Cazarabet conversa con...   Anna Caballé, editora del libro “Concepción Arenal. La pasión por el bien. Antología de su pensamiento” (Siglo XXI España)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un libro excelente y necesario que recoge en forma de antología de su pensamiento, lo que fue y lo que hizo, desde “esa pasión por el bien” una de las mujeres más rompedoras con y desde su tiempo, Concepción Arenal.

Se trata de una edición de Anna Caballé que se edita en el sello Siglo XXI de España de Akal Ediciones.

Toda una obra imprescindible para conocer también mucho en lo humano a esta mujer transgresora y mucho más adelantada al tiempo que cualquiera de nosotras porque tuvo, ya de entrada, que romper muchos tabúes y puentes…

El libro forma parte de la colección de Siglo XXI de Filosofía y pensamiento.

Realiza el cuidado de la edición Anna Caballé.

La sinopsis del libro: Defensora de los derechos de la mujer, de la causa obrera y, muy especialmente, de la necesidad de una reforma penitenciaria que acabara con el hacinamiento y la inseguridad jurídica en la que vivían los presos, Concepción Arenal (1820-1893) es la pensadora más original y lúcida del siglo XIX español. A pesar de las limitaciones a las que tuvo que enfrentarse como mujer con una marcada vocación filosófica –en una época todavía muy misógina–, desarrolló un pensamiento que sigue siendo vigente en sus postulados fundamentales. El mayor problema que ofrece su obra, sin embargo, es la dispersión intelectual de sus reflexiones, diseminadas en artículos, ensayos y libros de muy variada naturaleza. Y esta es la razón principal que justifica y motiva la publicación de esta antología.

Elaborado por la prestigiosa profesora Anna Caballé, el volumen, además de ofrecer por primera vez una visión global de los escritos de Concepción Arenal, permite comprender su pasión por el bien, en el que tanto creyó como eje de un progreso social verdadero. La humanidad no va chocando de escollo en escollo, sino venciendo lentamente los obstáculos que se le presentan en su marcha hacia el bien. Este bien no es fácil, pero no es imposible tampoco. He aquí el secreto de su filosofía.

 

Vamos a conocer un poco mejor a Concepción Arenal: (1820-1893), con una inteligencia y sensibilidad fuera de lo común, fue la pensadora española más importante, original y adelantada a su tiempo, y la de mayor proyección internacional. Dedicó su vida y sus fuerzas a la defensa de la mujer, la reforma penal y la causa obrera. Escritora, pensadora y activista, no menoscabó su defensa de los más necesitados y sus ansias de mejorar la sociedad. Pocos la escucharon, y menos todavía la leyeron. Sin embargo, su voz, que ella percibía perdida en el desierto, fue la más poderosa de su siglo.

Y a “la cuidadora” de la edición, Anna Caballé: es profesora de Literatura española e hispanoamericana de la Universidad de Barcelona. Especialista en biografías, es una verdadera experta en este género en el que lleva muchos años trabajando. Entre su amplia producción destacan Una breve historia de la misoginia, y la magnífica antología en cuatro volúmenes La vida escrita por las mujeres o las biografías de Francisco Umbral o Carlos Castilla del Pino, entre otros destacados trabajos.

Con su “Concepción Arenal. La caminante y su sombra” fue galardonada con el Premio Nacional de Historia en 2019.

 

 

 

Cazarabet conversa con Anna Caballé:

-Anna, bueno para ti tener que guardar cuidado de la edición de este libro de Siglo XXI-Akal que presenta la antología del pensamiento de Concepción Arenal es como una elongación de tus investigaciones y escritos, ya, sobre esta activista y pensadora feminista, ¿no?; coméntanos porque siempre tiene que haber incentivos y siempre aprendes algo cuando una se acerca a estas figuras tan inmensas de la historia, ¿qué nos puedes explicar?

-En efecto, publiqué una biografía sobre la figura de Concepción Arenal en 2018 y preparándola me di cuenta de la dimensión filosófica que tenía su obra y, en general, toda su acción pública. La pasión por el bien es la oportunidad de demostrar su interés para comprender la vida del pensamiento español en el siglo XIX.

