Cazarabet conversa con... Lola Montalvo, autora de “La fosa” (Edhasa)
Una novela histórica muy muy bien documentada,
en todas sus dimensiones, por la escritora Lola Montalvo.
Está editada por Edhasa.
Edhasa es de las editoriales que hace de la
novela, en este caso de la histórica, un ejercicio pleno de aprendizaje
histórico, abriéndonos la mente para, después de cada lectura querer más lecturas
del período histórico del que hemos leído, de la pluma que nos lo ha escrito u
de otras plumas que tratan el mismo tema, algo que les sugiere o del período
histórico…
La sinopsis del libro:
Ya ha comenzado la excavación de la fosa. Está
junto al cementerio, en Castillejos de la Sierra, Sevilla. Y a la exhumación se
suma Mar Torralba, una reconocida y reputada antropóloga forense. Llega al
pueblo acompañada de su sobrino Dani, mudo desde que, hace poco, su madre ha
sido asesinada a manos de su padre.
Mar está dispuesta a recuperar todos aquellos
cuerpos que allí yacen sepultados. Represaliados del franquismo en 1940. Pero
hay más, porque un terrible y oscuro secreto se encuentra escondido en la fosa
común: uno de los cadáveres muestra signos de asesinato, de una muerte
distinta. A partir de ahí, Mar y su familia se verán envueltos en un
vertiginoso proceso de investigación que dejará al descubierto hechos del
pasado que alguien se esforzó porque quedaran siempre bajo tierra. Mientras
tanto, en el centro del vórtice, quedarán Dani y su oscuro secreto…
Pasado y presente, historia hecha real y
sentimientos se entremezclan en esta novela de Lola Montalvo. Con trazos
rápidos y precisos, en una escritura envolvente, La fosa nos transporta a esos
momentos vividos que nunca podremos olvidar.
La autora, Lola Montalvo: Lola Montalvo nació
en Madrid, pero vive en Andalucía y, desde hace ya más de treinta años, se gana
la vida como enfermera. Es diplomada en Enfermería, licenciada en Geografía e
Historia, DEA en Historia Antigua, máster en Ciencias Forenses y Derecho
Sanitario, experta en Criminología, máster en Antropología y Genética Forense y
máster en Nutrición Clínica y Dietética. Ha ganado varios certámenes literarios
con sus relatos cortos, lo que la animó a adentrarse en la escritura de
novelas.
Colabora en varias publicaciones periódicas en
internet de temática enfermera, histórica y actualidad.
Otras obras publicadas:
- Primeros relatos, (2008)
- Sanatio,
2014, FINALISTA DEL III PREMIO DE CREACIÓN LITERARIA BUBOK-ALFAGUARA (2011) y
FINALISTA EN IV PREMIO NOVELA HISTÓRICA HISLIBRIS (2012)
- Vivir con insuficiencia renal,
2016 (coautora con Ana Hidalgo)
- Historia de una enfermera
(Ediciones B, 2017) la alzó al éxito de lectores y crítica, premio a Mejor
Libro en los «I Premios Healthcare Creators» (2019)
Web: https://www.lolamontalvoescritora.es
Twitter: https://twitter.com/Lolamont
Facebook: https://www.facebook.com/lola.montalvo
Cazarabet conversa con Lola Montalvo:
-Amiga
Lola, ¿qué te ha llevado a escribir esta novela que tiene y bebe del género
novela que instala algo de ficción instalado dentro de la historia?
-Me planteé escribir una novela como «La fosa»
cuando tuve noticias de las excavaciones que se estaban llevando a cabo en
diferentes fosas comunes de Andalucía y otros puntos de la Península y del
escaso apoyo que las organizaciones de Memoria Histórica que las llevan a cabo
recibían de administraciones y ciertos juzgados. Sentí que era algo que
necesitaba contar, sobre todo, porque poco o nada se sabía sobre este asunto en
particular y poco o nada se había hablado de este drama durante décadas.
-Lola, ¿qué
pretendías al sumergirnos en este ejercicio narrativo; qué esperabas de todo
ello...?
-Lo que yo necesitaba era mostrar unos esbozos
del trabajo que llevan a cabo las asociaciones de Memoria Histórica, esa misma
Memoria Histórica que muchos consideran que deberíamos dejar a un lado,
olvidar, o de la que se afirma que mejor no insistir en este tema, que son
heridas cerradas y que no se deberían volver a abrir, cuando son heridas
tórpidas que nunca cerraron, que siguen generando mucho dolor, pena y
aislamiento a las familias.
