71K8qzYUZWL.jpgCazarabet conversa con...   José Luis Barceló, autor de “Cambio climático sin complejos” (Sekotia)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un libro editado por Sekotia Editorial que edita, como dice en el subtítulo,  “sin complejos” sobre el “cambio climático” y las dudas que lo envuelve poniendo muchas dudas sobre certezas que siempre ha mantenido, y mantiene el ecologismo…

La pluma que pone interrogantes reflexivos es José Luis Barceló.

El libro cuestiona “algunos de los discursos o proclamas sobre el cambio climático desde el ecologismo”.

El autor, experto en temas medio ambientales, se hace preguntas bien sencillas, pero que están en constante reflexión y que forman parte del nudo gordiano de toda esta cuestión que tan en vigencia está hoy en día.

La sinopsis:¿Existe el cambio climático?, ¿Hasta qué punto son responsabilidad del Ser Humano las actuales transformaciones ambientales de las que algunos dan testimonio con alarmismo?, ¿Ha habido otros cambios climáticos en la Historia de la Tierra en las que no había humanos?

El autor desentraña algunos de los aspectos más polémicos del cambio climático, como la razón por la que se critica la política económica e industrial  de los países avanzados pero no de las potencias emergentes como China o India, las más contaminantes del planeta, o afirmaciones arriesgadas como el mito de la despoblación del mundo rural, un fenómeno global que afecta a países ricos y pobres sin distinción. ¿Por qué se ataca la energía nuclear cuando es la fuente más limpia?. Éstas y otras preguntas intentan ser respondidas en este interesante libro que nos ofrece un autor muy vinculado a los movimientos asociativos ecologistas y preservacionistas, que apuesta aquí por una revisión crítica y rigurosa a los planteamientos vigentes de la corrección política y mediática actuales.

José Luis Barceló, el autor: es un reconocido periodista y politólogo español que ha estado muy vinculado como activista de corrientes políticas ecológicas. Actualmente es empresario de los medios de comunicación. Editor-Director de El Mundo Financiero y ha sido fundador de medios de éxito como El Semanal Digital o Radio Ya. Siempre controvertido conferenciante y tertuliano ha sido un miembro muy activo del Tercer Sector y en 1978 que Premio Príncipe de Asturias para Jóvenes Investigadores por un trabajo sobre Medio Ambiente.

 

 

 

Cazarabet conversa con José Luis Barceló:

José-Luis-Barceló.jpg-José Luis, ¿Qué fue o qué ha sido lo que ha motivado a escribir este ensayo reflexivo en el que te realizas no pocas preguntas sobre qué es, si existe, el por qué y qué interfiere o no en el cambio climático?

-Hoy nadie duda de que el cambio climático exista, es un estado de ánimo o de opinión generalizado y apoyado por los medios de comunicación, los políticos y las empresas. Mi punto de partida era ponerle reflexión al cambio climático, desposeerlo de la parte ideológica o política que tiene e intentar razonar acerca de lo que realmente hay de cambio climático sin pasiones o, como decimos en el título, “sin complejos”. El libro se ha convertido en realidad en una especie de manual de combate contra las doctrinas imperantes acerca del cambio climático, que en el libro no negamos, sino que lo que hacemos es poner todos los datos juntos encima de la mesa y ordenarlos, descriminalizando la responsabilidad que el Ser Humano pueda tener.   

-¿Hay un momento, José Luis, en que te dices si no escribo y/o despejo esta ecuación…los dedos me arden, por qué?

-Ja, ja, ja…, corre tinta por mis venas, mi padre ya fue escritor y mi abuelo también. Soy periodista y necesito plasmar con libertad lo que veo. No quiero que nadie tenga que decirme lo que debo escribir, ese es otro puntal, y, no te puedo engañar, la verdad es que me gusta provocar escribiendo. Pero creo que eso es bueno, en general, para alcanzar la razón: la duda y la discusión, son la madre de la Ciencia.

-¿Qué postulados de esos que desde siempre ha mantenido el ecologismo pones en duda?; ¿por qué?

