La Librería de El Sueño Igualitario

obediencia0249.jpgCazarabet conversa con...   Iñaki Anasagasti, autor de “La obediencia vasca. Santiago Aznar y aquella comida en Guéthary (1940)” (Pamiela)

 

 

 

 

 

 

 

Iñaki Anasagasti escribe, desde editorial Pamiela, un ensayo testimonial  que se adentra en la historia contemporánea vasca.

Se fija y se centra en la figura política  de Santiago Aznar.

Nosotros conversamos con Iñaki Anasagasti, desde la base, de la persona de Santiago Aznar

Lo que nos dice la editorial Pamiela sobre este libro:

Iñaki Anasagasti hace aflorar en estas páginas el primer conflicto identitario entre nacionalistas y socialistas, surgido cuando ambos eran socios de un gobierno en el exilio. Sorprende que, en vísperas de la II Guerra Mundial, una serie de responsables vascos pusieran sobre la mesa el concepto de «obediencia vasca» como imperativo de su acción de gobierno. Quizá́ discutieran sobre ese extremo porque en aquellas circunstancias, con el territorio perdido, sin medios y con una buena parte de la población vasca encarcelada, no tenían ninguna perspectiva de recuperar la autonomía perdida. El telón de fondo era una Segunda República cuyo presidente  Azaña, había dimitido y cuyos máximos dirigentes socialistas, Prieto y Negrín, andaban a la greña. Los vencidos republicanos quedaban a la intemperie, mientras que el Gobierno Vasco había organizado una evacuación modélica.

Gracias a este libro, que contiene una abundante y muy rica documentación epistolar, surgida del cruce dialectico entre unos y otros, tenemos todos los datos de las tensiones habidas tras una comida en Guéthary, tras plantear los nacionalistas la necesidad de esa «obediencia vasca». En la actuación de los tres consejeros socialistas –Aznar, Gracia y Toyos– se adivinan las fricciones que se estaban dando entre ellos y el Comité Central Socialista de Euzkadi. Un panorama incendiario en el que el lehendakari Aguirre hubo de actuar como bombero, apagando los fuegos que de manera continua se producían entre ambas familias.

El autor, Iñaki Anasagasti: Nació en Cumaná (Venezuela) en el exilio de sus padres. Estudió el bachillerato en San Sebastián y Bilbao y se licenció en Comunicación Social en la Universidad Católica de Caracas. Dirigió la radio clandestina Radio Euzkadi (La Txalupa) y la revista Euzkadi. Ha sido burukide del EBB y BBB de EAJ-PNV, parlamentario vasco (1980-1986), miembro del Congreso de los Diputados (1986-2004) y senador por Bizkaia. Como senador fue secretario primero del Senado y presidió las Comisión de Asuntos Iberoamericanos y de Investigación y Desarrollo y fue portavoz en las Comisiones de Exteriores, Industria, Defensa y Mixta Europea.

Ha escrito Extraños en Madrid;  Una Monarquía poco ejemplar; La ruta de la derrota; Una Monarquía protegida por la censura ; además con  Josu Erkoreka  a publicado :Dos familias vascas ;  Somos vascos y Un jelkide en Nueva York y con  Koldo San Sebastián a firmado: Nuestro hombre en Bilbao;  Los años oscuros y El otro Pacto de Santoña.

Es Premio Irujo y Anduriña de Plata y participa, semanalmente, en Radio Euskadi, Cadena Ser, Info Radio, EiTB y es colaborador de Deia.

El blog de Anasagasti: http://blogs.deia.com/anasagasti/2016/05/01/mi-libro-aquella-comida-en-guethary/

Para hacernos una primera idea: https://es.wikipedia.org/wiki/Santiago_Aznar

 

 

Cazarabet conversa con Iñaki Anasagasti:

Inaki-Anasagasti-entrevista.jpg-Iñaki, qué te parece si para seres curiosos como yo, pero que somos bastante ignorantes en la historia de Euskadi y de sus políticos empezamos con esta pregunta simple, ¿nos puedes acercar un poco a la figura de Santiago Aznar, político vasco y, además, abuelo de tu mujer? Lo podías conocer por activa y por pasiva bastante bien, ¿no?, pero cuéntanos un poco. -Especialmente, me interesaría saber qué es lo que “lo mueve”, por lo que has podido ir conociéndolo a posicionarse, desde la ideología socialista, dentro de este partido en Euskadi y del sindicato UGT…

-Me llama la atención que aquella discusión de 1939 sigue hoy viva. Él, junto con otros socialistas, quería un socialismo español que respetase la identidad, en este caso, la vasca. Él había sido el hombre de Prieto en Bizkaia pero, siendo ministro de Defensa su antiguo jefe, vio con estupor cómo caía Bilbao, fundamentalmente por falta de aviones y municiones. Eso para él fue ilustrativo de cómo no se podía depender de un socialismo madrileño y, la personalidad del entonces Lehendakari Aguirre, le había cautivado hasta el punto de que entre Prieto y Aguirre, eligió Aguirre y eso le costó tener que dimitir tras diez años en el gobierno vasco.

