La Librería de El Sueño Igualitario

PORTADA.jpgCazarabet conversa con...   Óscar Martín Estallo, autor de “Las pardinas del río Asabón. Crónicas de un mundo olvidado” (Diputación de Huesca)

 

 

 

 

 

Óscar Martín Estallo escribe una crónica, a modo de cronista, un relato excelente sobre las características de una época y de un mundo muy, muy particular.

El autor, Óscar Martín Estallo consiguió con este libro el Premio Félix de Azara 2016.

El galardón Félix de Azara premia, o más bien reconoce, la defensa y conservación del medio natural.

Enlaces que te pueden ir bien:

Premio Félix de Azara:

http://www.dphuesca.es/galardon-y-premios#gsc.tab=0

http://www.europapress.es/aragon/noticia-coleccion-felix-azara-dph-rescata-libro-historia-pardinas-huesca-20170308182228.html

¿Qué son las pardinas?. Sinónimo de borda, cabaña, choza…

http://www.heraldo.es/noticias/aragon/huesca-provincia/2017/03/08/como-vivia-las-pardinas-rompesacos-villamuerta-1163116-1101026.html

Otra persona que se ha acercado a las pardinas, Antonio Urbieto Arteta:

file:///C:/Users/Pc1/Downloads/Dialnet-LasPardinas-108353.pdf

Río Asabón:

http://www.aragon.es/DepartamentosOrganismosPublicos/Organismos/InstitutoAragonesAgua/AreasGenericas/Lugares-de-inter%C3%A9s/Huesca/Provincia/ci.06_rio_Asabon_Foz_De_Salinas.detalleDepartamento?channelSelected=0

¿Quién fue Félix de Azara?. Consultamos la wikipedia:

https://es.wikipedia.org/wiki/F%C3%A9lix_de_Azara

Lo que nos dice la sinopsis del libro:

Hubo un tiempo en que los monjes de San Juan de la Peña dominaban la mayoría de pueblos al sur de su monasterio, incluyendo gran parte de la cuenca del río Asabón.
Con el paso de los siglos, muchos de aquellos lugares se transformaron en pardinas, cuyas tierras continuaron siendo trabajadas por gentes que vivían en la soledad de la montaña, a cambio de extraer el fruto de sus pastos y labradíos.
Aquellos pardineros, procedentes mayoritariamente de Bailo, Paternoy, Longás, Salinas de Jaca, Villalangua, Santa María de la Peña, Ena o Centenero, siguieron conservando su forma de vida ancestral; hasta que la nueva sociedad industrial arrasó aquel mundo, borrándolo del paisaje y de nuestras mentes con tal ferocidad que parece que nunca hubiera existido. 
Pero sí existió. Ésta es su historia.

 

 

Cazarabet conversa con Óscar Martín Estallo:

IMG_0427-e1489059035713.jpg-Óscar, ¿a quién va dirigido este libro tan arraigado a la tierra como a sus gentes…?

-En un principio, el libro estaba dedicado a las gentes que vivieron ese mundo y dirigido a todo aquel que quisiese saber un poco más de ese tipo de hábitat disperso.  Fue en la propia investigación y elaboración del libro donde las conexiones de ese mundo se expandieron a gran cantidad de ámbitos, de manera que lo considero imprescindible para todo aquel que quiera conocer la historia de nuestros montes o comprender la misma existencia del Prepirineo occidental altoaragonés.

-Porque las Pardinas como tales son un edificio que albergan, sobretodo muchas historias humanas, de otro tiempo, otra manera de pensar y hacer…

-Las pardinas eran cotos redondos, cuyos recursos eran generalmente explotados desde una casa construida en medio de sus tierras (por eso, popularmente se acabó asimilando  “pardina” = “casa”).  El final de aquel mundo pardinero fue contemporáneo al inicio de la industrialización en España, por lo que sus comunicaciones, dimensiones, su estilo de vida, etc, se ven ahora anacrónicos.  Pero, con diversos matices, era una manera de vida que podía encontrarse en cualquier provincia de la Península.  La única manera de explotar los recursos en las zonas serranas. 

