Cazarabet conversa con... Enrique N. Vallespín Domínguez,
Juan Manuel Calvo Gascón y Carlos Serrano Lacarra, tres de los coautores de “Justicia
y dignidad. Memoria
aragonesa del Holocausto” (Rolde
de Estudios Aragoneses)
Rolde de Estudios Aragoneses edita un libro
que hace memoria, con justicia y dignidad, de las víctimas del Holocausto.
En el libro participan bastantes plumas
especializadas como Juan Manuel Calvo Gascón, Ricardo Ibars
Fernández, Miguel Ángel Pallarés Jiménez, Josep San
Martín Boncompte, Carlos Serrano Lacarra.
Coordina todos estos textos de todas estas
firmas Enrique N Vallespín.
El libro lo edita Rolde de Estudios
Aragoneses, enmarcando este estudio histórico e investigador en Cuadernos de
Cultura, 68.
La sinopsis del libro:
Una mirada universidades de lo local Rolde de
Estudios Aragoneses sintetiza en un libro colectivo diferentes lecturas
aragonesas del Holocausto El proyecto, que cuenta con la colaboración del
Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza, concede especial protagonismo
al diplomático zaragozano Ángel Sanz Briz y a las víctimas aragonesas de la
barbarie nazi, poniendo acento en lo didáctico Coordinado por Enrique Vallespín, el libro Justicia y dignidad. Memoria aragonesa
del Holocausto, reúne los trabajos de diferentes autores dedicados a la
docencia, la investigación, la divulgación y la gestión cultural, que ofrecen
diferentes aproximaciones a una realidad histórica que sigue aportando
lecciones para el presente. El propio Vallespín, además
de Miguel Ángel Pallarés y Ricardo Ibars, abordan con distintos matices la figura de Ángel
Sanz Briz en el año de conmemoración del 40 Aniversario de su muerte; Juan
Manuel Calvo pone rostro y nombres y apellidos a la población aragonesa
deportada a los campos de concentración y exterminio, Josep San Martin evoca la
experiencia del trabajo de Amical de Mauthausen con estudiantes aragoneses, y
Carlos Serrano hace balance de las celebraciones en nuestra comunidad del Día
Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto, que viene llevándose a
cabo desde 2010 bajo impulso de Rolde de Estudios Aragoneses y Amical.
Cazarabet conversa
con tres de los coautores de este libro colectivo coordinado por Enrique N. Vallespín.
Cazarabet conversa con Enrique N. Vallespín,
Juan Manuel Calvo y Carlos Serrano:
Amigos, ¿qué es aquello que os ha hecho
investigar, investigar y seguir indagando sobre cómo afectó el holocausto en la
memoria aragonesa?
[Carlos Serrano Lacarra] -Desde Rolde de Estudios Aragoneses
tenemos objetivos muy claros en la divulgación y en difundir conocimiento (algo
que contribuya a hacer de Aragón un lugar más culto, más justo y más libre), y
este libro ayuda a conciliar dos planos de acción y
pensamiento: lo local-aragonés y lo global-universal. Presentamos el libro como
una mirada local a un tema universal: una mirada desde Aragón al tema del
Holocausto recordando a las víctimas aragonesas, a paisanos que emprendieron
acciones ejemplares en ese contexto de barbarie, a la forma en que hoy día se
honra la memoria de las víctimas en nuestra comunidad autónoma (la celebración
del Día Internacional que desde 2010 vienen organizando Amical de Mauthausen y
REA en el palacio de la Aljafería de Zaragoza), y la
forma en que los y las estudiantes aragoneses reciben, procesan y redifunden enseñanzas sobre un hecho histórico que tiene un
claro componente de actualidad.
