La
Librería de El Sueño Igualitario
Un
libro de Begoña García Carteron para Ediciones B que
atrapa al lector desde un primer momento.
Una
obra, una trama, coral que la escritora domina en “el tempo”· y en la que le vuelve a dar el protagonismo y la
fuerza a la mujer.
Lo
que nos dice la editorial sobre el libro:
En
una época convulsa como la década de 1890, un atentado durante la procesión de
Corpus de la iglesia de Santa María del Mar provoca que en Barcelona se declare
el estado de sitio. Al drama de las víctimas mortales se añade otro: el de las
inminentes detenciones de obreros con ideales libertarios, tachados de
violentos anarquistas. Magda, cigarrera en un teatro del Paralelo, teme por su
hermano Pep, detenido erróneamente tres años antes en
relación con otro atentado, el del Liceu. No se
equivoca: la policía lo busca, y no solo lo implica a él, sino también a una
mujer. Magda y Tina, una sobrina de un tío de aquella con la que comparte
vivienda en el barrio del Poble Sec,
darán con sus huesos en las mazmorras del castillo de Montjuïc,
clamando su inocencia. El vínculo con los centros obreros y con la líder
sindicalista Teresa de Claramunt, la representación
teatral a cargo de una joven compañía de aficionados de una obra del simbolista
Ibsen y la relación con los artistas modernistas
Ramón Casas y Santiago Rusiñol marcarán los pasos de
su tragedia personal. Entretanto, una misteriosa niña médium, Angélica,
intentará descifrar el porqué de las detenciones y saldrá en defensa de las dos
mujeres.
Una
historia de vidas cruzadas, en que las confusiones de identidades y una
sucesión de equívocos convierte a todos en
sospechosos. Un drama ambientado en pleno Proceso de Montjuïc,
que llevó a presidio a más de quinientas personas, entre ellas abogados,
profesores, periodistas e intelectuales.
Un
tiempo en que la inocencia y la verdad no garantizaban la libertad.
Sobre
Begoña García Carteron:
Begoña García Carteron es
licenciada en Historia del Arte y tiene una larga trayectoria en el mundo
editorial como periodista cultural, escritora de libros de no ficción y
editora. A raíz de su trabajo, ha profundizado en la historia, la cultura y el
patrimonio de su ciudad, Barcelona, y siempre ha echado en falta voces
femeninas que explicaran el pasado. En 2013 publicó su primera novela
histórica, El barrio de la playa
/ El barri del sorral (Ediciones B), una trepidante historia de
solidaridad femenina ambientada en los inicios del barrio marinero de la
Barceloneta, a mediados del siglo XVIII. Ahora vuelve a la carga con otra
novela en que la historia la escriben las mujeres.
http://www.begogarciacarteron.com/
Cazarabet conversa con Begoña García Carteron:
-Begoña, ¿Qué te ha hecho acercarte a escribir esta novela
que se aproxima a unos años muy convulsos en Barcelona?
-Siempre me ha interesado mucho la Barcelona de final de
siglo XIX, porque convergen momentos históricos, sociales y urbanísticos muy
diferentes, se está asentando la burguesía, que se construye a medida el nuevo
barrio del Eixample, y a la vez está creciendo la
clase obrera, y con ella los primeros barrios de extrarradio más humildes, y es
un tiempo repleto de contrastes.
-Barcelona, vuelve a
ser tu escenario geográfico, ¿es por utilizar la ciudad que más y mejor
conoces?
-Sí, Barcelona es mi ciudad natal, el lugar donde vivo y en
el que quiero vivir por muchos años (¡si el turismo no acaba echándome a
patadas!). He estudiado su historia y me he especializado como periodista de
cultura local. Y precisamente por eso, por lo bien que la conozco, es el
escenario de mis novelas históricas.
-¿Qué tiene, en particular
Barcelona, para que en torno a ella se hayan escrito novelas que, muy
concretamente en tiempos contemporáneos, hayan arrasado, literalmente, en las
librerías?
