La
Librería de El Sueño Igualitario
Nos acercamos a los documentales “Ladrones de vidas. Niños
robados en la Comunidad Valenciana” y “Cayetano Ripoll
y la Iglesia valenciana”.
Conversamos con Miguel
Hernández y Luis Pla, dos documentalistas que en los últimos tiempos nos han
brindado dos documentales desde la Comunidad Valenciana desde diferentes
temáticas, pero teniendo a la Iglesia como denominador común…
Uno de los documentales aborda el problema de
los niños y niñas robados por el franquismo, decisión política que acarreó un
grave y hondo problema social, se trata de “Ladrones de vidas”.
Anteriormente habían realizado un valiente
documental sobre el último asesinado por la inquisición—Juntas de Fe--, tuvo
que ser en València, Este documental lleva el título
de “Cayetano Ripoll y la Iglesia Valenciana”.
Título: “Ladrones de Vidas, niños
robados en la Comunidad Valenciana”.
Duración: 54:04
Sinopsis: Este documental aborda
el problema social y político de los niños robados originado en la Guerra
Civil y que se prolongó durante más medio siglo en el Estado español, con
una especial atención a la Comunidad Valenciana. Mediante una voz en
off, realizada gracias a la colaboración de José Manuel Rodríguez ("Rodri"), y de varias entrevistas a políticas,
especialistas y víctimas, se explica el origen, el funcionamiento de las
tramas, la situación actual y las reivindicaciones que siguen presentando las
víctimas. Las políticas son Mónica Oltra Jarque, Esther López Barceló y Modesta Salazar Agulló. Los especialistas son Enrique Vila Torres, Mª José Esteso Poves y Luz Celestina Souto. Las víctimas son: el propio Enrique Vila, Mª
José Picó Robles (presidenta de la Asociación de Alicante), Laura
Perales Rubio (Alicante), Victoria Utiel Arroyo (presidenta de la
Asociación de Valencia), Francisco Rocafull
Román (Valencia), Vicente Martínez Gil (Valencia), Rosario Marcos Sala
(Valencia) y Antonio Iniesta Coria.
Miguel Hernández
(documentación, guión y dirección) y Luis Plá (cámara,
edición y postproducción).
Miguel Hernández debutó como director
y guionista con el cortometraje "Granada", que se proyectó en la
XVIII Mostra de València
y en los Premis Tirant 2007, y "Ladrones de
vidas. Niños robados en la Comunitat
Valenciana" es su segundo documental para AVALL, tras
"Cayetano Ripoll y la
Iglesia valenciana".
Luis Plá es
profesional del sector audiovisual y multimedia desde hace más de 25 años,
cuando estrenó su primer documental independiente "Els Pelegrins de les Useres" (1998), y es corealizador
de los documentales "Cayetano Ripoll y la
Iglesia valenciana" y "Ladrones de vidas, niños robados
en la Comunidad Valenciana".
El documental tiene un
presupuesto de cero euros. La única ayuda económica ha sido la financiación
por AVALL (Associació Valenciana d'Ateus i Lliurepensadors) de
los viajes a Madrid y Alicante de los coautores para realizar las
entrevistas.
Enlaces de interés en cuanto a los dos
documentales:
Noticia en el informativo regional de RTVE: https://youtu.be/wmjpZqtW_mo
Artículo del escritor Alfons
Cervera tras ver nuestro documental: http://www.eldiario.es/cv/opinion/bebes-robados_6_585901419.html
Noticia en El País: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2016/12/01/valencia/1480587878_758367.html
Artículo nuestro sobre el documental: http://www.lamarea.com/2016/12/01/memoria-historica-ladrones-de-vidas-una-rama-del-exterminio-ideologico/
Entrevista en Rebelión: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217697
Sobre el anterior documental de Ripoll:
http://www.lamarea.com/2013/04/21/inquisicion/
Cayetano Ripoll y el
riesgo de ser “deísta”.
¿Nos ponemos sobre “el buen camino” con una
definición?:
El protagonista, un maestro con ideas propias,
amplias…
https://es.wikipedia.org/wiki/Cayetano_Ripoll
El “caso Ripoll” fue
tratado por el escritor y político catalán Alfred Bosch quien escribió “Inquisito” en 2006.
Cazarabet conversa con Miguel Hernández Alepuz:
-Amigo, ¿qué fue lo que te animó a la realización de este
documental?
-La idea surgió cuando me di cuenta de
que muchas personas que yo conocía, algunas de una gran cultura, desconocían
totalmente la figura histórica de Ripoll. Entonces
busqué información y comprobé que era muy poca la que había al alcance del gran
público. Mi intención era contar la historia valiéndome de los pocos medios con
los que contaba y subirla a Youtube. Cuando informé de este modesto proyecto a mi amigo
Luis Pla, un experto conocedor de las nuevas tecnologías de la información, la
comunicación y la imagen, se entusiasmó con el proyecto y me propuso ayudar a
mejorarlo. Pero las mejoras no fueron solo técnicas, sino que aportó también
sus ideas y su empuje. Logramos entrevistar a dos expertos y un vídeo de
aficionado se convirtió en un documental. Ese sería el inicio de un tándem que
ahora mismo está trabajando en su tercer proyecto.