[Juan M. Calvo Gascón] -Personalmente lo que me motivó a
estudiar las víctimas del nazismo, más concretamente, la deportación que afectó
a los republicanos españoles en general y a los aragoneses en particular, fue
el hecho de haber conocido que, en mi localidad de origen, Ejulve,
había tres deportados, luego resultaron cinco, de los que nadie había hablado
en las diferentes entrevistas que realicé sobre las víctimas de la guerra y del
exilio. A partir de entonces, estoy hablando del año 2003, vino la vinculación
con la Amical de Mauthausen y otros campos, en cuyo seno vengo investigando y
haciendo divulgación sobre el millar largo de aragoneses y aragonesas
deportados a los campos nazis, en el conjunto de los deportados españoles. Me
interesa sobre todo traspasar la frialdad de las cifras para recuperar las
identidades perdidas y también el entorno familiar, los proyectos de vida
truncados por las circunstancias que les tocó vivir, primero la guerra de
España, el exilio y la Segunda Guerra Mundial.
[Enrique N. Vallespín
Domínguez] -En
mi caso era un tema que desde niño, cuando mi abuelo me contaba sus penurias durante
la guerra civil y el paso a Francia, siempre estuvo ahí. Después, cuando empecé
a trabajar como profesor y comprobar el escaso conocimiento y valoración que
abundantes alumnos manifestaban sobre las deportaciones de republicanos y el
papel que Sanz Briz y otros diplomáticos españoles tuvieron en el Holocausto me
hizo profundizar en sus biografías y vicisitudes para acercarlos al aula.
¿En qué se desmarca de todos los demás que
enlazan holocausto y aragonesas y aragoneses?
[CSL] -No se trata de desmarcarse: se trata más
bien de complementar y sumar. En este caso las diferentes aportaciones componen
un conjunto muy variado. Este libro es un trabajo coral que muestra una
realidad con diferentes matices.
[JMCG] -El estudio de los hombres y mujeres de Aragón
que fueron víctimas de la barbarie nazi, se ha contextualizar en la persecución
llevada a cabo por las políticas del Tercer Reich. Estos aragoneses o
españoles, fueron perseguidos por ser, la mayor parte de ellos, primeros
luchadores antifascistas en Europa otros lo fueron por su vinculación con la
Resistencia que no era otra cosa que seguir con la batalla iniciada en tierras
de España. Es ahí donde se ha de vincular su condición de víctima del nazismo
con el resto de colectivos, cada uno desde su especificidad y características
que completan el cuadro general del exterminio y del Holocausto.
Habladnos, por favor, del proceso de
investigación, de esa tarea tan ardua, de búsqueda, mucha lectura, poner
orden...
[JMCG] -En mi caso la investigación la he
desarrollado, y la sigo desarrollando, utilizando diferentes fuentes. Primero
los propios listados y la documentación que se conserva en Archivo de la
Amical; también otras fuentes publicadas y las Bases de Datos publicadas en
internet de diferentes memoriales o archivos. Todo ello me ha facilitado el
conocimiento cuantitativo, saber de qué número de personas estamos hablando y
cuál fue su itinerario básico. A partir de esos datos iniciales, cobran
importancia las fuentes de carácter local para la recuperación de las
identidades personales, donde también juega un papel muy importante los
testimonios de los supervivientes y las aportaciones familiares que, además de
conservar la memoria familiar, en numerosas ocasiones aportan documentación
para el estudio de los casos personales.
Habéis
trabajado teniendo en cuenta como un guion de cuestiones a ir contestando, a ir
dando respuesta... ¿Cómo es coordinar todas estas firmas, teniendo en cuenta
que, seguramente, cada una de ellas nos aporte un capítulo y/o participación
desde donde se es especialista? Una vez recopilado todo, ¿cómo es la
metodología de trabajo que utilizas?; ¿cómo se le pone orden a todo?
[ENVD] -Ha sido una tarea muy interesante y se ha
realizado con mucha ilusión. Carlos Serrano es el impulsor y alma mater de la
idea. Él fue contactando con los autores y trazando unas líneas generales sobre
los contenidos. Todos los autores llevan trabajando durante años perspectivas
diferentes sobre el Holocausto, cada uno especializado en su campo de trabajo.
Una vez asumida la coordinación fue un trabajo de lectura, corrección,
unificación de estilo, revisión de pruebas y contacto con el departamento de
diseño hasta conseguir el libro tal como salió a la luz.
Don Ángel Sanz Briz fue un aragonés que salvó
muchas vidas del holocausto y de la muerte ¿qué creéis que lo impulsó a ello
más allá de la humanidad que atesoraba, la empatía que ejercía?, había otros
ingredientes que hicieron de ese hombre algo muy, muy especial, ¿no?
