unnamed.jpgCazarabet conversa con...   Santiago Arroyo Serrano, autor de “Francisco Martínez Ramírez, el Obrero de Tomelloso (1870-1949). Pensamiento y acción reformista en La Mancha” (Almud)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Santiago Arroyo Serrano desgrana la vida de este “obrero” y con ello nos ofrece un retrato del pensamiento y de la acción reformista en La Mancha.

El prólogo de este libro, editado por Almud, es de Isidro Sánchez Sánchez (UCLM).

Un libro que muestro cómo era y viajaba el pensamiento y la acción reformista en La Mancha.

Francisco Martínez Ramírez, más conocido como el Obrero de Tomelloso, luchó desde muy joven por el impulso económico, social y cultural de La Mancha, especialmente de su Tomelloso natal. Muy pronto encontró un aliado para sus proyectos en el reformista asturiano Melquíades Álvarez, lo que le permitió lograr con éxito alguno de sus principales proyectos, como la construcción y explotación durante casi dos décadas del Ferrocarril de Tomelloso a Cinco Casas. Su proyecto personal y político trascendió la vida local gracias a sus relaciones políticas y personales. Más allá de su faceta como periodista pionero en Tomelloso y gran emprendedor, formó parte del Gobierno de la II República como gobernador civil en Huesca, una de una de las provincias con mayor conflictividad social y desarrolló una intensa actividad como escritor, convirtiéndose en el primer cronista de Tomelloso y uno de los artífices de la identidad local contemporánea.

Esta biografía es la primera que ve la luz sobre esta figura intelectual cuya impronta aún pervive en el Tomelloso de hoy, narrada a través de numerosos datos y documentación de archivo, además de la propia obra del Obrero en prensa económica, literaria y política, con el fin de hacer justicia a los logros y frustraciones de un personaje fundamental de Tomelloso y de La Mancha en el 150 aniversario de su nacimiento.

El autor: Santiago Arroyo Serrano nació en Tomelloso (Ciudad Real). Estudió Filosofía en la Universidad de Salamanca, donde es miembro colaborador del Grupo de Investigación Reconocido de Hispanismo Filosófico. Es autor, entre otros, del Diccionario de Pensadores de Castilla La Mancha, Pensar La Mancha y Tomás Tapia y Vela, un krausista manchego. Miembro de la Asociación de Hispanismo Filosófico, es ponente habitual en congresos y jornadas a nivel nacional e internacional. En 2007 recibió el Premio de Periodismo de la Fiesta de las Letras de Tomelloso. Actualmente es profesor en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Europea Miguel de Cervantes y Director Adjunto de la Cátedra Iberoamericana de Filosofía G.W. Leibniz de la Universidad de Granada.

 

 

 

Cazarabet conversa con Santiago Arroyo Serrano:

Santiago-Arroyo.jpg-Santiago, amigo ¿qué te llevó a investigar ...más allá de lo normal  a este personaje Francisco Martínez Ramírez que como buen manchego—además de vecino de Tomelloso—podría formar parte de un actualizado El Quijote...—y es que Francisco tiene algo de adelantado, visionario, idealista… venga, algo de “quijotesco”.---

-Efectivamente, el personaje llama la atención en Tomelloso por su quijotismo intelectual e industrial para el impulso del crecimiento no solo económico sino moral y espiritual de los habitantes de unas tierras tan humildes como las manchegas. Me llamó mucho la atención el personaje pues era la única referencia homenaje en la localidad a un hombre de letras nacido en el siglo XIX, y cuando empecé a leer y descubrir que se trataba de un emprendedor y empresario pero con una sensibilidad muy fina y especial por todo tipo de cultura, desde la música al patrimonio cultural, la literatura o la pintura. Su carácter fue abierto, dialogante y positivo. Me hubiera gustado conversar con él y dar un paseo por Tomelloso y eso me llevó a conocerlo mucho mejor y adentrarme en sus textos y relaciones personales e intelectuales. 

-¿Qué te llamó más la atención de este personaje que, a la vez, tenía tantas facetas...? ---miro más al lado de sus “fascinaciones intelectuales”---

-A mí me llamó mucho la atención la capacidad de ver “oro” donde otros no eran capaces de ver piedras y poder poner a La Mancha al nivel de otros lugares e intentar desplegar su potencial. Su labor de emprendedor, que diríamos ahora, llama la atención en esos tiempos, a la hora de publicar sus libros, de poner en marcha negocios periodísticos como El Obrero de Tomelloso, siempre desde el máximo respeto a las instituciones. Al llamarme esto la atención me pareció hermoso que quisiera educar a los obreros y conseguir crear el Tomelloso tan dinámico y emprendedor que conocemos hoy. 