-Porque, es verdad, el libro parece rendir homenaje a una tierra y a todos sus habitantes de un rincón como olvidado o semi olvidado ¿Cómo andan las tierras Pre pirenaicas de olvidos?

-De olvido andan sobrados, por parte de la Administración pero también por gran parte de la población.  Hoy en día, para mucha gente el Prepirineo es una barrera a cruzar antes de llegar a las pistas de esquí o las cimas de renombre.  En muchos casos, una carretera tediosa y llena de curvas, que nos separa de nuestro destino pirenaico.  La despoblación en el Prepirineo ha sido tan intensa que, en la actualidad, en muchos casos permanece incluso al margen del turismo.  Afortunadamente, las cosas están cambiando en muchos lugares, con iniciativas locales basadas en deportes de aventura si el territorio lo permite (barrancos, descenso de ríos, BTT…); aunque hay una gran cantidad de Prepirineo, con mucho potencial, que permanece olvidado.

-¿Por qué te aproximas a Las Pardinas y al río Asabón?

-Soy oscense y mi familia política proviene de Ayerbe. También trabajé algún tiempo en Agüero.  Es decir, que por una u otra razón, siempre he dirigido mis pasos hacia esa zona.  Agüero es un lugar con una gran tradición pastoril, y donde más de un pastor te podía contar historias relacionadas con las pardinas que había más allá de la Osqueta (el paso tradicional hacia Salinas).  Aquellos nombres tan evocadores comenzaron a despertar mi curiosidad y descubrir aquellos caserones en mis excursiones hizo el resto.  El Asabón es un río muy curioso, desconocido para mucha gente a pesar de haber estado docenas de veces bañándose en sus pozas.

-Aún para estas composiciones uno busca o encuentra cierta dosis de inspiración. Dinos, amigo Óscar, dónde, cómo y de qué manera o explícanos cómo te ha ido en particular eso de ir inspirándote? (quizás con solo soltar las piernas por el escenario ya inspira)

-Cualquiera que haya estado en Salinas “viejo” cruzando la Foz o haya subido a la cima del Pico de Santo Domingo un buen día de primavera, divisando todas las pardinas a sus pies; sabe que no hace falta nada más para que surja la inquietud de conocer mejor esa tierra.  Si a eso le añadimos el aderezo de una buena historia contada por alguno de sus antiguos habitantes, al calor de un café en la cocina; ya tenemos una inquietud que se te escapa de las manos, como fue mi caso.

-Te conformas si en el lector levantas esa curiosidad que le aproxime a esos lugares a los que te acercas o en despertar en algunos y algunas curiosidades adormecidas, sabiendo o sintiendo el pálpito de esta tierra que por estar tan cercana a veces es como ignorada…

-Me doy por satisfecho con mejorar el conocimiento que la gente tiene sobre la historia y particularidades de su propia tierra.  Cada lector se acercará a este libro con un grado distinto de conocimiento, pero creo que es un mundo tan desconocido y tan olvidado, que a todos les aportará algo nuevo.  Si además provoco a alguien a conocerlas sobre el terreno, miel sobre hojuelas.  Como dice la frase atribuida a Cervantes, “el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”.

fotonoticia_20170308182228_640.jpg-Porqué, ¿qué es más alevoso: olvidar y esconder en la memoria o ignorar?. De todas formas serían dos factores a combatir, me refiero al olvido y a la ignorancia…

-La ignorancia es un factor a combatir siempre y el olvido, en este caso, también.  La opción de aquel que ha decidido olvidar no puedo juzgarla, porque yo no viví aquel tiempo y aquella situación y no sé cómo hubiese respondido.  Pero es verdad que por distintas razones, más de uno no quiere recordar, o se siente incluso un poco avergonzado.  Porque el cambio en la sociedad ha sido tan brutal, que a cualquier lector nacido a finales del s.XX muchas historias le pueden parecer novelescas.

