La
Librería de El Sueño Igualitario
Irene Vallejo pone la pluma a un conjunto de
breves cuentos que edita Comuniter, en realidad es un
cuento hecho de “pequeños cuentos” basado en la fábula de Ceix
y Alcíone de las “metamorfosis de Ovidio.
Como nos tiene acostumbrados Irene nos acerca
con sus historias a las primeras historias que se escribieron y que son el hilo
del que, de alguna manera, tiran todos los creadores.
Este libro se convierte, además, en una
pequeña obra maestra, sencilla y sublime, ya que se encuentra ilustrado por la
mirada creativa de Lina Vila.
Su amor por “lo clásico” se deja leer en sus
libros, desde la primera frase…pero ya no es solamente amor por lo clásico
sino, también, ganas de enseñarnos quiénes fueron aquellos clásicos que al
emocionarla a ella, ella se encarga de trasladarnos esa emoción de una manera
sublime.
Pocas escritoras, hay en el panorama actual,
tan poco pretenciosas y que, a la vez, sean tan atrayentes…sus historias te
atrapan como en una tela de araña.
Lo que nos dice la sinopsis del libro:
La leyenda de las mareas mansas es
"un libro para niños valientes que se
atreven a embarcarse hacia lo desconocido", una sugerente revisión de la
fábula de Ceix de Alcíone,
presente en las Metamorfosis de Ovidio. Irene Vallejo deslumbra
rescatando y actualizando un cuento mitológico, apoyado por las elegantes
acuarelas de Lina Vila, y los brillantes colores del martín
pescador que se despliegan a lo largo de toda la lectura. Nuestra labor
fue redondear un material tan perfecto, ordenar sus páginas, y prestar a cada
ilustración el espacio y narración que necesitaban, hasta construir así un
cuento luminoso y ensoñador.
Entre sus libros os aconsejamos entre todos
porque es casi una injusticia para los demás: El silbido del arquero y Alguién habló de nosotros.
Pero una vez entras en su universo de letras y
recuerdos no puedes dejarlo, así que apuntad: Terminología libraria y crítico-literaria en Marcial , El
pasado que te espera, La luz sepultada, El inventor de viajes..
Nuestra autora, Irene Vallejo—desde la
wikipedia--:
Doctora en Filología Clásica por las universidades de Zaragoza y Florencia, su labor se centra en la
investigación y divulgación de los autores clásicos; así, por ejemplo, colabora con el
periódico Heraldo de Aragón, donde mezcla temas de actualidad con
enseñanzas del mundo antiguo. Fruto de ese trabajo ha publicado dos libros
recopilatorios de sus columnas semanales, El pasado que te espera y Alguien
habló de nosotros.
Compagina esa labor con su actividad
literaria. En 2011 publicó su primera novela, La luz sepultada, una
historia de suspense. Su segunda novela fue El silbido del arquero,
publicada por la editorial Contraseña, en la que plantea una historia de
aventuras y amor, ambientada en tiempos legendarios, recordando a los
conflictos contemporáneos. También ha cultivado la literatura infantil y
juvenil con las obras El inventor de viajes, ilustrada por José
Luis Cano, y La leyenda de las mareas mansas, en colaboración con
la pintora Lina Vila. Ha sido incluida en la antología de narradoras
aragonesas Hablarán de nosotras (2016) con el relato El
mal invisible.
No te puedes perder:
http://www.heraldo.es/tags/autores/irene_vallejo.html
http://www.aragondigital.es/noticia.asp?notid=133047
La ilustradora, Lina Vila:
Cazarabet conversa con Irene Vallejo:
-Irene,
por favor, háblanos de las “fuentes de inspiración” en las que basas tus
narraciones….esos relatos que vienen de la añorada Grecia hasta quizás,
la un poco más fastuosa Roma…
-Siendo niña, tuve la inmensa suerte de que mis
padres me contasen leyendas de la mitología griega antes de dormir. Los clásicos se convirtieron ya entonces en mi paisaje
imaginario favorito. Con la Odisea me
enamoré de la lectura, y el primer amor no se olvida. Es un libro tan vivo que
inspiró a Joyce para cambiar el rumbo de la literatura contemporánea. Nos habla
de desvíos y búsquedas, de trampas y lealtades, de deseo y ausencias, del
placer de salir a la aventura y de la nostalgia del hogar. El relato rebosa
suspense, ambigüedad y humor. Me parece imprescindible. Cuando empecé a leer a
los autores de la antigua Grecia y Roma en profundidad y a traducirlos durante
mis años universitarios, sentí que sus voces sonaban cercanas, emocionantes,
muy vivas. Podemos reconocer nuestras angustias y nuestras esperanzas en sus
palabras.
-En
el caso de La Leyenda de las Mareas
Mansas, te basas en la fábula de Ceix y Alcíone de las Metamorfosis
de Ovidio. ¿Qué es lo que atrae de esta fábula para hacer de ella
este “cuento de cuentos”?