[ENVD] -Sanz Briz era un hombre normal con sus
virtudes y sus defectos, que se vio en una situación concreta, que valoró lo
injusta, arbitraria y cruel como era la actitud de los altos responsables que
la ordenaban, y que antepuso sus principios cristianos, pues era una persona de
recias y arraigadas convicciones católicas y conservadoras, a cualquier otra
cuestión como su seguridad o integridad. Haciendo caso omiso a las órdenes que
le llegaban de Madrid, que hasta entonces había ejercido una actitud claramente
cómplice del gobierno de una dictadura que no reconocía la españolidad de
muchos deportados, considerados “apátridas” y absolutamente desprotegidos,
decidió actuar en colaboración con otro reducido grupo de funcionarios para
salvar la vida de miles de personas.
Hubo otros y otras "Sanz Briz",
¿verdad?
[CSL] -En esas situaciones límite, unos sacan lo
peor y otros lo mejor de sí mismos. En el segundo caso, hubo muchos que
arriesgaron sus vidas (no pocos la perdieron) para salvar a inocentes. Héroes
(algunos de ellos todavía anónimos) que tampoco buscaron serlo, de todo tipo,
procedencia, ideología y condición. Hoy día la consideración de Justos de las
Naciones ha ido poniendo rostro a muchas de esas personas. Quizá la labor de
los diplomáticos, en general, fue menos expuesta que la de otros porque, de
alguna manera, tenían un respaldo (una cierta protección o inmunidad), pero no
queremos quitar méritos, ni mucho menos, pues no dejaba de ser un desafío y eso
entrañaba riesgos.
[ENVD]- Antes de Sanz Briz, otros diplomáticos
españoles como Alejandro Pons, desde el Consulado de Niza, en julio de 1942;
José Manuel Cano Trueba, desde Bratislava, en abril de 1943; Casimiro Florencio
Granzow de la Cerda Jaeger
y Cortés, desde Varsovia, el mismo agosto de 1944… informaron de lo que estaba
ocurriendo al Ministerio en Madrid.
[CSL] -Entre los aragoneses vinculados a legaciones
diplomáticas podemos destacar también al barbastrense Sebastián Romero Radigales, miembro de la legación española en la ciudad griega
de Tesalónica. Esa ciudad tuvo una importantísima colonia sefardí, de
descendientes de los judíos expulsados de España en 1492, sufrió como muy pocas
las atrocidades de la ocupación nazi. Romero aprovechó resquicios legales para
dotar de nacionalidad española a muchos judíos: una táctica muy similar a la
llevada a cabo por Sanz Briz en Budapest.
Pero la pregunta que me hago a menudo es: ¿por
qué no hubo los “Sanz Briz” necesarios para que todo el entramado el holocausto
versus nazismo se desmoronase?
[CSL] -Los hubo… ¿muchos, pocos? ¿lo sabemos? ¿Con un millón de “Sanz Briz” se hubiera
desmoronado el nazismo? No tenemos un criterio ni un baremo único para eso. En
mi opinión, es mucho más complicado: frente a una maquinaria de destrucción y a
un terror impuesto a escala industrial, las actitudes personales, las
voluntades, los individuos poco podían hacer. El problema no está en que
hubiera pocas (o muchas) personas dispuestas a aprovechar una situación
concreta, a asumir un riesgo personal, para corregir una injusticia, para
paliar una salvajada. El problema era de raíz. El problema está en que quien
pudo haber hecho algo para prevenir las tragedias provocadas por el
nazi-fascismo en las décadas de los treinta y los cuarenta… no lo hizo. Los
capitalistas que creían que el recurso a unos desalmados con pistolas les venía
de cine para calmar las exigencias de los sindicalistas… Las democracias
occidentales con su hipocresía abonando las ambiciones desbocadas de Hitler y
Mussolini (en Etiopía, en España, en Checoslovaquia)… son muestra de todo eso.
Cuando se dieron cuenta de que habían alimentado a un monstruo, era demasiado
tarde. Y ese cuento nos lo deberíamos aplicar ahora también. Al fascismo se le
combate con información, con prevención, con educación en valores. Cuando la
bestia ya está enseñoreada de todo… entonces es demasiado tarde, y entonces las
heroicidades individuales pueden hacer algo… pero poco.
