La
Librería de Cazarabet
LA POESÍA
MÁS ESPECIAL Y RECONFORTANTE DESDE LA PLUMA DE ÁNCHEL CONTE Y DESDE LOS LIBROS
DEL GATO NEGRO.
Conoce un
poco mejor a este escritor, también, en lengua aragonesa:
https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81nchel_Conte
Cazarabet conversa con Ánchel
Conte:
-Amigo, ¿qué representa para ti
este “nuevo” libro, “nuevo poemario” Luna que no ye luna .Luna que no es luna?(aunque sabemos que es una segunda edición de un mismo
poemario)
-“Luna
que no ye luna / Luna que no es luna” es el fruto de un periodo de más de dos
años en que junto a la necesidad imperiosa de escribir diariamente se juntaba
el renacer de la pasión amorosa. Tal vez el hacerse viejo irremediablemente te
hace vivir el amor de manera mucho más intensa. No sé qué es lo que provocaba
qué, si el amor la necesidad de escribir o la necesidad de escribir se agarraba al amor como motivo. Sí, el libro salió en
Eclipsados y se agotó a los dos o tres meses. Esta segunda edición es para mí
un regalo.
Por otro
lado se dio una circunstancia especial que también influyó en la creación
literaria: alguien
que yo no conocía creó una página en Facebook que se llamaba “Queremos más
obras d’Ánchel Conte”. La
descubrí por casualidad. Ponían fragmentos de obras mías y me invitaban a que
escribiera. Piqué. Y mi sorpresa fue cuando vi que el poema era leído por más
de 500 e incluso 1000 personas en pocos días, que llegaban comentarios de lugares insospechados, como Argentina,
Chile, Brasil, Argelia, Alemania…Y pensé que aquello era una plataforma
maravillosa para el aragonés, que salía de casa y se universalizaba, y eso era
otro acicate. De ahí surgió la idea de poner los poemas también en castellano,
e incluso a veces en portugués. Y continúo, sigo cultivando esa página no tanto
por divulgar mi poesía –aunque he de reconocer que me halaga que llegue a tanta
gente- como por esta lengua agonizante por la que llevo más de cuarenta años
luchando.
-Si no recuerdo mal es tu cuarta entrega en libro
de poesía y lo haces utilizando, de nuevo, tu lengua madre el aragonés (aunque
cada poema se presente, también en lengua castellana, de hecho se trata del
primer poemario bilingüe) qué tiene de particular este nuevo cuaderno de
poesías?
-Primero,
una aclaración. El aragonés es mi lengua literaria, la que adopté cuando
trabajé en Aínsa. Yo tenía un aragonés residual, pero
allí me encontré con alumnos que hablaban aragonés en diversas modalidades (chistavín, belsetán, fovano, sobrarbés), aprendí de
ellos, me identifiqué con ellos y aquella tierra que estaba en proceso de
destrucción planificada (pantanos, repoblación forestal irracional, cierre de
escuelas, muerte de aldeas). Aprender
aquella lengua era una forma de sentirme formando parte de un pueblo que se
resistía a la muerte. Luchar por aquella lengua, era luchar por su gente. Así
lo entendí, hasta el punto de que a los ocho o nueve meses de estar allí me
descubrí un día escribiendo un poema en aragonés. Corría la primavera de 1967.
Este nuevo libro, por ser el último, y tener muy vivos los sentimientos que lo
inspiraron, es con el que me siento más identificado hoy. Tiene de especial que
es el más sincero de todos, en el que no hay tapujos de ningún tipo ni
autocensura, lo que ya empezó a ser una realidad en mi segundo libro (O tiempo y os días) se afianzó en el
tercero (E zaga o mar o desierto) y
aquí ya es total. Por otro lado creo que no es sólo el más apasionado, sino
también el más carnal. Es un poemario que admite varias lecturas. Una la que va
en el libro, ordenados los poemas por estados de ánimo, la segunda como un
diario, porque todos los poemas llevan la fecha e incluso la hora en que fueron
escritos, de modo que si el lector tiene curiosidad puede ver cómo los
sentimientos cambian en un mismo día.
-¿Te sientes más “seguro”, como “más tuyo” escribiendo en aragonés?
