Cazarabet conversa con... Isaak Begoña, autor de “Los perros
de Tánger” (Volapük)
Isaak Begoña se
casi desliza en nuestra vida lectora con un conjunto de relatos, también recortes
de ideas literarias o retazos y poemas escritos en tres lenguas: árabe, francés
y castellano que nos engulle y desde donde transitamos hacia un mundo
particular, errante y muy participativo hasta con la o el lectora o lectora.
La prosa relatista de Begoña y sus poemas son además todo un canto a
la libertad hacia un lugar común el que cada uno de nosotros guarda entre
algodones….
Con nosotros, el
Proyecto de Difusión Cultural de Cazarabet ya estuvo con nosotros en un
Cazarabet Conversa con…por el libro Londres-Sarajevo, también editado por
Volapük.
El autor, Isaak
Begoña: Aunque madrileño de nacimiento este escritor pasó su infancia en
Guadalajara. Actualmente vive en Olmeda de las Fuentes, un pueblecito de La
Alcarria madrileña. Guarda forestal, camarero, traductor y hombre anuncio
(“Compro Oro”) son algunas de las ocupaciones que ha ido desempeñando a lo
largo de su vida. Tras licenciarse en Filología Hispánica ejerció la
enseñanza en el programa de profesores bilingües para Estados Unidos. Después
de impartir clases de lengua y literatura en las escuelas públicas de Chicago
regresó a Europa. En los últimos años se ha dedicado a la docencia, a viajar y
al cuidado de sus dos hijas pequeñas. Londres–Sarajevo,
su primera novela, nos llega armada de una radical primera persona y un punto
de vista que conecta el pasado reciente de Bosnia con la España más actual.
La sinopsis del
libro:
Los textos de este
libro se presentan en árabe, castellano y francés, conservando así la esencia
de Tánger, uno de los pocos lugares de África en los que se puede pedir un café
utilizando cualquiera de las tres lenguas. Estos tres idiomas están
estrechamente vinculados con esta ciudad y con las sutiles estructuras de los
diferentes mundos que acoge. Estos
textos -retazos, poemas, relatos- responden al deseo del autor de acercarnos a
su particular visión de Tánger. A través de una literatura que nace de las
entrañas, desde lo visceral y cercano, Isaak Begoña nos propone un viaje
onírico, lorquiano a veces, para llegar a esta ciudad fronteriza. Leila Nachawati.
Cazarabet
conversa con Isaak Begoña:
-Isaak,
amigo, ¿estamos ante un libro coral desde el contenido—relatos, poesía,
pensamientos a modo de retazos…--hasta la lengua que utilizas—árabe, francés,
castellano—hasta el continente en lo que lo envuelves….esa intencionalidad?
-Efectivamente,
creo que este es un libro coral, extraño, difícil de catalogar. También pienso
que ahí radica parte de su fuerza, se resiste a ser clasificado y acotado, y me
gustaría creer que así lo entiende el lector.
-Escribes
como a manera de pensamientos musicales que se transmiten como las notas en un
pentagrama; es como si las ideas te viniesen y les hicieses una foto o las
pudieses dibujar… ¿cómo es ese viaje?
La
música forma parte de mi vida, y esta afirmación se cuela en los textos que
escribo. Pienso que la poesía y la música siempre han ido de la mano,
desde el Mester de Juglaría, pasando por las jarchas (jar^ya),
hasta llegar a músicos y poetas de hoy en día, a los que admiro y no dejo de
escuchar. Me estoy refiriendo por ejemplo a P. J. Harvey o Kate Tempest. Quisiera pensar que toda esa música (y esos ecos)
que atraviesa esta obra pudiera llegar a alguien, a algún lector.
-Bueno
todo el contenido literario…desde los relatos cortos, casi micro relatos a la
poesía y los retazos son todo un viaje por la literatura y por sus
intencionalidades, ¿verdad?
-La literatura es
un viaje, y aquí tengo que añadir que, como hijo de bibliotecaria que soy, este
es un camino que empecé a recorrer desde mi más tierna infancia. Los libros
siempre me han acompañado, gracias a mi madre, a su trabajo (literal) y empeño.
En este sentido creo que juego con ventaja; la literatura ha formado parte de
mi vida de manera natural, puedo decir que la biblioteca pública de Azuqueca de Henares ha sido en muchas ocasiones un refugio
para mí, una segunda casa. Los perros de Tánger también es un viaje al
encuentro de la obra de Rodrigo Rey Rosa, de Paul Bowles,
Mohamed Chukri y muchas otras y otros autores que me
han fascinado.
-¿El
denominador común es que todas esas intencionalidades llevan a Tánger, ese
lugar común que se ha encontrado el propio autor en su viaje, cómo diría, casi
entre lo particular y lo íntimo?
-Fui a Tánger con la
intención de escribir una novela, pero afortunadamente salió este pequeño
libro. Y es mejor, novelas ya se editan demasiadas hoy en día (risas)
-¿Eliges
estas tres lenguas—árabe, francés y castellano-- porque todas ellas convergen con
mucha fuerza desde Tánger y desde lo que Tánger significa para ti?
-Creo que fue al
revés, las tres lenguas eligieron al libro. No había otra opción: Los Perros de
Tánger también es un homenaje a esta ciudad y las sutiles estructuras de los
mundos que encierra. Las tres lenguas son seña de identidad en esta ciudad tan
culta y cercana, los tres idiomas nos acercan más a ella y nos hacen
comprenderla mejor.
