La Librería de El Sueño Igualitario

manuelsender (1).jpgCazarabet conversa con...   Enrique Sarasa Bara, autor de "Manuel Sender y el republicanismo oscense" (Instituto de Estudios Altoaragoneses)

 

 

 

Enrique Sarasa Bara escribe, bajo la edición del Instituto Estudios Altoaragoneses, un retrato de un hombre tan vinculado a Huesca como al ideal pleno del republicanismo…es, hoy todavía, casi un desconocido entre muchos oscenses, aragoneses….pero fue y es un hombre de peso en la política y entre el pensamiento político de su época y tiempo que terminaron abruptamente con su asesinato bajo las balas de un fusilamiento franquista, uno más, que se llevó , a la vez, la vida del entonces alcalde republicano, Mariano Cardedera. Manuel Sender Garcés fue, además, un hombre dedicado a los suyos, entregado a la causa de las personas desde las más cercanas a la de los ciudadanos comunes, sus conciudadanos oscenses….por algo fue alcalde de esta ciudad…Enrique Sarasa nos acerca, como pocos, a su historia traspasado, incluso como de puntillas, el peso de Ramón J. Sender el hermano mayor de Manuel y el que más ha cargado con el apellido “Sender”, pero a cada cual se le impone un tiempo y unas acciones

Aquello que nos dice el Instituto de Estudios Altoaragoneses:
Aunque de tanto en tanto se le tribute algún tímido homenaje, todavía Manuel Sender Garcés (1905-1936) es un total desconocido para la mayoría del público oscense. Su labor, sin embargo, resulta trascendental para entender el devenir político de la provincia en los años treinta. Abogado de profesión, fue un destacado organizador de las secciones oscenses del Partido Radical, Acción Republicana e Izquierda Republicana, así como uno de sus más activos dirigentes. En 1932, con veintisiete años, accedió, además, a la alcaldía de la capital altoaragonesa, en donde trató de aplicar un programa reformista y marcadamente republicano. Esta obra ofrece su trayectoria vital, pero también busca contextualizarla, ayudando a entender un poco mejor una época y todo aquello que se teje en torno a la idea de las dos Españas, el republicanismo nacional y local y su conjunto de axiomas, filosofías y prácticas: todo aquello que se vio arrumbado al olvido con la Guerra Civil y que Manuel, como muchos otros hombres y mujeres de su generación, simboliza con su vida. -


Nos acercamos al autor , Enrique Sarasa, desde su propio blog, un verdadero tesoro y placer:

Enrique Sarasa Bara nace en Huesca en el año 1977. Tiene las licenciaturas de Humanidades e Historia y en la actualidad está ultimando su tesis doctoral La generación de 1917. El socialismo histórico en Aragón en la Universidad de Zaragoza. Ha dedicado sus estudios al mundo del pensamiento, a la historia de los movimientos sociales y a la Europa de entreguerras. Es autor de biografías como Sigmund Freud. Arquitectura de un mito (Edimat, 2004) o Julián Borderas Pallaruelo. Una historia del socialismo y del exilio español (1899-1980) (Gobierno en Aragón-CAI, 2009), por la que ganó el VII Premio de Ensayo e Investigación de la Delegación del Gobierno en Aragón. Es también autor del libro El socialismo histórico altoaragonés. El PSOE y la UGT desde sus orígenes a los inicios del franquismo (IEA, 2012). Ha escrito diversos artículos y ha participado en distintas obras conjuntas. Es también miembro del comité editorial de la colección Iter: investigación y territorio.

https://hermeneutico.wordpress.com/

Leer, de inmediato, para situarse y resituarse:

http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=11668

https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Sender

Interesantísimo:

file:///C:/Users/Pc1/Downloads/Dialnet-ManuelSenderYMarianoCardederaDosAlcaldesQueRegener-573070.pdf

http://www.exiliorepublicano.net/mexicans-a-catalunya/pdf/los-buenos-vecinos-huesca.pdf

http://www.republicahuesca.org/18-Julio-36/Libro.html

Hay que saber un poco para situarse:

Partido Radical:

https://es.wikipedia.org/wiki/Partido_Republicano_Radical

Acción Republicana:

https://es.wikipedia.org/wiki/Acci%C3%B3n_Republicana

Izquierda Republicana:

https://es.wikipedia.org/wiki/Izquierda_Republicana

 

 

 

Cazarabet conversa con Enrique Sarasa Bara:

manuelsender (3).jpg-Enrique, nuestra primera pregunta es imprescindible:¿qué es aquello que te ha llamado la atención de Manuel  Sender para acercarte a él y dedicarle un libro…?

