Cazarabet conversa con... Pablo García Colmenares, autor de “La memoria histórica
en España. Del movimiento memorialista a la conciencia histórica” (Universidad
de Valladolid)
Un libro desde la pluma investigadora de Pablo
García Colmenares que se acerca al trayecto que hay desde el movimiento
memorialista a la conciencia histórica.
El libro está editado por el Departamento de
Publicaciones de la Universidad de Valladolid.
Aquello que nos dice el libro:
Pablo
García Colmenares: Pablo García Colmenares es un historiador palentino
miembro de la Institución Tello Téllez de Meneses desde 2005. Como doctor en Historia
Contemporánea ha investigado distintos episodios de gran relevancia a nivel
nacional y su incidencia en la Provincia de Palencia y Castilla y León.
Algunos de sus libros:
La ciudad de Palencia en el siglo XIX: la
desamortización y su transformación urbanística 1836-1868
Estancamiento demográfico y estabilidad social
en Castilla.
Evolución y crisis de la industria textil
castellana, Palencia
Historia y memoria de la Guerra Civil y Primer
Franquismo en Castilla y León
Conflictividad y movimientos sociales en
Castilla León. Del tardofranquismo a la democracia.
La sinopsis del libro:
La recuperación de la memoria histórica de la
Guerra Civil y la represión en España ha sido fruto de un esfuerzo colectivo en
todo el país. Eso sí, con notables diferencias en los apoyos institucionales,
como se comenta en el texto. Y se ha hecho como un deber de memoria para
conocer y, desde ese conocimiento, para que no vuelva a repetirse. Una
investigación coral que ha ido desde la recuperación de nuestro pasado más
traumático, exhumando fosas comunes, hasta nuestra memoria democrática
reciente, que nos permiten entender y explicar la España actual. Ese esfuerzo
conjunto ha tenido resultados encomiables que es necesario destacar: desde la
recopilación de los nombres de las víctimas inocentes, hasta la creación de
numerosos memoriales de reconocimiento y homenaje. Ha sido, además, una labor
con propuestas y actuaciones para aliviar heridas y superar traumas
generacionales. Pero el movimiento memorialista ha impulsado, también, el
desarrollo normativo de políticas de memoria en muchas CCAA de este país que
han iniciado las siguientes fases de actuación, como son: la incorporación de
la memoria histórica democrática en los libros de texto y la elaboración de
itinerarios pedagógicos con los ?Lugares de la Memoria? donde se recogen, desde
la localización de las fosas comunes hasta los memoriales e hitos-tótem de la
memoria, o de edificios de especial significación de la violencia traumática en
ese territorio. Un proceso que está siendo coordinado por Centros e Institutos
de la Memoria Democrática de algunas CCAA con el uso de las redes sociales y
las nuevas tecnologías, y que tiene por objeto no solo difundir el
conocimiento, sino utilizarlo para reconciliarnos con nuestro pasado. Este es
hoy el campo de trabajo que más interesa al movimiento memorialista y a los
investigadores sociales, porque su aportación tiene más interés para el futuro
al conformar la conciencia histórica de qué somos y qué queremos ser.
Cazarabet conversa con Pablo
García Colmenares:
- Amigo Pablo, ¿qué es lo que te llevó a investigar sobre
digamos, "el ejercicio" de "hacer" Memoria Histórica en
España?;¿hay algún motivo que te lleva a reflexionar
sobre la memoria histórica, tomándole el pulso al viaje que esta realiza desde
el movimiento memorialístico a la conciencia histórica?
-Siempre hay varios
motivos para una investigación, en primer lugar, cuando surge el movimiento
memorialista en España y en CyL desde el año 2000, pertenecía ya a un grupo de
investigación de la Universidad de Valladolid que estábamos investigando el
periodo desde la II República hasta la Democracia y, de alguna manera, asumí la
“responsabilidad social” de apoyar las demandas de los familiares de las
víctimas facilitando, todos los permisos oficiales, para que la creación de
Asociación de MH de Palencia y su instalación en el Seminario de Historia
Contemporánea del Campus. De esa forma la investigación y la institución
universitaria facilitaba y fortalecía el proyecto.
