La Librería de El Sueño Igualitario

1556088.jpgCazarabet conversa con...   Xina Vega, autora de “Nadie duerme” (Pepitas de Calabaza)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La editorial Pepitas de Calabaza, afincada en Logroño,  edita material muy bueno, literalmente hablando, además de comprometido, ofreciéndonos, ahora, esta narrativa excelente.

Lo que nos dice la editorial del libro, la sinopsis:

Nadie duerme es un vómito, un alarido. Quiere hablar de lo que duele, de la cara oculta de la luna en las relaciones con los otros. El sexo, el cuerpo como prisión, como condena. La imposible comunicación, la mentira de la pareja, los miedos, el miedo. La violencia estructural que se ejerce con saña en el más débil, la mujer, el inmigrante... Este es un relato alucinado, marginal y onírico que busca retorcer los tópicos, llevarlos al extremo, volverlos insoportables. Sordidez y poesía, una visión enferma en la que resuenan las voces de Bataille, Lorca, Koltés, Volodine, Jelinek, Liddell, Perec, Cunqueiro… Detrás, el deseo de nombrar lo oscurecido, una voz que descuartiza el cuerpo.

«Nadie duerme: Un “huis clos” en el que la puerta cerrada se revienta bajo el ariete literario de Xina Vega, una jaula que se abre, que se destripa, que se desparrama, que se desborda, que se eyacula y que se dispara sobre la condición humana. Un encuentro que nos recuerda que Macbeth (“Sleep no more”) siempre acaba de matar al rey y que el príncipe desconocido de Turandot (“Nessum dorma”) acaba de proscribir, para siempre, el dormir. Un sórdido pastel de carne que se nos corta en la boca, que nos quiebra los molares y que nos impedirá, esa noche, conciliar el sueño».—Valérie Tasso

La autora,  Xina Vega:

Xina Vega es escritora y profesora universitaria. Como novelista ha publicado Cardume(2007), que mereció el prestigioso premio Xerais de las letras gallegas, y Dark Butterfly (2012). Ha ejercido la crítica teatral en la revista El Público y la crítica literaria paraQuimera, Zurgai, Anuario de Estudos Galegos, Grial o Tempos Novos, entre otras publicaciones. Ha sido también colaboradora habitual de la sección «El trujamán» del Centro Virtual Cervantes. Es Premio Stendhal y finalista del Premio Nacional de Traducción por la obra de Georges Perec La Disparition / El secuestro (Anagrama). Actualmente es profesora del Departamento de Lengua Española en la Universidade de Vigo. Sus líneas de investigación se centran en la lexicografía bilingüe, el análisis del contacto de lenguas en la autotraducción literaria y la obra de Álvaro Cunqueiro, autor sobre el que es reconocida como una de sus mejores especialistas.

 

 

Cazarabet conversa con Xina Vega:

Xin Vega.jpg-Xina, esta es una novela que dice mucho, o cuenta, de la sociedad en la que “nos movemos” ¿es así?

-Lo que es difícil es no hablar del presente cuando escribes. Aunque los personajes son tratados como tipos, con ese deseo de representar de una manera un tanto atemporal, lo cierto es que buena parte de las actitudes en relación con el cuerpo y con el otro las marcan la violencia de este presente en el que debajo del discurso social de aceptación hay otra cosa…

 -Se ven como “retratadas” muchas miradas, muchas perspectivas sociales y, sin censura, te sale de dentro y lo muestras como tal. ¿Qué nos puedes comentar lo pensaste de esta manera?

-Este libro sale como un vómito, como una catarsis. Nunca sabes cómo llegan a ti las historias, pero lo que sí creo es que aquí están mucho de las confidencias de gente próxima, de relatos que me llegaron mediante la red (habría que hablar de este nuevo lugar que se abre como vía potentísima para indagar en el espacio íntimo de las relaciones) y también, claro está, de la propia experiencia vital y literaria.

-Tu narrativa es como muy poética, nace mucho de las tripas para desparramarse entre las miradas lectoras de tantas maneras como mentes la leen, ¿no?-Un ejercicio narrativo muy, muy libre….

-Esa es la idea, si te fijas, mi relato está sustentado en elipsis, en huecos que cada lector debe completar, el lenguaje poético deja lugar a un marco de interpretación que es necesariamente personal. Mi idea era crear un “artefacto” que potencie el que cada uno pueda escarbar en sus propias heridas. No hay nada que entender en el texto. El sentido está en la lectura.

 -Tu tarea como filóloga, ¿hasta qué punto influye en esta novela?, porque en ella parece que trabajas mucho el lenguaje y el léxico como tal. Cuéntanos, por favor.