-Miguel, ¿nos puedes acercar a la figura, al nombre de Cayetano Ripoll y al entorno social en el que vivía cuando fue
detenido por deísta ejerciendo de maestro?;¿hoy
alguien se acuerda de Cayetano Ripoll?
-Ripoll
nació en Solsona. Durante la llamada “Guerra de la
Independencia” luchó contra los franceses y tras ser capturado fue llevado a
Francia. Allí conoció el deísmo y se convirtió a él. Regresó al Estado español en el peor momento
posible, durante la “Década Ominosa” (1823-1833) y buscó trabajo como maestro.
Superó el placet de la Iglesia (un requisito previo
para poder trabajar de maestro) y comenzó a ejercer en una modesta barraca de
la zona de La Punta, una zona de huerta al sur de la ciudad y cercana al mar.
Según algunas versiones, una madre de un alumno lo denunció por no seguir los
rituales católicos.
Hoy mucha gente sigue desconociendo
esta figura histórica, aunque modestamente podemos decir que son unas pocas
más, sobre todo en la ciudad de Valencia, gracias a nuestro documental. El año
pasado se celebró por primera vez en la ciudad de Valencia el Día Mundial del
Laicismo y la Libertad de Conciencia, y no sólo fuimos invitados al acto, sino
que una gran actriz, Lola López, hizo una reflexión histórica y leyó un
manifiesto en el lugar exacto donde hace casi dos siglos fue asesinada la
última víctima mortal de la Inquisición. En ese mismo acto se solicitó que se
levantara una placa o un monumento a esta figura, no solo como homenaje, sino
como símbolo universal del Laicismo y de la Libertad de Conciencia.
-¿Qué
suponía en aquella época ser deísta como lo eran en Francia Rousseau, Voltaire?;¿por qué le temían tanto?
-El deísmo acepta la existencia de una
divinidad, y cree que es posible conocerlo a través de la razón y la experiencia personal, en lugar de
hacerlo a través de los elementos comunes de las religiones teístas como la revelación directa, la fe o la tradición. Aceptar que existe un dios para los deístas
no implica que haya que crear una religión, con su jerarquía, dogmas y
rituales. Dios está en todas partes, en la naturaleza, en los ríos, en las
montañas, y no tiene sentido inventar toda una serie de normas y ritos para
acercarse a Él. Este planteamiento era peligrosísimo para la Iglesia Católica
pues ponía en cuestión a toda la jerarquía. Los curas, los obispos y hasta el
mismo Papa son innecesarios para los deístas, y sus dogmas no tienen sentido.
Lo importante es ser buena persona y “sentir” a dios cada día de tu vida.
-¿Por qué para la Iglesia Católica
Apostólica y Romana, sobretodo de este país era un “riesgo” ser deísta?,
¿estábamos muy, muy rezagados respecto a cualquier otro país, por ejemplo
Francia, ¿no? Eran tiempos en los que la Revolución Industrial empujaba nuevas
maneras de concebir el trabajo y la vida social y eso debería haber afectado la
relación con la religión, ¿no?
-El deísmo parte de unos planteamientos
en apariencia modestos, de alcance
puramente personal, pero como es fácil suponer, sus implicaciones no se
limitaban a la religión sino que alcanzaban a la política, a la sociedad e
incluso a la economía. Si se aceptan sus postulados, toda la jerarquía
eclesiástica no solo es inútil, sino que todo su poder político, económico y
social es injusto. Es más, toda esa estructura de poder es contraproducente
para un verdadero acercamiento a su dios, un dios que es de amor y no de
venganza y de odio. Todo este discurso era muy peligroso, sobre todo si quien
lo mantiene es un maestro. Los maestros siempre han sido un objetivo preferente
en la represión ideológica para la Iglesia Católica Española.
Efectivamente, el Estado español
estaba muy retrasado en materia de libertades y derechos respecto a otros
países europeos. Una situación que no se ha corregido en la actualidad, donde
se entiende que toda la población es católica y por tanto que el dinero público
debe financiar su estructura administrativa, sus actividades y su
adoctrinamiento.
Cuando hacía décadas que había
comenzado la Revolución Industrial, cuando los trenes ya circulaban por Europa,
en este rincón olvidado del viejo continente la Inquisición seguía matando
herejes. El asesinato de Ripoll supuso un escándalo
mundial, pero hubo que esperar a que muriera el Rey Felón para que ese mismo
año, en 1833, fuera abolida la Inquisición, aunque no sabemos si
definitivamente…
La Iglesia Católica Española nunca ha
perdido su poder en el Estado español, nunca ha habido una situación política
en la que ella se pusiera en cuestión, si exceptuamos la Segunda República, y
ya sabemos cómo acabó.
