9788413403014.jpgCazarabet conversa con...   Miguel Ángel Ruiz Carnicer, cocoordinador de “El pasado siempre vuelve. Historia y políticas de memoria pública” (Prensas de la Universidad de Zaragoza)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Prensas Universitarias de Zaragoza edita un ensayo, participado por muchas plumas, que indaga y trata sobre la historia y políticas de Memoria Pública.

Aunque son muchas las plumas que aquí  indagan e investigan sobres las políticas y la historia en torno a la memoria son dos los coordinadores de este magnífico libro: Julio Ponce Alberca y Ángel Ruíz Carnicer.

El libro se encuentra en la colección Estudios y en la temática de historiografía.

Lo que dice la sinopsis:

La irrupción de la memoria ha puesto de manifiesto la indisimulable relevancia del uso simbólico de esta. En España, el comienzo del siglo XXI asistió a la reivindicación de las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo frente al discurso de los vencedores o lo que se consideró política de «olvido» durante la Transición. El Valle de los Caídos, el pazo de Meirás, la imagen del franquismo en los inicios de la Transición, la arquitectura inspirada en el fascismo, pero también las huellas de la Gran Guerra, el expolio nazi del arte, el Holocausto en Polonia o las memorias en disputa sobre la violencia política en el País Vasco son aspectos cruciales de esas políticas de memoria pública que se abordan en este volumen por algunos de los más destacados especialistas españoles.

Los coordinadores de esta edición:

JULIO PONCE ALBERCA (Sevilla, 1964). Profesor titular de Historia Contemporánea en la Universidad de Sevilla. Académico correspondiente de la Real Academia de Córdoba. Responsable de diversos proyectos I+D+i y de la Red de Excelencia titulada Dictadura, populismo y democracia en la Europa del siglo XX. Sus líneas de investigación se han centrado en la historia política del Estado, las biografías políticas y Gibraltar. Algunas de sus obras son: Política, Instituciones y Provincias: La Diputación de Sevilla (1923-1936); Guerra, Franquismo y Transición. Los gobernadores civiles en Andalucía (1936-1979); y Gibraltar and the Spanish Civil War, 1936-39: Local, National and International Perspectives.

MIGUEL ÁNGEL RUIZ CARNICER (Zaragoza, 1961). Catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza. Sus líneas de investigación se concentran en la historia de las universidades, los estudiantes y la Falange durante el franquismo. Algunas de sus publicaciones son: La España de Franco (1939-1975). Cultura y vida cotidiana (con Jordi Gracia); Estudiantes contra Franco (1939-1975). Oposición política y movilización juvenil (con Elena Hernández Sandoica y Marc Baldó); y, como editor, Falange. Las culturas políticas del fascismo en la España de Franco (1936-1975) y From Franco to Freedom. The Roots of the Transition to Democracy in Spain (1962-1982).

Entre las plumas y los contenidos destacamos:

A modo de introducción: El pasado siempre vuelve
  Julio Ponce Alberca
Los que no fueron a la guerra: las huellas de la Primera Guerra Mundial en España y Argentina
  Maximiliano Fuentes Codera
No solo se pierde la vida: la represión económica
  Julio Prada Rodríguez
El arte expoliado y la memoria del Holocausto
  Miguel Martorell Linares
Tan lejos, tan cerca. Percepciones públicas sobre el franquismo en los inicios de la transición (1975-1978)
  Miguel Ángel Ruiz Carnicer
«Y aquí, luego, yo». Sobre los debates en torno al Valle de los Caídos
  Javier Rodrigo
Sentir el franquismo. El pazo de Meirás: caminos de futuro en la imagen de una dictadura
  Emilio Grandío Seoane
Arquitecturas y símbolos del fascismo en la ciudad democrática: una comparación entre los casos de Italia y España
  Javier Muñoz Soro
Dos focos para una memoria de la violencia vasca: Centro Memo-rial e Instituto Gogora
  Antonio Rivera
Olga Glondys, in memoriam
  Javier Muñoz Soro
El debate de la memoria de la guerra y el Holocausto judío en Polonia. Un ensayo bibliográfico
  Olga Glondys

 

 

 

Cazarabet conversa con Miguel Ángel Ruiz Carnicer:

miguel-angel-ruiz-carnicer.jpeg-Miguel Ángel, ¿estamos ante un libro que es como una hoja de ruta de cómo debemos reflexionar, pensar y hacer con la Memoria Histórica?