-Yo he sido lexicógrafa muchos años, para mí cualquier palabra de despliega en un sinfín de acepciones, de sinónimos, de términos afines, de variantes sociales. El juego con los registros, la búsqueda de la mayor precisión está en mi manera de jugar con el lenguaje. Hay también otra cosa. La novela está escrita originalmente en gallego, intenté comunicar algo de la extranjería de esa lengua en el castellano al que me autotraduje. Así, a veces, puedes observar un cierto aroma de algo que el castellano puede asumir, pero que convoca cierta resistencia, como un doblarse, como un eco de algo que no es de aquí.

-Además, rompes como muchos “tabús”, ¿lo ves así?; pocas escritoras, aún hoy por hoy, se atreven a escribir o a describir escenas, sentires dentro de “lo sexual”; pocas mujeres manejan con esa libertad lo que somos y cómo somos y sentimos la mayoría de las mujeres. ..Pero tú lo haces, desde el minuto cero, de manera firme y como natural. ¿Es así?

-Esa era la apuesta. Una de las cosas que me sorprendió mientras escribía era la sensación de ir sin apenas referentes, hablando de cosas de las que apenas hay registro literario. Recuerdo pensar en cómo era posible que apenas tuviese modelos para narrar experiencias tan importantes como el aborto, por ejemplo. En este sentido, este libro quiere intentar un discurso radicalmente femenino sobre el cuerpo, sobre el gozo, sobre el miedo. Intenté ir a la búsqueda de lo que me resultaba insoportable pensar, algo así como escribir contra el ego que atenaza, contra la construcción cultural que nos silencia.

 -Al margen de los libros que los hay, “hechos a medida”, “encargados”,  “diseñados o prediseñados” para presentarse a los Premios Literarios—aunque de todo hay en esto último y no hay que meterlo todo en un mismo saco—pero me refiero que al margen de todo ello hay una literatura pujante, muy personal, con un sello muy, muy particular…una literatura muy, muy fuerte y valiente que infiere un ritmo que le da calidad, además de seguir reivindicarse, ¿verdad?

-Sí, el problema es que el espacio literario, o lo que hasta ahora entendíamos por “literario”, está contrayéndose. La visibilidad en literatura está hoy mucho más relacionada con obras para “todos los públicos”, obras con lenguaje directo y sencillo, obras que puedan entrar en el sistema escolar…  La marginalidad de lo “off”, de lo raro o arriesgado, se vio potenciado con la crisis económica. Yo recuerdo el panorama de los ochenta, de los noventa, de parte del dos mil, la cultura “dura” tenía su espacio de prevalencia en las instituciones, en los suplementos. Eso ha desparecido. Ahora hay más territorio underground que se ha quedado sin circuitos.

 -Al menos, tú como “contadora de historias” nos cuentas lo que tú quieres o sientes y desde tu propia manera de expresarte. No necesitas como de edulcorantes. Creas y brindas las historias como crees que deben ser contadas desde tu propia manera de ver, sentir como escritora, pero sin mayores pretensiones, ¿no?

-Como te comentaba arriba, yo no quiero moralizar, no quiero ofrecer una visión cerrada ni dirigista. No quiero ningún discurso maniqueo. En este libro intenté buscar la mayor autenticidad, observar sin filtros aquello que duele. En ese sentido es una propuesta radical y son este tipo de propuestas las que acaban siendo la más políticas ¿no crees?. No me resisto a citar aquí una declaración de Bataille a propósito de su libro La literatura y el mal: “En la literatura la angustia está implicada y la angustia siempre está fundada sobre algo que va mal” y también: “La literatura no nos deja vivir sin hacernos notar las cosas humanas en su perspectiva más violenta, es también la literatura la que permite ver lo peor y hacerle frente”.

Xina Vega.jpg-¿Hasta qué punto tiene influencia que te editen, ver publicada tu historia?. Seguro que hace una ilusión bien especial, pero no por ello “hay que venderse” a escribir sobre “lo que se lleva”, sobre lo que “más se lee”, “más se compra” o “más se edita”…una escritora como tú se debe a su manera de escribir, sin más y la recompensa no está tanto en el “éxito” como en hacer lo que te gusta y como te gusta, ¿es así?

-El primer libro que publiqué mereció el premio Xerais de narrativa en lengua gallega, el más importante de esta literatura. Eso significa entrar en todo el espectáculo mediático, prensa, televisión, en el sistema escolar como lectura obligatoria, en los saraos culturales en los que te piden que opines de lo divino y lo humano. Podría haber seguido por esa línea amable, que me reportaba visibilidad, pero solo entiendo la práctica de la escritura como un ejercicio de desestabilización. Escribo para conocerme, escribo también para desaparecer.

-Señalas mucho al miedo, a los miedos. Creo que es el peor de los enemigos que tenemos tanto a nivel personal como a nivel global…-Del miedo se alimenta lo peor de nosotros y luego es como desplomar una  pieza de dominó, todo va desparramándose como a nuestros pies, ¿no?