-No me
siento más cómodo, es que en castellano no sé escribir poesía ni cuentos ni
novela…Es mi única lengua literaria. El castellano lo dejo para los trabajos de
historia. La razón de que sólo escriba en aragonés se me escapa, acaso habría
que recurrir a un psiquiatra para que encontrara las causas profundas que me obligan a usar una lengua aprendida,
aunque en mi opinión es el amor por una tierra con la que me sentí
completamente identificado y de la que nunca me fui, porque no me fui, me echaron en 1973. Tal vez ahí radique la
razón de que a la hora de escribir lo haga en aragonés, en la ausencia
constante que he sentido y siento de Sobrarbe, de sus
gentes; de una tierra en la que me hice
lo que soy, a la que tanto debo.
-Porque de
hecho eres pionero en ello, llevas haciéndolo desde 1972 cuando, me atrevería a
decir, casi nadie o nadie lo hacía….cuando el aragonés solo se hablaba en
algunos pueblos, pequeños pueblos, aldeas…
-Empecé
en 1967, en mis soledades –no era fácil de todos modos vivir en un pueblo que entonces apenas tenía 700 habitantes-,
con mis intereses por la enseñanza, el cariño por los paisajes y la
gente…Llegaron los primeros premios en la Fiesta de la Poesía de Huesca allá por 1969, creo recordar. Fueron varios
premios. El aragonés aparecía por primera vez en un certamen literario y
aquello, para mí fue un éxito, no por los premios, sino porque conseguí
convencer a los organizadores de la necesidad de crear ese premio que llevaba
el nombre de Veremundo Méndez, un poeta que escribía en cheso. Al poco tiempo,
el premiado fue Francho Nagore, Había habido y había poetas que escribían en
su lengua local, principalmente en cheso, belsetán y
ribagorzano, pero por primera vez se hablaba de premio de poesía en “aragonés”,
reconociendo la existencia de la unidad de una lengua diversa en sus dialectos.
-Estos libros, cualquiera escrito en aragonés es
una contribución, sin igual, con la cultura y el aragonés y eso no tiene
precio…Coméntanos.
-Bueno,
cuando escribo un poema mi actitud
reivindicativa radica en la lengua. Quizás en No deixez morir a mía voz, el primer
poemario, sí había poemas claramente reivindicativos, pero primaban mis
sentimientos más íntimos. Ahora no soy consciente ni pretendo con la poesía
reivindicar más que sentimientos, consciente, eso sí, de que lo hago en una
lengua por la que hay que luchar o se nos muere. Y en esa lucha, aparte de
militancia en asociaciones que defienden la lengua, la poesía es mi arma…no sé
si cargada de futuro –a veces soy muy pesimista- pero sí con esperanza de
futuro.
-Este poemario, lo explicábamos en la primera
pregunta, ya tuvo una primera edición, ¿qué diferencias hay con ésta?
-A los
poemas escritos de 2011 a 2014 que iban
en la primera edición, se han agregado poemas de 2015. Además, es una hermosa
edición, perfectamente presentada, con un excelente prólogo de Antonio Pérez Lasheras que da claves para enfrentarse al contenido. El
libro que ha sacado Los libros del gato
negro es un objeto bello perfectamente acabado, y eso es importante. He de
decir aquí que en ese periodo que va desde la primavera de 2011 a 2014 escribí
posiblemente más de trescientos poemas. Me vi incapaz de hacer una selección,
envié casi doscientos a Nacho Escuin y a Antonio
Pérez Lasheras y éste hizo la selección definitiva,
agrupó los poemas en los cinco apartados que tiene el libro y escribió un
prólogo que a mí me ha hecho ver mi propia poesía de manera diferente, con
un distanciamiento que yo solo no podría
lograr. Como autor, hubiera sido incapaz
no solo de agrupar los poemas, sino ya incluso de seleccionarlos. Me hubiera
limitado a ponerlos cronológicamente. Para quien escribe, cada poema es un
instante, un fugaz destello en su vida ¿Cómo saber cuál es mejor si no es
posible medir la calidad de un sentimiento? Para mí todos los poemas, incluso
los que formalmente reconozco que no están acertados, son momentos que he
perpetuado y tienen el mismo valor
sentimental. Mejor que otra persona los valore de manera objetiva. Y el trabajo
realizado por Pérez Lasheras me parece más que
meritorio y he de agradecérselo: sin él el libro no existiría.