-Es un libro que quiere hacer reflexionar sobre la complejidad de lo que llamamos memoria histórica, planteando no tanto una larga exposición conceptual, de la que tratan muchos otros libros, sino entrar en casos concretos que muestran esa dificultad a la hora de establecer unos criterios uniformes ante las distintas peculiaridades de países y momentos históricos.

-Amigo,¿ qué es lo que os llevó a investigar sobre estas experiencias alrededor de realizar el ejercicio en torno a la Memoria Histórica?

-Los historiadores nos debemos a la sociedad y es una realidad que en los últimos veinte o veinticinco años no se puede hablar sólo de historiografía sino de un fenómeno de memoria muy relevante que influye a su vez en el discurso de los historiadores. Actualmente, la memoria individual y colectiva ocupa un lugar muy relevante en el discurso público, tanto el político, como el cultural y ciudadano.

-¿Hay o hubo algún incentivo qué te ha hecho os ha hecho investigar sobre esto?, lo digo porque el libro es un compendio de firmas que  reflexionan alrededor de la Memoria Histórica…

-Quienes colaboramos en el libro procedemos de distintos proyectos de investigación nucleados en los últimos años en torno a la Red de Excelencia RETTDES y luego DIPODEXX. El objetivo era analizar el impacto en la sociedad de los distintos fenómenos de dictaduras, populismos y regímenes democráticos a lo largo del siglo XX, tanto en el quehacer histórico como en eso que se ha dado en llamar Memoria. Como dices, entre quienes colaboran hay prestigiosos especialistas en los temas de memoria y sociedad.

-¿Desde tu misión o trabajo, junto con Julio Ponce, en qué ha consistido esta tarea vuestra de coordinar y guardar cuidado de esta edición?

-Los dos editores hemos tenido muy fácil coordinar una tarea que nace en un symposio que celebramos en Zaragoza en 2019 y en donde ya marcamos las líneas de discusión y los aspectos que íbamos a tratar cada uno.

-El título es muy acertado, El pasado siempre vuelve…porque en realidad, amigo, si no asumimos el pasado con todas sus cargas---y hay cargas buenas y cargas malas--- el pasado que siempre vuelve puede ser hiriente, incisivo…mucho más que pedagógico…?

-Ninguna sociedad puede avanzar sin asumir sus traumas y problemas del pasado, pues si no volverán, con otro rostro, de otra manera, en circunstancias diferentes. Aunque es muy difícil pontificar sobre este tema, porque cada caso aporta sus especificidades, se puede decir que en algún momento las sociedades se han preguntado sobre su pasado, aún el más doloroso. Ello forma parte del ADN de esa sociedad, incluso cuando han pasado muchos años y una buena parte de protagonistas han muerto. El caso de Alemania en los años ochenta es elocuente.

-Porque el pasado siempre debería de enviarnos lecciones para aprender, reflexionar, avanzar y tratar, con todo ello, de no caer en los mismos errores….¿qué nos puedes reflexionar?

-Ya sabéis lo de “Historia magistra vitae”. Sin caer en tópicos es evidente que el presente se construye siempre en diálogo con el pasado del que se proviene, y en tensión continua con el futuro que se construye, pero esa construcción se hace con los “ladrillos” existentes del pasado. No existen “tabulas rasas”, aunque siempre las dictaduras y los proyectos totalitarios hayan intentado ese efecto de poner a cero el contador.

-¿Hay lugares en los que las lecturas en torno a la Memoria Histórica y las tragedias se ha hecho mejor que en otros…?-Recuerdo esas Comisiones para la Reconciliación, por ejemplo, de Sudáfrica….

-Creo que es difícil encontrar el lugar perfecto. Sudáfrica es un buen ejemplo porque tiene la figura gigante de Nelson Mandela. Pero sólo se llega ahí tras muchísimo sufrimiento y también allí vemos que la lección de Mandela dista de estar interiorizada por la clase política del país. Creo que siempre hay una tensión entre los que quieren pasar página y los que desean que sea ese pasado el que marque el presente. Creo que en estos temas lo único que cabe es ofrecer todo lo que se sabe, compartirlo con la sociedad por doloroso que sea, reconocer el mal y buscar un camino de reconciliación.


MIGUEL-ANGEL-RUIZ-CARNICER-.jpg-¿Por qué el ejercicio de la Memoria Histórica en torno al Holocausto judío es de los que más regularmente, está siempre ahí como ejemplo…?

-Es evidente que es una de las grandes matanzas de todos los tiempos, realizada en uno de los países más avanzados del mundo en ese momento y la responsabilidad moral es de tal entidad que nos sigue abrumando. Sin embargo, cuando se empieza a hacer hincapié en el holocausto judío es desde fines de los setenta y sólo entonces es cuando se empieza a dar el reconocimiento a unos hechos que estaban en un segundo plano en la posguerra.