-En primer lugar, me interesé en él porque sabía que su estudio me permitiría acometer un proyecto que hacía tiempo que tenía en mente: conocer un poco mejor el republicanismo en Huesca y explicar la diversidad interna que ofreció como movimiento. Ahora bien, también tuve en cuenta que Sender ofrecía una serie de vivencias personales que, como historiador, me parecían especialmente atractivas. Así, su biografía me permitía estudiar temáticas tan distintas como las circunstancias políticas de la Huesca de los años veinte y treinta, la sociedad de la época, la diversidad ideológica de cada movimiento o, entre otras cosas que son consustanciales al género, la influencia que había tenido Manuel en la obra literaria de su hermano, el escritor Ramón J. Sender. En resumen, quería vertebrar una serie de cuestiones a través de un hombre que tuvo gran relevancia en esta ciudad y que, sin embargo, todavía a fecha de hoy resulta un total desconocido.

-Los valores, me refiero a los valores plenos del republicanismo son imprescindibles para acercarse a este personaje porque se trata de un personaje que está entregado a “la causa republicana”…¿Qué nos puedes comentar?

-Efectivamente, sin tales valores no se entiende la trayectoria de Sender. Ni la de él, ni la de muchos que entonces se asomaron al ámbito político. Algo que, quizá, hoy día puede llamar la atención, pues es habitual entender las ideologías como un mero catálogo de frases devaluadas que sirven de complemento a otras cuestiones mucho más pragmáticas. Pero hay que recordar que hubo un tiempo en que esto no fue la tónica: en 1931 todavía muchos grupos entendían el valor la utopía y no faltaron los hombres y mujeres que creyeron que era posible hacerla realidad. Y es algo que caló en muy distintos grupos políticos y sindicales, que buscaron modificar el presente y responder a la realidad económica y social a través de una serie de formas alejadas de las prácticas anteriores. Claro, que tampoco hay que pecar de ingenuos: no faltaron quienes concibieron la política como una forma más de lograr la medra personal. Eso sí, hubo muchos que, como Sender, no parece que actuaran de ese modo. De ser así, por ejemplo, a Manuel le habría bastado con servirse de los contactos que su padre tenía en el ámbito de las derechas para acceder a algún cargo durante el periodo de la Dictadura de Primo de Rivera. Y es que, desde luego, el republicanismo tenía poco que ofrecer en Huesca en aquellos años. Todavía en 1929 seguían siendo sus representantes un reducto de escasa influencia sin otra aspiración que la de lograr unos pocos ediles en las próximas elecciones municipales.

-Pero puede que todo ello “le venga y le salga” de esa entrega a la humanidad y a los suyos, empezando por los más cercanos…

-Sí. Tienes razón. Es aquello que se resume en ese verso de William Wordsworth que dice que el “niño es el padre del hombre” y que, creo, debería constituir una máxima para todo biógrafo. Así, no hay duda de que lo que vivió en su infancia influyó significativamente en su concepción de los deberes, pues, aunque no le determinó, sí le ayudó a adquirir desde pronto un sentido de la responsabilidad que le iba a llevar a hacer muchos sacrificios en aras del bienestar común. Hay que recordar que los Sender fueron una familia muy extensa, que el padre era un hombre atareado y que la madre, por sus problemas de salud, vivía algunos meses del año alejada de Huesca. Todo eso hizo que sobre los hijos mayores recayeran muchas responsabilidades y que Manuel ejerciera como tutor de algunos de sus hermanos, más aún, tras la muerte de la madre. Hay una anécdota que recuerda Ramón J. Sender, en la que comenta que, en una ocasión, ya de adultos, este había comentado a Manuel que había sido el único de los hermanos que nunca se había escapado de casa. A lo que este le había respondido: “no sé si sabrás que más de una vez tuve la mano en la cerradura de la puerta”. Creo que en esa frase hay también mucho de lo que fue su concepción de la política. 

-Háblanos de cómo era la relación, sobretodo, con ese hermano mayor de tanto peso, Ramón J. Sender….

