Cazarabet conversa con... Susana
Hernández, autora de “Los miércoles salvajes” (Milenio)
Susana Hernández
escribe una novela directa y valiente desde Milenio en la colección Marrajo.
La escritora describe
bien la situación y plantea una muy buena trama, pero destacaría el retrato que
hace de los personajes que por la novela negra se casi pasean…
La autora encuentra
en la novela negra algo más que un modo de expresión, casi es una denuncia….
El poder directo e
indirecto que se deriva desde la industria farmacéutica se deja ver y hasta
casi palpar en esta novela muy bien definida porque la escritora viaja hasta el
corazón del continente africano y adentrarse en el día a día de una necesidad
básica… para luego trasladarse al que llamamos primer mundo y allí destripar
toda una elegante realidad que nos estalla porque está aquí, ahí fuera… solamente
que quizás no la queramos ni ver ni reconocer.
Lo que nos explica
la sinopsis de este libro: Samanta y Hugo, amigos desde la infancia en las
duras calles de Ciudad Meridiana, en el extrarradio barcelonés, trabajan juntos
en la empresa de seguridad propiedad de Hugo. Sam necesita dinero, mucho más
dinero del que gana como escolta privada, para procurarle un tratamiento a su
novio que padece una grave lesión medular desde hace doce años. Su amigo y jefe
le propone un trabajo ilegal y muy bien pagado que los arrastrará a ambos al
oscuro mundo del tráfico de medicamentos en un espiral de violencia y
traiciones. Los miércoles salvajes nos lleva desde las chabolas de
Accra, en Ghana, donde Sirhan y Lewa
luchan por conseguir medicinas que traten la diabetes tipo1 que aqueja a su
madre, a los entresijos del tráfico ilegal de medicinas comandado por María y
Joao, dos hermanos portugueses, y al frío y hermético universo de la industria
farmacéutica.
La autora, Susana
Hernández: Esta barcelonesa ha estudiado Imagen y Sonido, Integración Social,
Investigación Privada y Psicología. Ha colaborado en diversos medios de
comunicación ejerciendo como crítico musical, redactora de deportes, y locutora
de radio. Ha publicado las novelas: La casa roja, La puta que leía a Jack Kerouac, Curvas peligrosas, Contra las cuerdas, Cuentas
pendientes (ganadora del premio a la mejor novela negra en en el Festival Cubelles Noir 2016), Males decisions
(Premio Cubelles Noir a la
mejor novela negra en catalán 2018) y La reina del punk. Ha participado
en las antologías: Elles també maten, Fundido en negro, Diez negritos,
nuevas voces del género negro, Obscena, Lecciones de asesinos expertos, Hnegra y Barcelona, viatge
a la perifèria criminal. Es autora de diversas
piezas de teatro breve. En su haber cuenta con diversos premios de relato,
novela y poesía. Imparte talleres literarios desde 2011.
Cazarabet conversa con Susana Hernández:
-Susana, ¿cómo es
que se te ocurre esta historia “de necesidades”?; ¿Qué te hace escribir sobre
lo que escribes desde el género negro?
-Ya tenía en mente hacía tiempo la
historia de Hugo y de Sam, y un día leí una noticia sobre una red de
traficantes de medicamentos que operaba en Málaga y empecé a indagar sobre el
tema. Me pareció importante hablar de ello, ponerlo sobre la mesa y de la unión
de todo eso, de los traficantes, de la gente que sufre el azote de los medicamentos
falsos en África y de los dos amigos de Ciudad Meridiana, salió “Los miércoles
salvajes”.
-Pones en la trama, como para tirar del hilo a un poder
tan aplastante como el de la industria farmacéutica, un poder que es
equiparable, hoy por hoy a pocos poderes….¿qué nos
puedes reflexionar?
-La industria farmacéutica es, como
dices, uno de los grandes poderes de nuestra era, un mundo opaco del que se
desconoce casi todo. Hoy por hoy, las medicinas son un arma muy potente y
también una forma de castigo cruel para millones de personas.
-Pero si el planteamiento y la trama son “potentes”
poniendo a esa industria farmacéutica como en la picota…no lo es menos el
retrato que haces de los personajes. Te centras mucho en su amistad firme, pero
también en sus respectivos “puntos flacos”… todos sabemos y conocemos
a gentes como Hugo y Samanta, ¿verdad?.El
mundo no es tan grande…
-Sí, Sam y Hugo son gente bastante
normal, supervivientes, chicos de barrio que se han buscado la vida mejor o
peor para conseguir tirar hacia adelante. Muchas de las cosas que hacen son
cuestionables o directamente delictivas, pero en cierto modo, casi todos
haríamos lo mismo que ellos en circunstancias parecidos. La amistad, y la
lealtad son temas importantes en esta novela, son el motor que pone en marcha
muchas cosas y que justifica muchas otras.
-Las necesidades son parejas…aquí como en África, se trata
de algo tan humano como querer vivir, sobrevivir…
-Sí, “Los miércoles salvajes” habla
de distintos niveles de pobreza, la que se vive aquí mismo, en Barcelona, y la
que arrasa a miles de personas en África. Al final, todo el mundo trata de
sobrevivir como buenamente puede, unos contra la burbuja inmobiliaria y el
falso bienestar, y otros contra un sistema que los machaca y los desprotege totalmente.
-Aquí la dignidad tiene un peso más que fundamental, ¿no?