-Quizás él no lo sabía---quizás tampoco le importaba—pero ¿ves en él o reconoces a un humanista de inquietudes y actitudes?

-SÍ, veo en él a un humanista pleno, por su recuperación de la tradición clásica y por su capacidad transformadora y la importancia de la palabra bella en la forma de expresarse. No se ha prestado atención a sus textos, pero algunos fragmentos como los de su crónica local tiene algunos pasajes muy dignos y de mucho valor literario donde integra los autores clásicos y la economía, pero al mismo tiempo pretende resolver los problemas del presente y proponer mejoras, como ya hicieron humanistas como Vives, en realidad veo que a pesar de las dificultades, su carácter es humanista. 

-¿Cómo lo definirías como persona?

-Francisco Martínez Ramírez me parece una persona generosa. Por las cartas que he leído y por sus textos, algunos inéditos, podría decir que era una persona alegre, llega de entusiasmo y capaz de contagiar el amor por la vida y sacar lo mejor de las personas o de los territorios, como hizo con Tomelloso.

-Debía tener ese “don de gentes” tan peculiar y particular cuando se tienen tan y, a veces, tan diferentes inquietudes, ¿verdad?, ¿cómo era a nivel de compartir tertulia, corro de calle, ambiente familiar y de amistad...?

-Sí, así es, como decía en la respuesta anterior, debía ser un gusto compartir proyectos con él, y creo que como amigo y confidente no había otro. Sus valores éticos estaban por encima de todas las cosas, inspirados en el krausismo español y la Institución Libre de Enseñanza. Tenía una relación cordial con los trabajadores o guardas de su finca, con sus conciudadanos y a nivel de amistad era una persona con la que siempre se podía contar. He podido leer cartas o testimonios de amigos como Antonio Zozaya, Antonio Rodríguez Huéscar, ex ministros y políticos como Melquíades Álvarez o Fermín Calbetón o cartas de recomendación como Rafael María de Labra, que con pocos años lo recomendó en un viaje a Valencia. Además de ser un gran conversador, tenía amplios conocimientos y sensibilidades y su vida fue realmente intensa siendo periodista, escritor, gobernador civil o empresario de la madera. Es una de esas personas capaces de cambiar la historia y con un apego y amor por su esposa, su hijo y sus nietos muy destacable. 

-Su vinculación al ferrocarril, merece punto y aparte, ¿verdad?...Teniendo en cuenta que hablamos de una tierra vinculada al ferrocarril ¿él en qué destacó?

-Él llevó el Ferrocarril donde nadie antes lo hubiera conseguido. Espero que algún día algún investigador, tal vez yo mismo si nadie se atreve, pueda contar con más detalles sus desvelos y esfuerzos para que Tomelloso tuviera ferrocarril, un ferrocarril que no solo fue importante para la industria sino para el movimiento de nuevas ideas y que Tomelloso se modernizase. Lamentablemente, no consiguió que tras la nacionalización, las fuerzas políticas mantuvieran la empresa y las apuestas, llegando a su fin.

IMG_0181.jpg-Primero sus inquietudes se quedan en Tomelloso, ¿cuándo empiezan a marchar fuera de allí y por qué?

-En realidad él ve en Tomelloso un macrocosmos, y puedo decir sin equivocarme que Tomelloso era su campo de experimentación, porque desde muy joven ya había viajado a Málaga, Valencia, Granada, Madrid... pero siempre tuvo un fuerte arraigamiento por su localidad, y toda su vida es un ir y venir de Tomelloso. De hecho, cuando comienza el conflicto bélico en el año 1936 decide no abandonar España y pasa grandes temporadas en Tomelloso intentando recuperar la historia y ser cronista oficial y regalándonos algunas de sus mejores obras, que espero algún día vean la luz. Por ejemplo su obra Verdad increíble, narra la historia de un joven de Tomelloso en su periplo por el mundo. Nunca tuvo problema en abandonar Tomelloso, pero siempre fue su punto de apoyo y referencia. 

-¿Qué encuentra fuera de Tomelloso que no encuentra, ni por asomo, en Tomelloso?

-Encuentra buenas prácticas para aplicar en Tomelloso, pero en realidad para él Tomelloso, si se lo proponía podría conseguir ser una ciudad próspera y moderna. Muchos de los elementos de modernización y avances fueron gracias a su responsabilidad. Su actividad de Tomelloso tuvo ecos en muchos lugares de España, especialmente en cuanto al ferrocarril y también en cuanto a la defensa de los intereses agrícolas. Fue un milagro que Melquíades Álvarez tomara posesión de su acta manchega, de la entonces circunscripción de Alcázar de San Juan, en lugar de la de Asturias. Que Melquíades Álvarez fuera el representante de Tomelloso en el Congreso es algo realmente relevante y que también espero pueda ser analizado por colegas historiadores. 