-Se habla en el libro de los que no participaron directamente en las trincheras de la devastadoras I Guerra Mundial….también podemos recordar a los supervivientes de otras guerras o del Holocausto o de campos de concentración…¿estas personas son muy susceptibles porque , quizás, tengan como “sentimiento de culpa” por haber sobrevivido alrededor de la tragedia y del desastre?

-El trauma de estos hechos es tan enorme que incluso los que sobreviven tienen una enorme carga que les lleva a culpabilizarse. Ese avergonzamiento por sobrevivir es un hecho estudiado por los psicólogos que supone que los que han sobrevivido lo han hecho porque han cedido, porque de una forma oscura han escapado a su destino y ello impide una conducta de autoregeneración y de liberación de las cargas que les aplastan.

-En todo esto las simbologías, las arquitecturas de la memoria, ¿hasta qué punto ayudan a la Memoria Histórica—hasta su dignificación--- y hasta qué punto pueden estorbar?.-¿O el problema está en la utilización de unos símbolos determinados o en hacer apología de ciertas fechas, de ciertas ideas, volcándolos en estatuas, homenajes… etc.…?

-Es un tema de muy difícil resolución. ¿Se tira una obra del fascismo o se conserva, haciendo por tanto –en parte– apología de una época?. Los autores somos partidarios de la resignificación de los edificios, de dotarles de un discurso que sirva como testimonio de una época condenable, pero que tuvo su explicación y contextualización. En todo caso, todo lo que sean inscripciones, listas de muertos, etc, deben ser modificadas o eliminadas para evitar esa perpetua reiteración de los valores de los vencedores sobre los vencidos.

-Los exilios, tal como se nos recuerda en el libro, no solamente lo sufren las personas, también hay arte que “marchó” al exilio, pero también lo hubo que sufrió del pillaje, tráfico, ventas… las guerras y los conflictos también son malos tiempos para las artes, artistas y “el arte material”, ¿no , ¿qué nos podéis decir?

-La parte dedicada al expolio nazi es una de las partes más interesantes del libro. Allí se plantea hasta qué punto hay un expolio sistemático del arte y una depredación absoluta de la propiedad de los judíos. En el caso del nazismo, no se trata de que haya un discurso estético del nazismo, sino que quienes controlan el régimen tienen un comportamiento criminal y sucio, comerciando con todas esas propiedades. En la Alemania nazi se mezcla la exquisitez estética con los más bajos instintos de los dirigentes.

-En cuanto a las represiones también hacéis mención en el libro a las económicas que, a veces tenían a ver mucho con los pillajes… no fueron pocas las familias que se refugiaban, ante la llegada de las tropas enemigas, en las casas de campo y que al volver se encontraban
las casas desmanteladas o incluso ocupadas… - Además, también está la represión más económica…

-Una de las líneas que lleva unos años de actualidad en la historiografía española es el estudio de la cuantía que supone la represión económica y el efecto en tantas familias de vencidos, especialmente en el medio rural. El análisis es sobre Galicia pero hay trabajos también en Aragón y otros sitios. Siempre hablamos de los muertos, represaliados, depurados o encerrados por el franquismo y nos detenemos menos en lo que supone ese ensañamiento del Estado de los vencedores con los que estuvieron en el otro lado. La pérdida de la guerra fue también perdida de estatus económico y social, incluso aunque hubieran salvado la vida.

-¿Cómo es posible que en Alemania como aquel que dice no se nombre ni al nazismo ,ni a Hitler… a no ser que sea para criticarlo y hacer como
un serio examen de conciencia y aquí todavía se critique y se mire como a bichos raros a los familiares que quieran encontrar a los suyos de fosas , cunetas…?

-Es evidente que la larga duración del franquismo, su lavado de cara parcial por la comunidad internacional desde los cincuenta y las raíces familiares y políticas de partidos de la derecha ya en democracia dificultan una condena global del franquismo. Hasta no hace mucho, una estatua ecuestre de Franco saludaba a los visitantes de la Academia General Militar en Zaragoza, centro de formación de los oficiales del Ejército de Tierra. El caso español, tras una terrible guerra y una larguísima dictadura es uno de los más complejos para poder hacer una asunción exigente y seria de ese pasado, especialmente por la presencia en parte en los centros de poder de la estirpe de quienes se beneficiaron de ese estado de cosas.