-Barcelona tiene una historia que se remonta a más de veinte
siglos y que da mucho juego literario. Es una ciudad muy rica a nivel cultural
y social, ha tenido y tiene una vida muy ajetreada y supongo que eso es lo que
atrae a escritores de todo tipo…
-Y también vuelves la
mirada hacia la mujer, lo “femenino” porque (aparte de los tiempos presentes)
hubo un tiempo en que la mujer trató de hacerse sitio cuando era mucho más
difícil… Tratas, me da, de hacer justicia, recordándolas. Coméntanos.
-La mujer en la historia siempre ha quedado relegada a la
invisibilidad o como mucho a un segundo plano, y en cambio, sabemos sin lugar a
dudas que siempre ha habido mujeres luchadoras, que han tenido que trabajar
para sacar a sus familias adelante y que han participado de los momentos
históricos clave con papel protagonista. Yo quiero poner en relevancia
precisamente ese papel, y no sólo desde el punto de vista de un único
personaje, sino desde la visión de un núcleo familiar en el que lo femenino
tiene un peso dominante. Quizá sí se trate de hacer justicia, aunque lo cierto
es que sólo intento mostrar una realidad. A lo largo de la historia han sido
muchísimas las familias que han estado lideradas por mujeres, no por decisión
personal ni por ningún empeño feminista sino, la mayoría de veces, por
necesidad o motivos impuestos por la propia vida, ya sea por la muerte o
enfermedad de los familiares masculinos o por otras causas, y esto es lo que
siempre quiero destacar.
-La fuerza de las
mujeres tiene algo de especial. No sé, amiga Begoña, cuando queremos algo con
determinación: lo intentamos y luchamos por ello sin rendirnos, lo que pasa es
que ha habido épocas en que eso “se le privaba” a la mujer solo por el hecho de
serlo.
La mujer siempre ha jugado en desventaja frente al hombre, y
así sigue siendo. Y por ello, ha luchado el doble. Sin mujeres que hubieran
luchado para conseguir la igualdad, aún no podríamos votar, ni tener una cuenta
bancaria con dinero propio, ni decidir con quién queremos convivir ni mucho
menos pretender cobrar lo mismo en un trabajo que un hombre.
-Es una novela en
clave de drama ¿te sientes mejor en este subgénero, dentro de la novela, que en
otro?
-Es cierto que la historia que explico en ‘La montaña
maldita’ tiene un fuerte componente de drama, pero también de thriller
histórico con su punto de suspense. No podía dejar de ser dramática porque
narro unas vivencias de ficción muy trágicas, a partir de hechos que sucedieron
en la realidad. Mientras me documentaba, leí testimonios que eran incluso más
dramáticos… Y debo decir que lloré bastante mientras escribía. Creo que el
drama forma parte de la vida, y eso se refleja en la literatura, pero me gusta
mezclarlo con otros subgéneros para explicarlo en su punto justo y que la
lectura no resulte excesivamente dura.
-La ambientas, la
novela, en el Proceso de Montjuïc, que hizo que
muchos intelectuales, maestros, profesores, abogados, periodistas, todos ellos
con el denominador común de ser críticos, se viesen con los huesos en la cárcel
¿qué nos puedes comentar de este hecho y de la reacción en torno a todo esto en
general?
-El Proceso de Montjuïc fue
consecuencia de un atentado que se produjo en la ciudad, al paso de una
procesión. Las autoridades acusaron a grupos anarquistas, aunque lo cierto es
que no tenían ni idea de quién lo había hecho. La sociedad exigió que se
encontrara al culpable lo antes posible, y para apaciguar los ánimos se detuvo
en masa a todas aquellas personas que supuestamente tenían vínculos con el
anarquismo más radical. Pero los anarquistas supuestamente radicales no fueron
los únicos detenidos, porque el Proceso se aprovechó para hacer limpieza y
sacar de en medio a muchos obreros sindicalistas e intelectuales que molestaban
por sus ideas, entre los que había republicanos, socialistas…
-El proceso judicial,
en torno al Proceso de Montjuïc (valga la
redundancia), parece, según lo que vamos leyendo que deja mucho que desear,
¿no?