-No me agrada mucho utilizar la palabra-nombre “emprendedor” porque no siempre se utiliza como es correcto, pero en el caso de Francisco Martínez Ramírez, me parece  que está muy, muy indicado, ¿verdad?, ¿por qué lo encuadras tú como “emprendedor”?

-Sí, puedo entender esos reparos con la palabra “emprendimiento”, pero no encontré otra mejor para calificarlo y que los jóvenes de hoy pudieran entenderlo. La competencia de Francisco Martínez Ramírez como emprendedor está en la facilidad para movilizar voluntades e intereses públicos y privados con el objetivo de lograr iniciar un proyecto. Desde un sistema de canalización de agua para riego hasta un tranvía eléctrico siempre pretendió iniciar o empezar diferentes negocios o iniciativas, de todo tipo. Es impresionante este aspecto de su biografía.

-En una época en que ser “emprendedor” no es que fuese más difícil es que a veces podía llevarte no pocos problemas... ¿cómo es aquí el caso?

-Tuvo muchos problemas y desvelos, pero nunca se rendía. Siempre luchó por lo que consideraba que era de justicia y posible. A veces leo o escucho testimonios de grandes empresarios en pleno siglo XXI que bien podrían ser palabras de nuestro personaje, como en el ámbito económico. Que tuviera contacto directo con las principales corrientes políticas de la España del primer tercio del siglo XX, se lo hizo más fácil en algunos proyectos, pero tuvo muchas dificultades, especialmente como emprendedor editorial, porque se editó sus propios libros y se ocupaba de la distribución, la difusión internacional y la venta de los mismos. Mucho me recuerda a autores noveles que hacen un esfuerzo por dar a conocer su obra. Él siempre tuvo una visión optimista, tan necesaria para las personas emprendedoras

-¿Cómo es el Francisco Martínez Ramírez político, hacía dónde viajan sus ideales?, ¿hasta qué punto está dispuesto a mostrarlos?

-Los ideales de nuestro personaje son la libertad y el respeto de todas las ideologías. Su principal ideal, a modo krausista, se centraba en el progreso y perfeccionamiento de la humanidad a través de la educación y la mejora material de las sociedades. Él mismo testimonia que no ha pertenecido a partidos políticos y su pensamiento es ecléctico, bebiendo de muchas ideas, en parte como su “jefe” Melquíades Álvarez, al que le costó no acabar de mostrar sus ideales políticos partidistas o encontrarse en un punto medio. He podido comprobar con este trabajo que para Francisco Martínez Ramírez las personas están por encima de la política, y así cumplió sus ideales.

-¿Cómo es su vinculación política que viaja hasta que nuestro protagonista forma parte del Gobierno de la II República?

-Se encuentra siempre cerca de aquellos postulados que quieren hacer avanzar la sociedad, y se dice que es posible que lo enviaran a Huesca por su talante, pues era una de las provincias más conflictivas, pero también porque en los contornos de Madrid estaba adquiriendo mucho poder. Su mandato fue independiente y centrándose en resolver los problemas de la provincia como dan testimonio todos los medios de prensa de la provincia. Ya entrando en la correspondencia vemos que no fue un político de partido aunque abonara sus cuotas al Partido Republicano Radical Socialista. La pandemia impidió que pudiera estudiar mejor su etapa en el Altoaragón, sin embargo espero poder visitar pronto la provincia y poder recabar algunos datos. 

- ¿Cómo es su paso por Huesca como Delegado del Gobierno en una época en la que, particularmente, esta provincia era y presentaba “batalla social”?

-Creo que ya he contestado en la pregunta anterior, su paso fue conciliador y consiguió apagar muchos fuegos sociales. Especialmente tormentosas fueron sus relaciones con los sindicatos, y tenía muchos problemas en los diferentes Ayuntamientos de la provincia. Hablaba de que la mejora de la sociedad venía por la mejora de las infraestructuras como el canal de Monegros y permitir que todos pudieran tener acceso a la riqueza. 

-¿Qué aprende de ese paso y experiencia en Huesca?

-Ya tenía más de 60 años cuando fue enviado a Huesca, no recuerda con buen tiempo aquella época en la que fue cesado por Indalecio Prieto, pero tal vez aprende a manejarse en los ámbitos políticos republicanos, y a establecer una red de contactos para tratar de iniciar algunos proyectos, como llevar la CAMPSA a Tomelloso. 

