sentido, quizá porque nos identificamos de algún modo. Yo no
me canso de ver Lost in Translation,
por ejemplo. Me sé los diálogos de memoria, pero me da igual. Como la pongan en
la tele, me la vuelvo a ver entera.
-Y no puedo dejar de pensar en Otto Preminguer,
en Mackendrick, en Cassavettes,
en Houston, en Truffaut, en Billy Wilder, en Bergman, en Kazan,
en Fellini, en Lean…y un largo etc.
---más risas---…que puede que no tengan mucho que ver pero que confluyen
en un no sé qué porque solo soy aficionada, pero sé que hay algo..…
-Vaya gusto más
ecléctico tienes. Igual deberías ir a un psicoanalista… (Risas).
-Estas películas que destacas o que nos acercas aquí en este
libro, ¿qué denominador tienen en común? En realidad, es todo cine “de fuerza”
muy de autor, ¿verdad?
-Yo diría que el
denominador común es que son películas que siempre van a ser modernas. Como
clásicos que son, no envejecerán nunca. Fíjate en Una mujer para dos, de Lubitsch. Es de 1931 y nos cuenta la
historia de una chica a la que le gustan dos chicos, y como no sabe con cuál de
ellos quedarse, al final se queda con los dos. Para que luego crean en First Dates que el poliamor se lo han inventado ellos.
-Lo que pasa es que el “nivel de independencia” y más en según
qué épocas es el que es, o fue el que fue, porque se depende, siempre, de las
productoras de quien hay detrás de las mismas, de las distribuidoras y de algún
que otro temido “boicot”… ¿qué nos puedes decir?
-Eso ha pasado siempre.
A Fritz Lang le cambiaban los finales, los actores y hasta el título de las
películas. Ahora, la terrible corrección política y la cultura de la
cancelación le han puesto un corsé al cine que lo ha constreñido de una forma
muy triste. En cuanto al boicot, estoy totalmente en contra. Kevin Spacey sigue pareciéndome un actor extraordinario. Que lo
juzguen y lo condenen por los delitos que haya cometido, pero que no nos priven
de sus películas. Lo mismo con Woody Allen. ¿Y si descubren que Shakespeare era
un pederasta, qué hacemos? ¿Prohibimos Hamlet?
-Bueno, amiga nos pasaríamos una eternidad hablando de esta
pasión compartida que es el cine y eso que no hemos profundizado mucho, de
manera específica, en el libro... Porque, eso, amiga, debería de ser otra
historia y no queremos hacer “spoiler”… oye que la
gente se acerque al libro y a las sugerentes películas que se desgranan desde
el mismo…
-Eso, que lean el libro y
me hagan llegar sus comentarios, que es algo que agradezco mucho. Ha sido un
placer conversar contigo.
Unas preguntas que solo
requieren una respuesta como un “plis –plas”
-Una peli o un pequeño ránking.-
El
doctor Mabuse (Fritz Lang, 1922)
Qué te motiva del cine.- La posibilidad de vivir otras vidas
-Tu género preferido.- El noir.
Un director/a o pequeño ranking.- Fritz Lang
Un director /a artístico.- Cedric Gibbons
Un director/A de fotografía.- Fritz Arno Wagner
Guion Original.-
En
un lugar solitario
Guion adaptado.-
L.A.
Confidential
Montaje.- Warren Clymer (El padrino)
La mejor mirada fotográfica.- La de Sofia Coppola
El mejor sonido.- M (1931)
La importancia de las BSO.- Alguna en particular.- Tu BSO preferida, un pequeño
ranking si lo prefieres.- La mujer en la luna (Fritz
Lang, 1929)
Tu autor preferido, si
prefieres pequeño ranking- Thea von
Harbou
Tu actriz preferida, si
prefieres pequeño ranking .- Gerda Maurus.
La importancia de los y
las secundarias, ¿a quién o qué destacarías?.- Percy Helton (El abrazo de la muerte, Nadie puede vencerme…)
Un maestro o maestra de
la comedia.- Ernst Lubitsch
Un maestro/a de la tragicomedia.- Billy Wilder
Un maestro/a del drama.- William Wyler
Un maestro/a del suspense.- Robert Siodmak
Un maestro /a del thriller.- Jacques Torneur
Una maestra/ o del cine comprometido.- Leni Riefenstahl (estaba
comprometida con la causa equivocada, pero tenía un talento excepcional).
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