9788416842483.jpgCazarabet conversa con...   Pascual Serrano, autor de “Paren las rotativas. Una pausa para ver dónde está y adónde va el periodismo” (Foca)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pascual Serrano, edita en Foca, un libro que se para, piensa y reflexiona sobre el momento de dónde está y se encuentra el periodismo y la práctica del mismo…

El libro se encuentra en la colección de investigación del sello Foca de Akal ediciones.

La sinopsis del libro.

Este libro trata de recoger y ordenar una serie de reflexiones sobre los medios de comunicación, el trabajo de los periodistas, la influencia de los nuevos formatos y tecnologías, los debates que en algún momento se han podido generar y que han sido atropellados sin sacar las conclusiones adecuadas, los errores que apenas se señalaron o que el ritmo trepidante de los medios se encarga de que los olvidemos rápidamente y, por tanto, seguro se repetirán. También se señalan casos concretos, nombres y apellidos de periodistas, empresas, políticos, pues sólo si se apunta sin miedo ni complejos se puede aspirar a ganar la credibilidad en lo que se expone.

A partir de materiales previos del autor (columnas, artículos, conferencias…) totalmente retrabajados y actualizados, el texto se ordena en cuatro bloques temáticos: «Modus operandi. El periodismo que sufrimos», «Qué hacen los gobiernos y parlamentos», «Redes y nuevas tecnologías» y «Hacia dónde vamos».

Como sus títulos indican, se trata de repasar el panorama existente parándose en el análisis de algunos casos vividos, situar cuál es la responsabilidad de los legisladores en lo que está sucediendo, desvelar cómo las redes sociales y las nuevas tecnologías están influyendo en el periodismo actual y, por último, reflexionar sobre adónde va éste y en qué medida se puede influir en ello. Y no es fácil ir más allá de la denuncia, porque las posibles soluciones deberán ser discutidas y debatidas entre todos: periodistas, políticos, empresarios de la comunicación y, en general, una ciudadanía que es la poseedora del derecho a la información por encima de las empresas de medios y de los periodistas.

Si este libro sirve para sembrar esas inquietudes e iniciar alguno de esos debates (porque son varios), habrá cumplido su misión.

El autor:

Pascual Serrano (Valencia, 1964) se licenció en Periodismo en 1993 en la Universidad Complutense de Madrid. Tras trabajar y colaborar en prensa tradicional, comenzó a desarrollar un periodismo crítico con los grandes medios y participar en proyectos alternativos. En 1996 fundó junto con un grupo de periodistas la publicación electrónica Rebelión (www.rebelion.org), que hoy funciona como diario alternativo en internet. Durante 2006 y 2007 fue asesor editorial de Telesur, un canal de televisión multinacional latinoamericano que pretende ser un modelo de comunicación contrapuesto a los medios dominantes del primer mundo. Su denuncia a los métodos de información de los grandes medios tradicionales se ha reflejado en libros como "Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo" (2009), con prólogo de Ignacio Ramonet, o "La prensa ha muerto: ¡viva la prensa! De cómo la crisis trae medios más libres" (2014). En esta misma editorial ha publicado "Traficantes de información. La historia oculta de los grupos de comunicación españoles" (2012). Serrano fue primer premio del Concurso Internacional de Ensayo «Pensar a contracorriente» en 2007 y galardonado en 2010 con la distinción Félix Elmuza, que otorga la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) en casos excepcionales a periodistas no cubanos. En la actualidad dirige la colección de libros A Fondo, sobre temas de actualidad, en la editorial Akal y es miembro del Consejo Editorial de la revista satírica "El Jueves".

Un referente en el periodismo que ya  ha estado con nosotros: http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/serrano.htm

Otros libros de Serrano en Akal:

Los gobiernos españoles contra las libertades: este libro Pascual Serrano, como periodista lo escribe con el abogado Juan García Mollà y según explica la sinopsis del libro  de Akal: “El último gobierno del PP ha mostrado una escalada de medidas legislativas represivas que han provocado una importante protesta social y denuncia de numerosas instituciones internacionales. Sin embargo, este libro muestra que los ataques a las libertades han sido una constante por parte de los gobiernos españoles en las últimas décadas. Se analizan con espíritu crítico diferente leyes y reformas y los casos más elocuentes de víctimas de esa represión. Desorbitadas penas contra huelguistas y ciudadanos que solo se expresaron en las redes sociales; concejales o cantautores sentados en el banquillo por acusaciones tan anticuadas como la blasfemia; titiriteros, cantantes de rap o tuiteros procesados por ensalzamiento del terrorismo. Paradójicamente, cuanto más nos alejamos del periodo franquista, más derechos y libertades son recortados por nuestros gobiernos.”