-Por qué Valencia a finales del XVIII y principios del XIX tenía
todavía dentro de su idiosincrasia y entre los acérrimos creyentes la práctica
y el tener bien visto “obedecer” los designios de la Inquisición?
-De Valencia algunos pueden tener la
imagen de que siempre ha sido una ciudad abierta al exterior, cosmopolita, etc, pero no es así, y menos aún en ese momento histórico.
En Valencia hay una larga tradición de intolerancia y de fanatismo religioso. A
lo largo de la historia en esta ciudad se han producido hechos sin parangón con
otras ciudades, como tratamos de contar de manera apresurada en la segunda
parte del documental.
-En el nombre de la religión y de la imposición de la fe,
¿cuántos asesinatos o ajusticiamientos tuvieron lugar en nombre de
la Inquisición, luego llamado Juntas de Fe en Valencia? Entre ellos fue
ajusticiado va Lluis Vives y muchos de sus familiares;
mientras tanto Vicente Ferrer sigue siendo patrón de la ciudad con la de judíos
que mandó a la muerte…
-El caso del predicador Vicente Ferrer
es significativo de lo que acabamos de decir. Una persona que incitaba a la
violencia contra los judíos y que trataba de imponer por la fuerza su
conversión, no solo es santo, sino que es el patrón de Valencia. No es casual
tampoco que pertenezca a la orden de los dominicos, la misma que fue la
encargada durante siglos de dirigir la Inquisición.
Luis Vives fue enviado por su padre a
estudiar a Paris y eso le salvó la vida pues casi toda su familia fue quemada
por su ascendencia judía. Su madre, muerta hacía años durante una peste, fue
desenterrada para poder quemar sus huesos.
La Junta de Fe de Valencia
solo asesinó a Cayetano Ripoll, pues su
“ajusticiamiento” causó tal revuelo a nivel nacional e internacional que ya no
se atrevieron a llegar hasta el final con ninguna otra víctima.
-Con Fernando VII se abolió la Constitución de 1812, “la Pepa”,
tiene lugar la represión absolutista…la década Ominosa—1823-1833--¿fue de
alguna manera cómplice de todo ello? Lo único que se hizo es
cambiarle el nombre de Inquisición a Juntas de fe por las presiones
extranjeras. Coméntanos.
-Fernando VII, es conocido como el
peor rey de todos, al menos de todos los de la dinastía Borbón, y con razón. Le
tocó vivir en un momento histórico clave y su obsesión por defender los
intereses de la clase dominante y de la Iglesia Católica Española le llevó a
decisiones catastróficas para el conjunto de sus súbditos. Además,
personalmente parece que era un dechado de defectos, torpe, cobarde, vengativo,
cruel, ingrato, inculto, etc.
Tras la intervención de los Cien Mil
Hijos de San Luis, Fernando VII no volvió a restablecer de nuevo la
Inquisición, quizá por presiones exteriores, pero algunos obispos crearon
“Tribunales de la Fe” o “Juntas de Fe” compuestos por las mismas personas y
actuando con los mismos medios y fines. No tenían ningún respaldo legal, pero
pudieron actuar gracias a la complicidad de las respectivas autoridades
locales. Este cambio de nombre es el que ha servido a algunas personas mal
informadas para negar que Ripoll fuera la última
víctima de la Inquisición, pero es una falsa polémica que afortunadamente ya
está resuelta.
-¿Por qué en España la ciudad más “represiva” era Valencia con
el arzobispo Simón López a la cabeza? ¿Qué idiosincrasia guardaba
este Arzobispado?.Bueno, a día de hoy, el Arzobispo de
Valencia, es de los que más “eleva el pistón”….
-Simón López no era un eclesiástico
más en ese momento. Recordemos que algunos si que
estuvieron a favor de la Constitución de Cádiz. Él fue diputado en esas Cortes
y se mostró como uno de los más cerriles y reaccionarios. Posteriormente,
prefirió ser desterrado a acatar la Constitución. Llegó a ser arzobispo de
Valencia y le cabe el triste honor de ser el último que mandó asesinar en
nombre de la Inquisición en todo el mundo. Cuando Agustín García Gasco llegó a Valencia pidió que cuando muriera fuera enterrado
justo al lado de su admirado Simón López. Si pensamos en quien ocupa ahora su
puesto, Antonio Cañizares, veremos que siempre es ocupado por los más ultras.
Eso no puede ser casual.
-¿Podemos afirmar que en aquellos años la educación estaba
totalmente controlada por la Iglesia?, algo que se ha pretendido siempre.
¿Están frustrados cuando pierden ese poder sobre la población y el poder
político?
-La Iglesia Católica siempre ha
controlado la educación en el Estado español, en el siglo XIX, en el XX y en la
actualidad. Siguen recibiendo subvenciones y su religión se sigue enseñando en
los colegios públicos a costa del dinero de todos. La Iglesia nunca ha perdido
el poder.