-Yo me siendo ecologista y he practicado incluso el ecologismo político. Pero creo que con algo tan serio como parar el progreso y el desarrollo humano en aras de una supuesta protección medioambiental nos hacemos un flaco favor los humanos como especie. La opción de limitar el crecimiento y desarrollo en un supuesto beneficio del Medio Ambiente no debe ser una opción. Llevamos un año de “parón” industria por culpa del Covid-19: lo que no han conseguido los activistas del ecologismo urbano de extrema izquierda ni Greta Thunberg, lo ha conseguido un bichito muy pequeño. Ya no hay coches en las calles de las ciudades ni surcan los aviones nuestros cielos. Sin embargo, nadie nos dice si este “parón” industrial, que ha llevado a la ruina a medio planeta, ha servido para algo desde el punto de vista del cambio climático. Nadie nos dice si van mejor las emisiones de CO2, y hay más o menos deshielos, si los mares se recuperan… No nos dan datos para saber lo que ocurre de verdad.

-Aunque tu mantienes que te consideras ecologista; explícanos, por favor ¿qué activismo y /o vinculación has mantenido con el ecologismo y cómo has ido evolucionando en él?

-Lo que las personas debemos intentar conseguir es discurrir con naturalidad, sin imposiciones ni dogmas. Los ecologistas hemos pecado de “echar” hacia un lado al Humano, como si no fuera parte de la Naturaleza. Antes de los Humanos hubo, que se sepa, cinco extinciones masivas, y ahora se le culpa de provocar la sexta, aunque no va más allá de algunas grandes especies que hemos hecho desaparecer por la caza. Si nos damos cuenta, la concentración en grandes urbes es un proceso creciente que no para, ese es el gran problema: nuestro entorno y nuestro hábitat, como especie, es la ciudad, ya no es el campo ni la vida en el entorno natural. Y este es un proceso, el del crecimiento de las ciudades, que es idéntico en países ricos o pobres, desarrollados o subdesarrollados. Algunas de las mayores ciudades del mundo, como Calcula, Estambul, México o El Cairo cuentan con 15 o 20 millones de habitantes, unos puntos sobre el mapa a los que hay que llevar agua potable, suministros y energía, alimentos, o evacuar recursos y desperdicios. Los procesos que implican son gigantescos y no solo crean problemas ambientales: nos crean a nosotros un verdadero problema de supervivencia.

-Ser ecologista es ser incómodo, inconformista, controvertido y hasta si me lo permites, polémico….algo que guarda en común con tu libro y, creo, con humildad y sin el ánimo de molestar contigo mismo… ¿qué nos puedes argumentar?

-Si, ya te decía antes de mis tendencias provocativas. Vivir en la ciudad y ser ecologista, es contradictorio. Tenemos que volver a poner al ser humano en el centro de las cosas, no puede ser que suframos más por un perro o un geranio que por una persona. Esto viene mucho de la cultura “Disney”, que “humanizó” a los animales. En la ciudad estamos llenos de mentiras que circulan con velocidad. Mientras la verdad todavía se está atando las zapatillas, la mentira ha dado ya la vuelta al mundo varias veces. Recordemos la triste fotografía del cormorán encharcado de petróleo durante la Guerra del Golfo: dio la vuelva al planeta y todo el mundo se apenó. Sin embargo, no nos importaron los colegios y hospitales destruidos, las familias rotas y los niños muertos en los ataques. Con las redes sociales la velocidad de lo que nos interesa en nuestro refugio doméstico se acrecienta, muy por encima de lo que verdaderamente debería importarnos. Y hoy asistimos a un divorcio real entre la vida en el campo y la vida en la ciudad: ahora resulta que parece que los ecologistas son los que vivimos en la ciudad, mientras que la vida rural, con las matanzas, la tauromaquia o la caza, se desvanece y perece. Es irónico y un poco triste.

