lugares-que-no-importan-la-despoblacion-de-la-espana-rural-desde-1900-hasta-el-presente.jpgCazarabet conversa con...   Vicente Pinilla y Fernando Collantes, autores de “¿Lugares que no importan? La despoblación de la España rural desde 1900 hasta el presente” (Prensas de la Universidad de Zaragoza)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Vicente Pinilla y Fernando Collantes estudian, investigan y reflexionan en este ensayo que edita Prensas de la Universidad de Zaragoza sobre la despoblación de la España rural desde 1900 hasta el presente.

El libro se encuentra en la colección Monografías de Historia Rural en su número 15.

Participa en la edición la Sociedad Española de Historia Agraria.

Se trata de un libro, el presente, por primera vez editado hace ocho años en lengua inglesa al que los autores le añadieron un capítulo final --- más que nada sobre la analítica demográficos de los últimos años en las zonas rurales---y una presentación.

Los dos autores han sido directores del CEDDAR, Centro sobre el Desarrollo y Despoblación de Áreas Rurales, que edita la Revista Ager.

Algunos enlaces que quizás te vayan bien:

http://www.ceddar.org/informe-despoblaci%C3%B3n-arag%C3%B3n-2000-2016-tendencias-datos-reflexiones-dise%C3%B1o-pol%C3%ADticas_publicacion_es_397.html

http://www.ceddar.org/presentado-informe-despoblaci%C3%B3n-arag%C3%B3n-(2000-2016)-justicia_noticia_365.html

Lo que nos cuenta la sinopsis del libro:

En este libro se analiza la despoblación del medio rural en España desde 1900 hasta la actualidad, con la ayuda de una perspectiva comparada con respecto a otros países europeos. Las causas de la despoblación pueden sintetizarse en una intensa demanda urbana de mano de obra, el carácter ahorrador de factor trabajo del cambio agrario, y la existencia de una penalización rural en el acceso a infraestructuras y servicios. A continuación, se estudian las consecuencias de la despoblación. Se cierra el libro con el examen de los cambios de los últimos años y sus implicaciones para el debate público que en la actualidad viene teniendo lugar sobre la despoblación rural en España.

 

Los autores:

Vicente Pinilla

https://janovas.unizar.es/sideral/CV/vicente-jose-pinilla-navarro

https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=95141

Fernando Collantes:

https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=270208

 

 

 

Cazarabet conversa con Vicente Pinilla y Fernando Collantes:

Ut8yzhVwy4aiBZcEWf1ug3.jpg-Amigos, ¿qué es lo que os ha hecho/os hizo en su momento escribir este libro?

Vicente: -Los dos llevábamos una década, aproximadamente, investigando sobre el tema de la despoblación y nos pareció que era un momento adecuado para escribir un libro que no solo sintetizara nuestro trabajo anterior, sino que supusiera un paso adelante en la investigación sobre este fenómeno.

 

-Libro que no deja de ser de intensa investigación y allá donde hay investigación debe de haber previa documentación, estudio, reflexión, analítica ¿cómo os habéis apañado en eso?

Vicente: -Es nuestro trabajo habitual. Buscar datos, tratar estos datos para obtener resultados cuantitativos y complementar este esfuerzo con la lectura y reflexión de los trabajos de otros autores. A partir de allí generar nuestras propias hipótesis y tratar de demostrarlas.

 

-Aunque en este caso un camino como decepcionante por la situación porque, por desgracia, “hay lugares que intencionadamente es mi opinión--- no importan”, ¿no?, háblanos por favor…

Fernando: -El medio rural importa más de lo que parece. No estamos en la España franquista, en la que el medio rural podía ser alegremente sacrificado en aras del mal llamado interés general. Hace tiempo que contamos con políticas que se fundamentan en la opinión, ampliamente compartida por la ciudadanía, de que el medio rural importa. Tenemos por ejemplo la Política Agraria Común, una de las principales políticas de la Unión Europea. El problema no consiste en que sean necesarias más políticas, sino en que necesitamos políticas mejores. En el caso de la Política Agraria Común, volviendo al ejemplo, las Comunidades Autónomas (que son las que tienen las competencias en la materia) utilizan una y otra vez los fondos europeos de desarrollo rural para subvencionar iniciativas que poco o nada pueden hacer para luchar contra la despoblación, mientras marginan otras con más potencial. Nosotros, por ejemplo, pensamos que debería apostarse más por la colaboración público-privada para fortalecer el tejido empresarial, escuchando en primer lugar los proyectos e iniciativas de las poblaciones locales. La Unión Europea no tendría mayor problema en que destináramos más recursos a esto, pero lo cierto es que elegimos no hacerlo. ¿Lugares que no importan o, más bien, políticos que no aciertan?