-Lo que no es que me sorprenda, pero sí me sobrecoge es que se
le insultase a Cayetano Ripoll de camino a la horca…
-Era una tradición para todos los
reos, ya fueran de la Inquisición o de la justicia civil. En esa época no
disponían de fútbol o televisión, así que las diversiones públicas, para un
pueblo en su mayoría analfabeto, consistían en acudir en masa a las ejecuciones
públicas. Las ideas de la Ilustración apenas habían podido influir en una
pequeña élite ilustrada. Además, siempre ha sido muy fácil hacer leña del árbol
caído. Si las autoridades te dicen que esa persona es la mala y por tanto
merece morir, para muchas personas es un motivo suficiente para descargar sus
frustraciones, su resentimiento o su odio, sin hacerse más preguntas ni
plantearse otras cuestiones.
-Háblanos
de las repercusiones que este último ajusticiamiento tuvo en el extranjero y
cómo llegó el fin de la Inquisición versus Juntas de Fe en España
-En el extranjero la noticia se
recibió con un estremecimiento de horror. Nadie podía creer que en España la
Inquisición siguiera matando “herejes”. Las cancillerías de las principales
potencias internacionales mostraron su rechazo al rey y a sus ministros.
Incluso el propio Papa se mostró en contra, haciendo buena la famosa frase de
que en España somos más papistas que el Papa. Las Juntas de Fe que existían no
se atrevieron a comportarse de esa manera y el mismo año que murió el rey una
de las primeras medidas fue precisamente la abolición de la Inquisición. No
obstante, los carlistas durante todo el siglo XIX siguieron exigiendo su
reinstauración.
-¿Nos puedes hablar del proceso de documentación y de la
metodología de trabajo que seguiste en la realización de este documental?
-Intenté buscar toda la información
que pude, tanto en libros como en archivos e Internet. Encontramos a dos
especialistas en el asunto y fueron a los que entrevistamos, Alfred Bosch,
autor de la novela histórica “Inquisitio”, y Rafael Solaz, propietario de un documento
donde un testigo ocular del “ajusticiamiento” narra los hechos.
De todas formas, posteriormente hemos
sabido de la existencia de más documentación que no pudimos consultar y sería
interesante que otras personas siguieran investigando en este tema. El propio
Rafael Solaz parece que estaba trabajando en él y puede que próximamente
publique un libro sobre esta figura histórica.
También
conversamos con Miguel Hernández sobre el documental “Ladrones de Vidas,
niños robados en la Comunidad Valenciana”.
-Amigo, ¿qué te hizo llevar a cabo la realización de este
documental; qué te inspiró y/o motivó?
-En los años 2012 y 2013 las dos
cadenas privadas de TV con más audiencia del Estado español emitieron
miniseries dedicadas al asunto conocido como “niños robados“. Ambas situaban el
“robo” de bebés en los años 70. Ambas zanjaban la cuestión en dos capítulos.
Ambas cargaban las tintas en el aspecto sentimental, pero sin abordar las
causas que explicaban que estas prácticas se realizaran de manera masiva y
durante varias décadas. Ambas acababan con un final feliz, donde todo quedaba
aclarado, las familias se reencontraban e incluso se apuntaba la posibilidad de
que en el futuro se acabara castigando a los culpables. En uno de los casos el
final feliz se debía a la bondad de una monja joven. Parece ser que,
mediáticamente hablando, es un asunto pasado de moda. A poco que uno se
preocupe por este problema es consciente de que esto no es así. Comenzamos a
hablar con las víctimas y vimos que había mucho que contar.
-Cuando terminó la Guerra Civil Española empezó el período de
represión brutal, de escarmiento, ensañamiento y eliminación de todo aquel que
no pensaba como el régimen tenía establecido, ¿verdad?
-La represión fue salvaje, brutal. En
algunos aspectos incluso recordaba a la de la Inquisición pues en ocasiones una
denuncia anónima ponía en marcha una maquinaria despiadada. Se detenía a una
persona, no se le informaba de qué era acusada ni por supuesto quien le había
señalado con el dedo, el juicio era una farsa y sus bienes eran confiscados
para alimentar a esa misma maquinaria represiva. Se persiguió a toda persona
que no pensara como el nuevo régimen ordenaba, llegando incluso al absurdo
jurídico de convertir en norma legal algo que no puede serlo en ningún país del
mundo, esto es, la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no
favorables. De los no adictos al régimen, a quien no lo mataron, lo
encarcelaron, y a quien no al menos lo depuraron, es decir, le impidieron
trabajar en su profesión. Durante esos años todo el país fue un inmenso campo
de concentración.
-Y la Iglesia fue un fiel aliado, hasta cómplice de todo ello,
¿no?
-La Iglesia no solo fue un fiel aliado,
sino que tuvo un papel fundamental en el desencadenamiento del golpe de Estado,
y en la posterior consolidación y mantenimiento de ese régimen de pesadilla.