-Bueno, sigues
dentro del mismo género que ya abriste con Historia de una enfermera... ¿te
sientes especialmente cómoda dentro de este género?
-La verdad es que me siento cómoda tanto con
la Historia como con el Género Negro porque casi siempre los mezclo en mis
novelas, en mayor o menor medida. Soy historiadora, aparte de enfermera, y
reconozco que me fascina imaginarme en otras épocas y hacer que mis personajes
se muevan en tiempos pasados entre oscuros secretos. Y hasta ahora los
resultados me han gustado muchísimo.
-¿Qué
es o, más bien, amiga, qué significa para ti la narración novelesca en torno al
género histórico?
-La Historia me ha gustado desde siempre, por
ello tras la carrera de Enfermería me licencié en Historia. La novela histórica
genera una magia que no siempre consiguen los textos de estudio: sumergir a los
personajes en ese maravilloso contexto y hacerles que se desenvuelvan y que nos
emocionen, al tiempo que entendemos, quizá un poco más, la sociedad, la
cultura, el ambiente sociopolítico del momento histórico en el que se les ha
encuadrado. Para mí, es un género magnífico que me da muchas satisfacciones,
como escritora y como lectora.
-¿Es
esta novela un homenaje en torno a los que intentan, desde
diferentes disciplinas, dignificar al ejercicio en torno a la Memoria
histórica?
-En «La fosa» hago hincapié en problemas a los
que se le ha dado, erróneamente, tintes políticos sin tenerlos, de ahí la
desidia de ciertas administraciones a darle solución de una vez; recuperar los
miles de cuerpos de represaliados que aún están tirados en fosas, repartidos
por todo el territorio de nuestro país, fue, es y será un acto de justicia y de
dignidad. Nuestra sociedad, que se considera madura y avanzada, debe de dejar
de mirar a otro lado y solucionar este dolor heredado de una vez por todas. Lo
veo un acto de justicia y dignidad para las víctimas.
-Pero, a la vez,
detrás de esta historia en torno a la excavación de una fosa de asesinados en
la Guerra Civil hay otras historias, todas muy humanas que la rodean de manera
más o menos directa... esto le da "como un cuerpo especial" a la
novela, ¿verdad?
-En todas las historias que escribo procuro
entrelazar varias tramas entre los personajes, tramas que los unen y los enlaza
de una forma que, a veces, no es fácil imaginar al iniciar su lectura. Me gusta
muchísimo conseguir algo así porque nuestra vida real es así también… no somos
lineales: somos una red de relaciones, de situaciones, de problemas, de
proyectos, de anhelos. Conseguir plasmar algo así en mis novelas me gusta
muchísimo.
-Y es que las
personas, por ejemplo, que están allí trabajando —me refiero a la excavación de
la fosa— viven su día a día con sus problemas y demás, ¿verdad?... y así, se
encuentra el sobrino de la protagonista —Mar—, Dani, que está en silencio desde
la muerte de su madre por un feminicidio a manos de su padre... ¿Cómo se te
ocurrió meter este ingrediente social, tan de actualidad y tan desgarrador,
pero que está ahí y que es necesario abordar de una vez en esta novela?
-La violencia hacia las mujeres y hacia los
niños ha existido desde siempre, desde que a la mujer se la empezó a considerar
un algo que poseer, que dominar, que doblegar o someter; desde que el hombre empezó
a considerarse él mismo como el protagonista de la Historia. Hemos evolucionado
porque ahora se habla de ello, se ha identificado el machismo como un problema
en sí mismo, hemos asumido que afecta a toda la sociedad y no algo que se deba
esconder en lo más íntimo de los hogares, como se hacía cuarenta años atrás.
Hasta hace poco no se contabilizaban las víctimas ni se le consideraba un
gravísimo problema tal como se considera en la actualidad. Un problema
gravísimo que debemos dar solución entre todos, por mucho que algunos sectores
nieguen su existencia.
-En
tus creaciones ¿qué papel quieres darles a los personajes —aquí veo que tienen
mucho peso y que llevan muchos pesos— prioritario frente a la trama y al
escenario?
-Para mí las personas tienen la máxima
importancia porque me gusta mostrar sentimientos, dudas, temores, angustias,
miedos, ilusiones… a mis personajes
quiero darles esos tintes de humanidad que reconocemos en las personas con las
que convivimos a diario. Además, me gusta que mis protagonistas sean personas
normales con sus virtudes y sus defectos, que sientan lo mismo que sentimos
todos y cada uno de nosotros cuando nos miramos al espejo. Para mí crear
personajes reales y creíbles es un reto en cada novela.
