Cazarabet conversa con... Ángel de la
Calle, autor de “Pinturas de guerra” (Reino de Cordelia)
El autor Ángel de la Calle, con el
prólogo de Paco Ignacio Taibo II, edita con Reino de
Cordelia la mejor obra de este autor español en el Salón Internacional del Còmic de Barcelona el año pasado.
La sinopsis de la obra:
Un español llega a París en busca de
documentación sobre la actriz Jean Seberg. Casi sin
advertirlo, se ve envuelto en una trama de represión contra pintores
latinoamericanos que han escapado de las dictaduras militares de sus países.
El autor, Ángel de la Calle:
(Molinillo de la Sierra, Salamanca, 1958)
Lleva realizando cómics profesionalmente desde 1979. Ha
colaborado con publicaciones como Zona 84, El Víbora, Comix Internacional, Rambla o Heavy
Metal. En 2003 publicó Modotti. Una mujer del siglo veinte, obra
pionera del movimiento de la novela gráfica en España, que recibió numerosos
premios y ha sido traducida a seis lenguas. Pinturas de guerra [LOS
TEBEOS DE CORDELIA, nº 11], la siguiente obra de largo aliento de este autor,
obtuvo en 2018 el Primer Premio a la Mejor Obra de Autor Español en el Salón
del Cómic de Barcelona.
Saber un poco más de él: https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81ngel_de_la_Calle
En Reino de Cordelia tiene, además,
publicado Modotti. Vamos a saber un poco su sinopsis: Recuperamos la primera
gran obra de Ángel de la Calle, Modotti, biografía de la militante comunista italiana,
actualmente completamente agotada y que, para esta nueva edición, su autor ha
actualizado con nuevas páginas que ofrecen un nuevo final acorde con las
últimas investigaciones sobre este personaje.
Cazarabet conversa con Ángel de la Calle:
-Ángel si
bien estamos ante un cómic o novela gráfica es difícil encajarla en si es
política—que tiene algo--, histórica—que también—de crítica y/ autocrítica
porque se pregunta si desde este arte creativo de realizar novelas gráficas o
cómics… si es posible cambiar las cosas…pero también tiene trazas policíacas, biográficas….¿tú cómo la ves o nos podrías ayudar a definirla?
-Pues ese misma me pregunta me la hizo
el difusor francés del libro (trabajo que creo no se hace en España, el de ir
por las librerías enseñando el libro y tratando de convencer al librero que lo
pida a la distribuidora. Esto en un país en que cada mes se publican casi 500
novedades de cómica, es necesario porque o no piden tu libro o acaba sin sacar
de una caja que será devuelta sin abrir a la quincena siguiente). ¿De qué
diablos va este libro? ¿Cómo se lo vendo a los libreros? Y yo tampoco supe muy
bien que discurso hilvanar. Va de todo lo que
preguntas y de más cosas, de reflexionar sobre la tortura, de las ilusiones que
se pierden, del amor… ¿Político? No. Si
acaso social, histórico… Cuando quieras leer un cómic político coge cualquier
cuadernillo de superhéroes americanos y ahí verás lo que es un cómic político
hecho (normalmente muy bien) para educar a los lectores en la política
imperial.
-Pero esto de viajar entre géneros, dentro de
la novela gráfica, no nos invalida a la hora de encontrarle gusto a su lectura,
¿verdad? porque el gusto por leer y degustar el cómic está por encima de todo
ello, ¿verdad?, además teniendo un poco de todo puede gustar a mucha gente….¿no?
-Yo tenía cincuenta años cuando empecé
a elaborar PdG y quería hacer un libro para gente que
lea cómic adulto (ojo no confundir con “Cómic para adultos”, que eso es otra
cosa), que le interesen las cosas que no han necesariamente de interesarle a
lectores más jóvenes o con otras motivaciones culturales. El cómic se pasó más
de 100 años encerrado en la categoría de lecturas infantiles y juveniles, con
la doble censura que eso supuso. Siervo de los géneros tradicionales,
policiaco, ciencia ficción, aventuras, bélico, superhéroes, humor, hemos
tardado mucho en poder contar otras historias más cercanas, más realistas (si
es que eso quiere decir algo), pero ya me entienden. Yo quería hacer un cómic
que pueda mirar de frente a la novela contemporánea, con estructuras no
lineales, con saltos temporales, con estilos narrativos diferentes, en primera,
segunda y tercera persona, en género epistolar, y por supuesto, con intriga y
complejidades, no en lo narrativo porque ya me ocupé de que se lea fácil, y
dura, claro, porque las historias que se cuentan en le
libro lo son. Traté de hacer un cómic para gente con ganas de leer, además de
mirar dibujitos. Que a veces se nos olvida que los cómics son para leer, para
ver dibujos maravillosos, dice Alan Moore, se va uno a un museo.