Y el tiempo transcurrido me
ha dado las razones para resaltar la utilidad social de la Historia, lo que me
ha llevado a destacar algunas certezas, como que la Historia debe tener Memoria
y que ambas tienen “un deber de memoria con las víctimas”; que tienen que ser finalistas como formar
conciencia de ciudadanos/as, y saber de dónde venimos y qué hemos hecho mal
para repararlo, en lo posible, y no olvidarlo para no repetirlo.
-Porque no es lo mismo Movimiento Memorialístico que "tomar
conciencia histórica", pongamos los puntos sobre las íes...
-Claro que no es lo mismo,
pero, gran parte del MM persigue lo mismo: que se conozcan los hechos, que se
ponga de manifiesto la violencia ejercida por la represión franquista con su
sentido para mantener el poder, y, por otro lado, reparar la memoria de las
víctimas. Y, y al final, una cosa lleva a la otra: es necesario tomar
conciencia de nuestra Historia, sea la que sea. De esta forma no se cae en el
error de creer que el silencio y el olvido pueden facilitar la superación de
los traumas generados. Cualquier generación posterior a los hechos tiene
obligación y derecho a saber.
-Hay un momento, un instante, en que se siente que hay que hacer
memoria, que hay que dignificarla... ¿cuándo?
-Es una buena pregunta.
Creo que, a los historiadores profesionales, a menudo, el sistema universitario
nos arrastra a una “carrera” alejada de los intereses sociales, pero hay un
momento en que eres consciente de qué es lo más importante y asumes que debes
dar respuesta a las demandas de los familiares de las víctimas, que reclaman
conocimiento científico: publicaciones, exhumaciones, homenajes, etc.. que no tienen repercusión en tu CV pero sí son útiles
socialmente. Te das cuenta que estamos haciendo pedagogía social de MH de la GC
y la represión del franquismo. Y que esa es la única manera de superar el
olvido, con conocimiento.
-¿Por qué surge esa necesidad que es casi humana que nace como de
la necesidad de saber, de dignificar casi que de reivindicar lo que fuimos, somos...?
-Porque vas viendo que
ayudas a resolver los traumas sociales de los familiares de las víctimas que
acuden a la asociación. Les aportamos pruebas documentales y, si es posible,
los restos de sus familiares que luego son inhumados con dignidad y reconocimiento
social. Se cumple, así, el ciclo del duelo para los familiares y, a la vez, se
están creando nuevas referencias y un relato histórico de reconocimiento.
- ¿Hacer, pedir y demandar "una memoria histórica" digna...es
hacer justicia? Teniendo en cuenta como argumentaba Simon Wieshental que hacer
justicia no tiene nada que ver con la venganza—
-Y el ejemplo de la
actitud de los familiares es reseñable, en todos los casos que conozco, no hay
atisbo de odio a los verdugos o a los “incitadores” si no el deseo de recuperar
la dignidad social o política de las víctimas y los derechos civiles
democráticos que defendían. Eso sí, que a nadie se le ocurra pedirles –como se
ha hecho desde los gobiernos- que olviden. La venganza destruye, mientras que
el conocimiento construye sobre una base sólida.
- Me viene un poco a la memoria—salvando las distancias--- las
estrategias de reconciliación, realizando ejercicios de memoria histórica, que
se han llevado a cabo en países como Sudáfrica, por poner un ejemplo…- ¿Eso no
es o no ha sido posible aquí?, ¿por qué?
