makoko.jpgCazarabet conversa con...   José María García Sánchez, autor de “Makoko. El sueño de África, la pesadilla de Europa” (NovaCasa)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una novela que describe el viaje desde el corazón, uno de tantos, de África y hasta el continente Europeo…

La narración está inspirada en un hecho real que salió en la prensa y fue leído por José María García Sánchez… narrando el viaje, casi Odisea, de un migrante.

La novela, editada por Nova Casa Editorial, fue finalista del Primer Premio Internacional de Novela Negra La Orilla Negra en el año 2017.

La novela narra la historia de un joven, de nombre Elf que abandona su tierra, esa reconocida como “la Venecia de los pobres” para adentrarse en un viaje que lo que menos tiene es trabas porque lo que más enseña es todas las desgracias e inmundicias que los hombres y mujeres somos capaces de aflorar…

La sinopsis del libro: MAKOKO es la breve historia de Elf, un muchacho criado en un suburbio de Lagos (Nigeria) que huye de la miseria y la violencia de su entorno en busca de una vida mejor. La existencia de Elf es una odisea desde el mismo día de su nacimiento, abandonado por su madre adolescente y acogido por una viuda en Makoko. Los primeros años de su vida transcurren en un barrio edificado sobre una ciénaga, gobernado por la mafia local y maltratado por unas instituciones corruptas. Las circunstancias obligarán al muchacho a emprender un viaje sin retorno. El relato está construido como una odisea épica, salpicada de elementos propios de la novela negra, donde los mafiosos, la policía, los traficantes de seres humanos y la violencia institucional proporcionan a la historia un carácter distinto que la separa de lo que a priori podría parecer una novela de aventuras. Durante la narración se hacen pequeños saltos en el espacio, en los que además del propio viaje a través de África, se vuelve a Makoko y se relatan acontecimientos acaecidos en el suburbio, especialmente la lucha entre el Ayuntamiento de Lagos y las cuadrillas de vigilantes que gobiernan el barrio a través de un régimen de terror. Las tribulaciones sufridas por Elf, protagonista absoluto de la novela, nos sirven de excusa para retratar, o al menos apuntar, algunos de los muchos sufrimientos padecidos por los miles de personas que cada día luchan por alcanzar Europa. En la novela no se deja lugar a la esperanza, ni tampoco tiene moralina. Intenta relatar, con la dosis necesaria de crudeza y violencia, algo que algún día quedará escrito en la historia negra de la humanidad, como lo fue la Inquisición, la esclavitud o el nazismo. Mientras esto ocurre, nosotros disfrutamos en nuestro sillón frente al televisor de la mejor liga del mundo. Y nos fastidia que, al descanso del partido, nos hablen de no sé cuántos negros han encontrado hoy frente a las costas de Lampedusa o perturben nuestra siesta con un asalto masivo a la valla de Melilla. Elf no tuvo esa suerte.

El autor; José María García Sánchez:

Nació en la década de los sesenta en Santa Coloma de Gramenet, licenciándose en derecho por la Universidad Autónoma de Barcelona, ejerciendo como abogado desde ese mismo año, colaborando con diferentes despachos y dirigiendo la firma legal García Sánchez y Plaza Gómez.

Escribe artículos en una revista de divulgación y actualidad jurídica y, en ocasiones, hace reseñas literarias en la web libreriodelaplata.com .

Con la novela Makoko fue finalista del Premio Internacional de la Orilla Negra 2017

Ha escrito otras dos novelas la última: Tráfico se alzó con la última convocatoria del Premio La Orilla Negra.

 

 

Cazarabet conversa con José María García Sánchez:

IMG-20180509-WA0000-705x1024.jpg-Amigo José María, ¿qué es lo que motivó a que surgiese la historia que describes y describes desde Makoko que es, además de un lugar cercano a Lagos, Nigeria, un lugar de partida, un referente y quizás un lugar de donde nuestro protagonista se apena de haber salido… lo digo porque “todo el viaje” se hace más que largo y lleno de trampas…se hace inhumano?

-La idea de escribir MAKOKO nació tras leer una noticia breve en EL PAÍS en la que se decía que decenas de personas habían perecido en el desierto del Sahara tras averiarse el camión en el que viajaban. Ni siquiera concretaba el número, como si fuese lo mismo setenta y dos que ochenta y nueve. Se me ocurrió explicar el viaje de uno de los supervivientes de aquel siniestro episodio, desde que salió de su casa y hasta que llegó a su destino.

Decir que el viaje es inhumano es quedarse muy corto. Los que llegan a la costa ya son unos afortunados si han sobrevivido hasta allí, después de un trayecto lleno de penalidades que solo pueden superar los más fuertes y sanos.  

