La Librería de El Sueño Igualitario
Editorial Comuniter publicaba este verano un libro bien interesante, centrado
en la vida e historia contemporánea de un pueblo bañado por el río Huerva….el
estudio y escritura corre a cargo de Luis Ruiz Val (un geógrafo e historiador
que trabaja de profesor de secundaria en Ibiza) que se centra y pone en el
punto de mira a Mozota durante los primeros 40 años
del siglo XX. Fueron años muy duros, trepidantes, pero también muy, muy
interesantes en todos los frentes….Estamos ante un buen libro que, acercándose
a Mozota, un pueblo muy interesante bañado por el
Huerva ...se acerca a una idiosincrasia muy particular, la de sus gentes que
afrontaron tiempos difíciles y cruciales de la historia de una manera ,
también, muy particular…El estudio que lleva , después, a volcarse en un libro
y en una publicación ha sido muy minucioso y se nota que viene de la mano de
una persona que aprendió a cómo manejar datos y demás…así a cómo llevar a la
interpretación de no pocas constantes que si bien se repiten en muchos libros ,
de los que beben de la misma idiosincrasia que éste, todo puede cambiar un
poco, según quien recoge los testimonios, los datos y cómo y de qué manera los
va gestionando….
Luis Ruiz Val lo hace bien y eso
se nota cuando lo lees porque el libro se lee con mucha facilidad…no es un
estudio, luego volcado a las letras ,que se haga farragoso y pesado …muy al
contrario: bien escrito y llevado a los lectores actuales que se acercan a las
historias de pueblos, gentes y a las realidades que se vivieron..
El libro y su escritor se acercan
primero al siglo XX para luego ir acercándonos a diferentes sectores que, desde
la historia, nos han influido y mucho….es muy importante, dicho sea de paso, la
historia esta tan reciente( en la que se centra el libro, los primeros cuarenta
años del siglo XX) ,pero lo es también, y
mucho, la que venía, como cargada a los hombros desde el siglo XIX …por
eso la primera parte es tan importante y es que cada vez son más los
historiadores, los sociólogos, estudiosos y demás que convergen en la opinión
que “aquello que pasó en el siglo XIX es de lo que más se está como
“retransmitiendo” en los comportamientos de hoy en día. a todos los niveles
sociales..”. El Siglo XIX fue un siglo
muy “atareado” y que hasta hoy en día , en perspectiva, se nos hace difícil de
abrazar y hasta casi entender…..pero que, a la vez, es apasionante y este libro
te ayuda a apasionarte para luego seguir, mucho más minuciosamente, en estos 40
primeros años de Mozota en el siglo XX y esto lo hace
muy bien este geógrafo e historiador….porque el “trajín” social , político y
demás continuó en los primeros años del siglo XX y más allá…..porque, hoy por
hoy, estamos viviendo tiempos más que apasionantes.
Gran trabajo que nos brinda Comuniter, desde su colección, Es un decir que hay que leer
y que “se deja leer” desde una perspectiva muy bien presentada y tratada por el
autor.
Lo que nos dice Editorial Comuniter sobre el propio
libro
Este libro cuenta la historia de Mozota desde finales
del siglo XIX hasta 1940. Sin embargo, podría ser la historia de cualquier
pueblo de la ribera del Huerva. En ella se relatan la desamortización de bienes
comunales de mediados del siglo XIX, los estragos ocasionados por las
epidemias, las duras condiciones de vida de finales del siglo XIX y principios
del XX, la lucha por el agua, los proyectos que trajo consigo el
Regeneracionismo, las ilusiones de la Segunda República y las trágicas
consecuencias de la Guerra Civil y el exilio. En esta historia están presentes
todos los temas, problemas y situaciones de la historia general, pero en un
ámbito geográfico reducido, con unos personajes concretos, con nombres y
apellidos, con sus vivencias y algunos diálogos que sus familiares han guardado
durante muchos años. En definitiva, es una contribución a la recuperación de
nuestra memoria colectiva.
Luis Miguel Ruiz Val nació en Mozota, en 1960. Es
licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Zaragoza. Realizó su
tesis de licenciatura sobre las transformaciones de la industria en el bajo
Huerva. Es profesor de enseñanza secundaria desde 1985. Actualmente trabaja en
el instituto Sa Blanca Dona de Ibiza.
Cazarabet conversa con Luis Ruiz
Val.
-Luis, estamos ante
un libro que nos acerca, muy de cerca y de primera mano, a tu pueblo natal y un
período de la historia tan crucial como dramático… ¿qué nos puedes decir?