Los autores, un abogado y un periodista, analizan el ataque a las libertades de los gobiernos españoles con rigor técnico y con lenguaje divulgativo para toda la ciudadanía. 

Medios democráticos: El libro, reflexivo y que pone los dedos en descosidos importantes para urgar habla de la revolución pendiente en el mundo de la comunicación

Traficantes de información: el libro va sobre los entresijos y la historia oculta de comunicación españoles.

 

 

 

Cazarabet conversa con Pascual Serrano:

000054038_1_Pascual_Serrano.jpg-¿Por qué las rotativas en manos de grupos de comunicación---hablo de los grandes—no pueden ser garantía de rigor en el tratamiento de la información?

-Sencillamente porque ningún derecho lo puede proporcionar una empresa. Las empresas proporcionan productos y servicios a quienes puedan pagarlo: Un coche, una cerveza, un botijo, te limpian la chimenea o te tintan el cabello. Decir esto no incluye ninguna valoración por mi parte, es una mera constatación de la realidad. La información es un derecho, porque es un elemento fundamental para que el ciudadano pueda desenvolverse en una democracia y porque así lo refleja la Constitución. Una empresa con ánimo de lucro no te garantizará nunca ese derecho.

-El periodismo, después del paso a lo digital y de que éste barra al papel o casi…se resisten algunas portadas muy, muy interesantes…pero en lo del día a día ---te diría que se mantiene por intereses políticos y el aval de las grandes fortunas y bancos que son copartícipes de su capital--- ¿debe para repensarse a sí mismo…para hacer como un ejercicio analítico y consciente de lo que es y representa?

-Sin duda, lo que sucede es que la mayoría de los análisis son para plantear cómo hacerlo rentable. Y, claro, eso, con ser necesario, no basta. De hecho, antes de esta crisis, era rentable y no teníamos un buen periodismo ni estábamos bien informados. Es evidente que en nuestro modelo económico no es rentable tener a un periodista investigando un tema durante meses, enviarlo a una ciudad de Siria con suficiente tiempo para conocer el país o a un lugar de la selva del Amazonas donde ha habido una masacre. Por tanto, como una sociedad necesita estar informada y como el mercado no lo resuelve, deberán ser los poderes públicos quienes asuman ese derecho ciudadano, como hacen con la educación, la sanidad, las pensiones, las carreteras locales o el servicio postal a las aldeas.

-¿Qué ha pasado para que la gente no diferencie entre lo que es una noticia verdadera o falsa?-¿Debemos aprender a leer, nuevamente, prensa?, hay parte del problema en que nos educan para el seguidismo y no para realizarnos preguntas…

-Es muy difícil diferenciar una noticia falsa de una verdadera, no existe una fórmula. Ayuda el estar formado y tener un cierto nivel cultural, pero tampoco eso es suficiente. Pero eso sucede con muchos servicios públicos, no podemos saber si la comida del restaurante está en mal estado, no podemos saber si el puente que voy a cruzar está bien hecho, no puedo saber si el mecánico me ha arreglado bien los frenos. ¿Cómo se resuelve eso? Pues con un sistema normativo, de vigilancia, control y sanción por parte de los poderes públicos para que todos esos prestadores de servicios ejerzan su trabajo con seguridad y eficacia y los demás podamos estar tranquilos. Pero eso no sucede con la información, no pasa nada si desde los medios o de las redes o de los políticos o de los cargos públicos distribuyen mentiras o falsedades. No se les sanciona porque el derecho a recibir información veraz que se recoge en nuestra Constitución no se ha regulado para garantizarlo. Tu puedes decir que acaban de morir cien personas en un accidente de tren en Móstoles que no te sucederá nada aunque sea mentira. Imagina todo lo que puedes mentir con intencionalidad política, y con total impunidad. Pero ni desde la derecha ni desde la izquierda se atreven a proponer que se tomen medidas. Los grandes medios han logrado asentar la idea de que cualquier regulación destinada a garantizar la veracidad de la información es una censura. Por tanto, han convencido que su impunidad para mentir forma parte de la libertad de expresión.