-A veces, tal como voy leyendo, me da que Makoko es el lugar de donde nunca deberíamos haber salido…pero allí se sufre tanto y de una forma que no entendemos por qué no conocemos lo suficiente…cómo lo ves?

-La vida en los suburbios de las grandes urbes africanas es terrible. A la pobreza endémica de África se le suma la violencia y el hacinamiento, las drogas y el control de las mafias de todo lo que tiene valor económico. Ni siquiera hay estadísticas fiables de los niveles de delincuencia en estos lugares, porque el Estado no ejerce ninguna autoridad ni, por supuesto, ofrece ningún servicio. Son espacios sin seguridad, sin sanidad, sin educación... auténticos vertederos humanos a los que se arroja gente que, no lo olvidemos, vienen de sitios aun peores, arrasados por las guerras y la sequía. 

-¿Qué te hace escribir historias tan humanas como, desgraciadamente cotidianas?

-De hecho es lo único que me interesa como escritor. Nunca escribiría sobre el ascenso de un banquero a la cúspide del poder, ni de la transformación de una costurera en una dama de la moda. 

-Antes de llegar a esa lotería que es el Mediterráneo hay otras muchas barreras y trampas mortales que pasar, ¿lo ves así?

-Así es. Los migrantes han de atravesar el desierto, que acaba con más vidas que el mar. Sin embargo, nadie cuenta los muertos en el Sáhara, no hay organizaciones humanitarias que los pueda socorrer y no hay estadísticas. Además de las barreras de la naturaleza, los saqueos acaban con la vida de miles de ellos, a manos de auténticos bárbaros que viven de robar violentamente a los viajeros. Y en según qué lugares, una simple infección dental puede convertirse en un shock séptico y acabar con la vida de una persona joven. Una herida, una fractura puede ser fatal para alguien que no tiene acceso a la sanidad más elemental.

110.jpg-Tu manera de ser, sentir, pensar, ¿se ve reflejado en tu narrativa?

-Por supuesto. Es inevitable que así sea. La elección de los temas y el tratamiento de los personajes son consecuencia de la personalidad de quien los escoge y los crea. No todo lo que digo en mis novelas es un reflejo de mi pensamiento, es evidente, pero siempre hay un reflejo más o menos distorsionado de mi pensamiento.

-Narrativa de ficción que está siempre inspirada en hechos reales, ¿verdad?

-Efectivamente. Escribí esta novela a partir de muchas lecturas de noticias. Además del episodio del camión averiado en el desierto, la existencia de la escuela flotante de Makoko y la apropiación de la misma por las mafias locales, la existencia de las patrullas de vigilancia que en realidad son de control de los propios delincuentes, y los intentos del gobierno de expulsar a todos sus habitantes para desecar la laguna y urbanizar la zona son hechos que tienen una base real. 

-¿Cuántos “Elf´s” conoces?

-Conozco dos personas que podrían ser, de alguna manera, ejemplos de la vida de Elf. Uno a tenido más suerte que el otro, ha podido regularizar su situación legal en España y está trabajando en una buena empresa. El otro mendiga por las calles y está muy expuesto a caer en manos de las redes de traficantes de drogas, en su afán de encontrar medios de vida. Por respeto y discreción no diré sus nombres, pero si ellos leen esta entrevista sabrán que son ellos.

-¿Cómo te has documentado para esta historia?; ¿has mantenido entrevistas?

-La mayor parte de la documentación la he obtenido de la prensa africana, de Google Earth y Google Maps, y sobre todo de las crónicas que las organizaciones humanitarias envían desde los márgenes de la tragedia. Las entrevistas las he tenido con las dos personas a las que me refería en la anterior pregunta. Puedo decirte que me explicaron cosas tan fuertes que no he sido capaz de encontrarle acomodo en la novela. Por ejemplo que las mujeres son violadas constantemente por otros emigrantes y por los saqueadores de caminos, que se quedan embarazadas, que paren por el trayecto y a veces tienen que abandonar a sus bebés en la puerta de una iglesia e en medio de la nada, si les pasa en el desierto. 

5_DSC6212-copiaX-1024x680.jpg-Los destinos de los migrantes hacia esa “tierra prometida” que es Europa o EEUU o Canadá a la otra parte del Atlántico dependen de algo más que “la suerte, ¿no?; aunque ésta juega un  papel más que importante…¿Qué nos puedes contar?