Cuando te sumerges en la historia de una vida lo que aprendes es muchísimo e imposible de definir. Porque aprendes en muchos sentidos distintos, dependiendo de la singularidad de tu personaje. Para mí, Arenal sigue siendo una fuente de incentivos. Ella tiene un pensamiento ético muy poderoso y esa preocupación siempre latente en su obra sobre cómo debería vivirse la vida, que deberían ser y hacer los hombres y las mujeres para mejorar su mundo es una preocupación que me ha interpelado muy directamente y ha afectado a mi manera de pensar y de actuar.

-¿Cómo llega y entra Concepción Arenal  a tu vida?

-Entró de casualidad, pero al mismo tiempo como fruto de una curiosidad que había quedado aparcada. Cuando Javier Gomá, promotor de la colección “Españoles eminentes” me propuso escribir la biografía de una mujer “eminente” pensé de inmediato en Arenal, sin conocerla demasiado. Después me enamoré del personaje, con toda su complejidad que va más lejos de la imagen virtuosa que se ofrecería a su muerte.

-Una adelantada a su tiempo a la que deberíamos, las mujeres de hoy, mirar más y como un ejemplo…pero ¿desde qué perspectivas destaca más y mejor esta mujer?

-Para mí, su principal aportación es la forma en que ella desea contribuir al bien común en una época en que la mayoría de las mujeres carecían de las condiciones suficientes para ejercer una influencia pública. Arenal reflexiona sobre todos los temas que importan en su tiempo –el liberalismo, la presencia de la mujer en la vida pública, la educación, la esclavitud, la corrupción política, la necesidad de constituir una sociedad civil lo suficientemente fuerte y concienciada como para actuar de  contrapunto al poder establecido, etc.

-Un ejemplo de humanidad y al que el título de este libro-antología de su pensamiento se le da muy bien, Pasión por el bien…

-Sí, es una definición tomada de su obra. Ella se define como una mujer que siente la pasión del bien, lo ve imprescindible no solo como objeto de la investigación moral, sino como praxis cotidiana de los ciudadanos. Si queremos vivir en un mundo mejor, menos corrupto, menos violento, más responsable, es necesario actuar individualmente en la medida de nuestras posibilidades. Para Arenal esta era una necesidad urgente y en ella concentró todos sus esfuerzos. Desgraciadamente su pensamiento no fue muy comprendido. Nadie podía entender esa dedicación absoluta de Arenal. Quizás su error, fruto de un pensamiento muy utópico o idealista, era pensar que existían soluciones a los problemas básicos de la sociedad y que una vea diagnosticados los problemas y con un esfuerzo generoso y suficiente se podían subsanar. Ella creía, como tantos autores del siglo XIX (pienso en Tolstoi) que la esencia de los seres humanos era ser capaces de elegir cómo vivir y que las sociedades podían transformarse según se creyera en ideales verdaderos y con una convicción y resolución suficientes.

-¿Cómo pensaste la estructura del libro: con la primera parte, Filosofía Moral; la segunda parte, dedicada al Feminismo; la tercera parte, dedicada  a Sociedad y Compromiso y la cuarta parte dedicada a la educación y a la pedagogía?

-Bueno, lo pensamos de común acuerdo con el editor Alejandro Rodríguez. Pensamos que lo mejor era estructurar su pensamiento en función de las grandes preocupaciones morales que tiene.

-Concepción Arenal, ¿por quién se ve inspirada, influida…ella se mira con alguien? Lo que es incontestable es que ella sí que dejó muchas huellas e influencias, ¿qué destacarías?

-Es difícil señalar las influencias intelectuales y literarias de Arenal. Ella tiene por costumbre leer, se inspira en lo que lee y entonces discurre libremente. Es decir, que toma las ideas ajenas como piedra de toque. Entonces, cita muy poco. Pero lee mucho, a pesar de que ella se presenta como una mujer que vive aislada, sin libros y sin contacto apenas con el mundo intelectual. Eso no es cierto. En cuanto a la influencia que dejó, fue importante pero dispersa y con el tiempo quedó como un nombre de referencia, aunque no se sabía exactamente por qué, más allá de su defensa de la dignidad de los presos y su dedicación a la caridad. Pero todo eso es fruto de unas convicciones teóricas muy hondas. La pasión por el bien invita a conocerla con cierta profundidad.

-Para tener pasión por el bien hay que tener empatía y mucha generosidad, aptitudes que Arenal tenía, pero también cultivaba ….

