Cazarabet conversa con...   Sergio Ávila, autor de “Joaquín Caparrós. Pasión en rojo y blanco. De Sevilla a Bilbao” (Alfar)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sergio Ávila periodista deportivo, seguidor y “casi perseguidor” del Sevilla FC  se pone a la zaga de uno de los entrenadores más míticos y que ha ido dejando más sello en los últimos tiempos futbolísticos  como es Joaquín Caparrós, un entrenador que no sabe salir del rojo y del blanco versus de que le levanten pasiones—como el chicle eterno que mastica--así,  de “mítico” es y fue este entrenador del Sevilla…de un Sevilla que resucitó cual “ave fénix” para  depositarlo en el cielo de los favoritos.

Un Sevilla en el que vibramos en la “tercera” competición a nivel europeo, la Copa de la UEFA que hoy se llama Europa ligue y al que el Sevilla FC le ha pillado la talla como un maniquí con el smoking de turno, año tras año…

Hoy al Sevilla la Europa Ligue le sabe a poco porque se mide , mirando a los ojos y de tú a tú con los grandes, con “la creme de la creme”…con los equipos con mejor chequera, con mejores futbolistas y mejor futbol… al Sevilla FC ya no lo ven, ni mucho menos, como “casi un desconocido”, ya le temen porque es capaz de ganar a cualquiera y de estar ahí…todo esto se empieza con Joaquín Caparrós y con esa mirada y mimo con “su cantera”, los chaveles a los que las camisetas les quedan anchas, inmensas y con piernas casi de alambre… a esos chavales Caparrós les dio confianza y ellos le recompensaron como entrenador y al Sevilla como Club…a los demás, a los televidentes nos divirtieron que es lo que debe de hacer todo deporte…yo no le pido más…divertirme y apasionarme, aunque el chicle, por los gases, se lo dejo a Caparrós.

Después de su andadura en el Nervión—barrio y nombre que se le daba al campo anterior al Sánchez Pizjuán por un Marqués(El Marqués del Nervión) de La Rioja que se asentó en Sevilla-- se fue a la otra parte del país  a entrenar a otro mítico club, en tierras embarradas y de un  “chirimiri” que no cansa, pero empapa ;de césped que empapa y donde la pelota corre casi deslizándose, tierras de alguna riada, de una ciudad moderna que levantó un Museo en donde antes se batía el cobre el metal…de gentes duras ,pero sinceros, de zagas y mejores porteros…al equipo que sí, de veras, ve pasar a un río con mucho nervio, el Nervión ,acariciando lo que todas y todos reconocemos como La Catedral, San Mamés…con un Bilbao que siempre gusta por la greba, la lucha, por apostar por los chavales de Lezama..

Este viaje y este camino junto a Joaquín Caparrós, un tipo que, encima, cae bien lo hacemos gracias a la pluma de Sergio Ávila y a la apuesta editora de Alfar Editores.

Lo que nos dice la sinopsis del libro: Un libro único, un libro que refleja el espíritu de Joaquín Caparrós (mítico entrenador) en su faceta profesional y personal. Y uniendo lo que son los dos clubs más importantes de su trayectoria, al menos donde más huella ha dejado: Sevilla FC y Athletic Club de Bilbao.