-Porque parece
que el papel de la trama, en este caso la excavación de la fosa y todo lo que
de ella se deriva, ¿siempre es el eje sobre el que gira todo lo demás—hasta la
paciencia, satisfacciones e insatisfacciones de la escritora—?
-Quería que la fosa que se excava en la
novela, con el objetivo de rescatar los restos de los represaliados, algo que
se lleva haciendo muchos años y que no todos saben qué proceso supone, fuera el
centro de toda la historia, fuera un foco del que no se puede apartar la
atención. Sólo así podía explicar el proceso de excavaciones y lo muy complejo
que resulta, aún hoy día. Eso sí, no olvidemos que la trama se desarrolla en
2010; me gustaría pensar que algo ha cambiado para mejor en todos estos años.
-Pero, Lola, muy
a menudo, la ósmosis entre personajes y trama es tan fuerte que interaccionan
de una manera que la novela digamos que se lee por sí sola...
-Me alegra muchísimo que manifiestes esa
sensación al leer la novela. Siempre tengo la esperanza de escribir historias
que sean absorbentes, que te enganchen desde la primera página, que resulten
apasionantes para las personas que lo puedan leer. Y siempre me entusiasma
saber que se ha operado esa especie de magia entre quien escribe y quien lee.
-¿Cuál
y cómo es el papel que le otorgas al escenario, esa frontera junto al
cementerio de Castillejos de la Sierra en el que se pasean los
personajes y se desarrolla la trama?
-Bueno, Castillejos de la Sierra, en la
provincia de Sevilla, es un pueblo inventado, no existe. Quería que esta
historia se desarrollara en Andalucía porque los casos de excavación de fosas
que más había conocido eran los que, en su día, se iniciaron en Cazalla de la
Sierra o Aguilar de la Frontera, pero no quería llevar a mi novela casos tan
concretos, que pudieran molestar a los seres queridos de los represaliados o a
los vecinos de estos municipios. Por ello consideré que lo mejor era inventarme
un pueblo, un espacio imaginario y que mostrara una realidad teórica desde un
lugar inexistente; así pude aunar todos los aspectos que deseaba plasmar en mi
relato sin errores de interpretación y, sobre todo, sin molestar a nadie.
-Se nota que te
lo has pasado muy bien escribiendo, creando e imaginando esta historia, ¿no?;
es eso el "secreto de tu éxito" como escritora y como persona... te
lo pregunto porque al fin y al cabo la vida es como la escritura si te gusta lo
que haces, seguro que tienes muchos números de sentir un poco de felicidad y
por algo se empieza...
-Tienes razón, disfruto muchísimo escribiendo
y me lo paso muy bien metiéndome en la piel de personajes tan variados, tan
peculiares, tan diferentes a mí. Me gusta el ejercicio mental de imaginar a
personas que no tienen nada que ver ni con mi persona ni con mi tiempo. Dibujar
caracteres de personas que han vivido mucho tiempo atrás es algo delicado para
no caer en un defecto muy común: el presentismo, es decir, dar actitudes o
interpretaciones a hechos pasados con la visión de nuestra actualidad. Me
alegra que se note que disfruto con mi labor escritora.
-Das una vuelta
de tuerca cuando entre los cuerpos encontrados en la fosa común hay uno que
muestra signos de haber sido asesinado de manera diferente a como lo fueron los
demás, ¿verdad?
-Ahí radica el foco de lo que le planteo al
lector nada más comenzar la novela y lo hago con una escena muy impactante,
pero que pretende llevar a quién lo lee a preguntarse qué diferencia existe
entre el asesinato perpetrado por la cuadrilla sobre los represaliados del
franquismo y la muerte de ese otro hombre que se convierte en el protagonista
silencioso de la trama. ¿Los asesinatos son distintos? Y si la respuesta es
afirmativa, añado: ¿por qué? Invito a quienes me leen a que hagan un análisis.
-¿Es
como una novela dentro de otra novela y cada una ya bien podría ser una novela
independiente?
-Cierto, «La fosa» es una novela ambientada en
nuestros días que, de repente, tropieza con ciertos acontecimientos de los años
40 que se abren paso a través de esa fosa y que imbrica a los personajes de una
forma tal que, me gustaría creer, atrapa al lector y le lleva a necesitar saber
qué sucedió mientras disfruta con una lectura amena, agradable y bien escrita.
