La Librería de Cazarabet

PortadaPajaros4.jpgCazarabet conversa con...   Ramon Homs, coautor de “Pájaros en la cabeza” (Tundra)

 

 

 

 

 

Cuando los pájaros ocupan un lugar muy importante en el corazón desde la visión descriptiva de Ramon Homs y Xavier Fàbrega.

Tundra edita un libro que rinde todo un homenaje a aquellos cuya pasión es la observación, casi contemplativa, de aves.

Entrar en el particular mundo de Tundra es algo más que una aventura, es un placer: http://www.tundraediciones.es/index.php?lang=es

Lo que nos dice Tundra del libro:

La pasión por observar aves puede comenzar en cualquier momento de la vida; la anécdota más inesperada puede prender la chispa. Cuando esto ocurre, resulta difícil explicar a los demás lo que, visto desde fuera, parece una extraña locura.

 A través de las divertidas peripecias del protagonista, esta novela llena de humor hará sentirse identificados a quienes ya han caído en la pasión por las aves, y aun les invitará a cierta reflexión. A los no iniciados en la ornitología, sus páginas les pueden ayudar a comprender a los locos por esta afición. Pero cuidado: con su lectura, corren serio riesgo de caer presa de esta chifladura, y sentir el impulso de agarrar unos prismáticos y lanzarse al mundo con ojos nuevos en busca de pájaros.

 

 

Cazarabet conversa con Ramon Homs:

RamonHoms.jpg-Amigo Ramon, no te voy a preguntar el por qué de este libro porque es parte vital  del arranque del libro, pero sí te preguntaré por esa pasión para con los pájaros y el mundo de la ornitología. ¿Cómo empieza y de dónde crees que sacas esa afición?

-Siempre he sido aficionado a la naturaleza. En mis años escolares realicé algunas salidas para observar aves y un pequeño trabajo de investigación, pero fueron cosas puntuales. En el primer colegio donde trabajé como profesor, en Girona, había un grupito de profesores aficionados a las aves que conseguían transmitir esa pasión a los colegas y a los alumnos, creando un ambiente sensacional. Desde entonces, nunca he abandonado esta afición, que ha ido creciendo y perfeccionándose con los años. 

 

- Y cómo es escribir un  libro sobre una afición porque una cosa es convivir con una afición y la otra es volcar lo suyo en el libro…

-Escribir sobre algo que te gusta es bastante cómodo y agradable: como normalmente dominas la materia, no hay que investigar tanto como al tratar temáticas poco conocidas. Y contagiar la pasión por algo que ya te apasiona es lo más natural. Quizás hay que esforzarse para atraer y hacer comprensible el tema a los lectores que desconocen ese mundillo,  así como evitar aburrir con detalles que solo gustarán a los iniciados.

 

-Cuéntanos, cómo fue el viaje particular y la colaboración, mano a mano,  con Xavier Fàbrega con el que  coescribiste  más de una aventura…

-Con Xavier compartíamos muchas cosas, como la afición por la lectura y la escritura. Además, creo que sintonizábamos bien en el aspecto creativo, y nos costó poco encontrar un método de trabajo para escribir los libros. Para él y para mí, las novelas escritas a cuatro manos fueron las primeras que acabamos y publicamos, y guardo muy buenos recuerdos de esa época: las respuestas afirmativas de los editores, la llegada de los primeros ejemplares impresos, los comentarios entusiastas de los lectores… Sin ser comparable al dolor por su pérdida, fue una lástima que solo nos diera tiempo a acabar dos libros. Teníamos más ideas en mente y proyectos en marcha.  

 

-Además se trata de un libro en el que se acerca al lector al mundo de los pájaros, la ornitología, y los hace querer, aunque no entendamos…--particularmente, me encantan, pero sé diferenciar a muy pocos, aunque me fascine la sinfónica que interpretan, de forma diferente a cualquier hora--. ¿Qué pretendías, enseñar con humor…?

-Sí, enseñar con humor responde muy bien a la intención del libro. Nos pareció que el tema daba para una buena explicación, pero un manual o una guía al estilo tradicional no nos resultaban atractivos. Que los lectores sonrieran al leer y que miraran las aves con otro interés fue siempre el objetivo, y eso nos dio el esquema de la novela y el tono narrativo. Por las respuestas de muchos lectores, me gusta pensar que lo conseguimos. 

 

-Pero, a la vez, me da que en este libro aprendisteis mucho, ¿no?

-Sobre aves aprendimos un poco; sobre escribir, muchísimo. La narrativa tiene su técnica, y escribir entre dos es un muy buen método: permite detectar errores, evitar la falta de objetividad, marcar plazos que se han de cumplir… No sé si hubiera escrito más libros si no hubiera empezado el camino por aquí.

 

-De lo que estoy segura es que ya no te asustan, de entrada, los cuadernos en blanco….