La pasión de Joaquín Caparrós por el banquillo es imperecedera. Con 40 años cubría a diario y en coche los 700 kilómetros (ida y vuelta) que separan Cuenca de Navalmoral de la Mata. Y con 64, aceptó el puesto como seleccionador de Armenia, a 5500 kilómetros de Sevilla. La maleta de los entrenadores siempre está preparada, como la de este utrerano que, en Sevilla y Bilbao, Bilbao y Sevilla, vivió dos de sus experiencias profesionales más enriquecedoras. Sevillista de corazón, por la herencia transmitida de sus padres, cumplió un sueño en 2000 cuando el club de Nervión lo eligió para entrenar al equipo en Segunda, en el momento más crítico de su historia. Lo ascendió, lo llevó a Europa, dos veces, otras dos en su segunda etapa, y se marchó siendo el técnico que en más ocasiones dirigió al Sevilla Fútbol Club desde el banquillo. En 2007 comenzó una fantástica aventura en Bilbao que duró cuatro años, con final de Copa del Rey incluida, y lo marcó para siempre. Nunca olvidará como lo acogieron en el Athletic Club y en la ciudad. A él y a toda su familia. Hasta se hizo socio de la entidad rojiblanca.
“Mi mayor título es que a siete campeones del mundo los he entrenado o han trabajado conmigo. Porque los títulos dan prestigio y dinero, sí, pero ver a esos chicos crecer, algunos desde que eran enanos, hasta llegar a lo máximo, que es ser campeones del mundo siendo, además, figuras en otros países… eso no tiene precio. Para mí, está por encima de cualquier título”, asegura Caparrós, que siente auténtica devoción por ambos equipos: “Al Sevilla lo he disfrutado siempre, incluso en las situaciones más difíciles. He disfrutado del Sevilla igual que del Athletic. Si de algo puedo presumir es de haber sido entrenador de estos dos clubes”, nos cuenta este mito de los banquillos, un hombre hecho a sí mismo que representa, como pocos, la casta y el coraje del himno sevillista. En estas páginas, además del protagonista, directivos, entrenadores, jugadores y periodistas, nos ayudan a recordar aquellas etapas en Sevilla y Bilbao en las que, Joaquín Caparrós Camino, fue feliz.

 

El autor, Sergio Ávila: es periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Periodismo por la Universidad de Sevilla (2004) y Máster en Marketing y Comunicación Digital por la Universidad Camilo José Cela (2016). Ha dedicado casi toda su trayectoria profesional al periodismo deportivo, colaborando y trabajando para diferentes medios de comunicación de los ámbitos local y nacional.
Compatibilizó sus últimos años de estudios con las prácticas en el diario ABC de Sevilla, empresa con la que lleva colaborando desde 2004. Actualmente escribe para ABC de Sevilla y sus webs temáticas Orgullo de Nervión y Al Final de la Palmera.

El protagonista y apasionado del rojo y del blanco, Joaquín Caparrós: https://es.wikipedia.org/wiki/Joaqu%C3%ADn_Caparr%C3%B3s

 

 

 

Cazarabet conversa con Sergio Ávila:

-Sergio, amigo, ¿nos puedes contar el porqué de este libro más allá de lo que me podría responder yo de que eres, también, un apasionado del Sevilla F C y de su entrenador, Joaquín Caparrós? ¿El libro es como una “crónica de crónicas deportivas” que toma forma de libro”? ¿cómo toma forma de libro?
-El libro surge como una propuesta de un compañero y amigo, Roberto Arrocha. Me planteó la idea y me pareció muy buena porque no se había realizado hasta ese momento una obra sobre la trayectoria en los banquillos de Joaquín Caparrós. El enfoque que me propuso también me convenció.

-Normalmente es que tenemos el prejuicio y como todos los prejuicios es malo que el periodista deportivo “es un periodista como menor”, el que no vale para nada más en la redacción, pero no es así…yo he conocido de todo, entre los que se han dedicado al área deportiva o a otras áreas y entre los deportivos pues también los hay, como vos, que mostráis una “muy, muy buena pluma”, pero, aun así, ¿os sentís como “mirados de otra forma y /o manera”?

-No sé si somos periodistas menores o no, la verdad. No pienso en eso. Me disgusta, eso sí, la obsesión de colocar etiquetas en estos tiempos. Me considero un periodista, sólo eso, que en este momento hace información deportiva. Y no sé qué sucederá en un futuro. Si algo te enseña esta profesión es a vivir al día, sin hacer grandes planes a largo plazo. No se puede, sencillamente. Esto es un maratón de supervivencia desde el punto de vista profesional. Por otra parte, la crónica en el periodismo deportivo siempre me llamó la atención. Mis referentes están ahí, precisamente, en los compañeros y maestros que le dan a este oficio un valor único, el signo de distinción del estilo propio. Siempre he creído en ello y para mí el periodismo escrito también es eso, la búsqueda constante de mi propia voz. Después de 17 años ejerciendo el oficio, la sigo buscando.