-¿Cómo “siente” el “ser vasco”?. Creo que todos tenemos algo de “nacionalistas” o de “sentir desde nuestra tierra ese latido”. ¿Cómo crees que lo sentía él o cómo lo has captado tú mismo desde él…?

-Él descubre ejerciendo su cargo de Consejero de aquel primer gobierno vasco de la historia que los vascos en un año demostramos saber organizar una administración de la nada y de cómo nos podíamos autogobernarnos sin interferencias y tratando de ejercer un liderazgo cívico sin que se produjeran los excesos propios de una guerra.

-Pisa exilio, ya, con Primo de Rivera, vuelve y es presidente de la UGT, concejal de Bilbo—perdona estoy escribiendo casi de memoria—y cómo “recibe” la llegada de la II República y su proclamación…

-Su compañero Toyos había sido uno de los que proclamaron la República en Éibar el 14 de abril de 1931  habiendo sido los primeros en hacerlo ,por lo que estaba absolutamente de acuerdo con derribar aquella monarquía de Alfonso XIII corrupta y caprichosa.

-Participa de la Revolución del 34 y es detenido y encarcelado. Cuéntanos un poco de esta experiencia.

-Recuerdo que me dijo que se había escondido  bajo la  la cúpula de un edificio en obras en El Arenal de Bilbao  y que aquello le había costado muchos problemas hasta que en 1936 gana las elecciones el Frente Popular y puede rehacer su vida en Bilbao. Cuenta cómo fue él quien propuso a la ejecutiva socialista organizar esa llamada revolución en octubre de 1934.Tenían miedo a la llegada  al poder de Gil Robles que a semejanza de Mussolini en Italia con el apelativo de El Duce y en Alemania con el Furher, él quería ser El Jefe en España y ante aquellos creen que lo mejor era  organizar aquella revolución.

4076383.jpg-Pero cuando el Frente Popular gana es excarcelado y él reemprende su trabajo en el Partido Socialista en Euskadi. Importante y exigente tarea, ¿no?, ¿qué nos puedes decir de ella? -¿Qué planes tenía para con este partido si nos ceñimos a mirar a Euskadi?

-Aquel año 36 fue una montaña rusa, una coctelera y los acontecimientos le fueron llevando hasta tal punto que, una vez declarada la guerra, él trabaja muy activamente en el Comité de Defensa de Bizkaia.

-Pero, claro, es de suponer que la llegada de la Guerra Civil lo desbarata todo. ¿Cómo “pilla” a Santiago Aznar?-Sin pensárselo de dice que “sí” al Lehendakari José Antonio Aguirre que le nombra Consejero de Industria, ¿no?; ¿por qué Aguirre—dirigente del PNV—le confía esa cartera que a mí me parece tan “sensible” a un “hombre de cuna socialista”?. ¿Qué tareas puede realizar dentro del Gobierno Aguirre?

-Porque él había sido secretario general de la UGT de Bizkaia y la fuerza estaba en la industria, la construcción naval y las cuencas mineras. Era una cartera hecha para un socialista involucrado en la lucha obrera que tenía que convertir en lucha guerrera.

-Pero cae Bilbo y debe marchar por Santoña a Francia para volver a Barcelona para seguir con el Gobierno en el exilio de Aguirre, ya en Barcelona…

-Cae Bilbao y simultanea su trabajo entre Barcelona y Paris ya que estaba al tanto de lo que le ocurría a toda la flota pesquera vasca.

-Santoña. Ya te he dicho Iñaki que no estoy muy, muy ágil en todo esto, pero la curiosidad me puede y siempre cuando se menciona Santoña delante de mí han saltado discusiones: que si los batallones vascos pactaron con las fuerzas franquistas, dejando descolocados a anarquistas, socialistas… ¿Qué nos puedes explicar desde la perspectiva, además de que tienes escrito un libro sobre este pacto?

-Lo que ocurrió fue que los italianos que ayudaban a Franco en la guerra a pesar del Comité de No Intervención, proponen a los vascos una rendición civilizada y los vascos que temían a Mola por ser un militar sanguinario pactan con los italianos la rendición, pero Franco no la tolera y encarcela a los dirigentes y a medio ejército y fusila a todos los que puede. La traición de Santoña fue la de los italianos a los vascos.

anasagasti.jpg-La guerra pasa y se pierde y Santiago Aznar se instala, otra vez en el exilio en Marsella: me da que más de uno—me refiero entre los miles y miles de exiliados-- debió de ver en el exilio un trayecto largo…que veía en la recién extremada dictadura algo que iba a durar, ¿era él de estos o mantenía la confianza de que cuando estallase el conflicto europeo, resuelto éste se resolvería el “tema español?

-No, en aquel momento, iniciada la guerra mundial y estando dividida Francia en dos, lo único que se imponía, para no ser repatriados y entregados a Franco era marchar a América que es lo que hicieron, pero con muchas dificultades.