-Sí, y tanto. Se declaró el estado de excepción y se
detuvieron a más de 500 personas, que se dice pronto. Y la gran mayoría estuvo
en prisión más de un año, sin acusación firme, sin juicio y sin entrevistarse
siquiera con el juez…
-¿La lucha por la
libertad, y la justicia es, en realidad, el eje de todo?
-Sí, una lucha que sigue vigente hoy en día.
-Pero muchos de estas
personas se convirtieron en una especie de motor, de “mito” en el que otros se
miraron años atrás para hacer la suya, ¿qué nos puedes comentar?
-El Proceso de Montjuïc fue muy
silenciado, en la prensa de la época se habló más bien poco y las figuras
líderes, que sí pudieron tener un reconocimiento en su tiempo por parte de la
sociedad más librepensadora, fueron expatriadas y relegadas a la fuerza al
olvido. Hoy en día poca gente conoce a Teresa Claramunt,
una obrera que luchó por los derechos de las mujeres en las fábricas, la
igualdad salarial, la baja maternal… e incluso montó escuelas para enseñarlas a
leer, escribir y hablar en público; una pionera del feminismo en nuestro país a
la que a menudo sólo se recuerda por haber sido una mujer anarquista. Ella
estuvo encerrada en el castillo de Montjuïc, como
también lo estuvo Joan Montseny, un profesor
librepensador que dejó por escrito las memorias de aquellos tiempos, bajo el
pseudónimo de Federico Urales, y cuya capacidad de reivindicación y de lucha
sirvió de cuna de su hija Federica Montseny, la primera
mujer que se convirtió en ministro en España. Sí que sembraron camino y
actuaron de motor, pero sólo para una minoría, porque ni siquiera les
permitieron convertirse en mitos.
-Es por eso que se
convirtió en la “montaña maldita”?
-El castillo que corona la montaña de Montjuïc
se convirtió en la prisión en la que encerraron a los presos políticos y, de
hecho, fue el propio Joan Montseny quien lo bautizó
como Castillo Maldito y le dio ese título a una de las obras que escribió
narrando lo que allí sucedió. Con el título de mi novela yo he querido rendirle
homenaje, y extender la maldición al barrio obrero que creció en las faldas de
la montaña en esa época, supeditado a la vigilancia militar.
-En aquellos año, ya,
el movimiento libertario y el ideal anarquista tenía mucha fuerza entre el
obrerismo y entraron, muchas veces, a “chocar” con las políticas retrógradas en
lo social y para con el ciudadano y ciudadana del poder de finales del
XIX y primeros del XX. ¿Cómo te has sentido “buceando” entre los ideales
libertarios?
-Lo cierto es que la concepción del anarquismo entonces era
muy diferente a la actual, porque fue el primer movimiento que dio voz a la
clase obrera, ninguneada por el poder. Cabe decir que el sufragio universal
masculino, es decir, el derecho a voto de todos los hombres, independientemente
de su condición social, no se consiguió en España hasta 1891. Hasta entonces
solo podían votar y tomar decisiones los hombres con rentas altas y buena
posición social. Y todo ello fue gracias al empuje del movimiento libertario. Y
el voto de la mujer aún tardó décadas en llegar… Bucear, como tú dices, en esa
época me ha hecho ser aún más consciente de la necesidad de tener un pueblo con
acceso garantizado a la educación y capaz de defender sus propios derechos.
Algo que hoy en día todavía sigue siendo necesario.
-¿Cómo ha sido el
proceso de documentación para la realización de esta novela?
-Largo e intenso… Yo conocía bien la época a nivel social y
cultural, pero del Proceso de Montjuïc y sus
consecuencias sólo conocía los grandes titulares, y tuve que sumergirme a
fondo. Tengo la suerte de vivir en el centro de la ciudad y tener acceso fácil
a archivos y bibliotecas en las que encontrar documentos poco difundidos,
porque no hay demasiada documentación al respecto. Y también tuve la suerte de
contar con un estudio sobre el tema realizado por el historiador Antoni Dalmau, que recogió todos los nombres de los detenidos y lo
que se sabía de ellos en un libro titulado ‘El Procés
de Montjuïc’. Para mí fue como una biblia que me
facilitó las bases para construir mi ficción.