Ciertamente, es
un trabajo centrado en Mozota, aunque he procurado
contextualizarlo y documentarlo dentro de la historia de la ribera baja del
Huerva. Yo no pretendía hacer un trabajo de historia clásico, porque ya está
hecho: hay muchos libros de historia y muy buenos. Mi objetivo era contar una
historia desde una perspectiva local, pero bien contextualizada, que pudiera
servir como muestra de cualquier otro pueblo de la ribera del
Huerva, o incluso de otras zonas del occidente aragonés. En ella incorporo unos
personajes concretos, con nombres y apellidos, y diálogos que me proporcionaron
sus familiares. Por otra parte, nunca pretendí hacer un libro para eruditos; mi
propósito fue siempre hacer un trabajo de divulgación.
-¿Por qué centras tu libro, tu estudio, en los primeros 40 años de vida de Mozota en el siglo XX?
En primer lugar, porque a partir
de 1901 había abundante documentación en el archivo municipal. Por otra parte,
también tenía claro que mi trabajo acabaría con el final de la Guerra Civil. En
este período había contenidos más que suficientes para este libro. La parte del siglo XIX pretende hacer un
breve retrato de cómo era la política, la sociedad y la vida en un pueblo del
Huerva a finales del siglo XIX. Me documenté principalmente en el Registro
Civil y la bibliografía consultada.
Por otra parte, comprobé que la
documentación referente a la Segunda República y la Guerra Civil era suficiente
para hacer un trabajo. Sin embargo, creí necesario comenzar desde el inicio del
siglo XX, porque, de otra manera, creo que no se entendería la revolución que
suponía la Segunda República ni el verdadero motivo del golpe de Estado de
julio de 1936. Mi idea era mostrar que la Guerra Civil no fue una guerra entre
buenos y malos, ni la República fue una época de vandalismo. Y entender eso
requería del conocimiento del mundo anterior a 1931.
-El acercarte desde el siglo XIX qué supone a tu entender porque no son
pocos los que van argumentando, hoy en día, que “somos herederos de un
arrastre, como una carga “ desde lo que se inició, de lo que se solucionó y no
se solucionó…que viene del siglo XIX….qué nos puedes decir…?
En cierta manera creo que no les
falta razón. Las primeras décadas del siglo XX continúan con el mismo panorama político,
económico y social de finales del siglo XIX. Es verdad que las medidas
regeneracionistas de principios de siglo introducían elementos de modernización
importantes, pero no cuestionaron el esquema social ni el poder caciquil. Creo
que la transcendencia fue muy escasa.
-Luis, ¿cómo era Mozota, ese pueblo bañado por el
Huerva, a finales del XIX?
Era un pueblo de poco más de 300
habitantes, de economía agrícola, principalmente de secano, en el que unas
pocas familias tenían una posición más o menos acomodada. El duque de
Villahermosa y Luna, que vivía en Madrid, era otro personaje influyente. Pero
la mayoría de los vecinos eran jornaleros pobres. Había una elevada natalidad,
pero periódicamente sus vecinos sufrían la sacudida del cólera, el tifus o el sarampión.
También eran frecuentes las muertes por ingerir agua o alimentos en malas
condiciones. La vida era corta y muy dura.
-¿Y cómo fue recibiendo al nuevo siglo?. ¿La vida a principios de siglo
debía de ser de lo más duro por muchas cosas: condiciones de trabajo,
desarrollo socio-económico…En una sociedad en donde el sector agrícola era el
que “mandaba” sobre todos los demás: ¿cómo vivía la gente?
Imagino que la expresión “siglo
XX” debía tener una resonancia casi mágica, como la tenía la expresión “año
2000” a finales del siglo XX. Sin embargo, las condiciones de vida cambiaron
muy poco.
-Cuéntanos, Luis, ¿cómo era Mozota ya en el siglo XX?. -¿Cómo vivió, social y
políticamente hablando, Mozota los primeros años
del siglo XX, me refiero a los años previos a la Dictadura de Primo de Rivera?
En lo fundamental, la vida seguía
siendo muy dura, por eso el título del segundo capítulo es La vida como una guerra, extraído del poema El niño yuntero, de Miguel Hernández. El gobierno municipal estaba en manos de unos
pocos propietarios y la mayoría de los vecinos eran jornaleros pobres.
Por otra parte, los vecinos
pudieron ver con expectación que se construyó la primera báscula, el matadero
municipal, y se empezó a hablar de un acceso a la carretera a Zaragoza y el Caminreal. En esta etapa se puede apreciar el protagonismo
de Genaro Poza Ibáñez, un diputado conservador que representa muy bien el
perfil del político de la época de la Restauración, bien relacionado con los
caciques locales y una especie de señor conseguidor, a quien votaban para que lograse las
infraestructuras necesarias para los municipios.