IMG_0185.jpg-¿Su intensidad como escritor por qué se da ?, por sus múltiples experiencias socio políticas? ¿Qué lugar ocupa aquí “el factor humano”?

-A pesar de no haber sido considerado por su calidad literaria, cosa que creemos no está justificado, manejaba bien la pluma. Esta intensidad se da especialmente en el último periodo se su vida, donde vuelca toda una serie de vivencias y experiencias. Anteriormente sus principales publicaciones habían versado sobre economía, muy preocupado por asuntos internacionales monetarios. Sin embargo, sus verdaderas obras muchas inéditas surgen de la emoción o necesidad personal por contar o la historia de Tomelloso y la intrahistoria o su historia industrial, o por cumplir la promesa con el general Aguilera, buen amigo, incluso por contar las verdades del conflicto civil en su última y voluminosa obra a modo de novela histórica. Su escritura es siempre testimonial y con un fin práctico para conservar un legado. 

-Es y se convierte en  el primer cronista de Tomelloso, ¿qué significa esto para nuestro protagonista? ¿qué hechos le toca narrar que le costaron más, quizás por su crudeza?

-Sí, es el primer cronista, y llama la atención que la narrativa que él inicia no deja de estar en Tomelloso hasta el día de hoy. Habla del esfuerzo con el que los antiguos habitantes convirtieron una tierra pobre y pedregosa en una rica ciudad industrial con potencial. Pero también habla del carácter de sus hombres y mujeres, no siempre con simpatía por los egoísmos. Creo que lo que narra con más crudeza es la poca actitud e interés por parte de los gobernantes por humanizar y educar a los ciudadanos, salvo contadas excepciones, claro está. 

-¿A cuáles acontecimientos se acercaba como con más placidez?

-Creo que la economía y el crecimiento de las empresas y la calidad de vida de las personas trabajadores eran de gran interés. En realidad todo lo que hizo fue para mejorar la vida de las personas. El tema de la paz le interesó mucho, pues su obra se encarga en el periodo de las dos grandes guerras. Fue sensible también con el tema de las mujeres o sensible con todo tipo de arte y cultura. 

-¿Para Martínez Ramírez el ser cronista le llevó a tener un concepto diferente y diferencial de leer historia?

-En realidad no fue nunca el Cronista oficial porque el Ayuntamiento no lo autorizó ni permitió, pero a pesar de ello él siguió escribiendo. Siempre fue abierto, cordial y generoso con la historia y una de las cuestiones que más llaman la atención es la elegancia en el decir. Por ejemplo con el asesino de Melquíades Álvarez, aunque dijo que sabe quién lo hizo, nunca jamás pronunciaría su nombre. Intentó quedarse con lo mejor. 

-Si es uno de los artífices de la identidad local contemporánea es que aporta algo de nuevo ¿no?; ¿qué fue y de qué manera lo impulsa?

-Aporta la imagen que Tomelloso tiene de sí misma y la que tienen en la comarca. Un pueblo luchador, emprendedor y con una capacidad de sacrificio y esfuerzo enorme. Todo ello lo encontramos en sus textos, en sus cartas. Su vuelta a las capacidades humanas y al trabajo en equipo. Él crea la identidad porque la vive, la siente, la piensa. 

-Amigo Santiago, ¿qué has aprendido tú de este personaje y de su activa vida?

-He aprendido la importancia de los valores, de la comunicación sincera y directa, y de la importancia de la voluntad de las personas para cambiar el rumbo de la historia. He aprendido a tener esperanza en el ser humano. 

-¿Cómo ha sido tu colaboración con Almud?

-Hace muchos años que Almud, ediciones de Castilla-La Mancha me animó a escribir sobre este personaje y precisamente el prólogo lo hace el mayor especialista en la prensa en Castilla-La Mancha, Isidro Sánchez, quien recientemente ha hecho un estudio sobre la prensa en Tomelloso. Alfonso González Calero, director de Almud, muchas veces me recuerda a su lucha con la cultura en Castilla-La Mancha a la de nuestro tomellosero pionero. 

-¿Nos puedes dar alguna pista de lo que andas trabajando en la actualidad?

-Ando trabajando en muchas cosas y no es fácil concentrarse en estos tiempos, estoy trabajando a nivel regional en una nueva edición de Pensar La Mancha, sobre el carácter de la identidad manchega y un libro sobre las relaciones de Miguel de Unamuno con lo que hoy es Castilla-La Mancha. Así mismo espero pronto atender a un viejo proyecto, el de publicar una historia del pensamiento en Castilla-La Mancha. Espero pronto poder tener las fuerzas y la concentración necesaria. 

 

 

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