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Prevencion_del_suicidio.jpgCazarabet conversa con...   Jesús Guerra Plaza, coautor de “Prevención del suicidio. Consideraciones para la sociedad y técnicas para emergencias” (Universidad del País Vasco)

 

 

 

 

SERGIO ANDRÉS PÉREZ BARRERO, JESÚS GUERRA PLAZA Y MIKEL HERRADURA OIHARBIDE ESCRIBEN, BAJO EDICIONES DE LA UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO, UN LIBRO QUE NOS PROPORCIONA ESTRATEGIAS PARA PREVENIR EL SUICIDIO, PERO TAMBIÉN, PARA ENTENDERLO, COMPRENDERLO Y SER MÁS CERCANOS AL PROBLEMA EN GLOBAL…

ENTENDIÉNDOLO DESDE UNA PERPECTIVA Y MIRADA INTEGRAL Y HOLÍSTICA.

LO QUE NOS DICE LA ENTIDAD EDITORA, PUBLICACIONES DE LA UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO:

Para entender por qué un paciente ha intentado suicidarse, algunos terapeutas se preguntan ¿por qué yo no me quiero suicidar? La vida, a pesar de todo, todavía merece la pena. Tengo esperanza, motivos por los que vivir, a pesar del sufrimiento. Del placer, disfrutar; del dolor, aprender, dice una antigua máxima. Vivir es sufrir, sobrevivir es lograr encontrar sentido al sufrimiento.

Cuando el sufrimiento o el dolor se vuelven insoportables, cuando se pierde el sentido de la vida y de uno mismo, muchas personas se confiesan muertos vivientes y prefieren que el destino o la suerte decidan por ellos.

Prevenir el suicidio se ha convertido en una de las primeras preocupaciones de los responsables y profesionales sociales y sanitarios. En el libro que presentamos los autores proponemos distintas estrategias y abordajes para prevenir el suicidio, que ya es la primera causa de muerte no natural en las sociedades occidentales y la cuarta causa de muerte en valores absolutos.

 

 

Nosotros desde Cazarabet nos hacemos bastantes preguntas y tenemos bastantes dudas.

-Amigos, de veras que hay días, hay momentos en que uno entiende que haya gente que ha llegado como a un límite… porque cada uno, de primeras, tiene sus límites y porque cada uno tiene su aguante, pero de eso a pasar, de veras (pasando de querer llamar la atención o “avisar”) a suicidarse con la clara intención de quitarse la vida, creo hay un trecho… ¿Qué nos podéis comentar?

-¿El suicidio se puede prevenir?, pero para poderse prevenir deben ponerse  reconocer los diferentes riesgos o factores que llevan a uno a querer suicidarse, sin más, ¿no?. Contadnos.

-Normalmente por lo que puede saber, por lo que he leído y demás…antes de intentar un suicidio con el ánimo inquebrantable de darse muerte…emiten señales y hasta hacen intentos que no son “tan serios”. ¿Es así como lo veis?

-La sociedad, la gente, nosotros ¿entendemos a los que sufren y hasta a los que se presiente como “posibles candidatos” de un suicidio futuro?

-Pero, normalmente, la persona que ha intentado suicidarse no se siente comprendido, ni tan siquiera escuchado, ni respaldado ¿por  qué?

-Si el Ayuntamiento se puede prevenir, se deberá a empezar por la enseñanza, por la educación y en todas sus dimensiones, ¿no?

-Los medios de comunicación ¿Qué papel juegan y qué papel deberían de jugar?

-Todos los casos de suicidios nos dejan desencajados, pero los de niños, quizás más…¿cuáles son los principales factores que suelen llevar a menores, niños o adolescentes a tomar esta trágica decisión?. ¿Es el acoso escolar una de las causas más frecuentes?

-Los enfermos de salud mental, lo primero ¿Pensáis que todavía son unos incomprendidos?; ¿Cuáles son los perfiles de “paciente con enfermedad mental” que toman la decisión del suicidio?; Vamos a ver ¿qué le lleva normalmente a ello, estando como está diagnosticado y “controlado” por un psiquiatra, psicólogo?

-Fijaros que pregunto por pacientes de enfermedades mentales, no por enfermedades porque yo considero que hay enfermos, no enfermedades y que cada enfermo es un mundo…por eso cada enfermo debería tratarse bajo una hoja de ruta ¿Qué pensáis de esta reflexión? (por no hablar de concebir el concepto de salud como un concepto integral y holístico)

-En las consultas de psiquiatría, a menudo se pregunta, lo primero por las pastillas que se siguen tomando y por cómo se ha encontrado el paciente de la última visita a la presente, por síntomas nuevos y poco más, si acaso “se invita” a un nuevo tratamiento. Un poco desalentador, ¿no?