-Punto y aparte siempre me da por preguntar por las mujeres y por esa
fuerza, tan particular, que le imprimen a la sociedad…. ¿cómo era la mujer de Mozota y qué particularidades tenía?
Como en cualquier otro pueblo, su
vida era muy dura: ayudar a las madres desde muy pequeñas, casarse, tener hijos
para el campo, criarlos, cuidar de los mayores, atender la casa y los animales
del corral y ayudar en las tareas agrícolas. Es un sarcasmo que en el registro
civil se dice de ellas: profesión, su
sexo. Aparte de ser poco afortunada, es una expresión enormemente injusta.
Fuera del ámbito doméstico, únicamente asistían a la iglesia.
-¿Cómo le fue al pueblo zaragozano con la llegada de la dictadura de Primo
de Rivera?
De la documentación disponible, se
desprende que Mozota fue siempre un pueblo
conservador. Nunca hubo ninguna agrupación sindical. Como en el resto de
Aragón, debió recibirse bien el golpe de 1923. En 1924 se constituyó una
agrupación local de la Unión Patriótica.
No obstante, el gobierno de Primo
de Rivera suprimió el juzgado de Cariñena, un hecho que despertó la oposición
de varios municipios, que lo siguieron financiando.
Por otra parte, el poder municipal
estuvo en manos de las mismas familias de siempre.
-El mundo en torno a la enseñanza y las “nuevas maneras “de entender y
emprender la pedagogía” (la Institución Libre de Enseñanza, las Misiones
Pedagógicas, después…)…. ¿llegaron? y si lo hicieron: ¿ de qué manera?
¿Cómo se llegaron a sentir en la sociedad?
Con la llegada de la Segunda
República, llegó también la escuela de los chicos, lo que permitió dividir en
dos grupos el volumen de escolares que había en Mozota.
El proyecto se inició en la última fase de la dictadura, pero no llegó a
realizarse. Con la nueva escuela llegó también un nuevo maestro, Don Ramón
Chesa, que rápidamente simpatizó con un grupo de vecinos de simpatías
republicanas. Según antiguos alumnos suyos, en alguna ocasión realizó alguna actividad
fuera de la escuela, aunque no hay testimonios ni documentación suficiente para
valorar su grado de compromiso con la nueva pedagogía republicana.
Por otra parte, sí parece claro
este compromiso en el caso del maestro Constantino Cristóbal Rabinal, original de Mozota
aunque ejerció en varios municipios hasta finalizar en Uncastillo.
De él quedan documentos, tanto de su filiación política como de su filosofía
pedagógica.
-¿Cómo y de
qué manera van llegando los nuevos vientos de libertad que traía la II
República a Mozota?
Por los testimonios que he
recogido, evidentemente orales, hubo signos de alegría entre los jornaleros.
Posiblemente había expectativas en cuanto a la reforma agraria. Por otra parte,
además de la inauguración del Caminreal, se llevó a
los tribunales el pago del treudo, un
impuesto señorial que cobraba el duque de Villahermosa, así como se emprendió
la recuperación por el ayuntamiento del antiguo monte común, que había sido
expropiado por el gobierno de Isabel II en 1855, aunque este último proyecto
quedó interrumpido por la guerra. Finalmente, también llegaron proyectos para
paliar la grave situación económica y dar trabajo a los vecinos.
-¿La II República fue un punto de inflexión en las gentes de Mozota?
He podido comprobar que la
monarquía estaba tan desacreditada que hasta los vecinos conservadores eran
republicanos. Salvo unos pocos personajes, la mayoría de los antiguos miembros
de la Unión Patriótica pasaron a las filas republicanas, bien del Partido
Radical o bien del Radical Socialista, que después acabaron en la Unión
Republicana.
Así mismo, según consta en las
actas municipales, el cambio del nombre de calles y plazas por otros de
simbología republicana, parece que fue del agrado popular.
-¿Cómo lo fueron afrontando todos sus campos sociales?; ¿Cómo afectó, al
sector ese que nos referíamos antes, de la mujer?; ¿Y en la enseñanza, cuando
entró la II República… cómo se fueron notando esos nuevos “aires de
libertad”?
Creo que el tema que más
repercusión política y social tuvo fue la reforma agraria. Los partidarios
presionaban en el ayuntamiento para que avanzara, pero también se puede
comprobar que tanto las familias que controlaron el poder municipal antes de la
llegada de República como el administrador del duque de Villahermosa
mantuvieron una oposición callada hasta que se produjo el golpe de Estado.