[ENVD] -En mi opinión, resulta muy difícil no
naufragar en la timidez, la indecisión o la indiferencia a la que la presión
ambiental nos empuja en muchas situaciones vitales, por ello ejemplos como el
suyo son más necesarios hoy que nunca para la creación y sostenimiento de una
ciudadanía comprometida, responsable y solidaria.
¿Qué
memoria guardan de Sanz Briz los judíos de Budapest?
[ENVD] -Ateniéndonos a lo que cuenta en el libro
Miguel Ángel Pallarés: Desde la embajada de Budapest
han sido sus últimos titulares, Enrique Pastor, José Ángel López Jorrín y Anunciada Fernández de Córdova, los máximos
interesados en hacer aflorar la figura del diplomático aragonés, llevando a
cabo iniciativas públicas como la de colocar una placa conmemorativa en su
fachada, instar al gobierno municipal a bautizar una avenida con su nombre,
donde se erigió también un monolito en su honor; o contactar con investigadores
como Erzsébet Dobos, autora
de trabajos sobre la delegación española en Hungría durante la II Guerra
Mundial, o con miembros de la minoría religiosa, como Péter
Kirschner, presidente de la Asociación Cultural Judía
de Hungría, para intentar localizar a supervivientes o sus descendientes, así
como las últimas viviendas no identificadas donde fueron acogidos bajo bandera española. También el Holocaust Memorial Center de Budapest guarda
testimonios de los judíos húngaros salvados por Sanz Briz y en él se expone un
retrato del diplomático aragonés.
¿Cuántos aragoneses murieron en los campos
nazis?, ¿qué perfil presentaban?---procedencia, edad, género, ideales,
trabajo...—
[JMCG] -Entre los 9.000 españoles deportados a los
campos nazis, algo más de 1.000 eran originarios de Aragón, Procedían de todas
las comarcas, aunque con mayor porcentaje de la zona que quedó fiel a la
Segunda República. De total de los 5.270 españoles fallecidos en los campos que
conocemos en la actualidad, un total de 644 eran nacidos en Aragón. La mayor
parte de ellos eran campesinos que estuvieron vinculados, de una forma o de
otra, con la defensa de la República y por ello se vieron obligados a exiliarse
a principios de 1939 cuando, el avance de las tropas franquistas por tierras de
Cataluña hacía inevitable la derrota republicana. También se ha de señalar que
un grupo de estos deportados aragoneses residían en las zonas industriales de
Cataluña done habían emigrado previamente en los años o décadas anteriores. En
cuanto a su edad oscilaba mayoritariamente entre los 20 y los 40 años por ser
la franja de edad en la que muchos de ellos habían combatido en el ejército
republicano. Una docena de mujeres, de origen aragonés, fueron deportadas por
haber participado en la Resistencia contra la ocupación nazi del territorio
francés.
¿Cuáles
fueron los campos franceses que mayor número de aragoneses albergaron? ¿Por qué
Stalag solían pasar? ¿Fue Mauthausen el campo en el que murieron más
aragoneses?
[JMCG] -En los campos de concentración del sur de
Francia hubo aragoneses en todos los campos, en Argeles, Saint-Cyprien, Septfonds, Gurs... Y de allí muchos de ellos salieron alistados en la
Compañías de Trabajadores Extranjeros, hasta su detención por los alemanes en
la primavera de 1940. Su internamiento posterior fue en los campos de
prisioneros de guerra (stalags) de donde fueron deportados Mauthausen (Austria)
el campo al que fueron deportados el mayor número de españoles, a partir del
verano de 1940 y todo el año siguiente. Fue en Gusen, campo anexo al de
Mauthausen, donde fallecieron la mayor parte de los españoles, unos 4.000, de
los que unos 480 eran aragoneses. En otros campos también hubo españoles aunque
en menor cantidad, algo más de 2.000 y en varios de ellos (Dachau, Buchenwald,
Sachsenhausen, Neuengamme…) encontraremos también
aragoneses fallecidos o desaparecidos.