pascual-serrano-1.jpg-Así el sistema democrático viaja por aguas muy, muy tormentosas…

-Los sistemas democráticos avanzan mediante el resultado de diferentes vectores de fuerza que son contrapuestos. Algunos le llaman lucha de clases, otros, de otra forma. Con los modelos de democracia representativa, la lucha es por conseguir ganarte a la opinión pública. Si lo logras puedes hacer cualquier cosa, por bárbara que pueda parecer: bombardear e invadir un país, congelar el sueldo a la gente, disparar a los inmigrantes que quieran venir, mantener a miles de personas en la pobreza sin nada para comer...

-¿Qué podemos hacer como usuarios de la información?

-Siempre dije que lo primero que debe mirar un ciudadano cuando se acerque a un medio es saber de quién es, quiénes son los propietarios. Así puede ir deduciendo servidumbres. Del mismo modo que si analiza cómo consigue la rentabilidad. Si depende de un determinado fondo de inversión, o debe dinero a un banco o necesita la publicidad de unos grandes almacenes o un refresco, ya sabemos que se debe a ellos más que a tu derecho a recibir una buena información.

-Pero los periodistas deben replantearse, seguramente, no pocas cosas, ¿qué nos puedes decir?. -¿Demasiadas condicionadas las redacciones por estar participadas económicamente por grandes grupos financieros, empresarios, bancos….?

-El error es pensar que desde un formato empresarial se puede proporcionar algún derecho ciudadano. Si por su forma accionarial y empresarial el medio de comunicación es una empresa, pues se comportará como una empresa, es decir, tendrá como prioridad lograr la máxima rentabilidad para sus accionistas. No es que me parezca mal, es lo que hace una empresa de coches, una de cervezas o un hotel, lo absurdo es querer convencernos de que nos están garantizando nuestro derecho a la información.

No solamente eso, las legislaciones de algunos países han establecido, con buen criterio, que determinados sectores económicos no pueden ser propietarios de empresas de comunicación porque son elementos perturbadores de lo que debería ser una información plural y veraz. Se trata de sectores financieros, religiosos o de capital extranjero. Es totalmente lógico pensar que no se puede esperar una información fiable por parte de esos sectores. Curiosamente, en España, esos son precisamente los dueños de todo el panorama de grandes empresas de comunicación.

-¿Se gana por mentir y por omitir?, teniendo en cuenta que quien calla otorga…

-La casuística es más compleja. Más refinada diría yo. Se trata de desinformar sin que se note, eso es fundamental porque el capital de un medio es su credibilidad, debe aparentar que informa con rigor, si se nota que no lo hace, está muerto. Probablemente esa es la gran ventaja de la prensa comercial de los países occidentales frente a la prensa militante o la prensa de los países socialistas, los primeros aparentaban imparcialidad y los segundos alardean de sus principios y valores militantes. El resultado es que, aunque los segundos engañaran menos terminaron siendo más fiables los primeros. Como decía, además de la selección de unas noticias y el silenciamiento de otras, el sistema se refina mediante ausencia de contexto o antecedentes, con fuentes interesadas, con opiniones de expertos previamente elegidos al gusto de la tesis que se quiere apoyar. Mi libro Desinformación detalla con más extensión esos métodos.

images.jpg-¿Qué papel juegan en esto las redes sociales?, porque también hay que ser responsable de saber qué leer, cómo leerlo…lo que quiero decir que también es responsabilidad nuestra…

-Desgraciadamente no hemos democratizado la información, pero sí hemos democratizado la desinformación. Si hace diez o 15 años el monopolio de la desinformación pertenecía a los medios de comunicación, la supuesta democratización que ha supuesto el papel de las redes sociales para la circulación de las noticias y las opiniones ha supuesto que cualquiera ahora, consciente o inconsciente, pueda ser un agente de la desinformación, circulando bulos, con montajes falsos, datos inventados, imágenes manipuladas. Un desastre. Es por eso que ahora se le está dando tanta importancia a las fake news, porque ya no solo las puedan realizar los poderosos. Aunque, la verdad, no debería ser un consuelo que todos ahora podamos mentir en la información.