-Amigo, este libro es una conjunción de pasiones… que eres del Sevilla se nota a la legua, pero además eres afín o partidario de Joaquín Caparrós, ¿por qué?, ¿qué te atrae de este entrenador que no te atraiga otro…?

-Un periodista deportivo no tiene equipo cuando realiza su trabajo. Y yo no lo tengo. Eso me enseñaron mis maestros y es algo que tengo muy presente cuando me pongo delante del teclado. No se puede hacer periodismo con una bufanda puesta. Es una cuestión de respeto. A mí mismo y a todos los equipos de los que informe. Y escribo de bastantes, por cierto, de muchas disciplinas deportivas. Lo que sí intento es identificarme con el protagonista o protagonistas. Quizá sea eso lo que haya notado mientras leía el libro. Seguramente, si escribo alguna vez un libro del Betis o del Real Madrid y me repite el cuestionario, me dirá que se nota a leguas que soy bético o madridista.  

-Describes a los jugadores que han rodeado a Caparrós como un delineante, como un retratista realista o hiperrealista y preciso…no exento de esa sencillez que nos hace sentir que lo que leemos es bueno, entendible, gratificante porque recordamos cómo jugaba…al leerte consigues que lo visionemos o lo recordemos, eso está muy bien y me da que denota que hay mucho trabajo en la escritura apoyado en las lecturas, ¿no?

-Quizá sea porque le he dedicado mayor tiempo a documentarme y recopilar testimonios sobre el protagonista que a la propia escritura del libro.

-Esa característica, “lo de ser buena gente”, que detectamos los aficionados al fútbol lo desplegaba él como entrenador o ahí se ponía un disfraz un poco de “hombre duro” porque tratar con ciertos banquillos no debe de ser nada sencillo….- De todas formas a veces para sacar lo mejor de las personas no hay que disfrazarse…te diría que las más de las veces se consigue lo mejor de cada uno yendo a buenas, con mucho diálogo, con acercamientos, hablando y conversando…y a veces es necesario un abrazo, un buen abrazo humano, sin fisuras…

Supongo que muchos entrenadores (no digo que lo haga Joaquín, que lo desconozco) utilizan la técnica del poli bueno y el poli malo aprovechando el trabajo de equipo con sus colaboradores y entrenadores ayudantes. Sabemos que Joaquín Caparrós es un tipo distinto delante de la prensa, genuino, más cercano de lo que se estila en estos tiempos y alejado a veces de lo políticamente correcto. Esa naturalidad lo convierte en un soplo de aire fresco, desde mi punto de vista.

-Se caracteriza por confiar con la gente de la tierra, con las canteras, con los chavales que van subiendo, pero no todos valen para esto…cómo lo hacía; cuáles eran las principales herramientas de Caparrós en el Sevilla….-Esos instrumentos y herramientas las ha ido cambiando conforme ha ido de diáspora por otros clubs, me da que no….pero tú dirás que eres el que le ha conocido…-No, ese conocimiento de las canteras de los equipos en los que ha estado ha sido principio fundamental de su metodología. Allí donde ha entrenado ha intentado darles la oportunidad a nuevos valores. De ahí que encajara como un guante en el ecosistema del Athletic Club.

-¿Qué concepción tenía del fútbol porque yo recuerdo a un Sevilla, de manos de Caparrós, con tanta gente de la cantera y sabiendo fichar muy acertadamente;  jugando muy alegre y hacia arriba, pero siendo, también, duro atrás…cerrando bien…?

-Caparrós se ha ido adaptando a los recursos que ha tenido. Aquel primigenio Sevilla de inicios de siglo era un equipo con pocos recursos económicos, en una situación financiera muy delicada, que no permitía grandes dispendios. Se formó un equipo sólido, rocoso y competitivo que, sin embargo, creo que atacaba más y mejor de lo que quizá el paso del tiempo nos ha hecho pensar por la comparación con los otros Sevilla más brillantes que lo sucedieron. El de Caparrós buscaba preferentemente el juego por las bandas sin perder la seriedad defensiva y habitualmente jugaba con dos delanteros. Esto último no suele ser muy habitual en el fútbol actual.  