-Existen conductas suicidas…pero, por favor, definámoslo, ¿cómo suele ser una persona con conducta suicida?. ¿Qué rasgos suele presentar? ,¿Suelen ser esas personas que ante estados depresivos, crisis ansiolíticas, crisis psicóticas, lo primero que piensan es en desparecer , en infringirse dolor, en dañarse?. ¿Qué nos podéis comentar?

-Lo más importante: ¿cómo los podemos ayudar y cómo debemos hacerlo?

-La sociedad de hoy, sumergida como está en esta crisis, supongo que no habrá ayudado nada en disminuir los casos de suicidio porque la “presión social” es bestial. ¿Qué podéis comentar?

-Se habla mucho, incluso entre ciertos círculos médicos,  de medicamentos que recetados desde consultas de psiquiatría lo que hacen es crear interacciones y remover más el “intríngulis” de una enfermedad mental lo que puede llegar a infringirse lesiones, dañar a otros o, incluso suicidarse. ¿Qué nos podéis comentar?

-El número de suicidios ha subido en los últimos años: ¿podemos revertir esta ecuación y cómo porque son deberes que debe ponerse toda la sociedad?

 

Como respuesta nos remiten, en comunicación con Jesús Guerra, a este artículo publicado en su día por Gara.

 

 

«Por cada suicidio, 250 personas sufren directamente ese impacto»

 

Sin-título-1.jpgJESÚS GUERRA

DIRECTOR DEL CURSO SOBRE PREVENCIÓN DEL SUICIDIO

 

Jesús Guerra es profesor en la Facultad de Sicología de la UPV-EHU, lo que le dota de un amplio conocimiento sobre los factores sicológicos que pueden inducir conductas suicidas. Desde su experiencia, recalca que se trata de riesgos que se pueden prevenir con los mecanismos adecuados.

 

Gara (23/08/2015)

 

DEPRESIÓN

«La inteligencia emocional, la resiliencia... son aspectos que entrenados pueden ayudar a prevenir y a inmunizarnos de depresiones e ideas que pueden abocar al suicidio»

 

Romper las barreras que impiden abordar el suicidio es uno de los objetivos de Guerra. Hablar de ello es una de las cuestiones que cree esencial. Y es lo que hemos hecho.

 

Cuando hablamos de suicidio, ¿qué debemos tener en cuenta para abordar correctamente el tema sin caer en estigmas?

 

El suicidio hay que aceptarlo como un fenómeno real, hay que hablar directamente de él. Durante la historia de la humanidad muchas enfermedades han estado

estigmatizadas por distintas razones. Por ejemplo, la esquizofrenia se ocultaba y se vinculaba a una posesión demoníaca. El suicidio se ha mantenido estigmatizado como si fuera una conducta contagiosa, como si hablar del suicidio implicase que nos pone en peligro o incluso que lo puede provocar.

Se sabe actualmente que hablar de suicidio no lo provoca. Todo lo contrario, puede ayudar a valorarlo y a analizar las emociones colaterales asociadas a ese sufrimiento y

desactivarlas. Mi idea con este curso era que cualquier persona sea capaz de detectar esto y lo derive a un profesional. Nosotros hacemos mucha distinción entre lo que hay

que hacer y lo que no hay que hacer. Lo que no hay que hacer es olvidarlo, obviarlo, mirar para otro lado... sino que hay que afrontarlo, no dejarlo aparte, y si vemos

peligro, hacer seguimiento y acompañamiento.

 

¿Qué se entiende como conducta suicida y qué factores pueden influir en ella?

Hay factores riesgo muy importantes, la mayor parte asociados a trastornos o enfermedades mentales. Normalmente la conducta suicida, cuando se va a materializar, bien si se consuma o no, se inicia con otro tipo de conductas menos observables como las ideaciones suicidas que pueden ser más o menos frecuentes, más o menos intensas, algún gesto suicida... Hay conductas también de búsqueda de ayuda, a veces, porque las personas están desorientadas. Estamos trabajando como sicólogos en factores protectores entre la población joven. Es decir, en aquellas variables relacionadas con la inteligencia emocional, la resiliencia... Son aspectos que entrenados en ámbitos educativos y familiares pueden ayudar a prevenir y a inmunizarnos de depresiones y de ideas que pueden abocar al suicidio.

 

¿Es cierto que la mayoría de los casos suelen ser predecibles?