-Sin duda, la diferencia en relación a otros pensadores de su tiempo es que ella combina pensamiento y praxis, teoría y acción. Pero, en todo caso, está claro que tenía una disposición para empatizar con el sufrimiento, nunca con la felicidad, y eso es una cosa muy característica de su carácter.

-Porque las “buenas cartas” que nos reparte la vida hay que mimarlas, cultivarlas para que no se tuerzan y para que medren como es merecido, ¿verdad? y ella lo hacía…

-Bueno, ella no creía tanto en las buenas o malas cartas con las que salimos a la vida como en la obligación que tenemos de mejorar, y de mejorarlas, a lo largo de ella. El mejoramiento ético es para Arenal la principal, incluso la única, obligación del ser humano y la principal obligación de la sociedad en su conjunto. Es un punto de vista que comparte con todo el pensamiento progresista del siglo XIX, pero ella era católica y eso la obligaba a un esfuerzo por compatibilizar creencias que proceden de familias intelectuales muy diversas

-O sea, ¿“el bien” se puede hacer porque cultivas las herramientas e instrumentos que ayudan a “hacer el bien” …?

-Exactamente, el bien es una aspiración a la armonía del mundo (utilizo sus palabras) basada en una interpretación correcta de las leyes morales que deberían gobernarlo. Principios muy básicos de solidaridad, justicia, honradez y, por encima de todos, el concepto de dignidad humana que para ella es el eje de todos los demás. Una vida que carece de lo más imprescindible nunca puede ser una vida digna, de ahí la diferencia que establece entre la pobreza y el pauperismo. Este último es una línea roja que nadie debería tener que traspasar.

-Además, ella cree que se puede revertir las malas acciones, los errores que a uno o a una la hacen dar con los huesos en la cárcel… que hay que dar y creer en las segundas oportunidades…

-Sí, Arenal era una mujer con un sentido enormemente práctico de las cosas y creía en la reinserción social y en el derecho a poder rectificar los errores cometidos. El derecho a una segunda oportunidad. El delincuente es fruto, por lo general, de unas circunstancias malsanas que le impiden comprender el concepto de “obrar bien” o ni siquiera tiene la oportunidad de ejercerlo. La sociedad tiene una obligación contraída con los delincuentes, debe hacer lo posible para que rectifiquen, pero antes tiene que poner las circunstancias que eviten el delito, fundamentalmente educación y sostén económico.

-Supongo que estaría en contradicción sabiendo que hoy la población reclusa es tan numerosa y que los porcentajes, aún ahora con los recursos de hoy, no son de rehabilitación versus educación…eso sigue fallando…

-Siguen fallando muchas cosas … ¿Qué pensaría Arenal a día de hoy de los problemas que nos acucian? No lo sabemos, pero tampoco hay que ser pesimistas, las condiciones sociales objetivamente han mejorado muchísimo. Y se sentiría orgullosa de ver cómo las reformas carcelarias que propuso se han ejecutado, todas.

-Las cartas a los delincuentes, sus visitas a las cárceles en aquella época debieron marcar un antes y un después…. -Escribe y reflexiona sobre ello, deja buena memoria…

-Pensemos que las cárceles eran calabozos dirigidos por cabos de vara corruptos en su mayoría. Los presos permanecían hacinados, sin nada que hacer, sin nada en lo que ocuparse. Y escribe mucho, muchísimo, sobre todo ello. Y en las Cartas a los delincuentes hace algo muy original que es explicar el Código Penal, artículo por artículo, con pequeñas historietas y ejemplos, porque ella estaba convencida de que muchos presos ignoraban qué delito habían cometido, porque ignoraban la mera existencia de la ley.

-Una de sus mejores aptitudes el no cejar, no parar, empeñarse…eso en consonancia de tener una capacidad de trabajo inmensa es lo que la lleva a hacer lo que hizo y a conseguir mucho…

-Sí, yo creo que la resistencia, la tenacidad son cualidades fundamentales para abrirse camino. A ella lo cuesta lo suyo, porque no había ninguna tradición en España de mujeres pensadoras y en la medida en que lo consiguió fue a base de tenacidad.