Recordemos que la proclamación de la II República la vivió la Iglesia Católica
Española como una auténtica desgracia. De pronto desaparecía la que durante
siglos había sido su protectora, la Corona. Hasta entonces el Estado había sido
confesional, la Iglesia tenía el monopolio de la educación y la “cuestión social”
era tratada con una mentalidad benéfico-caritativa. Los resultados de las
elecciones de 1931 fueron malos para la Iglesia pues los partidos que defendían
sus intereses no habían tenido tiempo de organizarse. La Constitución
republicana, aprobada en diciembre de ese mismo año, supuso por primera vez en
la historia, una amenaza real a su poder. No es de extrañar que la Iglesia
declarara la guerra a la República y que, una vez vencida militarmente, se
entregara por todos los medios a su alcance a la tarea de que ésta no se
volviera a repetir. Una manera muy eficaz para conseguirlo, aunque de una ética
más que dudosa incluso desde sus supuestos postulados, era robar a los hijos de
los que no pensaban como ella para educarlos a su manera.
-El robo de vidas, de niños y niñas, era otra vuelta de tuerca
de esa represión, ¿no? porque consistía en robárselas a padres “contaminados
por el marxismo” para dárselas a familias vencedoras de la guerra…
-La Guerra Civil no acabó el 1 de abril
de 1939. Serrano Suñer lo dijo un año después: “La guerra continúa”. No era una
frase retórica. La represión fue mucho más allá de lo imprescindible para
cambiar el régimen político, porque de lo que se trataba era de “hacer
limpieza” en cada ciudad y en cada pueblo, y de esta forma que la clase
dominante se asegurara unas décadas de tranquilidad. Y lo consiguieron. No
bastaba con asesinar, encarcelar, exiliar o dejar sin trabajo al que no pensara
como debía. ¿Qué hacer con sus hijos? Sus hijos también pertenecían a ese
Estado totalitario y había que “educarlos” en las nuevas “verdades”. Dejarlos
al cuidado de los padres que sobrevivieran sería correr el peligro de que unas
generaciones después el “mal” rebrotara.
Incluso Falange creó un Servicio Exterior para detectar, perseguir y
secuestrar a niños españoles en el extranjero para traerlos a la Madre Patria.
Eso da una idea de la importancia que la infancia tenía para el régimen tras
una guerra devastadora.
-Haznos
un retrato de las familias receptoras de esos niños y niñas robados...
-Las familias receptoras tenían que
ser adictas al régimen, tanto en lo político como en lo religioso. Con el paso
del tiempo y una vez creadas las tramas mafiosas, y siempre contando con la
impunidad que concedía el Estado fascista, el negocio se fue imponiendo ante
otras consideraciones, pero no le iban a dar el bebé a cualquiera. Los
mediadores solían ser curas y monjas y eran ellos los que se aseguraban de que
esas familias eran las “adecuadas”. Pensemos que entonces no existían métodos
científicos como la inseminación artificial y por tanto este era la única
opción para familias de orden a las que su dios parecía que,
incomprensiblemente, había castigado con la ausencia de descendencia. Algunas
fingieron embarazos para luego justificar la presencia de un bebé en la
familia.
-¿Y de las familias que sufrían el robo, qué retrato nos podéis
hacer?; ¿ese retrato cambió con los años?
-Al principio las víctimas eran las
presas del bando perdedor y por tanto el trabajo era muy fácil. Más adelante se
fueron creando unas tramas integradas por monjas (que hacían el papel de
enfermeras y comadronas hasta los años 1960’ y 70’), sacerdotes, médicos,
abogados, notarios, taxistas, conserjes de hospital, etc,
y si una mujer llegaba sola a un hospital, o era muy joven, o pobre, o era del
bando perdedor de la guerra, o tenía un parto doble o triple, era una candidata ideal para estas tramas.
-¿Cómo se realizaban los robos?, ¿se planificaban con
anterioridad?
-En los primeros años, el objetivo era
separar a los niños y niñas de sus familiares para que no pudieran educarlos en
unos principios que no fueran los del nuevo régimen. Estamos, por tanto, ante
un exterminio ideológico. Si una familia de orden no podía tener hijos lo que
se entendía como lo normal era que hablara con su confesor o con una monja y
ellos le solucionaban el problema. Una
vez creadas las tramas, y engrasadas con el dinero que se sacaba de cada venta,
el mercado era el que se imponía. Las sumas de dinero, que varían según los
casos y los años, pero venían a coincidir más o menos con el precio de un piso
de la época, desmienten el supuesto móvil caritativo de estas “asignaciones” de
bebés. Sin embargo, nunca se trató de una mera transacción mafiosa pues la
criatura no se entregaba a cualquiera. Debía tratarse de una familia
adicta al régimen, con dinero, y con garantías de que iba a ofrecer a ese niño
o esa niña una educación política y religiosa en consonancia con los valores nacionalcatólicos.