-Los historiadores
seguimos diciendo que era y es necesaria una Comisión de la Verdad. Una
comisión de especialistas sociales –de todo tipo- que, desde el conocimiento científico,
elaboren el marco conceptual en el que las CCSS definen el periodo histórico y
los comportamientos, y marquen las líneas de actuación para asumir nuestro
pasado y su utilidad social para nuestro presente y futuro.
-¿Es el ejercicio de
Memoria Histórica una obligación social o debería de serlo?; si no lo ha sido
por qué crees?
-Desde luego que sí. Las
“ventajas” que ofrece el conocimiento son siempre infinitamente superiores al
olvido o silencio. Y la MH aporta mucho conocimiento, no sólo de los hechos si
no de las actitudes, comportamientos sociales, traumas, vejaciones,
marginaciones y sufrimientos. Son mucho más que las “florecillas del camino”
que arrumba con ellas el supuesto “progreso”. Y no ha sido así, por intereses
partidistas de los gobernantes que no han querido atender las demandas del
movimiento memorialista, salvo en algunas regiones como Cataluña, Navarra y
otras, pero sobre todo Andalucía, que es un modelo para el resto de España
hasta el gobierno actual.
- ¿Qué papel juega aquí la educación o debería de jugar?
Es evidente que crucial. Pero no sólo por lo
que he señalado respecto al conocimiento, sino porque nos permite metodologías
activas, participativas para los/as estudiantes y sus familiares, si no
también, porque el movimiento memorialista ha creado en estas décadas multitud
de información, webs, páginas, enlaces, y lugares y monumentos de memoria que
forman parte ya, en algunas regiones, de los “Itinerarios de la Memoria”, sobre
todo de la represión y la violencia ejercida contra las víctimas.
- Violencia, represión, una larga dictadura...genera miedo y el
miedo, entre otras manifestaciones, se ve con el silencio que cae como una losa
socialmente hablando... ¿qué nos reflexionarías tú sobre esto?
-Es lógico y ha sido bien
evidente en España que el golpe de Estado del 18 de julio y la dictadura
triunfante van a sustentar su poder en la violencia ejercida y que la mantienen
durante tantas décadas con los vencidos y disidentes. Su persistencia se debe
también a la implicación social –en sus múltiples formas- de buena parte de la
sociedad: los vencedores directos. Quiero decir que los miles de familias cuyos
miembros participaron en la represión o adquirieron los bienes embargados de
las víctimas, o los que murieron en los frentes de batalla o las víctimas de la
represión “roja”, van a ser baluartes del franquismo hasta el final, y algunos
lo siguen siendo en la actualidad. Pero, contra estas actitudes la mejor
fórmula es el conocimiento histórico que desenmascara los mitos y tópicos.
- ¿Qué papel en los ejercicios en torno a la memoria histórica han
jugado o juegan las Asociaciones de Memoria Histórica?
- No hay duda alguna que
las asociaciones de MH han hecho un papel extraordinario en la Recuperación de
la MH en España. En el tiempo que viene les deberá reconocer su inmensa labor
social y pedagógica para asumir la MH. Miles de voluntarios: profesionales de
todo tipo y familiares de las víctimas han sido su base social, pero han estado
desamparadas por los gobiernos del PSOE en lo fundamental. Nada que decir del
PP, que ha actuado con “auténtica ceguera ideológica” sobre un tema que sigue y
seguirá ahí, aunque no le quiera afrontar.
Las asociaciones han sido
como “subcontras” de la labor que correspondía al Estado. Y encima tenían que
competir en proyectos con las demás organizaciones del país. Había que hacer
memorias y luego llevar las justificaciones de gasto como una gestoría cuando
era voluntariado. Menos mal que en algunas CCAA ya desde 2007 en que se publica
la Ley de MH, inician la senda adecuada de crear organismos e instituciones
como los Centros o Institutos de MH que van a suponer un apoyo fundamental para
canalizar el esfuerzo del asociacionismo y que no languidezca éste, después de
tanto esfuerzo mantenido a lo largo de tanto tiempo.