 

Se sabe que los suicidas avisan. No es cierto que aparezca de repente, pero a veces resulta difícil porque no se sabe valorar esa amenaza, si es una llamada de atención o no. Nosotros decimos que siempre hay que tomarlo en serio y valorar el grado de gravedad. Hay claves: está la diferencia entre morir y matarse. Es decir: quiero morirme, me dejo morir o me quiero matar. Semánticamente vemos que algunos están más cargados. Una vez que hemos detectado la fuerza de esos pensamientos, observamos si se ha establecido algún método: si hay acopio de medicamentos, si ha pensado algunos lugares en la ciudad donde se viera factible... Se aconseja hablar directamente y no ocultar esta información. El suicidio es multicausal y nadie se va a suicidar porque hable de ello. Tiene que haber otros aspectos de vulnerabilidad. Se trata de ser consciente de todo eso. No digo tratarlo con naturalidad, porque a todos nos puede preocupar que un familiar nos diga cosas sobre el suicidio, pero sí como otro problema de salud, y hay profesionales que lo pueden tratar.

 

Jesús-Guerra.jpg¿Una persona que ha tenido tentativas de suicidio tiene peligro de arrastrar esa tendencia en lo sucesivo?

 

Eso es otro de los mitos que se repite. Se sabe que las personas rescatadas, en un alto porcentaje, no lo vuelven a intentar. Hay un porcentaje pequeño que sí lo intenta y este es muy llamativo, es el que aparece en la prensa y parece que es el real. Más o menos se ha calculado que solo el 20% de las personas rescatadas en tentativas lo vuelven a intentar. El 80% queda vacunado, por lo tanto tenemos que intentar rescatar siempre que podamos, porque si lo conseguimos el resultado es esperanzador.

 

En el curso se han tratado temas como la prevención de la conducta suicida y los protocolos de actuación ante ello....

 

Nosotros distinguimos tres grados de prevención. La prevención primaria es antes de que haya tentativas y básicamente es a nivel de formación de profesionales, de detectar indicadores de ideación suicida... Por ejemplo, en colegios e ikastolas se sabe con este tipo de estudios que hay aproximadamente un 5% de ideación suicida. La secundaria es cuando ya se detecta algún factor riesgo, por ejemplo cuando ha habido tentativas. Ahí ya hay programas como el de Osakidetza, en el cual ya se toma una serie de medidas de seguimiento, etcétera. La prevención terciaria se centra ya en los supervivientes. No solo son las personas rescatadas sino todo el entorno. Se sabe que por cada persona que se suicida o lo intenta aproximadamente unas 250 personas van a sufrir directamente ese impacto. Por cada suicidio hay 20 tentativas y esas tentativas afectan a un entorno social que está más o menos calculado en esa cifra. Son personas que van a sufrir con mayor o menor intensidad ese duelo. El duelo por suicidio es muy patológico porque las personas se sienten culpables, se preguntan cómo no han podido darse cuenta...

 

¿Desde qué ámbitos debe trabajarse este tema?

 

He trabajado con el siquiatra cubano Sergio Pérez y él dice que el suicidio es la muerte de todos. Quiere decir que todos tenemos un rol en el tema del suicidio: desde la familia o el compañero hasta los profesionales. Hay que tener en cuenta que la Ertzaintza interviene diariamente en 2,3 casos relacionados con el suicidio.

 

Socialmente, ¿somos realmente conscientes de la problemática del suicidio?

 

Falta todavía mucho, porque para la gente es un tema tabú que está estigmatizado. Poco a poco nos vamos sensibilizando. Por eso insisto en tratarlo como un tema de salud. Es un tema que podemos abordar y vamos a intentar bajar esas tasas de suicidio.

 

 

 

 

Prevencion_del_suicidio.jpg24108       
Prevención del suicidio. Consideraciones para la sociedad y técnicas para emergencias. Sergio Andrés Pérez Barrero, Jesús Guerra Plaza, Mikel Haranburu Oiharbide
150 páginas
12,00 euros
Universidad del País Vasco



Para entender por qué un paciente ha intentado suicidarse, algunos terapeutas se preguntan ¿por qué yo no me quiero suicidar? La vida, a pesar de todo, todavía merece la pena. Tengo esperanza, motivos por los que vivir, a pesar del sufrimiento. Del placer, disfrutar; del dolor, aprender, dice una antigua máxima. Vivir es sufrir, sobrevivir es lograr encontrar sentido al sufrimiento.

Cuando el sufrimiento o el dolor se vuelven insoportables, cuando se pierde el sentido de la vida y de uno mismo, muchas personas se confiesan muertos vivientes y prefieren que el destino o la suerte decidan por ellos.

Prevenir el suicidio se ha convertido en una de las primeras preocupaciones de los responsables y profesionales sociales y sanitarios. En el libro que presentamos los autores proponemos distintas estrategias y abordajes para prevenir el suicidio, que ya es la primera causa de muerte no natural en las sociedades occidentales y la cuarta causa de muerte en valores absolutos.

 

 

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