-El Pazo de Meirás o el Valle de los Caídos, ¿cómo es que, después de tantos años tras el fallecimiento del dictador, siguen sonando tan fuerte y tragando las energías de un Estado que debería ocupar esas energías en otras necesidades?

-Por las razones apuntadas. Son símbolos muy fuertes que afectan a la sentimentalidad de la población de una forma u otra. En Alemania o en Italia hubo una situación de guerra que acabó con esos regímenes y se dio una depuración aunque fuera limitada. No es el caso de España y esa continuidad (a pesar de que el régimen democrático se separe totalmente en su práctica política del franquismo) hace muy difícil ese ajuste de cuentas con el pasado

-Aunque el Valle de los Caídos merece punto y aparte… ¿no?

-Sí. Ahora Franco está fuera del Valle y eso es un avance. Pero la gran cuestión pendiente es qué se hace con esa mole, con quienes están enterrados allí. Yo apuesto por un gran centro de memoria, como la comisión que se ocupó del tema propuso, pero es algo siempre difícil de llevar a cabo con un consenso de las fuerzas políticas.

d13ec8cf-c602-4449-8ebb-cc734cc7d7e3_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg-Amigos, ¿os parece que dictaduras más cercanas a nuestros días como la argentina, la chilena… han sabido realizar una lectura mejor de los hechos históricos desde el presente…sabiendo establecer una mejor reflexión de su Memoria Histórica?

-Yo creo que los chilenos y argentinos han logrado ajustar mejor las cuentas con su pasado porque éste era más reciente y la herida seguía supurando, por lo que los responsables podían ser procesados. En España era difícil que pudiera ser igual. Pero creo que esas sociedades han sido capaces de hacer un ejercicio que ha servido de referencia al mundo. Sin embargo, hay que decir que sólo  cuando pasa un tiempo tras largas dictaduras o con una gran pretensión totalitaria, salen todos los fantasmas: unos treinta o cuarenta años después.

-¿Cómo ha sido el proceso y la tarea ardua de investigación que, además tiene mucho a ver con el proceso de documentación para este libro… qué os han contado las diferentes firmas  en torno a esta tarea?

-Ha habido una tarea importante de documentación de los casos, también de gran conocimiento de los debates actuales, y una conexión con los movimientos y debates sobre la memoria. En muchos casos, los trabajos son el fruto de años de reflexionar sobre estas cuestiones.

-La investigación, la recopilación de documentación, el contrastar todo ello…el aproximarse a testimonios más o menos directos sobre vuestro trabajo…es un trabajo que requiere de  trabajo, minuciosidad, pero también de mucha gratificación….¿qué nos puedes decir?

-En efecto, el trabajo realizado tiene como recompensa no sólo la información que manejas sino el entrar en contacto con sociedades que ves cómo reflexionan sobre su pasado y ello no sólo supone un aprendizaje libresco o documental sino una auténtica escuela de aprendizaje del comportamiento social, que en realidad es lo que nos fascina a los historiadores. Estamos muy satisfechos del trabajo que hay en este libro y espero que tenga una buena difusión, a lo que asociaciones como vosotros colaboráis activamene.

-¿Y qué metodología de trabajo te han contado que han seguido; cuál has seguido tú con el compañero de guardar cuidado de la edición, Julio Ponce?

Es difícil resumir la metodología en unas líneas, siendo además tan grande la variedad de objetos. Creo realmente que son trabajos maduros que resumen, en muchos casos décadas de trabajo con documentos, fuentes orales y lecturas de los principales teóricos sobre estos temas. Nosotros como coordinadores hemos intentado que haya una amplia panoplia de casos, que hay una relación interior entre el enfoque ya la par proteger la necesaria pluralidad de aproximaciones a los objetos de análisis.

-En un libro como este, tan coral y con tantas reflexiones que vienen de muchas firmas, se trabaja sobre un guión de cuestiones y/o preguntas sobre las que ir encontrando respuestas?

-Como comentaba, tuvimos una reunión inicial en donde quedó claro el rango de intereses y las cuestiones que debíamos abordar, pero creo que hay un margen amplio de libertad a la hora de trabajar cada uno. Seguramente la relación previa entre nosotros y el compartir muchos conceptos ha facilitado que el resultado sea un libro que creemos articulado y que proporciona al lector una visión coral como decís, es decir, que los cantantes coordinan sus voces los unos con los otros hasta que sale un resultado armónico.

Muchas gracias por la atención dedicada al libro y mucho ánimo en vuestro trabajo desde el boletín El Sueño Igualitario de Cazarabet/Mas de las Matas.

 

 

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