-Luchaba siempre por los derechos de las gentes, como reflejas y reflejan sus pensamientos en un importante capítulo de la primera parte… y entonces, como ahora, las más desfavorecidas en cualquier colectivo, siempre eran las mujeres…Ella lucha contra aquel patriarcado como impuesto…

-Supongo que se refiere a su Ensayo sobre el Derecho de gentes, uno de sus libros más importantes y donde reflexiona sobre la necesidad de que el pensamiento ético que ella propone alcance a lo que hoy llamamos Derecho Internacional. Los distintos países que conforman el mundo deben llegar a acuerdos que protejan a sus ciudadanos, por ejemplo, si se trasladan de un país a otro, deben evitar la violencia, la guerra, etc. Es increíble hasta dónde llega en sus reflexiones sobre la necesidad de un Derecho Internacional potente. En cuanto a las mujeres, es un problema que le sale al paso cuando ve que se organizan unas conferencias dominicales a favor de la mujer y no se invita a ninguna a tomar parte. Así, de esa necesidad de exponer su pensamiento, surge La mujer del porvenir y después La mujer de su casa, dos ensayos magníficos.

-Veía que la sociedad no era igual, ya, desde la cuna y se le removían todos esos pensamientos suyos en pro de una igualdad que no existía…se le deshacían los esquemas con la mendicidad y la prostitución…

-Ahí tocamos una piedra angular de su obra, el concepto de igualdad. Su Ensayo sobre la igualdad, del que también se incluyen algunos capítulos en el libro, fue el que más estuvo puliendo a lo largo de los años. ¿Cómo combinar el concepto de igualdad con el de diferencia? Ambos son imprescindibles, pero … ¿en qué grado lo son? La mendicidad era una verdadera lacra en el siglo XIX, no es extraño que fuera un aspecto tan tratado en su época, ella lo aborda en El pauperismo. En cuanto a la prostitución era abolicionista e incluso promovió la fundación de una asociación para abolirla. Al parecer desde las altas esferas políticas se le sugirió que abandonara el tema. Y lo hizo.

-Ella, ¿cómo pensó que sería la mujer del porvenir?, no concebía y se rebelaba, ya, en aquel momento que la mujer en casa se encontraba como una especie de prisión.

-En una prisión, sí, pero también desentendida de la cosa pública. Lo que ella defiende, su ideal de “mujer del porvenir” es una mujer capaz de conciliar la vida pública con la privada, es decir comprometida con las exigencias que reclama su tiempo. Para entendernos, una mujer activa y socialmente responsable. Arenal siempre buscaba la conciliación de los contrarios.

-Contra la pena de muerte también se dejó muchísimas energías…

-Pues sí.

-Y sí hay muchos momentos que parece que sea una voz clamando en el desierto…

-Ella se define a sí misma así, como la voz que clama en el desierto, en varias ocasiones para subrayar su impotencia a la hora de influir socialmente. Pero pensemos que la época no estaba preparada para una mujer así, con una personalidad tan original. De hecho, pasa la primera parte de su vida preguntándose qué es lo que la hace tan diferente a las demás mujeres. Años después Simone de Beauvoir o Hannah Arendt se harían la misma pregunta. Una pregunta que todas conducirían filosóficamente.

-Y hay que hacer constar que es de las que miraba y, de alguna manera, acercaba, siempre, más a los vencidos que a los vencedores, ¿verdad?

-Por supuesto. Los vencidos, las personas que sufren son las únicas que le interesan de verdad y ahí hay mucho por explorar todavía.

-También fue articulista, destaca aquí su participación, La Voz de la Caridad, con artículos y participativos incisivos, a su manera, pero siempre con la empatía, el saber meterse en la piel de los demás, sobre todo de los que lo estaban pasándolo, por activa y por pasiva, peor…

-Sí, ella fundó La Voz de la Caridad y prácticamente sostenía solo, con la ayuda de Antonio Guerola, la publicación. Escribió quinientos artículos, que se dice pronto. Siempre con el tema de la beneficencia como eje.

-Amiga Anna, ¿nos puedes dar alguna pista sobre lo que estás trabajando ahora…?

Ha sido una maravilla, la verdad. La complicidad del editor ha sido fundamental en todo el proceso. Todavía no hay nada decidido sobre el futuro inmediato. Quiero pensarlo bien. Muchas gracias…

 

 

_____________________________________________________________________

Cazarabet

c/ Santa Lucía, 53

44564 - Mas de las Matas (Teruel)

Tlfs. 978849970 - 686110069

http://www.cazarabet.com

libreria@cazarabet.com