-¿Qué
les esperaba a esos niños y niñas?. Porque no eran
niños o niñas adoptados, más bien obedecen a “niños y niñas falsos”
-Esos niños en muchos casos no fueron
queridos pues se trataba de cubrir las apariencias sociales o bien de buscar
que alguien cuidara a sus padres adoptivos cuando ellos fueran ancianos, de ahí
que en algunos casos se prefiera a niñas sobre los niños varones. Una víctima
de la asociación de Alicante que entrevistamos nos contó que algunos de esos
niños, hoy ya adultos, están muy mal psicológicamente pues nunca han sido
queridos y han descubierto que toda su vida era una mentira. No saben de dónde
viene, si sus padres no los querían, si los vendieron o fueron robados…
-Si
los ha habido que se han enterado de su situación, ¿cómo han reaccionado?
-Hay algún caso donde al enterarse no
han querido investigar sobre sus orígenes, quizá por miedo a lo que pensarían
sus padres falsos o quizá por miedo a lo que se podrían encontrar. Pero la
mayoría si que quieren conocer a su madre y a su
padre, o a su hijo o hija, o hermana, saber que ha ocurrido, etc. Los
reencuentros, pocos en el caso español ante las dificultades que coloca en su
camino el Estado español, han sido emocionantes, como cuenta Mónica Oltra en el documental.
-¿Qué papel juega Vallejo-Nájera en todo esto y su gabinete de
investigaciones psicológicas?. Háblanos de esas
investigaciones que se llevaban a cabo…-¿Hasta qué punto se bebía del “germen y
de la escuela nazi?
-Antonio Vallejo-Nájera aparece en
escena justo en el momento oportuno. Este médico militar se interesó por la
psiquiatría durante su estancia en Alemania en los años previos al nazismo. En
1938 envió un telegrama a Franco solicitando autorización para crear el
Gabinete de Investigaciones Psicológicas. Se proponía investigar a hombres y
mujeres capturados durante el avance de las tropas sublevadas. Le interesaban
en especial miembros de las Brigadas Internacionales y mujeres. En sus
investigaciones fue asesorado por agentes de la Gestapo. Las conclusiones de
sus “investigaciones” fueron que los “marxistas” (en su jerga, todos los que se
opusieron al golpe de Estado) eran inferiores mental, moral y culturalmente.
Según él, la raza española había degenerado en los últimos siglos por las
maquinaciones de los judíos falsamente convertidos al cristianismo y la
difusión de las ideas librepensadoras, enciclopedistas, masonas y democratizantes. Había que regenerar la raza
hispana cultivando la religiosidad y el patriotismo, y para ello era
necesario separar a los rojos de sus hijos para evitar la transmisión del “gen
marxista”. El nuevo Estado se dotó de una legislación que amparaba la
desaparición de los hijos de los perdedores de la guerra. Alguno de esos
decretos es la trasposición a España de un decreto nazi. La patria potestad pasaba
al Estado y se les podía cambiar el nombre y los apellidos. De esta forma se
dificultaba la búsqueda por parte de sus familiares. Esos niños y niñas fueron
educados en centros religiosos y muchos acabaron convertidos en sacerdotes y
monjas.
-Exterminar el “gen marxista”, pero sacando todos los beneficios
políticos y también económicos. Brevemente, ¿cómo lo hacían?
-Ese “gen marxista” no existe, pero no solo las verdades son eficaces
socialmente. Para un manipulador, lo importante no es que algo sea verdad o
mentira, sino que la propaganda tenga los efectos sociales deseados. Esa
mentira sirvió en un momento histórico concreto para justificar todo un
discurso totalitario y dotarlo de una legitimidad supuestamente científica. Lo
que vallejo Nájera pretendía era fundamentar la
inferioridad mental y moral de los enemigos, convertir sus ideas en enfermedad,
para a continuación proponer su terapia. En definitiva, deshumanizarlos para
justificar la represión. Los ejecutores podían tener su conciencia tranquila,
dada la banalidad del mal infligido. Como se apunta en el libro “Los niños perdidos del franquismo”: “Torturadores y damas del Auxilio Social,
ministros del Estado o de la Iglesia católica, podían vivir en paz: el
adversario, o el desafecto, no era más que un individuo con características
psicológicas innatas y degenerativas históricamente que lo hacían mentalmente
inferior, un infrahombre, un sujeto sin base ética.
Lo decía la Ciencia”.
-Y como creían que “el gen marxista” se heredaba lo que hacían
era robar a los niños para cortar de raíz y educarlos a su imagen y semejanza…
-Al régimen fascista no les bastaba
con asesinar, encarcelar o exiliar a los enemigos políticos: había que
secuestrar a sus hijos y reeducarlos en un sentido opuesto desde un punto
de vista político y religioso a cómo iban a serlo presumiblemente por sus
familias. Se trató de un auténtico exterminio ideológico. Han pasado más de
80 años de la Guerra Civil y España sigue en paz. Hace cuarenta años hizo
falta hacer un lavado de cara pero no hubo una depuración del aparato del
Estado ni de otros ámbitos públicos. Los dueños del país continúan en su
puesto porque el exterminio ideológico, del que el asunto de los bebés robados
es sólo una rama más, fue todo un éxito.