-Claro, en la lucha hay mucha
dignidad. Lo único indigno es dejarse vencer sin resistencia, poner la otra
mejilla, no dar la cara por la gente que amas. Eso es algo que los personajes
de la novela tienen muy claro.
-¿La trama la tenías toda como pensada antes de ponerte a
escribir o mientras vas escribiendo la novela le vas dándole forma, la vas como
cerrando?
-Antes de ponerme a escribir tengo claras
una serie de cosas fundamentales, luego el mismo proceso de escribir y trabajar
la novela va quitando y poniendo, surgen opciones, conoces mucho más a los
personajes y eso te lleva a pasar por sitios que igual no tenías previstos o a
cambiar cosas que no funcionan como creías. La escritura para mí es un proceso
flexible y vivo, no concibo trabajar desde una estructura y un planteamiento
cerrado a cal y canto.
-Poner en la
historia esa realidad aplastante, dramática y vergonzante que es lo que pasa en
el continente africano desde la cotidianidad del día a día es tocar una llaga
más…
-Sí, es decir, eh, mira lo que pasa
por ahí, ¿no nos da vergüenza como sociedad, como seres humanos? Debería
darnos, y mucha.
-Como si sacarle los colores a la trama en torno a los
medicamentos, aquí en el viejo continente, no fuese poco…
-La realidad en África y en otras
zonas es la que es, devastadora, pero aquí en Europa no nos quedamos cortos.
Pensamos que vivimos en un paraíso de bienestar, pero es una falacia. Basta con
escarbar un poco para sacar a la luz toneladas de basura. La novela negra,
entre otras cosas, también sirve para eso.
-En realidad, la presión y el poder que ejerce
la industria farmacéutica es asfixiante y aberrante, ¿cómo lo ves?; ¿qué nos
puedes decir?
-Puedo decirte que es un tema sobre
el que da miedo investigar. Mi documentación se centró mucho más en el tráfico
ilegal de medicamentos, pero lo que leí e indagué sobre la industria
farmacéutica me dejó muy inquieta. Hay un negocio aberrante alrededor de la
salud y las vidas de millones de personas.
-Amiga, ¿cómo te has documentado para escribir esta
novela?; ¿cómo te lo has hecho?, porque si indagas mucho sobre el negocio
farmacéutico puedes terminar como “muy tocada” en lo humano, ¿no?
-La documentación para escribir “Los
miércoles salvajes” fue dura, en especial la relacionada con Ghana y el
continente africano. Rebusqué mucho, leí mucho, hablé con personas que conocen
la realidad del país y el sistema sanitario ghanés, vi un montón de documentales
y al final encontré mucho más de lo que buscaba, como las rutas reales de los
traficantes que están en internet. Es vergonzoso.
-Novela que está
dentro del género negro más que nada porque todo, desde la trama a los
personajes y sus comportamientos están en eso…en una gran “tiniebla” donde todo
lo que hacen y en todos los lugares y escenarios flota aquello de “esto no está
nada, nada bien”… se sienten arcadas a veces para intentar conseguir ciertas
cosas a merced de….
-Sí, la negrura está tanto en la
trama como en los propios personajes, en la lucha de unos para salir adelante
haciendo cosas terribles, como en la falta de escrúpulos de otros con tal de
enriquecerse.
-De todas formas tú te sientes muy a gusto
entre lo negro y criminal, ¿no?, ya no es la primera vez que nos
ofreces unos títulos tan atrevidos como valientes tanto en el retrato de los
personajes como en el tratamiento y planteamiento de la trama, ¿no?
-Es un género en el que me siento
cómoda, sí. Permite abordar muchos temas, bucear en la miseria humana, provocar
la reflexión sin dejar de entretener. El género negro es muy completo y desde
mi punto de vista permeable, abierto a muchas posibilidades y versiones.
-Tus estudios, me refiero a tu formación académica te
ayudan y no poco, verdad?, coméntanos.
-Bueno, una escribe en función de
quién es, está claro y la formación previa, las cosas que te interesan, de un
modo u otro se filtran en las tramas, los personajes, etc. Tengo una formación
social que supongo tiene que ver con algunas de las cosas sobre las que
escribo, pero no con todas. A veces, la motivación viene de otra parte, de
otras cosas que también tienen que ver conmigo, He escrito narrativa, policial,
biografía novelada, etc.
-Amiga, ¿por qué te sientes tan bien y te deslizas tan
bien entre los bastidores de lo negro?
-Siempre me ha gustado el género, en
mi casa se leía mucho de todo, y mucho género negro. Heredé los libros, y la
afición y aunque empecé escribiendo narrativa siempre supe que tarde o temprano
llegaría al noir.
-Desde la novela negra se puede hacer o realizar un
retrato mucho más valioso de “lo social” de lo que pensamos. ¿Qué nos puedes
explicar?
-Sin duda, como decía antes, la
novela negra te permite ahondar en lo más tenebroso del género humano, es un
retrato implacable de lo peor de nosotros.
-¿Nos puedes decir si ya estás trabajando en algo nuevo?,
¿nos puedes dar alguna pista?
-En las próximas semanas se publicará la versión en
castellano de “Males decisions” (“Malas decisiones”),
novela que publiqué en catalán en 2017 y en enero publico nueva novela en
catalán. Y estoy con otras cosas que espero que cuajen de cara a finales de
2020 o comienzos de 2021 y también ando con proyectos de teatro y
audiovisuales.
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