-Miremos a las acciones que podrían haber hecho o que se quisieron
hacer desde la política o desde el poder ejecutivo, me refiero ahora a la Ley
de la Memoria Histórica de Zapatero... ¿qué apuntó aquella ley; qué es lo que
se hizo y qué se quedó en el tintero?
- En puridad no fue una
Ley de MH si no un intento de reparar algunos aspectos insoportables de
desatención a las víctimas y sus familiares, como las exhumaciones y el
callejero urbano que seguía reflejando el “Alzamiento Militar”. Fue en vano
todo el esfuerzo del movimiento memorialista que desfilamos por la Moncloa
–Vicepresidencia del Gobierno- para ser atendidos en bien poca cosa. Hay
quienes piensan que lo que la llamada Ley de MH de 2007 fue contraproducente y
otros que pensamos que permitió al asociacionismo actual con ayudas, y puso el
tema en el tablero de debate, de ahí que hayamos podido llegar a la Ley que se
espera esté aprobada este año 2021 por otro gobierno del PSOE con Podemos.
Esperamos que en el trámite parlamentario se incluyan algunas demandas y se
articule su aplicabilidad en todo el territorio nacional, ya que hay algunas
CCAA no han iniciado siquiera los primeros pasos.
- ¿Todo lo que se quedó en el tintero fue porque el gobierno del
PP de Rajoy lo frenó?
- La única Política de
Memoria del PP es el olvido y negar la evidencia científica, ya que su
propuesta es la “Equidistancia” de las actuaciones políticas y represivas
durante la GC, por lo que “es mejor olvidar”. Un error que es indefendible
científicamente para cualquier sociedad madura. O el otro “mantra” de que “hay
cosas más importantes”, siempre, como si no pudiésemos hacer un par de cosas a
la vez, aunque una pueda ser más importante que otra.
- ¿Las políticas memorialísticas mal vamos si las debemos de dejar
en manos de los políticos...? Me refiero, ¿no deberían de ser, claramente,
acciones sociales?
- Desde luego, son las que
mejor conocen las necesidades de los familiares de las víctimas, pero no
olvidemos a los que tienen un pensamiento “largo” como son los científicos
sociales, que son los que pueden dar utilidad o sentido a las actuaciones.
- Pero claro, necesitan de un marco legal... ¿en qué espejo para
que nos revistamos de dignidad nos deberíamos de mirar? ¿Qué país o países
crees que han sido ejemplos a la hora de abordar sus respectivas reflexiones
y/o acciones en torno a la Memoria Histórica? - Porque todos los países
tienen lunares históricos sobre los que reflexionar. ¿no?
- Muchas CCAA españolas,
siguiendo las indicaciones de los organismos internacionales de DDHH, han
elaborado y publicado Leyes de MH bien definidas y estructuradas, pero es
evidente que se necesita un marco legal para todo el Estado y dentro de él
estaría una Comisión de la Verdad que fija las responsabilidades de la violencia
y la represión sufrida. Por lo que antes señalaba, esto ha sido difícil hasta
en los países en que el fascismo fue derrotado como Alemania o Francia. En el
caso de América Latina también hay muchos ejemplos que nos dan lecciones de
superación y asunción de su pasado traumático. Por suerte tenemos bibliografía
abundante.
- Pero aquí en España tenemos el problema de que la violencia, la
guerra, la represión y la dictadura se comieron el tuétano del pensamiento
libre porque había y hay miedo todavía hoy a hablar sobre ello con naturalidad…
fueron muchos años de silencio y todavía hoy se habla de que lo mejor es no
abrir las heridas, pero por qué?; acaso no podemos ver que como más abramos
,miremos de frente, desinfectemos las heridas y las arreglemos... más podremos
salir adelante como sociedad—aún caminando al lado de personas que piensan de
manera muy diferente—
- Esa ha sido una de las
mayores sorpresas que ha conseguido el Movimiento Memorialista, realizar miles
de actos públicos, todos políticos ¡claro!, que no han “abierto heridas”, ni
han roto la convivencia en las comunidades de vecinos locales, sino todo lo
contrario. Han dado evidencias de que la reparación, aunque sea parcial del
dolor y trauma de los familiares, no debe desencajar la estabilidad social de
los demás. Así lo he podido comprobar en los cientos de actos a los que he
asistido estos 20 años.