-El caso es que le toca huir ante la llegada de los nazis…el siempre angustioso laberinto del exilio. Angustioso, doloroso y cuántos desengaños; digo lo de doloroso y desengaño  porque es expulsado del PSOE, no debe de ser fácil que “te barran” de un partido. ¿Por qué ;qué se le explicó ---si es que se le explicó algo--y cómo reaccionó?. Hombre, lo más normal era apoyar al Lehendakari si él había confiado en ti y corresponderle con tus acciones y demás…y creo que él sigue con gestiones desde el exilio. Coméntanos.

-Se produce una lucha ideológica en Francia y en México a cuenta de la obediencia vasca de los consejeros socialistas .Prieto les pide abandonar el Gobierno Vasco y Aznar se opone. Prieto quería acabar con todas las instituciones del exilio, entre ellas con el Gobierno Vasco, pero la negativa de Aznar le impide lograrlo. Aznar gana la batalla pero tiene que dimitir.

-Es de presumir que ya estaban bien asentados no pocos personalismos—bien egocéntrico--, ¿verdad? De esos que empañan la convivencia dentro de un mismo partido político, familia, círculo de amigos. Aunque me da que le salpica a Santiago Aznar la “lucha interna entre los diferentes sectores” dentro del PSOE y esto le da de lleno. ¿Qué nos puedes explicar?

-Que hay que comprender que perdida la guerra, fusilados compañeros, sin medios casi para sobrevivir, todas las miserias del carácter humano afloran y se hacen motivo de desgaste y peleas personales.

-Porque los vascos, todos  los que lucharon contra el franquismo, ¿cómo se organizaron parar  ponerse a salvo de las garras del dictador…?

-Los del exilio pudieron rehacer sus vidas, no así los que trabajaron en el Interior que fueron detenidos, encarcelados y torturados.

-¿A qué se debe “esa obediencia vasca”?; ¿para “salvar el direccionismo” del PNV y del nacionalismo vasco  se “tragó”, a juicio de los socialistas, con qué, se sentían traicionados, pero  por qué?

-Fundamentalmente a solicitar que el Gobierno vasco no tuviera partidos de obediencia exterior a lo vasco y que todos los partidos deberían ser de Obediencia Vasca.

 

 

 

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La obediencia vasca. Santiago Aznar y aquella comida en Guéthary (1940). Iñaki Anasagasti   
384 páginas
22.00 euros
Pamiela



Iñaki Anasagasti hace aflorar en estas páginas el primer conflicto identitario entre nacionalistas y socialistas, surgido cuando ambos eran socios de un gobierno en el exilio. Sorprende que, en vísperas de la II Guerra Mundial, una serie de responsables vascos pusieran sobre la mesa el concepto de «obediencia vasca» como imperativo de su acción de gobierno. Quizá discutieran sobre ese extremo porque en aquellas circunstancias, con el territorio perdido, sin medios y con una buena parte de la población vasca encarcelada, no tenían ninguna perspectiva de recuperar la autonomía perdida. El telón de fondo era una Segunda República cuyo presidente, Azaña, había dimitido y cuyos máximos dirigentes socialistas, Prieto y Negrín, andaban a la greña. Los vencidos republicanos quedaban a la intemperie, mientras que el Gobierno Vasco había organizado una evacuación modélica.

Gracias a este libro, que contiene una abundante y muy rica documentación epistolar, surgida del cruce dialéctico entre unos y otros, tenemos todos los datos de las tensiones habidas tras una comida en Guéthary, tras plantear los nacionalistas la necesidad de esa «obediencia vasca». En la actuación de los tres consejeros socialistas –Aznar, Gracia y Toyos– se adivinan las fricciones que se estaban dando entre ellos y el Comité Central Socialista de Euzkadi. Un panorama incendiario en el que el lehendakari Aguirre hubo de actuar como bombero, apagando los fuegos que de manera continua se producían entre ambas familias.


Iñaki Anasagasti Olabeaga (1947)
Nació en Cumaná (Venezuela) en el exilio de sus padres. Estudió el bachillerato en San Sebastián y Bilbao y se licenció en Comunicación Social en la Universidad Católica de Caracas.
Dirigió la radio clandestina Radio Euzkadi (La Txalupa) y la revista Euzkadi. Ha sido burukide del EBB y BBB de EAJ-PNV, parlamentario vasco (1980-1986), miembro del Congreso de los Diputados (1986-2004) y senador por Bizkaia. Como senador fue secretario primero del Senado y presidió las Comisión de Asuntos Iberoamericanos y de Investigación y Desarrollo y fue portavoz en las Comisiones de Exteriores, Industria, Defensa y Mixta Europea.
Ha escrito Extraños en Madrid, Una Monarquía poco ejemplar, La ruta de la derrota, Una Monarquía protegida por la censura y con Josu Erkoreka Dos familias vascas, Somos vascos y Un jelkide en Nueva York. Junto con Koldo San Sebastián Nuestro hombre en Bilbao, Los años oscuros y El otro Pacto de Santoña.
Premio Irujo y Anduriña de Plata, participa semanalmente en Radio Euskadi, Cadena Ser, Info Radio, EiTB y es colaborador de Deia.

 

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