La
Librería de El Sueño Igualitario
Una
novela muy redonda sobre el reto de enseñar y la satisfacción de sentirse
maestro.
Todo un
sentido acercamiento, casi un homenaje, al recuerdo de Francisco Ferrer i Guàrdia
La novela
desde la pluma de Màrius Molla:
Los
viejos ideales nunca se olvidan.
Año 1914.
Un hombre solo viaja en tren de Francia a Barcelona. Cerca del macizo del Montseny, siente el impulso de bajarse en una pequeña
estación. El olvido que busca podría encontrarse en el silencio de la montaña.
El
protagonista pasa a formar parte de una pequeña comunidad de leñadores y se
acostumbra a la vida sencilla en contacto con la naturaleza. Atrás quedan los
ideales y los sueños envueltos en su pasado desconocido.
Pero no
podemos oponernos a nuestro destino, y pronto descubrirá que los niños de la
explotación forestal lo necesitan. Tal vez el aislamiento del bosque sea,
después de todo, el lugar para llevar a la práctica los principios pedagógicos
que la Escuela Moderna había desarrollado en Barcelona a comienzos del siglo
XX.
Una
novela sobre los sueños que nos mantienen vivos, los viejos ideales que nunca
se olvidan y la fuerza de los niños para cambiar el mundo.
Nos
acercamos al escritor, Màrius Mollà
o a Andrés Vidal, su seudónimo:
Lector de buenas historias bien contadas. Su debilidad
son las novelas de circunstancias y contextos revolucionarios. Trabaja
actualmente en Barcelona como ingeniero industrial. Ha recorrido medio mundo
promoviendo el desarrollo y la innovación. De la unión de estas dos inquietudes
nace su vocación literaria. Es el autor de los recientes éxitos La
herencia de la tierra (2010) y El
sueño de la ciudad (2012). Después
llegó El mar de los hombres libres.
Su web:
http://www.mariusmolla.com/
Estos
artículos te pueden ir muy bien:
http://www.elperiodico.com/es/noticias/ocio-y-cultura/andres-vidal-quita-careta-2401523
http://www.abc.es/cultura/libros/20150226/abci-marius-molla-habla-mucho-201502261109.html
Cazarabet conversa con Màrius
Mollà:
-¿Es ésta, querido amigo, una obra que rinde homenaje a varias
generaciones de enseñantes bajo la Institución Libre de Enseñanza o bajo la
influencia de Ferrer i Guàrdia?
-Pues
ambas cosas puesto que los inicios del laicismo en España les deben mucho a
ambas iniciativas. Francisco Giner de los Ríos, primero, con la Institución
Libre de Enseñanza y Francisco Ferrer i Guàrdia,
después, con la Escuela Moderna, persiguieron objetivos parecidos, ambos en
clara oposición al sistema imperante.
-¿Qué es para ti, qué significa para ti la
Institución Libre de Enseñanza?
-Significa
los principios, casi lo que los americanos llaman un “prime mover” (que es un
término que utilizan para designar a los que son incluso anteriores a los
pioneros en cualquier iniciativa) y, por ello, la valentía en estado puro.
Ahora todos somos muy “libres” y casi nos parece que siempre ha sido así, pero
nada más lejos. Solo hace falta ver cómo acabó Ferrer i Guàrdia.
-También es la historia de un hombre que busca la
paz y la tranquilidad...
-La
novela pretende centrar una parte de la atención en un entorno relativamente
sencillo y primario. Las explotaciones del Montseny,
los llamados “mas” son un microcosmos en sí mismas y se hallan a distintas
altitudes del macizo. El protagonista busca allí la paz que no ha encontrado en
su vida anterior, la que el lector irá descubriendo a su lado. ¿Por qué esa
especie de retiro? ¿Qué busca o… de qué se aleja?
-Pero pronto se encuentra con su vocación, la que
le acerca a la Escuela Moderna.
Cuéntanos…
-El
protagonista tiene una historia, como todos nosotros tenemos la nuestra. ¿Hasta
qué punto nuestro pasado, nuestro bagaje, son imposibles de retener dentro de
nosotros? Sin desvelar entresijos del relato puedo decir que he intentado
experimentar qué pasaría con nosotros si en algún momento de la vida pudiéramos
“comenzar de nuevo”. ¿Seríamos realmente capaces de negar lo que somos o, por
el contrario, todo nos conduciría a ir un paso más allá en lo que realmente nos
impulsa en la vida, sea lo que sea?
-Los métodos de la Escuela Moderna eran más fáciles de llevar o
establecer en las pequeñas comunidades
que en las grandes…
-Los
métodos de la Escuela Moderna eran de una simplicidad, honestidad y sentido
común innegables. Como muchas cosas de este tipo, la dificultad de su
aplicación radica en el despliegue. En el mundo de la ingeniería y la técnica
se habla del “escalado” desde un experimento hasta la producción en serie
pasando por los prototipos. Aquí ocurre algo parecido. El propio inicio de la
Escuela Moderna en la calle Bailén de Barcelona se produjo con un primer grupo
de treinta alumnos y aquello fue impecable.