El objetivo que me planteo cuando escribo es que la novela sea un placer
intelectual en todos los sentidos. Y la complejidad de la historia principal
junto con las secundarias creo que son los que consiguen este resultado cuando
todo encaja al final.
-Al
fin y al cabo, las novelas son como la vida misma, mucho más complicadas de lo
que parece cuando empezamos las andaduras, ¿verdad?; ¿por qué?
-Como indico más arriba, me gusta escribir
sobre personas normales a las que les suceden cosas que merecen ser contadas.
Y, como la vida misma, ninguna historia va aislada. Todas las personas tenemos
varios frentes abiertos al mismo tiempo y todos y cada uno de ellos nos
condiciona, nos lleva a tomar decisiones que tienen diferentes repercusiones en
nuestro día a día.
-Hace cinco años
publicabas, y con éxito, Historia de una enfermera en Ediciones B ...han
pasado cinco años. La presentación de presentaciones de aquel libro que tuvo
éxito, el encuentro con lectoras y lectores, el tirar adelante con este libro,
una pandemia con el hándicap de que eres enfermera...y te nos presentas, aquí,
con una nueva novela, muy diferente a la anterior...valiente y que hinca el
dedo en no pocas llagas, ¿qué nos puedes decir?
-«La fosa» es la tercera novela que
tengo publicada, aunque tengo escritas ya cuatro y en estos días estoy inmersa
en mi quinta novela. Aparte de «Historia de una enfermera» publicada en EdicionesB, en 2014 se publicó «Sanatio»,
novela histórica ambientada en la Hispania romana del siglo I antes de nuestra
era. Lo cierto es que el riesgo de publicar «La fosa» en plena pandemia lo ha
sobrellevado la editorial Edhasa, gracias a su
editora Penélope Acero, a la que tengo tanto que agradecerle por confiar en
esta novela y atreverse a publicarla en tiempos tan complicados. Cierto que
presentaciones, ferias y firmas se han visto resentidas por las lógicas
restricciones derivadas de la pandemia.
-En todas las
novelas están flotando los secretos que son como válvulas a presión para el que
ejerce el arte de la escritura, ¿no?; aquí mueven la trama y no poco...
-Cada novela que escribo es completamente
distinta a la anterior. Supongo que me gustan varios géneros, aunque me muevo
entre la histórica y la novela negra. Siempre me impele el plantear ciertos
misterios que rodean a los personajes, ir dibujando sus caracteres, su
personalidad, según avanza la trama. Supongo que todas las personas en mayor o
menor medida guardamos secretillos. Un secreto es siempre la sal de toda
historia. Lo cierto es que escribo las novelas que me gusta leer y, quizá, las
aventuras que me encantaría vivir.
-Pero hasta el
sobrino Dani guarda, dentro de su silencio, sus propios secretos, ¿verdad?
-Estoy convencida de que los secretos que
guarda Dani, el protagonista niño de «La fosa», son los más desgarradores,
porque todo lo que afecta a los niños nos resulta siempre más doloroso. Dani es
la manifestación del miedo y el sufrimiento que se genera en muchas familias en
las que existe violencia machista. He roto una pequeña lanza en favor de estos
niños y contra los que afirman que la violencia machista solo afecta a las
mujeres, cuando los hijos son agredidos y maltratados en igual medida y sus
secuelas suelen ser igual de dolorosas.
-De todas
las maneras, me da, que te gusta ir sobre seguro porque escribes sobre cosas
que dominas... La historia de la enfermera en tu anterior novela; la
antropología forense en esta, el conocimiento de "ciertas problemáticas
humanas" en esta novela... ¿te sientes más segura así?
-Para poder abordar en mi trama el trabajo que
se lleva a cabo en las fosas y conocer cuál era el protocolo de abordaje de una
excavación para crear una situación ficticia pero fiel a la realidad, me puse
en contacto con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y un
responsable de ésta habló conmigo y me explicó paso a paso el proceder en cada
fosa y las diferentes posibilidades que se planteaban, según existiera respaldo
de la administración y de los juzgados o no. Mis estudios en ciencias Forenses
y Criminología me ayudaron y me proporcionaron el vocabulario y la terminología
adecuada, estudios que realicé durante el tiempo que dediqué a escribir esta
novela. Me gusta conocer el tema sobre el que escribo, para explicar bien las
cosas y para no cometer errores muy llamativos. Insisto en que me gusta que mis
personajes sean creíbles y eso incluye lo que hacen, lo que hablan y sus
interacciones. Para eso no queda otra que documentarse de forma meticulosa. Y a
mí este proceso me gusta, me parece fascinante.