-La vida en sí misma es una casualidad. Y otra el lugar en el que nos toca nacer. Eso es suerte. Si has tenido la mala suerte de nacer en Makoko, necesitarás toda la fortuna del mundo para sobrevivir en ese ambiente tan hostil. Y si decides buscar un mundo mejor, necesitas volver a tener suerte para llegar a tu destino con vida. Pero no solo es la suerte lo decisivo: la fortaleza física y mental, la salud, el carácter, la fe y la determinación también son necesarios. 

-Amigo, ¿por qué eliges Makoko, “la Venecia de Nigeria” como lugar de partida de nuestro protagonista Elf?

-Busqué un lugar con características muy extremas, para presentarle al lector un mundo de caos y violencia en el que un ser humano ya no tiene nada que perder. Es llevar al límite la capacidad de resistencia de un muchacho, para quien huir de allí se convierte en la única opción. Es hacernos ver que los migrantes no abandonan sus casas por capricho o por ver mundo.

-Al protagonista, a Elf, lo retratas muy bien más allá de “lo físico”, ¿qué referencias tomas?

-Imaginé cómo sería un joven pobre, paupérrimo, que no tiene nada, ni siquiera una familia. Un superviviente nato sin más recursos que su valentía e inteligencia.

-¿Qué supuso para ti ser con Makoko la obra finalista del Premio Orilla Negra 2017?

-De entrada supuso la posibilidad de publicar la novela con Nova Casa Editorial, pues ser finalista le dio cierta visibilidad a la novela y el editor me hizo una propuesta de edición muy honrada, y con un equipo profesional excelente. Por otro lado, es un reconocimiento al trabajo y un acicate enorme para seguir escribiendo. 

-Makoko, es una novela social escrita por un abogado laboralista que conoce muy bien los abusos a los que estos migrantes son sometidos si es que llegan a “esa tierra prometida”…creo que es inevitable esa influencia, ¿qué nos puedes comentar?

-Lo cierto es que la novela transcurre solo en tierras africanas, y no he proyectado en ella nada que resulte de mi experiencia como abogado. Posiblemente, aunque de manera inconsciente, mi trabajo haya influido en la idea de escribir la novela, pero no en cuanto a su contenido, que está muy alejado de las cuestiones que abordo como abogado.

 -¿Hay lecturas que te han ayudado o te ayudaron en la escritura de esta novela?

-Leí a Chinua Achebe, "Todo se desmorona", una novela sobre la decadencia de la forma de vida tradicional africana y me sirvió para inspirar a unos de los personajes de la novela, el único que mantiene ciertos vínculos con la vida tribal, que es el hechicero. Y desde luego, todo lo que leemos al final deja algo en nuestra escritura, aunque no sepamos reconocerlo de manera consciente.

article-2209520-153C0C7A000005DC-793_964x622.jpg-¿Sientes que escribiendo aportas un poco de razón, dignidad o racionalidad a tu día a días? ,¿O es como un espacio de libertad y desahogo?

-Escribir siempre es un espacio de libertad que normalmente no tenemos en nuestra actividad diaria. En la novela puedes decir lo que quieras, al amparo de la ficción o a través de un personaje. Pero no me gusta quedarme ahí, y cuando escribo y especialmente cuando me documento, tomo conciencia de cosas que ignoraba. Y plasmarlas en una obra me parece que ayuda a dignificar la vida de muchos seres humanos (muchos de ellos negros) que no tienen la suerte de estar cómodamente sentados en un sofá, junto a un montón de aparatos electrónicos que anulan sus (nuestras) entendederas.

-No sé si lo sabes, pero remueves no pocas consciencias con narraciones como esta, ¿qué nos puedes decir?; ¿era ese uno de esos propósitos que cada escritor retiene cuando nos hacen llegar la historia?

-Inicialmente mi propósito nunca fue el de remover la conciencia de nadie, aunque tampoco desprecio esa posibilidad. En realidad ha sido después, tras hacer entrevistas y hablar con los lectores en encuentros literarios y presentaciones, cuando me he dado cuenta del efecto que ha tenido la novela. Incluso ha habido quien me ha dicho que ahora ve a los inmigrantes con más simpatía que antes. Y eso me hace muy feliz. 

-Háblanos un poco, ya para finalizar, por favor, de la colaboración en LibreRio de la Plata…

-El LibreRio de la Plata es una librería de Sabadell (Barcelona) que fundaron con mucho esfuerzo y entusiasmo unos amigos míos hace unos años. He colaborado haciendo reseñas en su web, he presentado allí mis dos novelas, he participado en varios eventos de los que organizan constantemente y soy un buen cliente de su magnífica selección de títulos. Aunque están especializados en literatura latinoamericana, tienen un escogido catálogo de buenos libros. Cecilia y Miguel son dos libreros que saben mucho de literatura y saben orientar al lector. Además son excelentes personas. 

 

 

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