-Lo que pasó en España una vez terminada la II República e
instaurada la dictadura, ¿fue una “limpieza ideológica” versus “limpieza
social”?
-Ese era el objetivo explícito. Y les
dio resultado. A la vista está.
-Pero es que, además, había una ley que les respaldaba en todo
esto, ¿verdad? Cuéntanos.
-El Nuevo Estado se dotó de una
legislación que amparó la desaparición de los hijos de los perdedores de la
guerra. La Orden de 30 de marzo de 1940 legalizaba el secuestro al otorgar la
patria potestad al Estado. La Ley de 4 de diciembre de 1941 autorizaba a
cambiarles los apellidos, lo que dificultaba su búsqueda por parte de sus
familiares. Esta ley es la trasposición a España de un decreto nazi. Según
Vallejo Nájera, “los que traicionan a la patria no pueden legar a la
descendencia apellidos honrados”.
-Háblanos de los niños y niñas que fueron “secuestrados” y
robados desde el exilio, sobretodo Francia o el Norte de África?
-Para el régimen fascista no fue
suficiente con fusilar, exiliar o dejar sin trabajo a todos y todas los que no
pensaban como ellos. No fue suficiente con robar a sus hijos e hijas en el
Estado español. Había que perseguir, secuestrar y traer a la fuerza a los niños
españoles que estaban en el extranjero. Algunos habían sido enviados fuera por
sus familiares para que no sufrieran los bombardeos. Otros huyeron con sus
familias. Falange creó un Servicio Exterior para seguir y capturar a estos
niños y traerlos a España, sin importar la opinión de sus padres. Gracias al
expansionismo nazi por Europa y el norte de África, Falange pudo repatriar a
miles de niños españoles. Si uno se para a pensar la escena es repugnante: un
falangista en la Francia de Vichy, en Argelia o donde sea espiando a unos niños
al salir del colegio o en el parque y cuando sus padres o familiares se
despistan se le rapta y se le lleva a España para que sea educado como un buen
español o española.
-¿Cuánta gente busca a sus niños o niñas robados? Y al
contrario, ¿cuántos niños y niñas buscan a sus padres biológicos?; ¿por qué
valían más las niñas o eran como más buscadas?
-Esas cifras nunca las sabremos.
Enrique Vila hace años calculó que el número de víctimas desde el final de la
guerra hasta los años 1990’ puede ascender a 300.000, pero no deja de ser un
cálculo aproximado. Muchas personas se morirán sin saber que no son hijos de
sus padres, o que tienen un hermano o hermana a la que nunca conocerán, o que
tienen un hijo o hija por el mundo que no falleció como le dijeron. Hay algunas
personas que cuando lo descubren entran en un estado de aturdimiento y es
comprensible. Toda su vida, todo lo que le han contado desde siempre, es una
mentira. Está rodeado de desconocidos, y en cambio su verdadera familia no sabe
donde está, no sabe donde nació, si tiene hermanos,
si lo vendieron, si no lo querían, si fue robado… Las preguntas se acumulan.
Hay quien no quiere buscar, quizá por miedo a lo que se encontrarán, quizá por
no ofender a los que hasta ahora pensaba que eran sus padres.
Según algunos testimonios, las niñas
valían más porque dentro de esa ideología nacional-católica, se entendía que
ellas ayudarían más en la casa y cuando esos padres se hicieran mayores
estarían ahí para cuidarles, o al menos establecerían un vínculo mayor por
entender que esta tarea es típicamente femenina.
-El robo de niños y niñas fue un “acto de exterminio”?
-Fue un acto de exterminio ideológico,
no de exterminio físico, aunque quien ha investigado la inmediata postguerra,
basándose en testimonios de mujeres que la sufrieron, hay registrado algún caso
donde se fusiló a mujeres embarazadas o por la falta de cuidados se dejó morir
de enfermedades evitables a niños hacinados en las cárceles.
-La Iglesia era cómplice, pero evidentemente junto
toda la maquinaria socio-económica del franquismo, ¿lo ves así? -Médicos,
ginecólogos, comadronas, monjas, sacerdotes estaban trabajando desde una
limpieza ideológica a, también ganarse unas pesetas. ¿Era tan miserable?
-El objetivo era “hacer limpieza”,
eliminar la ideología que no convenía a sus intereses, pero una vez creadas las
tramas se vio que se trataba de un negocio muy lucrativo. Contaban con la
impunidad del Estado fascista pues nadie se atrevería a denunciar a un médico o
a un cura ante la policía, y nadie publicaría en un medio de comunicación una
sola palabra sobre el asunto. Acto patriótico y cristiano por una parte, y
negocio para todos los integrantes de las tramas por otro.
-Debería haber participación o colaboración ciudadana, ¿no? Eran
muchas las necesidades, los favores que se pedían o “las fidelidades”, ¿no?