-Cuando leo novelas, ensayos sobre estas temáticas
no puede dejar de acordarme del films de José Luis Cuerda La Lengua de las
Mariposas… ¿qué te sugiere ti?
-Por
supuesto. Ese fue uno de los treinta y cuatro referentes que localicé como
películas, uno de los más importantes diría además. Perseguí y visioné la
mayoría de esos films y disfruté mucho con la mayoría de ellos.
-Màrius, esta es la
historia de un maestro que, sintiendo como siente su profesión, nunca deja de
serlo… es como una segunda piel…
-¿A quién
no le ha seducido la técnica y la forma de ser de un buen maestro? Todos
guardamos recuerdos muy intensos de ese aspecto de nuestra infancia y juventud.
Puestos en esa tesitura, sin embargo, también todos guardamos intensos
recuerdos de nuestros “peores” profesores. Tengo abierta una cruzada para que
el sistema educativo sea capaz de moverse hacia un colectivo mejor, el de los
buenos maestros, el de los maestros excelentes, el de los MEJORES maestros. La
vocación es esencial, pero deben acompañarla las cualidades tanto de contenidos
como las pedagógicas.
-¿Cómo definirías los primeros días, los primeros
tiempos, de la Escuela Moderna: con qué dificultares se encontró?
-Tal como
refleja el relato, se encontró con TODAS las dificultades. Todas. No hay nada
peor que nadar contracorriente, aunque te acompañen algunos otros nadadores la
corriente es fuerte y persistente. Se disponía de pocos medios, no se conocían
casi precedentes, no había protección, no existían apenas candidatos a maestros
en su línea… Imperaba,
eso sí, un sistema cerrado, rígido e intransigente, el peor enemigo; una
terrible casta.
-¿Crees que deberíamos volver hacia atrás y
releernos muchos de los conceptos de la Escuela Moderna, y reflexionarlos, en
este mundo tan globalizado en los que la enseñanza, a menudo, anda encima de
una fina línea roja?
-Absolutamente.
Cuanto más he buscado, encontrado y aprendido más he visto que no hemos
asimilado todo lo asimilable al respecto.
-¿Te imaginas, si no hubieses sido ingeniero, como
un maestro que practicase aquello que podríamos llamar el “decálogo” de la
Escuela Moderna?
-No me
cuesta nada imaginarlo. Me arrancas una sonrisa soñadora…
-Màrius, eres un
ingeniero metido a escritor… como escritor haces verdaderas obras de ingeniería
con tus tramas… qué está ingeniando en estos momentos tu mente para con una
nueva trama… ¿nos puedes dar alguna pista?
-Es
todavía demasiado incipiente para dar aquí una pincelada. Los medios tenéis la
sana costumbre de desvelar todo lo que conseguís saber… es vuestra función,
claro. Si me lo permitís, voy a hacer uso del comodín y me guardaré unos días
más el borrador que anda dando vueltas por mi cabeza…
19494
El maestro. Màrius Mollà
448 páginas 15 x 23 cmsl.
19,95 euros
Ediciones B
Los viejos ideales nunca se
olvidan.
Año 1914. Un hombre solo viaja en tren de Francia a Barcelona. Cerca del macizo
del Montseny, siente el impulso de bajarse en una
pequeña estación. El olvido que busca podría encontrarse en el silencio de la
montaña.
El protagonista pasa a formar parte de una pequeña comunidad de leñadores y se
acostumbra a la vida sencilla en contacto con la naturaleza. Atrás quedan los
ideales y los sueños envueltos en su pasado desconocido.
Pero no podemos oponernos a nuestro destino, y pronto descubrirá que los niños
de la explotación forestal lo necesitan. Tal vez el aislamiento del bosque sea,
después de todo, el lugar para llevar a la práctica los principios pedagógicos
que la Escuela Moderna había desarrollado en Barcelona a comienzos del siglo
XX.
Una novela sobre los sueños que nos mantienen vivos, los viejos ideales que
nunca se olvidan y la fuerza de los niños para cambiar el mundo.
Màrius Mollà (Barcelona,
1966), ingeniero industrial y consultor de empresas, siempre ha estado atento a
los giros que la Historia ha supuesto, supone y supondrá en el entorno que nos
rodea. Cree fervientemente en la fuerza de una buena educación y en el interés
de cualquier colectivo a la hora de dedicarle sus mayores esfuerzos y conseguir
equipos de trabajo sobresalientes.
La pasión por las buenas historias bien explicadas ha marcado sus intereses
como lector y, en consecuencia, el objetivo a la hora de construir sus relatos.
Ha publicado (con los seudónimos Andrés Vidal y Eduardo Roca), La herencia de
la tierra, El taller de los libros prohibidos, El sueño de la ciudad y El mar
de los hombres libres.
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