Por otra parte, en marzo de 1936
se celebró un mitin que tuvo una amplia asistencia de mujeres.
-¿Cómo vivió Mozota el alzamiento y la Guerra Civil Española?
En Mozota,
como en la mitad occidental de Aragón, no hubo resistencia al golpe. Se
destituyó el ayuntamiento republicano y se nombró una gestora franquista. No
hubo ninguna oposición organizada. Por eso se puede decir que no hubo guerra.
Lo que hubo fue terror y represión, organizado por Falange y el ejército de
Franco.
Los días posteriores al golpe de
Estado fueron de expectación entre los vecinos, porque nadie había hecho nada, nadie se sentía en peligro. Sin embargo, el
día 8 de agosto fue un punto de inflexión: al mediodía llegó la noticia de que
habían matado al médico, Don José. A partir de entonces hubo quienes huyeron a
la zona republicana, otros figuraron en las listas
negras y fueron fusilados, o bien desaparecieron
y así permanecen a día de hoy. También hubo represión sobre algunas mujeres, en
algunos casos por ser familiares de republicanos y en otros por haber asistido
al mitin del mes de marzo.
A partir de octubre de 1936
cesaron los fusilamientos. Continuaba la guerra y Mozota
sufrió varios bombardeos por parte de la aviación republicana, aunque no
causaron víctimas ni tampoco graves desperfectos. El municipio colaboró con el
ejército de Franco en campañas como el Día
del plato único, los lunes sin postre
o del acorazado España. También
residió allí temporalmente una compañía del ejército franquista, ya que el
frente estaba en Fuendetodos.
-¿Cómo fueron los primeros tiempos de posguerra?
Fueron muy duros, porque las
familias de los represaliados, además de los fusilamientos y el exilio,
sufrieron cárcel y consejos de guerra. Por otra parte, todos ellos fueron
objeto de expedientes de responsabilidades civiles y políticas que acababan en
embargos de bienes, con lo que el Estado franquista agravaba todavía más las
difíciles condiciones de supervivencia de estas familias. No obstante, otras
familias afines al nuevo régimen se favorecieron de este hecho, ya que
aumentaron su patrimonio a costa de las anteriores.
Finalmente, además del enorme
trauma social y humano, la Guerra civil provocó una fuerte sangría demográfica,
ya que las familias de los represaliados se marcharon del pueblo, la mayoría a
Zaragoza. En la década de los años cuarenta, Mozota
perdió un tercio de su población.
Interesantes enlaces:
http://es.wikipedia.org/wiki/Mozota
http://es.wikipedia.org/wiki/R%C3%ADo_Huerva
http://www.turismodezaragoza.es/ciudad/naturaleza/rios/el-rio-huerva.html
http://cicic.unizar.es/Daroca/es/naturaleza/Huerva.htm
http://www.heraldo.es/noticias/zaragoza/el_huerva_rio_olvidado_zaragoza.html
17830
Vida y muerte en un
pueblo del Huerva. Mozota, 1900-1940. Luis Ruiz Val
360 páginas 17 x 24 cms.
18,00 euros
Comuniter
Este libro cuenta la historia
de Mozota desde finales del siglo XIX hasta 1940. Sin
embargo, podría ser la historia de cualquier pueblo de la ribera del Huerva. En
ella se relatan la desamortización de bienes comunales de mediados del siglo
XIX, los estragos ocasionados por las epidemias, las duras condiciones de vida
de finales del siglo XIX y principios del XX, la lucha por el agua, los
proyectos que trajo consigo el Regeneracionismo, las ilusiones de la Segunda
República y las trágicas consecuencias de la Guerra Civil y el exilio. En esta
historia están presentes todos los temas, problemas y situaciones de la
historia general, pero en un ámbito geográfico reducido, con unos personajes
concretos, con nombres y apellidos, con sus vivencias y algunos diálogos que
sus familiares han guardado durante muchos años. En definitiva, es una
contribución a la recuperación de nuestra memoria colectiva.
Luis Miguel Ruiz Val nació en Mozota, en 1960.
Es licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Zaragoza. Realizó
su tesis de licenciatura sobre las transformaciones de la industria en el bajo
Huerva. Es profesor de enseñanza secundaria desde 1985. Actualmente trabaja en
el instituto Sa Blanca Dona de Ibiza.
ÍNDICE
A las puertas del siglo XX
17
La vida como una guerra
37
Puentes y caminos
65
El cirujano de hierro
83
La República
El camino que debía conducir hacia la libertad, igualdad y fraternidad
111
La guerra
Esta tarde pasarán el peine claro, otro día pasarán el espeso
175
Notas
257
Documentos
281
Epílogo
347
Biografía
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