Cazarabet conversa con... Santiago Borja Vizárraga, autor
de “La puerta roja” (Muñoz Moya)
Un relato que es
algo más que un relato porque es un ejercicio de superación real y realista en
sí mismo.
Santiago Borja nos podría
contar muchas historias para estrenarse como escritor, pero lo ha hecho muy
bien con esta historia que, remarco, se presupone tiene dentro otras muchas
historias.
La sinopsis o cómo
llegó este texto enjaulado a volar entre nuestra lectura:
En el año 2014 nos
hicimos cargo de la editorial que hoy publica este libro. Los primeros meses
fueron extenuantes, estábamos ante una actividad que nos gustaba muchísimo pero
que era nueva para todos, en la que teníamos que aprender bien y rápido (ya no
éramos jóvenes), y extraordinariamente difícil desde el punto de vista
económico como bien sabe cualquier editor.
Pero además habíamos trasladado la editorial desde Brenes, en el valle del
Guadalquivir, hasta Sarrión, en el del Mijares, a 750 kilómetros al norte y al
este, pasando entre las sierras de Andújar y Cazorla, por la manchega llanura,
y por fin arriba entre las sierras de Calderona y de la Espada, para subir el Ragudo hasta entrar en la provincia de Teruel. Allí está
Sarrión.
Y ahí quedó la editorial con sus novedades, que surgían cada día, y sus
antigüedades, de entre las cuales, de cuando en cuando, surgía alguna sorpresa.
Una de ellas fue la carta de Santiago desde la cárcel de Sevilla. Explicaba su
situación y decía que le gustaría escribir sobre su experiencia, sobre todo,
para que a otros no les pasara lo mismo.
Nos enamoramos de la idea, claro. Y le contestamos. Santiago empezó a escribir,
le mandamos algunos libros, nos contaba en sus cartas su evolución carcelaria y
supimos de los avances del libro, del tercer grado, de la libertad. Hablamos
por fin por teléfono y él terminó el texto.
Este es el resultado. Como seres humanos, estamos orgullosos de haber podido, y
sabido, y querido, poner este grano de arena para ayudar a Santiago a que este
sea un mundo mejor.
Los editores
El autor: Santiago
Boria Vizárraga nace en Sevilla en 1972. Es
instalador de electricidad y fontanería, y feliz abuelo de un pequeño, que es
su mayor locura.
Cazarabet conversa
con Santiago Borja Vizárraga:
-Amigo, ¿qué pretendías al sumergirnos en este
ejercicio narrativo…? ¿Y por qué buscas y creo encuentras refugio, salida y
escape hasta llegar al aprendizaje en la escritura?
-Bueno, cuando te
encuentras en esa situación, un sistema de protección para no pensar demasiado
en la familia se te pone en marcha, a mí siempre me ha gustado la lectura, y se
me ocurrió la idea de hacer una reflexión y compartirla, de manera que la
sociedad pudiera ojos a través de mí, y poder sentir qué ocurre ahí dentro.
-Se
nota que te lo has pasado muy bien escribiendo, creando y recreando esta
historia de historias, ¿no?
-Cuando recibí la
respuesta de la editorial, se encendió en mi interior, un millón de luces, les
había encantado la idea que, por cierto, cuando comencé a recibir correo
ordinario de la editorial allí en prisión, al director no le hizo nada de
gracia, me envió a una prisión de especial seguridad, (Sevilla II), pero yo era
totalmente libre para escribir y así lo hice.
-Pero
no se trata, en ningún momento, de un libro testimonial, ¿verdad? ¿Escribiendo de tus experiencias crees que puede ayudar a
otras personas que se encuentren en una situación parecida?, pero escribimos
por nosotros mismos, porque nos ayuda y “nos realiza”, porque nos
humaniza….porque nos hace como resurgir de entre las tinieblas, ¿es así…cómo
fue tu viaje dentro de esto?
-Algo así podríamos
decir, me encontré a mí mismo, y creo que sí que puede ayudar a otras personas,
pero es un ejercicio de reflexión que queda en uno mismo.
-¿Tus
experiencias, en realidad, no eran solamente tuyas propias eran como un puzle
–de aquí, de allí, con mucho ejercicio de observación---que se iba dando cita y
que te hacían vivir, sobrevivir y llevar las situaciones lo mejor que
podías…?.- En parte, lo que te quiero decir es que le deberás mucho a la
escritura y a la lectura—una cosa es imposible sin la otra---pero que estas
disciplinas también encuentran a ti en un aliado especial , bien especial…
-Yo convertí mí día
a día en prisión, en la fuente de materia prima para realizar ese trabajo donde
narro toda esa experiencia.