Y ahí enlazo con el tema de la ignorancia.  No puedo entender que personas nacidas a escasos 20 kilómetros de pardinas no sepan ni siquiera de qué estamos hablando.  Pero la rotura de la transmisión oral en muchos casos es total.  Y supongo también que es por la misma razón. La sociedad ha experimentado un cambio tan profundo que a los más jóvenes estas historias, este mundo, no le interesa. Me gustaría que, con un poco de pedagogía, pudiéramos revertir este problema. 

-Las Pardinas son lugares donde ir y reencontrarse en parte de un pasado compartido, coméntanos por favor…

-Eso es indudable.  Aunque cualquiera puede entender la diferencia entre visitar un museo con o sin guía. En las pardinas pasa lo mismo, que sin un guía nos vamos a perder la inmensa mayoría de las apreciaciones, por el cambio tan grande que el abandono de su explotación ha provocado en el paisaje.  Espero que este libro pueda ser también una especie de guía, para leer e imbuirnos de su atmósfera antes de preparar una visita.   

-Un lugar que recogía esfuerzos de ganaderos, de agricultores en una época en que, de alguna manera, parece que se respetaba más a la naturaleza, al entorno, quizás porque se trabajaba más a compás de la misma ¿Qué nos puedes decir?

-Personalmente no considero que en aquella época hubiese más respeto (como concepto asumido colectivamente) por la naturaleza. En muchos casos diría que simplemente carecían de los medios con que labrar más, mejorar rendimientos o cortar más árboles. Hay que pensar que estamos hablando de una época en la que gran parte de la población vivía con grandes carencias, por lo que la prioridad era sacar la familia adelante como se pudiese. 

Es decir, pienso que son conceptos totalmente distintos. Ahora, en general, hablamos de respetar a la naturaleza, pero vivimos en la ciudad, consumimos como nunca y vemos a la naturaleza como algo externo, casi delimitable.  Antaño no se hablaba de respetar a la naturaleza, porque se vivía en y de ella, te daba de comer y en ocasiones te quitaba.  Y el ser humano hacía frente únicamente con sus propias manos, por lo que en muchas ocasiones salía perdiendo.

-Pero la industrialización, la explotación del territorio rompe todo equilibrio y deshace la idiosincrasia hasta de Las pardinas. ¿Qué nos puedes reflexionar?

-Es lo que estoy comentando.  En cuanto la industrialización introdujo la maquinaria en el campo, las cosas empezaron a cambiar. Pero igual que cambiaban en el campo, lo hacían en la ciudad.  Me atrevería a decir que con la industrialización las ciudades comenzaron a ser ciudades, y no pueblos grandes. Se ofrecía comodidad y salarios fijos a cambio de una jornada de trabajo limitada, por lo que el éxodo fue masivo en pueblos y pardinas.  Ahora todos vemos o hablamos de los pros y contras de aquel cambio, pero al comentar las malas condiciones de vida en aquellas ciudades uno de los pardineros me contestó con toda razón: “sí, sí, pero no volvió ninguno”.

-Y si hablamos de los ríos….bueno, si hablamos de los ríos ellos son de los grandes sufridores de nuestras acciones y comportamientos. Tú como conocedor de su sentir y latido por que trabajas muy en contacto con ello, ¿qué nos puedes decir?

-En el Pirineo todos los grandes ríos, salvo el Ara, están regulados.  El Asabón es más discreto pero discurre por un paisaje muy antropizado, por lo que también ha sufrido desde muy antiguo las actuaciones humanas (pesca, regulación en su tramo final con el embalse de La Peña, etc).  No obstante, el abandono de población sufrido durante las últimas décadas y el turismo relativamente bajo de la zona, hacen que este río se conserve mejor que otros.  En este sentido, no querría que el Asabón acabase víctima de su éxito turístico, como sí ha sucedido en Bierge (por poner un ejemplo prepirenaico) u otros lugares.

DPH_PresentacionLibroPardin.jpg-Amigo, ¿cómo fue el trabajo de documentación y “de paseo” por las diferentes Pardinas?