-Gracias a esas voces familiares y
cálidas, descubrí también las fábulas de
Ovidio. Con La leyenda de las mareas
mansas he querido acercar a pequeños lectores de hoy el mismo luminoso regalo
que yo recibí, adaptando en clave muy personal la historia de Ceix y Alcíone. Ovidio escribió
las Metamorfosis, las Mil y Una Noches de los romanos, para
explicarnos que la vida es transformación constante. En todas las historias
alguien cambia de forma: se convierte en pájaro, en lobo, en araña, en narciso,
en álamo, en sauce llorón, en río… Seguramente no hay ninguna obra antigua que
haya fascinado tanto, al menos desde la Edad Media y el Renacimiento, tan
recreada y pintada y recordada, como este elogio del cambio. Ovidio pretende
revelar la unidad y el parentesco de todos los seres vivos. En este poema
maravilloso, las estrellas, los animales y los seres humanos están hechos de la
misma materia cambiante. Me deslumbró ese mensaje de hermandad con resonancias
ecologistas. Hoy es más necesario que nunca.
-¿Cómo
ha sido el contar con la colaboración inestimable de Lina Vila para que ilustre
esta leyenda?
-Conocí las pinturas de Lina Vila hace
años y pensé inmediatamente que deseaba explorarlas con las palabras, porque
para mí las palabras son como las antenas de un insecto, mi manera de explorar
lo que me rodea. Sentí el deseo de contar una historia que sucediese en su
mundo, dar voz a los personajes de sus cuadros. Escribí este cuento soñando con
el universo poético y fascinante de Lina, bajo su hechizo. Y Lina ha
respondido, apropiándose de la historia. Ha expresado la fragilidad de los
deseos de los protagonistas y el dolor de la ausencia. Ha sido capaz de dibujar
un sueño, una pompa de jabón, la añoranza, el mar turbulento, el cuerpo
femenino transformado por la espera. Sin ella, el libro no existiría.
-¿Y
cómo era un día a día de trabajo con ella…cómo lo hiciste porque no debe ser
sencillo?
-Lina es una creadora muy exigente
consigo misma, apasionada, infatigable. Para cada ilustración, preparaba al
menos diez bocetos, que luego extendía en la mesa de su estudio ante mis ojos
maravillados. Ella posee un mundo propio, crea atmósferas mágicas, misteriosas,
emocionantes, que yo he intentado traducir a la música del lenguaje. Me he
sentido inspirada por ella a cada paso. Y privilegiada por poder contemplar su
proceso creativo, viendo nacer el paisaje literario que ha inventado con sus
acuarelas.
-Las
fábulas, leyendas, cuentos…es como si estuviesen como concebidos para dejar de
ser leídos a cierta edad (es como si no pudiésemos leer lo que leíamos a los
seis, ochos o doce años y eso no me encaja…), en cambio soy de las personas que
creen que eso en un error mayúsculo porque yo veo en las fábulas clásicas, vengan
de donde vengan, son la savia narrativa que recorre el tronco del
árbol de la creatividad de la que, por activa o por pasiva, nos
alimentamos todos y hoy todavía, ¿qué nos puedes decir?
Cuando imagino cuentos infantiles, me
repito que los niños son sabios y que, gracias la magia de las palabras, pueden
entenderlo todo. Y creo sinceramente que un buen libro fantástico de vez en
cuando, le hace bien a cualquier adulto. Necesitamos historias que nos enamoren
y entusiasmen, simplemente para despertar ese entusiasmo innato que creemos,
equivocadamente, le corresponde solo a los niños. O para conseguir lo que Ray Bradbury aconseja a quien
desea ser escritor: transformar el trabajo en amor. Cualquiera de nosotros que
aplique este ingrediente a cualquier actividad de la vida, vivirá en un mundo
fantásticamente real.
-Relatos
que para los que desconocíamos la literatura clásica haces que nos pongamos a
ello…
-Mis libros bucean en nuestras
preocupaciones actuales, que los clásicos ya intuyeron. Deseo que sirvan para
aproximar a lectores jóvenes y adultos al mundo clásico de forma amena, con un
estilo fresco, siempre en conexión con nuestro presente. A mucha gente le
consuela saber que alguien, desde otras épocas, nos susurra al oído, nos revela
algunos pequeños secretos y nos sonríe. Por eso, animo a todo el mundo a que dé
una oportunidad a la literatura antigua. No creo que debamos estudiar historia
o leer a los maestros del pasado creyendo ciegamente que nos darán todas las
respuestas. Más bien, lo que plantean son buenas preguntas. Nos sitúan en un
camino intelectual apasionante y nos ensanchan los horizontes. Es difícil
entender la confusa realidad actual si ignoramos las inquietudes heredadas del
pasado.