 

-Fue escrito y publicado, en inglés, por primera vez y en primera edición hace ocho años, ¿por qué?; ¿qué os llevó a aquella edición en inglés?

-Fue una petición directa de la editorial, que había leído nuestro trabajo previo en algunas revistas académicas, el que nos decidió a embarcarnos en el proyecto.

 

vicente-pinilla.jpeg-¿Nos puedes hablar de cómo se vuelca lo documentado, lo investigado; cómo fue vuestra  metodología de trabajo?, ¿y cómo lo ha sido ahora?

Vicente: -Nuestra metodología siempre comienza por una revisión de la literatura del tema que nos interesa. Esta, y las preguntas que nos formulamos, nos lleva a buscar datos que puedan responder a estas preguntas. El tratamiento de los datos nos permite inferir respuestas que contrastamos de nuevo con la literatura existente.

 

-Háblanos de la estructura de este trabajo, me da que es como “muy académico”, ¿no?

Fernando: -¡Y a mucha honra! Si algo necesita el debate público sobre la despoblación es precisamente eso: ¡una visión académica! Hay que dedicar tiempo a mirar los datos con calma, conocer las aportaciones que han hecho otras personas y armar un mensaje en consecuencia. Nos estamos acostumbrando, por desgracia, a dar por bueno el atajo de opinar sobre la marcha. Mira por ejemplo el caso de Sergio del Molino, que tanto ha hecho por otro lado por situar este debate en la agenda pública. Él escribe un libro, La España vacía, que básicamente trata sobre las representaciones sociales y culturales del medio rural (la mirada de Buñuel sobre Las Hurdes, por ejemplo) y es un libro entretenido e interesante. Pero, claro, esto no te prepara para hacer un buen diagnóstico de la despoblación, ni tampoco para proponer buenos remedios. Nosotros hemos querido hacer un trabajo muy académico en el buen sentido de la palabra: primero describimos los datos de la despoblación y después analizamos sus causas y consecuencias desde una perspectiva histórica, para terminar entrando en el debate político, práctico, que hoy tenemos encima de la mesa.

 

-De la primera edición en inglés a esta en castellano:¿qué diferencias hay?; ¿qué le habéis añadido?

Fernando: -La principal diferencia de esta edición en español consiste en que hemos añadido un último capítulo en el que incorporamos datos actualizados hasta el presente, cuando en la edición en inglés parábamos hacia el año 2000, y en el que entramos de lleno en el debate público que actualmente tenemos encima de la mesa sobre la despoblación de la España rural. Este último capítulo es muy importante para nosotros, porque en él intentamos convencer al lector de que este debate público está llenándose de mitos que no se corresponden con la realidad.

 

-La situación presente,  es peor, ¿no?

Fernando: -No. Ese es precisamente uno de los mitos que intentamos desterrar. Por supuesto que hay muchos pueblos y comarcas con graves dificultades demográficas. Pero hay otros que están renaciendo. Hay una gran diversidad y no se puede generalizar. Si lo comparas con la situación de la década de 1960, cuando casi todas las zonas rurales estaban perdiendo población y estaban haciéndolo a marchas forzadas, lo cierto es que hoy día las pérdidas demográficas son mucho menores, incluso en los lugares con mayores problemas. Lo que pasa es que, para los medios de comunicación, las buenas noticias no son noticias. Pero, ojo, porque esta obsesión mediática por los lugares con más problemas puede cegarnos ante lo que nos enseñan las experiencias de lugares con más éxito. En especial, el hecho de que la clave no es tanto retener población como atraer nuevos pobladores.

 

-¿Por qué ahora, creo que equivocadamente (pero es una opinión personal), todo se viste y reviste de lucha contra la despoblación?

Vicente: -Es un tema de moda y parece dar mayor legitimidad a cuestiones que pueden estar más o menos conectadas. Así por ejemplo la reivindicación de una comunicaciones ferroviarias dignas para Teruel, creo que no es fundamental para la lucha contra la despoblación, pero sí para garantizar el derecho de la población a tener acceso a servicios dignos.

 

Foto-Collantes-para-web-2016.jpg-¿Ha evolucionado en estos ocho años la reflexión contra la despoblación?

Fernando: -Ha evolucionado en el sentido de hacerse más activa, de ser más sensible ante el problema. Hace quince años hablabas con la gente, en el mundo académico y fuera de él, y a veces parecía que eras un nostálgico incapaz de comprender que España se había modernizado, que eso había sido un éxito y que, al fin y al cabo, a quién le importaba si por el camino no sé qué pueblos se habían despoblado. Ahora en cambio, vas a una boda y tu primo te cuenta que se ha leído La España vacía, que esto no puede ser y que qué podemos hacer al respecto. El problema es que la reflexión sigue siendo en buena medida de “puñetazo en la mesa”: ¡qué vergüenza!, ¡que los políticos hagan algo de una vez! Y nos parece que la despoblación rural se merece un debate mejor. Se merece que se contrasten las propuestas prácticas de unos y de otros, porque no es lo mismo apostar por la colaboración público-privada para fortalecer el tejido empresarial que hacerlo por la construcción de grandes infraestructuras, la concesión de incentivos fiscales a las zonas rurales o el refuerzo de las subvenciones a los agricultores.