¿Qué “suerte” podríamos decir que corrieron,
así en general?; ¿ese destino dependía mucho del campo de concentración que te
tocaba?
[JMCG] -En Mauthausen, el trabajo agotador en la
cantera sin ningún tipo de seguridad, condiciones alimentarias ni higiénicas,
añadidas a las palizas acabaron con la fuerza física y psicológica de muchos de
ellos. Cuando ya no eran útiles en Mauthausen eran trasladados a Gusen, donde
las condiciones eran más duras…. Así se explica la gran mortandad producida en
los meses de invierno del 1941-1942 en los que murieron más de 3.000 españoles.
Quienes superaron aquella primera etapa lo tuvieron mejor para sobrevivir, a
pesar de las penalidades sufridas hasta el momento de su liberación. Los
deportados y deportadas a otros campos, a partir de 1943, aunque también
sufrieron unas condiciones de trabajo esclavo y se produjeron fallecimientos,
el porcentaje de muertes con respecto al total de deportados fue menor.
¿A dónde fueron una vez finalizada la guerra?,
¿algunas, algunos pudieron volver a sus ciudades, pueblos o fueron
otros países, como Francia, los que les acogieron?
[JMCG] -Los españoles supervivientes de los campos
nazis, en contra de lo que les ocurrió a los deportados de otras nacionalidades
que regresaron a sus países como verdaderos héroes, no pudieron regresar a
España. Los supervivientes de Mauthausen fueron repatriados a Francia, tras
varias semanas de permanencia en el campo sin saber dónde ir, gracias a las
gestiones realizadas ante el gobierno francés por compañeros franceses del
campo, donde habían conocido a los españoles y con quienes habían participado en
la resistencia o en actos de solidaridad.
[CSL] -Hay que tener en cuenta que en 1945 en
España se mantenía una dictadura fascista que, pese a haberse asentado a sangre
y fuego con la ayuda, precisamente, del nazismo alemán y el fascismo italiano
(los derrotados en el conflicto mundial), sobrevivió vendiendo su anticomunismo
en la Guerra Fría. Es decir, muchos de los aragoneses y españoles
supervivientes no tenían garantías en la España de Franco (la misma de la que
habían huido). Hubo quien volvió pero tuvo que enfrentarse a causas pendientes,
a la hostilidad de los vencedores en 1939. Es decir, seguían siendo derrotados.
En muchos casos rehicieron sus vidas, por ejemplo en Francia, donde la
resistencia al fascismo era reconocida.
¿Cómo, amigos, ellos y ellas víctimas de la
sinrazón del nazismo se hacen un lugar en la cotidianidad? Aunque me da que la
cotidianidad ya nunca volvió a ser como del día a día...se rompió hasta eso,
¿no?, ¿verdad?
[JMCG] -Algunos supervivientes afirman que nunca
abandonaron el campo: los miedos, las pesadillas, el recuerdo de los compañeros
que quedaron entre sus muros,… les ha acompañado siempre. Volver a la vida
cotidiana fue muy duro para la mayor parte de ellos. Es cierto que tuvieron
algunas ayudas oficiales, pero hemos de pensar que tuvieron que rehacer sus
vidas sin un entorno extraño sin las tradicionales redes de apoyo familiares.
Tuvieron que buscar trabajo, vivienda,…y a su precaria situación económica se
unía los problemas de salud acarreada tras su estancia en los campos. ¿Cuántos
supervivientes fallecieron en los años inmediatos a su liberación? Es algo que
no se ha estudiado de forma sistemática, pero tenemos indicios para pensar que
fueron bastante numerosas, algunos incluso durante el proceso de repatriación y
otras en los años siguientes. Los que regresaron a España, recordaban su
experiencia en silencio para proteger a su familia. A veces ir a tramitar un
papel oficial era recibir el escarnio y la burla de la autoridad de turno. Se
veían controlados y silenciados y se guardaron el sufrimiento para ellos. Sólo
una minoría se decidió a hablar y a dar testimonio de su experiencia.
¿Qué es lo que más, crees, echaron en falta
ellos y ellas a partir de la entrada en un campo de concentración o
qué ya nunca o casi nunca vuelve a ser igual?