-¿Eres
consciente de la labor didáctica que estás desempañando desde estas narraciones
y relatos que nos entretienen tanto?
-La enseñanza siempre me ha fascinado.
El encuentro con algunos profesores ha cambiado literalmente mi vida. Es una
profesión esencial, tal vez la más valiosa, porque a través de la educación
moldeamos el futuro. A quienes la ejercen deberíamos expresarles más
agradecimiento y respeto. En mi pequeña esfera de acción, por gratitud a
aquellos que me enseñaron a amar las palabras, intento combatir el descrédito
de la historia y las humanidades. Creo que debemos reivindicar sin complejos su
papel esencial en democracia. Cuando son borradas del espacio público, es más
fácil que la gente asuma relatos interesados y soluciones simplistas. En este
mundo tecnificado y amnésico, amar las letras es un acto de resistencia.
-Es
un objetivo tuyo que al dejar, por ejemplo, en la biblioteca El silbido del arquero, nos pongamos a
rebuscar entre autores griegos clásicos o entre la mitología griega…
-Desearía que nadie les tenga miedo. Son
nuestro contrapeso frente a la facilidad con la que hoy todo vuela y pasa. En
esta carrera acelerada del escaparate al vertedero que ha creado el consumismo,
los clásicos representan lo duradero, lo permanente, las raíces. Gracias a
ellos entendemos un poco mejor el mundo que nos rodea. Y, sobre todo, leerlos
es un placer. Están tan vivos que nos rozan la piel y a menudo el corazón.
-Además
son relatos, los tuyos, que “nunca pasan de moda”, siempre dejan
tiempo a la reflexión actualizada y en cada día, ¿cómo lo ves?
-Temo que la prisa y la agresividad
ambiental nos están robando la calma de la reflexión. Y no podemos permitirnos
esa renuncia al pensamiento. En nuestra democracia nerviosa, para superar las
crisis y el inmovilismo de la desesperanza necesitamos grandes dosis de sentido
crítico, una mirada comprensiva hacia el otro y una actitud serena pero no
pasiva. Por eso, trabajo con apasionada serenidad. Deseo que mis libros acojan
al lector y a la vez lo impulsen a mirar el mundo con nuevos ojos.
-¿Cómo te
resulta, además, la apasionante historia de poder hacer llegar estos relatos y
narraciones semanalmente a los lectores desde un periódico de papel…? teniendo
en cuenta que cada día son menos los medios que logran “sostenerse”
en papel. Esta semana, sin ir más lejos y de una
tacada, nos acabamos de enterar, por ejemplo, de la desaparición de
Interviú y Tiempo…. ¿Qué nos puedes reflexionar?
-Una de las tareas del periodista es
evitar que el mundo se reduzca a eslóganes y fórmulas fáciles. Víctimas de la
aceleración permanente, los medios están tentados de reducir las noticias a un
titular llamativo o una exclusiva volcánica para captar la atención de los
lectores. Yo aprendo de los periodistas que analizan esos titulares con
perspectiva, una base firme de conocimientos y pausa, buscando las
complejidades, que siempre nos acercan a la verdad. Y quiero confiar en que, en
un formato o en otro, en este soporte o en aquel, habrá lectores resistentes
que busquen y sostengan ese tipo de periodismo irrenunciable.
-Amiga,
¿nos puedes dar una pista de lo que andas trabajando ahora?
-Estoy escribiendo un ensayo en el que
rastreo el origen de varios extraños y fascinantes inventos: la escritura, los
libros, las bibliotecas, las librerías, las traducciones. Se va a titular Una misteriosa lealtad. Me gustaría
contar una breve historia de Europa a través de esos relatos antiguos que han
viajado hasta nosotros. El ensayo
literario es un género que todavía no había explorado. Cada libro es como el
primero: una incógnita, una aventura. Desde la infancia, he sido feliz leyendo
e inventando. Con un libro entre las manos, yo no soñaba con ser la heroína del
relato, quería ser la escritora. Jugar con las palabras y construir mundos
inexistentes me sigue pareciendo el mejor oficio que se puede imaginar.
26958
La leyenda de las
mareas mansas. Irene
Vallejo. Ilustraciones de Lina Vila
46
páginas
25 x 37 cms.
17,00 euros
Comuniter
La leyenda de las mareas mansas
es "un libro para niños valientes que se
atreven a embarcarse hacia lo desconocido", una sugerente revisión de la
fábula de Ceix de Alcíone,
presente en las Metamorfosis de Ovidio. Irene Vallejo deslumbra rescatando y
actualizando un cuento mitológico, apoyado por las elegantes acuarelas de Lina
Vila, y los brillantes colores del martín pescador
que se despliegan a lo largo de toda la lectura. Nuestra labor fue redondear un
material tan perfecto, ordenar sus páginas, y prestar a cada ilustración el
espacio y narración que necesitaban, hasta construir así un cuento luminoso y
ensoñador.
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