-Hay que recordar que Ramón J. Sender definió a su hermano, en una frase que desde luego resulta poco habitual en él, como “el hombre más noble y puro que había conocido en vida”. Y aunque quizá en esta afirmación, como en otras muchas similares que realizó, Ramón se dejó llevar por la melancolía y el complejo de culpa, lo cierto es que entre ellos siempre hubo una relación muy estrecha. Y es que ellos no sólo habían compartido los juegos de la infancia, también habían estudiado en el mismo instituto y habían compartido piso en Madrid durante los años de la Dictadura de Primo de Rivera. Y aunque eran muy distintos, llevaban su complementariedad con gusto y mostraban en cuanto tenían ocasión el orgullo que sentían por las labores del otro. Después de que muriera Manuel, Ramón regresó a él, a través de su obra literaria, en varias ocasiones, a veces de forma directa, otras veces, de un modo más sutil, pero siempre con la misma devoción. Así, por ejemplo, quien lea Réquiem por un campesino español y conozca la vida de Manuel, comprobará que para Ramón esa obra fue, entre otras muchas cosas, un tributo callado hacia la figura de su hermano. 

manuelsender (2).jpg-Con el padre, la relación de los Sender hijos fue un poco particular, Manuel  Sender: ¿cómo la experimentó?

-Creo que todos los que hemos leído Crónica del alba nos hemos acabado construyendo una imagen muy cruel del padre de los Sender. Sin embargo, con Manuel la relación no parece que fuera tan tirante, en parte, porque este último siempre consideró que era necesario hacer algunos sacrificios para lograr la armonía familiar. No es que Manuel fuera un hombre que tuviera miedo de expresarse y defender sus ideas, pero en las relaciones con su padre siempre buscó una cierta templanza. De hecho, alguna vez he tenido la sensación de que Manuel estudió Derecho más por contentar al progenitor que por un deseo personal. Además, aunque es cierto que le fue muy rebelde en lo político, no por ello dejó de mostrarse dialogante con él en este tipo de asuntos. Al punto de que consiguió que su padre, pese a estar totalmente vinculado a los grupos derechistas de la ciudad, mantuviera colgada en determinadas fechas, a la vista de todo el mundo, una bandera republicana en la ventana de su cuarto. Es en detalles así donde se ve una mayor empatía entre padre e hijo; algo que, por otra parte, permite también que caiga un tanto esa imagen tan negativa y fría que del progenitor pintó Ramón.  

-Empieza, políticamente hablando, a formar  parte del Partido Radical de Alejandro Lerroux y acaba formando parte, finalmente, de Izquierda Republicana:¿ a qué es debida esa evolución y por qué tiene lugar de esa manera en Manuel Sender?

-Cuando Manuel se une al Partido Radical, es Lerroux quien encarna la versión más conocida del republicanismo. Es más, para muchos, y más en Huesca, el de Lerroux es el único republicanismo posible. No en vano, este tenía tras de sí una carga simbólica difícil de esquivar, al punto de que muchos oscenses colgaban con pleitesía retratos de este líder político en sus casas. Muchos recordaban los discursos incendiarios que había pronunciado en Barcelona, la lucha que había emprendido en contra de la monarquía y los tiempos en que había logrado englobar a la mayoría republicana. Por lo tanto, para un joven como Manuel, que deseaba ante todo el cambio y la mejora de España, sumarse al Partido Radical parecía la única opción posible. Todo eso iba a cambiar, sin embargo, con la llegada de la República, cuando comprendió este que el lerrouxismo guardaba en su seno muy distintos modelos republicanos y que estos no podían convivir fácilmente entre sí. Así, las posturas progresistas de Sender chocaron enseguida con el grupo director del partido en Huesca, que era mucho más conservador, y aunque es verdad que tal lucha se entendió al principio como un asunto interno de la política oscense, vinculado no sólo a modelos distintos, también a animadversiones personales, la realidad es que acabó siendo una más de las manifestaciones de un proceso divisorio muy complejo que compitió en su conjunto a la realidad nacional del Partido Radical.  

-Del Partido Radical sí que procedieron personalidades muy republicanas, pero que luego, en otros “campos” y ámbitos del pensamiento político, había sensibilidades muy diferentes, dispersándose por diferentes partidos  republicanos: unos muchos más conservadores que otros…unos muchos más a la izquierda del tablero político….