 

-¿Por qué “ha eclosionado” desde estos últimos años el debate en torno a la despoblación?

Vicente: -Es difícil saber por qué súbitamente podríamos decir, un tema que tenía solo atención en aquellas zonas más profundamente despobladas, como Aragón, salta de pronto a la palestra. Creo que había un mar de fondo y que fenómenos puntuales como el libro de Sergio del Molino o el programa de Jordi Evole, hicieron que eclosionara. Una vez que el tema ha entrado en la discusión pública, creo que ha venido para quedarse, por la relevancia de la despoblación en muchas zonas de España. 

 

-Aunque  la primera pieza del dominó se cayó hace ,ya, muchos años..y se convirtió en algo imparable y también como alimentado, ¿no?; ¿qué nos puedes explicar?

Vicente: -La despoblación se produjo como consecuencia de un éxodo rural masivo que el crecimiento natural de la población no podía compensar. Este éxodo se produjo como consecuencia de profundas transformaciones que estaban teniendo lugar en la sociedad española (y europea). La búsqueda de oportunidades laborales y de ingresos más elevados, la escasez de oportunidades que ofrecían los sectores económicos no agrarios en el medio rural cuando la agricultura se estaba mecanizando deprisa, un peor acceso a servicios públicos y una brecha de género que se traducía en menores oportunidades para las mujeres en el medio rural, fueron sus causas principales. Nosotros no pensamos, que excepto con algunas políticas concretas, como la construcción de embalses, hubiera un plan determinado para vaciar el medio rural, lo que no quiere decir que las políticas públicas hayan podido contribuir también a ello.

 

Vicente_Pinilla_EDIIMA20200117_0844_1.jpg-¿Cuáles fueron los primeros efectos y consecuencias de esta despoblación que se ha dejado ya ver?

Vicente: -Seguramente el efecto más importante ha sido generar una estructura demográfica sobre envejecida en las zonas más afectadas por la despoblación. Este tipo de estructura demográfica hace imposible el mantenimiento de la población sin aportes externos (inmigración) y puede cuestionar las posibilidades de que personas que desean permanecer en el medio rural, puedan realmente hacerlo.

 

-¿Qué es lo que hace que en la década de los cincuenta ese fenómeno de la despoblación sea como un interruptor…porque es en esa década cuando la despoblación se dispara—significando un  antes y un después para el mundo rural---, ¿verdad?

Fernando: -En los años cincuenta pasa una cosa extraordinaria que no había ocurrido nunca antes en la historia de España: la economía comienza a crecer a una tasa superior al 3 por ciento. Proliferan las oportunidades de empleo en la industria, la construcción y los servicios, y estas están concentradas sobre todo en las ciudades (y ni siquiera en todas: sobre todo en las de unas cuantas regiones del país). Eso dispara un movimiento extraordinario de población desde el campo hacia la ciudad, que posteriormente se masifica y alcanza proporciones impresionantes durante los años sesenta, cuando la economía pasa a crecer a una velocidad aún mayor. Algunas partes de la España rural, como el Pirineo aragonés, ya habían conocido algo así en relación al crecimiento industrial de las ciudades catalanas durante la segunda mitad del siglo XIX, pero hasta la década de 1950 el crecimiento español no ganó suficiente fuerza como para que la despoblación se generalizara a la mayor parte de nuestro medio rural.

 

-¿Qué diferencias hay entre la despoblación rural en España respecto a la de otros lares de Europa?

Fernando: -La despoblación rural española es algo más tardía, porque en el Reino Unido o Francia ya está produciéndose de manera generalizada en la segunda mitad del siglo XIX. También es más extrema cuando finalmente tiene lugar, porque en pocos lugares encontramos una emigración campo-ciudad tan masiva como la de la España del desarrollismo. Pero no hay que exagerar estas diferencias. Algunos están lanzando la idea de que somos una aberrante excepción dentro de Europa y a nosotros nos parece que los datos no permiten sostener esta afirmación. En realidad, lo peculiar de España en relación a otros países europeos occidentales no es tanto la despoblación rural en sí, sino el hecho de que nuestras densidades de población antes de esa despoblación eran ya muy bajas, por motivos históricos ligados a la ocupación del territorio durante las edades media y moderna. Es eso, más que la despoblación en sí, lo que es clave para comprender por qué aquí tenemos tantos “desiertos demográficos”. Si te vas para atrás un par de siglos, ¿qué densidad de población tenían entonces las comarcas del Sistema Ibérico que hoy han caído por debajo de 5 habitantes por kilómetro cuadrado? Pues lo cierto es que no superaban los 10: ya eran “desiertos demográficos” entonces.