-El miedo hay que nombrarlo, hay que ser valiente. Solo eso tiene sentido. Como indicaba más arriba en la cita de Bataille, analizar el mecanismo de la angustia es, en cierta medida, derrotarla. En este libro me propuse sintonizar con el aullido del mundo, y, sí, todos aullamos.

-Miedo y mucha violencia y hay muchas maneras, además, de ser o mostrarse bajo el influjo de la violencia, ¿verdad?  , además de programarse “como un cultivo” continúo de la misma. ¿Qué nos puedes reflexionar?

-Es lo que te comentaba antes, uno puede ver las cosas en su perspectiva más violenta para sanarse. Lo que está mal es una anomalía que deberíamos hacer desaparecer de nuestra mente. Se trata siempre de una proyección que interiorizamos.

-¿Es más ésta que construyes una narrativa “de situación” que de personajes?

-Exacto, mis personajes son tipos, me interesa captar la manera en la que nos relacionamos nuestros fantasmas y los fantasmas de los otros.

-Los gallegos y gallegas no sé, no soy psicóloga ni quiero serlo, pero me da que os caracterizáis por “ir haciendo como hormiguitas, sin demasiado ruido” y “de repente, va y se irrumpe”…como “a la chita callando”… ¿hay algo de esto en tu narrativa o forma de hacer?

-Me resulta difícil habitar los tópicos nacionales porque siempre hay una simplificación terrible en ellos. Esa idea de los gallegos como gente sumisa va en contra de mis vivencias diarias en el país. Piensa, por ejemplo, en Valle-Inclán o en Manuel Antonio o en Eduardo Blanco Amor. Hay una Galicia combativa que no recoge el tópico.

-Eres una filóloga especialista en la vida y obra de Álvaro Cunqueiro , ¿qué es lo que te atrae de él; ese permanente estilo de renovación en todo lo que hacía(el permanente guiño al vanguardismo)?

-Cunqueiro, como Calvino, el escritor al que más se le parece, es un ejemplo de literatura vuelta sobre la literatura, toda su producción es un tratado sobre el modo de representación, sobre la manera en la que el texto y el discurso cultural se fragmenta. Cunqueiro, en realidad, era un dinamitero.

 

 

 

1556088.jpg27105
Nadie
duerme. Xina Vega
96 páginas        14,5 x 21 cms.
14,00 euros
Pepitas de Calabaza


Nadie duerme es un vómito, un alarido. Quiere hablar de lo que duele, de la cara oculta de la luna en las relaciones con los otros. El sexo, el cuerpo como prisión, como condena. La imposible comunicación, la mentira de la pareja, los miedos, el miedo. La violencia estructural que se ejerce con saña en el más débil, la mujer, el inmigrante... Este es un relato alucinado, marginal y onírico que busca retorcer los tópicos, llevarlos al extremo, volverlos insoportables. Sordidez y poesía, una visión enferma en la que resuenan las voces de Bataille, Lorca, Koltés, Volodine, Jelinek, Liddell, Perec, Cunqueiro… Detrás, el deseo de nombrar lo oscurecido, una voz que descuartiza el cuerpo.


«Nadie duerme: Un “huis clos” en el que la puerta cerrada se revienta bajo el ariete literario de Xina Vega, una jaula que se abre, que se destripa, que se desparrama, que se desborda, que se eyacula y que se dispara sobre la condición humana. Un encuentro que nos recuerda que Macbeth (“Sleep no more”) siempre acaba de matar al rey y que el príncipe desconocido de Turandot (“Nessum dorma”) acaba de proscribir, para siempre, el dormir. Un sórdido pastel de carne que se nos corta en la boca, que nos quiebra los molares y que nos impedirá, esa noche, conciliar el sueño». —Valérie Tasso

 

Xina Vega es escritora y profesora universitaria. Como novelista ha publicado Cardume (2007), que mereció el prestigioso premio Xerais de las letras gallegas, y Dark Butterfly (2012). Ha ejercido la crítica teatral en la revista El Público y la crítica literaria para QuimeraZurgaiAnuario de Estudos GalegosGrial o Tempos Novos, entre otras publicaciones. Ha sido también colaboradora habitual de la sección «El trujamán» del Centro Virtual Cervantes. Es Premio Stendhal y finalista del Premio Nacional de Traducción por la obra de Georges Perec La Disparition / El secuestro (Anagrama). Actualmente es profesora del Departamento de Lengua Española en la Universidade de Vigo. Sus líneas de investigación se centran en la lexicografía bilingüe, el análisis del contacto de lenguas en la autotraducción literaria y la obra de Álvaro Cunqueiro, autor sobre el que es reconocida como una de sus mejores especialistas.

 

 

 

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