[JMCG] -En la casi totalidad de los testimonios, los
supervivientes de los campos nazis cuentan la impresión que les produjo la
llegada al campo, el protocolo establecido para recibirles, perder sus escasas
pertenencias personales y su identidad para pasar a ser cosificado, mediante su
identificación con una matrícula. Conocer la condición en la que se encontraban
quienes les habían precedido, los amenazadores gritos permanentes en su primera
revista, la nauseabunda y escasa comida,… Todo pensado para buscar el
desmoronamiento humano. En breves momentos tomaban conciencia de que aquel
lugar era algo diferente a lo que ellos habían conocido con anterioridad
imponiéndose la terrible realidad donde la vida era totalmente insegura y estaba
desterrado cualquier atisbo de humanidad. Nadie tenía la certeza de llegar vivo
a la mañana siguiente en medio de aquel entorno de muerte y desesperación.
¿Qué habéis aprendido de los aragoneses y
aragonesas que sobrevivieron al holocausto?
[JMCG] -De los supervivientes que he conocido
destacaría que de su testimonio podemos extraer tres finalidades: dar a conocer
su experiencia personal, recordar a los compañeros que fallecieron durante su
deportación y, por último, evitar que algo así pueda volver a ocurrir. Con
estas tres premisas creo podemos tener claros también los objetivos que nos han
de marcar en nuestra actuación de estudio, de divulgación de la memoria de
nuestros deportados y deportadas.
Yo
tengo claro que hay que recordar todos los días y tantas cosas y que la memoria
se hace con el día a día, pero ¿por qué debe de haber un día, señalado en
nuestro calendario como inamovible para con las víctimas del holocausto?
[CSL] -Porque precisamente refuerza ese
imprescindible acto de memoria perenne. El Día Internacional es simplemente una
referencia que ayuda a identificar mejor una causa concreta. Igual que hay
otros días internacionales dedicados a muchísimas cosas a lo largo del año, que
haya un día concreto dedicado a conmemorar a las víctimas del Holocausto sirve
para poner ese tema en las agendas. Ayuda a que el recuerdo de todo aquello se
verbalice, se escenifique, tome rostro y se instale mejor en nuestras
conciencias. Cuando Naciones Unidas en 2005 aprobó la resolución por la que se
declaraba el 27 de enero (aniversario de la liberación de Auschwitz) como Día
Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto, fue con una voluntad
muy clara de que esa fecha fuese un elemento de memoria y de enseñanza.
¿Cómo resumirías que son las experiencias
didácticas alrededor de la deportación y los campos de concentración?
[CSL] -En este libro, Josep San Martín, promotor de
iniciativas didácticas desde Amical, alude a la magnífica receptividad de los y
las estudiantes, su sensibilidad en torno a todo ello. Insistiendo en ese
carácter dotado por la ONU y por las entidades memorialistas al Día
Internacional, labores didácticas, como las acciones que emprende la Amical (o
iniciativas que ponen conocimiento, experiencias y metodología en manos de los docentes,
como el Simposio “Enseñar el Holocausto”, entre otros) son imprescindibles. Son
las mejores vacunas y garantizan un futuro. La enseñanza está en la base de
todo. No solo se trata de recordar y lamentar hechos acaecidos hace ocho
décadas (de los que ya prácticamente no hay testigos vivos). Se trata de
comprender que aquellas calamidades (sin entrar en otras consideraciones que
aquí a lo mejor no proceden como los intereses de dominio político y económico
de unas élites) tuvieron su origen en un discurso de odio y en unos males que,
compartidos por muchos, creaban una falsa sensación de irresponsabilidad e
impunidad. Todo eso no se fue nunca del todo y de vez en cuando (con demasiada
frecuencia) rebrota en forma de xenofobia, homofobia, aporofobia,
con agresividad y supremacismo. Es decir, de ese
pasado se extraen enseñanzas útiles para el presente y el futuro. La educación
está en la base de todo, y por ello todo lo que sea redundar en el componente
didáctico… nunca está de más. En ese sentido, se están haciendo considerables
esfuerzos, y este libro contribuye a reforzar esa idea inclusiva y preventiva
para un mundo mejor.
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