-Acláranos, por favor, ¿poner en duda, desde tu punto de vista que ha investigado sobre el cambio climático, es negar o qué es…?, seguramente que tienes matices que puntualizarnos…

-Claro, puede existir el cambio climático, lo que tenemos que determinar, antes de cerrar las fábricas y prohibir los coches, es si realmente estos cambios los ha provocado la acción humana o son naturales. El calentamiento global lleva parado desde el año 2000, según el Hadley Center, y hay causas naturales en el calentamiento global que se explican por la actividad solar. Para el profesor Qian Weihon, de la Facultad de Ciencias Atmosféricas y de los Océanos de la Universidad de Pekín, la causa principal del aumento de las temperaturas ha tenido en el último siglo, con el arranque de la Revolución Industrial, una importante actividad, pero, como sostienen los científicos Wermer Munter o Kiril Kondratiev, el origen principal es la actividad solar y el efecto del agua, los océanos y el vapor en la reflexión de la luz que procede del sol.

-Al grano, lo del cambio climático no es ninguna broma, pero ¿qué “peros” le pondrías a tu parecer a esto…?

-Falta unanimidad científica acerca de la realidad del cambio climático. En los años 70 se hablaba del invierno nuclear, luego se pasó a criminalizar los CFCs, se habló del agujero de la capa de ozono en los años 90, luego se pasó al calentamiento global, y ahora ya se habla de algo gigantesco, del cambio climático. Se aterroriza a la gente, y se la mete miedo. Buena parte de estos discursos se han basado en modelos de predicción informáticos, no en recogida de datos, que solo llevamos haciendo a nivel planetario desde el arranque de la Era de las Exploraciones, allá por el siglo XVIII. Con anterioridad, no tenemos datos ni mediciones, no tenemos ni idea de lo que ocurrió. No debería ser aceptable hacer política con el cambio climático, y se está haciendo política y atemorizando a la población.

Jose-Luis-Barcelo-Cambio-Cl.jpg-Si tuvieses que poner interrogantes sobre el cambio climático…¿sobre qué principales campos y /o argumentos las pondrías?

-Un pivote crucial es el energético. Por ejemplo, España mantiene una política muy criticable desde el punto de vista ambiental. La media europea de gasto en políticas de protección y educación ambiental llega al 0,67% del PIB, poco, es cierto, pero mucho menor es la media española que supone un ridículo 0,22% del PIB. En cuanto a la energía, a los políticos se les llena la boca con coches híbridos o eléctricos que, de momento, solo son para multimillonarios. España canceló su ambicioso programa nuclear con su Moratoria, una política muy hipócrita, porque en 2018 marcó su récord de importación de energía eléctrica a Francia, con 24.000 gigavatios, que cubrieron el 9% del total de la demanda española. Queda muy bien decir que España va cerrando sus centrales nucleares, pero compra excedentes a Francia, que es el país más nuclearizado del mundo, con 19 centrales nucleares y 59 reactores. Esto es jugar con los ciudadanos, porque, en el fondo, ¿Qué más nos da a España que una central nuclear reviente en los Pirineos que en Borgoña? Recordemos que el problema es mundial: cuando se fundió el reactor de Chernóbil, la nube radiactiva llegó hasta Cataluña.

-Los fenómenos atmosféricos tipo “danas” como el del otoño del 2019; el del Gloria o hasta el que afecto, en invierno del 2018—si no lo recuerdo mal—ciertas zonas de Canadá y Estados Unidos sumiendo al país en una helada bestial que dejó “ko” muchos estados….a qué responden si no es a un cambio descontrolado del cambio climático?

-Esa zona del planeta ha tenido tornados y huracanes toda la vida. De hecho, la palabra huracán es precolombina. Se dice que olmecas y mayas sufrieron tanto estas amenazas ambientales que este pudo ser uno de los factores de su desaparición. Y eran culturas sostenibles. Todavía se están hallando ciudades enteras en parajes mexicanos o centroamericanos, ciudades enteras absorbidas por la selva. Tenemos una “danna” gigantesca que aparece en el Antiguo Testamento: el Diluvio Universal, relatado incluso en el Gilgamesh sumerio. No sabemos nada de nosotros, ni tampoco del planeta. Estamos empezando a descubrirlo ahora.