-Sí, como te decía, el republicanismo a la altura de los años 30 es, ante todo, Lerroux. Él era en realidad el único que tenía historia y prestigio antimonárquico, pese a que hubiera en su biografía algunos episodios de acercamiento hacia Alfonso XIII que empañaban un tanto su recuerdo. El problema es que cuando llegó la República, Lerroux emprendió una serie de estrategias que, aunque lógicas, no gustaron a muchos de sus seguidores. Por ejemplo, muchos no le perdonaron que buscara el apoyo de los grupos conservadores, y mucho menos, que aceptara los constantes elogios que le dedicaban en la prensa aquellos que, pese a haber sido monárquicos, veían en él al único político de relevancia con capacidades para mantener el orden. De hecho, considero que es en esa dificultad para hallar un espacio político propio en donde residen las claves del éxito y posterior fracaso de Lerroux. Por ejemplo, los sectores progresistas que abandonaron el Partido Radical de Huesca en 1932 esperaron durante largo tiempo que Lerroux decidiera disolver la sección oscense y les llevara de nuevo a las cúspides del partido, convencidos de que su ideario todavía se ajustaba a los principios radicales. Hubo de pasar algún tiempo para que se desencantaran del todo y mostraran abiertamente su rechazo por su antiguo líder. Y es que la estrategia de Lerroux de tratar de mantener de su lado tanto a los grupos conservadores como a algunos sectores progresistas, hizo que en cuanto estos hallaron a unos representantes mucho menos ambiguos, como lo eran, por ejemplo, la CEDA o Unión Republicana, el Partido Radical acabara reduciéndose a la mínima expresión. Así que, es verdad que en el Partido Radical había personas de muy distinta ideología, pero, tras un tiempo, estas acabaron derivando hacia aquellos grupos en los que podían identificarse mejor. 

-Después de estar “ligado” al Partido Radical de Lerroux, aunque yo no consideraría nunca que Manuel Sender estuviese jamás ligado a nada salvo a su ideario republicano (aquel que se acerca a lo más humano) …pasa a Acción Republicana que con los años y las fusiones  termina integrada en Izquierda Republicana, ambos esos dos “sellos políticos” muy del rumbo de Azaña…¿cuánto de Azaña había en Sender cómo influyó ese político en el oscense…?

-Así es. Sender tenía una concepción ideal del republicanismo que no le impedía ser cauto ante las etiquetas. En Azaña encontró la vía política que él había tratado de hallar en el Partido Radical: un republicanismo que atendía especialmente a su lado humanista y social y que quería ir más allá de los conceptos que los grupos antidinásticos habían dado en el pasado. También, un republicanismo que se acogía a las medidas y teorías sociales y políticas de la izquierda pero que en ningún momento llegaba a aceptar las consignas marxistas porque se consideraba tan obrero como burgués. Además, este, como movimiento, ofrecía a las nuevas generaciones una novedad y una frescura que, salvo el Partido Radical Socialista, no parecían mostrar los otros grupos contrarios al rey, especialmente, el lerrouxista. De hecho, Azaña acabó encarnando mucho mejor que Lerroux los cambios que llegaron tras 1931, entre ellos, por ejemplo, la Constitución de diciembre de ese mismo año o las medidas rupturistas que se asociaron al nuevo régimen y que tantos enemigos le iban a granjear entre las filas conservadoras. Además, creo que en Manuel ejerció gran atractivo el hecho de que Azaña formara parte del mundo intelectual. Así, al final, decidió apoyarle, aún a sabiendas de que sumándose a su partido iba a formar parte del grupo de izquierdas más minoritario de Huesca. Es más: le siguió siendo fiel aún después de que el grupo progresista del Partido Radical de Huesca se separara definitivamente de sus correligionarios y fundara el Partido Republicano Autónomo, el cual, políticamente, a priori parecía estar en una posición mucho más ventajosa en la ciudad que el de Azaña. 

presentacic3b3n-27-septiembre1.jpg-¿Cómo y bajo qué circunstancias fue elegido alcalde de Huesca (recordemos que fue elegido dos veces, en la Segunda República)….?