-La documentación sobre los tiempos antiguos fue en base a visitas por distintos archivos (Archivos Históricos Provinciales de Huesca y Zaragoza, Archivo de la Diputación Provincial de Zaragoza, Archivo de la Casa de Ganaderos…) y la más moderna en base a visitas por los domicilios actuales de los antiguos pardineros, en las que comentar, contrastar informaciones, etc.  Fue un trabajo arduo pero muy gratificante.

El “trabajo” de visitar por las pardinas fue también muy largo, porque siempre hay un ángulo desde el que hacer mejor una foto, un detalle que te cuentan y no has observado en tu visita….Pero es cuestión de encontrar tiempo.  No podría nunca denominar “trabajo” al trabajo de campo.

-El ir a visitar las Pardinas, el tocarlas, caminar entre las sendas que las comunica, teniendo como eje el río Asabón, debió ser algo especial…

-Cualquier persona que haya visitado un despoblado conoce cuan sugerente puede ser este paisaje.  Así que visitar estos parajes conociendo previamente historias de sus antiguos habitantes tenía doble interés.  He pasado jornadas muy agradables por estas pardinas.

-Hablando de especial, ¿qué tiene de especial el río Asabón?

El encanto de lo pequeño.  La soledad del paisaje.  La sensación de lejanía.  Los despoblados de Paternoy o Salinas “viejo”.  La magnificencia de lugares como la Foz de Salinas…. 

-¿Cuál es su estado y para que se utilizan en la actualidad? ---me refiero a las Pardinas—.

-Muchas de las pardinas (al menos en esta zona) fueron compradas por el Patrimonio Forestal del Estado, por lo que actualmente pertenecen a la Comunidad Autónoma de Aragón.  El Gobierno de Aragón es el que gestiona los aprovechamientos de pastos, caza y madera; y el que ha ido realizando arreglos en distintas casas como Pequera, Corralón o Javarraz.  En otras como Cercito, Nueveciercos o Nofuentes la ruina de la casa es absoluta.

También hay un grupo de pardinas que siguen siendo propiedad particular, como Montañano, Ferrera, Rompesacos, Esporret, Visús, Samper… En estos casos, predomina un aprovechamiento u otro pero a nivel general, hablamos también de pastos o caza.  Hay alguna saca de madera, pero en menor medida.  Y en este grupo también nos encontramos con casas en perfecto estado y algunas en triste ruina, como la antaño impresionante Rompesacos.

-Lo que sí serán son un lugar de silencio, sosiego donde deberíamos preguntarnos muchas cosas porque, casi casi si ponemos la mano rozando sus paredes estas nos contarán historias conmovedoras….

-Estamos en el corazón del Prepirineo, y eso generalmente es sinónimo de soledad y silencio.  Como ya hemos comentado, los lugares deshabitados son siempre muy sugerentes, así que queda a cargo de la sensibilidad de cada uno el sentir estas viejas historias.

-Podrían ser el eje de actuación de algún programa, estudio de recuperación o hermanamiento con nuestro entorno natural…no sé como el hilo del que tirar para educar, dar a conocer y concienciar en torno a temas que tengan a ver con el respeto con el medio….

-De hecho, Samper Alto (que no es propiamente una pardina) ya es usada como residencia en campamentos juveniles.  También Lagé tuvo ese uso, hasta que nuevas limitaciones en las normativas relativas a lugares de acampada hicieron inviable su continuidad.  Tal vez precisamente su ubicación en medio de vastísimos pinares hacen recelar de su uso ante posibles incendios, pero es verdad que se podría valorar algún potencial uso recreativo o turístico.  Desde luego, siempre siendo respetuoso con el medio y consciente de donde nos encontramos: El epicentro de un mundo desaparecido.

 

 

 

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Las pardinas del río Asabón. Crónicas de un mundo olvidado. Óscar Martín Estallo   
216 páginas
17.00 euros
Diputación de Huesca

 

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