- Caparrós es de los entrenadores que más he visto respetar, de tú a tú, a la prensa, ¿no? Y, con la afición ¿cómo se ha ido llevando?

-Sí. Siempre se ha entendido muy bien con los medios de comunicación. Ha respetado a la prensa incluso cuando ésta lo ha criticado. Ha comprendido cuál era su papel. Incluso se metió a estudiar Periodismo en su etapa en Bilbao. Tiene don de gentes y un gran dominio de la situación cuando se pone delante de un micrófono. Sabe lanzar el mensaje que más le conviene a su equipo en cada momento.

-Puro nervio en el banquillo, en los partidos… ¿cómo se ve él después…se ha arrepentido de alguna “salida de tono”? ¿Cómo se llevaba con el resto de equipo técnico y cómo era la interacción de Caparrós con las categorías inferiores cuando ya era entrenador consagrado del Sevilla FC?

-Su relación siempre fue buena con el resto de la estructura de la cantera en su etapa en el Sevilla. De hecho, uno de sus mejores amigos es Pablo Blanco, una institución del club por su labor, primero como futbolista, y luego como máximo responsable de las categorías inferiores. Sin una comunicación fluida ni una relación cordial con los entrenadores de cantera no habrían debutado con el primer equipo la cantidad de jugadores que lo hicieron en ese lustro como primer técnico del conjunto nervionense.

-¿Qué dejaba de él, qué hay de Caparrós… qué ha ido dejando en cada uno de los jugadores y de gente que lo han ido tratando a lo largo de estos años?

-Imagino que el poso de un señor que va de frente, que antepone el beneficio del colectivo y sabe mucho de fútbol. Y, por supuesto, el agradecimiento eterno a su persona por parte de todos aquellos futbolistas a quienes les dio la oportunidad de debutar en Primera división.  

-¿Por qué crees que en Bilbao se llegó a integrar tan bien….?-Caparrós en Armenia, ¿también ha “encajado” bien o me lo parece a mí?; ¿por qué crees?

-Porque el idioma del fútbol es universal, porque la veteranía es un grado, porque Joaquín es un hombre empático capaz de adaptarse rápidamente a nuevos contextos profesionales. Y hace que parezca hasta fácil. Es como si en cada nuevo destino llevase toda la vida.

-¿Cómo ha sido estar, conversar, hablar con Joaquín Caparrós…?-¿Qué has aprendido Sergio durante la escritura de este trabajo?

-Ha sido una bonita y gratificante experiencia. He aprendido cosas de mí, de mi manera de trabajar, que no sabía. Y prefiero reservármelas.

-En la lectura o con la lectura yo me estoy “como reconciliando con la parte humana del fútbol”, aunque están, siempre, ahí presentes los negocios en torno al fútbol o con la excusa del fútbol… pero quizás lo que haga falta es acercarnos a los humanos que forman parte del fútbol, ¿cómo lo ves?

-Posiblemente nos dejemos guiar por los estereotipos y olvidemos que detrás de cada futbolista hay una historia personal, una familia y una trayectoria vital que puede ser de lo más interesante. E igual que hay profesionales por encima del bien y del mal también hay otros, como el propio Caparrós, que no han perdido la naturalidad que a veces tanto se echa en falta en estos días.

-Amigo Sergio no me creo que no te lo hayas pasado “más que bien” con esta lectura, ¿no? Como tampoco me creo que no estés trabajando en algo…¿nos puedes dar alguna pista?

-De momento no estoy trabajando en nada más. Mi trabajo me absorbe todo el tiempo, demasiado, y si no he podido contestar antes a este cuestionario (mis disculpas), ha sido precisamente por ello. El periodismo exige una dedicación plena y a mí siempre me ha resultado difícil compatibilizarlo con otra actividad. Ahora mismo mi trabajo no me permite hacer doblete y pensar en un nuevo libro. Quizá en un futuro. Nunca se sabe. En la vida hay que cerrar, en general, pocas puertas.

 

 

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