-La tierra y su propia idiosincrasia tendrá “su parte de responsabilidad”, pero el impacto humano es innegable, ¿no?

-Tiramos piedras contra nuestro propio tejado. Los países del mundo que aplican más políticas ambientales, como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido o los que conforman la Unión Europea, son los más desarrollados y a la vez los más estrictos en sus normativas ambientales y de protección. Pero son a la vez los más críticos. Tenemos las mayores normas y marcos legales, somos los que tenemos mayores parajes naturales preservados como Parques Nacionales o protegidos, somos los más cuidadosos con la preservación de especies y los más concienciados a nivel ciudadanos, con cuidados y respeto al entorno o en la cultural del reciclaje. Siempre que surgen protestas ambientales surgen en los países avanzados, nadie se queja de la contaminación que provocan países en desarrollo, con políticas devastadoras, como China, Angola o Brasil. Y es porque se hace política con ello. Una política errónea. El verdadero impacto humano lo vamos a sentir las personas en el deterioro de nuestro entorno y hábitat, que son las ciudades. Si nos damos cuenta, ha habido tal retroceso de la actividad humana en el campo, que se ha “silvistrizado”: los jabalíes campan a sus anchas por los vertederos y las dehesas, antaño mantenidas por el pastoreo, han desaparecido por la invasión del sotobosque. No todo lo humano es malo, como ahora se nos quiere hacer pensar. El ecosistema de dehesa se ha prolongado el Europa durante los últimos 2.000 años hasta nuestros días. Es un ecosistema humano que ha permitido que el Hombre pueda convivir con el ámbito salvaje, domesticarlo y cuidarlo en un interesante “quid-pro-quo” entre Naturaleza y Hombre que se está extinguiendo. 

-Y me atrevería a decir que el principal activador de cierta decadencia medioambiental…

-Parece que a veces cuidar las cosas es estropearlas. Lo decíamos de la dehesa, un hábitat en extinción con la desaparición del pastoreo extensivo. Ha desaparecido la cabaña de ovejas y vacas de nuestros montes, ya no existe la trashumancia. Esto podría ser también decadencia ambiental, debemos estudiarlo. Hemos cambiado eso por los rascacielos y por una cultura ecologista que es urbanita, desacertada, que vive la bicicleta en el carril bici junto a los autobuses, en un entorno artificial que se preocupa de las especies intrusivas que pululan los parques de nuestras ciudades pero que no entiende nada de cómo funciona realmente el resto del planeta. No pasamos del alfeizar de hormigón de nuestra ventana que nos aísla del exterior.

-¿Cómo ha sido el proceso de documentación, investigación…del día a día desde tu trabajo o..?; ¿y qué metodología de trabajo utilizas?

-Llevaba años recopilando documentación e información. El libro es realmente la puesta en orden de todo aquél trabajo de años. Lo que ha sido difícil ha sido limitar el volumen de información, hacerlo asequible y que se convierta en una obra divulgativa, que es el espíritu real de este trabajo que no es un libro negacionista sino “revisionista”.

-¿Nos puedes contar o dar alguna pista sobre lo que estás trabajando en estos momentos?

-He publicado varios libros de economía en los últimos años, economía y ecología son patas de una misma mesa. Tengo varios apuntes de economía que habrá que continuar trabajando, es mi especialidad desde el punto de vista informativo como periodista y politólogo. Me preocupa la importancia crucial que van a tener las ciudades en el futuro y lo fácil que va a ser para los gobiernos y los políticos controlar a las poblaciones en esos puntos tan concretos del paisaje. Y creo que en un futuro no muy lejano, las ciudades van a ser el eje de las políticas de los países, muy por encima del resto del territorio. Lo estamos viendo ahora con Madrid y Barcelona. El peso político de las ciudades determinará el futuro político de los países. Y no solo en España.

 

 

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