-La primera fue en 1932, después de que renunciaran al cargo los dos anteriores alcaldes. En esa ocasión, fue el candidato más votado, y todo, pese a que Manuel Gómez, el líder del Partido Radical oscense, con quien Sender había protagonizado sonoros enfrentamientos, parecía un sucesor mucho más lógico para tal cargo. De hecho, creo que la llegada de Sender se explica por una circunstancia que es muy similar a la que había elevado a Azaña a la presidencia del gobierno pocos meses antes. Esto es, se vieron favorecidos, además de por sus propias facultades, por el rechazo que despertaban quienes a priori parecía que estaban en una mejor posición para ocupar los cargos. Claro, que la elección de Sender no iba a evitar que desde entonces se viviera en el Ayuntamiento una desesperante lucha interna que acabó minando, y mucho, sus fuerzas.

En cuanto a la segunda vez que ocupó el cargo, fue en 1936, cuando el gobierno decidió retornar a sus cargos a aquellos que habían sido apartados de los ayuntamientos y diputaciones tras los hechos de octubre de 1934, pues como bien se sabe, la caída del PSOE y la UGT tras la revolución arrastró igual a los otros grupos de izquierda. Y todo pese a que en ciudades como Huesca apenas se había dejado sentir esta movilización. De hecho, Sender hizo lo posible para que no tuviera lugar en la ciudad ningún incidente de importancia.

-¿Es su idea del municipalismo algo especial porque parte, como siempre, de ese ideal republicano que lo abarca todo, pero que sobretodo le hace sitio a lo humano, lo social…?

-Sí. Él sabía que el municipalismo era una de las bases de la República. Que en España no se introduciría realmente el nuevo régimen hasta que llegara su programa a todas las poblaciones. Así, estaba convencido de que  los cambios que iban a llegar tanto entre los poderes nacionales como los locales repercutirían directamente en la vida de la sociedad, cambiándola y dinamizándola hasta alcanzar  una armonía en donde todos los habitantes del país se considerarían, simplemente, ciudadanos, y no súbditos ni miembros de una clase social. Esto es, sus ideas se enmarcan dentro de las que mostraron ese grupo de políticos que llegaron a la República teniendo en cuenta, sobre todo, los aspectos idealistas de su programa y que creyeron que en base a unos pocos cambios se podría operar una modificación profunda del país. La realidad se encargó de demostrar que hacía falta algo más complejo, pero, desde luego, hombres como Sender ayudaron a que, pese a las adaptaciones, se tratara de tener en cuenta siempre las bases sociales que habían defendido.

-Explícanos un poco su paso por la alcaldía oscense y a las relaciones que mantuvo con los principales vínculos culturales y sociales de Huesca?

-Como señalaba antes, su paso por la alcaldía, a la que accedió con sólo 27 años, fue muy difícil. Él pretendía aplicar las medidas del programa de Azaña y a eso se encaminó junto a quienes le eran afines. Su desempeño allí fue una pugna constante por modernizar la vida de la ciudad, republicanizar Huesca, laicizar el espectro municipal y, sobre todo, solventar las problemáticas económicas que sufría la población. Y todo, tratando de llegar a una armonía entre los distintos grupos de la localidad, tanto con los más conservadores y tradicionales como con los más rupturistas. Pronto comprendió, sin embargo, que para cumplir el programa que tenía en mente y acabar con las taras que, según los republicanos, tenía el país, no bastaba con desplazar a los poderes anteriores. No en vano, al hecho de que las dificultades económicas fueran retrasando o incluso imposibilitando muchos de los proyectos que se habían planificado, se sumaba el que en la ciudad fueran sucediéndose movimientos de protesta y acción colectiva, tanto desde la derecha como desde la izquierda, que fueron debilitando su posición. Pese a todo, él lo intentó, consciente además de que su ubicación social le permitía conocer muy distintos círculos. Así, por ejemplo, por el padre había conocido bien a los grupos conservadores, y él gozaba de una buena posición dentro de la burguesía local progresista, al punto de que llegó a ser, en 1936, presidente del Casino de Huesca. Y no olvidemos que tenía amistad con los grupos moderados del socialismo y que, por su oficio de abogado, pudo contactar y defender a individuos de muy distintas capas sociales, incluidos, varios anarquistas que habían protagonizado, cuando él fue alcalde, la famosa huelga de diciembre de 1933. Creo que todo ello permite dibujar un poco la personalidad de Sender, e incluso entender algunas de sus actitudes en el Ayuntamiento.

-¿Y con el mundo republicano oscense…?