-Eres de las
escritoras que tiene y mantiene entrevistas con gente que haya vivido
situaciones muy parejas a la que tratas o que haya sido testigo directo. Si es
así, ¿nos puedes explicar cómo fue la experiencia? Y si fue así, ¿te sorprendió
algún pasaje más que otro de alguna entrevista o experiencia…?
-En este caso, y dada la distancia temporal con los hechos
narrados, busqué testimonios en las fuentes escritas. Leí todos los textos y
las reflexiones de Teresa Claramunt y Joan Montseny, así como de Pere Coromines,
un abogado republicano que también se vio implicado en el Proceso, y de otros
testimonios de la época que encontré. Y además, hablé con mujeres que fueron
detenidas durante la dictadura franquista para dotar de realidad las vivencias
que viven mis personajes femeninos durante su reclusión en la cárcel. Y debo
decir que no he explicado ni la mitad de maldades que me han contado, porque se
me hacían excesivamente duras y decidí que había que
poner un límite al drama.
-Y una vez reunido
todo esto ¿qué metodología de trabajo adoptas?
-Yo suelo construir primero la trama, a medida que me
documento, y luego, una vez tengo claro que es lo que va a pasar en cada
momento, me lanzo a escribir compulsivamente… En este caso, ¡más de
cuatrocientas páginas!
-Begoña, eres una
escritora muy prolífica. ¿Nos puedes dar alguna pista de qué estás
trabajando en estos momentos; nos puedes comentar algo?
-Ahora mismo tengo varias historias que están cogiendo
forma, aunque a mí me lleva mi tiempo dejarlas salir de dentro. Te diré que la
que más estoy trabajando es una novela negra ambientada en la actualidad… ¡Me
encantaría que la pudierais leer bien pronto!
23710
La montaña maldita. Begoña García Carteron
424 páginas 15 x 23 cms.
19.00 euros
Ediciones B
En una época convulsa como la
década de 1890, un atentado durante la procesión de Corpus de la iglesia de
Santa María del Mar provoca que en Barcelona se declare el estado de sitio. Al
drama de las víctimas mortales se añade otro: el de las inminentes detenciones
de obreros con ideales libertarios, tachados de violentos anarquistas. Magda,
cigarrera en un teatro del Paralelo, teme por su hermano Pep,
detenido erróneamente tres años antes en relación con otro atentado, el del Liceu. No se equivoca: la policía lo busca, y no solo lo
implica a él, sino también a una mujer. Magda y Tina, una sobrina de un tío de
aquella con la que comparte vivienda en el barrio del Poble
Sec, darán con sus huesos en las mazmorras del
castillo de Montjuïc, clamando su inocencia. El
vínculo con los centros obreros y con la líder sindicalista Teresa de Claramunt, la representación teatral a cargo de una joven
compañía de aficionados de una obra del simbolista Ibsen
y la relación con los artistas modernistas Ramón Casas y Santiago Rusiñol marcarán los pasos de su tragedia personal.
Entretanto, una misteriosa niña médium, Angélica, intentará descifrar el porqué
de las detenciones y saldrá en defensa de las dos mujeres.
Una historia de vidas cruzadas, en que las confusiones de identidades y una
sucesión de equívocos convierte a todos en
sospechosos. Un drama ambientado en pleno Proceso de Montjuïc,
que llevó a presidio a más de quinientas personas, entre ellas abogados,
profesores, periodistas e intelectuales.
Un tiempo en que la inocencia y la verdad no garantizaban la libertad.
Begoña García Carteron es licenciada en
Historia del Arte y tiene una larga trayectoria en el mundo editorial como
periodista cultural, escritora de libros de no ficción y editora. A raíz de su
trabajo, ha profundizado en la historia, la cultura y el patrimonio de su
ciudad, Barcelona, y siempre ha echado en falta voces femeninas que explicaran
el pasado. En 2013 publicó su primera novela histórica, El barrio de la
playa / El barri del sorral
(Ediciones B), una trepidante historia de solidaridad femenina ambientada en
los inicios del barrio marinero de la Barceloneta, a mediados del siglo XVIII.
Ahora vuelve a la carga con otra novela en que la historia la escriben las
mujeres.
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