-¿Son
los personajes que muestras y haces desfilar en tu historia han ido cambiando
tal como los pensaste en un inicio bajo el influjo de la trama o es más bien
algunos rasgos de la trama los que cambian bajo el influjo, influencia o
enamoramiento al que te someten, como escritora, algunos de los personajes?
-Cuando empecé a escribir «La fosa» tenía
definidos a los personajes, gran parte de la trama y el final. Pero, como en
todas las novelas y relatos que he escrito, llega un momento en que los
personajes cobran vida propia. Les das su personalidad, su carácter, sus
herramientas para desenvolverse con espontaneidad y, de repente, llega uno se
toma ciertas libertades y te obliga a cambiar una parte de lo que ya tenías
definido. Cuando pasa esto, es algo mágico, porque queda patente que la
historia ya fluye sola y tú solo tienes que seguir sus pasos. Es una sensación
maravillosa. Eso sí, yo nunca les dejo que me cambien el final… nunca sé el
rumbo definitivo que voy a llevar, pero sí sé a dónde tengo que llegar.
-Amiga,
¿nos puedes hablar del proceso de documentación, búsqueda de fuentes, lectura
de libro y demás que hay detrás de este libro?, período apasionante, pero muy
afanoso y trabajoso que, a veces, incluso os puede sumergir en cierta ansiedad
como escritora...
-Esta novela la escribí entre 2010 y 2016.
Cuando empecé tenía ciertas nociones de Antropología forense porque me había
documentado y leído manuales, pero me vi demasiado verde. Así que me matriculé
en un máster sobre antropología forense y genética que me vino fenomenal. Hice
lo propio también con Criminología. Con respecto a las excavaciones consulté
todo lo que pude en web especializadas; también consulté —y ellos me ayudaron—,
a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, como indiqué más
arriba. La parte que hace referencia a la evolución psicológica del niño me la
proporcionó mi amigo Fernando Muñoz que me dio las pautas y me señaló los ítems
imprescindibles para que la evolución de Dani fuera real y creíble. Para la
parte de historia de la Guardia Civil me ayudó un amigo ex guardia civil. En
fin, para mí la documentación es fundamental y siempre siempre
me parece un proceso enriquecedor que me encanta.
-¿Y
cómo ha sido el día a día de trabajo, tu metodología de trabajo para construir
esta novela con no pocos aires históricos?
-En esos años en los que escribí «La fosa»,
tal como hoy día, yo trabajo como enfermera a jornada completa, estudio en la
UNED, suelo colaborar en publicaciones y divulgación y tengo mis obligaciones
familiares. Eso, como se puede suponer, me lleva a no poder dedicar a mis
novelas el tiempo, todo el tiempo, que me gustaría. Procuro escribir a diario siempre
que me es posible, pero sí que suelo pasar semanas sin poder sentarme a ello;
la parte de documentación también me lleva bastante tiempo porque no suelo
tener a nadie que me busque lo que necesito, debo hacerlo todo yo misma. «La
fosa» la escribí en seis años más o menos. Y la que estoy escribiendo ahora,
quizá vaya por el mismo camino.
-Este trabajo,
¿te ha abierto la mente y la curiosidad a indagar más sobre algunos de los
aspectos tratados en el mismo, nos puedes hablar de algunos trabajos, desde el
punto de vista literario, en el que estás sumergido ahora?
-La verdad es que
esta novela me ha descubierto muchos detalles y hechos acaecidos durante la
Guerra Civil y la dictadura franquista que me apetece contar en mis historias.
Muchos de ellos están recogidos en la nueva novela que estoy escribiendo en
estas fechas; llevo ya un año en su redacción, veremos cuando acabo. También
estoy inmersa en un proyecto de investigación sobre un personaje histórico que
quedó tapado de forma inexplicable por el olvido y que, cuando culmine, quizá
lo convierta en novela o quizá lo publique como artículo de Historia, ya veré.
Y, por último, en estos días estoy escribiendo un relato corto de ambientación
histórica que formará parte de un libro de relatos que se ha organizado con
fines benéficos. A nivel literario, esto es todo.
Muchas gracias,
Cazarabet.
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Cazarabet
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44564 - Mas de las
Matas (Teruel)
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