-Háblanos,
amigo, del resto de denominadores comunes…
-A mi juicio ya
están presentes en Londres-Sarajevo: El viaje, el exilio, la solidaridad y la
muerte del padre. Yo veo muchas similitudes entre Sarajevo y Tánger. Pienso en
las tres religiones presentes, un pasado más laico y abierto, unas ruinas
imponentes ( el Gran Teatro Cervantes y la Biblioteca Nacional
bombardeada durante el asedio serbio)...
-Pero
me da amigo Isaak que ante todo eres poeta…un poeta que escribe relatos---como
de prosa poética--, ¿es así?
-Ser poeta son
palabras mayores, yo no me considero uno, ojalá fuese así. Cuenta Martin Amis que de pequeño solía ir a visitar con sus padres al
poeta Robert Graves - quien por aquel entonces vivía en Mallorca -- durante el
verano. Parra el escritor británico el poeta aparecía como una figura
imponente, un hombre de otro mundo, un dios griego. Yo tuve una
experiencia parecida con Juan Carlos Mestre, a quien
conocí siendo yo un adolescente y él un poeta ya consagrado. Desde entonces, y
hasta el día de hoy, los poetas siempre me han parecido figuras casi
mitológicas, animales esquivos y salvajes, gente muy libre, imprescindible, que
nos enseñan el camino para vivir sin dios ni amo.
-¿Este
libro, “Los perros de Tánger” nos reconcilia leyéndolo y
contemplándolo porque es arrebatadoramente integrador?
-Si al leerlo os ha
parecido integrador para mí es una gran alegría. Todo lo que acerca y construye
puentes es bello.
-La
ilustración es como minimalista, con poco dice mucho, pero también tiene algo
de geométrica, ¿verdad?; ¿por qué?… ¿es porque la escritura y la grafía de la
lengua árabe gira tan en torno a la disciplina geométrica?
-Las ilustraciones
de Lucie Geffre son mínimas
y minimalistas. Nacen del deseo de la artista de acompañar al texto desde lo
breve, desde lo abstracto, para dejar así más espacio a las diferentes
interpretaciones que puedan surgir. Creo que son muy respetuosas y
delicadas.
-¿Qué
intencionalidad hay tras esta escritura…la interacción de un viaje hacía Tánger
(que es lugar común de todas y todos) con la lectora o lector desde la
lectura?
-Mi única intención
es acercar al lector a Tánger - y a mí -, no sé si lo habré logrado.
-Me
has recordado un poco, sé que las comparaciones o los recuerdos que levantan
algunas lecturas respecto a otras son odiosas, pero….lo dicho leyéndote me ha
venido a la memoria a la prosa novelística de Amin Maalouf…por su integridad, su respeto, su espíritu
integrador….
-¡Qué alegría me
das! Parecerse un poco a Amin Maalouf
ya es mucho. Su prosa y la de Albert Camus son mis referentes, no creo que se
pueda entender la literatura del SXX sin llegar a ellos.
-Pero
“Los perros de Tánger” va más allá…pone el dedo en no pocas llagas tocadas por
la hipocresía…¿por qué; necesitas como alzar la voz,
reivindicar…recuperar cierta dignidad desperdigada?
-Este año he
conocido a un grupo de personas maravillosas - Abriendo Fronteras Guadalajara -
que me ha vuelto a ilusionar. Cuando conoces gente así, tan generosa y
altruista, piensas que no todo está perdido, que hay batallas que todavía se
pueden ganar. Lo mismo pienso de la asociación No Name
Kitchen y de muchas otras que siguen denunciando y
dando voz a quien no tiene.
-¿Son
perros estos que tu habitas desde Los perros de Tánger, porque es un animal gregario,
que necesita de “una voz de mando”, de un líder, de una especie de guía…como
nosotros los humanos que habitan, viajan a Tánger, convergen en Tánger o
piensan en Tánger o en ese cualquier lugar del mundo que les acaricie y les
guie o le haga como de atracción?
-Como muy bien dice
Chema Caballero en el postfacio, estos perros nunca
vagarán por sus páginas. Los perros de Tánger no existen, son solo el reflejo
en el azogue de lad letras de Mohamed Chukri, Ángel Vázquez, Paul Bowles
y tantas otras y otros que nos acompañan.
-Amigo
te encuentras bien en Volapük, ¿verdad?, se nota por lo bien conjugada que está
tu interacción desde una edición sencilla, pero muy, muy cuidada y que llega
muy bien a la lectura…
-Volapük es un
proyecto editorial honesto, generoso, y necesario. Un espacio que busca generar
otros discursos alejados del mainstream, del gran
público. Estoy encantado de poder participar en él junto a Nora Méndez, Julián
Vadillo, y tantos otros que han encontrado aquí su casa.
La edición de
este libro, como bien apuntas, está muy cuidada, y ello se debe a la gran labor
de diseño y maquetación de Juan Cañamero (Kanamestudio).
Lo sé bien, ya que lo he vivido de cerca. Ha tenido que luchar con tres idiomas
a la vez y con las interferencias del autor y la ilustradora. Nos lo hemos
pasado muy bien los tres y creo que al final se ve reflejado en el libro.
El editor,
Sergio Higuera, desde el principio me dejó mucha libertad para trabajar. Desde
aquí solo le puedo dar las gracias por ser tan generoso y comprometido
conmigo.
-¿No
puedes dar alguna pista de aquello en lo que estás trabajando en la actualidad?
-Estoy trabajando
en la novela que dejé a medias en Tánger, no va ser fácil. A ver qué sale
finalmente de todo esto.
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