-En estos poemas “le cantas”, déjame que utilice esta manera de
expresarme, al amor…cuando está presente, aunque se encuentra ausente, cuando
casi desaparece o se desvanece, cuando hay añoranza del mismo…
Sí, es
una poesía de amor. Eso es una constante en mi poesía. Desde la poesía un tanto
críptica a la hora de expresar sentimientos amorosos de No deixez morir a mía voz a la rotundidad
con que aquí me expreso. Todos los estados de ánimo que el amor te provoca, el
gozo, el dolor de la su ausencia, los miedos, el deseo, el sexo, la palabra que
nunca se encuentra para dar cabida a esa explosión que te empuja a escribir han
tenido cabida aquí.
-Aún escribiéndole a un tema, en este caso al amor
se puede ser un “poeta libre”, sin “ceñirse” a nada en concreto, ¿no?
-Libre
completamente, libre en la forma y en el contenido. Ni censura en los
sentimientos ni corsés en la forma. Escribo y raramente corrijo, como mucho
cambio una palabra por otra que suene mejor o dé más ritmo. Soy bastante
anárquico a la hora de escribir,
espontáneo. Admiro a los poetas que son capaces de construir poemas de perfecta
arquitectura, medir al milímetro la palabra, el verso…Yo “reblo” en seguida si
el poema no fluye. A veces ocurre que un
poema viejo se me presenta porque los sentimientos que le dieron vida pueden
repetirse –cosa rara- y entonces lo rehago, pero eso queda registrado en el
poema y en la edición, donde figuran las fechas del poema original y en la que
se modificó.
-Pero en tu poesía cobran mucho peso las palabras
que definen y que se acercan al amor… a cómo definirlo a cómo estrecharse en su
abrazo…¿qué nos puedes comentar?
-El valor
de la palabra…a veces se tiene la suerte de encontrar la palabra justa, otras
es difícil, y ese sentimiento de impotencia también queda reflejado en algún
poema. No soy muy consciente de esa búsqueda, ya he dicho que escribo de forma
poco meditada. Me asalta la necesidad de escribir porque amo, o porque noto la
ausencia y escribo, escribo sin pensar. Eso del valor de la palabra y su
precisión para expresar los sentimientos es algo que ve el lector, pero que yo
soy incapaz de apreciar. Escribo lo que siento, lo que me nace de lo más hondo.
Luego leo el prólogo de Pérez Lasheras o los
comentarios de Antón Castro y me descubro a mí mismo, descubro el valor de esa
palabra que ha fluido instintivamente de mí.
-¿Cómo y de qué manera concibes la poesía?; ¿Cómo
la entiendes?
-Jamás me
he planteado eso, ni qué es la poesía. Escribo porque necesito sacar de dentro
lo que me alegra o lo que me entristece, lo que me emociona o lo que me hastía.
Y lo hago fundamentalmente por mí mismo, porque lo necesito. No pienso en
lectores, en todo caso en un lector, el que es objeto del poema. Luego, una vez
escrito el poema, y lo cuelgo en Facebook o sale en un libro, ya no me
pertenece. La poesía es casi un acto de onanismo, lo que pretendes al
escribirla es quedarte en paz contigo mismo. Luego, ese sentimiento lo das a
leer al amado, y solo después lo haces público. Creo que la poesía es
multifuncional, porque cada lector hará de ella un arma diferente. Para mí, es
el encuentro conmigo mismo y con el ser que amo. Luego llega lo otro, la
divulgación de la lengua, el compartir sentimientos, que la gente se pueda
emocionar y vibrar contigo; pero luego.
-Amigo Ánchel, ¿nos puedes decir como es tu
metodología de trabajo?
-Ya lo he
explicado más arriba. Un poema es un fogonazo, un rayo que alumbra un instante.
Lo has de pillar al vuelo y darle forma.
Mientras que un libro de relatos o una novela exige una disciplina y un
esfuerzo notables, un poema es o no es, sale o no sale. Algo te revuelve por
dentro y en ese mismo instante has de darle forma. De ahí mi obsesión en este
libro por poner la fecha y la hora, porque lo que es blanco a las doce de la
mañana puede ser un nubarrón a las cinco de la tarde. No entiendo la poesía
como un trabajo, sino como pellizcos en el alma que te empujan a plasmarlos de
la única manera posible, que es con la palabra.