-Siempre estuvo en contacto con los distintos grupos que tenía la izquierda republicana en Huesca y su provincia. Y es que, aunque ocupó la alcaldía, Sender no renunció a seguir laborando por su partido. Como hombre destacado para la oratoria que era, prestó su voz en distintos mítines y actos políticos que tuvieron lugar en varios puntos de la provincia. E igual, llevó a cabo labores de difusión y tutela en varias comarcas; de allí que muchos de sus correligionarios acostumbraran a escribirle o que se presentaran directamente en su casa para preguntarle en torno a distintos asuntos. Igualmente, no debe olvidarse que colaboró económicamente con su partido y que llegó a ser director de El Pueblo, el órgano de prensa que tuvieron los partidos republicanos de izquierda en Huesca. Fue, por tanto, un actor principal en la difusión del ideario azañista por la provincia.

-No puedo dejar de preguntarte por las relaciones con otro represaliado como Ramón Acín?

No me consta que hubiera una gran amistad, pero, desde luego, eran dos hombres que se tenían afecto. Más aún, si consideramos que ambos eran amigos (y cuñados) de Joaquín Monrás. De lo que no cabe duda es de la admiración que sintió Manuel por el artista, que extendió siempre a todo aquel que estuviera vinculado con el ámbito cultural, aunque, como era el caso de Ramón, mostrara una concepción política distinta. Hay, además, un par de circunstancias que los unen trágicamente: durante las reuniones que celebraron en el Gobierno Civil las distintas autoridades de la ciudad tras el golpe de Estado del 18 de julio, ambos se manifestaron en contra de que se armara a la población, pues temían las violencias y desórdenes que algo así podría provocar en la ciudad. Un gesto que de nada les iba a servir, pues, al poco del golpe de Estado, ambos serían ejecutados por los sublevados.

-Con todo y aún dejándose la vida por sus ideas…¿cómo es que es tan desconocido entre la ciudadanía: desde la propia oscense hasta la aragonesa…?

Esa es la pregunta que nos hacemos muchos cuando retrocedemos a los años treinta y nos encontramos con personajes que pese a encarnar unos valores que podrían calificarse como modernos y ejemplarizantes, han permanecido décadas y décadas olvidados para la mayor parte de la sociedad. Sender, por ejemplo, representa muy bien las premisas que hoy día vinculamos a la práctica y al pensamiento democráticos, pero claro, entre algunos sectores su figura resulta menos atractiva que la de otros que resultan menos polémicos, aunque, en algunos casos, sus biografías poco tengan que ver con los valores que en teoría representan. En realidad, creo que todo tiene que ver con los usos que desde las instituciones se suele dar a la historia y a los mecanismos con que, a partir del pasado, se ha tratado de construir la identidad colectiva. Y es que todavía hablar de Sender, para muchos, es apelar a una época incómoda, que reabre crispaciones y heridas, así como debates que no les resultan convenientes. Señal, por otra parte, de que seguimos viviendo en un mundo poco dado a la empatía y al entendimiento de los razonamientos ajenos. Por fortuna, los investigadores tenemos la posibilidad de escapar de todo ello y hacer nuestro trabajo sin apelar a otra razón que a la del conocimiento de nuestro pasado, aunque ello implique que no podamos contar siempre con el apoyo de las instituciones. 

 

 

 

 

 

manuelsender (1).jpg20817
Manuel
Sender y el republicanismo oscense. Enrique Sarasa Bara
230 páginas
15,00 euros
Instituto de Estudios Altoaragoneses



Aunque de tanto en tanto se le tribute algún tímido homenaje, todavía Manuel Sender Garcés (1905-1936) es un total desconocido para la mayoría del público oscense. Su labor, sin embargo, resulta trascendental para entender el devenir político de la provincia en los años treinta. Abogado de profesión, fue un destacado organizador de las secciones oscenses del Partido Radical, Acción Republicana e Izquierda Republicana, así como uno de sus más activos dirigentes. En 1932, con veintisiete años, accedió, además, a la alcaldía de la capital altoaragonesa, en donde trató de aplicar un programa reformista y marcadamente republicano. Esta obra ofrece su trayectoria vital, pero también busca contextualizarla, ayudando a entender un poco mejor una época y todo aquello que se teje en torno a la idea de las dos Españas, el republicanismo nacional y local y su conjunto de axiomas, filosofías y prácticas: todo aquello que se vio arrumbado al olvido con la Guerra Civil y que Manuel, como muchos otros hombres y mujeres de su generación, simboliza con su vida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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