-¿Cómo sienta ser el propio protagonista? ; ¿y cómo sienta escribir e ilustrar una historia que se basa
en una historia real?
-En PdG hay autoficción. En “Modotti una mujer del siglo XX” hay
autobiografía, porque lo que cuento de mi es real, me pasó. Pero en este libro
todo es real menos algunos nombres cambiados (por lo que os podéis suponer) y
el personaje que se llama como yo, cuyas andanzas son inventadas. Por eso es
psicológicamente plano, está puesto ahí para que los otros personajes puedan interactuar.
Cronológicamente hubiese sido imposible que yo en esa época estuviese así en
París. Contar historias reales tiene la ventaja de que son mucho mejores y más
increíbles que las que te inventas y de que así evitas, en la medida de lo
posible, que no se entierren y desaparezcan como lágrimas en la lluvia, que
diría el otro.
-¿La dureza,
los hechos reales bestias, duros…se manejan mejor desde una novela gráfica…?.
Me da que al resto de creadores, pongamos un escritor—sea novelista, narrador
puro, poeta o ensayista--- le cuesta un poco más porque tú al tener además el
recurso de poder volcarlo por las letras, pero girando todo en torno a la
ilustración….
-Yo no quería hacer morbo con el
sufrimiento de las víctimas. Así que limité los dibujos a lo imprescindible
para contar el horror. Cuando uno de los secuestrados de la ESMA leyó el libro
y se vio (y solo conté lo que ellos me habían contado), me dijo que hacía 30
años que no pensaba en aquello y que no había podido dormir el día que se lo
leyó. MI intención era decirle a la gente lo que es la tortura, porque muchos
piensan que es la Viuda Negra, en una película de los Vengadores, atada a una
silla frente a dos rusos enormes que le pasan un móvil cuando la llaman y ella
le da dos patadas y se larga. Y como esto de la Tortura es como la Paz, que
todo el mundo dice una cosa y cuando le preguntas votan otra, pues…
-Ángel, ¿qué es lo que te hizo escribir esta
novela gráfica?; ¿qué te inspiró o qué te hizo pensar en esta historia de
historias que nos la muestras como novela gráfica?
-Cuando encontré a las Madres y
Abuelas en Plaza de Mayo, en mi primer viaje a Buenos Aires para presentar
Modotti, pregunté por las historietas que contasen todo aquello, Perón,
Montoneros, ERP, el Proceso, los campos de la muerte… y me dijeron que no había
(era 2006). Así que… comencé a preguntar a quienes sabían. Y de aquellas
preguntas este libro.
-Hablo de historia de historias porque me da
que es así…una historia que está como dentro de otra y así sucesivamente….
-Claro. Para mí la mejor novela del
siglo XX en mi idioma es Rayuela. Y yo quería ponerme enfrente. Ya sabía que no
podía saltar ese monumento, pero no por eso iba a dejar de intentarlo. Así que
hice una estructura de capítulos que se pueden leer salteados y en ningún momento
te descubrirá nada que no debas saber ni interrumpirá la intriga. Y lo que te
decía antes, unas historias están narradas en primera persona, otras en
segunda, otras en epistolar y otras sin narrador. ¡Y así se entiende
perfectamente!
-¿Qué significó para ti que Pinturas de Guerra
se alzase con la Mejor obra de autor español en el Salón Internacional del
Cómic de Barcelona, 2018? ; ¿Cómo ha sido trabajar con Reino de Cordelia?
-Los premios engrosan el ego y, si son
retribuidos, un poco el bolsillo. Me sorprendió que le dieran a un libro así el
premio, y que fuese premio de la crítica y finalista del Premio Nacional.
Supongo que algo ha cambiado para bien. Pero un lector que viene y te comenta
el libro con pasión y se lo recomienda a sus amigos ¡eso es mejor que nada!. Pues con Reino de Cordelia muy bien porque ha realizado
dos libros (PdG y Modotti) muy bien editados, bonitos
y tal. Y Jesús Egido es simpático y no me riñe mucho
cuando me voy de las firmas en su stand a saludar amigos en la Feria del Libro.
¡Y paga puntualmente!. Pero Reino de Cordelia no es
una editorial de cómics, es de libros y tiene una colección de novela gráfica y
clásicos del cómic.
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