-Hay
que evadirse y buscar salidas a ciertas situaciones y eso se puede hacer
sumergiéndose en ellas, mojándose hasta el tuétano…casi asfixiarte y de esta
manera salir de la situación, haciendo pie, buscando aire a bocanadas,
encontrarlo y saber utilizarlo…es como buscar esa “puerta roja” que sabes dónde
está, pero que no todos los días sabrías localizarlas, ¿no?
-Pues sí, yo en
cuanto tuve luz verde de la editorial, mi rutina era, ir a clase para el acceso
a la universidad, y aprender a entrar en contacto con los demás presos sin que
se sintieran incómodos por un tipo, que estaba escribiendo un libro. Tuve que
aprender el método para acceder a cada persona, analizarla, moverme en su
periferia vital hasta poder tener acceso a ella, y que me contase sus
historias. Para mí fue una bocanada de aire el recibir de la editorial la
confirmación de que me iban a editar la idea, una alegría sostenida en el
tiempo.
-Amigo,
¿nos puedes hablar del proceso de documentación, búsqueda de fuentes, lectura
de libro y demás que hay detrás de este libro? Período apasionante, pero muy
afanoso y trabajoso que, a veces, incluso nos puede sumergir en cierta
ansiedad…
-La propia vivencia
y el día a día en prisión que da para mucho si sabes darle forma, una
retrospectiva a mi barrio para situar al lector en mis orígenes, y sobre todo y
muy importante, transmitir objetividad, nunca escribí enfadado con el mundo,
quise mostrar las cosas tal cual iban sucediendo, y plasmarlas en la narración.
-¿Y
cómo fue para ti, desde una prisión, el buscar editor para contar tus
experiencias? Coméntanos, por favor porque si ya es harto difícil para personas
que “viven con normalidad”, presumo que a vosotros se os debe hacer todo más
difícil…
-Fue
de lo más básico. Comencé a recoger direcciones de editoriales a porrón en los
libros de la biblioteca, pedí a la profesora que me hiciese copia de la idea
que quería transmitir y me ayudó, me trajo varias copias en folio que yo había
hecho en el ordenador de las clases de informática, compré sobres y sellos, y
empecé a enviar la idea a las editoriales. Tuve respuestas varias, pero la
única que se atrevió a editarla fue (Muñoz Moya), cosa que le agradeceré
mientras viva, me dio la oportunidad y espero haberla aprovechado bien.
-¿Y cómo fue el día a día de trabajo, tu
metodología de trabajo para construir esta narración?
-Como
he mencionado anteriormente, iba recogiendo lo mejor de las vivencias tanto
mías como de otros presos, intentando poner atención para afinar en el
contenido que a veces, era un poco fantástico, y claro, tenía que ir desechando
a peliculeros y malos directores de dice que se montaban un show ellos solos.
Como he dicho, si sabes darle forma, ese tipo de situaciones, dan para mucho.
-Este
trabajo, ¿te ha abierto la mente y la curiosidad a indagar más sobre algunos de
los aspectos tratados en el mismo?; ¿nos puedes hablar de trabajos en los que
estás sumergido ahora?
-
Claro que sí, el contacto con la editorial, despertó en mí el deseo de escribir
y probar suerte como escritor, y me puse las pilas al derecho, y no las he
soltado hasta ahora. Estando allí, estuve estudiando sobre la guerra civil, y
ya está a punto de salir una preciosa novela, basada en esos hechos, creo que
es muy amena, y sobre todo es una fuente de documentación que el lector saldrá
con un conocimiento mucho más amplio de aquellos acontecimientos, ¿su título?
(Casi Mil Días), en estos momentos, estoy inmerso en otra novela que me está
costando un poco encontrar el hilo, pero bueno, es parte de escribir.
-¿Cómo
y qué ha significado para ti editar este libro en Muñoz Moya…cómo ha ido tu
primera aventura en el mundo editorial?
-Como os he
comentado antes, el recibir carta de la editorial allí dentro, fue una
explosión de alegría, ilusión, sorpresa, me embargó todo esto, y ya voy por mi
segunda novela, la ilusión sigue intacta desde ese día allí dentro. Espero
haber contribuido en la entrevista, ayudar en lo poquito que pueda es un deber
hacia vosotros, ya que tuve una oportunidad que quiero agradecer desde mi más
profunda gratitud.
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