 

-¿Se vincula equivocadamente el fenómeno de  la despoblación al crecimiento económico moderno? Teniendo en cuenta que lo que para unos es crecimiento económico moderno” para otros es abandono de tierras---lo que lleva a lo contrario en el entorno rural porque en este entorno quedan las actividades abandonadas—

Fernando: -El abandono de tierras no es una consecuencia de la despoblación rural. Es una consecuencia de la crisis de un modelo de agricultura poco productivo que, conforme a la gente se le abren oportunidades de cambiar a un empleo más o menos decente en la industria o los servicios, no tiene mucho que ofrecer. La emigración campo-ciudad fue el mecanismo a través del cual se manifestó el abandono de tierras, pero no fue su causa. De hecho, en las comarcas rurales con mejores resultados demográficos también ha habido abandono de tierras, porque la gente ha ido trasvasándose a sectores diferentes del agrario dentro del propio medio rural. La raíz del problema es que durante la segunda mitad del siglo XX muchas zonas rurales no lograron desarrollar esa economía diversificada. El abandono de tierras puede ser un problema ambiental y merece políticas al respecto, pero no mezclemos churras con merinas.

 

Fernando Collantes 3.jpg-Además, sí habrá crecimiento económico moderno, pero, también mucha “mano de obra que está disponible, casi a cualquier precio, en las urbes-¿Hay muchos por qué s a lo largo de estas décadas que han contribuido a la despoblación, ¿no? y no tienen porqué ser los mismos motivos, ¿verdad?

Fernando: -Claro. Nosotros pensamos que los motivos económicos, vinculados a las oportunidades de empleo, son muy importantes, pero no los únicos. Hay que tener en cuenta que, a lo largo del siglo XX, hubo una revolución de expectativas por parte de la población española. Conforme dar a tus hijos una educación más allá de la primaria o recibir atención médica especializada se convirtió en una aspiración generalizada, el medio rural tenía las de perder. Más allá de la falta de sensibilidad que algunos políticos han mostrado en ocasiones, lo cierto es que esos servicios educativos y sanitarios están sujetos a “economías de escala”. Dicho en términos llanos, uno no puede poner un hospital en cada pueblo. Además, también nos gusta señalar la importancia del género. En España y en todas partes, hablar de despoblación rural es, ante todo, hablar de mujeres que abandonan los pueblos. El análisis histórico de este fenómeno en España está claro: no lo hacían solo en busca de mejores oportunidades laborales, sino también de un clima social más propicio para su desarrollo personal a todos los niveles. En otras palabras: muchas zonas rurales se despoblaron porque, entre otros motivos, miles y miles de mujeres jóvenes anhelaban vivir en otro tipo de sociedad, menos machista y más abierta.

 

-¿Hay un punto de “no retorno” en  el fenómeno la despoblación?

Fernando: -Bueno, lo que los datos (en España y en otros países europeos) muestran es que en realidad lo que hay es… ¡un punto de retorno! Una de las cosas que todo el mundo sabe sobre la despoblación es que, si nada lo remedia, actúa como una espiral: se va la gente, dejan de nacer niños, poco a poco el pueblo no tiene más que personas mayores, estas van muriendo progresivamente… Lo que la gente tiene menos presente es que, en países con cierto nivel de desarrollo (y España parece estar en ese nivel desde hace aproximadamente un cuarto de siglo), comienzan a surgir fuerzas que actúan en paralelo a esa espiral y que pueden llegar a compensar sus efectos. Por ejemplo, gente que abandona las ciudades y pasa a residir en periferias residenciales de características rurales, o a hacer turismo en espacios rurales. O, por ejemplo, sectores en los que cada vez más empresas encuentran costoso el acceso a los polígonos urbanos y comienzan a localizarse en polígonos rurales menos congestionados. Todo esto cambia mucho de zona a zona, y desde luego no tiene lugar por igual en todas partes, pero debemos tomar conciencia de que ya no estamos en la etapa histórica a la que dedicamos la mayor parte de nuestro libro: una etapa en la que las oportunidades de desarrollo del medio rural eran escasas y la despoblación era poco más que una cuestión de tiempo.

 

 

_____________________________________________________________________

Cazarabet

c/ Santa Lucía, 53

44564 - Mas de las Matas (Teruel)

Tlfs. 978849970 - 686110069

http://www.cazarabet.com

libreria@cazarabet.com