- Otra vez, aquí, el papel de la educación es fundamental,
¿verdad?
- Ese es el interés
prioritario, hoy, del MM y de todos los científicos sociales. Por eso la
exigencia de la revisión e integración de este periodo y temática histórica en
las Unidades Didácticas, desde la Enseñanza Primaria al Bachillerato. Y lo
bueno, es que ya tenemos algunos modelos ya elaborados, contrastados y disponibles
en la web que nos deben servir de referencia. La nueva Ley de MH señala este
aspecto como importante.
- ¿Cómo ha sido el proceso y la tarea ardua de investigación que,
además tiene mucho a ver con el proceso de
documentación?; además habrás tenido un contacto muy directo con las
Asociaciones de Memoria Histórica que son como los testimonios de los que ya no
están...
- Muchos historiadores se
han hecho eco de las dificultades de acceso a los llamados “archivos de la
represión” de las fuerzas armadas y de orden público en los años noventa del
siglo XX y aún hoy, pero también, y esto es lo más lamentable, a su destrucción
sistemática a partir de 1978. En los años siguiente lo
hemos podido comprobar, cuando pudimos acceder a lo que quedaba de esos archivos.
De ahí la importancia de las fuentes orales para reconstruir la historia de la
represión franquista. Y por eso, y lo antes señalado, mi contacto con las
asociaciones de MH ha sido muy estrecho, asumiendo cargos de responsabilidad y
gestión durante muchos años.
- La investigación, la recopilación de documentación, el
contrastar todo ello, las reflexiones...el aproximarse a testimonios más o
menos directos sobre este fenómeno...es una tarea que requiere
de trabajo, minuciosidad, pero que después también depara de mucha
gratificación… ¿qué nos puedes decir?
- En una palabra, creo que
el libro publicado sobre la represión en la provincia de Palencia en 2011,
basado en las fuentes documentales disponibles pero sobre todo en las orales ha
sido el más largo y costoso y difícil anímicamente, por los cientos de
entrevistas a los familiares de las víctimas; pero es del que más satisfecho me
encuentro, aunque como decía antes, sus 800 páginas y años de investigación y
la autoedición y financiación de Vicepresidencia del Gobierno no cotizaban para
el CV de un profesor universitario y los evaluadores de la ANECA.
-¿Y qué metodología de trabajo sueles
seguir? ¿Trabajas sobre un guion de cuestiones y/o preguntas
sobre las que ir encontrando respuestas?
- Después de aquél libro
sobre la represión provincial y otros artículos y textos sobre el mismo tema,
quería cerrar mi reflexión y experiencia sobre lo que ha sido la MH en España,
como “Deber de memoria”, y lo que puede y debe aportar a las generaciones
siguientes, a través de la Educación Obligatoria. De ahí ha surgido el libro
“La MH en España. Del movimiento memorialista a la conciencia histórica” (2021)
que pretende fijar conceptos básicos y hacer propuestas de futuro.
- Amigo Pablo, ¿nos puedes explicar en qué estás trabajando en la
actualidad o dar alguna pista?
- Ahora, como es
pertinente, hay que tomar respiro, pero hay campos de estudio
interesantes y necesarios que siguen esperando una reflexión, como la
recoger la labor y actividades de las asociaciones de MH a nivel regional y su
impacto social en los medios de comunicación o a través de las websites… Una
línea ya iniciada a nivel nacional por lo que ya hay senda abierta que facilita
el proceso.
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