-Pero es que, además, a nivel laboral---salvo alguna excepción—las y los periodistas están muy mal…de estas maneras se resiente todo…hasta la ilusión a la hora de ejercer como periodistas…

-Hay un eslogan del Sindicato de Periodistas que dice “Nuestra precariedad es tu desinformación. Y tienen razón, si la situación del periodista no es estable ni su trabajo está reconocido ni el tiempo y recursos que necesita es adecuadamente compensado, se resentirá la información que recibimos. Es un tema complejo de resolver porque un problema añadido del periodismo es que nadie está dispuesto a pagar lo que cuesta conseguir la información. Quiero decir, no es que paguen poco al periodista que envían de corresponsal a Siria, es que no le compensa a ningún medio asumir los gastos de un corresponsal en Siria. Por tanto, no es que exploten al periodista, es que ni explotándolo vale su producto en términos de rentabilidad económica. ¿Cómo se resuelve eso? Entendiendo que el derecho a la información debe ser asumido por los poderes públicos aunque tenga un coste y no dejarlo a un mercado al que no le resulta rentable. Y debe ser asumido porque estar informado es una de las condiciones para que la democracia sea válida, si la ciudadanía no está informada esa democracia no tiene ningún valor.

-El problema del periodismo es que ha cogido demasiada velocidad como revolucionado para ser “la portada que más…”; el periódico más vendido del mundo…” y que quizás pensando tanto en esto se pierde “como la esencia”?

-Lo de ser lo que más se vendan o se lean es un condicionante del mercado. El mercado solo mide por audiencias no por calidad, ni por rigor, ni por servicio público. Solo sacudiéndose el mercado podemos cambiar esa servidumbre.

Luego están otros condicionantes como la brevedad porque la gente quiere cosas cortas en espacio y tiempo; y la inmediatez, la cual se prioriza al rigor. Preferimos un adelante electoral con un 2% escrutado a esperar un poco y saber el definitivo cuando hayan contado el 80% de los votos. Por eso es importante también educar a la gente para que no se deje arrastrar por estos patrones. 

20200403_pascual_serrano.jpg-¿Dónde o en qué lugares la transición del periodismo y del periodista---sobre todo en prensa---se ha hecho, a tu juicio mejor?. -¿Hay periodismo que trabaja contra la verdad?

-Más que trabajar contra la verdad, es que trabajan a espaldas de la verdad. Es decir, tienen una determinada hoja de ruta, que puede ser comercial o ideológica, y cuestiones como la verdad, el rigor, el equilibrio, la pluralidad o la honestidad informativa les es indiferente. Sin duda hemos de crear mecanismos para enfrentar esa situación. Unos mecanismos culturales denunciándoles, pero también otros por parte de los poderes públicos para que no se permita eso en nombre de la libertad de expresión.

-Ya hace años que no me encuentro nada, nada cómoda  con los informativos matinales en los que las tertulias ocupan un lugar importante…todas y todos opinan de todo para casi nunca sacar nada como “de reflexión honda”… -También yo que soy mucho más de los informativos de radio que de TV noto que se ha perdido un algo….que no van más allá de ciertas cosas…repeticiones, repeticiones y búsqueda , si me lo permites, de cierta morbosidad , del testimonio cargante…

-Se trata de la apuesta por el espectáculo. El culto por la imagen, la brevedad, la inmediatez, todo ello empuja a un formato que es incompatible con la reflexión, el análisis, la profundidad. En una palabra, con la racionalidad. La discusión es pensar cuánto de presión hay por parte de las audiencias que piden eso y cuánto de educación en la banalidad por los nuevos medios y formatos.

-Amigo, ¿qué futuro le ves a la prensa, al periodismo el general…?. Pascual, periodista inquieto, ¿en qué estás metido ahora; estás preparando alguna cosa más?

-En este momento mis principales trabajos se desarrollan con mis columnas y reportajes para ElDiario.es y recientemente en la agencia rusa Sputnik y la dirección de la colección A Fondo en la editorial Akal. En la medida en que encuentro huecos pienso algún libro. Lo bueno es que solo hago periodismo que me gusta y donde me encuentro libre

 

 

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