-Era un secreto a voces. No es que lo
supiera todo el mundo, pero las tramas se extendían por todo el Estado español
y había muchas personas implicadas. Los profesionales sanitarios no implicados
no estaban ciegos a lo que pasaba en sus centros de trabajo, pero no podían
hacer nada. Una enfermera que trabajaba en la clínica San Ramón fue
entrevistada por la periodista Esteso Poves y dijo que los niños eran vendidos como si fueran
animalitos.
-Pactos de silencio, no a las Comisiones de la Verdad, medallas
a Martín Villa (por poner solo un ejemplo y el más reciente), mientras que en
otros países como Argentina todo esto se trata desde otra perspectiva…
-En otros países tras la dictadura se
realizó un corte con el pasado, se depuraron los aparatos del Estado, se
persiguieron a los torturadores, se buscaron los cuerpos de las víctimas y se
les restituyó la dignidad en la medida de lo posible. Nada de eso ha sucedido
en el Estado español. Los franquistas nunca fueron desalojados del poder y
ellos y sus hijos siguen en el poder económico, político, social y religioso
sin ningún problema.
En Argentina los niños robados se
calculan en unos 500, y sin embargo sus familiares han conseguido una
legislación favorable y un banco de datos genéticos público y gratuito, además
de una sensibilización de la sociedad con este problema social tan grave. Nada
de eso ha pasado aquí.
-No solo era borrar el gen marxista, anarquista…había también
instaurada una verdadera trama de tráfico de bebés y todo un negocio. Háblanos
de estas tramas.
-Las tramas estaban muy bien
engrasadas con el dinero que se sacaba de ellas y resultaba un negocio seguro
dada la impunidad que contaba el negocio gracias al paraguas suministrado por
la existencia de un Estado fascista. Las tramas con el tiempo llegaron a estar
muy bien organizadas pues niños y niñas de un extremo del Estado acababan en el
otro extremo e incluso se suministraban al extranjero, por ejemplo a Chile. En
determinados países se comentaba que si alguien necesitaba un bebé el sitio más
fácil donde comprrarlo era en España.
-¿Qué importancia tiene en todo esto la Comunidad Valenciana, se
propiciaban aquí más robos de niños y niñas?- Háblanos de la Casa Cuna y de esa
madre superiora.- ¿Qué labor actual tiene esta institución?.-
En cambio, tiene una distinción de la Generalitat.
-Como sostiene en el documental
Enrique Vila, víctima, abogado especialista en el tema y escritor, la Valencia
de los años 60 y 70 era una de las regiones más ricas del Estado, por su
agricultura pujante, su industria basada en sectores tradicionales y su
incipiente turismo, y por tanto había dinero para comprar. En la comarca de l’Horta Sud, alrededor de Catarroja,
hay un foco de demanda en esos años que fue cubierto con niños de Madrid, de
ahí que en esa zona se les conozca como “los niños de Madrid”. Era un secreto a
voces, pero ni la justicia, ni la policía, ni la prensa podía levantar la voz
en una dictadura fascista.
-¿Hasta qué punto, durante la Transición, todos los partidos
políticos que participaron en ella tragaron con esta situación?;
¿Hubo un pacto de silencio como con otras situaciones?- ¿Se podría afirmar que,
quizás unos más que otros, pero que todos son cómplices de estos robos por
acción u omisión?
-La clase dominante española, una vez
muerta la persona que dirigía un régimen personalista, necesitaba lavar su cara
para poder entrar en las instituciones europeas y poder así beneficiarse de
todas sus ventajas. Por su parte, los partidos políticos necesitaban un marco
al menos supuestamente democrático para poder entrar en el juego electoral. La
Transición se nos vendió como una operación genial, como un pacto entre
caballeros entre un puñado de personas ilustres, cuando en realidad fue un gran
fraude. No se apartó a ningún juez, a ningún policía ni a ningún otro miembro
del aparato represivo. Los que tenían el poder económico siguieron plácidamente
con él. Franco y José Antonio siguieron, y siguen, enterrado en un gigantesco
mausoleo fascista, sin parangón en Europa, mantenido con dinero público. Más de
cien mil personas siguen tiradas en las cunetas sin que el Estado haga nada
para buscarlas. De los niños robados no se quiso saber nada durante décadas. Una
vergüenza. Una ignominia.
-Francisco I no ha contestado a las cartas de padres que buscan
a sus hijos, cosa que sí que hizo, aunque “de puntillas”, hasta
Benedicto XVI. ¿Será por qué si destapa o respaldase a estas familias quedarían
descubiertos sus coetáneos argentinos que hicieron lo mismo durante la
Dictadura de los Generales?
-Ni el Papa presente, ni el anterior,
ni el siguiente pueden reconocer lo que sucedió en España durante tantas
décadas. La Iglesia estuvo metida hasta el cuello en estas tramas mafiosas, y
se lucró con mucho dinero con ello. Además, los delitos de secuestro y los de
lesa humanidad no prescriben, por tanto serían perseguibles
penalmente. Por tanto, nunca lo reconocerán, nunca ayudarán a las víctimas,
nunca cabe esperar nada de ellos salvo la negación de los hechos, las trabas a
la investigación y las mentiras.
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