-Me decían un día que un poeta, bueno hablábamos y
reflexionábamos que un /a poeta no tiene trabajo de documentación e
investigación…bueno, pero tendrá otro tipo de trabajo o reflexión interior
antes de ponerse ante el papel en blanco…Además, difiero, yo creo que hay
poetas que, centrados en un tema, sí que investigan sí que deben
documentarse. ¿Qué nos puedes explicar?. ¿Qué piensas?
-Pues
creo que el poeta tenía razón. Por lo menos tal como yo escribo. Posiblemente
hay poetas perfectamente “científicos”, estudiosos, ingenieros del verso y la
palabra. Personalmente, yo
soy espontáneo, y cuando salta esa chispa que te enciende, escribes. Te ves delante de un papel blanco o de la
pantalla del ordenador –casi toda mi poesía está escrita con teclado, de
máquina o de ordenador y raramente con pluma- y me limito a decirme a mí mismo
lo que siento, a darle forma a ese sentimiento que es algo
inmaterial y has de esculpir con la palabra. ¿Meditar? ¿Reflexionar?
Claro, todo sentimiento es una reflexión. Así que en ese sentido es
evidente que reflexiono, pero ahí me quedo, en desmenuzar el sentimiento y encontrar la palabra exacta…o en no
encontrarla.
-Bueno, ya la pregunta final, amigo, ¿en qué estás
trabajando en la actualidad…nos puedes dar alguna pista? Porque al ser
historiador y estar siguiendo, siempre tan de cerca la investigación sobre
historia medieval aragonesa, tema en el que también has ido publicado
monografías, seguro que ya andas metido en algo….
-Hace
poco publiqué Los moros de la comarca de
Barbastro y tierras del Cinca, s. XV-XVI. Me va por la cabeza acabar la
historia de la comunidad musulmana de Barbastro y comarca estudiando los
moriscos hasta la expulsión, pero de momento no pasa de una idea. Me apasiona
la investigación, soy feliz en un archivo; me asusta la redacción del trabajo y
me desanima la lucha para que te lo editen. Así que por ahí no sé qué haré. En
poesía, sigo con mi página de Facebook, escribo menos de lo que escribía, pero
sigo sentándome en el ordenador cada vez que el relámpago me impele a ello.
También hay un medio proyecto de novela, pero me da tanta pereza…Un poema es un
desahogo; una novela puede ser una losa, una aventura hermosa, pero que exige
un esfuerzo que me echa para atrás.
-Amigo, ¿Cómo ha sido trabajar con Los libros del
Gato Negro?
-Un
placer. Estrené editorial, lo cual fue un honor para mí. Por otro lado,
trabajar con Marina ha sido una aventura que va más allá de la edición. Ella
sabe querer al autor, y eso es lo mejor de la edición de un libro, sentirse
querido, no ya solo respetado, sino querido. Ha nacido una amistad sincera y
profunda entre Marina y yo que ya es para siempre. Es meticulosa, cuidadosa,
mira hasta el último detalle. Mima al
libro y mima al autor. Siempre hay una palabra de cariño. Deseo que su
editorial tenga todos los éxitos del mundo y espero poder volver a publicar
otro poemario con ella.
22814
Luna que no ye luna. Luna que no es luna. Ánchel
Conte
226 páginas 14 x 21 cms.
18,00 euros
Los Libros del Gato Negro
Esta es una versión ampliada y
corregida del volumen anterior que publicó el desaparecido sello Eclipsados de
Nacho Escuín.
Palabras del prólogo de Antonio Pérez Lasheras:
"La poesía de Ánchel Conte
presenta un perfil, unas estructuras, temas, tintes muy modernos y no, como
cabría esperar de un escritor en una lengua minoritaria, apegados al paísaje y al terruño. Se trata de un autor de una gran
cultura, cuya reflexión estética es muy próxima a los grandes creadores de
nuestro tiempo. se nos presenta la poesía como el
último lugar en el que se mantiene el pensamiento mágico. El poeta
moderno es un ser desencantado de un mundo que no llega a comprender, que
devisa fragmentado, roto, descompuesto, y que trata de recomponer por medio de
la palabra, con la práctica artística..."
Poemario de un centenar de textos de amor. El amor a través del deseo, la
ausencia, la tarde que se hace noche, la palabra y la plenitud. Un desbordado
cántico corporal.
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