Jajaja! No, ya no. De hecho, de tener miedo, sería a las pantallas en blanco, pues casi nunca escribo literatura sobre papel. Haber avanzado hasta el final la primera vez ayuda a repetir el reto. Creo que he encontrado mi técnica de trabajo, y ya sé los pasos que debo seguir. Mi gran problema, ahora mismo, es encontrar el tiempo adecuado -en cantidad y en calidad- para poder escribir. Cada vez pasan más años entre un libro y el siguiente: eso me sabe mal, pero no se puede hacer todo, cada elección supone una renuncia. Podría escribir más y salir menos al monte, pero no es lo que quiero ahora mismo.

 

Mercedes-Moron.jpg-¿Han cambiado tus  salidas al campo para observar a las aves?

-Sí, mucho. Creo que el libro refleja una etapa muy inicial de la afición a las aves. En estos años, en parte gracias al libro, he conocido gente estupenda, que me ha enseñado muchísimo. Qué hay que ver, dónde, cuándo… más que un pasatiempo, ahora es una ciencia. El material también ha mejorado mucho: las guías, las ópticas, la información en las redes… Pero aún sigo viendo especies nuevas, y tengo muchas aves “pendientes”, que espero avistar tarde o temprano.

 

-Este libro, además, es o puede ser como una especie de “manual” para todas las edades, ¿no?

-Creo que sí. Diría que repasamos, punto por punto, los requisitos básicos para iniciarse en la observación de aves: material, actitud, posibles dificultades… Por otro lado, en el libro recogimos de forma buscada distintos entornos y formas de salir a mirar pájaros: desde la naturaleza urbana hasta los parques naturales, pasando por los viajes con finalidades únicamente ornitológicas. Las aves están en todos lados, y pienso que el buen ornitólogo se desplaza siempre con una mirada especial, atenta a los movimientos alados. 

 

-Si escribir un libro contando y narrando las aventuras que rodean una pasión como la ornitología, ya de por sí requiere de una buena dosis de disciplina….háblanos un poco de esos otros ingredientes porque aquí nos encontramos, también, con esa imaginación, esa destreza de saber “meter” al resto de personajes que casi desfilan por el libro….

-Debo advertir que el libro es una ficción literaria: los personajes están creados -diría que meticulosamente diseñados- uno a uno, y las situaciones que se narran son muchas veces inventadas. Sin embargo, hay un anecdotario real que nutre muchas de las escenas, aventuras vividas por Xavier o por mí, o por algún conocido. Pero todo eso se ha pasado siempre por la maquinaria del escritor, que exagera unos aspectos, omite otros, corta y pega según convenga al ritmo narrativo y al interés del relato. Xavier y yo sabíamos que no escribíamos unas memorias, sino una novela. Si se quiere, ligera, pero creo que nos sentíamos escritores de literatura. 

 

-Amigo,¿ cómo te ha ido la colaboración con la editorial Tundra?

-Pues de perlas, la verdad. Me empecé a fijar en Tundra cuando vi que publicaban el libro “Los lobos también lloran" de Farley Mowat, que me enamoró cuando lo leí por primera vez, y que nadie se había decidido a reeditar. Después he seguido con interés los títulos que han ido sacando al mercado. A principios de este año me prendé de “Encuentros con lobos”, en el que colabora un buen amigo. De forma casi telepática, en unas pocas horas, Víctor J. Hernández y yo contactamos a través de este naturalista, y en pocos meses el libro ha salido a la calle. Realmente, nuestra colaboración no podía empezar mejor. 

 

-Y ya la última, ¿nos puedes avanzar si estás trabajando en alguna otra “aventura con el mundo de la literatura?

-Como he dicho antes, escribo más lentamente de lo que me gustaría, pero no he dejado de hacerlo. Tengo a medio redactar una novela sobre el mundo escolar, que es al que me dedico profesionalmente. A ver cuándo le doy un empujón. Sobre pájaros, con unos amigos tenemos un proyecto entre manos, pero aún es pronto para dar pistas. Me atrevo a decir que, si cuaja, dará mucho que hablar a los pajareros.

 

Muchas gracias por el interés, espero que lo paséis tan bien leyendo el libro como nosotros lo pasamos al escribirlo.

 

 

 

 

 

PortadaPajaros4.jpg25846
Pájaros en la cabeza. Ramon Homs y Xavier Fàbrega
176 páginas        13,5 x 21 cms.
16,50 euros
Tundra



La pasión por observar aves puede comenzar en cualquier momento de la vida; la anécdota más inesperada puede prender la chispa. Cuando esto ocurre, resulta difícil explicar a los demás lo que, visto desde fuera, parece una extraña locura.
 
A través de las divertidas peripecias del protagonista, esta novela llena de humor hará sentirse identificados a quienes ya han caído en la pasión por las aves, y aun les invitará a cierta reflexión. A los no iniciados en la ornitología, sus páginas les pueden ayudar a comprender a los locos por esta afición. Pero cuidado: con su lectura, corren serio riesgo de caer presa de esta chifladura, y sentir el impulso de agarrar unos prismáticos y lanzarse al mundo con ojos nuevos en busca de pájaros.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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